Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lecturas de La Segunda Guerra Mundial (2014-II) PDF
Lecturas de La Segunda Guerra Mundial (2014-II) PDF
Grupo: Economía
Mgtr. Diana Ramos Icanaqué
1 Koehn, Barbara (2005). La resistencia alemana contra Hitler. Madrid: Alianza Editorial. 135-147
2 Después de 1935, es decir, después de las leyes raciales de Nuremberg, esta expresión fue sustituida por la de “judíos
de raza”.
3 Por esto el exterminio de los judíos tenía lugar en los campos construidos para ello en el este, fuera de las fronteras de
Alemania.
Historia y Cultura 2
Grupo: Economía
Mgtr. Diana Ramos Icanaqué
veteranos de la Primera Guerra Mundial4 fueron despedidos como resultado de esta ley
antijudía y antimarxista y, evidentemente, ningún judío podía aspirar ya a convertirse en
funcionario. Algunos días antes del 7 de abril tuvo lugar el boicot decretado por Goebbels,
ya mencionado de las tiendas y bancos, de los abogados y médicos judíos, como respuesta a
las críticas efectuadas por los medios judíos extranjeros. Muchos judíos consideraron (…)
este boicot como un incidente lamentable, pero previsible e incluso explicable, y pensaron
que las cosas se iban a arreglar con el paso del tiempo. La mayoría no quería abandonar
Alemania a pesar de esta primera acción intimidatoria destinada a hacerlos emigrar. Los
37.000 judíos que abandonaron Alemania en 1933 provocaron las sonrisas de los que
todavía estaban se sentían seguros. Como muchos alemanes, los judíos alemanes también se
hacían muchas ilusiones sobre la duración del nuevo régimen. (…)
El primer golpe tuvo lugar en 1935 con las leyes raciales de Nuremberg. Todos los
funcionarios judíos que todavía ocupaban su cargo fueron despedidos. El presidente Paul
von Hindenburg ya había muerto y Hitler acumulaba sus funciones de canciller y de
presidente del Reich. Por consiguiente, podía poner en práctica su política antijudía (…)
Las Leyes de Nuremberg separaban a los judíos de los mestizos e impedían los
matrimonios entre judíos y alemanes, así como cualquier asociación comercial entre judío y
un ario. Se excluyó a los judíos de la ciudadanía del Reich, pero les dejó la ciudadanía
local. Se impuso graves penas a los matrimonios judíos y alemanes.
En este momento, muchos judíos alemanes comenzaron a pensar en la emigración. Pero
he aquí que los países europeos se mostraban reticentes y ponían condiciones a los
candidatos a la emigración. Es cierto que querían acoger a judíos, pero únicamente en un
número restringido y, sobre todo, a los artesanos. Los intelectuales no eran bien recibidos
por razones que no son difíciles de entender. La representación nacional judía organizó
(…), con motivo de estas restricciones, cursos de aprendizaje para transformar a médicos,
juristas, profesores y artistas en cordoneros, sastres, peluqueros, etc. Incluso ofreció cursos
de lengua extranjera para que la integración fuera más fácil. Sin embargo, había judíos que
no podían vivir fuera de Alemania, tan grande era el apego al pueblo alemán. Muchas
personas que habían emigrado volvieron a Alemania (…) en algunos casos porque no
podían soportar la vida en Palestina, el comportamiento de sus habitantes, el clima y la
pobreza omnipresente.
1938 fue el año trágico de la primera persecución masiva, que debilitó (…) la situación
de los judíos en Alemania. Tenían que aceptar ser tratados como alemanes y llevar en sus
pasaportes y carnets de identidad la letra “J”, que indicaba que eran una minoría aislada en
el seno del pueblo alemán. Se les impusieron nombres típicamente judíos, nombres que
tenían que añadir a los suyos propios: Sara para las mujeres e Israel para los hombres. Los
4El presidente Paul von Hindenburg había logrado de Hitler el compromiso de no molestar a los judíos veteranos de la
Gran Guerra.
Historia y Cultura 2
Grupo: Economía
Mgtr. Diana Ramos Icanaqué
recién nacidos tenían que llevar nombres hebreos fijados por las autoridades. Se les
prohibieron nombre germánicos como, Walter, Siegfried, Siegmund, Albert, que tanto
utilizaban los judíos alemanes como prueba de su integración en la nación alemana. Había
que informar a las autoridades de todas las fortunas que superaban los 5.000 Reichsmark.
Los médicos y abogados judíos perdieron el permiso de ejercer dentro de las fronteras del
Reich (…)
También el gobierno nazi exigió la suma de mil millones de Reichsmark a la
comunidad judía alemana, lo cual sumió a la mayoría de los judíos alemanes en la pobreza
y la indigencia. Con la “Solución Final” decretada por los nazis en 1941 comenzó el último
acto de la tragedia de los judíos alemanes. Primero se impuso que toda persona desde la
edad de seis años llevara la estrella amarilla. Las puertas de los apartamentos también
tenían que estar marcados con la estrella amarilla. De este modo, los judíos se convirtieron
en una presa fácil para sus perseguidores. Después sólo fue una cuestión de organización, a
la que se dedicaron los nazis inmediatamente. En las grandes ciudades, empezando por la
capital, Berlín, los judíos fueron reunidos a partir del 16 de octubre de 1941 y trasladados al
este. La población alemana se contentó, sin querer saber mucho más, con la tesis oficial que
afirmaba que como los judíos no eran alemanes, quedaban privados definitivamente de la
nacionalidad alemana y habían sido reagrupados y desplazados como lo fueron también los
alemanes en Francia e Inglaterra al comienzo de la guerra. Al miedo de saber demasiado, se
añadió la prohibición de los contactos entre alemanes y los judíos, y el establecimiento de
duras penas a los que la infringían. Pero entre los judíos circulaban los rumores más
terribles, se hablaba de ejecuciones masivas y se constataba con preocupación que los
deportados raramente daban señales de vida. Ante esta situación, no es cierto que los judíos
se dejaban conducir a la muerte sin resistir y sin tratar de liberarse de los planes de sus
perseguidores. En las terribles condiciones en que vivían, intentar sobrevivir ya era un acto
de resistencia. Pero hubo otras formas de resistencia contra el régimen hitleriano, actos
verdaderamente heroicos al servicio de un ideal político. Entre los judíos que se quedaron
en Alemania destacaron dos concepciones distintas de resistencia: las actividades de la
juventud y las estrategias de defensa por parte de los notables. No había lucha armada, la
situación en Alemania hacía imposible las revueltas armadas. Esa lucha se dio también en
los propios campos de concentración, claro está, que allí las condiciones eran ínfimamente
más terribles para los judíos.