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LUIS IGNACIO BRUSCO

Médico, investigador y educador argentino especializado en


Neurociencia

Cerebro y reconocimiento de rostros

Posted on 11 octubre, 2018

¿No ves tú que, entre las humanas bellezas, un bellísimo


rostro detiene a los transeúntes mejor que las riquezas que
lo encuadran?
Atribuido a Leonardo Da Vinci

Hace poco tiempo se descubrió que existían en el cerebro neuronas especiales para cada cara, así nace
el concepto de neurona Jennifer Aniston. Que era una célula nerviosa que al estimularse hacia
reconocer la cara de esa actriz; descriptas por el neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga .

Sin embargo, si bien este importante concepto localizacionista de la función visual y del
reconocimiento de la caras puede tener ciertas certezas, pareciera que las gnosias de las caras es un
mecanismo más complicado.

El reconocimiento de miles de rostros que vamos memorizando a lo largo de la vida es una función
muy compleja, relacionada con el recuerdo facial a través de un desglose de las partes de las caras
.Realizado algorítmicamente por neuronas que memorizan las caras.

Es decir que existe una zona del cerebro que se encuentra en la corteza del mismo (surco temporal
inferior) que contienen neuronas que informan sobre diferentes partes de la cara, en forma organizada
y económicamente. Pues lo realiza sobre partes cercanas de la misma. Existiendo cada representación
facial en la corteza cerebral lo cual se denomina faciotopía.

Unas neuronas servirán entonces para reconocer zonas cercanas del ojo, nariz y boca y parte
colindante de los mismos. A partir de ello se organiza la información constituyendo la información
global que permite ver una cara, reconocerla y diferenciarla de otra, entre millones.

Ese mecanismo no difiere de la funcionalidad general del sistema nervioso, que en generalmente tiene
una organización estructural. Que organiza casi todas las funciones: El sistema motor, la audición o el
dolor también tiene esa estructuración. Este ordenamiento de la visión se conoce como retinopatía,
dado que desde la retina se organiza. Así también los colores tienen un orden desde la retina hasta la
corteza cerebral.

Se descubre que las caras son ordenadas a través de un mecanismo algorítmico basado en distribución
de las neuronas corticales. Las mismas se activan eléctricamente en ciclos y esta información luego se
encamina por vías nerviosas. Comienzan en una zona de neuronas cercanas entre sí y que viajan en
forma en paralelo, desde la retina hasta el cerebro. Este grupo de investigadores pudo identificar
diferentes caras a partir de esta codificación. Es decir que sería como un espejo de cara que
observamos. Grabando a cada una de ellas, siendo una central de Caras.

La investigadora Doris Tsao y su equipo del Instituto de Tecnología de California describieron un


posible el código neural del reconocimiento facial. Existe entonces una zona específica para los rostros
en el lóbulo temporal inferior. Donde se construye algorítmicamente los rostros para relacionarlos
reconocerlos y emocionarlos. (Otros estudios hablan de otras zonas que colaboran en esta función : el
lóbulo temporal superior y el sector occipital facial.)

Esta construcción es bilateral aunque sería el hemisferio cerebral derecho el que termina tomando la
definición definitiva reconociendo un rostro.

La visión de las caras es entonces una submodalidad del reconocimiento visual, que le agrega
complejidad al sistema. Existiendo además un área específica para la misma.

El hombre ha desarrollado la visión a diferencia de los mamíferos inferiores que eran


fundamentalmente olfatorios (macrosmáticos) haciéndose macrópticos.

Pero la visión de la cara y los ojos del otro implica un fenómeno más complejo. Una de las bases de la
intersubjetividad. De la conexión con los otros y de la habilidad social, además del aprendizaje del
lenguaje.

Neurobiólogos de la Universidad de Harvard liderados por Margaret Livingstone describieron al área


de reconocimiento de las caras se desarrolla los primero 200 días de vida. Contiene una actividad
potencial, pero no sería una función innata, dado que hay que desarrolla luego de nacer.

Este grupo estudio en macacos recién nacidos, unos criados con sus madres y otros por humanos por
máscaras. La zona de reconocimiento de las caras no se desarrolló en los animales que no
compartieron la crianza con su familia.

Esto se expresa en dificultades que presentaron estos primates para observar caras, dirigiendo sus
miradas a otros sectores, como las manos. Algo parecido a los que ocurre en el autismo o en la agnosia
visual para las facies (prosopagnosia).

La existencia de un área específica para reconocer caras demuestra la. importancia de esta función
en animales con cerebro muy desarrollado, como los monos y los humanos.

Esto reafirma la necesidad en el primer año años de vida de observar los rostros para aprender un
lenguaje; pues si se les enseña a bebés un segundo idioma con videos y no con personas activas los
niños no lo aprenden.

Esta área del lenguaje entonces nacemos con un hardware neuronal que hay que llenar, al igual que el
de la capacidad de reconocimiento y memorización de facial. En ambos casos esto sucede en un
tiempo específico en el comienzo de la vida. Probablemente primero reconocer caras para luego
aprender un idioma.

El reconocimiento facial permite discriminar entre en millones los diferentes perfiles de las personas.
Se puede discriminar en milisegundos dentro de una multitud la cara de un amigo, familiar o conocido.
Existen trabajos que describen esta actividad como un talento, existiendo por ejemplo
superfisonomistas con gran memoria visual para las facies.
La otra actividad en el reconocimiento de caras es la empatía que genera la misma. Esta condiciona la
relación intersubjetiva, la conducta gregaria y el éxito social de la persona.

Reafirmando la importancia de esta función como base de la conducta gregaria, que permite la
agrupación entre gente conocida.

Puede haber un gran fracaso de la misma en patologías como la psicosis, en la que la empatía
interpersonal se encuentra muy afectada. Existen varios test de reconocimiento de la emoción facial.
En los que se le solicita a los sujetos que cuenten que expresa la cara de una persona que observan en
fotos, las que varían entre tristes, alegre y enojadas.

Los pacientes con psicosis esquizofrénica fallan francamente en el reconocimiento del tipo de
expresión facial.

Existen estudios de resonancia funcional del cerebro de pacientes cuando observan estos rostros. Esto
permite observar cómo responde el cerebro de estos pacientes. Se observa que en la esquizofrenia la
respuesta emocional amigdalina reacciona anormalmente ante la emoción del otro.

A la vez no se observa descanso de los sistemas de reposo del cerebro en estos pacientes. Esto sucede
en el precúneo que debería activarse en el reposo, el mantenerse activo sugiere que la persona se
mantiene en estado de alerta permanente.

Las caras tienen entonces un contexto central en la relación sociocultural de las personas, siendo
claves en el manejo interpersonal y el reconocimiento identificatorio, social y emocional del otro.
Procesos claves para la supervivencia.

Luis Brusco
Neurólogo Cognitivo. Doctor en Filosofía.
Prof. Tit. UBA-CONICET

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