Está en la página 1de 7

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO “SANTIAGO “MARIÑO”


EXTENSIÓN SAN CRISTÓBAL – EDO. TÁCHIRA
ESCUELA DE ARQUITECTURA

BARAKA

Docente: Lcdo. Noel Ruiz


Autores: Pinto Prada Michelle Andrea V-. 21.417.233
Rujano Mendonza Valeria Nazareth V-. 27.507.424
Villamizar Vera Rodolfo Isaac V-. 28.490.190

San Cristóbal, Agosto del 2019.


INTRODUCCIÓN

Baraka es una película tipo documental dirigida por Ron Fricke, producida
por Mark Magidson y con banda sonora compuesta por Michael Stearns. El papel
de la música es fundamental en el documental ya que carece absolutamente de
conversaciones o diálogos, sólo en dos ocasiones logramos escuchar sonidos
emitidos por personas: siendo una de ellas una secuencia de imágenes que se
desarrollan en un templo budista y en las cuales, durante un par de minutos,
observamos un grupo de aborígenes realizar diversos movimientos corporales, en
conjunto, llevando una melodía vocal y entonando cánticos religiosos, en algún
lugar del continente asiático.

Las imágenes del documental fueron recopiladas y editadas durante dos


años desde 1990 hasta 1992, cuando fue estrenado. Además, se filmaron en
zonas tanto urbanas como rurales e incluso bastante aisladas de 24 países, tales
como Argentina, Australia, Brasil, Camboya, India, Kenia, Kuwait y Polonia,
abarcando los cinco continentes. En cada uno de estos países se ubicaron
unidades de apoyo con la finalidad de captar las imágenes, lo que significó una
gran movilización logística para producir el largometraje.

El vocablo “Baraka” significa “bendición divina” en árabe y “aliento de vida”


en sufí. Los sufistas son aquellos que se dictan por un conjunto de diversas
formas de espiritualidad dentro del islam. Es llamativo ver que en el mismo
documental aparecen imágenes de sufistas llevando a cabo sus rutinas religiosas.
Sin embargo, la película no solo emite escenas de religiones ligadas al islam sino
que también trabaja con poblaciones que atienden a otros temas espirituales,
culturales y expresivos, tales como judíos ortodoxos, monjes tibetanos e hindúes.
Vemos también las expresiones culturales de tres tribus: dos africanas y una de
Oceanía y las diferencias entre las mismas. Una de las tribus africanas presenta
vestimenta mejor elaborada y joyería más sofisticada que la otra, mientras que en
Oceanía no dan tanta importancia a los adornos corporales.
DESARROLLO

Al comenzar a ver la película venimos con la expectativa de que estará


llena de diálogos e interacciones por medio de conversaciones pero desde el
primer momento nos damos cuenta de que no es así. Las primeras imágenes nos
muestran de forma vaga la naturaleza: una montaña con nieve en el pico, un mono
bañándose en aguas termales, el cielo nocturno y un eclipse solar nos dan la
bienvenida. A partir de este punto, se va adentrando en el ser humano y sus
rasgos sociales y de rutina. Para realizar una transición entre la naturaleza y las
personas, se exponen imágenes del Tíbet, luego de las personas que viven allí,
qué hacen por las mañanas y finalmente, se hace una conexión con las
expresiones religiosas. Es cuando vemos a un hombre orando y leyendo.

A partir de entonces vamos a observar numerosas secuencias de religiones


alrededor del mundo, enlazadas siempre por la melodía de fondo. Por regla
general, vemos alguna referencia espiritual y a continuación se nos presenta el
ritual principal de cada una de ellas. Por ejemplo, observamos una mezquita
desde el exterior y seguidamente nos muestran a un grupo de seguidores del
islam llevando a cabo sus prácticas dentro de la mezquita. Este formato nos ayuda
a orientarnos, aunque sea de manera superficial, dentro del continente y religión o
grupo social que estamos observando en cada momento. Sin embargo, debemos
buscar referencias en la pantalla, algún símbolo, letra o edificio emblemático que
nos complete la idea de lo estamos viendo.

Sin embargo, el formato del cual se habló anteriormente, se rompe en


algunas ocasiones. Grabaciones aéreas presentan fracciones de secuencias
donde vemos el mar, acantilados, terrazas agrícolas y el inmenso cráter de un
volcán. Todo esto tiene la finalidad de mostrarnos la inmensidad y fuerza de la
naturaleza. En contraste a la naturaleza sin alterar, se nos presentan fotogramas
de prácticas que van en contra del desarrollo sostenible. Podemos observar
toneladas de basura siendo escarbada por grupos de mujeres y niños, tala de
árboles, minería y las consecuencias negativas que dejan estos procesos, tanto
para el planeta Tierra como para los humanos que habitamos en ella.
En la siguiente parte de Baraka, el director nos lleva a un espacio más
urbano e industrializado en el cual observamos en primer lugar una gran
manufactura de cigarrillos donde sólo trabajan mujeres que no descansan en
ningún momento. A continuación, viajamos hacia Tokio y vemos la gran
aglomeración de personas en el metro y las capsulas para dormir, las cuales en
algún momento pensamos que sólo existían en películas de ciencia ficción. Para
hacer que el contraste sea aún más llamativo, observamos a un grupo de hombres
relajándose en una piscina y uno de ellos tiene la espalda cubierta en su totalidad
con un tatuaje de temática japonesa. Siguiendo la línea de las grandes ciudades,
pasamos a Nueva York y su emblemática estación de trenes “Grand Central”, su
gran reloj nos recalca la importancia del tiempo. Volvemos a Asia donde viajamos
en metro hasta una fábrica de componentes electrónicos donde, de nuevo, nadie
puede tomar descansos.

Las sucesivas secuencias continúan expresando el tema del consumismo


que se ve reflejado en las zonas urbanas, con muchísimas personas tanto en las
calles como en el transporte público y la producción avícola en masa. Nos enseña
de manera superficial el proceso de criar gallinas, desde el momento en el que
llegan los pollos a la granja, su selección, la mutilación del pico, su
sobrealimentación y vida en jaulas, hasta que producen huevos. Por otra parte se
observa cómo se rompe la secuencia anterior debido a la imagen de niños
pidiendo dinero en la calle y gente sin techo durmiendo bajo un puente.

El largometraje hace un último recorrido por las creencias religiosas antes


de deleitar la vista con una colección de imágenes filmadas en el desierto y que
muestran la transición del día y la noche, paso de las nubes, movimiento de los
astros, una tormenta que se divisa a lo lejos y las estrellas. Baraka es un
documental de contrastes pero a la vez de unidad. Los primeros se ven en la
ruptura de los ecosistemas que lleva a cabo el hombre para extraer minerales,
madera y ganar dinero y la segunda se ve reflejada en la enorme colección de
expresiones culturales a lo largo de todo el mundo, en las que nadie juzga a nadie
y cada grupo tiene fe en las mismas creencias.
ANEXOS

Afiche publicitario de la película – documental Baraka (1992)

Fotograma en el que se ven tres aborígenes con sus


adornos y joyas.
Cruce de Shibuya, en Tokio, el más transitado del mundo, incluido en la
película.

Ron Fricke, director del largometraje.

Terrazas de cultivo, en el sudeste asiático.


Fábrica de componentes electrónicos.

También podría gustarte