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LUCÍFERO
CR E ADOR
~ Versión Mejorada ~
AON
el lucífero creador 3
Cuento escrito en 1978
© by AON (Alejandro Nepote)
Primera edición impresa: Ed. Argenta Sarlep S.A.
Buenos Aires, Junio 1988
Diseño de tapa y dibujos interiores: Aon
Libro de edición argentina
ISBN 9509332453
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Segunda edición digital:
© 2012 by AON (Alejandro Nepote)
ISBN: 9789873314216
Todos los derechos están reservados.
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4 el lucífero creador
He aquí mi mensaje...
el lucífero creador 5
Todas las cosas tienen un Doble Sentido.
6 el lucífero creador
CAPITULO UNO
el lucífero creador 7
Dibujo Nº 1
El Principio - El Inicio
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En la inmensidad de la Gran Oscuridad del Origen
inexpugnable, de ese Origen que siendo la Nada misma es algo
y que siendo el mayor vacío todo lo llena, de ese Origen que
siendo la Unidad indivisible se proyecta infinitamente en la
vasta multiplicidad potencial, latente en el mismo Origen, y que
siendo el Alfa y el Omega, el Principio y Fin, el comienzo y
término de la Existencia entera.
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CAPITULO DOS
LA MANIFESTACIÓN
MANIFESTADA
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Dibujo Nº 2
La Evolución de la Luz - El Yin-Yang
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– ¿Estás todavía?...
¿Me percibes aún? Si me sintonizas, dime... ¿qué ocurre aquí?
¿Por qué no te comunicas más? Ha transcurrido muchísimo
tiempo desde la anterior comunicación y no puedo seguir
absorto en este extraño y asfixiante silencio. Quiero saber ¿qué
espero?, ¿quién soy?... ¿qué hago o qué puedo hacer aquí?
– Lo que gustes. Puedes hacer lo que quieras.
– Pero, ¿cómo?
– Simplemente pensando y expresando lo que quieres...
– Pero, ¿cómo?...
– Piensa en lo que deseas que suceda... Yo también estoy
esperando desde hace mucho tiempo a que te decidas proyectar
esa gran Mente que todavía se adormece en ti.
– Si es así, entonces... pienso en que tengamos FORMA...
Y la Vibración más joven pensó en ello...
el lucífero creador 13
Tanto el niño luz celeste como el anciano luz naranja, no
podían observar sus formas, sus propias luces, más sí sentirlas, y
ahora se sentían más tangiblemente que antes pero no podían
verse. Sólo se percataban extremadamente extraños, como que
algo se desprendía de lo que ellos ya eran en sus vibraciones
más elementales del sonido insonoro primordial, es decir, desde
su absoluta manifestación inmanifestada.
14 el lucífero creador
Sin prestar atención a la pregunta de la Vibración más
anciana, la Vibración más joven prosiguió proyectando movido
de acuerdo a sus propios pensamientos.
– Estoy pensando, no me distraigas. Mira qué raro, qué
extraña manera de comunicarnos tenemos... por eso ahora
pienso en que hablemos y oigamos sin tener que estar uno
dentro del otro para poder dialogar...
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16 el lucífero creador
CAPITULO TRES
el lucífero creador 17
18 el lucífero creador
– ¿Por qué has hecho esto ahora? ¿Qué le encuentras de
especial? –Preguntó alarmada la Luz Naranja en un melodioso y
sereno tono, propio de un abuelo de miles de años, o de cientos
de miles de siglos–.
Por primera vez en esta extensión insonora, se oyó el
intermitente eco del sonido que producía una resonante voz. Ya
no se trataba de una comunicación vibratoria inaudible como
había sido hasta entonces.
– ¡Qué musical suena!, es precioso, ¡sigue hablando, no te
detengas!, –concluyó la Luz Celeste sin dar mayor importancia a
las preguntas del anciano–.
– Es hermoso. Es, es... ¿cómo definirlo? Mira lo que acabo
de proyectar a partir del pensamiento. Oye, escucha... ya no
tendremos que comunicarnos por medio de frecuencias
vibratorias que titilan marcando en lo interno una clave de
interpretación. Ahora, en cambio, podemos dialogar formando
sonidos de frases poéticas que nos lleguen a través de lo
externo. Si quieres puedes cantar, y reír, y...
– ¿De dónde te vienen esas extrañas ideas?, –interrumpió el
anciano sin modificar el tono de su voz, y agregó–, ¿por qué me
involucras en tus pensamientos?... Te aseguro que estaba bien
como era antes; ahora, por el contrario, debido a esto debo
marcharme. Se lamentó la Luz Naranja y su voz sonaba muy
triste a fin de transmitir una aparente confusión y pesar.
– ¿Cómo?... ¿te irás?, ¿adónde? No me abandones, ¡por
favor! No puedes dejarme solo, –imploró asustada la joven Luz
Celeste, y agregó como para darle y darse entusiasmo–, no es
para tanto...
– No es que lo quiera, yo no dispongo... Naturalmente me
voy porque llegó mi hora... Es la Ley de la forma. Cuando te
desperté era yo muy anciano y Tú, recién nacido. Al darme un
cuerpo, por mi condición anciana me correspondió uno muy
viejo, tan viejo que ya está llegando a su fin. Lo mismo le
sucederá a mi habla, a mi vista, a mi audición y a todo lo que tu
el lucífero creador 19
pensamiento ha generado. Volveré a mi estado ORIGINAL,
increado, nonato, y retornaré a aquella dimensión en la cual
estábamos antes de que te despertara.
22 el lucífero creador
– ¿Qué haré sin Ti? ¿Cuánto durará esto?, ¿cuándo seré
anciano y perderé esta forma?... Quiero regresar contigo a mi
estado Original, a esa dimensión esencial tan especial.
– Claro que es posible, todo depende de cómo de ahora en
más apliques tu discernimiento para hallar la Sabiduría, aquella
por la cual te permita volver a tu estado prístino original...
Puede que sea, que en poco tiempo estés de nuevo en
nuestro LUGAR, o, tal vez, pasen unos cuantos millones de
millones de años... Quizás, jamás vuelvas si es que no llegas a
reconocer nuestra procedencia esencial.
– ¡Volveré!, lo prometo. Sin Ti siento que no tengo sentido;
es más, todo esto no tiene sentido si no puedo llegar hasta
nuestra excelsa Morada y sigo distanciado de ella.
Y como vio que la Luz Naranja se extinguía definitivamente,
se apresuró a seguir preguntando algunas cosas más para poder
estar mejor preparado para desenvolverse en la soledad que se
avecinaba.
– Explícame, ¿qué es esto de la Sabiduría que mencionas?
– Es aquello que se suponía que te transmitiría cuando te
desperté, pero ahora sólo me quedan unos breves instantes y
eso lleva mucho tiempo.
Respondió el anciano en un tono muy suave, casi
imperceptible, debido a que su voz comenzaba a perderse; sin
embargo, agregó algo más: – Tú la tendrás que hallar solo, por
Ti mismo, y según sea la que encuentres podrás volver a
nuestro Lugar o extraviarte para siempre.
Has desencadenado algo tremendamente inconmensurable
que deberás terminar, es como un desencadenamiento casi sin
fin de causas y efectos consecutivos cada vez mayores. Ahora
debes recorrer y concienciar todos los eslabones de esta cadena
hasta dar con ese “casi sin final”...
el lucífero creador 23
Comprende que, “lo Complejo surge de lo Simple y en lo
Simple ha de concluir”, pues, cuando lo enmarañado se aclare la
esencia resurgirá....
– Pero... ¿cómo haré? –Preguntó el pequeño brillantino
llorando sin consuelo, esperando tal vez encontrar la solución a
todo esto que lo embargaba inmensamente–.
– Sólo puedo decirte, –continuó la Luz Naranja–, que en los
confines de este Espacio... sólo allí encontrarás la respuesta de
cómo volver a nuestro estado.
– No sé dónde queda el confín de esta existencia, –sentenció
inocentemente el Lucífero–.
– Yo menos sé dónde se encuentra... ¡Tú lo impulsaste y lo
proyectaste con el pensamiento! –Le recordó el anciano en un
tono sonriente a pesar de la tensión que ejercía la situación
sobre el niño; es que quería hacerle comprender que dentro
suyo estaba la Mente Superior, y así continuó diciendo:
– Entiende que no puedes detenerte, el pensamiento que has
impulsado debe proseguir hasta agotarse y completar de la
mejor manera lo que ha iniciado. No puedes detenerlo de otra
manera que no sea terminando lo que has iniciado, no puedes
interrumpirlo, sólo debes seguirlo. Ya has comenzado y debes
continuar adelante. Si te quedas, siempre estarás en esta misma
condición de incertidumbre; serás una simple y triste candela
que vaga por el espacio, sin rumbo y confundida, sin poder
retornar jamás a tu esencial e invisible terruño-hogar... Por eso,
tienes que proceder sin desfallecer en el constante intento de
completar el ciclo, sino, nunca lograrás alcanzar tu estado
esencial. Esta es tu quinta lección:
De Ti depende...
– No me abandones todavía, explícame algo más. –Suplicó la
Luz Celeste–.
– Tú tienes el “poder” ahora, aprende a usarlo; ¡piensa en
algo!
24 el lucífero creador
– ¿Pensar?... Pensaré, pensaré... No sé qué pensar.
– Yo ya no estaré. Tú debes saber; porque de lo contrario
jamás nos reencontraremos. Piensa en algo que necesites para
continuar; ¡piensa! –Exigía el anciano mientras se evaporaba–.
Hubo un tiempo de profundo silencio; los pensamientos se
iban multiplicando y recreando a sí mismos en la inmaculada
Luz Celeste, se agolpaban arremolinándose e iban inventando
nuevos mecanismos que funcionaban de manera revolucionada
con el fin de lograr claros objetivos en el escenario de la Mente
Superior, y repentinamente pronunció:
– Pienso... pienso que debería recordar absolutamente todo.
¡Aayyy! –Gritó el niño abruptamente luego de pensar y percibir
la consecuencia de lo que había pensado–.
– ¿Qué ha sucedido? –consultó el anciano aunque ya lo sabía
claramente–.
– No puedo recordar. –Negó el Lucífero–.
– Sí que puedes. –Aseguró la Luz Naranja–.
– Me hace mucho daño.
– Lo sé, es muy difícil, pero no puedes olvidarte tan pronto
de las enseñanzas. Debes seguir con lo que ya has comenzado,
más allá de lo que cueste y de las consecuencias. Si te detienes
ahora, así como estás te quedarás. –Repetía una y otra vez con
el fin de que nunca lo olvidara–.
– Tienes que terminar con lo que has empezado aunque
duela... aunque te cause dolor. ¿Qué recuerdas? –preguntó–.
– Todo. –Respondió la Luz Celeste intentando recordar
hasta lo que le hacía daño–. Recuerdo todo, Futuro, Pasado,
Presente y aún más allá del futuro y más allá del pasado. Es
infinito e increíble, y además, sumamente doloroso aún cuando
por momentos haya felicidad.
– Te servirá, pero hay algo que no puedes recordar aunque
lo pienses una y otra vez, porque está dormido en Ti y debes
despertarlo con tu propio despertar. Eso es justamente lo que
el lucífero creador 25
debes descubrir por tus propios medios, sin la ayuda de
“Poder” alguno. Entiende que aunque pienses en el Camino
hacia tu esencia no lo recordarás, es decir, aunque intentes
recordar dónde se encuentra el confín de la existencia no lo
recordarás, porque sólo lo podrás ver y lo realizarás avanzando
por ese Camino que lleva hacia el confín. El confín está en Ti,
pero este no se revelará por el recuerdo sino a través de
transitar el Camino. Es la única manera, avanzas por él, y a cada
tramo del trayecto lo irás recordando más y más. Y cuando
alcances la meta, recién entonces recordarás íntegramente la
naturaleza del Camino que te ha llevado hasta tu propia esencia.
Luego de estas palabras, el abuelo luz naranja notó un
cambio brusco en su forma, y dijo:
– Me estoy... yendo... piensa... en algo más.
– Pienso en el Conocimiento y en la Sabiduría. –Inquirió
exaltado el Lucífero.
– Muy, muy hábil..., –volvió a decir el anciano en un tono
lejanamente jocoso–, la Sabiduría que hará posible que te
vuelvas a unir a mí, no la lograrás así, sólo pensando y
proyectando; ésta también tendrás que realizarla a medida que
avances por el Camino hacia tu esencia.
A ver..., dime... ¿qué sabes ahora que has pensado en el
Conocimiento y la Sabiduría?
– Bastante, aunque no todo... más bien, sé algo. –Contestó el
lucerillo guiado por un preciso discernimiento–.
A su exacta respuesta, agregó el anciano: – Desde luego...,
aprende desde ahora que no todo puedes impulsar y proyectar
con el pensamiento. Hay algo que nos impulsó a nosotros, y
que no necesitó de nadie para pensarse a sí mismo; pues, se
impulsó a sí mismo y sigue proyectándose a sí mismo.
DESCÚBRETE Y LO DESCUBRIRÁS...
La Sabiduría consiste en saber vivenciar AQUELLO en su
unidad indivisible; y cuanto más sepas de Eso, más cerca suyo
estarás...
26 el lucífero creador
Y cuando lo hayas alcanzado podrás saber en realidad quién
eres. No lo olvides, sólo así será posible tu regreso.
– Algo voy entendiendo, pero...
– Yo también... algo..., –dijo el anciano–.
– Pero, si no eres tú, ¿quién entonces me lo podrá decir?
– En el límite, en los confines del Universo encontrarás la
respuesta, no lo olvides... Ya me voy... me despido hasta el
momento del reencuentro.
GENEALOGÍA CÓSMICA
el lucífero creador 29
30 el lucífero creador
Después de mucho tiempo de quietud y reflexión, un fuerte
pensamiento logró hacerlo reactivar de su ya extenso letargo.
el lucífero creador 33
Luego de proyectar e impulsar con su pensamiento toda esta
obra de belleza incomparable, la lucecilla se quedó mirando
atónita desde la nube, sin poder expresar con palabras, sin
poder describir esa tan gloriosa, admirable y extraordinaria
imponente potestad que desde Él había ido evolucionando... y
lo llamó: la Majestuosa auto-Revelación de la Esencia...
34 el lucífero creador
CAPITULO CINCO
CINCO NATURALEZAS
el lucífero creador 35
Dibujo Nº 3
Danza Sideral - La Nube del Lucífero
36 el lucífero creador
El Lucífero Pensador se sentía fascinado de mirar y andar
por todos los recovecos galácticos y de filtrarse por todos los
sitios que iban recreándose a sí mismo en nuevos formatos de
expresión.
Cuando finalmente se sintió agotado, mucho después de
tanto viajar y observar, recordó que podía hablar, que tenía voz,
sólo que no había con quien conversar. Al comprender lo
mucho que implicaba esta ausencia, advirtió al extremo que
necesitaba de alguien para compartir ideas; se figuró entonces
pensar en alguien importante. Justamente, el Lucífero ya no
podía intervenir nunca más en lo que había pensado y
proyectado según ya se lo había señalado el Anciano Luz
Naranja, por lo tanto, era imprescindible concebir un Ser con
identidad que fuera apto para llevar adelante este acto de
presencia y así atestiguar las consecuencias adversas o benéficas
de todo pensamiento expresado por las entidades manifestadas.
Tenía que tratarse de alguien que pudiera sostener a las
demás formas y ayudarlas a desarrollarse y evolucionar, tendría
que ser superior en capacidad, en el sentido de poseer los
propios medios por los que podría acunarlas y protegerlas, de
modo que las conformaciones manifiestas nunca perdiesen el
equilibrio y tuviesen siempre en dónde ampararse. Alguien que
se ocupase de observarlas mientras vivieran y de guiarlas al
transitar su propio camino para volver a su estado primigenio...
Alguien que pudiera hacer y verificar lo que ya el Lucífero no
podía realizar, que estuviera presente cuando el Lucífero se
ausentara.
La Luz aprovecharía para entregarle a este Ser todo aquello
que momentos antes había conjeturado; le daría finas cuerdas
vocales para que su voz sonase como una dulce y armoniosa
melodía, y así, podría dialogar y comentarle de tanto en tanto
todo lo referente a la existencia y al devenir de las formas. Le
daría también unos grandes ojos, puros, que reflejaran la
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absoluta simplicidad para que a todo lo compuesto pudiese
irradiarlo con sólo observarlo... y esos ojos captarían además,
tanto la forma como la esencia subliminal detrás de ella.
Tendría también enormes orejas para percibir todos los sonidos
del Universo y así poder responder a todas las ondas emitidas
por las infinitas maneras de comunicación.
De entre todas sus variadas particularidades se destacarían
especialmente sus largas uñas, las cuales equivaldrían a únicos
bolsillos en donde guardaría como incalculable tesoro el Polen
de la Vida que podría esparcir por donde quiera que vaya,
fecundizando los más desolados lugares y dando vida hasta los
más recónditos parajes más inhóspitos del universo.
Encantado el Lucífero por tan fantástico sueño, dijo para
hacerlo realidad:
– Pienso en un Sabio Regulador de toda esta infinita
existencia, que vea, oiga, hable y tenga todo lo necesario para
responder a la Mente Superior, y que a su vez, sea digno de tal
galardón...
Fue así como nació de la más tierna creación, una emanación
sublime de algo Divino... “El Controlador de Todo”, quien
sería La Naturaleza reguladora de toda la existencia.
Esta Naturaleza era invisible y visible a la vez, pues en su
interior contenía todo el Espacio-Tiempo con sus respectivas
formas, y al mismo tiempo, ella misma podía estar dentro del
universo y dentro de cada entidad individual del cosmos.
Otra particularidad era que si se encontraba en su aspecto
extrovertido, era invisible, y, al revés, cuando penetraba en la
conocida tercera dimensión y se tornaba introvertido, generaba
una forma muy dulce con todas las características que el
Lucífero Creador había imaginado...
el lucífero creador 41
– Lo deseo porque te quiero y amo todo esto. –Dijo el
Controlador de Todo con una amplia sonrisa–. Me has dado
vida y es demasiado comparado con lo poco que me toca hacer.
Tómalo como mi humilde ofrenda a la sublime manifestación
que has creado.
– Siendo así, será menor mi preocupación y podré estar
menos pendiente para dedicarme a buscar el Confín, pues por
intermedio de Ti, se “DESTACARA MI VOLUNTAD”.
– Hay algo que me inquieta, y es que tú has dicho que no
puedes intervenir una vez impulsada la forma, y has dicho que
la debes dejar hasta completar su ciclo... lo que no entiendo es,
–preguntó apenada La Naturaleza como si se tratara de algo
injusto e innecesario–, “¿por qué debe completarse el ciclo?”...
Por primera vez la tristeza se adueñaba de este Ser y su
apacible semblante se ensombrecía como el fondo mismo del
espacio ilimitado.
– No es por gusto ni placer mío. Se trata simplemente de la
inexorable Ley que acompaña a la materia. Es la Ley de la
Existencia. Todo lo que se inicia en algún momento, ha de
concluir alguna vez. Así se comporta la materia.
Mientras el Lucífero respondía, recordaba que era casi la
misma pregunta que le había formulado hace millones de años a
la Luz Naranja cuando ésta le había dicho que desaparecería;
entonces, el Lucífero, consideró a esta pregunta como la
formulación de un interrogante Natural que se harían todas las
formas. O sea, para todo lo que estuviera manifiesto o poseyera
alguna forma definida de Identidad y de Conciencia, sería... la
Pregunta Existencial por excelencia.
– Debes saber que si algo nace, irremediablemente muere;
esto significa en parte completar su ciclo, al menos desde la
perspectiva material. Para que no muera, sencillamente no debe
nacer. –Agregó el Lucífero con el fin de dejar más conforme y
tranquilo al Controlador–. Esto mismo te demuestra que
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aunque eres el Controlador de Todo, en realidad no podrás
controlar nada; serás tan solo como el Controlador de Nada
que ha asumido amorosamente el rol de un acompañante
observador. Simplemente permanecerás actuando conforme a
tus cinco leyes básicas naturales y a la Ley Universal que para
eso eres La Naturaleza.
El Ser de La Naturaleza, no quedándose nada satisfecho con
tal respuesta, prosiguió con su interpelación:
– Pero... ¿es qué todo es así?, o... ¿existe algo que no perezca,
que sea invulnerable a esta regla ineludible de nacer y morir?
– Sí, hay algo... la esencialidad de Mi LUZ.
Ella proviene de algo eterno y perdurable indefinidamente,
que nunca nació y por consiguiente jamás morirá, porque
sencillamente Siempre ES.
Esta Luz proviene de una Unidad Esencial, de un Origen
que en sí mismo es Existencia inmortal sin forma, vacía y llena
a la vez, que siendo Nada, lo es Todo.
– No comprendo bien eso de que Siempre Es. –Comentó el
Controlador de Todo que Nada Controla con expresión de
suma sorpresa, y del mismo modo agregó el Lucífero:
– Yo tampoco..., solía decirme mi amigo Luz Naranja.
– ¿Cuál amigo? –Quiso saber el dulce Ser, dejando a un lado
la duda anterior–.
– Él está en aquel lugar donde todo es Eterno. –Dijo la Luz
Celeste sumido en la nostalgia–.
Encausando ésta respuesta al aparente olvidado anterior
cuestionamiento, expuso el Controlador de Todo:
– Los lugares que conozco son éste y aquel de afuera en el
que soy invisible, es decir, conozco al Universo por dentro y
por fuera; ¿en cuál de estos lugares está tu amigo?
– En ninguno. Él está más allá de toda dimensión y de los
miles de lugares que existen en este infinito espacio-tiempo, y
más allá del espacio-tiempo en sí, porque allí donde Él está no
existe el tiempo ni el espacio; se encuentra allí en donde no hay
el lucífero creador 43
lugar para ningún tipo de forma. –Dijo el Lucífero mientras
sentía un filo que lo atravesaba profundamente al querer estar
en aquel sitio del cual un lejano día se había marchado–.
44 el lucífero creador
– El Despertar de la Sabiduría, querida amiga, proviene de
un arduo crecimiento interior en lo que se refiere al simple y
sublime hecho de tomar conciencia, y no por el mero deseo de
poseerla... “Esta es la Enseñanza”.
Hasta que no logre percibir la sabiduría necesaria mediante la
expansión de la conciencia, no daré con el Confín del Universo.
– Quisiera ayudarte. –Se ofreció el Controlador de Todo sin
saber qué podría llegar a realizar por la Luz Celeste.
– Ya lo has hecho, –dijo agradecido el Lucífero Creador y
concluyó: – Ahora debo marcharme, tengo que continuar con
mi búsqueda.
– ¿Te irás?... –Preguntó el Ser de La Naturaleza en un tono
amargo al tiempo que inflaba los cachetes y se le aflojaban los
bigotes. Los ojos se le enrojecieron avisando que las lágrimas se
estaban preparando para salir rodando, y los labios de su boca
se fueron paulatinamente superponiendo en un gesto de
tristeza.
– No te lamentes amiga Naturaleza. –Suplicó el Lucífero que
se percató de la inmensa angustia que el Controlador de Todo
estaba padeciendo, y le dijo con el fin de calmarlo–, este
distanciamiento será necesario para los dos, para que cada uno
pueda cumplir su misión y función especial sin interferencia.
Con muchísima aflicción y con algunas lágrimas, porque
aunque era muy grande físicamente, en edad era apenas un
niño, dijo el Controlador de Todo:
– Me da mucha pena saber que alguna vez, todas estas cosas
maravillosas y agradables vayan a “desaparecer”, para ser lo que
eran antes de que Tú las pensases y les dieses impulso: “nada”,
simplemente Nada.
– No te entristezcas pequeña compañera, cierra los ojos y
entenderás...
El Controlador de Todo, sin saber por qué se lo pedía,
obedeció.
el lucífero creador 45
Dejó caer lentamente sus pesados párpados y cuando éstos
se cerraron completamente, la presión hizo que las lágrimas
acumuladas en sus ojos saltaran como enormes torrentes
cósmicos hacia el espacio, porque aunque eran apenas unas
pocas, cada una de estas lágrimas contenía el volumen de miles
de océanos.
Luego de un momento, el Lucífero volvió a solicitarle al Ser
de la Naturaleza:
– Abre los ojos... ¡Ábrelos!, dime, dime espléndida Señora,
¿qué ves?
– A Ti Luz Celeste. –Dijo sorprendido el Controlador.
Pero al instante, el Lucífero creó con la misma masa del
espacio un espejo gigantesco para que el Ser de La Naturaleza
se pudiera observar a sí mismo.
Este, al mirarse vio que sus ojos proyectaban una suave Luz,
también brillante, en un tono CELESTE y al mismo tiempo tan
refulgente como la del Lucífero...
Sin poder pronunciar palabra alguna, se quedó inmóvil ante
el espejo mientras que, a causa de la inmensa e inexplicable
alegría que sentía, le rodaban por el rostro pequeñas lucecitas
celestes en forma de lágrimas.
– Ya no tienes porque lamentarte Naturaleza... he puesto
parte de MI LUZ dentro de Ti ¡Ya no sufrirás la muerte!
Cuando toda la forma se disuelva y se disipe, tu resplandor
volverá a Mí y será junto al Mío, ETERNO... y juntos
retornaremos a la dimensión esencial.
¡Adiós amiga!... ¡ya nos volveremos a ver!
Y así, el Lucífero se marchó muy despacio montado en su
pequeña nube.
Así, el Ser de La Naturaleza, ahora con el brillo de la
inmortalidad seguía tieso frente al espejo sin haberlo podido ni
siquiera saludar, aún sin creer...
el lucífero creador 47
48 el lucífero creador
CAPITULO SEIS
EL SER HUMANO
el lucífero creador 49
50 el lucífero creador
Durante mucho tiempo anduvo el Lucífero sobre su nube
recorriendo todos los lugares, conociendo cosas que no sabía
que existían puesto que se procreaban a sí mismas conforme a
la evolución, producto de las substancias y esencias que él había
engendrado con su propio pensamiento creador. Dichas
substancias y esencias se combinaban e intercambiaban entre
unas y otras originando nuevas formas de manifestación; la vida
era palpable en cada entramado del espacio, en todos los sitios,
en cada curva, en cada astro. En todas las medidas de distancias,
todo era vida.
La Luz Celeste había creado a la Vida de tal modo que nunca
faltaría en ningún lugar y estaría siempre en todo espacio y
tiempo, o sea, ella marcaba el compás de la eternidad y nada
limitaba su existencia ni su esencialidad; de esta manera hizo
que sus proporciones fueran de tal magnitud que aún las
grandiosidades del nacimiento y de la muerte pasaban a ser
meros aspectos de ésta. La Vida estaba más allá de la muerte,
porque la vida estaba incluso más allá de las efímeras existencias
individuales.
A partir de estos patrones básicos y elementales, la Vida no
comenzaba cuando un astro se formaba o cuando nacía un ser,
ni siquiera cuando se iniciaba el surgir del tiempo y del espacio,
ni terminaba cuando éstos se extinguían, sino que, la Vida ya
estaba presente antes del nacimiento de cualquier tipo de forma
y continuaba luego de muerta tal o cual estructura material.
Nacimiento y muerte eran los ciclos naturales de toda
materia y existencia, mientras que la VIDA, en sí, era la esencia
primordial más perfecta que el Lucífero Creador haya
impulsado mediante su pensamiento artístico, y sobre la cual se
edificaba todo lo manifiesto...
el lucífero creador 53
– ¿Cómo estás Naturaleza?, qué contento me pones al venir;
pasó tanto tiempo... –Guardó silencio por unos instantes
pensando en el largo tiempo que había transcurrido y luego,
volviendo en sí, agregó: – ¿Qué te trae por aquí?
– Algo misterioso, querido amigo. –Contestó el Controlador
de Todo a la pregunta que ya esperaba oír, mientras que sus
ojos ampliados al máximo denotaban lo sorprendido que se
encontraba. Y siguió comentando de manera sorprendida pero
en el mismo tono de voz apacible:
– Estaba descansando en el lado de afuera del espacio
cuando oí que una voz decía: “¿Qué haré, qué puedo dar a
luz?”. Entonces, inmediatamente me transformé sin pedirlo en
lo que ahora soy, la naturaleza visible, y mágicamente me
encontré sobre mi nube muy próximo de aquí. Al ver el
resplandor celeste reflejado en las partículas espaciales, me di
cuenta que Tú estabas muy cerca; me alegré sobremanera y vine
de inmediato.
– Eso que oíste fue algo que yo pronuncié hace un
momento... –Dijo desconcertada la Luz.
– No comprendo cómo pude oírte estando tan distante y
menos entiendo aún, cómo pude llagar hasta Ti si no sabía ni
siquiera por dónde andabas.
– Sin duda he pronunciado algún dicho mágico. Tú sabes,
soy un Lucífero Creador, y hasta mis palabras impulsan
acciones y reacciones inesperadas. Sin embargo, esta vez fue sin
intención, –dedujo la Luz–, o sea que esto me demuestra que,
por el motivo de mi pregunta y por el hecho de estar Tú
presente, también sin intención, significa que aún tengo algo
que impulsar y que Tú tienes que ayudarme a resolver qué es...
De este modo, poniéndose muy contento el Lucífero
Pensador por la satisfactoria conclusión a la que había llegado,
la cual le proporcionaba nuevamente aquel impulso vital
esperanzador, invitó al Controlador de Todo a que expusiera su
parecer:
54 el lucífero creador
– ¿Qué opinas?..., ¿qué me queda por pensar y proyectar?
A la vez que el Controlador de Todo entornaba lentamente
su pesada cabezota hacia atrás y miraba con sus ojos
desorbitados todo lo manifiesto, lleno de una absoluta certeza y
convicción respondió:
– Definitivamente nada, todo está hecho.
Toda esta infinita anchura sideral está habitada hasta casi
desbordarse de fantásticas formas y por millones de planetas y
miríadas de soles que desfilan en cada milímetro de nebulosa de
los incontables mantos cósmicos esparcidos por doquier.
– ¡Eso es, sabia Naturaleza!... ¡Habitado!... ¡Tú lo has dicho!
sí, ¡habitado! –Dijo el Lucífero mientras despedía centellas a
borbotones, como a quien se le ocurre una idea brillante.
– ¿Qué quieres decir?, –preguntó el Controlador de Todo
sobresaltado por la repentina enorme dimensión que había
tomado el resplandor del Lucífero–.
– Bien dices, todo el espacio está habitado por infinitas
formas e innumerables constelaciones y por objetos volátiles y
en ebullición, tranquilos y agitados, solitarios y acompañados,
pero así como éstos son los habitantes del Universo, es
necesario pensar en seres que también habiten en todas estas
entidades, para que esta inmensidad tenga un motivo de
existencia, una razón y sentido de ser...
– ¡Uy!, qué lío de cosas, –interrumpió el Controlador de
Todo opinando sobre el tema, al tiempo que fruncía los pocos
pelos que tenía como bigotes.
– Sí, ¡hermoso lío!, –aceptó el Lucífero con una resonante
afirmación.
– Y, ¿qué harás?
– Daré origen a seres sumamente especiales, a seres que
habiten en esas formas esferoidales que también son seres en
otro formato, y de este modo puedan conocer, descubrir y vivir
todo lo pensado; seres como Tú, mejor dicho, parecidos, y que
sean tantos como formas existen en el Cosmos, y desde luego,
el lucífero creador 55
que ellos también pasen a formar parte del interminable
proceso que finaliza en Aquel ultérrimo estado de donde
procede mi Luz. Que sean al igual que todas las demás formas
existentes, seres imprescindibles los unos para con los otros a
fin de poder realizarse en una unidad compartida. –Comentó el
Lucífero Pensador un poco inquieto por quererle dar expresión
a ello lo más prontamente posible y plasmar de una vez todas
las ideas que estaban naciendo en su interior antes de que
alguna se le olvidase.
Brillando todavía un poco más, continuó:
– Ellos serán lo máximo de la Existencia, y si bien tendrán la
misma vida que todas las entidades tienen, serán “distintos” en
el sentido que ocuparán otros modelos y configuraciones.
– ¿Cómo es que son iguales y distintos a la vez con respecto
a las demás formas? –Preguntó el Controlador de Todo.
– Considera lo que de ahora en más tendrás que tener en
cuenta para que puedas de algún u otro modo hacerles siempre
recordar. –Dijo el Lucífero en un tono firme y sapiencial–. Sólo
las conformaciones materiales y las apariencias que a cada
especie le corresponda son diferentes, porque la Vida esencial
de donde ellos provienen es la misma. Precisamente, esa Vida
que hace posible sus existencias, es una y la misma para todos...
Y Tú que eres la Verdadera Naturaleza para todos,
recuérdaselo siempre.
– Creo que con esto estará al fin todo completo y podrás dar
finalmente por concluida la existencia del cosmos. –Reflexionó
el Controlador un poco exaltado por la emoción, la que hacía
irrupción en su interior–.
– Esta será mi mayor realización, –murmuró el Lucífero al
tiempo que abrillantaba más y más–.
Luego de un momento de silencio dijo:
– Pienso en la Vida y proyecto mis pensamientos hacia otros
vehículos especiales para su expresión, para que se plasme sobre
formas diferentes de seres que habiten los planetas en los cuales
56 el lucífero creador
primeramente se den todas las condiciones necesarias para su
existencia y desarrollo.
Y así se impulsaron las condiciones necesarias; uno a uno se
fueron forjando los elementos primordiales para constituir la
base sustentable para la vida de los seres, intentado ser el nido
más perfecto en donde nacieran luego todas las criaturas.
El Lucífero pensó creativamente en todas las alternativas
posibles para que cada Forma y Ser se deslizara a través del
proceso desencadenante en que cada especie trajera aparejada a
otra, según el turno indicado de aparición conforme al
requerimiento evolutivo.
60 el lucífero creador
CAPITULO SIETE
CONCIENCIA CÓSMICA
el lucífero creador 61
62 el lucífero creador
La Luz Celeste y La Naturaleza se quedaron observando
anonadados toda aquella maravilla, pues, era la vida manifestada
en todas sus formas, en toda su belleza y plenitud, era la escena
colosal más sorprendente que se hallaba comprendida dentro de
las multidimensiones omniabarcantes de la Existencia, a su vez,
plasmada en el majestuoso escenario del espacio infinito.
Mientras contemplaban todo aquello, el lucerillo meditaba de
modo inevitable en las palabras que el anciano le había
transmitido en un principio: “¡Debes continuar!”; “Tú lo
empezaste, Tú lo terminas”; “en el límite del Confín”; “tuyo es
el Poder”. Sobre todo, reflexionaba una frase que le había
impactado, tanto por su sencillez como por todo el contenido
que implicaba su significado:
“¡De Ti depende!”
Asimismo, el Controlador de Todo también pensaba, y
pensaba en las bondades y virtudes de ese pequeño cosmos o
microcosmos que el Lucífero había creado.
De esa manera, un poco abstraídos en los pensamientos y
otro poco extasiados en la contemplación, con el correr del
tiempo sideral vieron el modo en que los seres se multiplicaban
y como las distintas especies se volvieron interminables; a su
vez, fueron testigos de cómo por cada una de las especies se
desprendieron una infinitud de varios miles seres diferentes más
conforme a la evolución, teniendo cada uno un singular
“poder” en especial y muy particular que otros no tenían.
Según su propia naturaleza y condición, el Lucífero les
otorgó a partir de su pensamiento creativo, a unos el poder de
la visión, los cuales veían aquello que otros no percibían; a otros
le dio una capacidad extra olfativa y a otros auditiva; algunos
podían cambiar de color cuantas veces quisiesen y así se
ocultaban donde nadie los encontraba. Los que andaban por el
aire tenían un poder muy distinto de los que estaban en el agua,
y estos, a su vez, tenían diferente poder o don del que poseían
el lucífero creador 63
los que estaban en tierra; pero al fin, cada especie tenía una
capacidad mágica o gracia muy distinta de otra y un don que
dignificaba su existencia.
Algunos eran tan veloces, hasta capaces de competirle al
viento; muy lentos otros, como si irían a detener el tiempo.
Estaban los que eran ágiles y los que eran fuertes, lo brutales y
los bonitos y dóciles; algunos aparentaban ser torpes, pero en
realidad encerraban una entrañable sabiduría.
Cada cuerpo y organismo era en sí mismo un instrumento
especial en la sinfonía cósmica, y estos poseían una herramienta
específica acorde a las circunstancias en la que les tocaba
desenvolverse. Las características de cada una de estas formas,
eran originadas por el Lucífero y reguladas por la Naturaleza,
según la razón para las que fueron formándose en la vida.
Cada uno de estos poderes estaban a su vez bajo la dirección
de una mente personal, que al igual que la Gran Mente y el
pensamiento del Lucífero, los organizaba y los equilibraba;
hasta el mismo Controlador de Todo que era La Naturaleza se
ensamblaba en las propias funciones autómatas de los seres
para constituir la perfección y una unidad indivisible que se
proyectaba desde lo esencial hasta las conformaciones
materiales. Aunque esta mente individual correspondiente a
cada ser e identidad todavía estaba evolucionando muy distante
del absoluto y máximo Conocimiento Supremo.
De esta manera quedaba establecida la función autómata
regulada por La Naturaleza y el libre albedrío según la
inteligencia de cada quien, según sus atributos y sus cualidades
latentes.
64 el lucífero creador
A este Omnímodo Ser o gran Mente substancial, bajo cuya
influencia se encontraba hasta el mismo Controlador de Todo,
la Luz Celeste la denominó Conciencia Cósmica, la cual estaba
estrechamente relacionada y casi emparentada con la Esencia de
la que el Lucífero provenía, y por ende, desde donde todo
surgía.
A todas las especies, sin excepción, el Lucífero Pensador las
había dotado con algo único como atributo exclusivo y
personal, y aunque en lo profundo estaban mancomunadas
entre sí todas las distinciones exclusivas, les impelía a que, por
mutua necesidad, jamás dejaran de Convivir y compartir...
el lucífero creador 65
66 el lucífero creador
CAPITULO OCHO
SENTIMIENTO AMOROSO
el lucífero creador 67
68 el lucífero creador
– ¿Qué le podría entregar al hombre? –Preguntó la Luz a La
Naturaleza que se hallaba algo pensativa.
– No sé... No se me ocurre nada, –respondió el Controlador
sobresaltado al quebrarse repentinamente el inmensísimo
silencio que había llenado el espacio por tiempo sideral, y
agregó:
– Ojos tienen, voz también, oyen..., ¿qué otra cosa podrían
tener?...
Creo que lo tienen todo.
el lucífero creador 69
Con esta primera mente el ser humano actuará de manera
funcional y mecánicamente de acuerdo a la naturaleza básica,
siendo que la expresión visible de esta mente inferior son los
impulsos. En cambio, con la segunda mente se desarrollará el
potencial latente adormecido, proyectando en grado sumo el
espíritu pensador, el sentimiento más profundo y la expresión
creativa. En este punto es donde el ser humano se elevará o se
hundirá según como sean los pensamientos y de acuerdo a
cómo se relacionen con nuestras dos fuerzas subliminales, es
decir, la del Controlador de Todo y la del Lucífero Creador.
Con la tercera mente sucederá algo distinto, pues con ella se
desenvolverá finalmente el Ser Trascendental, capaz de las
maravillas más especiales que puedan expresarse en el universo
entero. Pero hay que ver si la humanidad evoluciona hasta
alcanzar el desarrollo pleno de esta tercera Mente.
Como verás, amigo Controlador, toda esta nueva proyección
que he pensado abarcará muchísimo, ya que numerosos planos
diferentes habitarán en esta mente individual integral, claro que
estos seres en su mayoría desconocerán tales dimensiones, a no
ser aquellos que por propia voluntad deseen incursionar en ellos
mismos buceando en sus Verdaderas Naturalezas internas.
Pues, estos planos, niveles y dimensiones potenciales podrán
ser descubiertos únicamente por medio de una incansable,
intensísima y sincera exploración substancial, en pos de la
magnificencia que entraña el AUTO-CONOCIMIENTO...
Esta mente individual integral al igual que la Cósmica
también es perfecta, pero no carecerá de error si el mal uso y el
falso dominio imperan sobre ella.
De este modo, la mente individual es sumamente poderosa,
y tal es la magnitud de su capacidad potencial al punto de poder
desarrollar tanto su propia auto-perfección como la posibilidad
de extraviarse y desembocar en su más acabada auto-
aniquilación...
70 el lucífero creador
En definitiva, todos los géneros y formas son “diferentes”,
pero sólo para que cada entidad individuada pueda ganarse el
lugar especial que por naturaleza le corresponde ocupar.
Simplemente, por este motivo fueron hechas las numerosas
diferencias. Solía decir el Lucífero: – Tan sólo las cáscaras se
distinguen entre sí, porque su contenido siempre es el mismo...
Y aún esas diferencias en apariencias, son circunstanciales, no
definitivas. No se podría decir nunca que una forma es mejor
que otra o más útil o más perfecta. Todas las formas por
distintas que sean son parte de una unidad esencial, y todas las
partes son absolutamente necesarias por igual e importantes,
porque UNA es la forma en todo el Cosmos más allá de la
aparente individualidad.
el lucífero creador 73
– ¿Cómo tiene que ser esa intensidad? –Interrumpió La
Naturaleza levantando dulcemente los hombros, ya que ella no
sentía ninguna clase de intensidad–.
– Leve, –continuó diciendo el Lucífero–, muy leve, como la
de los niños. Los simples no desean conocerlas porque ya viven
en Ellas...
el lucífero creador 75
– Estos mundos están situados en una región oculta y
enmarañada, muy profunda y esotérica, se encuentran en el
Interior de la mente de los Seres Humanos.
Aquel que la descubre, no importa que deje de ser niño
físicamente, porque esas personas serán por dentro siempre
niños y esa visión los acompañará por el resto de sus días y de
toda la eternidad. Quienes conozcan esas regiones internas se
volverán seres de Luz y serán capaces de iluminar a otros.
– ¡Qué bellas cosas hay dentro de la mente!
– Y esto es poco aún, –confirmó el Lucífero–. Hay muchas
esferas más todavía, y te aseguro que son tan grandiosas como
las que te enseñé.
También están los planos Espirituales, que son justamente la
contrapartida de lo Material, pero ambos, son indiscutiblemente
necesarios para la existencia de todo lo manifestado; pues, uno
a otro se complementan como el espacio y las estrellas... porque
uno sin el otro no podrían ser. ¿De qué espacio hablaríamos sin
estrellas, y de qué estrellas sin espacio?
Lo lamentable, –dijo el Lucífero volviendo a recordar–, es
que muchos seres humanos quedarán atrapados en la parte
mental más “chata”, la más baja y decadente, porque carecerán
de la fuerza estimuladora para escalar hasta la cima de su propio
despertar. Y lo que impedirá su ascenso es la opresión que
ejercen sus propios descreimientos y sus faltas de objetivos
acordes a la existencia verdadera y esencial.
Los que pudiendo subir los primeros peldaños, se detendrán
alucinados por el amplio campo racional allí desenvuelto,
creyendo haber alcanzado lo culmine y trascendental, y es
precisamente esto lo que les impedirá explorar el resto que es la
inmensa infinitud de la Conciencia expandida.
el lucífero creador 77
Sin embargo, cuando proyecté y di a luz a la Semilla con mi
pensamiento, ésta fue Semilla sin que existiera tal Fruto... Nada
hubiese sido si no hubiera originado primeramente la Semilla.
La Semilla es la Esencia, es la fuente primordial e inmortal de
todo lo existente.
Con lo expresado me refiero directamente a la Vida...
principio fundamental de toda manifestación. –Destacó el
Lucífero y continuó diciendo–. Como ves, de alguna u otra
manera los dos Planos son mutuamente necesarios; lo mismo
sucede entre lo Esencial y las Formas. La Forma no podría ser
sin lo Esencial, y lo Esencial sin la Forma no tendría donde
reflejarse, y por lo tanto dejaría de ser de por sí, la Esencia de
algo.
De este mismo modo, también el ser humano precisa en su
justo equilibrio, alimentarse tanto del plano Terreno como del
plano Psíquico. Este es el IDEAL pensado..., proyectado...,
pero supongamos que el ser humano fuese extremista y sólo
atendiera su parte física y corporal, ese hombre, se tornaría
materialista e insustancial, perdería el sentido y la dirección
espiritual de su vida, y se volvería más allá de la máscara, un ser
vacío, amargo, muriéndose en vida, carente de conciencia
trascendental. En cambio, si se llenara sólo del plano Espiritual,
aún así, tal extremo jamás le haría perder la dicha, la claridad, la
paz y la visión de Vida eterna que amanece en las conciencias
despiertas.
Porque lo Espiritual es el sostén de lo Material y la base en
donde se asienta toda forma densa, ya que primeramente
originé la manifestación concreta pensando en lo Sutil y luego,
la Densifiqué, cual SEMILLA y FRUTO.
Ahora, dejemos de especular en todo esto, que en realidad
está todo muy bien tal como está... No nos preocupemos
innecesariamente.
...Debo marcharme. –Dijo abruptamente el Lucífero luego
de un prolongado suspiro y explicó serenamente–. Debo
78 el lucífero creador
continuar con la búsqueda de ese logro final que alguna vez te
mencioné... ese Confín que tanto anhelo y no encuentro por
ningún lado.
El Controlador de Todo que no esperaba vivenciar tal
hecho, acostumbrado nuevamente a su compañía, se estremeció
al pensar en la soledad.
Dejó caer pesadamente su gigantesca cabezota hacia un
costado, y sin dejar de observar a la Luz Celeste que se
encontraba deslumbrando sobre su nube, abrió ampliamente
sus ojos y movió hacia arriba y abajo sus largas pestañas; más
luego de erizársele los escasos bigotes que tenía, dijo en un tono
apesadumbrado:
– Esto me entristece sobremanera. Hemos pasado juntos
tanto tiempo y tanto fue lo que estuvimos inmersos en esta
composición colosal que has creado, que ya había olvidado que
tendrías que marcharte.
– Debo realizar lo que he venido a hacer y Tú lo tuyo. Cada
cual tiene su propia misión. No tienes por qué preocuparte,
recuerda que algún día nos uniremos. –Dijo el niño de la Luz
Celeste en un tono firme pero amable–.
– Eso es precisamente lo que me mantiene alegre y me da la
suficiente fuerza para emprender lo que me corresponde según
mi rol de naturaleza. –Comentó el Controlador de Todo con un
cambio de expresión en su semblante al oír las palabras de su
maestro el Lucífero Creador–.
– También me alegra a mí oírte decir esto con tanta lucidez.
Gracias... pero antes de irme crearé algo más para entregárselo a
los Seres Humanos; algo sublime, algo que sea el resumen de
todas las Esferas, de todos los Planos y de las múltiples
expresiones de la Mente integral que les proporcioné. Algo que
sea Sagrado y Superior a todo lo ya se ha hecho hasta aquí para
los Seres Humanos; algo que puedan practicar los hombres y así
entenderme y entenderse mutuamente. Algo que en sí mismo
sea la síntesis de las tres mentes unificadas, y la síntesis de la
el lucífero creador 79
relación existente entre la materia y el espíritu. Algo que sea la
trascendencia misma y el mayor sentido de la existencia
humana. Algo que haga de las mujeres y varones el valor más
precioso del universo.
Algo que al sentirse demuestre el verdadero significado de
cómo fue pensada toda esta manifestación de entidades y seres
cósmicos, por lo cual todos los seres son y...
– ¿Qué es?, ¿de qué se trata? hermoso Lucífero, dímelo de
una vez –interrumpió La Naturaleza muy exaltada e impaciente
por querer saber qué era esto tan sublime–.
– Eso me lo dirás Tú. –Inquirió la Luz.
– ¿Yo???... ¿Yo? ¡No sé! No se me ocurre nada. –Concluyó el
Controlador sorprendido por tal petición–.
Mira, para mí todo está hecho... Ahora sí que todo está
hecho. Qué más se podría pretender...
...¡Mucho ya has hecho!, –agregó y reflexionó dubitativo por
un momento y entonces preguntó suplicante–, ¿qué es lo que
falta impulsar?
– Suprema Naturaleza, dime, ¿qué notaste y percibiste en mí
en cada pensamiento, impulso y proyección? –Respondió la Luz
con otra pregunta a fin de oír la respuesta de la boca del propio
Controlador de Todo, y por eso indagó nuevamente–. ¿Qué
sentiste desprendiéndose de mí cuando te di a luz con el
pensamiento y luego, en todo momento, y ahora que te estoy
nombrando, qué sientes?...
¿Qué sientes querida amiga Naturaleza?
80 el lucífero creador
Dando el Lucífero una hermosa carcajada de satisfacción,
habló diciendo:
– Pues, entonces, eso es lo que les voy a conceder, y lo
superior a la razón será el Amor.
Por el motivo de que tu respuesta no contempla que viste en
mí mera creación, inteligencia, razón, mente o simple capacidad
para la realización, sino que lo que más apreciaste fue el amor...
ese AMOR que subyace en todos mis actos... entonces esto es
lo que voy a pensar para proyectar en los seres humanos, un
profundo Sentimiento Amoroso para que sean capaces de
amarse los unos a los otros y contar con el tesoro más grande
de la existencia.
El Amor será la mansión del que entienda, razone o
mentalice, porque la sabiduría de mi Esencia se encuentra en
convergencia con el AMOR verdadero; pues éste, nace de la
comprensión real de todas las cosas. Comprensión “directa” sin
especulación es a la que me estoy refiriendo al señalar el Amor,
porque realmente Comprende aquel que AMA... y nada tiene
que ver con ese amor idealizado o con aquel simple querer
posesivo o deseo fugaz, sino con el eterno y titánico AMOR.
Los ojos del Controlador de Todo mostraban una luz
achispada y después de un prolongado silencio a causa de la
inmensa emotividad, culminó diciendo el Lucífero lo siguiente:
– Ya debo irme...
Pero antes de que la Luz Celeste se marchase, se percató de
que el Controlador algo le ocultaba, que algo no se animaba a
decirle, entonces preguntó:
– ¿Qué es lo que te sucede, querido Controlador?, ¿estás
angustiado porque me marcho o es que además hay alguna otra
cosa?
Modestamente y con mucha humildad, el Controlador de
Todo respondió:
el lucífero creador 81
– Sí, hay algo más... es sobre todo esto que has engendrado a
partir de tu pensar creativo...
– Bueno, ¿qué sucede?, dímelo por favor. –Insistió la Luz ya
que La Naturaleza se había quedado en silencio.
– Ya has hecho mucho por todos nosotros... no debo seguir
pretendiendo... –Comentó como arrepentido de haber sido tan
ingrato al pensar pedir algo más. Más luego sin reparo añadió:
– Pero...
– Dime. Dime de una vez.
– Es... es sobre tu luz. –Atinó a decir algo más.
El Lucífero que intuía lo que pasaba volvió a preguntar más
firme e insistentemente.
– ¿Qué sucede con mi Luz?
– Una parte de tu Luz me diste a mí, y... y...
Como el Lucífero comprendió que sólo por modestia y
humildad el Controlador no se animaba a hablar, prefirió ser él
quien terminara la frase.
– ¿Estás tratando de decirme que entregue también otra
parte de mi Luz a los seres humanos?, ¿es eso acaso lo que me
estás por proponer?...
– Sí... ¡Siiií!!!, ¡ese es mi anhelo! –Respondió la Naturaleza y
sus ojos brillaron con más intensidad al liberarse de semejante
peso que lo oprimía; y continuó diciendo:
– Quisiera que haya una Luz en ellos como la hay en mí...
algo ETERNO... para que algún día ellos también puedan
unirse contigo como lo haré yo.
– Eres muy bondadoso y generoso al pensar y querer para
los demás seres, se corresponde con tu don de Naturaleza que
se brinda a todos por igual. –Admiró orgulloso el Lucífero y
explicó:
– Te voy a confesar un secreto; mucho antes de darles
formato, ya les había entregado parte de mi Luz.
82 el lucífero creador
– ¿Cómo es eso?, si no les sale por los ojos el reflejo de tu
Luz Celeste..., ¿dónde está que no puedo distinguir dicho
resplandor?, –planteó desconcertado–.
– Está en mí.
– No entiendo entonces, si les das una parte a ellos, ¿cómo
puede estar esa parte en Ti? –Preguntó el Controlador de Todo
aún más desconcertado todavía.
– Ya lo comprenderás...
Mientras el lucero se alejaba lentamente sobre su nube nívea,
el Controlador al tiempo que le brotaban lágrimas, preguntó:
– ¿Volverás?
– Tal vez...
– ¿Por dónde andarás?
– Estaré recorriendo el Espacio Interestelar...
– Entonces, que sea hasta el próximo encuentro... Y gracias
por todo, hermoso LUCÍFERO CREADOR...
Fue lo último que se oyó por las inmensidades del Cosmos y
quedó resonando por largo tiempo como ecos que iban
rebotando entre las constelaciones.
LA INEXHAUSTIBLE PROLIFERACIÓN
DE
LA LUZ AMOROSA
INMERSA EN
LA VIDA.
84 el lucífero creador
CAPITULO NUEVE
ANTE EL CAOS
el lucífero creador 85
86 el lucífero creador
Continuaba el Lucífero todavía, después de mucho tiempo,
andando plácido sobre su nube y como un veloz cometa
recorría de extremo a extremo las interminables constelaciones,
atravesando por completo cada uno de sus contenedores de
agrupación y sus respectivos receptáculos. De vez en cuando se
detenía en algún planeta o en alguna forma extraña y bonita
donde descansaba de los tiempos siderales para luego retomar
su creativo y formidable viaje.
el lucífero creador 87
Desde cada átomo, desde cada partícula o manifestación, el
lucerillo, sin reparo alguno, se encaminaba a su respectivo cenit
no hallando nunca su final. Eso le traía a la memoria que
todavía andaba perdido por este vasto universo de múltiples
figuras, de atmósferas densas y de espacios puros, buscando sin
cesar en cada tramo al extraviado Confín de toda esta expansión
de entidades y seres sin límite, en donde se supone que hallaría
la respuesta acerca del modo de traspasar hacia el Otro Lado,
allí en donde encontraría a su queridísimo amigo el Anciano
Luz Naranja para poder hacerse Uno con la Unidad Esencial...
el lucífero creador 91
– Lo que se requiere crear con urgencia es sabiduría para mí,
el conocimiento necesario para superar este terrible dolor que
me hiere profundamente, y así remediar las grandes penas que
tanto me causa la ignorancia que poseo al no saber el motivo
del por qué el esplendor de las cosas decae...
– Pero, ¿cuál es el motivo para que te aflijas tanto?, ¿qué es
lo qué está sucediendo que motiva semejante tormento? ¿Qué
cosa ha decaído?
– Es..., es que todo anda muy mal allí, terriblemente mal y no
poseo la suficiente sabiduría como para comprender ¿por qué
tiene que suceder?, ni tengo la claridad para entender ¿qué
pasa?...
– No entiendo nada. Explícate más claramente.
– Todo anda muy mal allí, muy mal... terriblemente mal.
– Pero, ¿por qué?, dime.
92 el lucífero creador
CAPITULO DIEZ
EL NUEVO HOMBRE
el lucífero creador 93
Dibujo Nº 7
Autodestrucción - La Inconsciencia
94 el lucífero creador
Ambos se quedaron por un buen rato en absorto silencio, y
sólo se oía el lloriqueo del gigante, aún niño.
Al ver la Luz Celeste que el Controlador de Todo lloraba sin
consuelo, envuelto en una sofocante angustia, le dijo:
– ¡Por favor!, no llores dulce Ser de corazón grande y tierno;
yo te daré toda la Sabiduría que requieras para comprender
aquellas cosas que por ignorancia, te duelen y te hacen sufrir.
Dime, cuéntame con más detalle todo lo que anda mal con
los Seres Humanos. –Encomendó el Lucífero aunque ya sabía
de que se trataba, porque era precisamente lo que él alguna vez
había recordado al pedirlo y tanto le había dolido–.
Si había algo que realmente sabía el Lucífero Creador era
precisamente esto que a continuación le contaría La Naturaleza,
porque se trataba de cuestiones que él ya las había visto
psíquicamente al proyectar a los seres humanos, y de algún
modo también ya lo había mencionado en los encuentros
anteriores, sólo que, como para el Controlador de Todo eran
todavía sucesos inexistentes, pasaron desapercibidos aquellos
comentarios del Lucífero. De todos modos, prestó suma
atención a las explicaciones e interpretación que La Naturaleza
daba a esos tristes acontecimientos.
– Hay algunas cosas, –comenzó diciendo el Controlador–,
que se fueron dando excelentemente a través del tiempo, como
por ejemplo, el avance del hombre en cuanto a la adaptación
con la vida y en cuanto a su Ser y el desenvolvimiento de su
potencial latente. En este sentido han progresado mucho en su
incipiente evolución. Los humanos han aprendido con bastante
precisión a manejarse temerosamente entre el desenvolvimiento
progresivo y la disolución que Tú has creado en todos los
aspectos de la materia y formas conocidas. Han hecho
demasiado con sus pequeñas manos y capacidades limitadas,
pero hay algo que no se desarrolla armoniosamente. Diría,
mejor dicho, que se desarrolla de manera caótica.
el lucífero creador 95
Es como una tensión que existe entre quienes utilizan su
potencial y se esfuerzan por el crecimiento colectivo, por la
continuidad de la especie y preservan la integridad de la vida, y,
por otro lado, entre quienes a su vez, yerran en la comprensión
de los principios básicos de la existencia, convirtiéndolo todo
en degradación, martirio y aniquilación. No les interesa el
porvenir ni el dramático destino que imponen a las futuras
generaciones.
Mi temor principal se establece a partir de la siguiente duda:
¿Quiénes serán beneficiados por la preservación?... ¿los que
yerran y se inclinan hacia la destrucción o los que aciertan en su
conducta y se identifican con lo constructivo?... ¿Cuáles de estas
dos tendencias prevalecerán o es que ambas desaparecerán?...
¿Por cuánto tiempo más podrán seguir enfrentándose con estos
comportamientos tan antagónicos mientras la vida es destruida?
Por otro lado, también están aquellos seres humanos que
han conocido muchos de tus Secretos pero aún no han sabido,
en su mayoría, que son parte de Tú Proyección; por el
contrario, siguen persiguiendo a tientas otras causas y otras
respuestas. Hay quienes se han lanzado tanto a desplegarse por
el espacio para descubrir nuevos horizontes como a incursionar
e indagar su ser interno, buscando incansablemente en ambos
mundos, la soñada respuesta sobre el interrogante existencial:
“¿qué es todo esto?”, “¿de dónde venimos?”, “¿quiénes
somos?”, “¿hacia dónde vamos?”. Pero lo más complicado de
esta cuestión radica, básicamente, en que son apenas unos
pocos los individuos que actúan y obran con claridad y total
discernimiento, porque la mayor parte de la humanidad está
atrapada en la enfermiza codicia descontrolada y en la
desmedida ambición materialista que lleva a la discriminación,
provocando con ello sombríos periodos catastróficos y
circunstancias nefastas que se ciernen amenazantes sobre la
civilización. En este período evolutivo tiene una gran incidencia
96 el lucífero creador
el apego materialista el cual ha infectado incluso a la que alguna
vez fuera una hermosa proclividad espiritual, haciendo que el
campo de la religión sea también una cuestión netamente
materialista repleta de intereses. En este momento todo es
materialismo en su más amplia definición.
A través de toda la historia humana se han surcado
profundas sendas de sangre que hasta ahora llevan sin haber
podido jamás sobre ellas reconstruir. Las cuales nunca pudieron
remendar..., heridas que siguen sin cicatrizar... Ya sea por
cuestiones de fe, por diferencias religiosas, por creencias
filosóficas, por esquemas políticos, por intereses económicos,
por cuestiones raciales o por diferencias de nivel social, todo es
una excusa altamente calificada para entrar en guerra, invadir y
destruirse mutuamente.
– Pero, concordemos que las acciones equivocadas y los
desaciertos no deberían ser considerados definitivamente como
hechos inexorables irreversibles en tanto y en cuanto estos
sirvan como experiencia para no volver a cometer los mismos
errores. –Interrumpió el Lucífero–.
– Correcto, estoy de acuerdo. –Concordó el Controlador de
Todo, y su voz sonaba jadeante y muy pesimista–, pero el caso
es que son repetidas las veces que la humanidad recae en el
mismo error y siempre están cometiendo las mismas
atrocidades; y tal vez sean distintas las caídas en cuanto a que
cada vez son en escenarios más sofisticados, pero siempre son
las mismas. Y el daño suele ser irreversible y acumulativo. El
planeta mismo y su ecosistema están heridos de muerte.
Una buena parte de la humanidad se anima a luchar de
forma individual por el logro de una verdadera manera de vida,
más armoniosa y digna, mejor para algunos, por eso, aun así,
siguen siendo decisiones particulares que excluye lo colectivo; y
son muy pocos los que se alzaron sobre estos propósitos
individuales proclamando una visión que se adecue al conjunto
de los seres humanos sin establecer diferencias ni divisiones, sin
el lucífero creador 97
exclusiones ni discriminación. De todos modos, aún así, nos
demuestra el pasado histórico que por la ignorancia de las
mayorías siempre fueron estos individuos aislados brutalmente
acallados, porque no es lícito reclamar equidad para el mundo
entero, aunque sí ven muy bien y aceptan la lucha de clases en
todo el mundo, entre las comunidades, entre las culturas y
patrocinan el atropello para lograr el predominio de unos sobre
otros.
Pocos se esmeran para amalgamar un entendimiento pleno
acerca de una mejor convivencia entre las sociedades o por el
logro de una paz duradera para revertir lo que ellos mismo han
corrompido; y entre los pocos que comprendieron el verdadero
significado de una posible realidad equilibrada y armoniosa para
todos, muchos se aferran y se basan sólo en meras teorías,
complejas tesis impracticables, especulaciones sobre lo que ellos
mismo fabrican y pretender imponer, cosa que terminan siendo
más de lo mismo pero bajo distinta denominación.
Hay quienes creen e inculcan que la guerra es el medio para
conseguir una paz relativa y que es el método más eficaz por el
que se controla la sobrepoblación... Otros, en esta misma
sintonía, opinan que hay que dar muerte para sobrevivir y así se
destruyen y mutuamente se matan. E incluso están también
aquellas políticas que se enriquecen a partir de las guerras sobre
las que basan el desarrollo económico de algunos países.
– Pero, ¿qué clase de Paz buscan a través de este medio si
justamente es así como la destruyen? –Volvió a interrumpir el
Lucífero en un tono alarmante–.
– No lo saben, –concluyó el Controlador de Todo–, sólo
gritan y pelean por una paz que casi ninguno obtuvo ni sintió
alguna vez en su vida.
98 el lucífero creador
– Me encantaría mostrarles a los seres humanos una
auténtica Paz por la que se determine la Realeza de la Vida.
Quisiera enseñarles a todos los seres cómo lograr esa
maravillosa Paz. Pero..., ¿cómo podré hacerlo si yo tampoco
entiendo eso de la Paz ni la puedo sentir de modo alguno?...
– En vano te preocupas por mostrar la Paz; porque “no se
puede ver en lo externo más que como un reflejo de lo
interno”.
Si cada humano no logra individualmente su propia paz,
difícilmente podrá saber lo que en realidad ES, cuanto menos
verla expresada en el ámbito colectivo, y así jamás dejarán de
existir guerras, violencia y toda clase de atrocidades y atentados
contra la propia vida.
Quien esté consigo mismo en paz, lo estará también con el
resto de la humanidad. Quien alberga en su corazón rencor,
desquite, crueldad y resentimiento, en resumen, quien esté en
batalla consigo mismo, lo estará en mayor medida también con
los demás, y lo que éste podría ofrecer a los hombres sólo sería
odio, venganza e inhumana hostilidad.
Para que exista la Paz plena y duradera entre todos los seres,
primero cada uno tendrá que vencerse a sí mismo para realizar
la Paz interior.
– Suena muy idealista y abstracto lo que dices para lo que es
la peculiar naturaleza de los seres humanos. –Interrumpió esta
vez La Naturaleza, casi inconscientemente de haber querido
expresar tal pensamiento, pero es que se le había escapado un
sentimiento desde lo más profundo de sus entrañas–.
– Claro, ahora soy yo el que está de acuerdo con lo que
dices, –afirmó el Lucífero, y el tono de su voz parecía abatido,
pero luego de un suspiro prosiguió diciendo–, entonces, ¿por
qué se sorprenden por algo tan natural como lo es el incesante
vaivén que ondula entre la guerra y la paz?
el lucífero creador 99
Surgió una pausa prolongada y luego retomando el tono de
voz original, siguió explicando el Lucífero Pensador:
– Es necesario alcanzar ese abstracto ideal. De otra manera,
sólo se lograrán relativos períodos de paz, momentáneos y
fugaces, y los seres humanos serán sorprendidos una y otra vez
por la crueldad y la matanza, hasta que algún día sea demasiado
tarde para encausar los desastres ocasionados... De qué sirve
actuar pacíficamente si por dentro se desarrolla un campo de
batalla sangrienta..., ten por seguro que tarde o temprano esa
violencia interna se manifestará en lo externo; y recuérdalo
siempre: “no interesa la cáscara de las cosas más que para cubrir
su contenido que en sí es lo primordial”. Si el contenido está
estancado, por más que se decore hermosamente al contenedor,
todo se descompone.
En cambio, si por dentro se encuentra encendida la firme
flama del Fuego Eterno de la Conciencia, no importa con qué la
cubras, con qué la tapes o con qué la enmascares, las llamaradas
de este Fuego consumirán siempre todo eso que se le imponga
como cáscara, para poder expresarse a todo el mundo tal como
es en su realidad substancial. Del mismo modo sucede con todo
aquello que está encendido y se lo esconde, ya que más tarde o
más temprano arderá y se pondrá de manifiesto, y si se trata de
conciencia lo que se guarda en el interior, entonces cuando se
revele iluminará a quien la tenga y a todos cuantos estén a su
alrededor.
– Entonces, podría decirse... –dijo el Controlador–, que todo
depende de la “mecha” que elijamos para que arda en nuestro
interior.
– ¡Eso es lo que hace rato pretendo explicarte! –Agregó la
Luz en un fugaz centelleo y continuó diciendo–, la Paz, es el
estado en que se desvanece toda preocupación, todo interés e
intención individualista, y es el estado por el cual el hombre se
siente parte de la UNIDAD, fusionado en una estrecha
100 el lucífero creador
conexión con el Universo entero y con la NATURALEZA a la
cual pertenecen absolutamente todas las entidades y formas
manifiestas... pero, más allá de esto, lo más trascendental de
todo sucede porque el ser humano se siente en Paz consigo
mismo...
– Es muy hermosa la Paz, –asintió el Controlador de Todo
convencido por sí mismo de la magnificencia de la Paz que
hasta este momento se le había estado escapando, y lo dijo con
una pequeña mueca de sonrisa que muy pronto se esfumó de su
semblante que volvió a opacarse otra vez–.
Mientras inclinaba lentamente la cabeza hacia delante y
entornaba sus gigantescos párpados, traslucía tenuemente por
entre sus largas pestañas curvadas hacia adentro unos ojos sin
brillo que se encontraban profundamente apenados, levantó
entonces sus delicados hombros y una expresión de tristeza se
apoderó de su rostro. De este modo, sumergido en este estado
de absoluta languidez emocional, esbozó casi un quebradizo
susurro:
– Sigo pensando aún, que se trata de algo muy distante e
inaprensible esa Paz que señalas.
– ¿Qué es lo que se te sigue escapando, tierna Naturaleza?
– Es que si antes me parecía inalcanzable, ahora... ahora no
sé qué pensar. Cómo entenderán esa Paz interna, ese sublime
desarrollo personal y ese estado de tanta pureza, y cómo podrán
extenderlo al conjunto de las sociedades si los hombres están
tan ocupados en alimentar ese odio visceral que entre ellos
existe, cuando en los casos más leves, de mayor disimulo, aún
existe la “simple indiferencia”; por lo tanto, es muy difícil de
establecer la comprensión, de lograr que impere la tolerancia y
prevalezca el amor...
Hay entre ellos quienes se complacen generando pánico y
confusión colectiva, ¿cómo voy a enseñarles a ellos la Paz
interior?...
el lucífero creador 101
– No es necesario que enseñes la Paz masivamente.
Recuerda que la Paz, no es para todos sino para aquellos pocos
que están capacitados para sentirla, y estos aptos, no necesitarán
más enseñanza que su propia experiencia.
Hay quienes se inclinan por hacer el bien y hay quienes por
el mal; están los que bajo cualquier circunstancia eligen siempre
la paz y también están los que, aunque se pueda evitar, están
siempre del lado de la guerra.
– Es muy triste que suceda esto. –Sentenció la Naturaleza
mientras se enterraba en el amargo recuerdo–.
Acoplándose este sentimiento tétrico, también recordó en
voz alta la Luz Celeste, diciendo: – Aunque los seres humanos
ocupan apenas un minúsculo parpadeo a lo largo de toda mi
eterna proyección que he impulsado mediante el pensamiento
creativo, es en ellos en donde deposité la mayor atención...
el lucífero creador 103
Es que están tan aburridos con sus penosas vidas que no
saben qué hacer con su tiempo, por eso inventan día a día
trampas más despiadadas y mortales, y cada vez más aparatos
diabólicos para la diversión.
– Algún día, –interrumpió la Luz Celeste–, escúchame bien,
algún día, por medio del inexorable destino y por la inalterable
Ley de Causalidad, ellos también caerán en las mismas trampas
que inventaron; trampas que humanos a humanos colocarán...
De todas maneras, aunque sea paradójico, te aseguro que no
es maldad lo que impulsa a los seres humanos a cometer tales
actos. Tú mismo lo has dicho: “se olvidaron”... “no saben”...
ves, querido amigo, que no es maldad el generador de tales
atrocidades, no es malicia la causa que motiva a cometer esos
actos desalmados... sino que se trata de: IGNORANCIA, pura
ignorancia...
Aunque se hagan fotografiar con los pescados más enromes
o cuelguen en las paredes de sus hogares las embalsamadas
cabezas de sus víctimas o se feliciten por destruir la mayor
cantidad de selvas y adquieran las mejores condecoraciones al
exterminar en sus guerras un gran número de seres humanos y
aunque contaminen al planeta entero, y por más que a pesar de
todo esto se sientan sumamente satisfechos y crean ser
hombres talentosos... “Hombres” con mayúscula..., no dejarán
jamás de ser ellos las principales víctimas de su profunda
ignorancia. No imaginan ni remotamente que hasta el más
simple de los gusanillos, si pudiera hablar como ellos lo hacen,
gritaría en una santa imploración: “No me maten, no me maten
¡por favor!, quiero vivir, quiero seguir existiendo..., ¡no quiero
morir!”. El gusanillo desea mucho cuidar y mantener su forma
como cada uno de los seres humanos lo pretende, lo mismo
sucede con las plantas y con todos los seres. Pero los seres
humanos no lo saben, lo olvidaron... Y esto es lo que debes
enseñarles, amiga Naturaleza... porque tienen que recordarlo.
104 el lucífero creador
Sin preguntar La Naturaleza: “pero, ¿cómo enseñarles?”,
continuó con el relato de lo que estaba aconteciendo allí en el
planeta Tierra, sin imaginar que el Lucífero ya lo sabía todo.
– Es irónico, pero todos ellos, los humanos, son al mismo
tiempo comedores y comidos...
Comedores porque devoran a los seres que no desean ser
engullidos. Y por el hecho de que crean monstruosos inventos
antinaturales que atentan contra la vida, denominándolos
“moderna tecnología”, terminan siendo comidos.
Hacen que sus víctimas, las demás criaturas “comestibles”,
engorden artificialmente o que su procreación sea muchísimas
veces más acelerada y en mayor cantidad de lo natural a través
de métodos degradantes y perjudiciales. Luego se las mata
despiadadamente con nuevas técnicas en comparación con las
primitivas, llamando a esto... avance y progreso.
Todo muy bien pensado para la alimentación de la
humanidad que no sabe que sólo ingiere su propio veneno.
¿Cómo enseñarles a tener piedad?, –preguntó, ahora sí, el
Controlador de Todo–, si ejecutan a los seres por el sólo lujo de
poseer la piel más suave y escasa, por lucir sus cueros y adornar
sus casas con sus huesos tallados.
En lo profundo de mí se clava el dolor cuando aniquilan un
ave al volar, por el simple motivo de que les ofrece cierta
sensación agradable el verla desde el aire caer ya sin vida...
Quienes pretenden a través de la razón y de la lógica tener
piedad y los que intentan a través de los sentimientos algo
contaminados por los que no son piadosos, también tener
piedad, preservan a estas criaturas obligando a los cazadores a
portar una licencia para una matanza limitada y restringidos
asesinatos... pero “necesarios al fin”, llamando a esto “caza
controlada”, y así están vaciando los océanos y los bosques de
toda vida.
el lucífero creador 105
Otros, con estos mismos motivos “salvadores” enclaustran a
estos animales en grandes cárceles que llaman zoológicos, así,
simulan piedad diciendo que de esta manera se protege la
supervivencia de la especie, sin mostrar que es sólo el
encubrimiento de otros intereses.
Así es como privan de libertad a los seres sensibles; y parece
que se divierten proclamando que éstas son medidas serias,
importantes para la estructura social, sin reflexionar en el
sufrimiento que están ocasionando a otras especies...
Es tanto lo que se equivocan, que hasta interfieren con la
Naturaleza, con la gran Mente, la Omnipotente que no se puede
modificar. Es decir, Contigo y Conmigo.
Quieren cambiarnos, aunque saben que es imposible. Están
decididos a bloquearnos de alguna manera. Por eso no entiendo
lo que les pasa.
Es tal la osadía de querer cambiar la naturaleza de las cosas,
que de manera inexorable están adentrándose en la pesadilla de
la autodestrucción.
– Todo desequilibrio y desajuste recaerá sobre ellos..., esto
no lo podrán evitar.
– Claro, y esto es lo que ya está sucediendo..., caminan con
pasos ciegos en busca de mayores conocimientos; juegan con
petardos nucleares y esconden en la tierra los desperdicios de
los productos radiactivos. Inyectan tóxicos sobre todo lo que
esté a su alcance, y así contaminan al medio ambiente y a ellos
mismos; sueñan con dominar las mareas, los climas, las
estaciones... la materia misma, pero en todos los casos por
medio de la violación de leyes y sus principios.
Intentan escapar del tiempo; quieren controlar el nacimiento
y la muerte..., la Mente y la Vida, siempre a través de métodos
inadecuados y no para ayudarlos en su desenvolvimiento, sino
para socavarlos y horadarlos hasta el quebranto.
106 el lucífero creador
Muchos de los que investigan en esto, saben de antemano
que gran cantidad de tales “experimentos e inventos” serán en
el futuro el producto de catastróficos cataclismos, de horrendos
apocalipsis. Pero igual siguen adelante sin inmutarse, porque
estos se excusan a sí mismo y entre ellos argumentando la
importancia del “progreso”, y la realidad es que en intimidad
dicen: “nada nos interesa lo que vaya a pasar en el futuro; y no
nos importa porque para cuando algunas de estas cosas
sucedan, ni mis hijos, ni mis nietos, estarán con vida en esta
tierra. Ya para entonces, ninguno de nosotros estaremos, así,
¿por qué preocuparnos?”. Por lo tanto concluyen: “que se
arreglen quienes tengan que vivir bajo el yugo de aquellas
nuevas circunstancias”...
En conclusión, todo anda muy mal allí, –dijo agotada La
Naturaleza después de tanto hablar, como si fuera lo último que
estaba dispuesta a decir–.
el lucífero creador 111
Mi Luz, lo único Eterno en los seres humanos, no padece de
ninguna afección ni puede imprimírsele ninguna clase de
modificación; ella no se extingue jamás y sólo cambia de
manifestación cuando pasa a Ser en última instancia, lo que en
Origen Yo Era, Soy y Seré... la Morada Suprema de la Esencia
Primordial.
El Controlador de Todo quedó boquiabierto olvidándose de
su consternación, y después de un momento dijo:
– La última vez que nos vimos, la anterior a ésta, me has
dicho que algún día entendería todo lo que atañe a la Luz. Y
debo aclararte que todavía no te comprendo bien porque aún
no interpreto del todo su manifestación y constitución... Creo
que ésta es una buena oportunidad para que puedas
explicármelo. ¿Es acaso esa especie de Luz tuya a la que los
humanos denominan Alma?...
– Sí, sí lo es... –Dijo el Lucífero Pensador satisfecho al oír la
pregunta que inconscientemente hace rato deseaba responder–.
Mientras el lucerillo explicaba y enseñaba, el semblante del
Controlador de Todo se iba transformando en admiración y sus
ojos recobraban aquel brillo que se había opacado. Y el
Lucífero, más entusiasmado, siguió explicando lo siguiente:
– Aparentemente, mi Luz sale de mí para esconderse detrás
de todas las entidades y formas; pero en verdad, jamás Luz
alguna se desprendió de mí. Es sólo la percepción de los
hombres lo que les hace creer que cada uno de ellos posee una
Luz propia exclusiva e individual, que consideran suya y propia,
capaz de trasladarse luego del inexistente cuerpo, que puede
reencarnar o ir a parar a un cielo o a un infierno de manera
indefinida. Pero lo cierto es que no existe en mi Luz la
multiplicidad, ella sólo es Una y no muchas como suele creerse;
porque es la Unidad, aunque las percepciones sobre ella sean
millones. Mi Luz es Una para todas las manifestaciones, es la
misma para todas las formas y para todas las entidades de la
112 el lucífero creador
Existencia, se expresa en millones de manifestaciones pero en
esencia sigue siendo UNA, una sola, una unidad indivisible sin
fraccionamiento.
Es como un reflejo que estando en mí, se vislumbra en todas
las cosas. Pero la Luz sigue estando en mí y proyectándose
desde mí hacia todo.
No existe en ella lo bueno ni lo malo, ni lo feo o lo lindo, ni
el nacimiento ni la muerte. Ella no posee ni méritos ni
desméritos... Ella es vida Única, Sublime y Eterna.
– Creo que estoy comenzando a comprender algo... Pero,
digamos, si el Alma, digo, tu Luz, a pesar de estar en los seres
humanos está en Ti, significa que no existe otra porción; ¿cómo
entonces hay personas que hablan de hogares lejanos para la
Luz, a los cuales llaman por ejemplo el paraíso o la dimensión
de Dios?
– Bien dices, si la Luz parece estar en las formas pero en
realidad está en mí, ¿cómo puede moverse e ir de un lado a
otro?, ¿quién la podría atrapar y limitar?, ¿quién la podría
castigar o premiar?, ¿a dónde va a ir y en dónde se detendrá?
El Cielo y el Infierno, sólo existen en las mentes de los seres
humanos y de ellos depende vivir en uno o en el otro... No
debes lamentarte por todo lo que está allí sucediendo; aquello
malo que pasa, es lo que originaron los hombres que prefirieron
vivir como réprobos en el peor de los estados infernales,
configurado a partir de la distorsión mental en la que se
anegaron.
– ¿No hubiera sido más fácil hacer que todos los seres te
conozcan a Ti de una misma manera?... es decir, a tu Esencia
como el Todo y a tu Luz como el Origen Supremo. ¿Por qué
no hiciste posible que todos pudieran conocer del mismo modo
la esencia de tu existencia o el por qué de la forma y el por qué
de Ti, y el de ellos? ¿Por qué no lo hiciste así para que no haya
ningún problema?... –Interrogó el Controlador de Todo que se
hallaba más colmado de preguntas que de respuestas–.
El tono de su voz destacaba que todo podría haber sido
mucho más fácil desde su perspectiva, pues su criterio estaba
motivado por una cierta ingenua sencillez, ya que si de él
hubiera dependido, todo el dilema de la existencia lo habría
simplificado en la homogeneidad.
– Todo depende de ellos. –Replicó el Lucífero, y el tono en
que se expresaba destilaba el peculiar sentido de que aún
resultaba mucho más sencillo de lo que parecía–. Si quieren
pueden conocer y entenderlo todo. No hay problema, lo
esencial está allí presente para ser captado por todo el mundo.
No los hice conociendo todas las cosas, sino que les di la
posibilidad para que a través de su despertar, lograsen descubrir
la realidad de todo cuanto hay y del inmenso potencial que
tienen a su disposición.
¡Sí!, es así de simple, sólo si lo anhelan profundamente en su
conciencia y corazón lo descubrirán. Y este anhelo no debe ser
a nivel intelectual o teórico, sino más bien práctico. Pues, éste
es por el único medio que se obtiene tal Realización.
A medida que vivencien nuevos planos y perciban las otras
esferas interdimensionales, conocerán y experimentarán una
felicidad distinta, diferente a la que estén acostumbrados a
el lucífero creador 117
sentir. Esto les dará la suficiente certeza de que existe algo más
trascendente, y también les dará la fuerza para continuar
escalando la montaña de la V ida en busca de su cima, y
madurarán la esperanza y las ansias de lograr una vida más
plena y llevadera, una conciencia plena e integral.
Conforme avancen según el grado de evolución espiritual
que hayan desarrollado y en el nivel de comprensión en cual se
encuentren cuando superen sus propios esquemas fallidos, y
puedan sobreponerse a las estructuras desviadas auto impuestas,
a las inútiles concepciones discriminatorias que ellos mismos se
han forjado a través de los siglos... y cuando conozcan las
nuevas esferas de actividad psíquica, lograrán formas de vida
más correctas, más naturales y armoniosas. De esto se trata la
verdadera evolución.
Aquel que llegue a lo último, a conocerme en esencia, es
decir, a contemplarse a sí mismo en toda su plenitud...
experimentará la cúspide de la realización y, será tal su dicha y
felicidad, que no cabrá en el universo entero.
Al despertar en el ser humano el verdadero sentido de la
vida y de lo existencial, y al comprender con exactitud lo que en
realidad Es y Son todas las cosas subliminalmente, comenzará a
brillar en ellos el profundo sentimiento de sentirse en Paz
consigo mismo y de sentirse Uno con el Universo, ya que ésta
es la sagrada meta de toda especie... Y esta Meta es, no mirar las
cosas sólo desde afuera en sus apariencias, no verse al margen
de lo natural por creerse aparte e independiente, sino, verse
integrado como un componente más de la Naturaleza, porque
eso es lo que son: “simplemente NATURALEZA”.
118 el lucífero creador
– Resulta muy difícil para los hombres llegar a encontrar ese
camino de Paz en la Unidad, pues se hallan todos divididos,
entre sí y cada uno en su interior. Cada cual dice a su modo algo
distinto al otro, siguiendo la reacción inconsciente de sus
propias identificaciones, y al predicarlo con vehemencia muchas
otras personas se adhieren a esas teorías cerradas y limitadas, a
veces extrañas tendencias, fanáticas, dogmáticas, ciegas, que se
encuentran completamente alejadas de lo natural.
Cada cual anda por su lado, confundido y extraviado. Entre
los que te desconocen, se han instaurado miles de rutas distintas
a seguir; entre los que te aman y perciben tu Esencia, anhelan
llegar hasta Ti, pero también ellos han organizado diferentes
senderos a transitar. Ellos mismos los han inventado pero te lo
atribuyen a Ti.
Todos están divididos según sus pensamientos, y aunque
aspiran a lo mismo, se enfrentan unos contra otros a causas de
sus ideas.
Sus únicas preocupaciones son luchar y pelearse para
demostrar que lo que “opina” cada uno es lo verdadero y no
aquello que consideran los demás.
Entre los que buscan conocerte y aseguran que te conocen,
claman distintos argumentos; unos dicen que sólo existe una
manera de amarte, y así predican ciertas técnicas por las que se
te puede llegar a conocer. Otros expresan que es distinto el
modo más natural de llegar hasta Ti, y lo difunden para que se
practique en todo el mundo.
Algunos inculcan y promueven un camino al que denominan
único, diciendo que tan sólo a través de él se te puede alcanzar y
conocer. Otros dicen que estos están equivocados, y señalan a
su vez otras maneras, tratando de imponerle a la humanidad la
creencia de que han descubierto un nuevo método por el que se
puede lograr la absoluta y real verdad.
el lucífero creador 119
Algunos hablan de tener fe en ciertas creencias, otros hablan
de devoción hacia ciertas imágenes, santos o dioses, divinidades
e iluminados, otros hablan del conocimiento, otros del cultivo
personal, otros de prácticas y ejercicios. Hasta están también
quienes sobrevaloran la auto-represión y estiman como un
medio para hallarte la mortificación o el sacrifico o el castigo
auto infringido. Otros, al mismo tiempo, aseguran conocer el
medio más exacto para llegar hasta Ti, ya que aseguran que Tú
se lo revelaste personalmente a sus lejanos antepasados en el
origen de los tiempos, y que justamente les entregaste fórmulas
sagradas para poder restablecer la unión contigo.
De esta manera, hay muchísimas personas que están
tratando de imponer una ideología diferente, y todos discuten y
se pelean a causa de esa humana fantasía. Unos a otros se
acusan de ignorantes. Y según el peso convincente de sus
teorías, conforma la cantidad de seguidores que tendrán.
Pero, ¿quién está diciendo la Verdad... todos a su manera o
ninguno?... Es lo que desde hace mucho tiempo me estoy
planteando.
A todo esto, aún hay algo peor que se desliza de manera
subterránea... es que encima de que la mayoría de los hombres
andan tan confundidos y divididos por la apabullante variedad
de conceptos y teorías que se ofertan, se suman además los que
terminan por decir que no creen en nada. Aquí es cuando se
desmoralizan diciendo que se han vuelto ateos, por lo que
afirman que Tú no existes, que no hay Esencia alguna y que
nada trasciende la Materia, que el Espíritu es una ilusión, y que
el Cosmos no surge de un Orden Inteligente Superior sino de la
mera casualidad y el azar. Aquí es cuando se apartan de la
verdadera Naturaleza interior y se alejan irremediablemente de
la Conciencia expansiva que atraviesa la Existencia para dar con
la Unidad de la Esencia.
120 el lucífero creador
Unos a otros se dicen estar errados en el modo de encarar y
asumir la verdad que pregonan, y cada cual sostiene que lo que
argumenta es la realidad de lo que existe y la última verdad.
Algunos dicen que todas las entidades están sometidas al
impulso de tu pensamiento; otros creen que todo está bajo el
poder de tus leyes, y allí me involucran a mí, diciendo que la
naturaleza es responsable de todo, que todo lo “controla”; y
algunos otros enseñan que hay que temerte y temblar ante la
imagen temeraria que te han prefabricado. Además, también
están los que suelen decir que son los elegidos por Ti, los
especiales, los iluminados, los bendecidos por Dios, y por
supuesto están los que dicen que Tú estás e intervienes en todo;
están los que aún te buscan y te esperan, los que te rezan cada
día, los que niegan rotundamente tu existencia, y por otro lado
los cobardes que por ignorancia y por su discípulo el temor, se
animan al menos a decir: “Hay que creer en algo”... estos que al
final son seres más descreídos que los propios ateos o que
aquellos que empecinadamente te rechazan...
¿Cómo te podrán conocer los seres humanos y llegar a la
gloria del reencuentro y la felicidad con tu Esencia, si están tan
divididos tanto afuera como adentro?, ésta es mi gran duda...
¿cómo?, ¿cómo podrán lograrlo?
Cada cual se mueve en una dirección diferente diciendo que
la suya es la que conduce a la comunión con Dios, y lo más
lamentable, como ya te he explicado antes, es que la mayoría de
ellos, justamente los que se autodenominan grandes religiosos,
no les interesa realizarte en absoluto, no les preocupa alcanzar
la meta de encontrarte, ni se esfuerzan por descubrir o
comprobar si aquello que predican es real; tampoco se molestan
por intentar saber cómo avanzar hacia el esplendor de la
Conciencia Despierta, sino que, prefieren competir sus actuales
ideas con las de otros, para “convencer” a los demás de que
ellos tienen la “razón”. Sólo buscan insaciablemente el cómo
el lucífero creador 121
poder jactarse y vanagloriarse a sí mismos. La “competitividad
religiosa” es lo único que saben hacer.
Sus mínimas y máximas preocupaciones recaen en cómo
conquistar la mayor cantidad de personas que les sea posible en
el tiempo más breve que puedan hacerlo, para que sus propias
organizaciones alcancen un nivel jerárquico en cuanto al
reconocimiento popular y aceptación estatal y popular, y para
sentirse egoístamente superiores a las demás organizaciones
religiosas, diciendo: “la mía es superior”. De esta manera luchan
por el único motivo de vencer a quienes piensan diferente; e
irónicamente, le llaman hermanos a esos a quienes tratan de
sojuzgar mediante sus particulares creencias y dogmas, y no
cejan con su proselitismo hasta convertirlos en fanáticos
fundamentalistas.
Pero al fin, todas estas falsas doctrinas desembocan en un
inexorable desencuentro por el que mutuamente se terminan
dando la espalda; la mayoría de las veces creen y se dicen con
arrogancia: “Lo que yo sigo es verdadero y es lo mejor. Lo que
yo sigo es lo auténtico, y es lo único que hay que seguir para
alcanzar el propio bienestar”, “los que no siguen este camino
están perdidos”. En sus teorías se jactan de fraternizar, pero en
los hechos se dividen y discriminan por sus creencias religiosas.
Pocos son los que se dedican a amarte de verdad y pueden
hacerlo incondicionalmente, o sea, en el real sentido de lo que
esto significa e implica, en cuanto a la aceptación total de la
verdadera Naturaleza de la Esencia que subyace detrás de todas
las apariencias. Lo cierto es que la mayoría de los seres
humanos están demasiado ocupados levantando sus inventadas
banderas, sus propios nombres, emblemas, caprichos y antojos,
procurando imponer a los demás que sus postulados son los
más privilegiados como ningún otro podría serlo jamás...
– Son necesarios los ideales en los seres humanos y a partir
de ellos conformar ideologías acordes, y, desde ya, también es
importante seguirlos y vivir de acuerdo con ellos. –Dijo el
122 el lucífero creador
Lucífero Creador y agregó–, es necesario representarlos de
alguna manera en particular, lo más honestamente posible, y
desde luego, compartirlos y enseñarlos a otros seres humanos
que puedan pensar de la misma manera. Claro que, tontamente
se enredan en divisiones y peleas por las formas aparentes de
estas interpretaciones en vez de integrarlas y enriquecerse con
todas; neciamente discuten los hombres por nimiedades cuando
cada esquema responde de alguna manera a un aspecto de la
verdad total. Todo está naturalmente integrado en una única
realidad, y cuando Despierten a esta Unidad indivisible, sabrán
apreciar la síntesis del Conocimiento Universal plasmado en
cada expresión, y en todas ellas en su conjunto. –Explicaba el
Lucífero Pensador en un tono calmo y seguro, a fin de que cada
palabra penetrara en La Naturaleza como una especie de
bálsamo tranquilizador que le envolviera la centralidad a su ser,
y le proporcionara un mayor Conocimiento con el propósito de
disipar la abrumada confusión que los hombres habían
infundido en el Controlador de Todo–. El quid en cuestión es
bien simple, –prosiguió diciendo el Lucífero–, estas entidades
vivas capaces de madurar cierto grado de autoconciencia no son
más que seres humanos, simples seres humanos, y no dioses
como te los imaginas. Son mortales con falencias y virtudes que
están atravesando recién los primeros eslabones evolutivos de
una cadena infinita. Todavía no han desarrollado el tercer
cerebro, y sólo llegaron a desenvolver hasta ahora a la segunda
mente, y aún sin completar. Por eso es necesario comprender la
raíz de sus vicios y equivocaciones, que se irán resolviendo
conforme sigan evolucionando.
Y aún su escaso desarrollo, no existe ninguna diferencia
entre ellos y yo, que me consideran Todopoderoso. La Esencia
es la misma. Los hombres y yo somos lo mismo, sin embargo,
muchos reniegan de esto porque todavía no se han dado cuenta,
mientras que otros sí lo han comenzado a reconocer en la
profundidad de su conciencia. Incluso, aquellos que aparentan
el lucífero creador 123
ser los más espirituales y religiosos y no aceptan que somos lo
mismo, son en realidad parte de mí. Entre la humanidad y yo
no hay diferencia; en un punto nos reencontramos, en un cierto
estado nos fusionamos, porque en una dimensión somos uno
solo. También son uno contigo, porque no están separados de
la naturaleza aunque algunos presuman de independencia.
Todos somos uno.
En esta cuestión estriba todo el problema, precisamente, en
no percatarse de la unidad esencial, pero cuando desarrollen la
tercera mente y esos dones especiales que se encuentran
adormecidos, finalmente lo reconocerán. En ese momento
comprenderán la Esencia de todo lo manifiesto. Sólo hay que
darles tiempo y esperar.
De todos modos, aunque somos lo mismo, lo irreconocible
es lo que hace a las disconformidades y a las discordancias.
Las religiones las originaron los seres humanos y no yo... las
teorías son de ellos, no mías.
Bien dices, los más religiosos o espiritualistas me proclaman
poderoso y el creador de todo cuanto existe, el observador, la
causa primera, el dador de todo bien, y me llaman de mil
maneras más. Dicen que como perfecto hacedor conformé
todo cuanto se desenvuelve dentro de la esfera que hace a la
vivencia humana, y cada uno arguye que hice las cosas
exactamente de la manera cómo las tenía que hacer. Lo saben
muy bien pero sólo en teoría, e hipócritamente en los
momentos que más les conviene, cuando precisan ayuda o están
por morir. Lo mencionan de la boca hacia afuera porque en la
práctica, en la vida diaria, demuestran todo lo contrario debido
a su impulsiva forma de actuar y sus equivocados procederes y
pensamientos.
No reconocen que si lo hubiese querido los podría haber
creado de tal manera que todos fuesen iguales, que todos
creyeran lo mismo, que todos tuviesen una sola religión, o que
me conociesen a través de un único camino o de una misma
124 el lucífero creador
manera, por medio de un solo método específico. Si así lo
hubiese querido, pensado e impulsado, todos tendrían un
mismo idioma de comunicación, un solo dialecto, un mismo
modo de ser, de pensar y de actuar... sólo tendría que haberlo
pensado e impulsado para que así fuese.
¡Pero no!, jamás se me pasó por la mente crear ni proyectar
semejante aberración. Es que no entienden... ¡los hice LIBRES!
de lo contrario hubiera creado máquinas como las que fabrican
ellos en vez de seres humanos.
Los hice Libres, para que cada uno por la posibilidad que a sí
mismo se procure mediante su propio libre albedrío me
conozca en esencia, más allá de las envolturas externas que
como máscaras y apariencias superficiales ocultan la Unidad
Sublime de la que estamos hechos. Esto hace que ningún
camino sea verdadero o falso, porque cada Ser que lo intente de
corazón, sea cual fuera la forma y el camino que tome, me
encontrará y me conocerá en esencia.
Poco importa la pomposidad de las estructuras más que para
el agrado del ojo. Lo que sí es cardinal e imperioso, es la actitud
interior que se tenga, nada más. Pues, si la actitud interna que
cada quien cultive es sincera y auténtica, se alcanza entonces mi
Esencia. Este es todo el misterio y secreto de la Existencia, y no
es necesario discutir o pelearse para demostrar quién de todos
está en lo cierto o quien está más acertado.
Ahora bien, si el objetivo es la mera demostración de cuál
representación es la más linda y atractiva para querer significar
que es superior a otras representaciones, basándose en escalas
de valores corrompidos por los intereses mezquinos personales,
entonces, ¿para qué ponerme a mí como meta si sus objetivos
son otros? Este es precisamente el mayor desequilibrio y la
mayor enfermedad: “Encubrir otros propósitos egoístas detrás
de una simulada espiritualidad”.
el lucífero creador 125
Es inútil discutir por qué clase de sistema se me descubre o
por qué camino se me ama más, olvidándose de amarme y
descubrirme en esencia.
Justamente, por no querer reconocer que los pensé libres
para que sean libres sin límite alguno, no podrán evitar el
enmarañado proceso conflictivo que ellos mismos generaron
para conocerse a sí mismos y conocerme a mí. Han elegido la
forma más difícil de llegar hasta mí.
Inventan caminos o pautas artificiales a seguir y me lo
atribuyen a mí, responsabilizándome de habérselos enseñado en
la tierra en los orígenes del mundo. Pero así, de esta manera
jamás comprenderán lo que en verdad quise hacer... Yo no
enseñé nada ni transmití nada, simplemente los hice libres.
Junto con las tres mentes que impulsé, y que aún están en
proceso de evolución, las cuales irán desarrollándose a su
debido tiempo conforme a la evolución de otras entidades y
fuerzas paralelas, podría haber pensado, si lo hubiese querido,
en la posibilidad de desarrollar la capacidad de que los
pensamientos y las funciones mentales estuviesen al máximo
nivel posible desde el mismo nacimiento. Pero, como es sabido,
muchos morirán habiendo apenas percibido una pequeña
fracción del gran potencial latente que acunan en su interior.
Junto con las Esferas, Planos y Dimensiones podría haber
pensado, si lo hubiese querido, en la probabilidad de que todos
los seres humanos viviesen su existencia conociéndolos e
interactuando con ellos de modo permanente. Sin embargo,
muchos seres humanos ni siquiera llegarán a enterarse de su
existencia, cuanto menos de su entera realeza multifacética e
interdimensional.
Es que tan sólo pensé en la posibilidad de que puedan
conocerlos por su propia decisión y convicción, y no como algo
impuesto, ya que entonces carecería de mérito. La virtud de
conocer la Esencia es enteramente humana. Por eso es que,
126 el lucífero creador
aunque teniendo esta oportunidad, es un hecho que para
muchos seres estas Esferas y Planos se encontrarán ocultos, casi
irreales y no los descubrirán, al menos, a lo largo de varios
ciclos de vidas consecutivas. También podría haber proyectado
que no murieran jamás, y de hecho no mueren, sólo sus cuerpos
fallecen pero no sus almas. Asimismo, son sus cuerpos y
mentes las que evolucionan, pero no sus almas. El reflejo Uno
que hace a las muchas almas entra en cuerpos cada vez más
evolucionados para experimentar la conciencia desde otra
perspectiva cada vez más amplia. Y las almas no tienen ego ni
personalidad, porque estamos hablando de una sola, de una sola
Luz, de una Unidad esencial indivisible, por eso no se aplica la
teoría de la reencarnación ni la de la transmigración de las
almas, ni la de las almas confinadas en el infierno o recluidas en
el paraíso. Sólo es mi Luz la que se proyecta desde mí para
volver a mí, y juntos retornar a la Unidad Esencial.
Todo esto es parte de la libertad, porque el alma es libre,
absolutamente libre, y a tal punto lo es que jamás podría estar
encadenada a un cuerpo mortal y a una mente transitoria, ni
siquiera temporalmente.
No he creado a los seres humanos como siendo ya
conocedores de la Esencia, con la conciencia expandida,
despiertos e iluminados, si bien me hubiera resultado tan
sencillo y simple como todo lo demás que he impulsado en esta
INTELIGENTE COMPOSICIÓN EXISTENCIAL. Pero no,
no los hice ya evolucionados ni acabados, y el motivo de esto es
a causa de la Libertad que pensé e impulsé.
En realidad, lo único que hice fue proyectar la Libertad de la
conciencia, porque todo lo demás deriva de esto ajustándose a
los patrones inviolables de la Naturaleza original. Más aún
todavía, la Libertad de la conciencia expansiva está dotada con
la capacidad de trascender a su propia existencia como
identidad individuada, hasta este punto llega su libertad. Así,
libres como son, sólo ellos deciden si han de entregarse sin
el lucífero creador 127
resistencia para conocer y realizar la Unidad Esencial detrás de
todo parámetro y condicionamiento.
Les entregué lo más preciado y elevado que tengo para
ofrecerles, les di el Amor, y sin embargo, no todos son
amadores. Aunque, vuelvo a decirte, si lo hubiese querido, los
podría haber hecho a todos así, sin excepción, para que todos
amen intensamente. Pero los hice Libres, tanto, que sólo podrá
amar realmente aquel que comprenda, anhele y sienta su propia
Libertad. Son libres de amar o no, y quien no ame se lo perderá,
y aquel que ame ganará mucho porque ganará lo más preciado y
elevado que les he brindado.
– Es... es ma... ¡maravilloso!, –tartamudeó La Naturaleza–.
– Es que has visto y oído demasiadas cosas confusas en este
último período junto a los seres humanos, y es mucho lo que te
han perturbado; pero ahora ya sabes, ya tienes el conocimiento
de cómo son las cosas en realidad, en su más íntima esencia, así
que no debes olvidarlo... Si hubiese querido podría haberlos
creado a todos Amadores, Conocedores, Buenos, Perfectos,
Conscientes, Iluminados más todas esas otras cualidades que
nosotros dos hubiésemos preferido que fueran. ¡Pero no!, son
Libres, porque en definitiva, este es el mayor don que pueda
brindársele a toda entidad proyectada.
Y, por lo tanto, como desconocen que aquello que algunos
tratan de imponer como reglas a los demás seres humanos, y
particularmente a quienes no las aceptan, lo podría haber
impulsado con sólo pensarlo y lo podría haber establecido entre
ellos de modo natural con sólo haberlo querido proyectar con
mi pensamiento creador, se privan de la Libertad que les he
regalado. No están fijos a ningún esquema, no están limitados a
ninguna condición... aunque ellos prefieran por el momento
fijarse a ciertos esquemas preestablecidos.
– Pero, –interrumpió La Naturaleza–, sigue habiendo una
confusión a mi parecer, pues tú dices que no los pensaste de
una determinada manera, que los impulsaste Libres, pero ellos
128 el lucífero creador
afirman que fueron creados de acuerdo a tu imagen y
semejanza... ¿cómo es esto realmente? ¿Son o no son creados
los seres humanos exactamente a tu imagen y semejanza?
– ¡¿A mí imagen y semejanza?!... –Respondió preguntando y
exclamando al mismo tiempo el Lucífero Creador–. ¡Claro!, la
única imagen y semejanza que he proyectado es la Luz que he
impulsado con mi pensamiento creativo. La Luz que nos
impregna a todos es igual y semejante en todos. Y ella no se
esconde solamente detrás de las formas humanas, sino también
detrás de toda expresión manifestada en la Existencia, de cada
entidad, de cada ser, de cada forma, todo lo que existe lleva
impregnado en sus profundidades esta Luz esencial. Por lo
tanto, sería más exacto afirmar que están hechos a IMAGEN Y
SEMEJANZA DE LA LUZ, que es el espíritu intrínseco en
toda forma.
Y puesto que la concentración primaria de la Luz se halla en
mí y en el Otro Lado que se encuentra más allá del Confín del
Cosmos donde está la Esencia Primordial de la Luz, y, al mismo
tiempo, el resplandor de esta Luz está en los seres humanos, y
por ser yo el impulsor de tales formaciones... surge eso que ellos
llaman Imagen y Semejanza, que en realidad constituye la
identidad básicas de todas las entidades. Esta es la cuestión, que
en definitiva, somos lo mismo. Esencialmente somos lo mismo
y espiritualmente somos Uno.
Querido amigo Controlador, la Imagen y la Semejanza de los
seres humanos, es sólo en relación a mi Luz... que tampoco es
mi Luz, sino que es La Luz, sólo La Luz. Y esta Luz es la
posibilidad de Eternidad, de Inmortalidad, de fusión consciente
con lo infinito que les he obsequiado, más bien, compartido. Es
la parte de mí que está en ellos, y está en todo los seres, y está
también en Ti, amada Naturaleza, y en aquello que nos
trasciende.
El rostro de La Naturaleza, del Controlador de Todo, se iba
aclarando y desarrugando perdiendo así el serio y amargo
el lucífero creador 129
fruncido que su frente traía en esta ocasión al comenzar la
charla, y sus ojos abiertos de par en par resaltaron luminosos al
oír una vez más la resonante afirmación:
– Esta es la única Proyección de mi Imagen y Semejanza en
ellos... es la LUZ... la que también está en Ti.
el lucífero creador 133
Son libres en sus pensamientos, incluso cuando todo se
pierda y nada se tenga, cuando todo desaparezca y el todo se
disipe, la libertad de los pensamientos, de los sentimientos y de
la conciencia, es inalterable. La libertad es inalterable.
el lucífero creador 139
de Todo sin dejar de pensar en la inquebrantable propiedad
liberadora de esta libertad–.
– ¿De verdad lo crees así?
– ¡Sí!, tan magnífica como todo lo que has proyectado. Antes
no podía verlo con claridad, pero ahora lo entiendo muy bien, y
esto me proporciona un gran sentimiento de liberación.
– Es incuestionable que la Luz Esencial que nos trasciende
es magnífica, y en cuanto a que no hay ninguna duda de ello te
doy la razón, –concluyó el Lucífero Creador y continuó
comentando–, realmente son muchas las personas que
conocerán la Liberación después de haber comprendido el
verdadero sentido de Libertad y de haber superado la propia
esclavitud. Algunos atarán sus propios pensamientos a la
materia y otros atarán sus pensamientos a lo espiritual, pero al
desatarse a sí mismos de lo uno y de lo otro conocerán de
verdad el sentido auténtico de la Libertad. Algunos se atarán a
los placeres sensuales de lo visible, mientras que otros se atarán
a los goces de lo invisible, otros se aferrarán al mundo de la
materia y otros al mundo de lo psíquico, pero, en todos los
casos, se Liberarán recién cuando trasciendan las tendencias
esquemáticas de ambas posiciones. Cuando estas proclividades
puedan ser balanceadas en un todo armonioso que refleje
integralmente el principio subyacente de la unidad esencial que
se encuentra detrás de todo lo existente, el hombre será
completamente libre.
Y ten por seguro que siempre existirá quien rompa sus
propias cadenas para lanzarse a la comprensión fiel de la verdad
sintetizada en esa Realidad Esencial que todo lo incluye en una
indivisible Unidad sublime y substancial. Siempre habrá alguien
que oiga el melodioso Sonido de la Libertad total, que vaga en
forma de eco entre partícula y partícula por el Universo entero,
ese que hemos entonado y liberado.
– El Sonido de la Libertad repercute por todos lados y no es
oída por la totalidad de los seres humanos, ¿por qué?, –inquirió
140 el lucífero creador
La Naturaleza y siguió preguntando–. ¿Cómo oirán todos los
seres humanos el Sonido de la Libertad?, ¿qué tendrán que
hacer para oír ese Sonido y sentir que verdaderamente son
libres? ¿Dónde lo oirán?
– Lo oirán nítidamente después de leer el Gran Libro que les
proporcioné, pincelado con múltiples escrituras en todos los
idiomas para poder ser leído por todos, escrito con palabras
sencillas y sumamente claras para que sean captadas tanto por
los niños como por las personas adultas.
– ¿Un libro?..., ¡un LIBRO! ¿Cuál es ese grandioso Libro?,
¿dónde se encuentra que nunca supe de él?, –preguntó
entusiasmado el Controlador de Todo ante tan maravillosa
sorpresa, al mismo tiempo que pensaba: “¡Cómo es que todavía
no lo vi!”.
Con voz calma, sabia y complaciente, explicó el Lucífero
Creador:
– Este documento magistral, es el Libro de la Vida, y sus
palabras sonoras resuenan por toda la Existencia.
El Mensaje que quiero transmitir y expresar, y los Secretos
más sublimes y verdaderos que son mi legado a la Humanidad,
se encuentran allí, delineados sobre la música etérea que inunda
la magnificencia que representa cada manifiesto, ya sea en el
profundo significado o en la simple enseñanza que revela la
Magna Existencia proyectada. Allí, en ese ancestral Libro están
todos los Misterios al alcance de quienes abran sus mentes y
corazones para poder verlos y estudiarlos.
Estos son mis documentos akáshicos, los valiosos registros
de la Esencia, se trata de los archivos cósmicos, que tal vez para
muchos seres estos libros estén completamente perdidos al no
poder apreciar el grabado en sus propias conciencias los
símbolos de la verdad existencial. Este es mi único patrimonio
para toda la humanidad.
el lucífero creador 141
¡Toda manifestación, tal cual se expresa, representa mi Amor
y la razón fundamental de la Luz Esencial! Toda expresión
existencial es producto de mi más profunda Conciencia. Y
quien sea capaz de leer estos libros akáshicos universales se
encontrará con todo lo sublime de la existencia.
Por eso mismo, aunque no sean todos los seres humanos los
que practiquen la noble virtud del bien, y sean menos los que
encuentren su propia gran liberación, y tal vez sean mayoría las
personas que vivan atrapadas en el engaño, y sean muchos los
que están errados, y sean demasiados los que padezcan la
funesta ignorancia... el Ser Humano, así débil como lo ves, así
frágil como parece, equivocado como suele estar, es lo más
extraordinario de toda la Proyección auto-Revelada que mis
pensamientos creativos han impulsado en esta Existencia.
Por lo tanto, aunque la humanidad atraviese momentos de
penumbras y ciclos de oscuridad, lentamente, el ser humano se
aproxima a la Luz.
Y para que comprendas la mayor trascendencia que deriva
de este Amor, que es completo e inevitable, verás que de entre
los seres humanos que logren captar la Esencia, algunos se
transformarán en vida en los Hijos de la Luz, en las Almas
Ascendidas, mientras que todos, absolutamente todos, se
integrarán en el estado de la Unidad Esencial al desencarnar y
abandonar la materia. Los que se transformarán en los Hijos de
la Luz, serán los Guías, los Maestros, los Regentes Plantarios,
los Conductores Divinos de las numerosas civilizaciones; serán
las Conciencias Elevadas y los Iluminados que ayudarán a los
humanos a lograr la auto-Revelación de la Esencia; serán los
Guardianes de la Sabiduría Ancestral, los Prohombres y los
Vanguardistas de la humanidad, quienes a su vez se ocuparán de
transmitir y enseñar a todos los buscadores y caminantes del
Sendero Interior el Mensaje del Gran Libro que te hablé, e
infundirán la Fuerza del Amor que he impulsado, y señalarán la
142 el lucífero creador
magnífica Senda de la Libertad que desemboca en la Liberación
total, por lo cual los Seres Humanos comprenderán la Imagen y
Semejanza de la Luz en ellos mismos, y así se fusionarán
conscientemente en la Inmortalidad de la Esencia y Unidad
substancial de la Existencia de la que provenimos todos.
Por eso, ya no te lamentes más, hermosa Naturaleza, porque,
¡los veo venir!..., ¡están viniendo!... Los seres humanos se
aproximan a la Luz... Allí están acercándose gradualmente, de a
apoco, muy lentamente..., pero están viniendo al fin.
el lucífero creador 145
146 el lucífero creador
CAPITULO ONCE
AUTO RECONOCIMIENTO
el lucífero creador 147
Nuevamente sola se hallaba la Luz. Otra vez deambulando
en esa extensísima inmensidad, sitio que después de tanto
tiempo de progresiva evolución desconocía por completo en
cuanto al significado de limitación o final, por lo que mucho
menos podía suponer dónde hallar el Confín, lugar en el que
supuestamente encontraría el pasaje para ingresar al Otro Lado.
Así que estaba re aprendiendo nuevamente este cosmos que
crecía a cada instante, y conociéndolo otra vez ya que el mismo
cambiaba constantemente y crecía sin cesar.
Sin tener por qué ser accidental o casual, se encontraba
atravesando en múltiples viajes siderales esa gran masa tenue del
espacio y del inmedible tiempo. El Lucífero Creador, se cernía
en el no-aire cuando algún inesperado pensamiento o recuerdo
desagradable le sobresaltaba la conciencia, y con piruetas
mágicas que realizaba con la ayuda de su nube, intentaba
olvidarse de todo aquello que le causaba pesadumbre, pues ya
no podía intervenir en nada, ni para bien ni para mal. Y aunque
prefería evitarlo, seguía diciéndose a sí mismo que ya no tenía
nada más que crear, ninguna otra figura que dar a luz, nada que
proyectar o impulsar; por eso no podía siquiera suponer qué
otra cosa podría llegar a realizar al considerar que estaba todo
hecho.
Pero a pesar de su conclusión tajante, él descubría a cada
tramo que todavía seguía manifestándose en Este Lado, y eso le
indicaba que todavía algo faltaba hacer. No sabía qué, pero la
situación de encontrase en esta dimensión era la evidencia.
El lucerillo buscaba por todos los medios el contestarse:
¿qué sucede que no puedo dar aún con el Confín del Universo?
Y siempre le venía a la memoria aquel mensaje que el anciano
Luz Naranja alguna vez le transmitió: “Tal vez en poco tiempo
estés de vuelta, quizás transcurran miles de años para que se
realice nuestro reencuentro, o, probablemente, no regreses
nunca... Jamás volverás si no llegas a reconocer nuestro Lugar”.
148 el lucífero creador
– Pero, ¿en dónde se encuentra ese sitio?, –se preguntaba el
Lucífero, y a veces se decía a sí mismo: “Puede ser que haya
pasado por delante del Confín muchísimas veces y no lo he
reconocido...”
Por momentos, el brillo de su luz disminuía cuando creía
que nunca llegaría al Otro Lado con su amigo Luz Naranja, ya
que no encontraba el modo de lograrlo.
Así, un poco triste y agotado por las tantas formaciones
impulsadas con su pensamiento creativo y después de tanto
viajar, y sobre todo, todavía un poco afectado por el diálogo
que había sostenido con el Controlador de Todo acerca de los
seres humanos y algo inquieto por el destino que estos tendrían,
el Lucífero Pensador buscó un refugio para descansar de sus
muchos pensamientos abrumadores, e incluso descansar
también de sus pensamientos felices, o sea, descansar al fin de
tanto pensar.
el lucífero creador 155
– Sí, recuerdo que él me habló de la Unidad, pero no llego a
comprender del todo, porque si somos indivisibles, ¿cómo nos
separamos?...
– Sólo te parece a Ti ¡En verdad nunca nos hemos separado!
– No entiendo. Por ejemplo, Luz Naranja me explicó que a
él y a mí nos conformó algo que no es creado por nadie, que es
original, nonato, que es eterno y así mismo se basta, que no
tiene principio ni fin... ¿quién te creó a Ti?...
– Lo mismo, o bien, nadie. Provenimos de la misma Esencia,
increada, que a nada crea y así todo se crea una y otra vez, de la
cual todo surge como parte de su propio movimiento o Fuerza
substancial, o como parte de su propia respiración. No somos
más que el Movimiento o la Respiración de esa Fuerza Esencial
indivisible e increada. Con cada exhalación surgimos y con cada
inhalación nos reintegramos una vez más.
Claro que si sólo lo miras desde la perspectiva de lo aparente
de toda manifestación reflejada, y desde el inadecuado concepto
de creación y creador, entonces es lógico que pienses que existe
un alguien que nos crea o en alguien que esté creando la
existencia esencial. Bien entonces, si lo miras así, entonces ese
“alguien” somos nosotros tres al librarnos de la engañosa y falsa
separatividad que nos mueve, para Ser lo que esencialmente
somos: Uno Solo, el Uno Único, el Uno indivisible que
representa ese Alguien de quien te hablaba el Anciano...
– Sigo sin comprender...
– Para que puedas entenderme claramente, obsérvalo de la
siguiente manera..., somos como una “moneda”. Tú eres una de
las caras que tiene la misma, y el Anciano Luz Naranja es la otra
cara. Así de simple.
– ¿Y Tú? ¿Qué eres?
– ¿Yo?... Yo Soy la Moneda que mantiene ligada entre sí a las
dos caras...
Yo hago que siempre seamos Uno.
156 el lucífero creador
– Pero, si es así, entonces, ¿dónde está el Anciano Luz
Naranja?, ¿cómo es que no lo veo?... ¿Cómo puedo llegar hasta
él? Dímelo por favor.
– No es necesario que vayas a ningún lugar. El siempre
estuvo contigo; siempre estuvimos contigo, en todo momento,
siempre te acompañamos. –Se expresó la Joven Niña de la Luz
que trataba de hacerle comprender de todas los modos posibles,
pues esta comprensión final era sumamente necesaria para
concretar el traspaso hacia el Otro Lado y entablar el
reencuentro tan ansiado con el Anciano Luz Naranja–.
– ¿Cómo es esto?... –Preguntó el Lucífero Pensador que a
cada respuesta se confundía más y más–. Explícamelo otra vez
con mayor claridad, –solicitó–.
– Bueno, encantada de hacerlo. Piensa lo siguiente: siendo
ustedes como las caras de una moneda, cuando uno se muestra
el otro se oculta y no se deja ver por el sólo hecho de estar
cubierto, por estar del otro lado, pero no porque no esté. Y así
sucede a la inversa. Cada cual está de un lado de la unidad
indivisible, y sólo cuando ambos están conscientes de su
integración pueden hacerse Uno con la Unidad.
Ambos al mismo tiempo cumplen funciones o misiones
esenciales, pero por otro lado, estas misiones y funciones son
muy diferentes ya que se desenvuelven en distintos estados o
dimensiones; de este modo, cuando uno se manifiesta, el otro
se desmaterializa, y cuando uno se proyecta, el otro se recoge, si
uno está de Este lado, entonces el otro se encuentra del Otro
Lado. Y así sucesivamente. Sólo pueden observarse únicamente,
al inició o término de cada ciclo, justamente cuando la Moneda
gira y se intercambian las caras, pues sólo en ese período se
alterna la actuación, y necesariamente nos debemos ver para
reconocer la Unidad que somos y la Esencia a la cual
pertenecemos. Sin este reconocimiento no habría manera de
que se completara el ciclo.
el lucífero creador 157
Y ahora, precisamente, nos encontramos en ese período
trascendental del ciclo cuando el mismo se inicia y concluye
simultáneamente, para reiniciarse otra vez. De tal manera que
todo es un movimiento cíclico constante de comienzo y
término sucesivos, que alternadamente se suceden y se
reemplazan por toda la eternidad. Esto es lo que hace que en
definitiva, no exista ni el Principio ni el Fin, aun existiendo
eternos inicios e infinitas conclusiones.
Justamente, éste es el instante exacto en que el Anciano Luz
Naranja ha de surgir para efectuar nuevamente el intercambio
de función o cambio de misión.
Tú, Luz Celeste, ya has completado la obra con el desapego
a ella, y ahora le toca al Anciano Luz Naranja entrar en acción.
– Estoy comprendiendo un poco, porque todavía hay algo
que no logró captar. –Dijo el Lucífero Creador–. ¿Por qué tiene
que ser así? ¿Por qué no me dijeron antes que siempre estarían
conmigo? ¿Por qué no me lo dijeron desde un principio?
Me dejaron solo... bueno, aparentemente solo... me dejaron
desamparado, bueno, aparentemente desamparado, haciendo
todo aquello sin saber para qué lo hacía, pensando e
impulsando cada forma manifestada, creando, proyectando,
mientras buscaba sin consuelo por todos los recónditos
rincones del infinito universo, nuestro estado primigenio, este
Confín tan escurridizo.
En algunos momentos anduve casi desesperado, padeciendo
angustias, soledades, tristezas, y lo peor de todo, remordimiento
y cargo de conciencia por haber provocado la desaparición de la
Luz Naranja, ya anciana. Ella, que repentinamente se extinguió,
dejándome en el colmo de la incertidumbre. –De repente, el
Lucífero dejó de pensar en sí mismo al recordar algo aun peor–,
¿sucederá lo mismo con los Seres Humanos? Me pregunto si
ellos también buscarán desesperadamente por todas partes la
Luz que les he dado, sin saber que muy dentro de ellos mismos
158 el lucífero creador
se encuentra iluminando. Quizás la sigan buscando por siempre
hacia fuera, por todos lados, en el reflejo de toda manifestación,
sin saber que la Luz se encuentra en ellos mismos. Y en el caso
de que la encuentren después de tanto buscar, me pregunto si
estarán tan confundidos como lo estoy ahora. ¿Es que tanta
Luz enceguece?, ¿es que la Verdad es tan difícil para asimilar?
el lucífero creador 163
Ya no hablaron más y se mantuvieron en una completa y
profunda mudez de sonidos, más no de diálogos internos.
Sin dejarse de mirar ni por un instante a los ojos, tras un
intenso resplandor que nacía desde cada uno de ellos, sus
formas comenzaron a esfumarse como si fueran hechas de
vapor...
El Anciano, al desvanecerse detrás de su intenso brillo
quedó convertido en una fulgurante Luz Naranja como símbolo
de la Sabiduría. El Joven niño se transformó nuevamente en la
forma original del Lucífero Creador, la Luz Celeste, como
símbolo del Poder Celestial.
Mientras que la pequeña Niña, en sí, la unión entre los dos,
se disolvió entre los reflejos de una Luz Verde claro, tan claro
que se mezclaba entre tonalidades Amarillentas, como símbolo
de la Vida y de la Alquimia Existencial.
el lucífero creador 165
Tan inmenso resultó ser su resplandor, que era imposible
que se contuviera en tan vasta y considerable expansión. De
este modo, el Confín del Universo, allí donde no existía el
Cosmos en cuanto a formaciones y entidades visibles, quedó
reducido a una total e inmensa bola de Luz, que al llegar hasta
su máxima magnitud, desbordó más de la misma infinitud de
aquella dimensión, y traspasándola y dejando muy atrás al
Confín, la fuerza lumínica de la Luz se propagó por el Cosmos
entero alumbrando a todas las formaciones y entidades
existentes, iluminando todos los rincones de las galaxias, sin que
nada en el universo quedara exento de dicho esplendor e
iluminado brillo.
168 el lucífero creador
CAPITULO DOCE
EL OTRO LADO
el lucífero creador 169
– ¿Podemos comunicarnos?... ¿Me oyes?... ¿Estás aquí
todavía?... ¿Dónde estás?... –Se propulsó una onda vibratoria
insonora–.
– Sí, sí. Estoy aquí junto a Ti... –Vibró otra onda insonora–.
– ¡He aquí nuestra Luz en potencia!... Esto es el sostén de
toda la Existencia.
– Esto somos nosotros y toda la proyección manifestada en
Esencia.
– ¿Sobre qué somos?
– No sé, pero Somos.
– ¿Qué sucederá ahora?
– Es el momento de dormir. Ya eres Anciano y eres como el
Abuelo de todas las cosas proyectadas... Debes tomarte el
reposo necesario para que alguna vez, cuando se complete el
ciclo de la manifestación, puedas volver a empezar con una
renovada energía.
– ¿Qué harás mientras tanto querido niño?...
– Simplemente velar.
– ¿Velar?..., ¿velar qué?
– Sí. Velaré por Ti y por toda la manifestación que has
impulsado con tus pensamientos creativos. Ahora me toca a mí.
Y cuando ésta se reintegre aquí con nosotros, volveré a
despertarte para que retomes otra vez el Ciclo de una nueva
Proyección, la cual impulsarás con nuevos Pensamientos.
– ¿Pasará mucho tiempo para Despertarme?, –preguntó
quien habría sido alguna vez el Lucífero Creador–.
– Muchísimo... Tanto, que me pondré tan viejo como lo
estás Tú ahora, y para entonces, Tú serás tan niño como lo soy
yo ahora.
– Recuerda decirme la próxima vez que me despiertes toda
la verdad, y con suma claridad explícame, quién eres y quién
soy..., lo que tengo que hacer y adónde debo llegar.
170 el lucífero creador
– ¡No, eso sí que no! No podré hacerlo aunque quiera
porque los tres hemos decidido que fuera así. Somos Uno, y
por lo tanto cada quién ha de experimentarlo por sí mismo en
su profundidad sin la intervención del otro.
Esto es parte del Juego que nos hemos propuesto jugar, el
cual decidimos que sea totalmente improvisado cada vez,
espontáneo y artístico al mismo tiempo. Hemos preferido que
no sea pautado de ninguna manera, no condicionado, no
preestablecido. Así que no me pidas que te diga aquello que no
te puedo decir porque los tres hemos decidido que así fuera.
No puedes saber el Secreto del Juego hasta el final, porque si
lo sabes antes, se termina el juego.
¿Recuerdas?, estamos decidiéndolo de este modo los tres por
unanimidad para no limitar la belleza de lo creativo...
el lucífero creador 171
– De hecho, esto es lo que precisamente más me conmueve
en este momento: que todo esto sea interminable.
– Así es..., es Eterno...
– Pero no lo entiendo...
– Yo tampoco...
el lucífero creador 173
Dibujo Nº 10
El Principio del Principio - El Reinicio
174 el lucífero creador
~º~º~º~
A modo de conclusión:
El autor
~º~º~º~
el lucífero creador 175
~º~º~º~
~º~º~º~
176 el lucífero creador
EPILOGACIÓN DE LA VERSIÓN MEJORADA
el lucífero creador 179
La naturaleza sigue el curso natural de las cosas sin oponerse
ni imponerse, por eso el Controlador de Todo, irónicamente no
controla nada, del mismo modo que el Lucífero Creador no
puede crear nada jamás aunque aparenta crearlo todo. Esta es la
paradoja que constituye el rumbo hacia la toma de conciencia,
la cual se establece más allá de todas las contradicciones,
antagonismo y oposición.
~º~º~º~
180 el lucífero creador
EL ENFOQUE MÍSTICO DEL LIBRO
(Material empleado para la difusión de la obra)
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TEXTO DE LA CONTRATAPA
– Explícame por favor, –dijo impaciente el Controlador–,
¿qué es eso de las nuevas “ Esferas” ?
– Estas “ Esferas” son simplemente uno de los
“ PUENTES” que distancian a los hombres de mi propia
Esencia Subliminal, el cual sólo atravesándolo se me puede
conocer en ese estado tan particular. Porque mi Esencia es
la Esencia de ellos, y no existe una mínima diferencia al
respecto.
Estas Esferas son lugares como de fantasía, pero tan
reales como lo concreto que se ve a través de nuestros ojos.
Los Seres que allí habitan son sin forma, pero se pueden
tocar. Son silenciosos, pero se pueden oír; son invisibles,
más se los pueden contemplar y apreciar... Todo depende de
la intensidad con que se los considera, la intensidad con que
se los desea.
– ¿Cómo tiene que ser esa intensidad? –Interrumpió la
Naturaleza levantando dulcemente los hombros, ya que ella
no sentía ninguna clase de intensidad–.
– Leve, –continuó diciendo el Lucífero–, muy leve, como
la de los niños. Los simples no desean conocerlas porque ya
viven en Ellas...
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184 el lucífero creador
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I N D I C E
de los Capítulos y Dibujos
Capítulo Uno: _________________ 7
En el Origen de los Tiempos
Dibujo Nº 1: El Principio
El Inicio
Capítulo Diez: _______________ 93
El Nuevo Hombre
Dibujo Nº 7: Autodestrucción
La Inconsciencia
Capítulo Once: ________________ 147
Auto Reconocimiento
Dibujo Nº 8: Trinidad
La Trimurti
Dibujo Nº 9: La Fusión
Supernova
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Capítulo Doce: ________________ 169
El Otro Lado
Dibujo Nº 10: El Principio del Principio
El Reinicio
Advertencia para una __________ 176
mejor lectura de esta obra
en el formato de impresión
Índice _________________________ 185
Publicaciones
efectuadas hasta la fecha __________ 188
el lucífero creador 187
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Publicaciones efectuadas hasta la fecha:
Este libro se completo de digitalizar en 2011.
La primera versión editada en diseño gráfico se realizó en 1988.
Los manuscritos del cuento datan de 1978.
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