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“SEÑORÍOS AYMARAS”
Tacna – Perú
2020
Indice
Introducción .......................................................................................................... 4
1.4. Idioma.................................................................................................. 7
4.5. Collas:................................................................................................ 16
Conclusiones....................................................................................................... 23
Referencias Bibliográficas .................................................................................. 24
Anexos ................................................................................................................ 25
Cuestionario .................................................................................................... 25
Indice de Figuras
Indice de Tablas
Cuando, alrededor del año 1200 –tras una tremenda sequía–, la cultura Tihuanaco
colapsó, aparecieron los estados regionales llamados reinos aimaras. Su dios era el Sol y
se comunicaba con ellos a través de los rayos. Como en culturas anteriores, sus lugares
sagrados se localizaban en lo alto de las montañas, pero sólo en aquellas que recibían «los
mensajes del Sol», es decir, donde se concentraban los rayos durante las tormentas. Dos
de estos reinos se desarrollaron más que los otros: los Lupacas y los Collas.
I. Capítulo I: Características Generales
1.2. Descubrimiento
Los reinos Aymara fueron descubiertos y conquistados por primera vez por el
ejército del imperio Inca. Es importante destacar que fueron los españoles quienes
denominaron aymaras a estos reinos, ya que antes de su llegada solo se le conocía a cada
uno por su nombre.
FUENTE: Google
1.4. Idioma
La lengua mayoritaria en la era el altiplano del Collao el aimara o Haque aru. La
lengua aimara es una de la más antigua del continente americano y tratándose del Perú,
es la que constituye su imprimación estrato lingüístico. Es una lengua agraria que revela
que el pueblo de la del habla que ha sido y es un pueblo agricultor y ganadero por sus
numerosos términos referidos con el laboreo de las chacras y al pastoreo de los rebaños.
La lengua aymara es una lengua que pertenece al quechumara. Tiene dos
vertientes: la lengua aymara tupino y la lengua aymara collavino. Ha sido transmitida de
generación en generación mediante el habla, ya que no tiene un sistema de escritura.
Precisamente por carecer de un sistema de escritura, la lengua aymara se ha ido perdiendo.
No obstante, todavía es dominada por algunos habitantes de Perú y de Bolivia,
descendientes de los aymaras.
"La lengua aimara por carecer de escritura en sí, ha venido transmitiendo en forma
espontánea de generación en generación durante milenios, exclusivamente por la vía oral,
responde a la clasificación de aglutinantes, desinencial, onomatopéyica polisintética y
para los aborígenes aimaras no es solo un medio de comunicación, sino de identificación.
Los que hablan aimara pertenecen a su etnia porque demuestran que tienen la misma
sangre, los mismos sentimientos e idénticos pensamientos que todos los aimaras. El
aimara ha evolucionado en milenios ha pasado mezclarse con lenguas de diferente origen,
siendo por esto una lengua regular (...). Al darse la invasión española, la lengua aimara
era hablada en los actuales departamentos bolivianos de la Paz, Oruro y potosí, en chile,
en el altiplano de isluya y departamento de Tarapacá y Arica (...) Perú, Bolivia, chile y
Argentina. Desde entonces, se ha truncado su desarrollo mezclándose autónoma con el
castellano que ha impedido enriquecer su vocabulario”. (Francisco Deza Galindo-1992)
Sin embargo, los número contados a partir de la forma ancestral del aymara se
cuentan de la siguiente manera: maya, paya, kimsa, pusi, qalqu, maqalqu, paqalqu,
kimsaqalqu, pusiqalqu, qalquqalqu.
FUENTE: Google
II. Capítulo II: Historia
La historia acerca del surgimiento u origen de la cultura aymara es bastante
compleja, y han surgido diferentes opiniones e hipótesis acerca de ello, pero tras una
mayor investigación, por parte de antropólogos, historiadores y lingüistas como Carlos
Ponce Sangines o Max Uhle, se ha logrado determinar que esta etnia sería descendiente
de la cultura Tiahuanaco, algunos de sus pricipales argumentos son los siguientes:
En tiahuanaco se hablaba el idioma Aymara, como lengua mayoritaria, la
hipotesís de que en Tiahuanaco se hablaba el idioma puquina, se basaría
en que el cronista Reginaldo de Lizárraga describé al pueblo puquina, pero
este cronista comete un error de redacción al describir que el pueblo
puquina sería prospero, agricultor y ganadarero, fundando así esta
hipotesís, debido a que tiahuanaco desarrollo el sector ganadero y
agricultor, pero otros cronistas como Guaman de Poma Ayala describirían
que el pueblo de habla puquina era muy pobre y con una carencia de
vestidura, siendo esta una prueba de que tiahuanaco no era de habla
puquina, ya que en su apogeo esta cultura desarrollaría una opulencia, tal
como o demuestran sus cerámicas, esculturas y textiles, destaca los
trabajos de Max Uhle y demás autores acerca de la expansion del Aymara
en la cultura tiahuanaco, también se indicaría la gran cantidad de vocablos
aymaras en las selvas bolivianas conquistadas por tiahuanaco.
Restos arqueológicos encontrados por Carlos Ponce Sangines, demuestran
que tiahuanaco habría sufrido una guerra civil, guerra que derivaría en la
desintegración del estado en pequeños estados regionales o señorios
aymaras, tal como demuestra el asentamiento de tiahuanaco en Caquiaviri
(Capital del Señorío Aymara Pacajes), que en el apogeo tiahuanacota
habría tenido una población escasa, pero en el ocaso de tiahuanaco, habría
multiplicado en relevancia y población, tal como demuestra su ceramica,
que en el período del Imperio Aymara, habría expresiones de ceramica
aymara-tiahuanaco pero pasaría esta transición artística a una ceramica
aymara-señorios, demostrando que lo tiahuanacotas habrían migrado y
fundado reinos regionales con una expresión basada en la cultura aymara
de tiahuanaco.
Los patrones de asentamiento, investigados por Jordán Albarracín, del
período post-tiwanaku, indican una migración de los tiwanakotas a sus
asentamientos cercanos, posteriormente esto fue reafirmado por Alan
Kolata en un estudio arqueológico, realizado en el 2003, reveló piezas
cerámicas, correspodientes a los señorios aymaras, con una clara estilística
tiwanakota, y sin influencias externas, posteriormente esta cerámica
pasaría un periódo de transicion cerámica.
Las cochas son depresiones que acumulan agua y lluvia, el agua corre por los
surcos regando la zona central, pero evitando el empozamiento y permitiendo la
circulación a la siguiente cocha.
La cocha se puede cerrar y convertirse en un estanque, lo que provocan efecto
térmico sobre las plantas que permite a éstas sobrevivir al frío de las noches.
Los camellones son surcos de mayor altura y tamaño que las cochas, se
construyeron cerca del lago para recuperar las zonas pantanosas y poder cultivarlas.
Figura 5: Cochas Aymaras
Entre los reinos aymaras dos eran los más importantes: las Collas y los Lupaca.
Los Collas tenían como capital a Hutun Colla, y la capital de los Lupaca era Chucuito.
Entre estos dos reinos existía una permanente rivalidad desde los principios de su cultura.
3.3. Religión
Los pueblos aymara han tenido diferentes dioses locales que estaban basados en
la religión agrícola y la adoración a los muertos. El antiguo dios aymara es Thunupa que
es el icono central de la escultura como la puerta de sol, viento, lluvia y granizo.
La diosa Pachamama (la madre tierra) era la productora de los alimentos y
pastizales, esta diosa exige sacrificios.
Los dioses locales son los cerros protectores como Auki y Achachilla . Los dioses
del mal eran los subterráneos conocidos como Anchanchau o Saxra.
4.2. Carangas:
Los Carangas habitaron la región del río Lauca y su posible capital fue Hatun
Carangas, de la cual quedan registros etnográficos. Sus restos arqueológicos han sido
poco estudiados, pero se les asocia a varios grupos de chullpares polícromos y de base
rectangular que están dispersos al norte del Salar de Coipasa, en Bolivia.
Por los relatos recogidos se confirma la posesión de territorios en Arica y varias
porciones del río Lluta y del Valle de Azapa y también su habilidad en la crianza de
camélidos.
4.3. Soras:
Los Soras fueron un señorío cuyo territorio limitaba al este con el de los Carangas,
ocupando la zona del Lago Uru Uru y llegando al sur hasta limitar con el territorio de los
Quillacas, al este tenían territorios en zonas de la actual Cochabamba y norte de Potosí.
Los soras tenían como capital el poblado de Paria, donde se cuenta la existencia de una
"Paria vieja" de arquitectura indígena y una "Paria nueva" construida al modelo español.
Se dice también que, durante la conquista inca del Collasuyo, Paria fue la capital
administrativa de estos territorios.
4.4. Charcas:
Los Charca fueron un reino aymara que habitó la cuenca alta del río Cachimayu
en lo que actualmente es la ciudad de Sucre, Bolivia y que tuvieron habilidad para la
guerra, razón por la cual durante el Tahuantinsuyo este pueblo sólo prestaba servicio de
«mitmak» en el ejército incaico y junto con el pueblo Karakara, apoyaron la conquista
del Chinchaysuyu.13 Primeramente también prestaron servicios agrícolas a la par de su
labor en las guerras, pero con al crecer el Tahuantinsuyo, les fue difícil volver de las zonas
conquistadas hacia sus tierras a tiempo para las labores agrícolas, por lo cual se les
exoneró de las labores agrícolas para prestar solamente servicio bélico.
4.5. Collas:
El reino colla o Kolla fue uno de los reinos aimaras que ocupó parte de la meseta
del Collao luego del ocaso del estado tiahuanacota1 que tuvo como capital a Hatun Colla,
es decir "Colla, la Grande", ubicada a treinta km al norte de Puno y que a mediados del
siglo XV poseía un extenso territorio, momento en el cual el noveno inca, Pachacútec, lo
conquistó junto a las demás entidades políticas de la región.
En el imperio incaico se llamó Collasuyo o rumbo colla a una región más extensa
que el reino colla original, ubicado en torno a la orilla norte del lago Titicaca, pues los
reinos aimaras, con fuertes lazos culturales entre ellos, fueron llamados por los incas con
el nombre genérico de collas ya que para ellos era el más significativo de todos.
Los collas fueron excelentes arquitectos y talladores de piedra. Las muestras más
famosas de esto son las Chullpas de Sillustani, unas gigantescas torres funerarias. En ellas
colocaban los cuerpos momificados de sus grandes señores, ataviados con ricos vestidos
y ornamentos.
La deidad principal de esta sociedad de lengua aimara fue Tunupa, el temido dios
de los volcanes. En su honor hacían sacrificios humanos y grandes fiestas.
Hacia 1450 fueron invadidos por las fuerzas del Inca Pachacútec, quien conquistó
el altiplano, después de grandes combates.
Perdieron su organización comunitaria original y su núcleo, la familia extensa;
tecnologías sustantivas como la cerámica fueron expulsadas de la memoria colectiva; su
religión fue penetrada por el catolicismo; ya no visten como antes, salvo en poncho y
ojotas y tampoco cazan.
Sin embargo, los collas son los auténticos portadores de la tradicional forma de
vida andina, a través del mantenimiento de muchos patrones culturales como la economía
pastoril de altura, y agrícola de papa y maíz; la recolección de algarroba y sal; la
construcción de viviendas; la medicina tradicional y las técnicas de adivinación; los
instrumentos musicales erques, quenas, pinkullo, sikus y cajas; el culto a la Pachamama
e innumerables creencias, rituales y prácticas sociales.
La penetración de los Incas hacia fines del siglo XV, comenzó la aculturación de
los pueblos nativos del noroeste argentino. Instalaron sus tradicionales estructuras de
asentamientos: tambos y pucarás, e introdujeron la lengua quechua que estaba tan
generalizada en tiempos de la colonia que la Declaración de la Independencia argentina
fue también redactada y publicada en quechua.
A mediados del siglo XVI, llegan los españoles que completaron el proceso con
la implementación de la encomienda y el destierro.
Economía de subsistencia
Carpir la tierra y levantar la cosecha es tarea tanto de hombres como de
mujeres. (en la imagen El Angosto, Salta)
El cuidado de los rebaños de ovejas y del puñado de vacas -que se repartirá
como dote entre los hijos- marca geográficamente el compás de las
estaciones:
La “veranada”, cuando el pasto crece en las laderas de los cerros, adonde
se mudan los brazos útiles de la familia.
La “invernada”, cuando la nieve obliga a llevar a los animales "abajo", a
sitios más protegidos. "Abajo" es también el lugar del poblado y, por lo
tanto, del centro comunitario, donde entre todos barajan decisiones y
proyectos.
4.7. Pacajes:
Los Pacajes o Pacaza fueron un grupo aymara que habitó el territorio situado al
sureste del lago Titicaca. Su capital fue la ciudad de Caquiaviri y estuvieron divididos en
dos grupos denominadas «omasuyu» y «urcusuyu». Se extendían por el sur hasta Sica
Sica y Umala, en donde iniciaban los territorios de los señoríos «Caranga» y «Sora»; por
el noreste hasta la península de Achacachi, en donde iniciaba el territorio Colla y por el
noroeste hasta la naciente del río Desaguadero en el Titicaca, donde iniciaba el territorio
Lupaca. Los registros etnohistóricos dan cuenta que poseían territorios en Calamarca y
Larecaja y varios cultivos de cocales en las yungas. Por la costa, existen evidencias
arqueológicas Pacajes en las cuencas de los ríos Caplina, Lluta y Azapa.
Los vestigios arqueológicos Pacajes mejor conservados son varios grupos de
chullpares repartidos tanto en el altiplano como en las colonias en tierras de menor altura.
Las chullpas Pacajes eran muy variadas, existiendo chullpares de barro con revestimiento
de colores y en otros casos chullpas de piedra de base cuadrada, rectangular o circular.
Los estudios en la «chullpa grande de Pirapi Chico» ubicada en Achiri la fechan en
tiempos preincaicos pero presenta un etilo constructivo incaico, ésta particularidad
también se da en la chullpa «Chosi Kani» de Anantuco y de la Fortaleza de Jachaphasa
fechada entre el 1323 y 1428, antes de la conquista incaica en los Pacajes.
Los Aymara, al igual que otras culturas, transmiten de boca en boca sus historias,
haciendo de la tradición oral el vehículo de enseñanza con que padres y abuelos dieron a
conocer el mundo a sus hijos y nietos. En las leyendas, la vida silvestre y los paisajes que
coexisten con los pueblos ocupan un papel preponderante y se entremezclan con la vida
común, dando fundamento a los conceptos de dualidad, complementaridad y
reciprocidad, principios ordenadores del cosmos Aymara.
Por más compleja que parezca, la cosmovisión Aymara puede entenderse a partir
de una idea muy simple: la comprensión y adaptación a la naturaleza andina. En la
existencia de pisos ecológicos diversos, es que encontramos el fundamento a los
conceptos de dualidad, complementariedad y reciprocidad, principios ordenadores del
cosmos Aymara. Es, en definitiva, una sacralización del medio natural.
Para los Aymara todo es dual, macho/hembra, día/noche, arriba/abajo, pero los
opuestos no luchan entre sí buscando la hegemonía, son parte del todo, se complementan
y sin uno no hay otro. Los opuestos forman así un abanico tripartito de posibilidades
(macho, hembra y macho con hembra). Todos los opuestos se complementan y establecen
una triple alternativa. Es así como se configura la existencia de tres espacios:
El Arajpacha: Tierra de arriba, cielo, mantención del cosmos ideal.
El Akapacha: la tierra de “acá” donde viven los aymará, compuesto por
los Mallkus, la Pachamama y el Amaru. Mantención del mundo cultural,
equilibrio
El Manqhapacha: tierra de adentro (abajo), Fuerzas destructivas.
Mantención del caos.
El Aymara ordena su tiempo de manera cíclica, definido a partir de ciclos
naturales (especialmente del año solar, del clima y del ciclo vital humano) y del ciclo
laboral-festivo estructurado sobre la base de los anteriores.
La riqueza musical de los pueblos andinos, como en este caso de los Aymara,
tiene sus orígenes en las culturas habitaron dichas tierras. Con una fuerte influencia del
folclor boliviano, donde habita el mayor número de Aymaras de la región, se abrió a
nuevos instrumentos que terminaron por enriquecer y definir una sonido reconocible en
el mundo entero.
http://historianepsil.blogspot.com/2013/03/senorios-aymaras-o-
altiplanicos.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Reinos_aimaras
https://pueblosoriginarios.com/sur/andina/colla/colla.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Kollas
https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Pukaras_de_l
os_Collas.pdf
https://saltaconmigo.com/blog/2014/01/puno-reinos-aimaras-lago-
titicaca-uros/
Anexos
Cuestionario