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El sujeto y la ley: Dañ o psíquico.

El texto hablará desde dos campos, el jurídico y el de la subjetividad y a partir de ellos


interrogar sobre las significaciones de dañ o psíquico.
Este concepto se vincula a otros como “dañ o moral”, “agravio moral”, “incapacidad
psíquica”.
Desde la perspectiva jurídica en el có digo civil se normatiza la figura de daño como:
“habrá dañ o siempre que causare a algú n otro perjuicio susceptible de apreciació n
pecuniaria, o directamente en las cosas de su dominio o posesió n, o indirectamente
por el mal hecho a su persona o a sus derechos o facultades.
Figura de agravio moral:
“la obligació n de resarcir el dañ o causado por los actos ilícitos comprende, ademá s de
la indemnizació n de perdidas e intereses, la reparació n del agravio moral ocasionado
a la victima.
Roberto Brebbia dice que dañ o es “una violació n de uno o varios derechos subjetivos
que integran la personalidad jurídica de un sujeto producida por un hecho voluntario,
que engendra a favor de la persona agraviada el derecho de obtener una reparació n
del sujeto a quien la norma imputa el referido hecho, calificado de ilícito”.
Entonces la figura de dañ o moral refiere en forma general a la subjetividad del sujeto
y al mismo tiempo, la apreciació n que hay de ese dañ o supondrá a la personalidad
jurídica como soporte del agravio sufrido.
Aquí se abre un campo mas complejo tanto en los efectos jurídicos como psicoló gicos.
El autor dice que hay bienes extra-patrimoniales (vida física, honor, sentimientos, etc.)
que no se pueden traducir adecuadamente en dinero., entonces nunca puede haber
una equivalencia objetiva frente al dañ o moral, y nunca se podrá revertir en su
totalidad.
En todo caso, si hay un terreno en el campo de lo jurídico que intenta modificar en
torno a la subjetividad el dañ o moral y dice que este ultimo supone la privació n o la
disminució n de aquellos bienes no econó micos que tienen un valor principal y directo
para la persona como tal.
Entonces, desde la jurídica, el dañ o moral implicaría el campo de la subjetividad como
espacio de lesió n, posible de reparació n o consolació n del sufrimiento espiritual, etc.
La condició n de dañ o moral daría continente a la posició n de dañ o psíquico
relacionado directamente con el concepto de jurídico de personalidad del sujeto de
derecho.
Es importante puntualizar diferencias entre ambos conceptos, a pesar de que ambos
proponen una figura de sujeto.
El dañ o moral refiere a un dañ o en la condició n de sujeto en tanto ser humano como
tal, es decir a su subjetividad social, a la configuració n de subjetividad humana que se
da de forma externa y que se le aplica a cada sujeto individual. Entonces la lesió n
moral implica la personalidad delimitada en términos jurídicos refiriéndose a su
dimensió n colectiva.
Esto facilita que el derecho pueda leer sin problema la figura de dañ o moral.
A diferencia del dañ o psíquico que en si mismo es una interferencia a la esfera de
relaciones del sujeto mismo. Es decir, hay una alteració n en el campo de las
posibilidades del despliegue subjetivo.
El dañ o psíquico tiene una posició n inherente a la condició n subjetiva en términos
histó rico-singular del sujeto.
El sujeto que se observa en la figura de dañ o psíquico no es el mismo que se presenta
para la figura de dañ o moral, porque el ultimo comprende a un sujeto humano
genérico, mientras que el primero refiere a una condició n subjetiva en si misma.
L diferencia es evidente puesto que a partir de esto podemos entender, que si hay un
dañ o moral, no necesariamente hay un dañ o psíquico, por que el ultimo conserva una
independencia respecto al primero. Hay una discontinuidad entre ambas figuras. La
singularidad del sujeto es irreductible al campo jurídico. Esta singularidad se
encuentra en la historia del sujeto encontrando anclaje en su constelació n de
significaciones subjetivas.
El discurso jurídico intenta dar respuesta al dañ o mediante la compensació n material
o econó mica como causa de reparació n universal.
Para el discurso subjetivo, el dolor resulta singularizable, es decir, cada sujeto podrá
re-inscribir esta modificació n segú n su constelació n subjetiva lo permita.
El dolor surge por que el aparato psíquico no se puede anticipar al peligro, razó n por
la cual el sujeto queda entrampado en la repetició n al hecho como intento fallido y por
ello, reiterado a elaboració n. (compulsió n a la repetició n).
Esto se puede articular con el psicoaná lisis en cuanto a su definició n de trauma
psíquico, el cual es un acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su
intensidad, la incapacidad del sujeto de responder a él adecuadamente y el trastorno y
los efectos patoló gicos duraderos que provoca en la organizació n psíquica.
A partir esto, hay que ver las diferencias que hay entre dañ o psíquico y el
desencadenamiento de sintomatología neuró tica como consecuencia de una situació n
imprevista vivida por el sujeto. La definició n de trauma de Freud es “una parte
determinante en el contenido mismo del síntoma que aparece como un intento
reiterado de ligar y descargar por aureacion el trauma; tal fijació n al trauma se
acompañ a de una inhibició n, mas o menos generalizada de la actividad del sujeto.
En resumen, el dañ o psíquico desde la concepció n jurídica no coincidiría
puntualmente con una lectura desde el campo del psicoaná lisis, porque en la primera
se trataría de una lesió n en la esfera psíquica de una persona y en la segunda un
reforzamiento de contenidos reprimidos por el sujeto y de la desestructuració n
momentá nea a que el mismo se vería enfrentado por irrupció n de los real, y la
invalidació n de la funció n de simbolizació n.

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