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LAS II
OBLIGACIONES
EL CONTRATO
41. Pauta. El contrato es, sin duda, la más importante de todas las
fuentes de obligaciones, tanto, que el propio epígrafe del Libro IV del
Código es “De las obligaciones en general y de los contratos”, y que
toda la teoría de los derechos personales la haya tratado don Andrés
Bello a propósito de ellos.
Para el estudio de esta materia destinaremos una sección a la defi-
nición y elementos, otra a la clasificación, la tercera a la interpretación,
las siguientes a los efectos y la última a la disolución del contrato.
Sección Primera
58
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
26
RDJ, T. 32, sec. 1a, pág. 43.
27
Para quienes contrato y convención es lo mismo, “el contrato es el acuerdo de
dos o más partes para constituir, regular o extinguir entre sí una relación jurídica patri-
monial” (Art. 1321 del C. italiano), y puede ser de tres clases: constitutivo, modificatorio
y extintivo, clasificación que entre nosotros corresponde a la convención. En cuanto a
la patrimonialidad que le señala al contrato, véanse Nos 26 y 51.
59
LAS OBLIGACIONES
28
Sobre esta materia véase Vodanovic, ob. cit., Vol. I, págs. 367 y sigtes.; Claro Solar,
ob. cit., Vol. 11, págs. 7 y siguientes.
29
Por vía de ejemplo, RDJ, T. 34, sec. 2a, pág. 28.
60
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
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Antes el art. 1447 incluía entre los incapaces relativos a la mujer casada bajo
el régimen de sociedad conyugal, lo que fue derogado por la Ley Nº 18.802, de 9 de
junio de 1989.
Tambien se refería al “sordomudo que no puede darse a entender por escrito”.
La Ley Nº 19.904, de 3 de octubre de 2003, reemplazó la frase por la que se cita en el
texto.
61
LAS OBLIGACIONES
48. II. Los elementos propios de cada contrato. Clasificación. El Art. 1444
hace una clasificación, inspirada en Pothier, de los elementos que cons-
tituyen cada tipo de contrato, diciendo que “se distinguen en cada
contrato las cosas que son de su esencia, las que son de su naturaleza,
y las puramente accidentales”.
Los elementos que constituyen requisitos del contrato son los esen-
ciales, pues sin ellos el contrato no produce efecto alguno o degenera
en otro diferente. El mismo precepto señala un ejemplo: la cosa y el
precio en la compraventa, y así, si no hay precio, habrá donación, si
concurren los elementos esenciales propios de este último contrato.
Las cosas de la naturaleza y accidentales, o sea que no son esenciales
en el contrato, pueden faltar en él sin que por ello se vea afectado éste
en su validez y eficacia.
Las cosas de la naturaleza, según la disposición, son las que no sien-
do esenciales en el contrato se entienden pertenecerle sin necesidad
de una cláusula especial, como por ejemplo la obligación que tiene el
vendedor de sanear la evicción en la compraventa. Las partes pueden
modificar esta obligación, pero si nada dicen, rigen las normas suple-
torias dadas por el legislador para establecerlas.
Finalmente, son elementos accidentales en un contrato los que ni
esencial ni naturalmente le pertenecen, y que se agregan por medio
de cláusulas especiales. Esto es, requieren una manifestación expresa
de voluntad, como por ejemplo ocurre por regla general en las moda-
lidades (Nº 452): condición, plazo, etc.
31
Por vía de ejemplo, fallo publicado en la RDJ, T. 52, sec. 1a, pág. 243.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
32
Véase al respecto en G.J. Nº 282, pág. 20, un estudio de Ruperto Pinochet Olave
intitulado “Las anacrónicas estructuras del derecho de contratos chilenos”.
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33
Véase La Filiación y sus Efectos. En todo caso el Art. 45 de la Ley de Adopción
mantuvo los efectos de las adopciones anteriores y permitió acogerse a los de la ley actual
mediante un pacto de adopción, para el cual vale lo que se dice en el texto.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
34
En nuestro país critican esta clasificación Enrique Silva Cimma, Derecho Adminis-
trativo Chileno y Comparado, T. 2º, pág. 181, y Patricio Aylwin Azócar, Derecho Administra-
tivo, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1952, pág. 258. Últimamente la doctrina y la
jurisprudencia rara vez la citan.
35
Así se ha fallado: RDJ, T. 30, sec. 1a, pág. 161, y T. 32, sec. 1a, pág. 161.
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36
Messineo, ob. cit., tomo IV, pág. 435, Nº 3.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
37
F.M. Nº 412, sent. 4, pág. 15; Nº 433, sent. 7, pág. 957; Nº 438, sent. 15, pág. 407
y Nº 440, sent. 10, pág. 748.
38
RDJ, T. 48, sec. 1ª, pág. 314.
39
RDJ, T. 44, sec. 1ª, pág. 513.
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40
G.J. Nº 127, sent. 5ª, pág. 23.
41
RDJ, T. 82, sec. 2ª, pág. 64.
42
F.M. Nº 396, sent. 14, pág. 663; RDJ, T. 86, sec. 5ª, pág. 206. Antes de la Cons-
titución de 1980, ya se había declarado lo mismo en RDJ, T. 68, sec. 1ª, pág. 212. La
Corte de Santiago, en fallo publicado en G.J. Nº 150, sent. 7ª, pág. 58, dejó sin efecto
la facultad de la municipalidad para imponer multas por la infracción del contrato,
debiendo recurrirse al órgano judicial respectivo.
43
G.J. Nº 302, pág. 39. Se ha resuelto que la Contraloría no puede pronunciarse
sobre incumplimiento de contrato de concesión porque es litigioso: Revista L. & S.
Nº 26, pág. 133.
44
G.J. Nº 284, pág. 33.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
45
G.J. Nº 238, pág. 35.
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LAS OBLIGACIONES
54. E. Los contratos leyes. Para terminar esta parte, diremos algunas
palabras sobre lo que se ha dado en llamar contratos leyes, concepto
sumamente discutido y discutible, en que van envueltos no sólo criterios
jurídicos, sino problemas políticos y económicos; entre nosotros es una
construcción netamente jurisprudencial.
Derivaron de la alta inestabilidad legislativa que existió en nuestro
país, en que habitualmente se derogaban, modificaban, dictaban y al-
teraban las leyes que establecen las condiciones en que desenvuelven
sus actividades los particulares. Por otro lado, el Estado puede estar
interesado en el desarrollo de una determinada actividad y atraer hacia
ella la inversión privada, pero se encuentra con la desconfianza gene-
ral hacia las franquicias otorgadas mediante la ley, por la razón antes
apuntada. En tales circunstancias, asegura el Estado la mantención de
las franquicias mediante un acuerdo con el particular, que somete a
aprobación legislativa, o que cuenta con ella en forma general.
Por ello se les ha definido como los acuerdos, convenios o con-
venciones legales que tienen por objeto garantizar por el Estado el
otorgamiento de franquicias a terceros con los cuales conviene en la
ejecución de actos de interés general.
Pero posteriormente el Estado cambia de opinión y pretende derogar
unilateralmente las franquicias concedidas. Frente a esta tentativa, la
Corte Suprema, bajo la vigencia de la Constitución de 1925, construyó
la tesis de la existencia de los contratos leyes que otorgarían al particular
un derecho adquirido, de propiedad, y, en consecuencia, la revocación
unilateral por ley de las franquicias concedidas habría importado una
violación del Art. 10, Nº 10 de dicha Constitución (Nº 104).46
46
Véase Repertorio, tomo V, 3a edición, pág. 229, Nos 20 y sigtes. y además, por
vía de ejemplo, RDJ, T. 61, sec. 1a, págs. 60 y 70; T. 62, sec. 1a, pág. 122, y T. 63, sec. 1a,
pág. 353, en que se publica el comentario del profesor Eduardo Novoa. Esta última,
como muchas otras de las citadas, recayó en el bullado problema de los llamados “bo-
nos dólares” que el Gobierno emitió en virtud de la facultad que le concedió la ley
Nº 14.171, de 26 de octubre de 1960, y a los cuales se pretendió someter al impuesto
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
a la renta por ley Nº 15.575, Art. 131; en reiterados fallos la Corte Suprema declaró la
inconstitucionalidad de este último precepto.
Véase, por fin, la sentencia publicada, en la RDJ, T. 65, sec. 1a, pág. 400, en que la Corte
Suprema hace hincapié en el argumento de moral pública envuelto en los “contratos
leyes”. Reconoce, además, que no son de derecho privado ni contratos, y sólo deben
calificarse de tales si la ley expresamente les otorga semejante denominación.
47
Véase nota 62 de este primer tomo.
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LAS OBLIGACIONES
Sección Segunda
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS
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Posteriormente, la ley Nº 17.284, de 23 de enero de 1970, modificó la Consti-
tución del año 1925, aceptando la delegación legislativa al Presidente de la República.
Ello no desmerece el argumento del texto, pues durante 45 años los D.F.L. se dictaron
al margen de la Constitución.
La Carta Fundamental vigente también contempla la delegación de facultades
legislativas (Art. 61).
49
G.J. Nº 279, pág. 127. La sentencia, sin embargo, declaró que el contrato ley no
impedía el acto impugnado, que era la imposición de un encaje a los créditos asociados
a la inversión extranjera garantizada en el contrato ley correspondiente.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Párrafo 1º
Contratos uni y bilaterales
56. Concepto. Esta clasificación de los contratos atiende a su contenido,
o sea, a los derechos y obligaciones que generan. Si resulta obligada una
sola de las partes, el contrato es unilateral; si ambas, es bilateral.50
Así lo señala el Art. 1439: “El contrato es unilateral cuando una de
las partes se obliga para con otra que no contrae obligación alguna; y
bilateral, cuando las partes contratantes se obligan recíprocamente”.
Respecto de esta clasificación conviene tener presentes tres cosas:
1º. Que no debe confundirse con la clasificación del acto jurídico
en uni y bilateral; en el acto unilateral interviene una sola voluntad; el
contrato uni o bilateral, como contrato que es, es siempre convención o
acto jurídico bilateral, pues supone acuerdo de voluntades;
2º. Que la clasificación no atiende al número de obligaciones que
nacen, sino a las partes que resultan obligadas. Y así en el mutuo con
interés nacen dos obligaciones: una, la principal, restituir la cantidad
recibida en mutuo, y la otra, accesoria, de pagar los intereses, pero ambas
a cargo de una misma parte: el mutuario, que es el único deudor, y
3º. Que tampoco tiene importancia el número de personas que
resultan obligadas, sino si quedan obligadas ambas partes o una de
ellas. En efecto, no olvidemos que de acuerdo al Art. 1438, en el con-
trato “cada parte puede ser una o muchas personas”, y así si se da en
50
El Código italiano ha reemplazado esta denominación por la de contratos con
prestaciones recíprocas y para una sola de las partes (Arts. 1453, 1467, etc.).
73
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mutuo una cierta suma a tres personas conjuntamente, las tres quedan
obligadas por el contrato, pero éste sigue siendo unilateral, pues las
tres representan una misma parte: el mutuario.
Examinaremos sucesivamente la noción de contrato unilateral,
del bilateral y del llamado sinalagmático imperfecto, para enseguida
destacar la importancia de la clasificación, terminando con algunas
nociones sobre el llamado contrato plurilateral.
51
Respecto de la uni o bilateralidad del mandato, véase David Stitchkin B., El Mandato
Civil, Nº 80, pág. 184, Editorial Jurídica de Chile, 2a edición, 1965.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
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Párrafo 2º
Contratos gratuitos y onerosos
52
Entre nosotros, en cambio, la jurisprudencia suele reconocer a los socios cumpli-
dores un derecho a la resolución ipso facto de la sociedad, por aplicación del Art. 2101;
G.T. de 1877, Nº 663, pág. 322; de 1908, T. 1º, Nº 126, pág. 199 y de 1920, 1er sem. Nº 134,
pág. 600. Véase Nº 530 bis.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
53
Para la donación, véase nuestro Derecho Sucesorio, basado en las clases del profe-
sor don Manuel Somarriva Undurraga, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2005, 7ª
edición, T. II, págs. 691 y sgtes.
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54
Se ha discutido el carácter aleatorio del seguro para la compañía aseguradora,
pues en virtud de los cálculos actuariales, el conjunto de sus operaciones siempre le
reporta beneficios. Pero cada póliza de seguro que contrata es evidentemente aleatoria,
pues corre el riesgo señalado en el ejemplo del texto.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Párrafo 3º
Contratos consensuales, reales y solemnes
66. Concepto. El Art. 1443 del Código define: “el contrato es real cuando,
para que sea perfecto, es necesaria la tradición de la cosa a que se refiere;
es solemne, cuando está sujeto a la observancia de ciertas formalidades
especiales, de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil; y es
consensual, cuando se perfecciona por el solo consentimiento”.
Esta clasificación atiende a la forma en que se perfecciona el con-
trato, y no como pudiera pensarse a la mayor o menor importancia del
consentimiento. Todo contrato lo necesita, según ya quedó suficien-
temente demostrado, pero en algunos de ellos, y por eso se llaman
consensuales, basta el consentimiento para su existencia, y en otros
en cambio, la ley exige, además, alguna formalidad; si la formalidad
exigida por la ley para que se perfeccione el contrato es la entrega de
una cosa, nos encontramos ante un contrato real.
El estudio de esta materia lo haremos a través de los siguientes
aspectos: desarrollo del consensualismo y formalismo; los contratos
solemnes, los contratos reales y la decadencia de este tipo de contratos,
e importancia de la clasificación.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
55
Véase Rep. Código Civil, 3ª edición, 1997, tomo V, pág. 29, Nº 2, y RDJ, T. 66,
sec. 1ª, pág. 35 y sec. 2ª, pág. 18.
56
Antes era el Art. 255, y fue trasladado para la Ley de Filiación Nº 19.585.
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57
Véanse al respecto fallos publicados en la RDJ, T. 25, sec. 1a, pág. 65 y T. 30,
sec. 1a, pág. 362. El Código italiano por su parte contiene una fórmula general para
las formalidades convencionales en el Art. 1352 y presume que ellas han sido queridas
para la validez del contrato.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
69. III. Los contratos reales. Decadencia actual. Según el Art. 1443, el
contrato real es el que se perfecciona por la tradición de la cosa a que
se refiere.
En realidad, el precepto comete una impropiedad en el uso de
los términos, pues la tradición es un modo de adquirir el dominio, y
no en todos los contratos reales hay transferencia de él. Antes por el
contrario, ello sólo ocurre por excepción, pues la regla general en los
contratos reales es que quien recibe la cosa quede como mero tenedor
de ella, con la obligación de restituirla, y no como dueño ni poseedor.
Así, el depositario, el comodatario, el acreedor prendario, etc., son
meros tenedores, pues reconocen el dominio ajeno, y por excepción,
en el mutuo sí que hay tradición, porque el mutuario se hace dueño
87
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58
Sobre contratos reales, véase F. José Osuna Gómez, Del Contrato Real y de la
Promesa de Contrato Real, con prólogo de don Arturo Alessandri Rodríguez, Editorial
Nascimento, Santiago, 1947.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Párrafo 4º
Contratos principales y accesorios
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59
Sobre cauciones véase Manuel Somarriva Undurraga, Tratado de las Cauciones,
Contable Chilena Ltda. Editores, Santiago, 1981, 2a edición.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
60
Sobre la cláusula penal como caución, véase el Nº 907, pero adelantemos que si
la constituye el propio deudor, la garantía es meramente psicológica: que éste tratará
de evitarla cumpliendo.
61
Así se ha fallado: RDJ, T. 90, sec. 1ª, pág. 43.
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Párrafo 5º
Clasificaciones doctrinarias de los contratos
62
Contrato de Promesa, ob. cit. Véase también el completísimo estudio de Fernan-
do Fueyo L., Derecho Civil, tomo V, “Los contratos en particular y demás fuentes de las
obligaciones”, volumen II, Contratos preparatorios, Universo, Santiago, 1963.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
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F.M. Nº 402, sent. 7ª, pág. 213.
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sus estipulaciones, pero hoy en día, más que antes, ello ha dejado de ser
verdad, porque no hay duda que existe una gran diferencia cuando un
simple particular contrata con esos verdaderos gigantes de la economía
que son las empresas multinacionales, hoy difundidas por todo el planeta
en el proceso llamado de globalización. De ahí deriva una defensa jurídica
de los menos poderosos, y que restringe la libertad de contratar.
Una vía son los procesos antimonopólicos consagrados entre no-
sotros desde hace varias décadas en la llamada “Ley Antimonopolios”
o de “Defensa de la Libre Competencia”, D.L. Nº 211, del año 1973,
cuyo texto refundido está contenido en el D.S. Nº 511, del Ministerio
de Economía, Fomento y Reconstrucción, de 17 de septiembre de 1980,
y publicado en el Diario Oficial del 27 de octubre del mismo año, mo-
dificado por la Ley Nº 19.911, de 14 de noviembre de 2003, que creó
el Tribunal de la Libre Competencia.
La otra vertiente protectora directa está contenida en la Ley de
Protección del Consumidor Nº 19.496, de 7 de marzo de 1997, modifi-
cada por la Ley Nº 19.955, de 14 de julio de 2004. Esta ley tiene amplios
antecedentes desde la década del 30, en que se creó un organismo regu-
lador en beneficio del consumidor, que ha tomado distintos nombres,
Comisariato de Subsistencia y Precios, Dirección de Industrias y Comercio
(Dirinco), y hoy Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).
En un afán de liberalización económica, en la década del 80 se
dictó la Ley Nº 18.223, de Protección al Consumidor, que derogó el
D.L. Nº 280 de 1974, y el D.S. Nº 1.379, de 21 de octubre de 1966, del
mismo Ministerio ya citado y que contenía las últimas normas que regla-
mentaban directamente las medidas de protección del público frente
a su proveedor. Dicha ley sancionaba diversas actividades y los proce-
dimientos a que daban lugar estas infracciones fueron de competencia
de los Juzgados de Policía Local. Esta ley incipiente no se introdujo
directamente en los contratos, lo que sí hizo la actualmente vigente,
Nº 19.496, que derogó a la anterior. Esta ley interviene en los contratos
mismos, recogiendo la tendencia universal del legislador, de la doctrina
y de la jurisprudencia contemporáneas en torno a la materia.
Entre nosotros se ha preocupado del tema el profesor Jorge López
Santa María.64
64
Véase Jorge López Santa María, “Condiciones generales de la contratación y
cláusulas abusivas”, en Cuaderno Jurídico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Viña del
Mar, Nº 4, abril de 1996.
Respecto de la Ley de Protección al Consumidor, véase Manual de Derecho de Protección
al Consumidor, de Hernán Menanteau Horta, Ediciones Congreso, año 2000.
Podemos citar las siguientes sentencias que aplican esta legislación:
1. De la C.A. de Santiago, 14 de abril de 2004, publicada en la G.J. Nº 286, pág. 91:
los servicios educacionales quedan sujetos a la Ley del Consumidor;
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
65
El fallo se publica en la G.J. Nº 301, pág. 155, sentencia Nº 7.
95
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
es, un exceso del contratante poderoso, que por esta última calidad,
las impone a su contraparte.
El Art. 17 es el que establece que los contratos de adhesión relativos a
las actividades regidas por la Ley N° 19.496, deberán estar escritos de modo
legible y en idioma castellano, salvo las palabras de otro idioma que el uso
haya incorporado al léxico y salvo que el consumidor lo acepte expresamente
con los requisitos que el precepto establece. Este agrega que en los contratos
impresos en formularios prevalecerán las cláusulas que se agreguen por
sobre las del formulario cuando sean incompatibles entre sí. Es esta una
regla de interpretación complementaria a la del Código Civil.
El Art. 16 letra d) sanciona aquellas cláusulas que inviertan la carga
de la prueba en perjuicio del consumidor (véase Nº 864.4º) y en su letra
e) aquellos que contengan limitaciones absolutas de responsabilidad
frente al consumidor que puedan privar a éste de su derecho a resarci-
miento frente a deficiencias que afecten la utilidad o finalidad esencial
del producto o servicio, o letra c), pongan de cargo del consumidor
los efectos de deficiencias, omisiones o errores administrativos, cuando
ellos no le sean imputables.
En general, la sanción a la infracción del Art. 17 es que las cláusulas
que infringen sus disposiciones son inoponibles al consumidor, mien-
tras que en el Art. 16 no producirán efecto alguno las cláusulas sobre
estipulaciones que infrinjan sus prohibiciones.
Como en nuestra legislación no se aplica la inexistencia, concluía-
mos, con la sola Ley Nº 19.496, que la sanción es la nulidad absoluta
por infringir prohibiciones legales, pero únicamente de la cláusula,
salvo en el caso de la letra f), que se refiere a los contratos que “incluyan
espacios en blanco, que no hayan sido llenados o inutilizados antes de
que se suscriba el contrato”, en que afectará a todo éste. Así lo confir-
mó la modificación de la Ley Nº 19.955, agregando otras razones que
pueden llevar a anular el contrato.
El inciso penúltimo del Art. 16 señala que si en el contrato de adhe-
sión hay árbitro o árbitros designados, el consumidor podrá recusarlos
sin expresar causa y solicitar que se nombre otro por el juez letrado
competente, todo ello, dice la ley, conforme a las reglas del C.O.T., lo
cual deberá ser informado al consumidor o usuario.
Dado que interviene la justicia ordinaria y sus procedimientos, la
disposición sólo podrá operar en contratos de importancia y difícil-
mente en los que la tengan menor, porque además la norma origina
bastantes dudas de redacción. El actual artículo 168 aplica el mismo
procedimiento del Título IV de la Ley del Consumidor.
97
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
99
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100
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
66
Según fallo publicado en L. & S. Nº 29, pág. 138, corresponde al juez de Po-
licía Local conocer de un juicio indemnizatorio por infracción de los preceptos de la
copropiedad inmobiliaria.
101
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67
G.J. Nº 128, sent. 2ª, pág. 78.
102
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
68
Fallos publicados en la RDJ, T. 21, sec. 1a, pág. 391 y T. 44, sec. 1a, pág. 450.
La Corte Suprema, en fallo del 9 de agosto de 1988, publicado en la RDJ, T. 85,
sec. 5ª, pág. 143, resolvió que el contrato innominado está amparado por el Art. 1545,
y no puede ser revocado unilateralmente.
69
Fallo publicado en la G.T. de 1916, 1er sem., Nº 249, pág. 754.
70
En la ley Nº 17.336 de 2 de octubre de 1970 sobre Propiedad Intelectual, se re-
glamentan la edición, representación y otros contratos relacionados con la propiedad
intelectual, con lo que dejan de ser innominados. Es lo que ocurre normalmente con
ellos: si se hacen frecuentes, se incorporan a la categoría de nominados.
71
Fallo publicado en la RDJ, T. 61, sec. 1a, pág. 48.
72
Fallo publicado en la RDJ, T. 21, sec. 1a, pág. 391. Nuestro legislador a diferencia
de los Códigos francés, italiano, etc., no reglamentó la enfiteusis, que es como un arren-
damiento con ciertas características especiales, plazos extensos y conferir en algunas
legislaciones un derecho real. La sentencia citada expresó que no había inconveniente,
no obstante la omisión del Código chileno, de aceptar este contrato. Naturalmente que las
partes no podrán darle la categoría de derecho real, pues ella sólo la establece la ley.
73
Corte de Valparaíso, 6 de agosto de 1929, Jurisprudencia al Día de 1929, pág. 464,
citada por Rep., tomo IV, Nº 6.
74
Publicado en RDJ, T. 7, sec. 1a, pág. 5. La verdad es que había envuelto en este caso
un problema de pacto sobre sucesión futura, que como sabemos prohíbe el Art. 1463.
103
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75
Publicado en RDJ, T. 40, sec. 2a, pág. 77.
76
El Código italiano, siempre preocupado, como habrá podido apreciarse, de reco-
ger las opiniones doctrinales, los acepta siempre que vayan dirigidos a realizar intereses
merecedores de tutela, según el ordenamiento jurídico (Art. 1322, inc. 2º).
77
En tal sentido RDJ, T. 29, sec. 1a, pág. 167. En contra, misma RDJ, T. 21, sec. 1a,
pág. 391.
104
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
78
Sobre esta figura de tan gran interés práctico, véase Arturo Alessandri Rodríguez,
“La autocontratación”, RDJ, T. 28, 1a parte, págs. 1 y sigtes.; David Stitchkin Branover, El
Mandato Civil, 2a edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1965, pág. 428, Nº 140;
Jossef Hupka, La representación voluntaria en los negocios jurídicos, Madrid, 1930, págs. 246
y sigtes., Messineo, ob. cit., T. IV, pág. 438, Nº 7.
Véase también Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, tomo V del Código
Civil, 3ª edición, 1997, pág. 16, fallo Nº 4 de la Corte de Temuco, de 29 de abril de 1986,
y una nota al pie de página en que se cita la definición de don Jorge López Santa María
en su libro Los contratos. Parte General, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1986, Nº 37,
pág. 52, que dice que el autocontrato es “el acto jurídico que una persona celebra consigo
misma, sin que sea menester la concurrencia de otra y en el cual ella actúa a la vez, ya sea
como parte directa y como representante de la otra parte; ya sea como representante de
ambas partes, ya sea como titular de dos patrimonios (o de dos fracciones de un mismo
patrimonio) sometidos a regímenes jurídicos diferentes”.
El fallo declaró válida la autocontratación en virtud del principio de la autonomía
de la voluntad, rechazándolo sin embargo en materia judicial, en sentencia publicada
en la RDJ, T. 78, sec. 2ª, pág. 114.
105
LAS OBLIGACIONES
106
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
79
Véase Stitchkin, ob. cit., Nos 197 y sigtes., págs. 549 y sigtes.
107
LAS OBLIGACIONES
80
Véase al respecto nuestro Contrato de Promesa, Ediar Editores Ltda., Santiago,
1983, Nº 23, pág. 35, y también Ricardo Sandoval López, Nuevas Operaciones Mercantiles,
Editorial Jurídica Conosur Ltda., Santiago de Chile, 1992.
108
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
81
Véase Fernando Fueyo, Los contratos de colaboración empresarial, Editorial Jurídica
de Chile, 1991; Francisco Javier Velásquez, El Contrato de Joint Venture, Editorial Conosur;
Sergio Le Pera, Joint Venture y Sociedad, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma,
Buenos Aires, 1989.
82
Sergio Le Pera, ob. cit., pág. 70.
109
LAS OBLIGACIONES
83
Véase Ricardo Sandoval López, ob. cit., págs. 3 y sgtes., y la bibliografía por él
citada.
Sobre arrendamiento con opción de compraventa en fallo publicado en la G.J.
Nº 237, pág. 65, se resolvió que no procede la citación de evicción mientras no se efec-
túe la compraventa.
Un caso de arriendo y promesa de inmuebles con cláusula penal se falló por la
C.A. de Santiago, y fue publicado en la G.J. Nº 301, pág. 175.
En otro, publicado en L. & S. Nº 35, se declaró que el leasing es financiero, y en con-
secuencia, es una obligación de dinero (C.A. de Santiago de 26 de enero de 2007).
Véase en notas 295 y 417 del segundo tomo, otras sentencias sobre leasing, que
inciden en algunas estipulaciones consideradas excesivas por los tribunales en materia
de cláusula de irresponsabilidad y cláusula penal.
84
Las cuotas a plazo del contrato de leasing constituyen gastos y cuando el bien
se adquiere, si es que se utiliza la opción respectiva, se activa contablemente con la
última cuota.
85
Así define esta operación la Circular Nº 239, de 9 de septiembre de 1988, de la
Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.
110
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
86
Véase Ricardo Sandoval López, ob. cit., y la bibliografía por él señalada.
Un dictamen de Contraloría de 17 de junio de 2003, se refiere a un contrato de
factoring de un organismo público, sosteniendo que requiere ley que lo autorice: G.J.
Nº 276, pág. 336.
87
Un fallo sobre factoring y cesión de créditos en L. & S. Nº 3, pág. 65 (C.A. de
Santiago 17 de octubre de 2005).
111
LAS OBLIGACIONES
88
Véanse estos tipos de contrato en Ricardo Sandoval López, ob. cit., págs. 99, 107
y 157, respectivamente.
112
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
113
LAS OBLIGACIONES
gado por su emisor y que será utilizado por dicho titular o usuario en
la adquisición de bienes o en el pago de servicios vendidos o prestados
por las entidades afiliadas con el correspondiente emisor u operador,
en virtud de convenios colectivos celebrados con éstas que importen
aceptar el citado instrumento como medio de pago, y asume la respon-
sabilidad de pagar las adquisiciones de bienes o servicios que efectúen
sus titulares o usuarios en las entidades afiliadas”.
El Nº II enumera quienes pueden emitir u operar tarjetas de crédito:
las empresas bancarias y sociedades financieras establecidas en el país, las
cooperativas de ahorro y crédito fiscalizadas por dicha Superintendencia,
y que cuenten con un patrimonio pagado igual o superior a 400.000 UF,
y las sociedades anónimas o de responsabilidad limitada, constituidas
en el país, que cumplan los requisitos establecidos en el acuerdo. El
Nº V reglamenta la utilización de las tarjetas internacionales.
La Superintendencia emitió una Circular sobre tarjetas de crédito,
con fecha 28 de abril de 2006, que tiene gran interés.
Se han producido fallos en materia de tarjetas de crédito, y es así
que se rechazó el reclamo de un usuario que dio aviso tardío de extravío
de su tarjeta.89
En otro caso se declaró que no hay perjuicios para el dueño de una
tarjeta, si ella fue bloqueada.90
Un análisis de los contratos envueltos en la operación para final-
mente aplicarles a las empresas proveedoras la Ley del Consumidor,
en fallo de la C.A. de Santiago de 14 de octubre de 2005. Se trataba de
una tarjeta robada, y que fue aceptada por el vendedor y cobrada por
la emisora de la tarjeta con negligencia.91
89
G.J. Nº 280, pág. 47.
90
L. & S. Nº 19, pág. 159, C.A. de Santiago de 19 de mayo de 2006.
91
L. & S. Nº 3, pág. 104.
114
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Sección Tercera
INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO
88. Concepto y reglamentación. El Código se refiere a la interpre-
tación del contrato en el Título XIII del Libro IV, Arts. 1560 a 1566,
inclusive.
Es una materia de enorme importancia práctica, como lo confirma
la nutrida jurisprudencia existente al respecto.92
Porque puede ocurrir que las cláusulas del contrato se redacten en
forma ambigua o poco clara, o no contemplen determinadas situaciones
que se presenten, y, en general, que las partes discrepen en cuanto al
sentido que debe dárseles.
En todos estos casos será preciso interpretar el contrato, o sea, fijar
el alcance exacto de sus diferentes estipulaciones, y complementarlo
con las disposiciones legales que le corresponden.
Para estudiar esta materia la dividiremos en los siguientes aspectos:
1º. Los sistemas de interpretación en las legislaciones; 2º. El sistema
de la ley chilena; 3º. Operaciones que comprende la interpretación, y
4º. La interpretación del contrato y el recurso de casación en el fondo.
92
Véase Repertorio C.C., Tomo V, 3ª edición, págs. 390 y sgtes.; Jorge López Santa
María, Interpretación y calificación de los contratos frente al recurso de casación en el fondo en
materia civil. M. de P., Santiago, 1966, Editorial Jurídica de Chile, y Carlos Rojas Blanco,
Estudio Crítico de la Jurisprudencia del Art. 1560 del C. Civil. M. de P., Santiago, 1962.
115
LAS OBLIGACIONES
93
Como se dirá en el texto, prácticamente la diferencia entre las dos doctrinas
consiste en la preferencia que ellas dan a los elementos en que están inspiradas; en
consecuencia, en Alemania sólo se llega por último extremo a la voluntad de las partes
no declarada, esto es, cuando el contrato no es claro. En el otro sistema, igualmente
se buscará esta intención si el contrato no es claro, pero si ella se prueba primará aun
sobre la letra perfectamente comprensible de las estipulaciones. Es, pues, sólo una dis-
tinción de grado, que también se manifiesta en otros problemas en que aparentemente
son irreconciliables en las dos doctrinas: simulación, contraescrituras, error, reserva
mental, etc.
94
Así se ha fallado. Por vía de ejemplo, RDJ, T. 52, sec. 1a, pág. 60 y T. 58, sec. 2a,
pág. 21.
116
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
95
Por vía de ejemplo, G.T. de 1888, T. II, Nº 2.872, pág. 929; RDJ., Ts. 34, sec. 1a,
pág. 521; 52, sec. 1a, pág. 120, y 53, sec. 1a, pág. 217. Corte Suprema, de 25 de enero de
2007. L. & S. Nº 34, pág. 32.
96
Por vía de ejemplo, fallos publicados en la RDJ, Ts. 5, sec. 1ª, pág. 39; 9, sec. 2ª,
pág. 49; 23, sec. 1ª, pág. 33; 21, sec. 1ª, pág. 179, y 61, sec. 1ª, pág. 444. Sostiene la tesis
contraria, pero sólo como argumento para reafirmar su interpretación del contrato,
fallo publicado en la misma revista, T. 46, sec. 1ª, pág. 459.
Ver también fallos publicados en la RDJ, T. 75, sec. 1ª, pág. 174, y T. 86, sec. 3ª,
pág. 310. Este último recayó en un juicio del trabajo y determinó que la calificación del
contrato es facultad judicial y no administrativa.
Esto ha dado lugar a una nutrida jurisprudencia en recursos de protección y reclamos
contra la Dirección del Trabajo, en que los tribunales han reiterado esta doctrina.
117
LAS OBLIGACIONES
97
Aplicando este precepto se ha resuelto que en la venta de un establecimiento
de comercio se incluye su nombre, si no se prohíbe expresamente usarlo. G.T. de 1875,
Nº 1.283, pág. 575.
98
Por ello se ha resuelto, especialmente para la norma del Art. 1562, que no se le
aplica si el contrato es claro y preciso. Fallos publicados en la RDJ, Ts. 18, sec. 1a, pág. 97;
30, sec. 1a, pág. 130, y 34, sec. 1a, pág. 515.
118
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
99
RDJ, Ts. 19, sec. 1a, pág. 273; 42, sec. 1a, pág. 507; 46, sec., 1a, pág. 566, y 53,
sec. 1a, pág. 507.
100
Se ha aplicado este precepto en sentencias publicadas en la RDJ, T. 18, sec. 1a,
pág. 267 y G.T. de 1863, Nº 387, pág. 531. En sentencia publicada en la RDJ, T. 20,
sec. 1a, pág. 221, se ha resuelto que el precepto no obsta a una interpretación amplia
del finiquito total que se hayan dado las partes.
101
Se ha aplicado este precepto en sentencias publicadas en la RDJ, T. 18, sec. 1a,
pág. 267 y G.T. de 1863, Nº 387, pág. 531. En sentencia publicada en la RDJ, T. 20,
sec. 1a, pág. 221, se ha resuelto que el precepto no obsta a una interpretación amplia
del finiquito total que se hayan dado las partes.
102
Aplicando este precepto, se ha resuelto que si las partes fijaron en un contrato
residencia especial, señalaron en realidad domicilio especial. Publicada en la RDJ, T. 40,
sec. 1a, pág. 114.
103
Fallo y comentario en RDJ, T. 31, sec. 1a, pág. 178.
119
LAS OBLIGACIONES
104
RDJ, T. 33, sec. 1a, pág. 43. Otros casos de aplicación del Art. 1564 en la mis-
ma RDJ, Ts. 17, sec. 1a, pág. 444; 19, sec. 1a, pág. 273; 29, sec. 1a, pág. 435; 30, sec. 1a,
pág. 130; 33, sec. 1a, pág. 43; 73, sec. 3ª, pág. 101, y 85, sec. 3ª, pág. 183, y G.T. de 1915,
2º sem., Nº 407, pág. 1.053.
105
RDJ, T. 3, sec. 1a, pág. 217.
106
Véase Repertorio, T. V, 3ª edición, pág. 392, Nº 6.
120
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
107
Véanse Repertorio, T. V, 3ª edición, pág. 392, Nos 36 a 40, y RDJ, T. 61, sec. 1ª,
págs. 121 y 258, T. 70, sec. 1ª, pág. 4, y T. 89, sec. 1ª, pág. 115.
108
Véanse Repertorio, T. V, pág. 34, Nº 3 y los siguientes fallos todos de la RDJ,
Ts. 15, sec. 1a, pág. 175; 17, sec. 1a, pág. 323; 18, sec. 1a, pág. 446; 19, sec. 1a, pág. 68; 21,
sec. 1a, pág. 52; 23, sec. 1a, pág. 99; 24, sec. 1a, pág. 678; 28, sec. 1a, pág. 6; 35, sec. 1a,
pág. 292; 51, sec. 1a, pág. 390; 52, sec. 1a, pág. 120; 53, sec. 1a, pág. 112; 54, sec. 1a,
pág. 215; 59, sec. 1a, págs. 275 y 326; 60, sec. 1a, pág. 121; 61, sec. 1a, págs. 121 y 285; 64,
sec. 1a, pág. 255; 70, sec. 1a, pág. 4, etc. Se ha resuelto que, en general, interpretar el
contrato es cuestión de hecho, pero la naturaleza jurídica de estos hechos y los efectos
del contrato son de derecho: F.M. Nº 199, sent. 3ª, pág. 75.
121
LAS OBLIGACIONES
109
Véanse los fallos citados en la nota 158 de este primer tomo.
110
RDJ, Ts. 28, sec. 1a, pág. 6, y 61, sec. 1a, pág. 258.
122
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Sección Cuarta
ENUNCIACIÓN DE LOS EFECTOS DEL CONTRATO
95. Concepto. Efectos del contrato y de la obligación. El Código trata
de los efectos del contrato confundidos con los de la obligación en el
Título XII del Libro IV, Arts. 1545 y siguientes y bajo el epígrafe preci-
samente “Del efecto de las obligaciones”, materia a la cual se refieren
la mayor parte de los preceptos de dicho título, aunque limitados a las
obligaciones contractuales.
Jurídicamente importa no confundir los efectos del contrato con
los de la obligación, pues son cosas diversas.
Los efectos del contrato son justamente el conjunto de derechos y
obligaciones que de él emanan; desde el punto de vista del acreedor, los
efectos de la obligación son el conjunto de derechos de que goza para
obtener su cumplimiento, y desde el punto de vista del deudor, la nece-
sidad jurídica de cumplirla en que se encuentra (Nos 573 y sigtes.).
El error del Código tiene explicación histórica, pues proviene del
francés, que incurrió en igual equivocación por seguir a Pothier.
123
LAS OBLIGACIONES
Sección Quinta
AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD
124
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
111
Por ello se ha resuelto que las partes pueden otorgar todo acto jurídico que
no vaya contra la ley, el orden público y las buenas costumbres, sentencia publicada en
RDJ, T. 32, sec. 2a, pág. 39.
125
LAS OBLIGACIONES
112
RDJ, Ts. 19, sec. 1a, pág. 67, y 29, sec. 1a, pág. 300.
113
Así se ha resuelto: RDJ, T. 52, sec. 1a, pág. 134.
126
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
127
LAS OBLIGACIONES
114
Por vía de ejemplo, sentencias de la RDJ, Ts. 46, sec. 1a, pág. 917; 60, sec. 1a,
pág. 169; 61, sec. 1a, pág. 288, y 66, sec. 1a, pág. 208. En esta última se habla de princi-
pios de “orden social”.
115
Existía un caso típico en nuestra legislación, en el DFL Nº 9 de Reforma Agraria
de 15 de enero de 1968, publicado en el Diario Oficial del 26 del mismo mes, hoy dero-
gado, cuyo art. 14 obligaba al propietario de un predio rústico arrendado a transferirlo
preferentemente al arrendatario, persona natural, si éste se interesaba en adquirirlo; y
en caso de desacuerdo en el precio y forma de pago, ellos eran fijados por el Tribunal
Agrario Provincial que correspondía a la ubicación del predio.
128
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Sección Sexta
LA FUERZA OBLIGATORIA DEL CONTRATO
116
El régimen de participación de gananciales fue establecido por la Ley Nº 19.335,
de 23 de septiembre de 1994, y fue incluido en el Código Civil en su edición refundida,
coordinada y sistematizada publicada en el Diario Oficial de 30 de mayo de 2000, en el
Título XXII-A, Arts. 1792-1 a 1792-27.
129
LAS OBLIGACIONES
117
G.J. Nº 258, pág. 25.
118
RDJ, Ts. 91, sec. 5ª, pág. 71, y 92, sec. 5ª, pág. 15. Se trataba de contratos de Isapres,
sujetos a una legislación especial: la Ley Nº 18.933, de 9 de marzo de 1990, modificada
130
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
por las leyes Nºs 19.381 de 3 de mayo de 1995, y 20.015 de 17 de septiembre de 2005,
cuyos arts. 33 y siguientes limitan la libertad contractual en esta materia.
119
RDJ, Ts. 91, sec. 5ª, pág. 71, y 92, sec. 5ª, pág. 15. Se trataba de contratos de
isapres, sujetos a una legislación especial: la Ley Nº 18.933, de 9 de marzo de 1990,
modificada por la Nº 19.381, de 3 de mayo de 1995, cuyos Arts. 33 y 33 bis limitan la
libertad contractual en esta materia.
120
Un fallo publicado en la RDJ, T. 91, sec. 5ª, pág. 95, aplica este principio de la
ley del contrato al contrato colectivo de trabajo.
131
LAS OBLIGACIONES
121
Un caso fallado, confirmatorio de una jurisprudencia uniforme, fue el de la ley
Nº 16.621 de 1º de marzo de 1967 que permitió a los adquirentes de televisores, cuya com-
pra habían efectuado en una época anterior a esta ley, solicitar la nulidad absoluta de la
obligación de pagar el precio estipulado en la parte que excedía de los márgenes señalados
por la misma ley. La Corte declaró la inaplicabilidad en sentencia de 21 de junio de 1967,
publicada en la RDJ, T. 64, sec. 1a, pág. 198. Un informe en derecho sobre este problema
se publica en ese tomo de la Revista, primera parte, pág. 1, bajo la firma de los profesores
Avelino León Hurtado y Fernando Mujica Bezanilla y favorable a la tesis de la Corte.
Otra sentencia en el mismo sentido se publica en dicha Revista y tomo, sec. 1a, pág.
213, con un informe en derecho del ex Ministro de la Corte Suprema don Pedro Silva
Fernández, publicado en igual tomo y revista, primera parte, pág. 123.
Por último, digamos que esta garantía se ha extendido aun al derecho de uso y
goce del arrendatario: RDJ, T. 61, sec. 1a, pág. 81.
122
Fallo publicado en la RDJ, T. 46, sec. 1a, pág. 283.
123
Sobre la ejecución de los contratos con buena fe, véase el interesante artículo de
Fernando Fueyo, “La ejecución de buena fe de los contratos como uno de los requisitos
del pago”, RDJ, T. 55, parte 1a, pág. 95, y su obra Instituciones de Derecho Civil Moderno,
Editorial Jurídica de Chile, 1990, pág. 171.
132
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
105 bis. La buena fe en el cumplimiento del contrato. (La teoría del acto
propio). Ya hemos citado el Art. 1546 del Código Civil, en el cual el
legislador, después de establecer la fuerza obligatoria del contrato,
asimilándola a la de la ley, agrega que los contratos deben ejecutarse
de buena fe y que obligan, por ende, no sólo a lo que en ello se diga
expresamente, sino que en todas aquellas cosas que emanan precisa-
mente de la naturaleza de la obligación o que por la ley o la costumbre
pertenecen a ella.127
La ejecución de los contratos de buena fe es uno de los meca-
nismos que utiliza el derecho moderno para moralizar las relaciones
jurídicas.
124
RDJ, T. 23, sec. 1a, pág. 423.
125
Véanse el Nº 94 y la nota 156 de este primer tomo.
126
La jurisprudencia lo ha declarado así. Ha dicho en RDJ, T. 77, sec. 1ª, pág. 128,
que el Art. 1545 no le da la categoría de ley al contrato, sino que utilizó esa expresión
para acentuar su fuerza obligatoria y rechazó el recurso de casación en el fondo por no
invocar adecuadamente las disposiciones legales infringidas.
Hoy ya no es indispensable citar el precepto legal violado, pues, como dijimos,
según el Art. 772 Nº 1 del C.P.C., actualmente basta expresar el o los errores de derecho
de que adolece la sentencia recurrida.
Otra sentencia de la misma Corte Suprema, publicada en la G.J. Nº 136, sent. 5ª,
pág. 37, declaró que el recurso de casación puede fundarse en la violación de la ley
del contrato, pero deben mencionarse precisamente las infracciones contractuales
mencionando las normas legales pertinentes que por tal razón resultarían así mismo
violadas.
127
Se ha fallado que la buena fe es cuestión de hecho, por lo que no puede fundarse
un recurso de casación en el fondo en la infracción del Art. 1546: RDJ, T. 70, sec. 1ª,
pág. 3. Véase también RDJ, T. 85, sec. 2ª, pág. 9, y T. 89, sec. 1ª, pág. 46.
133
LAS OBLIGACIONES
128
Fueyo, ob. cit., pág. 307.
134
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
135
LAS OBLIGACIONES
129
Fueyo menciona, por ejemplo, el Art. 402 del C.P.C., el 483 del C.P.P., los Arts. 291
(hoy derogado por la Ley de Filiación Nº 19.585, de 26 de octubre de 1998), 387 y 2327;
Arts. 1566 inciso 2º, 1707, todos del Código Civil, en la sociedad de hecho, etc.; 158 del
Código de Comercio y algunos fallos especialmente en cuanto a que no se puede dejar
sin efecto el reconocimiento de hijo natural (hoy simplemente hijo) por declaración
testamentaria, lo que hoy dispone expresamente el Art. 189 inciso 2º del Código Civil
a raíz de la modificación de la ley citada. Menciona igualmente un fallo publicado en
la RDJ, T. VII, sec. 1ª, pág. 109, que utiliza la expresión “acto propio”. Pero la verdad es
que en la mayor parte de estos casos además de la teoría del acto propio, existen otros
hechos y antecedentes y motivaciones para las soluciones legislativas.
130
G.J. Nº 277, pág. 273. Lo mismo hizo en fallo de L. & S. Nº 32, pág. 46, esta vez
por la C.S. con fecha 20 de enero de 2006.
131
G.J. Nº 301, pág. 171.
132
C.S. 4 de julio de 2005, G.J. Nº 301, pág. 96.
133
G.J. Nº 291, pág. 116.
134
L. & S. Nº 27, pág. 21. Un análisis de la jurisprudencia en la materia en L. & S.
Nº 14, pág. 3. El principio de los actos propios (venire contra propium factum nulli concedi-
tur). En efecto, como se ha dicho por esta Corte, tal doctrina se traduce en que se debe
mantener en el derecho una conducta leal y honesta y, desde luego, es la inspiración de
la regla por la cual nadie puede aprovecharse de su propio dolo o fraude, encontrando
en materia contractual su base legal en el artículo 1546 del Código Civil.
136
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Sección séptima
EFECTOS RELATIVOS Y OPONIBILIDAD DEL CONTRATO
Párrafo 1º
El efecto relativo del contrato
137
LAS OBLIGACIONES
138
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
139
LAS OBLIGACIONES
140
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
135
Véase Nº 1.166.
141
LAS OBLIGACIONES
136
Hemos querido llamar la atención sobre este punto, pues en la legislación uni-
versal se encuentra en pleno desarrollo la teoría de la Empresa, como un ente jurídico
distinto de la persona natural o jurídica que es su propietaria, y en que debe encontrar
su solución lógica el problema esbozado.
El Derecho de la Empresa invade todo el sistema jurídico, como lo ha hecho con la
Economía, por su enorme desarrollo alcanzado en el siglo XX y su tremenda significación
en la vida de los pueblos. Puede apreciarse cómo entre nosotros en las diversas leyes de
intervención económica dictadas en los últimos años, el legislador corrientemente se
refiere a la “Empresa”, sin que exista un concepto unitario de la misma.
En el Código alemán y legislaciones por él inspiradas hay esbozos de solución al
problema, y el Código italiano de 1942 lo afronta directamente, en especial en el Título
II del Libro V, pero sin que pueda decirse que ni en la doctrina ni legislación comparadas
exista una teoría plenamente elaborada al respecto. (Véase Sergio Fuenzalida Puelma,
Concepto jurídico de la Empresa y su relación con otras figuras del Derecho, publicado en la
RDJ, tomo 64, Primera Parte, pág. 39, y Messineo, ob. cit., T. II, págs. 195 y sigtes. Un
fallo interesante al respecto que aplica en nuestra legislación la teoría de la Empresa,
en RDJ, T. 66, sec. 3ª, pág. 22).
De ahí que en nuestro país, como en la mayoría, jurídicamente se confunden la
Empresa y la persona natural o jurídica que es su propietaria; si es de una sociedad,
por la personalidad jurídica de ésta que le otorga patrimonio propio, es posible hasta
cierto punto el traspaso de la Empresa sin que ella pierda su identidad mediante el
142
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
115. IV. Los acreedores de las partes. Los acreedores de los contratantes
se ven indudablemente afectados por las convenciones efectuadas por
ellos: los acreedores del deudor, porque deberán soportar la concurrencia
del nuevo acreedor en los bienes del obligado, en virtud del derecho de
garantía general que todos ellos tienen; incluso éste puede imponerse
a los restantes en virtud de una preferencia legal (Nº 976).
Interesan, igualmente, a los acreedores del acreedor los créditos que éste
adquiera, pues a ellos pasa a extenderse su derecho de garantía general.
No por ello los acreedores del deudor o del acreedor del contrato
celebrado, pasan a tener dichas calidades respecto de éste; es éste típi-
camente un problema de oponibilidad del contrato (Nº 148).
Veremos también en su oportunidad que los acreedores del deudor pueden
impugnar los actos y contratos celebrados por éste en fraude de sus derechos
mediante el ejercicio de la acción pauliana o revocatoria (Nº 774).
Y, a la inversa, en algunas legislaciones –y se discute si en la nuestra– los
acreedores del acreedor pueden ejercer en lugar de éste las acciones y
derechos suyos, cuando hay negligencia de su parte en invocarlos. Es
la llamada acción oblicua o subrogatoria (Nº 758).
143
LAS OBLIGACIONES
117. VI. Terceros por cuya cuenta se promete una obligación. Referencia. Nos
referimos en este caso a la promesa de hecho ajeno, que trataremos en
el párrafo 3º de esta sección.
Párrafo 2º
La estipulación en favor de otro
144
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
121. Aplicación: los casos más frecuentes. Como pudo apreciarse con
la sola lectura del Art. 1449, la estipulación a favor de otro es una ins-
titución de amplia aceptación en nuestra legislación, lo cual fue una
anticipación de nuestro Código a su época, pues la misma es la tendencia
actual del Derecho Comparado.
En cambio, en el Derecho Romano y en el francés se la aceptaba
con muchas limitaciones; en general, únicamente en dos situaciones:
si es una cláusula en un contrato que también interesa al estipulante, y
cuando va acompañada de una donación con carga. Pero dada la gran
utilidad de ella, la jurisprudencia francesa, con su habitual despreocu-
pación por el texto de la ley, ha soslayado las limitaciones y permite una
aplicación muy liberal de la estipulación a favor de otro.
Pero si bien ésta puede tener lugar en cualquier clase de contratos,
los casos más notorios son los siguientes:
1º. El contrato de seguro.
Por ejemplo, el marido contrata una póliza de seguro de vida a favor
de su cónyuge; es típica estipulación a favor de otro, pues el contrato
lo celebran el marido y la compañía de seguros, y el beneficio es para
un tercero ajeno al contrato, la mujer.
2º. Donación con carga.
Por ejemplo, una persona dona a otra una suma de dinero, y le
impone la obligación de comprarle un vehículo a un tercero; el contrato
de donación es entre donante y donatario, pero él origina un beneficio
a otra persona.
3º. Contrato de transporte.
Y así, si envío una encomienda a otra persona, el contrato lo celebro
yo con la empresa de transportes, y el derecho lo adquiere el consigna-
tario de la encomienda, ajeno a la convención.
Sin embargo, puede servir muchos objetivos distintos, pues inclu-
sive por su intermedio es posible efectuar traspaso de deudas, como lo
veremos en su oportunidad (Nos 1.147 y 1.154).
Una sentencia de nuestros tribunales le ha impuesto sí la limitación
de que debe versar sobre contratos patrimoniales.137
137
RDJ, T. 45, sec. 1ª, pág. 258. Un caso en el Derecho del Trabajo respecto de
los trabajadores en fallo de la Corte Suprema de 4 de enero de 1989: RDJ, T. 8, sec. 3ª,
pág. 4.
145
LAS OBLIGACIONES
138
RDJ, Ts. 24, sec. 1a, pág. 84, y 43, sec. 2a, pág. 65.
146
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
139
RDJ, T. 31, sec. 1a, pág. 43.
140
Ver nota anterior.
147
LAS OBLIGACIONES
141
C.A. de Chillán de 10 de julio de 2006, L. & S. Nº 22, pág. 95.
148
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
142
Véanse Sergio Gatica Pacheco, ob. cit., Nos 271 y 272, págs. 353 y 357, y los
autores citados por él.
149
LAS OBLIGACIONES
143
Véase RDJ, T. 33, sección 2a, pág. 11.
144
Sentencia publicada en la G.T. de 1918, 2º sem., Nº 313, pág. 969.
145
G.T. de 1922, 2º sem., Nº 255, pág. 1.088 y de 1938, 2º sem., Nº 106, pág. 486.
Por la razón apuntada, se ha resuelto que en el seguro de vida el derecho no se adquiere
por el fallecimiento del asegurado, sino directamente por el contrato, y en consecuencia
no está afecto a impuesto de herencia: RDJ, T. 26, sec. 2a, pág. 38.
146
Hay aceptación tácita en la circunstancia de pagar al estipulante una comisión
por la negociación llevada a cabo: RDJ, Ts. 6, sec. 1a, pág. 28, y 26, sec. 1a, pág. 8.
147
G.T. de 1914, 2º sem., Nº 378, pág. 1.052.
150
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
151
LAS OBLIGACIONES
152
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Párrafo 3º
La promesa de hecho ajeno
148
Antes correspondía al inciso 2º del Art. 8º del mismo D.F.L. con la siguiente
redacción: “el valor de las pólizas de seguro de vida cede exclusivamente en favor del
beneficiario”. La modificación corresponde a la Ley Nº 18.660, de 20 de octubre de
1987.
149
L. & S. Nº 39, pág. 27.
153
LAS OBLIGACIONES
150
RDJ, T. 43, sec. 2a, pág. 65.
151
RDJ, T. 31, sec. 1a, pág. 157.
154
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
2º. La fianza.
Promesa de hecho ajeno y fianza se aproximan porque en el fondo
lo que está haciendo el promitente es garantizar con su propia respon-
sabilidad la ratificación del tercero; por ello los franceses la llaman
cláusula porte forte, esto es, salir garante. Pero existe una diferencia
entre ellas que es fundamental: en la fianza se garantiza justamente
el cumplimiento de una obligación ya existente; aquí, que existirá la
obligación, o sea, que el tercero ratificará.
Sin embargo de lo cual no hay inconveniente alguno en que el promi-
tente se comprometa no sólo a la ratificación, sino que garantice, además,
el cumplimiento de la obligación, una vez que haya sido ratificada.
3º. Promesa de contrato.
Importa no confundir la promesa de hecho ajeno y el contrato de
promesa a que se refiere el artículo 1554 del Código, y que ya hemos
definido como la promesa de celebrar un contrato en el futuro; en ésta,
los contratantes se comprometen personalmente a otorgar en el futuro
un contrato claramente especificado.
Ambas clases de contratos imponen una obligación de hacer, pero
en el contrato de promesa es otorgar el contrato prometido, y en la
promesa del hecho ajeno, el deudor se compromete a obtener que un
tercero dé una cosa, ejecute algo o se abstenga de hacerlo. Un ejemplo
aclarará la idea: si me comprometo con una persona a venderle mi casa
el 1º de mayo próximo, es una promesa de venta, y estoy obligado en esa
fecha a otorgar la escritura de compraventa. Pero si a la misma persona
le prometo que un tercero le venderá su casa en igual fecha, hay una
promesa de hecho ajeno, y estoy obligado a obtener la ratificación del
tercero bajo pena de indemnizar los perjuicios.
Y la diferencia resulta de capital importancia, porque en el contrato
de promesa si yo no cumplo se me puede exigir incluso forzadamente
el otorgamiento de la venta definitiva, mientras que en el otro caso si
el tercero no ratifica, mi cocontratante no le puede exigir nada, sino
únicamente tiene acción en mi contra por mi incumplimiento de no
obtener su ratificación, y estaré obligado a indemnizarle los perjuicios.
Así se ha resuelto.152 Además, el contrato de promesa es siempre solemne
y muy estricto en sus requisitos, lo que no ocurre, según veremos, en
la promesa de hecho ajeno.
152
RDJ, T. 54, sec. 1a, pág. 36.
155
LAS OBLIGACIONES
153
RDJ, T. 54, sec. 1a, pág. 36.
154
Ver nota anterior.
155
G.T. de 1889, T. II, Nº 2.288, pág. 1.538, y de 1900, T. I, Nº 1.213, pág. 1.183.
156
Sentencia citada en las notas 104 y 105; RDJ, T. 54, sec. 1a, pág. 36.
156
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
157
LAS OBLIGACIONES
que ella hace excepción al inciso primero, ya que éste habla de nuli-
dad. En el evento propuesto no hay nulidad, sino que la obligación no
alcanzó a nacer.
En esta cláusula penal pueden, pues, ocurrir dos cosas: el tercero
ratifica y no cumple; se deberá la pena y nada hay de anormal porque la
obligación principal existe. Y si el tercero no ratifica, se deberá la pena,
en la forma antedicha, y la situación es excepcional porque la obligación
no existe. La expresión “aunque” que utiliza el precepto, confirma esta
interpretación: aun si no hay ratificación, se debe la pena. Con mayor
razón se la deberá si ratificada la obligación, no se la cumple.157
Por ello es que en el caso de que se esté respondiendo por el
cumplimiento y no haya ratificación, se ha sostenido que propiamente
no hay cláusula penal, al igual que en la estipulación a favor de otro
(Nº 130), sino obligación condicional, opinión que no compartimos
por las razones dadas en dicho número.
Párrafo 4º
La simulación de contrato y las contraescrituras 158
157
En nuestra doctrina, Meza Barros, ob. cit., T. I, Nº 51, pág. 48, no efectúa la
distinción entre la obligación de la promesa de hecho ajeno, y la obligación que se ha
prometido. Claro Solar, ob. cit., T. X, Nº 566, pág. 506, da la interpretación, a nuestro
juicio correcta, al precepto, pero sin analizar su alcance en relación al inc. 1º. Gatica,
ob. cit., Nº 271, pág. 353, sostiene que el inc. 2º del Art. 1536 no puede referirse a otra
situación que la reglamentada en el Art. 1450, y ello lo lleva a reprochar la redacción
del precepto.
158
Sobre contraescritura véanse las obras referidas en la nota de la introducción,
y sobre simulación, la excelente obra de Raúl Diez Duarte, La simulación de contrato en
el Código Civil chileno, Santiago, Imprenta Chile, 1957, reproducida en muchos de sus
conceptos en una sentencia publicada en la RDJ, T. 58, sec. 2a, pág. 21.
158
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
159
RDJ, Ts. 55, sec. 1a, pág. 188, y 58, sec. 2a, pág. 21.
160
RDJ, T. 58, sec. 2ª, pág. 21, y G.J. Nº 154, sent. 1ª, pág. 54.
Una sentencia publicada en la RDJ, T. 82, sec. 2ª, pág. 86, señaló que la simulación
para que concurra supone tres requisitos: 1. Disconformidad entre la voluntad interna
y la declarada; 2. Ella debe ser deliberada y consciente, en lo que se diferencia la simu-
lación del error, y 3. Debe haber concierto entre las partes.
161
“Si la causa real es lícita, no es nula la obligación simulada”. G.T. de 1890, T. II,
Nº 3.996, pág. 887. También la sentencia citada en la nota anterior, pero fundada en
el Art. 1707.
162
C.S. de 3 de marzo de 2007. G.J. Nº 273, pág. 53: refundiendo los requisitos a)
y b) en uno solo.
159
LAS OBLIGACIONES
163
Nuevamente es la sentencia publicada en la RDJ, T. 58, sec. 2a, pág. 21, inspirada
en gran parte en la obra del señor Diez Duarte, citada en la nota 158 de este primer
tomo. La última parte también fue declarada igual en RDJ, T. 55, sec. 1a, pág. 188.
164
Una sentencia publicada en F.M. Nº 452, sent. 5ª, pág. 1446, se refiere a un caso
de simulación de una deuda a través de una letra de cambio, sancionada penalmente,
y otra publicada en la RDJ, T. 86, sec. 4ª, pág. 146, también sancionó penalmente un
arriendo simulado de 30 años para no entregar un predio al comprador.
165
F.M. Nº 365, sent. 4ª, pág. 145.
166
Sentencias publicadas en la RDJ, Ts. 52, sec. 2a, pág. 60; 55, sec. 1a, pág. 188, y
58, sec. 2a, pág. 21.
160
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
167
G.J. Nº 241, pág. 91.
168
G.J. Nº 227, pág. 28, a propósito de una sociedad, y utilizando las expresiones
“palo blanco” y “testaferro”.
169
G.J. Nº 154, sent. 1ª, pág. 54.
161
LAS OBLIGACIONES
170
Claro Solar, ob. cit., T. 12, Nº 2.024, pág. 687; Víctor Santa Cruz S., El instrumento
público, RDJ, T. 39, sec. 1a, pág. 54; Vodanovic, ob. cit., Vol. I, Nº 919, pág. 671; Diez
Duarte, ob. cit., Nº 49, pág. 54. En contra, Alessandri, ob. cit., pág. 423, quien se funda
en que la disposición no hace distingo alguno que permita sostener la opinión contraria,
y en la diferencia entre nuestra disposición y el Art. 1321, que es su equivalente en el
Código francés. Los autores franceses son de opinión que este precepto sólo se refiere
a las contraescrituras simuladas, pues les niega todo valor contra tercero. Sus contra-
dictores se fundan también en un argumento histórico; pues nuestro precepto estaría
inspirado en el Art. 1214 del Proyecto de Código Civil español de Florencio García
Goyena, quien sería de la opinión restringida. Para esta doctrina, si no hay simulación,
el valor de los instrumentos que modifican o anulan a otros se determina de acuerdo
a las reglas generales.
Estamos con la opinión del Sr. Alessandri por las siguientes razones:
1º. La letra de la ley que habla de “contraescritura”, sin dar en parte alguna a
entender que se refiere a las simuladas; antes por el contrario, según el Diccionario,
contraescritura es un “instrumento otorgado para protestar o anular otro anterior”.
2º. Muy respetable es la opinión de los autores franceses, pero trabajan con un
texto muy diferente y no tan completo como el nuestro: Art. 1321: “las contraescrituras
no pueden surtir efecto sino entre las partes contratantes; no producirán efecto contra
terceros”.
3º. La opinión de García Goyena no indica en parte alguna que el Art. 1214 de su
Proyecto, que efectivamente es igual a nuestro Art. 1707, sólo se aplique a los contra-
documentos simulados. Cierto que se refiere expresamente a ellos (“hacen imposible
la superchería a terceros”), que es el caso más importante, pero ello no implica que
excluya a los otros. Por lo demás, siendo claro el texto legal nuestro, no hay para qué
indagar su espíritu.
4º. Tan claro es el texto del Art. 1707 que los sustentadores de la opinión im-
pugnada señalan que su inc. 2º contiene un error de concepto, porque, redactado en
sentido afirmativo, dispone que las contraescrituras públicas producen efectos contra
terceros cuando se cumplen los requisitos allí señalados. Tales exigencias eliminan toda
posible simulación, y, en consecuencia, si se cumplen no habría contraescritura, si ésta
siempre involucrara simulación. No la hay, y sin embargo el legislador habla de todos
modos de contraescrituras.
5º. Por último, esta posición es la que mejor protege a los terceros, a quienes les
basta probar que hay contraescritura para negarle efectos sin necesidad de tener que
acreditar la simulación.
171
G.T. 1939, 2º sem., Nº 139, pág. 573, aunque curiosamente recoge la opinión
de Alessandri, RDJ, T. 43, sec. 1a, pág. 337.
172
Para algunos, incluso es contraescritura, aunque no conste por escrito, el acuerdo
de las partes que altera o deja sin efecto el acto aparente.
162
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
173
G.T. de 1875, Nº 3.133, pág. 1.503; de 1904, T. II, Nº 1.652, pág. 789, y de 1915,
2º sem., Nº 417, pág. 1.074; RDJ, T. 79, sec. 1a, pág. 40 y FM, Nº 209, sent. 3a, pág. 37.
163
LAS OBLIGACIONES
Los terceros a que se refiere el Art. 1707 son todos los que hemos
señalado como tales, ya sean causahabientes a título singular, acreedores
de las partes174 y los que son totalmente extraños a la convención.
Es frecuente que al suscribir determinados documentos se dejen
instrucciones para ser cumplidas por el notario. Por ejemplo, en una
compraventa queda retenido el precio para ser entregado al vendedor
una vez inscrita la transferencia en el Conservador de Bienes Raíces.
Al respecto se ha fallado que si no alteran lo pactado en la com-
praventa, las instrucciones no son contraescrituras y no se les aplica el
Art. 1707.
A contrario sensu, si lo alteran, son contraescrituras y se les aplica
el Art. 1707.175
174
Un caso respecto de ellos en la RDJ, T. 10, sec. 1a, pág. 239.
175
RDJ, T. 90, sec. 1ª, pág. 86.
176
RDJ, Ts. 33, sec. 2a, pág. 17; 57, sec. 2a, pág. 97, y 58, sec. 2a, pág. 21.
177
RDJ, T. 33, sec. 2a, pág. 97.
178
RDJ, T. 33, sec. 2a, pág. 17; T. 58, sec. 2a, pág. 21.
164
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
179
El Código italiano reglamenta expresamente la simulación en los Arts. 1414 a
1417; da valor entre las partes al acto simulado “con tal que existan los requisitos de
sustancia y forma”, y respecto de terceros les es en general inoponible. También se
refiere a la simulación en los actos unilaterales por acuerdo entre declarante y desti-
natario (Art. 1414).
165
LAS OBLIGACIONES
180
RDJ, T. 85, sec. 1ª, pág. 214.
Sin embargo, en sentencia publicada en F.M. Nº 329, sent. 17, pág. 141, se resolvió
que no había ultrapetita por no haberse declarado la nulidad, lo que no era necesario
hacerlo por tratarse de determinar el valor probatorio de un contrato de subarriendo de
que daba cuenta determinada escritura pública, el que era un pacto simulado destinado
a constituir una prueba de lucro cesante que el actor pensaba cobrar.
El fallo parece más bien tener razones de justicia para no acoger la ultrapetita.
181
RDJ, T. 81, sec. 2ª, pág. 119.
182
RDJ, T. 58, sec. 2a, pág. 21.
183
El Art. 1417 del Código italiano se refiere expresamente al punto y acepta am-
pliamente la prueba testimonial para los terceros, y aun se la permite a las partes para
hacer valer la ilicitud del acto disimulado.
184
G.T. de 1918, T. II, Nº 278, pág. 857; RDJ, T. 58, sec. 1a, pág. 175, y sec. 2a,
pág. 21.
Se ha resuelto en fallo publicado en G.J. Nº 124, sent. 4ª, pág. 45, que entre estas
pruebas caben las presunciones.
Igualmente se ha fallado que estas reglas no se aplican a los pagarés, que se rigen
por reglas especiales: G.J. Nº 100, sent. 2ª, pág. 57.
166
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
2º. En cuanto a los terceros, porque por regla general el acto simu-
lado y la contraescritura les son inoponibles, tema a que nos referimos
en el párrafo siguiente.
Párrafo 5º
Oponibilidad e inoponibilidad del contrato
185
Véanse al respecto Fernando Fueyo L., Algunos aspectos del negocio fiduciario,
publicado en RDJ, T. 56, Primera Parte, pág. 49; Messineo, ob. cit., T. II, pág. 453 y la
bibliografía extranjera por ellos citada.
167
LAS OBLIGACIONES
186
Sobre inoponibilidad véase el célebre estudio de Daniel Bastian “Essai d’une
théorie générale de l’inoponibilité”, París, 1929, y su versión en Chile por Alberto Bal-
tra Cortés “Ensayo de una teoría general de los actos inoponibles”, M. de P., Santiago,
Dirección de Prisiones, 1935.
168
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
169
LAS OBLIGACIONES
170
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
153. II. Inoponibilidades de fondo. Por causa del fondo del acto o con-
trato, las inoponibilidades pueden presentarse en varias circunstancias.
Las más frecuentes derivan de la falta de concurrencia, y del fraude.
187
Así se ha fallado, por ejemplo, en sentencias de la RDJ, Ts. 62, sec. 2ª, pág. 1, y
89, sec. 2ª, pág. 140.
171
LAS OBLIGACIONES
2º. Mandato.
El mandatario actúa como tal mientras se mantenga en los límites
del poder que ha recibido; si los excede, no hay representación, es
como si actuara un tercero ajeno al mandante, y, en consecuencia,
éste no queda obligado por los actos ejecutados por el mandatario ex-
cedido (Art. 2169). Y así, si A otorga mandato a B para administrar un
inmueble, y éste lo enajena, la enajenación es inoponible al mandante
A, pero éste puede ratificarla.188
Porque esta es la importancia que tiene reconocer que hay ino-
ponibilidad por falta de concurrencia en los casos señalados, pues en
buena doctrina cabría sostener la nulidad por falta de consentimiento.
Semejante nulidad sería la absoluta, pues faltaría un elemento esencial
del contrato, y si así fuera, no podría validarse por la ratificación de
aquel cuyo consentimiento se ha omitido.
Se aprecia a simple vista que la nulidad absoluta es sanción muy
drástica, pues sólo está comprometido el interés de este último, y es
lógico que se le permita determinar si acepta o no el acto ejecutado
mediante su ratificación, la que no procedería si la sanción fuere la
primera. Por esta razón el legislador sólo sanciona la falta de concu-
rrencia con la inoponibilidad y en ambos preceptos citados acepta la
ratificación por el interesado.
188
Véanse en Repertorio T. V, 3ª edición, pág. 54, Nos 15 y sgtes. las siguientes
sentencias: RDJ, Ts. 2, sec. 1ª, pág. 164; 28, sec. 2ª, pág. 40; 40, sec. 1ª, pág. 304; 43, sec.
2ª, pág. 65; 48, sec. 1ª, pág. 371; 49, sec. 1ª, pág. 112; 51, sec. 2ª, pág. 26; 53, sec. 1ª,
págs. 112 y 217, etc.
Un fallo de la C.S. de 9 de julio de 2001, publicado en la G.J. Nº 253, pág. 66, define
la autocontratación, y declara que si un socio comparece por sí y la sociedad y no está
autorizada la autocontratación, el acto es inoponible.
Igualmente en fallo publicado en L. & S. Nº 14, pág. 142, se ha fallado que los
actos del agente oficioso (Nº 182) se ratifican tácitamente si después de ellos se otorga
un mandato (C.A. de 30 de marzo de 2006).
172
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
189
Los evidentes excesos de ciertas fiscalías en los estudios de títulos de sociedades,
llevaron al legislador a la dictación de la Ley Nº 19.499, de 11 de abril de 1997, que
establece normas sobre saneamiento de vicios de nulidad de sociedades y modifica el
Código de Comercio y otros cuerpos legales.
En virtud de esta ley se establecen normas para sanear los llamados vicios forma-
les de la sociedad, una prescripción cortísima de dos años, que además se acredite un
efectivo perjuicio por el defecto formal, y también se modifica el Código de Comercio
en cuanto al funcionamiento de las sociedades nulas y sus efectos.
173
LAS OBLIGACIONES
174
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
175
LAS OBLIGACIONES
Párrafo 6º
Conclusión
160. Síntesis de los efectos del contrato. Podemos resumir lo que hemos
dicho sobre los efectos del contrato en los siguientes enunciados:
1º. El contrato crea un vínculo obligatorio entre las partes, que
ellas están obligadas a respetar, salvo las excepciones legales;
2º. Este vínculo les otorga la calidad de acreedor y deudor la una
de la otra, y en tal sentido sólo afecta a las partes, que comprenden al
representado y al causahabiente a título universal.
Por excepción afecta a otros aun para otorgarles la calidad de acree-
dor y deudor:
A. En los contratos colectivos;
B. Al causahabiente a título singular en ciertos y contados ca-
sos;
C. En la estipulación a favor de otro.
3º. Altera los efectos normales del contrato, la simulación, pues las
partes resultan obligadas por el acto real y no por el aparente;
4º. La promesa de hecho ajeno no altera los efectos normales del
contrato, porque el tercero sólo se obliga por su ratificación, y
5º. El vínculo jurídico que une a las partes es oponible a terceros,
quienes no pueden desconocer a las partes sus respectivas calidades de
acreedor y deudor sino en los casos de inoponibilidad.
Estas reglas, guardando las debidas diferencias, son comunes a todo
vínculo obligacional.
Sección Octava
TERMINACIÓN DEL CONTRATO
176
2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
177
LAS OBLIGACIONES
163. II. Voluntad unilateral de una de las partes. Hemos ya dicho que
los contratos sólo pueden dejarse sin efecto por el mutuo acuerdo de
las partes, pero por excepción hay algunos que pierden eficacia ante
la voluntad unilateral de alguna de ellas. Así ocurre, por ejemplo, en
el mandato, al que se puede poner término por la revocación del man-
dante y por la renuncia del mandatario (Art. 2163); la sociedad, que
puede ser dejada sin efecto por la renuncia de los socios (Art. 2108); el
arrendamiento, cuando no está sujeto a plazo, puede quedar sin efecto
por la voluntad unilateral de cualquiera de las partes, por medio del
desahucio (Art. 1951), etc.
La revocación unilateral del contrato puede ser establecida en el
mismo, como un derecho para una de las partes para desligarse del
vínculo, cumplido algún evento determinado, o por su sola voluntad,
o previo pago de una indemnización prefijada, etc.
En todos estos casos la terminación del contrato opera únicamente
hacia el futuro.
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F.M. Nº 378, sent. 12, pág. 195.
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2ª PARTE. TEORÍA GENERAL DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
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