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¿QUIÉN ACTÚO COMO PRÓJIMO?

PROPÓSITO: RECONOCE LA IMPORTANCIA DE SABER QUIÉN ES MI PRÓJIMO Y


CÓMO ACTUAR EN MI VIDA DIARIA Y CUÁLES SON MIS RETOS.
NOTA:
TU RETO SERÁ LEER, ANALIZAR, REFLEXIONAR, EXPERIMENTAR Y APLICAR CON
TU FAMILIA COMPROMISOS DESDE LA PRÁCTICA DE LOS VALORES PARA
MEJORAR LA CONVIVENCIA PERSONAL, FAMILIAR Y SOCIAL QUE NUESTRA
REALIDAD NOS PIDE ASUMIR.
RESPONDE LAS ACTIVIDADES CON COLOR ROJO Y COLOCAR SU NOMBRE CLARO.
LAS ACTIVIDADES PUEDEN DESARROLLAR EN CUADERNO O EN HOJAS.
FECHA DE ENTREGA: MIÉRCOLES 20 DE MAYO DEL 2020 – 6:00 PM. VÍA WASSAP

En familia oramos: “Señor Jesús te damos gracias por este día, por el regalo
de la vida que nos brindas, ayúdanos aprender lo que Tú nos quieres enseñar,
danos fortaleza para no perder la esperanza en Ti” Amén

RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:


¿Qué experimentaste orando en familia?
¿Qué entiendes por amor al prójimo?
Explica ¿Cómo hiciste realidad tu compromiso?
DIOS ME HABLA: Lc 10, 25-37.
"Un maestro de la Ley, que quería
ponerlo a prueba, se levantó y le
dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer
para conseguir la vida eterna?»
Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en
la Escritura? ¿Qué lees en ella?» El
hombre contestó: «Amarás al
Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
Jesús le dijo: «¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.» El otro, que quería justificar su
pregunta, replicó: «¿Y quién es mi prójimo?» Jesús empezó a decir: «Bajaba un hombre por
el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta
de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba
por ese camino un sacerdote; lo vio, tomó el otro lado y siguió. Lo mismo hizo un levita que
llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo. Un samaritano también pasó por
aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él. Se acercó, curó sus heridas con aceite
y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una posada
y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero
diciéndole: «Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.» Jesús entonces le
preguntó: «Según tu parecer, ¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en
manos de los salteadores?» El maestro de la Ley contestó: «El que se mostró compasivo con
él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.»
DOCENTE: DONATO HUARACA ESPINOZA
RESPONDE: ¿El texto bíblico qué relación tiene con el título de la sesión de
aprendizaje?
ME INFORMO:
Debemos estar siempre dispuestos a aceptar que Dios venga a interrumpirnos.
Repetidamente, incluso a diario, se cruzará en nuestro camino y trastocará nuestros
proyectos humanos con sus propias exigencias. Absortos en nuestras importantes
ocupaciones diarias, podemos pasar de largo como hizo el sacerdote y el levita, ante el
hombre que había caído en mano de los ladrones.
Como te habrás dado cuente, hoy tenemos un gran reto que hacemos por nosotros, por
nuestra familia y por los demás en este tiempo de aislamiento social por el COVID-19.
DEBO SABER:
“ME COMPORTO COMO PRÓJIMO EN ESTE TIEMPO DE PANDEMIA”
Cambiar nuestra sociedad no es fácil. No se trata de un iluso sueño juvenil sino de una
necesidad vital. No estamos ante una posibilidad sino ante un desafío. Y ante un desafío sólo
se pueden hacer dos cosas: asumirlo o huir de él. Asumir este desafío es optar por una
auténtica cultura de vida. Huir es una cobardía.
Hoy, terminando el siglo XX, estas palabras cobran un sentido especial. Los jóvenes
creyentes estamos llamados a transformar nuestra sociedad ¡Asumamos con valor el reto!
Pero, así como un edificio no se puede construir sin planos ni cimientos, una sociedad
nueva no se puede construir sino sobre bases humanas sólidas e ideas claras que
correspondan a ellas.
Ambas cosas las encontramos en la enseñanza social de la Iglesia: las bases sólidas en
la conversión al Señor Jesús, Hijo de María; las ideas claras, en los principios y reflexiones
sobre la sociedad que la Iglesia nos ofrece.
Sin el cambio del corazón nada podrá cambiar; y si no nos esforzamos por tener en claro
cómo vamos a cambiar la sociedad tampoco haremos nada. Ambas realidades son
indispensables. Lo primero es tener en claro que "nadie da lo que no tiene". Esta frase, que
es tan evidente, suele olvidarse en la vida concreta. Quien no vive la reconciliación en sí
mismo no podrá construir una sociedad reconciliada.
Vemos por todos lados intentos de construir una sociedad en paz. Fracasan porque, como
vimos, la violencia tiene su raíz en el corazón del ser humano dañado por el pecado. Y se
suele buscar en todas partes, menos en el pecado, la solución a los problemas.
Una vez encontrado el Señor Jesús, visto y juzgado la situación a la luz de la fe, hay que
actuar. Las acciones deben ser concretas, coherentes y constantes.
En el caso concreto de nuestro país, se trata de hacer frente a los problemas de miseria,
desesperanza e injusticia que encontramos promoviendo estructuras de reconciliación y un
trabajo serio de catequesis y promoción humana. La tarea es inmensa pero también lo es el
amor del Señor que nos invita realizarla.
PRODUCTO:
PREPARA UNA EXPOSICIÓN VISUAL SOBRE SABER QUIÉN ES MI PRÓJIMO Y
CÓMO ACTUAR EN MI VIDA DIARIA Y CUÁLES SON MIS RETOS.
DURACIÓN DE 2 A 3 MINUTOS.

DOCENTE: DONATO HUARACA ESPINOZA

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