Está en la página 1de 4

La actual división político-territorial del Estado venezolano no limita, en ningún sentido, la

participación organizada de la sociedad civil. No obstante, la inclusión de la palabra


“socialista” en el Proyecto de Ley de Comunas limita la participación de todos aquellos
ciudadanos que, por cualquier razón, no simpaticen con los fundamentos de la ideología
mencionada. 

Dado que, por la propia definición emanada de la ley propuesta, la Comuna es una entidad
socialista, la ley entra en conflicto con los pilares democráticos establecidos en la Carta
Magna, donde se reconocen los derechos de todos los ciudadanos por igual, sin distingo de
ninguna naturaleza, incluyendo la ideología que profesan –o dejen de profesar- los
participantes del juego democrático. Ergo, la ley tiene carácter antidemocrático, al suponer
que sólo quienes estén dispuestos a participar en la edificación de un Estado socialista
tendrán derecho a participar en la conformación de la Comuna y, por ende, derecho a los
beneficios que ofrece el Estado a esta forma de organización política. 

La elección democrática de Gobernadores, Alcaldes y Consejales, es la forma consensuada


que el pueblo venezolano ha elegido para el ejercicio del autogobierno. En este sentido, la
descentralización abrió las puertas a la participación popular, sin que ello haya menoscabado
la actuación de otras formas de control social, como las ONG´s, Asambleas de Vecinos, etc.,
las cuales han tenido voz en las diferentes instancias de los gobiernos locales. 

Darle a la Comuna responsabilidades como "la planificación del desarrollo social y económico,
la formulación de proyectos, la elaboración y ejecución del presupuesto comunal, la
administración y gestión de las competencias y servicios”, presenta un problema fundamental
en cuanto éstas son responsabilidades de los gobiernos descentralizados. Es preciso señalar
que en la propuesta de ley no dice “participar en”, sino realizar las acciones enumeradas
arriba. 

Aunado a lo anterior, dado que la ley establece que la finalidad de la Comuna es, en primer
lugar, “Desarrollar y consolidar el Estado Comunal como expresión del Poder Popular y
soporte para la construcción de la sociedad socialista”, resulta antidemocrático imponer la
figura de la Comuna a los gobiernos descentralizados, legítimamente electos por el pueblo en
pleno uso de la soberanía del voto. 

Nuevamente, es preciso hacer énfasis en la imposición del carácter socialista de la Comuna,


es imprescindible hacer notar que no cualquier venezolano podrá hacer uso del derecho
constitucional a la participación ciudadana; de aprobarse esta ley, sólo aquellos que
simpaticen con la interpretación socialista del actual gobierno podrán pertenecer a la Comuna,
marginando POR LEY a quienes se opongan a la ideologización de la sociedad venezolana. 

En el proyecto de ley se menciona una entidad promotora, entre cuyas atribuciones destaca
“Establecer la propuesta del ámbito geográfico de la Comuna, atendiendo a las disposiciones
establecidas al respecto en la presente Ley”. Uno de los peligros que destaca a simple vista
es la facilidad con la que los simpatizantes del gobierno podrán establecer los límites
geográficos de las Comunas que se organicen a través del partido oficialista, mermando la
posibilidad de organización en aquellas zonas en las que la oposición política al actual
régimen predomine. 

Los Consejos Comunales son, en primera instancia, las organizaciones encargadas de


realizar la tarea de convocar a la ciudadanía a participar en los debates para la constitución de
la Asamblea Constitutiva de la Comuna, así como de la organización del proceso electoral,
entre otros. En este sentido es válido preguntarse ¿qué ocurrirá con las comunidades que no
cuenten con un Consejo Comunal? Y, más aún, ¿quién decidirá los límites territoriales de
acción de la futura Comuna? 

En este punto es necesario repasar la historia reciente de los Consejos Comunales. Durante
el periodo 2006-2007, el gobierno nacional lanzó una campaña de creación de Consejos
Comunales, ofreciendo a la ciudadanía un amplio catálogo de beneficios a los cuales
accedería a través de esta forma de organización popular, entre los cuales destacaba el
acceso a créditos para la solución de problemas que afectaran a la comunidad. No obstante,
los resultados fueron poco menos que desalentadores, ya que la sociedad civil organizada no
obtuvo ninguno de los premios ofrecidos y los Consejos Comunales quedaron como una
forma de organización vaga y desesperanzadora. Con esta nueva ley se pretende crear
nuevas expectativas a las comunidades, con el peligro inminente de ELIMINAR POR LEY los
derechos de los ciudadanos que no profesen la ideología socialista. 

¿Qué ocurrirá con aquellos Consejos Comunales democráticamente electos que no


simpaticen con el carácter socialista del gobierno central? ¿Será necesario pretender ser
socialista para acceder a los derechos que constitucionalmente tienen todos los
venezolanos? 

Lo más peligroso que se observa en la ley propuesta no es siquiera el hecho de restarle


atribuciones constitucionales a los gobiernos descentralizados, sino el hecho de ELIMINAR
POR LEY LA IGUALDAD DE DERECHOS DE TODOS LOS CIUDADANOS sin distinción de
simpatía política o ideológica. Esta ley promueve el APARTHEID de facto y por ley, en la
organización político-territorial de Venezuela. 

ventajas y desventajas de los concejos comunales

"Sólo hay participación si la comunidad incide en cada etapa del proceso"

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de los consejos comunales?

"Su pequeño tamaño geográfico y poblacional (200 a 400 familias en zonas urbanas), la
relativa homogeneidad social de la comunidad involucrada, son factores que pueden facilitar la
deliberación interna y la contraloría social en torno a proyectos muy específicos. Al mismo
tiempo, esta es una desventaja para abordar problemas de mayor alcance físico-espacial,
ambiental o social como los que se plantean en nuestras principales ciudades. Allí es donde
aparecen las instancias subnacionales de gobierno. Es importante que entendamos que la
complejidad del fenómeno urbano venezolano, justifica y requiere estructuras de gobierno
urbano desde las parroquias, hasta las gobernaciones de estado pasando por los municipios y
distritos metropolitanos. Por lo demás, ya existen en Venezuela experiencias interesantísimas
de trabajo coordinado entre consejos comunales y gobiernos municipales, por cierto, estos
últimos de todos los colores políticos.

Como toda organización comunitaria, presentan problemas de representatividad, capacitación,


calidad de la deliberación interna, y por supuesto, dado que manejan recursos financieros,
también tienen problemas de auditoría. Estos problemas podrían tener solución con el debido
acompañamiento. No obstante, su principal desventaja tiene que ver con el tutelaje que sobre
ellos ejerce el gobierno nacional y su consecuente dependencia del flujo de recursos públicos.
Es bien difícil que un gobierno tan rico e ideologizado como el que actualmente existe en
Venezuela se limite a impulsar estas organizaciones sin intentar controlarlas. Por eso he
afirmado, en alguno de mis trabajos que el modelo de (seudo) participación que impulsa el
gobierno actual a través de los consejos comunales tiende a la estatización de la sociedad.

El presidente Chávez habla de desconcentración de poder, esto ¿se diferencia de alguna


manera de la descentralización? Si es así ¿cómo?

Ciertamente, el Presidente Chávez alguna vez dijo

que la verdadera descentralización consistía en desconcentrar el poder y hacer que fluya


directamente hacia las bases del pueblo. Este tipo de enunciado es muy vago, lo cierto es que
en la práctica este discurso ha abierto el camino a una visión que promueve procesos de
(seudo) participación bajo la tutela del poder central. Así, se ha establecido un vínculo político
y financiero directo entre el gobierno nacional (fuente de los recursos) y la población
(beneficiaria) organizada a través de los consejos comunales, considerados como instancia
única de coordinación de la participación popular. En virtud de esta verticalización, los
consejos comunales corren el riesgo de derivar en organizaciones corporativas, apéndices del
gobierno.

La descentralización es otra cosa, supone desconcentrar poder y recursos financieros del


Estado central hacia múltiples centros de poder, representados en nuestro caso por los
gobiernos subnacionales (estados y municipios) y la comunidad organizada. Obviamente, el
Estado central se mantiene fortalecido en sus funciones estratégicas y de coordinación global.
De allí, por ejemplo, la figura del Consejo Federal de Gobierno prevista en la Constitución de
1999 y no puesta en práctica hasta ahora.

¿Cuáles son los principales obstáculos de los consejos comunales?

Como toda organización comunitaria, presentan problemas de representatividad, capacitación,


calidad de la deliberación interna y, dado que manejan recursos financieros, de auditoría.
Éstos podrían tener solución con el debido acompañamiento. No obstante, su principal
desventaja tiene que ver con el tutelaje que sobre ellos ejerce el Gobierno y su consecuente
dependencia del flujo de recursos públicos. Es bien difícil que un gobierno tan rico e
ideologizado como el que actualmente existe en Venezuela se limite a impulsar estas
organizaciones sin intentar controlarlas. Por eso he afirmado, en alguno de mis trabajos, que
el modelo de (seudo) participación que impulsa el gobierno actual a través de los consejos
comunales tiende a la estatización de la sociedad.

Recomendaciones
1. Reconsiderar toda intención de suprimir o subordinar los gobiernos municipales existentes a
favor de los consejos comunales. Esta idea es contraria a la democracia participativa.

2. Fortalecer los consejos comunales y demás organizaciones de la sociedad civil


(capacitación, organización, auditoría), tanto horizontal como verticalmente, a fin de que
superen sus debilidades y actúen como contrapeso o mecanismo de corrección de las
desviaciones de las instituciones del Estado.

3. Retomar y revisar la idea, plasmada en la Ley Orgánica de Planificación, de crear un


sistema nacional de planificación participativa, entendido como conjunto de relaciones entre el
Estado y la sociedad civil en los diversos ámbitos político territoriales (nacional, estadal y
municipal) para la formulación de planes.

4.En lugar de la Comisión Nacional Presidencial del Poder Popular, transferir funciones y
recursos a instancias descentralizadas con representación de la sociedad civil, dentro del
marco del sistema nacional de planificación participativa.

5.Impulsar una política nacional de fortalecimiento financiero y profesionalización de las


administraciones locales. Gobiernos municipales fortalecidos en sus capacidades políticas y
financieras proveerían a los consejos comunales información y conocimiento técnico
especializado; redistribuirían recursos de manera equitativa y los mantendrían auditables de
acuerdo con estándares establecidos. Se requieren administraciones urbanas
profesionalizadas, pero que a la vez consideren el fenómeno urbano en toda su complejidad."

75 al 97 y 112 al118

También podría gustarte