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ARTES MARCIALES
Por Ricardo (Pimpi) Bava

Las artes marciales agrupan un sin número de deportes o ciencias en las que se practican
técnicas de la defensa y el ataque entre personas, las hay con armas, espadas, flechas,
palos, armas cortas y demás, o a mano limpia.
Entre las más antiguas se destaca el jujitsu, que se practicaba en Japón en el siglo XII,
era en realidad una técnica que utilizaban lo militares, samurai, que debían practicar
todo tipo de técnicas para el combate. A partir del jujitsu se abrieron muchas escuelas
que competían en perfeccionar sus técnicas.
Luego en el mismo Japón va desapareciendo la veneración por el Jujitsu, porque se lo
consideraba tradicionalmente un arte militar, siendo que los militares habían perdido el
respeto de la población, se lo tenía como un deporte antiguo.
En 1860 nace Jigoro Kano, un joven inteligente pero menudo y más bien débil de
cuerpo, con gran carácter, descubre el Jujitsu, donde un hombre pequeño puede vencer a
uno de mayor tamaño, se abocó con esmero y dedicación a su estudio y práctica, con el
tiempo logró sus propias técnicas, comenzó a los 18 años, posteriormente perfecciona su
estilo y lo denomina yudo (yu=flexibilidad o suavidad) y (do= camino), funda en 1882
el doyo (lugar para enseñar) Kodokan (Lugar para enseñar el camino) en Shitaya.
Se desata una enorme rivalidad entre el yudo y el jujitsu, en 1886 a instancia de la
policía, se organiza una competencia enfrentando a practicantes de ambas escuelas, los
yudocas ganan por amplio margen la partida, desde ese momento el auge del yudo es
imparable.
En 1890 se lo declara deporte nacional del Japón, y la policía lo adopta para
entrenamiento. Posteriormente se difunde en todo el mundo.
En la actualidad los yudocas superan los 10 millones; se divide en dos categorías como
casi todas las demás artes marciales, en Kyu (alumno) y Dan (maestro) existe hasta el
12º Dan.
En Argentina el primer yudoka llegado de Japón fue Yoshio Ogata 1º Dan (1906) y en
1926 llega Tajuro Kumazawa, alumno directo de Jigoro Kano, creador de numerosos
institutos Kumazawa, y prácticamente el difusor más importante de las artes marciales
en el país, personalmente tuve el inmenso honor de practicar con él.
Los cinturones son más oscuros a medida que se avanza, blanco, amarillo, naranja,
verde, azul, marrón y negro.
Es una conjunción de práctica del espíritu y del cuerpo, serenidad del alma y destreza
corporal para derrotar al rival, un buen yudoka o practicante de las artes marciales en
general nunca pelea, a menos que sea absolutamente imprescindible, porque es
conocedor de la capacidad de daño que tiene y porque aunque parezca mentira el
espíritu de estas artes es la paz y el amor a los semejantes.
En una lucha el ganador es: el que derriba al oponente; el que le hace una palanca en
mano, brazos o cuello; el que logra inmovilizarlo; o estrangularlo, por supuesto todo
esto hasta que se rinde (palmeando el piso o al vencedor), sin dañarlo.
Algunas leyendas o historias: Dícese que un lama observaba un árbol con fuertes y
gruesas ramas mientras la nieve caía sobre él, a su lado había un árbol de ramas finas y
flexibles, cuando se acumulaba cierta cantidad de nieve, sus flexibles ramas cedían y la
nieve caía, así sucesivamente. El de gruesas ramas en un momento determinado no
soportó semejante peso y su rama se quebró, mientras que el árbol que cedía se mantuvo
indemne. El lama concluyó, que cediendo en muchas ocasiones se logran mejores
resultados, es este uno de los principios del yudo.
En Oriente en una oportunidad algunas tribus ocuparon un extenso territorio, sacándoles
y prohibiendo las armas a todos los guerreros del lugar, con el tiempo para defenderse
de los avasallamientos de los enemigos, comenzaron a crear sistemas de defensa con
palos, remos y otros materiales, y básicamente a mano limpia, se dice que de allí
surgieron las artes marciales.
Son muchos los ejemplos de este tipo que engalanan a las artes marciales.
Sobre el yudo podría contarles muchas cosas ya que es un deporte que me apasiona y el
que practiqué, hasta lograr el añorado cinturón negro.
Pero debo hacer algunos otros comentarios sobre distintas y excelentes artes marciales,
por lo menos las más comunes en nuestro país.
El Karate-do: su origen se remonta a 1822 y proviene del Japón, aunque su origen real
se desarrolla en Okinawa, a partir del Kendo (Chino), la leyenda lo ubica con los lamas
Shaolín en China, se populariza en Japón. Jigoro Kano junto a otros karatekas fueron
sus iniciadores formales.
Es el arte de combate con manos, píes, piernas y cabeza, aunque no se reduce a eso
solamente.
Taekwondo: Es uno de los más modernos y muy difundido en la actualidad, su origen
es Coreano y no tiene mucho más de 50 años de vida, es el arte de golpear con manos y
pies básicamente, sin prescindir de piernas y codos, tiene un código ético y de honor
muy importante.
Aikido: Origen Japón, en 1942, se difunde en el mundo después de la segunda guerra
mundial, es de difícil definición, pero una que me gusta, es el arte de desaparecer,
esquiva al rival pero tiene un ki (fuerza o energía vital) en sus golpes muy importante.
Poseedor de una gran base filosófica, es no violento.
Kendo: Origen Japón, es moderno, se practica con una armadura y con un sable de
madera o bambú, para los kendokas es una forma de vida.
Son muchas las arte marciales y a su vez de cada una hay muchas escuelas, creo que en
los últimos años se abrieron algunas que carecen de seriedad, aunque aclaro que esta es
una sensación propia y no tengo conocimientos certeros para afirmar este pensamiento.
Por último algunas aclaraciones, un buen practicante de las artes marciales sabe que lo
mejor es rehuir el combate o la confrontación física, aunque esto signifique huir.
El Kiai es el grito que proviene del estómago y que sirve para darse fuerza o para
paralizar al enemigo.
El Kua Tzu, las técnicas de reanimación, es un elemento cultural de gran e
imprescindible ayuda para los deportistas.
Las artes marciales son maravillosas todas y es muy provechoso para todos los jóvenes
que quieran practicarlas, ayuda a mejorar la autoestima tanto para gente sin problemas
físicos o emocionales como para aquellas que padecen ciertos inconvenientes físicos o
emocionales. Si sus hijos están predispuestos a practicarlas no duden ni un instantes en
enviarlos, les estarán eternamente agradecidos, aprenderán, disciplina, moderación,
respeto, tolerancia, templanza, fortaleza y además quienas las practican pueden hacerlo
hasta la ancianidad.
Nunca es tarde, todos están a tiempo para entrar en un mundo maravilloso: El de las
artes marciales.
Por Ricardo (Pimpi) Bava.

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