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LA AMARGURA misivas se hizo evidente que

estaba sumergida en
Escritura base: autocompasión y amargura. No
Hebreos 12:15 sólo se sentía herida porque su hija
Mirad bien, para que ninguno deje de vivía en otro país, sino además
alcanzar la gracia de Dios, y para que resentida porque (según ella) los
no brote ninguna raíz de amargura que otros familiares que vivían cerca
os perturbe y contamine a muchos1 no la tomaban en cuenta “después
de todo lo que ella hizo por ellos.
Tres diferentes ejemplos de amargura:
¿Qué es la amargura?
1. Una mujer se ofendió porque el
pastor no estaba de acuerdo con su La amargura es a nuestro espíritu como
definición de “alabanza", y desde un veneno para el cuerpo. Infecta
aquel momento empezó a nuestros pensamientos, emociones y
maquinar para sacarlo de la iglesia; decisiones. Sus efectos dañinos
2. un hombre vivió amargado desde distorsionan nuestra apariencia física y
que lo pasaron por alto para un dañan la salud personal.
ascenso en su empleo. La amargura es el pecado más fácil de
3. Un caso donde un consejero justificar y el más difícil de diagnosticar
intercambio de cartas con una porque es razonable disculparlo ante los
profesora de Centroamérica ilustra hombres y ante el mismo Dios. A la vez,
cuán sutil puede ser la amargura en es uno de los pecados más comunes,
la vida del creyente. El problema peligrosos y perjudiciales. Es el pecado
de presentación era que esta mujer más contagioso.
se sentía sola y triste porque su
hija, yerno y nietos se habían Definición de Amargura
mudado a los Estados Unidos de
América. En su segunda carta no  En el griego, “amargura” proviene
utilizó la palabra “sola” sino de una palabra que
“abandonada", y en lugar de significa punzar.
“triste” surgió el término  Su raíz hebrea agrega la idea de
“enojada". En las siguientes algo pesado, algo fuerte.
1 Reina Valera Revisada (1995) Bible Text. (1998).
(He 12.15). Miami: Sociedades Biblicas Unidas.

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 La amargura, entonces, es algo La amargura es resultado de sentimientos
fuerte y pesado que punza hasta lo muy profundos, quizá los más profundos
más profundo del corazón. de la vida.
La razón por la que es tan difícil de
¿Cómo surge la amargura en el desarraigar es triple: 
corazón?  En primer lugar, el ofendido
considera que la ofensa es culpa de
La amargura no tiene lugar otra persona (y muchas veces es
automáticamente cuando alguien me cierto) y razona: “El/ella debe
ofende, sino que es una reacción no venir a pedirme disculpas y
bíblica (es decir pecaminosa) a la ofensa arrepentirse ante Dios. Yo soy la
o a una situación difícil y por lo general víctima”. El cristiano se siente
injusta. No importa si la ofensa fue culpable cuando comete un
intencional o no. Si el ofendido no pecado. Sin embargo, no nos
arregla la situación con Dios, la amargura sentimos culpables de pecado por
le inducirá a imaginar más ofensas de la habernos amargado cuando alguien
misma persona. peca contra nosotros, pues la
percepción de ser víctima eclipsa
¿Qué pecados acompañan la cualquier sentimiento de culpa. Por
amargura? lo tanto, este pecado de amargura
es muy fácil justificar.
La amargura es una manera de responder  En segundo lugar, casi nadie nos
que a la larga puede convertirse en norma ayuda a quitar la amargura de
de vida. nuestra vida. Por lo contrario, los
 Sus compañeros son la amigos más íntimos afirman: “Tú
autocompasión, los sentimientos tienes derecho… mira lo que te ha
heridos, el enojo, el resentimiento, hecho”, lo cual nos convence aun
el rencor, la venganza, la envidia, más de que estamos actuando
la calumnia, los chismes, la correctamente.
paranoia, las maquinaciones vanas  Finalmente, si alguien cobra
y el cinismo. suficiente valor como para
decirnos: “Amigo, estás amargado;
¿Cuál es la causa de la amargura en el eso es pecado contra Dios y debes
corazón? arrepentirte”, da la impresión de

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que al consejero le falta compasión
(recuerde, que el ofendido piensa
que es víctima). Me pasó
recientemente en un diálogo con
una mujer que nunca se ha podido
recuperar de un gran mal cometido
por su padre. Ella lleva más de 30
años cultivando una amargura que
hoy ha florecido en todo un huerto.
Cuando compasivamente (Gálatas
6:1) le mencioné que era hora de
perdonar y olvidar lo que queda
atrás (Filipenses 3:13), me acusó
de no tener compasión. Peor
todavía, más tarde descubrí que se
quejó a otras personas, diciendo
que como consejero carecía de
“simpatía” y compasión.

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