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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA


PSICOLOGÍA A DISTANCIA

INTEGRACIÓN DE TRABAJO
ACTIVIDAD 9

NOMBRES:
AIDEE ESCOBAR RODRÍGUEZ
SILVIA YÁÑEZ BAUTISTA
MÓDULO: 0300 EL CAMPO APLICADO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD
DOCENTE: LIC. BLANCA DELIA ARIAS GARCÍA
Tabla de contenido
1. INTRODUCCIÓN.........................................................................................................1
2. DESARROLLO............................................................................................................ 2
2.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN.............................................................2
2.2. DIAGNÓSTICO DE LA NECESIDAD......................................................................5
2.3. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA.......................................................................7
2.4. DISCUSIÓN........................................................................................................... 11
3. CONCLUSIÓN...........................................................................................................13
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS................................................................................13
1. INTRODUCCIÓN
La diabetes es una de las principales enfermedades crónico degenerativas más
predominantes en la Ciudad de México, muchos son los factores que se
desencadenan para desarrollar esa enfermedad, que van desde los malos hábitos
alimenticios, el sedentarismo, presión arterial elevada, consumo de alcohol y
tabaco, niveles altos de glucosa, la baja actividad física, entre otros. De acuerdo
con la Secretaria de Salud de la Ciudad de México (2018), la diabetes es una de
las principales causas de muertes en la Ciudad de México ocupando el segundo
lugar, el primero es por enfermedades del corazón.

Según la Organización Mundial de la Salud, “la diabetes es una enfermedad


crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando
el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce” (Organización
Mundial de la Salud, 2020).

En la Ciudad de México, no toda la población cuenta con un servicio de salud,


pues de toda la población, solo el 78.5% se encuentra afiliada a una institución de
salud, tomando en cuenta que la falta de ejercicio, así como la mala alimentación,
que desencadena también el sobrepeso y la obesidad que es otro de los factores
de riesgo para desencadenar la enfermedad de la diabetes mellitus tipo 2,
constituyen un grave problema de salud pública en la Ciudad de México.

La vida acelerada de la Ciudad de México en ocasiones tiene cierta influencia


para propiciar el desarrollo de la enfermedad, pues la mala alimentación que se
tiene al tener poco tiempo en las horas de comida que dan en los trabajos y el
poco ejercicio que se hace al no tener tiempo ni para descansar por las largas
jornadas laborales pueden incrementar la propensión de la población de padecer
sobrepeso u obesidad, lo que podría tener como consecuencia una mayor
propensión a contraer la enfermedad.

El presente trabajo tiene por objetivo demostrar las estadísticas que tiene la
Ciudad de México en relación con el padecimiento de la diabetes, mostrar sus
causas y consecuencias, así como identificar una estrategia de intervención
desde la Psicología de la Salud para lograr un cambio de conductas en la
población que traiga como beneficio de largo plazo la disminución de las tasas de
mortalidad a causa de la misma.

Hacer conciencia de llevar una buena alimentación, seguir indicaciones médicas y


llevar una vida más estable tanto en lo emocional, como en lo social, siendo que
esta enfermedad también afecta el estado emocional de la familia de quien la
padece.
2. DESARROLLO

2.1. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN


La ciudad de México, de acuerdo con cifras de INEGI (2015) en donde vivían
hasta ese año 8,918,653 habitantes de los cuales 4, 687 003 son mujeres y 4 231
650 son hombres, tomando un mayor porcentaje las mujeres con un 52.6% y los
hombres del 47.4% hasta ese año.

Fuente: INEGI, 2015.

Los censos realizados de 1900 a 2010, así como la Encuesta Intercensal en 2015
muestran el crecimiento de la población en la Ciudad de México.

Fuente: INEGI, 2015.

En la gráfica anterior se observa que:

 De 1900 a 1970, la población de la Ciudad de México creció


aceleradamente.
 De 1970 a 1990, la población en la capital del país aumentó en más de 1
millón de habitantes.

En cuanto a la esperanza de vida, en la siguiente gráfica se observa que las


barras amarillas muestran el promedio de esperanza de vida para mujeres y
hombres en la República Mexicana, y las anaranjadas representan el mismo dato,
pero de la Ciudad de México; y es en donde observamos que al igual que sucede
en otras entidades de México y en otros países del mundo, las mujeres, viven más
que los hombres (INEGI, 2015).

Fuente: INEGI, 2015.

Por otro lado, es importante mencionar que de acuerdo con el INEGI (2015) al año
2016, en la Ciudad de México se registraron 128,227 nacimientos y 62,230
defunciones y las principales causas de muerte son las enfermedades del
corazón, diabetes mellitus y tumores malignos.

      Enfermedades del corazón    Diabetes mellitus      Tumores malignos

Las actividades económicas de la Ciudad de México se centran en las Actividades


terciarias con un 89.6% del PIB de la entidad (INEGI, 2015). Esto es muy común
en las grandes ciudades donde la industria de los servicios es la que tiene una
mayor actividad, esto se puede apreciar en la siguiente gráfica, la comparación
del porcentaje de aportación al PIB estatal por sector económico.
Fuente: INEGI, 2015
En la Ciudad de México, el 56% de la población se encuentra económicamente
activa (PEA), dentro de este grupo de población, el 58.5% son hombres y el
41.5% son mujeres (INEGI, 2016).
Ahora bien, el 43.7% de la población de la Ciudad de México, no son activos
económicamente (PNEA) y el 40.5% de esta población se dedican a los
quehaceres del hogar, mientras que el 35.2% son estudiantes (INEGI, 2016). En
la siguiente gráfica se presenta la distribución de ocupaciones de la población que
no está activa económicamente.

Fuente: INEGI, 2016

En cuanto a la situación de servicios de salud, solo el 78.5% de la población se


encuentra afiliada a alguna institución de salud (INEGI, 2016). En la siguiente
gráfica se presenta la distribución en porcentajes de las personas que se
encuentran afiliadas a las distintas instituciones de salud de la Ciudad de México,
donde se ve que la más importante es el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) con el 46.2%.

Fuente: INEGI, 2016. 

En relación a su educación, de acuerdo con la encuesta Intercensal del INEGI en


el año 2015, los habitantes de la Ciudad de México de 15 años y más, alcanzan
un grado de escolaridad de 11.1, lo cual equivale al segundo año de la educación
media superior; lo anterior se estima tomando como referencia 6 años de primaria,
3 años de secundaria y 2 años en la educación media superior (INEGI 2015).

Como se mencionó anteriormente, la mayor parte de la población de 15 años y


más de la Ciudad de México, cuenta con la educación básica concluida, lo cual
corresponde al 38.9% de esta población y le sigue de cerca la población que
cuenta con educación superior concluida, con el 32.1%. En la siguiente gráfica se
presenta el desglose del grado de escolaridad con que cuentan los habitantes de
la Ciudad de México de 15 años y más.

Fuente: INEGI 2015.

Finalmente, con respecto del analfabetismo, tenemos que en la Ciudad de México


este problema está bastante disminuido, pues solo 2% de la población de 15 años
y más no sabe leer ni escribir. La escolaridad de la población de la Ciudad de
México, es mayor a la media nacional y al resto de los estados, esto es debido a
que, por ser una gran ciudad, no se tiene el problema de dispersión que se tiene
al interior de la República Mexicana, lo cual dificulta llevar una educación de
calidad a la mayor parte de la población, así como el establecimiento y
seguimiento de programas para evitar la deserción escolar.

2.2. DIAGNÓSTICO DE LA NECESIDAD


De acuerdo con la información de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México
(2018), la mortalidad presenta una tendencia ascendente en el período 1990-
2016, en los grupos en edad productiva y post productiva; situación contraria
ocurre en los grupos infantil, pre escolar, escolar y en edad productiva en los que
la tendencia es a la baja. Lo anterior es el reflejo de los esfuerzos que se han
realizado hacia el sector de menores y la necesidad de mejorar los esfuerzos para
generar acciones que permitan atender a los sectores de edad productiva y post
productiva. 
Entre los diez padecimientos que encabezan las principales causas de muerte de
los habitantes de la ciudad de México se encuentran (Secretaría de Salud de la
Ciudad de México, 2018):
 
1. Enfermedades del corazón
2. Diabetes mellitus
3. Tumores malignos
4. Enfermedades cerebrovasculares
5. Enfermedades del hígado
6. Influenza y neumonía
7. Enfermedades pulmonares obstructivas crónicas
8. Accidentes
9. Agresiones (homicidios)
10. Insuficiencia renal

De esta lista, es interesante apreciar que las primeras cinco posiciones son
ocupadas por enfermedades crónico degenerativas, las cuales se han relacionado
con un estilo de vida sedentario y poco saludable. En la siguiente gráfica se
presentan las tasas de mortalidad de diez padecimientos que encabezan las
principales causas de muerte en la Ciudad de México. La tasa de mortalidad es el
número de muertes en relación con el número total de habitantes.

Fuente: Secretaría de la Salud de la Ciudad de México, 2018.

En la gráfica anterior, se puede apreciar la tendencia al alza en las tasas de


mortalidad y de manera evidente en los dos primeros padecimientos, que son las
enfermedades del corazón y la diabetes mellitus. Las tasas dadas son el número
de fallecimientos por cada 100,000 habitantes. Es decir que para el año 2016, 166
personas de cada 100,000 morían a causa de enfermedades del corazón y 115
por causa de la diabetes mellitus.

Principales necesidades en materia de salud en la Ciudad de México


La Secretaría de la Salud de la Ciudad de México (2018), ha identificado que los
principales factores de riesgo que afectan la salud según género son los
siguientes:
En hombres:
 Sobre peso y obesidad.
 Niveles altos de glucosa en ayunas.
 Presión arterial elevada.
 Consumo de alcohol y tabaco.
En mujeres:
 Sobrepeso y obesidad.
 Niveles altos de glucosa en ayunas.
 Presión arterial elevada.
 Baja actividad física.
 Consumo de alcohol y tabaco.
En ambos sexos la dieta contribuye con un 12% de la carga de la enfermedad.

En cuanto al tema de obesidad y sobrepeso, este es un problema considerado de


Salud Pública en la Ciudad de México, debido a que las tasas de obesidad de la
población infantil y adolescente van en aumento, lo cual trae consigo efectos
adversos como una mayor propensión a padecer enfermedades como las
cardiopatías, diabetes mellitus, dislipidemias, trastornos osteoarticulares, entre
otros (Secretaría de la Salud de la Ciudad de México, 2018).

En cuanto al tema de las enfermedades crónico degenerativas, éstas se


encuentran determinadas tanto por las condiciones de vida de la sociedad como
por la capacidad de las personas de tomar decisiones con respecto a su salud
(Secretaría de la Salud de la Ciudad de México, 2018). 

Es decir que los malos hábitos de alimentación y el ritmo de vida sedentaria de los
habitantes de la Ciudad de México tienen una gran influencia en el desarrollo de
enfermedades crónico degenerativas que aumentan su propensión a contraerlas y
que como vimos al inicio de este apartado, constituyen las principales causas de
mortalidad en la población.

2.3. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA


Principales factores de riesgo de la diabetes mellitus tipo 2 en la población
de la Ciudad de México

Como hemos visto, la diabetes mellitus tipo 2, constituye un importante problema


de salud en la Ciudad de México, el cual ha venido creciendo desde la década de
los años 60 a un ritmo acelerado, donde ha pasado de sitio 11 entre las
principales causas de mortalidad, hasta ocupar el segundo sitio desde la década
de los años 2000 al presente, donde de acuerdo con los datos del año 2016,
murieron 115 personas de cada 100,000 habitantes de la ciudad de México a
causa de este padecimiento (Secretaría de la Salud de la Ciudad de México,
2018).

Entre los factores de riesgo que afectan la salud, la Secretaría de la Salud de la


Ciudad de México (2018), tiene identificados los siguientes (tanto para hombres
como para mujeres:

 Sobrepeso y obesidad;
 Presión arterial alta, y
 Niveles altos de azúcar en ayunas.

Diversos estudios médicos han relacionado los tres factores mencionados y otros
más con el desarrollo de la diabetes mellitus tipo 2. Entre los factores
relacionados con el desarrollo de la enfermedad se han encontrado la inactividad
física, sobrepeso y obesidad, hipertensión arterial, síndrome metabólico y contar
con antecedentes familiares (Chávez & Huanca, 2018; Borrego, Llorente, Miguel-
Soca y Rivas, 2016; Bautista, González e Irigoyen, 2009; Barquera, Campos,
Hernández, Rojas, Pedroza y Medina, 2013).

Población afectada por la diabetes mellitus tipo 2 en la Ciudad de México

Anteriormente se presentaron las cifras sobre el número de muertes que ocasiona


la diabetes mellitus tipo 2, sin embargo, es importante revisar también el número
de pacientes que se atienden por diabetes mellitus tipo 2 como casos nuevos. De
acuerdo con la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (2018) en el año 2016
se atendieron un total de 28,257 casos nuevos de diabetes mellitus tipo 2. En la
siguiente tabla se presenta la distribución de los casos por grupos de edad.

Grupo de edad No. Pacientes


10-14 1
15-19 46
20-24 310
25-44 6,008
45-49 4,116
50-59 8,085
60-64 4,081
65 y más 5,578
Fuente: Secretaría de la Salud de la Ciudad de México, 2018.

En la tabla anterior se puede ver que la mayor afectación está en el grupo de


edad de 50 a 59 años con 8,085 casos, seguido del grupo de 25 a 44 con 6,008
casos. De acuerdo con estos datos, se puede apreciar que la población más
afectada es la adulta, de 25 años en adelante.

Cifras en torno al problema de obesidad

Grado de escolaridad

Dentro de las características de la población de la Ciudad de México, está el


mayor grado de escolaridad en relación con la media nacional y con los demás
estados. De acuerdo con los datos de INEGI (2015), la población de 15 años y
más, alcanzan un grado de escolaridad de 11.1, lo cual equivale al segundo año
de la educación media superior. Por lo que se puede inferir que la mayor parte de
la población tiene concluida la educación básica, lo cual le da una base
importante de cultura y acceso a la información.

Sin embargo, en torno al problema de diabetes, existen investigaciones que han


buscado la relación entre el grado de preparación de la población, el conocimiento
sobre la enfermedad y las conductas de riesgo y la elección de comportamientos
de prevención hacia la enfermedad. Este estudio fue realizado por Rascón, Rivera
y Olivas en 2008, en el cual se eligió a un grupo de estudiantes universitarios de
Hermosillo, Sonora, donde se incluyó a alumnos de las carreras de ciencias
biológicas y de la salud. El estudio arrojó que no hubo una menor incidencia de
conductas de riesgo de la enfermedad en los alumnos de ciencias biológicas y de
la salud y tampoco lo hubo en los estudiantes que tenían casos de diabetes en su
familia, por lo que el estudio concluyó que el conocimiento de la enfermedad y
contar con información no es suficiente para influir en su comportamiento y
adoptar conductas de prevención. Por lo que el mayor grado de escolaridad de la
Ciudad de México no es un factor que pueda ayudar a aminorar el problema como
claramente no lo ha sido en los últimos veinte años.

Sobrepeso y obesidad

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud de Medio Camino, realizada por la


Secretaría de Salud en 2016, en la ciudad de México se tiene un serio problema
de obesidad, donde se encontró que el 73.5% de la población adulta de 20 años o
más presenta sobrepeso u obesidad, de los cuales el 40% se encuentra en
sobrepeso y el 33.5% presenta obesidad.

Sin embargo, esta encuesta también arrojó que la percepción de la población


sobre su peso corporal y la probabilidad de desarrollar obesidad en los próximos
cinco años es diferente a la realidad, pues solo el 7.3% considera que tiene
sobrepeso y el 45.3% sobrepeso. Y de las personas que no se identificaron con
obesidad, solo el 9.5% considera que es muy probable que la desarrolle y el
18.9% lo ve como probable.

Otro dato interesante sobre el tema, es que el 67.2% de la población considera


que es muy grave padecer obesidad y el 31% lo percibe como grave. Además, se
cuestionó sobre si consideran que la obesidad favorece el riesgo de padecer
enfermedades como diabetes, cáncer, enfermedades del corazón, entre otras, y el
95.3% respondió que si considera que incrementa el riesgo de padecer diabetes.

Autopercepción de las prácticas de alimentación

Los datos arrojados por la Encuesta Nacional de Salud de Medio Camino


(Secretaría de Salud, 2016), arrojan que en la Ciudad de México el 53.4%
considera que su alimentación es saludable.

En la encuesta se recogieron datos del consumo de los alimentos por grupo


alimenticio, en el cual se encontró que solo el 50.7% de la población mayor de 20
años incluye verduras en su dieta y que el 81.9% consume bebidas no lácteas
endulzadas. De estos datos podemos apreciar que solo la mitad de la población
incluye verduras en su dieta y en el otro extremo, que la mayor parte de la
población incluye bebidas azucaradas en su dieta, lo cual no es un hábito
recomendable.

Autopercepción de las prácticas de actividad física

En cuanto a la práctica de actividad física, la Secretaría de Salud (2016) encontró


que en la ciudad de México el 60.1% de la población considera que es
físicamente activa.

De manera más específica, la encuesta arrojó que, en cuanto a la disposición


para el cambio en la actividad física, los habitantes de la Ciudad de México, el
9.7% se encuentran en precontemplación, el 10.3% en contemplación, el 23.2%
en preparación, el 5.7% en acción y el 51% en mantenimiento.

Barreras percibidas para comer saludablemente

De acuerdo con los datos obtenidos por la Secretaría de Salud (2016), entre las
barreras percibidas por la población de la ciudad de México, están el desagrado
por el sabor de las verduras (18.2%), falta de conocimientos para preparar
alimentos saludables (39.5%), falta de una alimentación saludable en su familia
(33.8%), la preferencia por consumir bebidas azucaradas, pastelillos, dulces y
botanas como papitas y frituras (30.5%), falta de tiempo para preparar o consumir
alimentos saludables (40.7%), falta de dinero para comprar verduras y frutas
(48.9%) y falta de motivación (28.2%).

Barreras percibidas para la realización de actividad física

Según los datos recogidos en la encuesta de la Secretaría de Salud (2016), entre


los factores que pueden impedir la realización de actividad física se encuentran: la
preferencia por actividades como ver televisión, usar la computadora o leer, entre
otras (26.7%), falta de espacios adecuados y seguros (45.4%), falta de tiempo
(67.7%), falta de actividad física en su familia (41.4%), desagrado por hacer
actividad física (16.2%), tener problemas de salud incluyendo alguna
discapacidad (25.2%) y falta de motivación (36%).

Principales consecuencias de la diabetes

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2020), las principales


consecuencias de la diabetes son las siguientes:
 Incrementa el riesgo de 2 a 3 veces de sufrir un infarto al miocardio y de
accidente cerebrovascular;
 Puede ocasionar neuropatía de los pies, la cual con la reducción del flujo
sanguíneo incrementa el riesgo de úlceras, infecciones que pueden
desencadenar en una amputación;
 Retinopatía diabética, la cual es una causa importante de ceguera, la cual
representa el 2.6% de los casos de ceguera a nivel mundial;
 Es una de las principales causas de insuficiencia renal.

Además, claro de que la consecuencia más grave es que puede desencadenar en


la muerte del paciente por presentar un cuadro grave de la enfermedad.

2.4. DISCUSIÓN
El problema de diabetes en la población de la Ciudad de México es grave debido
a crecimiento que ha tenido en los últimos 20 años, además de que a pesar de
que la población está consciente de la gravedad de la enfermedad y de que
padecer obesidad es un factor de riesgo para llegar a desarrollarla, no toman
acciones efectivas y que puedan ser mantenidas en el largo plazo para mejorar su
condición de salud y aminorar el riesgo.

Desde el enfoque de la psicología de la salud, se busca trabajar en la prevención


de la enfermedad atendiendo a las conductas de riesgo en que incurre la
población, como son la falta de actividad física y llevar una dieta poco saludable
con un bajo consumo de verduras y un alto consumo de bebidas no lácteas
azucaradas.

De acuerdo con el trabajo de García y Rodríguez (2011), la dieta es la piedra


angular del tratamiento de la diabetes, ya que es posible que mediante una dieta
adecuada se logre un buen control metabólico, disminuir el número de
medicamentos y reducir el nivel de sobrepeso y con ello el riesgo de
complicaciones de la enfermedad, sin embargo, un gran número de diabéticos no
se adhiere efectivamente a una dieta prescrita.

Es en este aspecto que se puede trabajar desde la psicología de la salud,


mediante intervenciones cognitivo-conductuales para incrementar la adhesión de
los pacientes a la dieta e incluso para que las personas con obesidad logren
cambiar sus hábitos alimenticios.

Sin embargo, en los datos recopilados destaca que otro de los aspectos
importantes por abordar desde la psicología de la salud es sobre la percepción del
problema de obesidad en la población, pues un gran porcentaje de la población
que padece de obesidad no lo percibe así o considera que solo tiene sobrepeso,
aminorando la gravedad del problema.

El modelo psicológico de la salud de Ribes (1990, citado en García y Rodríguez,


2011), identifica los factores que intervienen en el proceso salud-enfermedad,
identifica dos fases, la de proceso y la de resultantes; en la proceso se rastrea la
historia del paciente y los factores biológicos que intervienen en las competencias
presentes y la de resultantes donde se identifican las conductas instrumentales de
la salud que previenen o propician el desarrollo de alguna enfermedad;
finalmente Ribes identifica que no es suficiente que el paciente cuente con
información, sino que resulta imprescindible que desarrolle competencias que le
permitan desarrollar conductas instrumentales preventivas y menciona la
existencia de cuatro formas de competencias que derivan en los siguientes tipos
de saber hacer:

1. Saber qué tiene qué hacerse, en qué circunstancias tiene qué hacerse,
cómo decirlo y cómo reconocerlo.
2. Saber cómo hacerlo, haberlo hecho antes o haberlo practicado.
3. Saber por qué tiene qué hacerse o no (conocer los efectos), y reconocer si
se tiende o no a hacerlo.
4. Saber cómo reconocer la oportunidad de hacerlo y no hacerlo.
5. Saber hacer otras cosas en dichas circunstancias o saber hacer lo mismo
de otra manera.
Además de estas competencias identificadas, Ribes (1990, citado en García y
Rodríguez, 2011) identifica que también es necesario que el individuo desarrolle
competencias de tipo extrasituacional que le ayuden a abandonar las conductas
de riesgo instrumentales y adoptar conductas preventivas, a pesar de que las
conductas de riesgo puedan producirle efectos placenteros inmediatos y las
conductas preventivas no le produzcan un beneficio inmediato; estas
competencias extrasituacionales hacen que el individuo sea capaz de tomar
acción con base en su información, experiencias o creencias en lugar de lo que
sucede en el momento presente.

El desarrollo de estas habilidades extrasituacionales logran que el individuo pueda


llevar los cinco saberes antes mencionados a la acción y logre tomar acción en la
elección de conductas preventivas en lugar de las ya habituales conductas de
riesgo. Esto puede lograrse mediante el entrenamiento de cada una de las cinco
habilidades, de manera que el individuo logre desarrollar toda una serie de
estrategias encaminadas a la elección de conductas preventivas frente a las
conductas de riesgo y lo haga con conocimiento de causa y pleno conocimiento
de la importancia del cambio de sus hábitos.

Mediante este tipo de intervención desde el desarrollo de habilidades


extrasituacionales, los habitantes de la Ciudad de México podrían encontrar los
caminos para vencer las barreras para comer sanamente, buscando la
información para lograr preparar alimentos más saludables y priorizar el consumo
de frutas y verduras dentro del gasto y la economía familiar, de acuerdo con dos
de las razones más frecuentes que dieron sobre lo que les impide comer de forma
más saludable (Secretaría de Salud, 2016).

3. CONCLUSIÓN
El problema de la diabetes en la Ciudad de México tiene una gran importancia,
debido al gran número de muertes que ocasiona año con año y a que se ha
posicionado en los últimos 20 años como la segunda causa de muerte entre los
pobladores. Pese a la importancia del problema de diabetes y a que la población
está informada sobre la gravedad y de que padecer obesidad y llevar una dieta
poco saludable aumenta el riesgo de padecerla, les resulta difícil cambiar de
hábitos y optar por conductas más saludables.

Desde la psicología de la salud, específicamente desde el Modelo Psicológico de


la Salud de Ribes, es posible implementar una serie de estrategias y el
entrenamiento de habilidades extrasituacionales en la población, que los lleven a
modificar sus conductas y que por el conocimiento de los daños a su salud logren
elegir en su día a día conductas preventivas que les ayuden a mejorar su
condición de salud en el mediano y largo plazo, frente a las conductas de riesgo
que les producían una sensación placentera en el momento pero que en el largo
plazo propician el desarrollo de una enfermedad tan severa como lo es la
diabetes.

Definitivamente se han hecho diversas campañas a nivel mediático como la


sonada campaña “chécate, mídete, muévete” del Instituto Mexicano del Seguro
Social, lo cual es un importante esfuerzo del Sector Salud por combatir la
enfermedad, sin embargo se requiere un equipo multidisciplinario que incluya la
participación conjunta de médicos, nutriólogos y psicólogos de la salud que
permita lograr cambios sostenibles a largo plazo en los hábitos y conductas de la
población que realmente ayuden a prevenir el desarrollo de la enfermedad.

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