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Huancayo – Perú
2020
CÁTEDRA: ARGUMENTACIÓN E INTERPRETACIÓN JURÍDICA
TEMA: BIOETICA - DISPOSICIÓN DEL CADÁVER EN TIEMPOS DEL COVID-19
La frase más repetida en estos tiempos es “porque te quiero abrazar más adelante
me distancio ahora”, pues para todos la familia es lo más importante, y otra frase que
solíamos repetir es “siempre mi familia va a estar para mí”, pero qué pasa en los tiempos
de COVID-19, en momentos en los que el último suspiro lo das en una cama de hospital, o
quizá en casa, pero ir de camino a tu última morada, literalmente te vas solo, esta es la
realidad de muchos hogares y estamos siendo espectadores de esta desgracia sanitaria
llamada COVID-19.
Reflexionemos acerca de la muerte, y de la disposición del cadáver en tiempos del
COVID-19, desde el punto de vista de la BIOÉTICA, pues para comprender mejor nos
remitimos a su concepto entendido como la rama de la ética que se dedica a proveer los principios
para la correcta conducta humana respecto a la vida y la dignidad humana. La bioética no se limita
al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida
en general, extendiendo su campo a cuestiones éticas de la vida que surgen en las relaciones
entre biología, nutrición, medicina, política, derecho, filosofía, sociología, antropología,
teología, etc., y se rige bajo cuatro principios fundamentales.
En base al Principio de Autonomía que tiene como objeto respetar con autonomía
la salud del paciente, en este contexto el Covid 19, ha matado a cientos de miles de personas
en todo el mundo. Al mismo tiempo, más de un millón se ha recuperado de COVID-19. Tan
solo en América Latina, la cifra supera los 100 mil casos, según datos de la Universidad Johns
Hopkins. Hasta el 8 de mayo, Brasil era el país que había dado de alta a más pacientes:
55.350. Perú, con 19.012 casos recuperados, y México, con 17.781. Los números ofrecen un
poco de aliento en medio de esta pandemia, pero también brindan pistas sobre cómo avanza
el virus en una comunidad. Y todo ello es gracias a la disposición que se hace del cadáver en
tiempos de COVID-19, pues se ha recomendado en la Directiva Sanitaria N° 087-2020-
DIGESA/MINSA, que la primera alternativa del cadáver es el cremación, esto con la finalidad
de evitar la propagación del virus y proteger la salud de los pacientes.
En base al Principio de Beneficencia, que promueve el mejor interés del paciente
pero sin tener en cuenta la opinión de éste. Justo en medio de este panorama, donde los
números de casos siguen aumentando, se encuentran los médicos y profesionales de salud
que deben atender a las personas con coronavirus o bajo evaluación de poder padecerlo,
pues en el Perú se ha desarrollado el único criterio incluido en el documento técnico sobre
prevención y atención de personas afectadas por COVID-19 es que el alta médica se hace
“según evaluación clínica individual”. Luego de esto, los pacientes deben aislarse en su
domicilio al menos por 14 días. En base a este principio lo que se busca es la mejora de
quienes lamentablemente pueden padecer del SARS-CoV-2, es más Una vez acontecida la
muerte el ser humano deja de ser sujeto de derecho y pasa a la categoría de objeto de
derecho; por ende, el cuerpo tendría ese estatus frente a nuestro sistema jurídico en nuestro
país, el destino del cadáver no se puede hacer en base al cumplimiento de su voluntad que
en vida manifestara la persona en lo referente a su cadáver, cremación o sepultura.
En base al principio de no maleficencia, este principio va de la mano con el de
beneficencia, para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio. “no perjudicar
innecesariamente a otros”. Pues si bien el derecho del cadáver se entiende que, debe ser
tratado bajo los principios básicos del respeto y la dignidad, pues este al ser cremado o
enterrado y solo se permite el acceso de dos familiares y/o amigos del fallecido para
despedirse, pero "sin establecer contacto físico con el cadáver ni con las superficies u otros
enseres de su entorno o cualquier otro material que pudiera estar contaminado", el cuerpo
es manejado por personal capacitado para evitar que se propague el virus.
En base al principio de justicia, tratar a los pacientes como corresponda, con la
finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad, de esta manera, el derecho y la
realidad será de utilidad para el destino y tratamiento de una figura tan interesante
como es el cadáver. El gobierno ha estipulado que el destino final puede ser entierro o
incineración, en las condiciones habituales.
CÁTEDRA: ARGUMENTACIÓN E INTERPRETACIÓN JURÍDICA
TEMA: BIOETICA - DISPOSICIÓN DEL CADÁVER EN TIEMPOS DEL COVID-19
Las actividades para el manejo de víctimas mortales del Covid-19 van desde el
traslado del cuerpo en una bolsa hermética e impermeable hasta su cremación. Este
trayecto debe ser realizado con la indumentaria correspondiente y en el menor tiempo
posible. “En el protocolo de manejo de cadáveres se describe que las actividades de control,
(consisten en que la víctima) debe salir de la cama en una bolsa de seguridad que, una vez
cerrada, impide que salga cualquier fluido corporal, secreción bronquial, orina, heces o
sangre. Luego, se lleva de frente a un crematorio”. Por su parte, Amanda Zárate, perito y médico
legista del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, señaló que estas medidas son efectuadas
debido a que el cuerpo de una víctima fallecida por coronavirus puede propagar el virus, al punto de
que los pacientes que han muerto por coronavirus no son sometidos a pericias forenses como las
necropsias. Además, explicó que la cremación y el entierro bajo ciertos parámetros de seguridad son las
principales medidas que ayudan a cortar la cadena de contagio. “Definitivamente el cadáver (de
un fallecido por coronavirus) debe exponerse lo menos posible. Lo más prudente es o
enterrarlo con todas las medidas de bioseguridad o cremarlo”.