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Temperaturas
Temperaturas
Conejo 38.9
Gato 39.8
Perro 39.0
Con los mamíferos ocurre un hecho muy curioso, y es que nuestro cuerpo puede
producir, si se requiere, el calor suficiente para que todo nuestro organismo funcione
correctamente. Este proceso lo lleva a cabo de forma autónoma el organismo,
independientemente de la temperatura que haga en el entorno en el que se encuentra.
Debido a este proceso, a los mamíferos se nos considera animales endotérmicos. Los
perros y los gatos, por ejemplo, jadean y expulsan el calor por las almohadillas de sus
patas, y las personas sudamos, pero no son los únicos métodos para regular la
temperatura del cuerpo.
FORMA PARA MEDIR LA TEMPERATURA POR EL RECTO DEL GATO
Los termómetros rectales dan una temperatura más precisa, aunque puede que a tu
gato le guste menos y si es inquieto menos aún. Pide a una persona que te ayude a
sujetar el gato, puedes ayudar a inmovilizarlo envolviéndolo en una toalla pequeña, y
sujeta al gato en los brazos dejando el trasero hacia afuera. Lubrica el termómetro con
vaselina o un lubricante, levanta la cola e introdúcelo suavemente en el recto unos 2
cm sin forzar. Si es un termómetro digital espera la señal y si es de mercurio déjalo
dentro 2-3 minutos. Comprueba la temperatura. Por higiene no olvides lavar bien el
termómetro con agua y jabón o alcohol.
La temperatura habitual de los gatos adultos oscila entre 38 y 39ºC, mientras que los
cachorros pueden ser de 39,5 ºC. En caso de que la temperatura sea inferior a 37,22
grados Celsius o por encima de 40 grados centígrados, llama de inmediato al
veterinario.
- Para evitar su desnutrición, proporciónale una alimento que cubra sus necesidades
nutricionales y, a la vez, sea apetecible. Asegúrate de que no tiene diarrea, y opta por
una dieta húmeda. Una vez recuperado podrás volver a combinarla con su
alimentación seca habitual.
- Sitúalo en una habitación tranquila, a poder ser con suelo de baldosas, y humedece
ligeramente la superficie de su cuerpo. Ayúdate con compresas húmedas. Mójalas
ligeramente con agua fría, colócalas sobre su frente y déjalas actuar durante algunos
minutos. A posteriori, retíralas, y aplícalas sobre sus patas y la zona del abdomen.
Repite el mismo proceso unas dos veces al día. También puedes ubicar un ventilador
cerca de tu gato para hacer circular el aire, aunque nunca debes dirigirlo directamente
hacia él.
Ten presente que las causas de que tu gato tenga fiebre pueden ir desde cuestiones
leves hasta enfermedades de carácter más grave que pueden, incluso, acabar con la
vida de tu felino. También es cierto que no todas las patologías se manifiestan
mediante este síntoma. Las más habituales son:
- Presencia de tumores que afectan, sobre todo, a los gatos ancianos.
- Enfermedades virales o bacterianas, como la panleucopenia o la leucemia.
- Infecciones virales, bacterianas o fúngicas de carácter más leve.
- Gripe o resfriado común.
- Pancreatitis.
- Traumatismos.
- Efectos secundarios debidos a la ingesta de algún medicamento.
Falta de apetito
Desgana
Cansancio
Ojos llorosos
Temblores
Nariz caliente y seca
Exceso de sueño
Malestar general, muestra dolor al moverse o ser manipulado