En la historia de la humanidad el individuo se ha concebido como un ser vivo que
posee un atributo espontaneo asociado al razonar del porqué de las cosas, conduciéndole esta particularidad a investigar ámbitos de atracción para sí mismo. De tal premisa se infiere que en esencia el hombre por naturaleza no solo cuestiona realidades sino que a su vez profundiza en su análisis para comprenderla, mostrando una tendencia natural para la búsqueda del conocimiento, este proceso pudiese concebirse como una actividad humana objetiva y a su vez compleja donde interactúan principalmente dos elementos el ser cognoscente (Sujeto que Investiga-fenómeno conocido (Objeto Investigado) una dualidad que se configura para generar un resultado o reflexión. Ahora bien para un mejor entendimiento sobre esta interacción entre éstos Sujeto-Objeto es necesario su definición por separado: Filosóficamente el sujeto es un ser dotado de conciencia y voluntad que conoce y actúa en conformidad con su propios designios, es la persona o equipo de personas que adquiere o elabora el conocimiento se concibe como un ser activo, creador, que desborda los límites de los sentidos en la infinita riqueza de la imaginación. Asimismo el sujeto, es el elemento de la relación que, en su acto de conocer, recibe las imágenes del mundo, las procesa y explica a través del lenguaje y genera una valoración o juicio. La noción de sujeto se puede entender en dos dimensiones, amplio y estricto. En sentido amplio se entiende al sujeto como al hombre en su “entera naturaleza”, sus sentidos, sus facultades, es decir, lo que compone al hombre en su conjunto, que es el que conoce. En el sentido estricto, la noción de sujeto hace referencia al “mundo interior” del hombre, es decir, al “centro al que se le imputan la conciencia y a los actos intelectuales del hombre”; por ello el sujeto, epistemológicamente hablando, “es lo que subyace al hombre, es decir, lo que se considera su ser más íntimo y profundo”. Dicho de esta manera no podemos imaginar un conocimiento sin sujeto, sin que sea percibido por una determinada conciencia. Pero, de la misma manera, podemos decir que el conocimiento es siempre conocimiento de algo, de alguna cosa, ya se trate de un ente abstracto-ideal, como un número o una proposición lógica, de un fenómeno material o aún de la misma conciencia. En todos los casos, a aquello que es conocido se lo denomina objeto de conocimiento, de allí que al sujeto se contrapone el objeto, como una cosa exterior hacia la cual se dirige la conciencia y la actividad del primero. La filosofía idealista afirma: “No hay objeto sin sujeto”, es decir, el mundo exterior no existe fuera de la conciencia e independientemente de ella. Se entiende por objeto de investigación todo sistema del mundo natural o material o de la sociedad cuya estructura presenta al ser humano una necesidad por comprender, explicar, interpretar o transformar. Todo objeto de investigación hay que considerarlo en relación e intercambio dialéctico con su medio o contexto. El Objeto como segundo elemento del proceso investigativo, se concibe epistemológicamente con “lo que yace ante esa intimidad del hombre o está puesto ante ella de modo que pueda ser conocido”. Al igual que la noción de sujeto, en sentido amplio, el objeto de conocimiento en su conjunto es el “mundo exterior”, dotado de una existencia independiente del pensamiento. Atendiendo a lo señalado en los anteriores párrafos se deduce que en todo proceso de construcción de conocimiento se denotan: el sujeto a quien se le atribuye la capacidad de dar tratamiento a lo desconocido, es el individuo que asume el papel de investigador en un proyecto científico individual o en colaboración. Es quien se adentra en el conocimiento, asimilación, comprensión que con conciencia de la realidad, interroga por la ley o leyes que rige un fenómeno, por las causas que lo determinan y por las posibilidades de aplicación de sus propiedades. Por su parte el objeto es el elemento objetivo que constituye el fundamento real donde se conectan los hechos, constituyendo la porción finita que se estudia de la realidad. Sumado a tal planteamiento, es evidente la relación que existe entre el sujeto y objeto de investigación ya que el acercamiento del sujeto hacia el objeto es la operación fundamental puesto que le permite entrar en contacto con la realidad para conocerla por lo que en el proceso de conocimiento es preciso que el sujeto se sitúe frente al objeto como algo externo a él, colocarlo fuera de sí, para que pueda examinarlo concibiéndolo mentalmente a la luz de su interacción con él. Siguiendo estén margen de ideas en torno a la relación sujeto-objeto epistémico se tiene que son elementos en los cuales se desarrollan relaciones de singular complejidad. El sujeto solo es sujeto para un objeto y el objeto solo lo es para un sujeto La relación que se articula entre sujeto y objeto es dinámica y constante; vista desde el sujeto, la aprehensión del objeto se presenta entonces como una salida del primero fuera de su propia esfera. El objeto no es arrastrado, empero, dentro de la esfera del sujeto, Para que el sujeto logre un conocimiento en realidad objetivo debería despojarse de toda su carga de valores, deseos e intereses, convertirse en una especie de espíritu puro, liberado de toda preocupación psicológica por la naturaleza del conocimiento que irá a obtener. Sin embargo, esto no será nunca del todo posible, pues el sujeto de la investigación es siempre un sujeto humano, y no puede dejar de serlo. En consecuencia cuando se emprende la tarea de realizar una investigación, se debe tener claro la relación que existe entre el sujeto y el objeto, ya que ambos aspectos determinan la direccionalidad sobre la cual abordar el proceso de captura de conocimiento de la realidad y permite ubicar en un contexto bien sea físico o abstracto el tipo de estudio a realizar. Toda persona que se inicie en una investigación debe reconocer la relación existente entre objeto y sujeto para poder abordar de forma científica el fenómeno a investigar ubicándose entre su individualidad y el elemento de la realidad que desea conocer de forma objetiva y científica. Finalmente y considerando que las diferentes matrices epistémicas o paradigmas investigativos establecen, la relación sujeto-objeto determina el modo de conocer e interpretar la realidad. Fuentes de Información Consultadas
- El sujeto de investigación. Disponible en http://www.filosofia.org/enc/ros/suj.htm
- El sujeto y el objeto del conocimiento. Disponible en
https://es.calameo.com/read/00169944242db9b3e7c3
- Gulian, A (2007). Relación Sujeto – Objeto en la Investigación Socioeducativa. San