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El fibroadenoma de mama:
es un tumor benigno muy común que normalmente surge en mujeres menores de
30 años, como un nódulo duro que no causa dolor o incomodidad, semejante a
una canica.
Generalmente, el fibroadenoma mamario tiene hasta 3 cm y es fácilmente
identificado durante la menstruación o en el embarazo debido al aumento de la
producción de hormonas que acentúan su tamaño.
El fibroadenoma de seno no se convierte en cáncer, pero dependiendo del tipo,
puede aumentar ligeramente las posibilidades de desarrollar cáncer de seno en el
futuro.
Tratamiento fisioterapéutico
La fisioterapia es muy importante para todos los casos de atrofia muscular porque
permite mantener la circulación sanguínea, evitar la rigidez de las articulaciones,
disminuir la pérdida de masa muscular y mejorar la flexibilidad.
Algunos ejercicios que pueden realizarse son levantar pesas, realizar ejercicios
con bandas elásticas o practicar ejercicios para trabajar los músculos. Estos
ejercicios deben ser orientados por un fisioterapeuta en una clínica especializada
o de fisioterapia, debido a que son adaptados a cada persona, tomando en cuenta
sus limitaciones.
Además de esto, también pueden utilizarse dispositivos de electroestimulación
para promover la contracción muscular, como es el caso de la corriente rusa, que
es una excelente opción para complementar el tratamiento.
La nefritis:
es un conjunto de enfermedades que causan inflamación de los glomérulos
renales, los cuales son estructuras que forman parte de los riñones que se
encargan de filtrar y eliminar las toxinas y otros componentes del organismo como
agua y sales minerales. En estos casos el riñón tiene menor capacidad para filtrar
la sangre.
La nefritis puede relacionarse según la parte renal afectada o según la causa que
la provoca, estas son:
Glomerulonefritis, en la que la inflamación afecta principalmente a la
primera parte del aparato de filtración, el glomérulo, pudiendo ser agudo o
crónico;
Nefritis intersticial o nefritis tubulointersticial, en la que la inflamación ocurre
en los túbulos de los riñones y en los espacios entre los túbulos y el
glomérulo;
Nefritis lúpica, en la que la parte afectada también es el glomérulo y es
causada por el Lupus Eritematoso Sistémico, que es una enfermedad del
sistema inmunológico.
La nefritis puede ser aguda cuando surge rápidamente debido a una infección
grave, como por ejemplo una infección en la garganta por Streptococcus, hepatitis
o VIH; o puede ser crónica cuando se desarrolla lentamente debido a lesiones
más graves en los riñones.
Posibles causas
Existen varias causas que pueden causar la aparición de una nefritis como:
Uso excesivo de medicamentos como algunos analgésicos, antibióticos,
antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos, anticonvulsivos, inhibidores de la
calcineurina como ciclosporina y tacrolimus;
Infecciones por bacterias, virus y otros;
Enfermedades autoinmunes, como por ejemplo Lupus eritematoso
sistémico, Síndrome de Sjögren, Enfermedad sistémica asociada a IgG4 ;,
Exposición prolongada a toxinas como litio, plomo, cadmio o ácido
aristolóquico;
Además de esto, personas con varios tipos de nefropatías, cáncer, diabetes,
glomerulopatías, VIH, enfermedad falciforme tienen mayor riesgo de sufrir nefritis.
El Adenocarcinoma:
es un tipo de cáncer que se origina en los tejidos glandulares, formados por
células con capacidades de secretar sustancias al organismo. Este tipo de tumor
maligno se puede desarrollar en diversos órganos del cuerpo, como próstata,
intestino, pulmones, mamas, útero y páncreas.
De una manera general, los adenocarcinomas son cánceres de difícil remoción por
cirugía, con crecimiento rápido y de carácter agresivo, ya que tienen capacidad de
generar metástasis, sin embargo, existen características específicas de acuerdo
con cada tipo y etapa (estadio) en que se encuentra.
espondilitis anquilosante:
Actividad física
La practica de actividad física, además de prevenir la espondilitis anquilosante, es
fundamental para el tratamiento, siendo siempre recomendado por el médico,
debido a que a través de las actividades físicas es posible mantener las
articulaciones en movimiento, aliviando la inflamación y evitando la progresión de
la enfermedad. Es importante que los ejercicios se realicen bajo la supervisión de
un profesional de educación física, evitando así nuevas lesiones y para que el
entrenamiento se adapte a las necesidades y limitaciones de la persona.
Natación, pilates, hidrogimnasia, zumba, correr y danza son algunos de los
ejercicios recomendados en estos casos, siendo importante evitar deportes más
exigentes para el cuerpo o de contacto como lucha o artes marciales.
Hacer ejercicio físico es fundamental para la salud pero, antes de empezar, hay
que calentar los músculos para evitar lesiones. Te damos las cinco pautas básicas
en las que debes fijarte y que debes seguir a la hora de realizar un buen
calentamiento. Son las siguientes:
Duración
Flexibilidad
La clave del calentamiento es estirar los músculos, tanto para que respondan
mejor ante cualquier esfuerzo como para que estén preparados para proteger los
huesos y evitar una rotura si se produce una caída. El estiramiento sirve para
mejorar la flexibilidad de los músculos. Se puede empezar intentando tocar los
pies con las yemas de los dedos de la mano, girar los brazos en diagonal y
trabajar las articulaciones, lo que también ayudará a evitar esguinces y otras
lesiones. Es aconsejable también entrelazar los dedos de la mano y con las
palmas hacia arriba situarlas por encima de la cabeza, lo que ayuda a fortalecer
los músculos dorsales y desentumecer las vértebras.