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DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA Y A LA SEGURIDAD PERSONAL

En el texto se aborda el derecho constitucional a la vivienda digna, mencionado en el artículo


51 de la Constitución de 1991, el cual se extiende de la simple noción de dotar de techo a
los ciudadanos. Ya que los compromisos internacionales en materia de derechos y la
complejidad creciente de las demandas sociales que se han materializado en la
jurisprudencia de la Corte Constitucional, como lo vemos en este caso, lo cual mediante sus
fallos de tutela ha mesurado el contenido del derecho a la vivienda digna y creado un marco
de respuesta diferencial frente a los diferentes actores que reclaman este derecho,
considerando el grado de vulnerabilidad de las poblaciones demandantes y la relación del
derecho a la vivienda y a la seguridad personal con derechos fundamentales.

Por lo que se refiere al estudió de la acción de tutela presentada por Maribel Jiménez de la
Hoz y otros habitantes de 48 viviendas ubicadas en la ciudad de Barranquilla frente al arroyo
Hospital, en contra de la Alcaldía Distrital de Barranquilla. Los accionantes consideraban que
la obra de canalización del arroyo que pasa frente a sus hogares generó efectos adversos,
que vulnera sus derechos fundamentales a la vivienda digna, a la seguridad personal y la
salud. Lo anterior, por cuanto sus viviendas estaban en riesgo de inundación, ya que la obra
ocasionó que las mismas se ubicaran un metro por debajo del nivel de la vía construida
sobre el canal.

Además, en el escrito de tutela, los accionantes manifestaron su inconformidad respecto al


hecho que la alcaldía y/o contratista nunca socializaron la obra con la comunidad y que por
el contario han sido opuestos a explicar cómo solucionarán los perjuicios causados a las
viviendas, ni han tomado las medidas de protección del riesgo, a vista que existe una
amenaza a la integridad personal de los demandantes y la de sus familias, destacándose
que hay sujetos de especial protección constitucional, lo que agrava aún más la situación:
sesenta y un (61) menores de edad, seis (6) adulto mayor y tres (3) personas en condición
de discapacidad.

Así pues los accionantes solicitan que se amparen sus derechos fundamentales a la
vivienda digna, a la vida y a la salud y, en consecuencia, se ordene adelantar las obras
públicas necesarias para que las 48 viviendas queden al nivel de la vía construida sobre el
canal, así mismo, que mientras ello ocurre, sus habitantes sean ubicados en viviendas o
sitios donde se respete su dignidad y su núcleo familiar.

Por otra parte la accionada se pronunció frente a esta acción constitucional, alegando que:
ya existe un pronunciamiento judicial sobre los hechos que se discuten en este recurso de
amparo, por tratarse de un número plural de accionantes, cuya situación fáctica y
pretensiones podrían ajustarse a un asunto de derechos colectivos, existiría otro medio de
defensa, como lo es la acción popular, no existe un perjuicio irremediable que haga
procedente esta pretensión constitucional, existe indebida integración del contradictorio, en
razón a que no se vinculó al contratista de la obra, el Consorcio Obras Hidráulicas 2016,
como lo reitera la Magistrada Gloria Stella Ortiz Delgado, en una postura, respetuosa,
manifestándose en desacuerdo al fallo de la Sala, y por último, el propósito de la obra era
mejorar la calidad de vida y la salubridad, así como permitir el goce efectivo de los derechos
fundamentales de los habitantes del sector.
En cuanto a la procedencia de la tutela, declarada improcedente en la instancia 1 y 2 por
parte de los Juzgados Veintiséis Civil Municipal de Barranquilla y Octavo Civil del Circuito
de Barranquilla, quienes rechazaron por improcedente el amparo solicitado y se decidió la
impugnación presentada por los accionante y se confirmó el fallo de primera instancia, al
estimar que el amparo invocado no cumple el presupuesto de subsidiariedad. Ante dichas
objeciones por parte de la accionada, se llevó a cabo el proceso de la cosa
juzgada respecto de la acción de amparo promovida por los accionante, a lo cual la Sala no
ve reflejado el fenómeno de la cosa juzgada en el caso. Por ende la Sala concluye que la
acción de tutela procede, excepcionalmente, como mecanismo de protección definitivo.

En este orden de ideas y dada la gran importancia que comporta la materialización del
derecho a la vivienda digna en relación con la posibilidad de poder llevar a cabo un
proyecto de vida y la dignidad del ser humano, en aquellos eventos en los que el inmueble
se encuentre ubicado en una zona que implica un riesgo para quienes lo habitan, se puede
entender que el bien no cumple con los requisitos mínimos para ajustarse a lo que se
reconoce como habitabilidad y asequibilidad adecuadas y, por tanto, no sólo se encuentra
amenazado el derecho fundamental a la vivienda digna, sino también a la seguridad e
integridad personal, debido a la inacción de las autoridades responsables de brindar
solución a la situación, motivo por el cual, se hace imperativa la intervención del juez
constitucional

La Sala Quinta de Revisión luego de determinar que la vivienda del accionante se


encuentra en un serio peligro y por tanto, se pone en riesgo su vida y la de su familia sea
por hechos de la naturaleza o por actos de terceros, consideró que en este caso se
cumplían las condiciones para adoptar efectos inter comunis, de lo cual concluye que
existía una amenaza inminente a los derechos fundamentales a la vivienda digna en su
componente de habitabilidad y a la seguridad personal de los accionantes que la sentencia
identificó como pertenecientes a los grupos 1, 3 y 4, excluidos aquellos identificados en el
grupo 2 y los que enajenaron sus viviendas como parte de la planeación y ejecución de la
obra pública, respecto de quienes se declaró la carencia actual de objeto.

En resumen, la Sala resuelve: (i) revocar las decisiones que declararon improcedente el


amparo constitucional; (ii) tutelar los derechos a la vivienda digna y a la seguridad personal
de los accionantes; (iii) declarar la carencia actual de objeto respecto de los cinco
accionantes que enajenaron sus viviendas como parte de la planeación y ejecución de la
obra pública, y de los identificados en el grupo 2; (iv) ordenar a la Alcaldía de Barranquilla
adelantar, de manera inmediata, las gestiones necesarias para verificar el riesgo de
inundación de las viviendas, con el acompañamiento de la Oficina de Gestión de Riesgos
del Distrito, del contratista y del interventor y, una vez realizado el diagnóstico, ofrecer a los
accionantes sobre cuyas viviendas persiste el riesgo de inundación, propuestas viables y
eficaces que garanticen de manera oportuna la protección de sus derechos fundamentales,
y (v) exhortar a la Oficina de Gestión de Riesgos del Distrito de Barranquilla, al contratista
de la obra y al interventor, para que, en razón de su competencia y de los términos
contractuales respectivamente, acompañen a la Alcaldía de Barranquilla en la verificación
técnica del riesgo de inundación de las viviendas.
Se concluye que el derecho a la vivienda digna y a la seguridad personal es un derecho de
carácter asistencial, pero que tiene relación directa con satisfacer los derechos
fundamentales como son el derecho a la vida, la dignidad y la protección a la familia, así lo
reconoció la Sala Quinta de Revisión, en esta tutela.

En mi opinión, y de acuerdo con lo que dicta la Constitución Política de Colombia de 1991,


en su Artículo 51. Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna. Y en cuanto al
fallo que emitió el juez Quinto de la Sala, que emana con lo que dispone la ley, consideró
que el derecho a una vivienda digna y a la seguridad personal, es fundamental para todo
ciudadano. Por ende no se puede vulnerar el derecho a tener un techo digno, que brinde
seguridad y habitabilidad.

En relación con lo anterior reafirmó que se debe adoptar en estos casos en donde se ve
violado dicho derecho, las medidas consensuadas o de reubicación temporal o definitiva
para evitar los riesgos que atenten contra la integridad física de sus habitantes que es en
general lo primordial.

Por último el Estado asume la posición de garante de los derechos constitucionales de los
residentes en el territorio colombiano, por ende debe velar para que los ciudadanos tengan
una vivienda que cumpla con aspectos básicos que permitan a los habitantes de dichos
proyectos obtener una vivienda que no solo represente una infraestructura con ciertos
requisitos, sino que además, genere comodidad, cumpla con las necesidades de sus
habitantes, represente seguridad, permita una socialización adecuada, una excelente
localización y que genere tranquilidad.

JHON JANER CHICAIZA NARVÁEZ

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