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La demografía estudia los acontecimientos que ocurren a los miembros de una población a lo largo
de su vida. Este estudio tiene dos dimensiones: la medición (¿Cuántos hay?, ¿Cuántos nacen?,
¿Cuántos trabajan?, ¿Quiénes mueren?), y la explicación (¿por qué se tienen más hijos en Jujuy
que en Buenos Aires? ¿Por qué recibimos inmigrantes? ¿Por qué hoy mucha más gente llega a
vivir 80 años?), o sea no se limita a la medición sino que incluye necesariamente la interpretación y
análisis de los datos, las proyecciones y previsiones en base a supuestos que incluyen variables
no demográficas.
Notación:
La utilidad que tiene la anotación en demografía, como en cualquier otra disciplina cuantitativa, es
permitir abreviar notablemente tanto la expresión de los hechos, fenómenos e indicadores a los
que corresponden los datos, como incluirlos, en forma de variables abstractas, en las fórmulas
matemáticas que expresan una relación lógica entre diversos indicadores. Los datos se
representan con letras mayúsculas:
Algunas definiciones:
Cohorte o generación: Una cohorte es el conjunto de individuos de una población, que ha
compartido el mismo acontecimiento durante un período de tiempo específico, generalmente un
año. Normalmente una cohorte recibe el nombre de generación. Como ejemplos pueden
señalarse: el conjunto de niños que ha nacido durante el año 2001, se le llama generación o
cohorte de nacimientos del 2001. También, el conjunto de estudiantes de primer ingreso a una
universidad en el año 2002, se le llama cohorte o generación del 2002.
Edad media: Se estima computando la media ponderada de los valores centrales de las clases
usando las frecuencias relativas de cada grupo como factores de ponderación.
Edad exacta: es el intervalo transcurrido entre el nacimiento de una persona y el momento
particular en que la estamos observando, la exactitud es imposible en sentido estricto, pero se
sobreentiende que requiere conocer, además de los años transcurridos desde el nacimiento,
también sus fracciones en meses y días.
Tamaño de la Población
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Población Final = Población Inicial + Crecimiento Natural ó Vegetativo + Migración Neta
Naturalmente cuantos más habitantes tiene una población mayor será el número de nacimientos,
defunciones y demás. Para hacernos una idea de lo grande que es la natalidad, la mortalidad o las
migraciones tenemos que poner en relación los acontecimientos vitales con el total de población.
Se definen así las tasas brutas de natalidad, (b), mortalidad (d), inmigración (i) y emigración (e)
dividiendo el número de sucesos por la población media del período.
Todos estos indicadores son proporciones. En la práctica suelen multiplicarse por mil para
expresarse así en tantos por mil.
La tasa de crecimiento natural ó vegetativo (n) queda entonces definido por la diferencia entre la
tasa bruta de natalidad y de mortalidad:
Esta tasa suele habitualmente expresarse en tantos por ciento en vez de en tantos por mil (es
decir, suele multiplicarse por cien).
También se define la tasa de migración neta como la diferencia entre las tasas de inmigración y
emigración:
m=i–e
Volviendo a la ecuación de crecimiento nos damos cuenta de que podemos ahora caracterizar el
crecimiento de la población sumando la tasa de crecimiento natural y la tasa bruta de migración
neta. De este modo se obtiene la tasa de crecimiento de la población.
La edad tiene una evidente relación con todos los fenómenos demográficos y de salud, por lo que
el estudio de la estructura por edad de una población constituye un elemento básico de la
demografía.
Muchos fenómenos sociales están influidos, entre otros factores, por la estructura etárea de la
población. La representación gráfica en la que clasificamos la población de acuerdo a la edad y el
sexo recibe el nombre de pirámide de población, pues para muchas poblaciones (aquellas que
crecen o que tienen alta mortalidad) el aspecto del gráfico se asemeja al de una pirámide: hay
menos personas según aumenta la edad.
La forma de la pirámide de la población es importante, pues nos indica lo joven o anciana que es
esta población. Si la base es muy ancha, esto quiere decir que hay muchos jóvenes. Esto tendrá
implicaciones importantes para la educación o la estructura familiar, por ejemplo. Si la cúspide es
muy ancha, tenemos una población madura o vieja. Esto tiene a su vez efectos sobre el gasto en
salud o pensiones por ejemplo.
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La pirámide de población también nos informa sobre el pasado. Las personas de una edad
determinada son personas que nacieron en un mismo período, es decir: cada franja de la pirámide
de población representa a una generación o cohorte.
El número de nacidos inicialmente representaría el tamaño de la cohorte. Según pasan los años
van falleciendo miembros de la cohorte de modo que si seguimos a una generación en una
secuencia de pirámides de población, vamos viendo como su tamaño va disminuyendo. Esto
ocurriría en ausencia de migraciones.
La forma que toma una pirámide, permite clasificar la estructura por edad de la población, dentro
de tres perfiles generales básicos:
• Población joven: Se caracteriza por tener una alta fecundidad e incluso alta mortalidad. Más del
40% de la población es menor de 15 años y menos de un 4% es mayor a los 65 años, es
denominado “pagoda”, progresiva, tiene base ancha y disminuye rápidamente hacia el vértice;
corresponde a poblaciones jóvenes con alta natalidad y bajo nivel de desarrollo.
• Población en transición: Esta población se encuentra en proceso de cambio. Está evolucionando
hacia una disminución en la fecundidad y la mortalidad. A diferencia de la población joven, los
grupos de mayor población son los intermedios. Aún mantienen un porcentaje de población menor
de 15 años, superior al 30% y su porcentaje de población mayor de 65 años es menor a un 6%, se
llama de tipo “campana”, estancada, es de base intermedia y disminución lenta hacia el vértice;
corresponde a poblaciones estacionarias (igual número de muertes que de nacimientos) que
comienzan a envejecer.
• Población vieja: Es una población con estructura casi estacionaria. Tiene valores relativos muy
bajos de fecundidad y mortalidad. Presenta porcentajes de población, menor a 15 años, inferiores
al 25%, mientras que aproximadamente más del 15% de la población, es mayor de 65 años, se
denomina tipo “bulbo”, regresiva, de base estrecha, se ensancha en el centro y disminuye
suavemente hacia el vértice; corresponde a poblaciones en proceso de envejecimiento.
Análisis de Cohorte
Hemos visto que una cohorte de nacimiento, entendiendo como tal un conjunto de personas
nacidas en un período determinado, puede ser seguida a lo largo de su vida. Si seguimos a todas
estas personas a lo largo de su vida hasta que todos han muerto puedo resumir cuál ha sido el
comportamiento demográfico de la cohorte. A este tipo de análisis se le llama análisis longitudinal o
de cohorte.
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La utilidad del análisis longitudinal no se restringe al puro análisis demográfico. En particular el
análisis longitudinal es muy aplicable a la economía: podemos observar a qué edad los distintos
miembros de una cohorte dejan de estudiar, comienzan a trabajar, se compran un piso o cualquier
otra dimensión que nos interese.
Dinámica Demográfica
El análisis longitudinal o de cohortes es muy útil para describir generaciones. No lo es tanto para
describir la evolución de la población. Como hemos visto una población en un instante está
compuesta por distintas generaciones observadas cada una de ellas en una edad diferente. El
número de nacimientos, el número de defunciones será finalmente el resultado de una
combinación de circunstancias: el comportamiento y características de cada una de las cohortes
por un lado, y la estructura por edades de la población por otro, que determina el peso relativo de
las distintas generaciones en el total. El análisis de la población en un momento dado recibe el
nombre de análisis transversal o de período o del momento.
Si queremos predecir como va a cambiar una población en un momento dado, la información que
nos da la estructura por edades es importante: no todo el mundo tiene el mismo riesgo de morir. Es
mucho más probable morir para un anciano que para un joven. Tampoco todas las personas
pueden tener hijos. Sólo las mujeres en edad fértil pueden dar a luz un hijo. Por este motivo para
comprender la dinámica demográfica no basta con conocer las tasas brutas: una tasa bruta de
mortalidad baja puede ser debida a que los riesgos de morir sean muy bajos o a que la población
sea muy joven. Por este motivo construimos las tasas específicas de mortalidad por edades. Estas
se construyen dividiendo las personas muertas a una determinada edad en un año por la población
media de esa edad, además se calculan de forma separada para hombres y mujeres puesto que
las tasas son distintas para los dos sexos.
Como vemos el análisis demográfico de período lleva de forma natural a preguntarse sobre las
implicaciones a largo plazo de unas tasas concretas de mortalidad y fecundidad. Esto se
corresponde con la idea de las poblaciones estables.
Poblaciones Estables
Uno de los núcleos centrales del análisis demográfico es el estudio de qué ocurre cuando
se mantienen fijas a lo largo del tiempo la fecundidad, representada por las tasas de fecundidad
por edades, fx, y la mortalidad, representada por las tasas de mortalidad por edades mx. A una
población que cumple estas condiciones a lo largo del tiempo se le denomina Población Estable.
La teoría de las poblaciones estables fue desarrollada por Alfred Lotka en la primera mitad del siglo
XX.
La respuesta a qué ocurrirá si las tasas no cambian es que, a largo plazo, la población
tenderá a crecer a una tasa de crecimiento constante, la tasa de crecimiento intrínseca de esa
población, n. Además, la estructura por edades, independientemente de cuál fuera la estructura
por edades inicial de la población, tenderá a acercarse a una estructura fija. Es la
llamada estructura por edades de la población estable. Una vez que una población alcanza su
estructura estable, ésta no cambiará a lo largo del tiempo, es decir: la población podrá crecer al
ritmo indicado por r, pero la proporción de personas de una edad concreta en la población no
cambiará.
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Diagrama de Lexis:
En demografía el tiempo es la materia prima. Algunos prestigiosos teóricos afirman que la unidad
de medida sobre la que se construye el análisis demográfico no son los individuos, sino los años
de vida. Sea como sea, en demografía es obligado referir los datos de manera exacta en instantes
del tiempo o en periodos comprendidos entre dos instantes.
Si el tiempo se representa en forma de línea, y los dos tipos de tiempo se colocan como ejes de
coordenadas de un gráfico cartesiano, conseguimos un gráfico sobre el cual pueden ubicarse
todos los datos con los que podemos trabajar. Este gráfico se llama Diagrama de Lexis, y es una
herramienta sumamente útil para mejorar nuestra comprensión acerca de la demografía en
general.
En esta matriz es posible situar todos los datos estadísticos con los que trabajamos, puesto en
demografía nunca se trabaja con datos que no tengan una referencia temporal bien definida. Si
son datos instantáneos se representarán sobre una línea, pero si son datos registrados a lo largo
del tiempo corresponderán a un área.
También es fácil con el gráfico explicar la diferencia entre la óptica transversal y la óptica
longitudinal del análisis de los datos. Los datos empleados son de la misma naturaleza, y de hecho
un mismo dato puede ser utilizado desde cualquiera de las dos ópticas. La diferencia está en cuál
es el conjunto de datos empleados para tener una tabla completa por edades: los datos
correspondientes a un instante o un periodo de tiempo (y entonces recogemos los datos “en
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vertical”, correspondientes a las distintas personas, de edades diferentes, existentes en ese
instante) o si los datos corresponden a las mismas personas, seguidas a lo largo del tiempo,
mientras van cumpliendo las sucesivas edades (en ese caso recogemos los datos “en diagonal”,
correspondientes a una misma cohorte de nacimientos o “generación”).
2139
2 1
0
2120 1997 0 36 7 2139
4 1 3
2037 1998 0 23
2068
0
2139
0 1
2139 2069
3
1 1
2140
2070
2009
1 1 0
2141 2071 2009
Edad en años
2
0 3 2
2141
2074
2011
2145
1 3 1
1
2142 2077 2012 2146
1
7 2
2150
1
2014
2186
2084
2143
4
21 36 23 20 23
Naci 2164 2120 2037 2170 2209
EM 1/1/96 1/1/97 1/1/98 /99
1/1/99 1/1/00 1/1/01
m
Además de los análisis de mortalidad de las generaciones, los diagramas de Lexis pueden ser
utilizados para estudiar otros fenómenos. Se puede analizar la permanencia de una generación de
inmigrantes dentro de un pueblo, sobrevivencia de un grupo de personas a alguna enfermedad,
permanencia dentro del matrimonio de un grupo de parejas, la deserción de una generación de
estudiantes dentro de un sistema educativo, etc. Por medio de un diagrama de Lexis se pueden
efectuar tres tipos de análisis de mucho interés para los demógrafos.
• Análisis longitudinal: Cuando el análisis demográfico, hace referencia a los hechos vividos por
una misma cohorte a lo largo del tiempo, se le llama análisis longitudinal. En el ejemplo anterior se
ha presentado un análisis longitudinal, para la generación de nacimientos de 1990 a través de 3
años. A este tipo de análisis también se le llama estudio de cohorte o de generación. En el
diagrama de Lexis, el análisis longitudinal, representa el estudio de una franja oblicua.
• Análisis transversal: Para poder hacer un estudio de carácter longitudinal, se requiere dar un
seguimiento en el tiempo a una cohorte. Por ejemplo, un análisis de mortalidad para una cohorte,
deberá llevarse a cabo hasta que el último miembro de ella fallezca. Debido a todos los
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inconvenientes que esto puede acarrear y a sus deficiencias prácticas, se recurre a efectuar el
análisis para un conjunto de cohortes, en un mismo momento (o período). Este tipo de estudio
recibe el nombre de análisis transversal y permite capturar el estado de los componentes
demográficos en ese momento. Por ejemplo, para estudiar el estado actual de la mortalidad en
Argentina, se analiza el comportamiento de todas las edades o grupos de edades para este
año. Estos análisis son los que más comúnmente efectúa la demografía. En este caso, el análisis
de un fenómeno dentro del diagrama de Lexis, se efectúa a través de una franja vertical.
El siguiente gráfico ilustra la descripción anterior con respecto a los tres tipos de análisis.
La materia prima que maneja un demógrafo en su trabajo son los datos estadísticos sobre
población. Estos datos no los recoge él, sino que los obtiene de “fuentes de datos”, operaciones
estadísticas de conteo de personas o registros de acontecimientos.
Referencia temporal
Cualquier dato debe tener una referencia temporal exacta. Esta referencia puede ser un instante o
un intervalo de tiempo entre dos instantes.
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El tiempo que sirve de referencia a los datos puede ser también de dos tipos: el tiempo
histórico (p.ej. el inicio del día 1/1/2011, o el periodo de un año comprendido entre ese día y el final
del día 31/12/2011). Teniendo en cuenta esta diferencia en la referencia temporal, instantánea o de
periodo, pueden también clasificarse los tipos de fuentes en: fuentes de stock y fuentes de flujo.
Otro factor que distingue tipos de fuentes demográficas es su extensión. Pueden ser exhaustivas y
universales, porque recogen información de todas las personas que componen la población, o ser
sólo parciales. Teniendo en cuenta estas dos dimensiones, puede construirse el siguiente
esquema:
Fuentes de stock: Fuentes de flujos
Universales por conteo: Censos y Padrones Registro civil de acontecimientos vitales
(nacimientos, defunciones, matrimonios y
Universales por muestreo: Encuestas
uniones conyugales)
demográficas
Registros administrativos
No universales: Encuestas a subpoblaciones
Movimientos migratorios
Uno de los fenómenos asociados a la globalización es la multietnicidad, es decir, la convivencia en
un mismo territorio o ciudad de personas procedentes de diversas áreas del mundo, esto se dá
principalmente en las grandes ciudades.
Las migraciones son desplazamientos de grupos humanos que los alejan de sus residencias
habituales. Esta definición permite englobar fenómenos demográficos muy diversos, puede
referirse a movimientos pacíficos o agresivos, voluntarios o involuntarios.
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cantidad de éstos. Lo mismo sucede con los grandes desplazamientos incontrolados de
refugiados en Afganistán.
Pero la migración laboral internacional es un fenómeno de aún mayor visibilidad e importancia en
las relaciones internacionales y en los conceptos de identidad nacional. En 1990, los emigrantes
internacionales representaban el 4,5% de la población de los países desarrollados y el 1,6% de la
de los países en desarrollo. Esas estimaciones mundiales ocultan importantes dificultades en
cuanto a la medición de la migración.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Población cita las siguientes causas que motivan la
migración internacional:
La búsqueda de una vida mejor para uno mismo y su familia;
Las disparidades de ingreso entre distintas regiones y dentro de una misma región;
Las políticas laborales y migratorias de los países de origen y de destino;
Los conflictos políticos (que impulsan la migración transfronteriza, así como los
desplazamientos dentro de un mismo país);
La degradación del medio ambiente, inclusive la pérdida de tierras de cultivo, bosques y
pastizales (los “refugiados del medio ambiente”, en su mayoría, acuden a las ciudades en
lugar de emigrar al extranjero);
El “éxodo de profesionales”, o migración de los jóvenes más educados de países en
desarrollo para llenar las lagunas en la fuerza laboral de los países industrializados.
Los efectos económicos son ambivalentes, pero con efectos positivos tanto para el país emisor
como para el de destino. En muchos países de destino, se construyen y mantienen industrias e
infraestructuras que no podrían realizarse sin la colaboración de la mano de obra extranjera. En el
sentido contrario, las remesas de los emigrantes, las transferencias de dinero a las familias que
permaneces en las regiones de origen, son frecuentemente una estimable forma de equilibrar las
balanzas de pagos en los países menos desarrollados.
A pesar de ello, hay que considerar la emigración internacional un problema grave. En los países
receptores suele originar graves conflictos sociales y resurgimiento de ideologías racistas y
fascistas. Para los países emisores implica frecuentemente la pérdida de mano de obra cualificada.
Pero el mayor coste los sufren los propios desplazados ya que supone habitualmente un desgarro
familiar y cultural muy doloroso. Aún más grave es la emigración ilegal en la que el individuo se ve
despojado de los derechos más elementales, sometido a la explotación de mafias y delincuentes
sin escrúpulos. La tragedia alcanza su clímax en el caso de los que arriesgan y pierden su vida al
cruzar las fronteras.
Los riesgos asociados a los fenómenos migratorios son consecuencia de las asimetrías de los
intercambios. La asimetría entre los países de origen (en general, de menor desarrollo) y de
destino (en general, desarrollados) permite a estos últimos imponer limitaciones severas y
unilaterales a la llegada de personas. Además de las trabas que ello significa para la libre
circulación de los recursos productivos para los países de origen entraña la persistente inseguridad
sobre la continuidad del flujo emigratorio, así como un riesgo de retornos abruptos e imprevisibles.
La asimetría entre los nativos del país receptor y los emigrantes conduce a estos a aceptar
condiciones de trabajo leoninas y a sufrir discriminaciones en planos tan diversos como la cultura o
los derechos ciudadanos.
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Con todo, aunque es evidente que la migración internacional entraña riesgos para individuos,
hogares y comunidades -y en tal sentido un enfoque de vulnerabilidad es particularmente
pertinente- también es indiscutible que se trata de un derecho, de una opción y de una estrategia
usada por personas y comunidades.
Más que inhibir la migración, se trataría de favorecer una inserción digna y productiva de los
migrantes, aprovechar las remesas en los países de origen (evitando, eso sí, la dependencia
estructural respecto de ellas) e impedir que los países de origen enfrenten una pérdida irreversible
y sostenida de recursos humanos calificados.
Las estrategias abarcan acciones para ampliar las oportunidades económicas, mantener y mejorar
la producción agrícola y ofrecer atención de la salud y educación. Igualmente importantes son las
estrategias para resolver conflictos políticos, poner fin a la conculcación de los derechos humanos
y promover una gobernabilidad eficaz.
En las sociedades primitivas las tasas de fecundidad y de mortalidad son muy altas pero la
diferencia entre ellas es muy estrecha por lo que la población se mantiene estable a largo plazo.
Ésta fue la situación de todo el mundo hasta hace trescientos años, pero aún siguen existiendo
grupos marginales de población con estos parámetros demográficos.
En los países subdesarrollados la tasa de mortalidad desciende mucho más rápidamente que las
tasas de natalidad y de fecundidad ya que los avances en la medicina occidental se extienden y se
aplican con facilidad mientras que los cambios culturales requieren más tiempo. Como
consecuencia de esa disparidad la tasa de crecimiento de la población aumenta de forma
explosiva.
En los países desarrollados, los cambios culturales y las avanzadas técnicas de control familiar
permiten el descenso de la tasa de fecundidad y de crecimiento. Finalmente, las sociedades
maduras se caracterizan por tasas demográficas muy bajas y población estable. Ésta es la
situación actual en los países más desarrollados.
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En octubre de 2011, la Tierra ha alcanzado los 7.000 millones de habitantes. Y mientras algunos
de los países más poblados han logrado desacelerar el crecimiento, otros se hallan lejos de
encauzar el problema, que repercute en la baja expectativa de vida, la salud, la mortalidad infantil e
incluso la seguridad.
La edición “Todos los países del mundo 2011” de Población & Sociedad, el boletín del Instituto
Nacional de Estudios Demográficos (INED) de Francia, destaca que los seis países más
poblados (China, India, EE.UU., Indonesia, Brasil, Pakistán) suman 3.510 millones de personas,
más de la mitad del planeta.
El crecimiento de la población mundial fue haciéndose casi exponencial: eran mil millones en el
año 1804, y el doble recién en 1927. Pero en 1987 ya había superado los 5.000 millones; y llegó a
los 6.000 en 1998. El INED calcula que a este ritmo, en 2050 se acercará a 9.587 millones.
Sin embargo, se ha producido una ligera desaceleración en los países más habitados. Los
esfuerzos de China permiten predecir que de los 1.345,9 millones de la actualidad, en 2050 bajará
a 1.313 millones. Entonces, para esa fecha será la India el más poblado, con 1.692 millones de
personas.
China ha bajado el índice de fecundidad a 1,5 hijo por mujer (la media mundial es de 2,5, apenas
una décima más que la Argentina). Pero el promedio en África es de 4,7 hijos por mujer,
encabezado por Níger (7) y seguido por Somalia (6,4) y República Democrática del Congo (6,1).
Los cuadros del INED son una radiografía de las desigualdades . Con una expectativa de vida de
84 y 80 años para mujeres y varones respectivamente, Japón tiene el 23% de sus habitantes
mayores de 65 años. Gran parte de Europa Occidental se acerca a esas cifras, en especial los
Países Bálticos. En la otra punta están los Emiratos Árabes, y Níger y Afganistán, con apenas el
1% y el 2% de sus habitantes por encima de los 65 años.
Para comprender la gravedad del fenómeno del crecimiento actual de la población hay que
comparar el tamaño de la población de nuestro siglo con la que ha estado manteniendo nuestro
planeta en los últimos milenios. Se comprueba así que estamos viviendo un episodio demográfico
único e irrepetible en la historia de la humanidad.
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La población continuará creciendo durante mucho tiempo. En el año 2050 se acercará a 9.587
millones. La estabilización final llegará en el siglo XXII.
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Lo innovador del IDH fue la creación de una estadística única que serviría como marco de
referencia tanto para el desarrollo social como para el económico. El IDH define un valor mínimo y
uno máximo para cada dimensión (denominados objetivos) y luego muestra la posición de cada
país con relación a estos valores objetivos.
El componente de educación del HDI se mide ahora a través de los años de escolarización para
personas adultas mayores de 25 años y los años de escolarización previstos para niños y niñas en
edad escolar. La media de años de escolarización se calcula a través de la duración de los
estudios en cada nivel formativo (para obtener información más detallada, consúltese Barro y Lee,
2010). Los años de escolarización previstos se determinan por la escolarización por edades en
todos los niveles formativos y la población en edad escolar presente en cada uno de estos niveles.
Los indicadores se normalizan mediante un valor mínimo de cero y los valores máximos, que
vienen dados por los valores máximos reales observados en los países durante la serie temporal
observada, es decir, entre 1980 y 2011.
El componente de esperanza de vida al nacer recogido en el IDH se calcula utilizando un valor
mínimo de 20 años y un valor máximo de 83,4 años, que es el valor máximo observado para los
indicadores de los países en el periodo 1980–2010.
En cuanto al componente de riqueza, los límites mínimo y máximo son 100$ (PPP) y 107.721$
(PPP), respectivamente. Ambos responden los extremos observados durante el periodo analizado,
1980-2011.
El componente de estándares de vida dignos se mide a través del INB per capita ($PPP) en lugar
del PIB per capita ($PP). Posteriormente, se suman las puntuaciones obtenidas en los tres índices
dimensionales del IDH para formar un índice compuesto. Para obtener más información,
consúltese las Notas técnicas [266 KB] del Informe 2011.
El IDH proporciona comparaciones instructivas de las experiencias de un país y la experiencia
entre distintos países.
Índice de Pobreza Multidimensional (IPM)
En julio de 2010, la Iniciativa de Oxford sobre la Pobreza y el Desarrollo Humano (OPHI) de la
Universidad de Oxford presentó junto con la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) una nueva forma de medir la
pobreza, que plantea una visión “multidimensional” de las personas que viven en la pobreza y que,
según sus creadores, podría ayudar a asignar recursos de desarrollo de forma más efectiva. El
IPM sustituye al Índice de Pobreza Humana, que ha venido formando parte de los Informes sobre
Desarrollo Humano anuales desde 1997. Los resultados aportados por el Índice de Pobreza
Multidimensional se dieron a conocer en el foro político de Londres y en línea en el sitio web de
la OPHI.
Al igual que el desarrollo, la pobreza es multidimensional, pero este hecho no se tiene en cuenta
en las cifras globales. El Informe 2010 presenta el Índice de Pobreza Multidimensional, que
complementa a los índices basados en medidas monetarias y considera las privaciones que
experimentan las personas pobres, así como el marco en que éstas ocurren.
El índice identifica una serie de privaciones en las mismas tres dimensiones del IDH y muestra el
número de personas que son pobres (que sufren privaciones) y el número de privaciones con las
que usualmente vive una familia pobre. Es posible agrupar el índice por región, grupo étnico,
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dimensión de la pobreza y otras categorías, por lo que representa una herramienta muy útil para
los encargados de formular políticas.
Alrededor de 1.7 millones de personas en los 109 países que abarca el Índice (un tercio de su
población) viven en situación de pobreza multidimensional. Es decir, al menos 33% de los
indicadores reflejan graves privaciones en salud, educación o nivel de vida. Esta cifra supera a los
1.3 millones de personas que viven con menos de US$1,25 al día en esos países, pero es menor
al número de personas que vive con menos de US$2 al día.
El Índice de Desigualdad de Género (IDG)
Las desventajas que enfrentan mujeres y niñas son una gran fuente de desigualdad. Con
frecuencia, son discriminadas en salud, educación y el mercado laboral, con las consiguientes
repercusiones negativas en el ejercicio de sus libertades. En este Informe introducimos una nueva
medición de estas desigualdades, siguiendo la misma lógica que en el IDH y el IDH-D, para poner
de manifiesto las diferencias existentes en la distribución de los logros alcanzados por mujeres y
hombres.
La desigualdad de género varía ampliamente: la pérdida de logros que causa fluctúa entre 4.9% y
76.9%. Este indicador no es comparable directamente con la pérdida total debido a la desigualdad
ya que se utilizan variables distintas.
Los países cuya distribución del desarrollo humano es desigual también muestran una alta
desigualdad entre hombres y mujeres y viceversa.
El IDH ajustado por la Desigualdad (IDH-D)
Desde su inicio, el Informe sobre Desarrollo Humano apunta a que cada uno de los componentes
del IDH refleje el nivel de desigualdad que lo rodea. El IDH ajustado por la Desigualdad (IDH-D) es
un indicador del nivel de desarrollo humano de las personas de una sociedad y que tiene en
cuenta su grado de desigualdad. En una sociedad con perfecta igualdad, el IDH y el IDH-D tienen
el mismo valor. Cuando existe desigualdad en la distribución de salud, educación e ingresos, el
IDH de una persona promedio de cualquier sociedad será inferior al IDH general; cuanto menor
sea el valor del IDH-D (y mayor su diferencia con el IDH), mayor es la desigualdad. Hemos
aplicado esta medición a 134 países
La desigualdad causa una pérdida promedio de 23% en el valor del IDH. Es decir, si se tiene en
cuenta la desigualdad, el IDH global de 0,682 en 2011 caería a 0,525, lo que significaría pasar de
la categoría de IDH alto a la de IDH medio.
Los países con menor valor de desarrollo humano suelen tener mayor desigualdad, y ésta se
observa en más dimensiones, por lo que su pérdida en el valor de IDH es más notoria.
Indicadores de la concentración de la población en el
territorio:
Se encuentra la curva de Lorenz y el índice de concentración
de Gini, que fueron diseñados para detectar desigualdades
en la distribución del ingreso, pero que pueden usarse para
medir heterogeneidad en la localización de la población.
La curva de Lorenz, dicho someramente, es un instrumento
gráfico del área de la economía, desarrollado por Mark O.
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Lorenz para representar las desigualdades en los ingresos de los hogares (personas, grupos, etc.)
en cierta región.
Se observa que el 20% de la población de hogares tiene solo el 4,7% de los ingresos y que el 60%
de los hogares acumulan el 33,1% de los ingresos. Se obtiene una manera de medir la
desigualdad imperante en esa población, puesto que si los ingresos estuvieran igualmente
distribuidos, el 20% de la población tendría el 20% de los ingresos y así sucesivamente.
La distribución uniforme estaría representada por una línea diagonal; cuanto más se distancia la
curva de Lorenz de esta línea, mayor es la desigualdad. Por
tanto, la curva proporciona una forma visual de identificación de
desigualdades.
El coeficiente de Gini es una medida de desigualdad basada en
la curva de Lorenz, el valor corresponde al área entre la curva
de Lorenz y la línea diagonal (expresada como una proporción
del área bajo la curva). Los valores que puede asumir el
coeficiente de Gini van desde 0 hasta 1; cuanto más se acerca
a la unidad, el coeficiente indica mayor desigualdad. Un valor
del coeficiente de Gini de 0,19 obtenido en el Área Andina
(Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela y Colombia) sugiere que la
desigualdad en la mortalidad infantil entre países no es muy
importante (el valor no es muy distante de cero). Asimismo, a
partir de la curva de Lorenz puede indicarse que un 30% de las muertes infantiles ocurren en un
20% de la población de nacidos vivos.
Transición Demográfica
Primera enunciación de la teoría: demógrafo estadounidense Warren Thompson en el año 1929:
observó cambios en las sociedades industrializadas durante los últimos doscientos años
en las tasas de natalidad y de mortalidad
expuso cuatro fases o estadios de la transición demográfica de pasaje demográfico de
una sociedad preindustrial a una sociedad plenamente postindustrial
Esta teoría refleja la existencia de un desfase notorio entre:
disminución de la mortalidad como consecuencia de la urbanización y mejora del nivel
de vida por el desarrollo de la tecnología (alimentación, industria, condiciones sanitarias,
transporte, medicina, etc.)
disminución de la natalidad, como consecuencia de varios fenómenos asociados a los
anteriores (urbanización e industrialización acelerada, aumento de la escolaridad,
especialmente del sexo femenino, proceso de liberación femenina, etc.)
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Pero ese esquema no se repite exactamente igual en todos los países. La velocidad de los
cambios difiere de un país a otro provocando así grandes disparidades con importantes
repercusiones en la distribución de las rentas.
En los países europeos, los avances en la medicina se han estado introduciendo paulatinamente
durante los últimos doscientos cincuenta años. Los cambios culturales y en la mentalidad
evolucionaron de forma paralela, permitiendo un descenso acompasado de la tasa de natalidad.
1ra. Etapa
Caracterizada por altas tasas de
natalidad y, sobre todo, de mortalidad,
lo que determina un crecimiento
sumam ente lento de la población.
Máximo crecimiento Esta situación se da en las áreas
poblacional menos desarrolladas del mundo, como
es el caso de la Europa anterior a la
Revolución Industrial.
2da. Etapa
El hecho saliente es el descenso de la
mortalidad, con mantenimiento de las
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tasas de natalidad. Esta situación produce un aumento del crecimiento poblacional -por ej.:
Inglaterra y Gales alrededor de 1800-
3ra. Etapa
Caracterizada por el descenso de las tasas de natalidad, lo que produce una rápida desaceleración
del crecimiento poblacional observado en la etapa anterior. Las tasas de mortalidad se han
estabilizado en niveles bajos.
4ta. Etapa
Tanto la natalidad como la mortalidad continúan situadas en niveles bajos, siendo la primera la que
marca las tendencias futuras. El crecimiento poblacional vuelve a ser bajo, como en la primera
etapa. Caracteriza a los países industrializados. En esta etapa la población evoluciona hacia el
envejecimiento.
Etapas de Transición Demográfica
Etapas Denominación Mortalidad Natalidad Crecimiento vegetativo
Pretransicional, alta
1 Alta Alta Bajo
estacionaria o antiguo régimen
Elevado (Boom.
2 Expansión inicial Baja notoria Alta Explosión, Revolución
demográfica)
3 Expansión tardía Baja Baja Disminución del ritmo +
Postransicional o de equilibrio
4 Estabilización Estabilización Ritmo + muy lento
bajo
El epidemiólogo egipcio Abdel Omran en 1971, relaciona las etapas de la transición demográfica
con la transición epidemiológica, relacionando la esperanza de vida con la tasa global de
fecundidad resultando las siguientes tres etapas:
Como ocurre en la mayoría de los países de la región, se registra en Argentina una alta
heterogeneidad regional. Por ejemplo, la población menor de 15 años en Capital Federal es casi la
mitad de la que representa la misma faja de edad en las provincias más desfavorecidas como
Formosa.
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Ejercicios Propuestos:
2) ¿Cómo diferenciaría a los países del cuadro que sigue en cuanto a las 4 etapas de la teoría
de transición demográfica? Dado que los datos encontrados inmediatamente no
concuerdan exactamente con los que caracterizan a cada etapa de transición, cosa que
reproduce la situación que frecuentemente sucede en la búsqueda de datos, tenemos que
apelar a argumentos que permitan una calificación, al menos provisoria
Bibliografía:
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