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LA MUJER EN LA CULTURA DE

AZUERO.
La mujer azuerense nace de la mezcla de diversas culturas y razas, en las cuales se enmarca
como emblema por su trabajo, interés, perseverancia y esfuerzo.
Mujeres que son humildes, sencillas, laboriosas y sumisas, siempre respetando sus raíces y
tradiciones, con tales virtudes han logrado mejorar y avanzar como tal, en un mundo que
según sus épocas y con el paso de los años ha sufrido grandes cambios; pero que aun así
nuestra sin igual mujer azuerense ha sabido conservar sus raíces y perseverar.
Como una leve reseña podemos hablar de las mujeres que siguiendo los pasos de nuestra
heroína Rufina Alfaro, son madres, esposas, hijas, etc., y se desempeñan exitosamente como
profesiones en diferentes campos comerciales, industriales, políticos y empresariales.
Cabe destacar que, así como nuestra heroína fijó sus ideas en ser parte de nuestra
independencia, así mismo, pero en diferentes formas las mujeres azuerenses sostienen una
familia y logran grandes éxitos a nivel profesional.
Como también encontramos parte de esta variedad a las damas que se destacan más por su
belleza y que luego de conquistar coronas y títulos internacionales de belleza, regresan para
ejercer dignamente su rol de mujer azuerense formando una familia y desenvolviéndose
profesionalmente en el comercio con los conocimientos aprendidos, tal es el caso de Lía
Borrero Gonzales.
Tomando en cuenta las grandes limitantes como por ejemplo el marcado machismo, la falta
de apoyo y confianza social, y los carentes medios para que la mujer azuerense logre sus
metas, ha podido resurgir una y otra vez profesionalmente.
Consideramos a gran escala que la valentía de la mujer azuerense y su entereza por un futuro
mejor para ella, su familia y su pueblo, la convierte en una guerrera permanente ya sea para
conquistar sus metas en los negocios, artísticamente hablando o mayormente aun para
conservar y proteger sus costumbres y tradiciones enrumbando a sus jóvenes seguidoras a
cultivar por medio de la enseñanza, que lo que heredamos de nuestros abuelos es tan
fructífero como lo que importamos.
De esta manera podemos mencionar a todas esas mujeres que basándose en las
acostumbradas labores del hogar las transformaron en sus propias empresas, las que podemos
mencionar y se destacan las artesanas de nuestro hermoso vestido típico panameño, las
guarderías, restaurantes, lavanderías, las cuales son de provecho para el pueblo y para ellas
mismas, de cual se recibe un beneficio balanceado.

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