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El Arbitraje y La Conciliacion Internacional
El Arbitraje y La Conciliacion Internacional
La arbitrariedad del litigio tiene especial relevancia con respecto al tema de la causa. De
tal manera que un litigio, para que pueda ser sometido a arbitraje, tiene que guardar una
equivalencia valorativa con el régimen jurídico dentro del cual se va a discutir. Por ello
es que hay determinadas situaciones reconocidas por casi todas las legislaciones que no
pueden ser sometidas a arbitramiento, como los relativos al estado y capacidad de las
personas, el derecho al nombre, la filiación, la nacionalidad y la autoridad parental.
Aspectos todos que ponen en juego el orden público; también encontramos, a veces, la
prohibición en el campo de la propiedad industrial y en materias relacionadas con la
competencia comercial. Por ello, la Convención de Nueva York de 1958 hace referencia
al orden público del país donde se ha de ejecutar el laudo arbitral, criterio que respeta la
cultura de los pueblos y el derecho interno de cada nación ya que no se puede afirmar
que en homenaje a los criterios de globalización todo debe ser estandarizado forzando
situaciones que resienten la cultura de las naciones.
La "causa justa" y la licitud del objeto o del asunto en discusión son elementos
sustanciales en el arbitraje. La consecuencia inevitable para un contrato así afectado es,
necesariamente, la nulidad absoluta. Y esa nulidad se proyecta indefectiblemente sobre
la validez del laudo.
El texto según el cual las partes optan por someter sus futuras diferencias o las que ocurran si
ellas no lo han previsto varían de acuerdo con las exigencias de los sujetos o la recomendación
de las diferentes entidades que asumen un arbitraje institucional o proponen una ley modelo
como la explicada anteriormente. Así, la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil (CNUDMI ó UNCITRAL) propone la siguiente cláusula modelo:
"Todo litigio, controversia o reclamación resultante de este contrato, relativo a este contrato, su
incumplimiento, resolución o nulidad, se resolverá mediante arbitraje de conformidad con el
Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI, tal como se encuentra en vigor".
Hasta el decenio del 70 las Constituciones de los países de América Latina prohibían
expresamente que el Estado se sometiera a la jurisdicción de tribunales extranjeros, pues ello
representaba pérdida de soberanía y la posibilidad deshonrosa de ser ejecutado en su propio país
por una sentencia emitida por un juez de una potencia extranjera.
El arbitraje fue un medio alternativo que rápidamente fue admitido por nuestros países en
mérito a su carácter confidencial y a que no restañaba el sentimiento soberano de sus Estados,
ya que se hacía a través de una institución especializada que tenía carácter internacional
acordada así por los propios Estados comprometientes y cuyos laudos también podrían
ejecutarse por el acuerdo previo de los mismos Estados. De esa manera no era un tribunal
extranjero el que imponía su decisión sino un organismo especializado que tenía estatus
internacional
2. LA CONCILIACIÓN COMERCIAL
La conciliación es también una técnica mediante la cual las partes que tienen una diferencia
basada en sus relaciones mercantiles -sea a través de casos particulares de compraventa o de
transporte- tratan de superar el conflicto, con la colaboración y participación activa de una
persona especializada que busca seleccionar y averiguar fórmulas de solución con miras a
mantener una relación fluida de los operadores comerciales.
Es un método alternativo, ya que además de la función jurisdiccional del Estado destinada a
solucionar, por medio de funcionarios previamente designados, los conflictos de sus
ciudadanos, se presenta con procedimientos y especialistas ad-hoc como un medio adicional
para conseguir el mismo fin que el aparato judicial.
Es un mecanismo en el cual las partes tratan de llegar a una solución que satisfaga a ambas
propiciando para ello fórmulas y alternativas viables. A diferencia del procedimiento judicial en
que es un tercero, el juez, quien da la solución, en la conciliación son las partes que de mutuo
acuerdo esbozan la solución que viene a ser el acuerdo conciliatorio.
- La primera de ellas es que en el caso del arbitraje, su director, el árbitro, está revestido
de la misma autoridad que el juez, es decir las partes se someten libremente a la
decisión de un tercero; en cambio, en la conciliación el agente o el conciliador no puede
decidir sobre el conflicto o la controversia, sólo puede sugerir o motivar para que las
partes por sí mismos decidan.
CONCLUSION:
Los métodos alternativos de solución de controversias, son una vía efectiva para solucionar las
controversias comerciales de carácter internacional. En particular, el procedimiento de arbitraje
ha demostrado ser un medio rápido y eficiente.