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Responsabilidad Civil Cap 2 PDF
Responsabilidad Civil Cap 2 PDF
SERIE AUTOAPRENDIZAJE
1- Regímenes de responsabilidad.
El contrato
Contractual
Regimenes de
responsabilidad
Extracontractual Cuasidelictual
y delictual
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Responsabilidad civil
Esta responsabilidad surge cuando una de las partes no cumple con una cualquiera
de las obligaciones asumidas en el contrato o con una de las obligaciones que la ley
les impone o cuando la ejecución es ineficiente y de ahí se deriva un perjuicio para el
acreedor.
Los daños y perjuicios a que el acreedor tiene derecho, a los términos del artículo 1149
del Código Civil, consisten en cantidades análogas a las pérdidas que haya sufrido y a
las ganancias de que hubiese sido privado, pero debe precisar y aportar las evidencias de
los perjuicios experimentados.
“Considerando, que si bien es verdadero, a los términos del artículo 1149 del Código
Civil, que los daños y perjuicios a que el acreedor tiene derecho, consisten en cantidades
análogas a las pérdidas que haya sufrido y a las ganancias de que hubiese sido privado,
en la especie, el recurrente principal no ha precisado ni ha aportado las evidencias de los
perjuicios experimentados; que a los jueces del fondo también se les reconoce un poder
soberano para evaluar el monto de los daños y perjuicios debidos en virtud del artículo
1149, y les basta con enunciar que la suma acordada por ellos constituye la reparación
de todos los perjuicios, y que la falta retenida encuentra así su reparación, tal como lo
señala la sentencia impugnada al expresar que procede confirmar la sentencia apelada,
“excepto en el monto de la indemnización, la cual esta Corte estima debe rebajarla al
monto de cincuenta mil pesos oro (RD$50,000.00), por considerar esta suma ajustada
a los daños causados al señor Juan Bautista Sánchez Peralta”; que además, como se
consigna en otra parte del presente fallo, la facultad de evaluar los daños fue abandonada
por el recurrente principal al criterio de los jueces de la alzada cuando al concluir al
fondo de su apelación manifestó que se condenara al Banco Nacional de Crédito, S.A.,
al pago de una indemnización de doce millones de pesos, “o la suma que los jueces
estimen justa y suficiente”.
Larroumet (1993), refiere que los redactores del Código Civil decidieron dedicar los
artículos 1146 a 1155 a la responsabilidad contractual. Estos artículos constituyen
el derecho común, aunque es necesario completarlos con algunas disposiciones que
figuran en los artículos 1136 y siguientes que versan sobre el objeto y el contenido de
la obligación. Sin embargo, estos artículos no siempre son claros y la jurisprudencia
ha realizado una labor creadora dándole a la responsabilidad contractual un contenido
que no se deduce de la sola lectura de los artículos del Código. Además, en la parte del
Código Civil consagrada a los contratos especiales, esto es, los arts. 1582 y siguientes
consagrados a la venta, al arrendamiento, al préstamo, al depósito y al mandato
especialmente, hay varias disposiciones referentes a la responsabilidad del deudor en
determinado contrato, sin tener en cuenta las leyes especialmente a los contratos que no
aparecen en el Código Civil.
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
Un contrato válido
Requisitos
responsabilidad civil Un contrato entre el autor
contractual del daño y la víctima
Para que exista responsabilidad civil es un requisito sine quanon, que exista un contrato
válido. Es importante saber cuándo nace el contrato y cómo se formaliza y cómo
termina, porque cuando el contrato ha terminado la responsabilidad civil del autor
del daño no es contractual sino delictual o cuasi delictual. Incluso ha sido juzgado
que cuando hay una ruptura abusiva del contrato de manera unilateral, por una de las
partes, ya no se puede hablar de responsabilidad civil contractual, sino delictual.( S. C.
J. Septiembre 1981, B. J. 850, p. 2065; sept. 1978, B. J. 814, p. 1820).
Para que el contrato sea válido según el artículo 1108 del Código Civil, se requieren
cuatro condiciones: 1-el consentimiento de las partes que se obligan, 2-su capacidad
para contratar, 3-un objeto cierto que forme la materia de compromiso, y 4-una causa
lícita en la obligación.
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Responsabilidad civil
Ese consentimiento debe estar exento de vicios, tal como lo prevé el artículo 1109 del
Código Civil, según el cual el contrato no es válido si ha sido dado por error, arrancando
por violencia o sorprendido por dolo.
Si el contrato es nulo, por ser contrario a la ley o a la moral, es como si no existiera, por
lo tanto no produce ningún efecto, en virtud de la máxima ‘quod nullum est, nullum
producit effectum”.
A pesar de que el contrato es ley entre las partes, y no perjudica ni aprovecha a terceros,
la Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de Casación ha juzgado que si bien
es cierto, que en virtud del artículo 1165 del Código Civil, el contrato sólo surte efectos
entre las partes, no es menos cierto que un tercero puede aprovecharse de la existencia
o de la inejecución de un contrato en el que él no ha intervenido, a condición de no
pretender con ello extender a su provecho las obligaciones que los contratantes acordaron
para sí. (S. C. J. B. J. 5 nov. 1957, p. 214, citada por Morel, Juan A. Responsabilidad Civil,
Edition revisada y actualizada, por Lic. Golria María Hernández, Edit. Tiempo, S. A.,
Santo Domingo, D. N. 1989; p. 214).
Tal es el caso de una persona que sufre un daño por los defectos de fábrica de un
aparato, puede demandar al fabricante, invocando el contrato como una simple cuestión
de hecho.
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
citada por Hernández, Pedro Pablo, Responsabilidad Civil y Penal de los Profesionales
de la Salud, op. Cit).
La relatividad de los contratos sufre ciertas excepciones, caso en el cual el autor del
daño está bajo la dependencia de una de las partes contratantes, por aplicación de la
representación la responsabilidad caería dentro del ámbito contractual y no delictual.
Como el artículo 1165 del Código Civil establece que los contratos pueden aprovechar a
terceros o perjudicarles , sólo cuando se ha estipulado para un tercero. Es lógico admitir
que el tercero perjudicado por el promitente u obligado se encuentra dentro de la esfera
de la responsabilidad civil contractual, es decir, que el autor del incumplimiento puede
ser demandado por el tercero en ese ámbito de la responsabilidad. Es precisamente
lo que ocurre con el contrato de seguro cuando el beneficiario de la póliza acepta un
contrato que él no ha firmado. Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia, en funciones
de Corte de Casación ha dicho que el que acepta un contrato que no ha sido suscrito por
el beneficiario de la póliza deja de ser un tercero respecto a ese contrato . (Cass. 1re. civ.
15 déc. 1998, Bull. civ. I, no. 368), citada por Hernández, Pedro Pablo, Responsabilidad
Civil y Penal de los Profesionales de la Salud, op. Cit).
Como se ha dicho la responsabilidad civil puede nacer de una obligación a la ley penal,
del incumplimiento de una obligación nacida de un contrato, un delito o un cuasidelito
civil. Puede tener por fundamento un delito civil, el cual ocurre cuando el agente causa
un daño con intención de perjudicar, pero que no está sancionado por la ley penal. En
efecto el artículo 1382 del Código Civil, establece que cualquier hecho del hombre que
causa un daño a otro obliga a aquel por cuya culpa sucedió a repararlo.
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Responsabilidad civil
Esta responsabilidad civil cuasidelictual, supone que el agente ha actuado sin intención,
por eso se denomina cuasi delictual, porque es casi un delito pero no lo es, precisamente
porque el elemento intencional está ausente. Sin embargo, se comete un daño sin
intención de perjudicar, tal como prevé el artículo 1383 del Código Civil, “cada cual
es responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo, sino
también por su negligencia o su imprudencia”. O sea que para que la responsabilidad
civil cuasidelictual de una persona se encuentre comprometida basta con que se le
retenga que ha actuado con imprudencia o negligencia.
La demanda en daños y perjuicios fundada en el artículo 1382 del Código Civil está
sometida a reglas de procedimiento que les son inherentes conforme a su propia
naturaleza. No puede ser intentada adicionalmente a una demanda incidental en nulidad
de embargo inmobiliario.
La Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casación, (Cas. Civ. 14 oct. 1998, B.
J. 1055, págs. 67-72) ha sostenido que Considerando, que asimismo, la Corte a-qua,
al declarar inadmisible el recurso de apelación, confirmó, por vía de consecuencia, la
sentencia de primer grado que contiene una condenación en daños y perjuicios contra
el Banco de Desarrollo Agropecuario, S. A., fundamentada en el artículo 1382 del
Código Civil, sin tomar en cuenta en su fallo que las reglas relativas a los incidentes del
embargo inmobiliario son privativas de este procedimiento, y como tales, sólo pueden
ser aplicadas a los incidentes enumerados en los artículos 719 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, a aquellas demandas que sean de la misma naturaleza y presenten
los mismos caracteres, esto es, que tengan por fin detener, suspender o modificar el curso
del procedimiento de embargo; que la demanda fundada en el artículo 1382 del Código
Civil está sometida a otras reglas de procedimiento que les son inherentes conforme
a su propia naturaleza, dicho pedimento no puede ser intentado adicionalmente a una
demanda incidental en nulidad de embargo inmobiliario, ya que, de este modo, sería
sustanciada conforme a reglas procesales que le son extrañas y que son privativas de los
incidentes del embargo inmobiliario.
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
La víctima no puede, por un mismo daño intentar al mismo tiempo una demanda
invocando la responsabilidad contractual y extracontractual para obtener dos
indemnizaciones. Lo que sí le está permitido a la víctima es ejercer el derecho de opción,
o sea que si ha contratado con un médico, y le incumple con las obligaciones del contrato,
si entiende de que fruto de ese incumplimiento se deriva algún perjuicio en la esfera de
la responsabilidad civil delictual, puede escoger cualquiera de las dos vías para obtener
la reparación del perjuicio sufrido.
O sea, que para que la responsablilidad civil cuasidelictual de una persona quede
comprometida, basta con que este haya actuado con cierta ligereza o imprudencia.
La responsabilidad civil delictual se fundamenta en la idea de falta, por eso la ausencia
de falta probada contra el autor del daño impide la aplicación de la responsabilidad civil
por el hecho personal.
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Responsabilidad civil
La falta supone la comisión de un hecho ilícito sea con intención o por imprudencia o
negligencia.
Para que se pueda demandar en responsabilidad civil por el hecho de otro, es necesario que
exista responsabilidad por el hecho personal por quien responda la persona civilmente
responsable. En esta clase de responsabilidad la víctima se beneficia del derecho de
opción, por lo que puede demandar al preposé que causó los daños personalmente en
virtud de los artículos 1382 y 1383 del Código Civil o la persona civilmente responsable,
haciendo uso de las disposiciones del artículo 1384 del Código Civil.
10.Responsabilidad civil del padre y la madre por el hecho cometido por sus
hijos menores.
El artículo 1384 del Código Civil dominicano, expresa: “…El padre, y la madre después
de la muerte del esposo, son responsables de los daños causados por sus hijos menores,
que vivan con ellos…”.
10.1.La minoridad.
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
En el párrafo I del citado Código se expresa que cuando la autoridad parental sea
ejercida por uno solo de los padres, sólo él responderá de los daños causados por sus
hijos menores en las condiciones enunciadas.
Por su parte el párrafo II del indicado Código, establece que a responsabilidad prevista
en este artículo se aplicará, asimismo, a los tutores o a las personas físicas que ejerzan la
autoridad parental o la guarda de derecho o de hecho sobre los menores.
Esta responsabilidad civil del padre y la madre, tiene por fundamento la autoridad
parental, y más aún dentro de ésta la guarda, como uno de los aspectos más importantes
de los que la integran. El menor, dadas sus cualidades y desarrollo mental y sicológico
determinados por la edad, no alcanza a comprender la naturaleza y consecuencias de
sus actos, lo que exige que él sea educado, vigilado, orientado y dirigido por los adultos
o mayores de edad, siendo los padres los primeros llamados a ejercer tales facultades, y
por tanto los primeros en responder por los actos de quienes controlan y dirigen, o lo
que es lo mismos, de aquellos sobre quienes tienen y ejercen la guarda.
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Responsabilidad civil
10.3.La cohabitación.
El menor de edad debe convivir son sus padres, pues es de esta manera como estos
pueden educarle. Sobre los padres pesa una presunción de falta, por lo tanto, cuando
los hijos no están con ellos, los padres deben responder por sus hechos dañosos, dado
que se presume que se trata en la especie de una falta de vigilancia de sus padres que
tienen su guarda y cuidado.
La responsabilidad de los padres puede ser exonerada demostrando ante el Juez que:
1-Le ha sido material y moralmente imposible evitar el hecho que ha dado origen a la
responsabilidad.
2-El poder de dirección y vigilancia, que deben ejercer sobre sus hijos que estén bajo
su guarda y cuidado, han sido confiado a cualquiera de las personas enumeradas en el
artículo 1384 del Código Civil: maestros, artesanos y comitentes.
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
10.4.El perjuicio.
Esta es la tercera condición. Se requiere que el menor de edad haya cometido una falta,
y que esa falta haya causado un daño o perjuicio, poco importa si el menor padece de
alguna enfermedad mental o no. El fundamento de esta responsabilidad reposa no en la
falta del menor, sino en la falta de los padres que no han brindado una buena educación
a sus hijos o se han descuidado en el control y vigilancia de estos, o lo han entregado
a otra persona que no tiene el más mínimo cuidado sobre ese menor de edad.
11.Presunción de falta.
La víctima no tiene que probar la falta de los padres, está siempre se va a presumir, solo
tienen que probar el daño cometido por el menor de edad que está bajo la guarda y
cuidado de los padres.
El artículo 1384 del Código Civil, consagra una responsabilidad civil a los maestros
e instructores semejantes a la de los padres frente a sus hijos, al establecer que los
maestros y artesanos son responsables del daño causado por sus discípulos y aprendices
durante el tiempo que estén bajo su vigilancia.
Hay que distinguir la enseñanza de la educación, pues hay quienes son educadores y
no son maestros. Los padres son educadores respecto de sus hijos, pero no tienen la
obligación de enseñanza, porque no son sus maestros, al menos que no enseñen a su
vez alguna ciencia, arte o deporte a sus hijos. La ley no distingue si la enseñanza de los
maestros es gratuita o no, ni tampoco si la enseñanza tiene un carácter temporal.
Pero es evidente que esta condición no es suficiente. Es preciso que se den otras
condiciones que veremos en seguida.
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El artículo 1384 no distingue entre que el discípulo sea menor o mayor de edad. Al
respecto no hay criterio unánime en doctrina. Una sentencia de la Corte de Paris del 29
de octubre de 2016, estableció que aun siendo el discípulo mayor de edad, los maestros
deben responder por sus discípulos. Esta decisión parece un poco extraña porque en
verdad la vigilancia que debe tener sobre un discípulo que sea mayor de edad es mínima.
Esta condición se impone, ya que cuando el daño es causado por el maestro al discípulo
se aplica el derecho común ha habido una responsabilidad por el hecho personal. Es
preciso que se le cause un daño a un tercero o a uno de sus compañeros.
4- El daño debe haber sido causado por el discípulo mientras estuvo bajo la vigilancia
del profesor.
Es un requisito sine quanon que el alumno se encuentre bajo la vigilancia del profesor.
Es la exigencia del artículo 1384 del Código Civil, si esta ha cesado, entonces el profesor
no debe responder por los daños cometidos por este en perjuicio de otras personas.
He aquí una lista de situaciones en las cuáles se considera que el discípulo está bajo la
vigilancia del profesor o maestro:
3-Cuando sale de la escuela en los casos en que la institución se encargue de llevar los
estudiantes a su domicilio.
Es bueno resaltar que aunque el maestro esté ausente no deja de ser responsable, salvo
que demuestre que su ausencia está fundamentada en una causa lícita, y que no ha
habido ninguna negligencia de su parte.
Sobre los maestros pesa una presunción de responsabilidad por el daño cometido por
sus discípulos que están bajo su dirección. Estos solo podrán liberarse demostrando
que ellos no han cometido una falta, es decir, que no habido falta de vigilancia en sus
funciones.
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
Los mismos requisitos previamente indicados se aplican a los profesores del sector
público, por los daños causados por sus alumnos. Solo que el tribunal competente
sería la Jurisdicción contenciosa administrativa, por tratarse de docentes vinculados a la
administración pública.
De conformidad con el párrafo tercero del artículo 1384 del Código Civil, los amos
y comitentes son responsables del daño causado por sus criados y apoderados en
las funciones en que están empleados. El término amo ha sido sustituido por el de
comitente, aunque en realidad los amos son especie de comitente.
Por principio general cada quien es responsable de sus hechos, por lo menos es así en
el ámbito de la responsabilidad penal, pero en lo que respecta a la responsabilidad civil,
el asunto es diferente. Para fundamentar la responsabilidad civil del comitente por el
hecho de su preposé, se han tomado en cuenta los siguientes elementos: la elección y la
subordinación.
14.2-La elección.
Se sostiene que el comitente debe responder por la falta del preposé porque ha incurrido
en una falta al hacer mala elección del preposé. Es decir, la falta que se le imputa al
médico comitente es el hecho de haber escogido mal a su empleado o apoderado. Ha
sido juzgado por la Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de Casación
que para la aplicación del artículo 1384 del Código Civil, es preciso que el empleado
o apoderado sea elegido por el comitente, y sobre todo que esté bajo las órdenes o
vigilancia del comitente.(S. C. J. 8 de marzo 1937, B. J. 320, p. 112).
14.3.La subordinación.
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la persona que ha cometido el daño, por lo tanto no tiene que responder por los hechos
que éste cometa. Sin embargo, éste no ha sido el criterio de la jurisprudencia dominicana,
al decidir que es indiferente para la aplicación del artículo 1384 párrafo tercero, que el
comitente haya escogido o no a su preposé, basta con que esté subordinado a él. ( S.
C. J. 8 de marzo 1937, B. J. 320, p. 122. citada por Subero Isa, Jorge A. Op. Cit. p. 136).
Lo que la jurisprudencia ha tomado en consideración para decidir que basta el lazo de
subordinación, para que el comitente responda por los daños causados por su preposé,
es que aunque el comitente no lo haya seleccionado, de algún modo ha ratificado su
nombramiento. (S. C. J. 22 de febrero 1961, B. J. 607, p. 336).
La elección
Fundamentos de la
responsabilidad
por el hecho ajeno La subordinación
Para que una persona comprometa su responsabilidad civil por el hecho ajeno prevista
en el párrafo tercero del artículo 1384, es indispensable que se encuentren reunidos los
siguientes requisitos: (S. C. J. 27 de mayo de 1931, B. J. 250, p. 68; ver B. J. 539, 21 de
julio de 1955, p. 1143)
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
cuándo se produce esa relación. Tan pronto una persona tiene el poder para darle
órdenes a otra, posibilidad de instrucciones y vigilar la ejecución de los trabajos se
produce una relación de comitencia preposé. (S. C. J., mayo 1954, B. J. 526, p. 955; 26 de
octubre 1998; B. J. 935, p. 1415)El preposé es un subordinado. No se puede confundir
la subordinación con que el cargo que ocupe una persona en una institución sea de
mayor o menor jerarquía que otro, o que las partes tengan grados académicos diferentes,
porque es posible que en esos casos no estén dadas la relación comitente preposé.
Es posible que una enfermera sea preposé de un cirujano que la escoge ocasionalmente
para practicar una intervención quirúrgica, aunque ésta no sea su empleada. La relación
de comitencia se retiene en ese caso porque en ese momento él tiene el poder de
dirección sobre dicha auxiliar de la salud.
El médico bajo la autoridad del cual el tratamiento fue aplicado, y que había considerado
respecto de su paciente una obligación de medios , como una falta de vigilancia cerca de
las condiciones de perfusión, tomando en cuenta de una parte la toxicidad del producto
inyectado y de otra parte la duración de la operación. (CA Lyon, 20 nov. 1989, D. 1991,
somm. P. 182).
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Responsabilidad civil
Para que el comitente pueda responder por los daños ocasionados por su preposé es
un requisito sine quanon, que el preposé cometa el hecho dañoso en el ejercicio de sus
funciones. De no ser así, el preposé debe responder él directamente por el daño, y su
responsabilidad ya no estaría regida por el artículo 1384 del Código Civil, sino por los
artículos 1382 y 1383 del mismo Código que consagran la responsabilidad civil delictual
y cuasidelictual por el hecho personal.
Si en el ejercicio de sus funciones el preposé cumple por error una orden, y fruto de
esa acción causa un daño capaz de comprometer su responsabilidad civil, el comitente
debe responder por ese hecho. Ha sido resuelto por la Suprema Corte de Justicia, de que
el comitente es responsable de los daños causados por su empleado no tan sólo en el
ejercicio de sus funciones, sino en ocasión de su ejercicio. ( S. C. J. 13 de febrero 1931,
B. J. 247, p. 15).
De acuerdo a ese criterio el comitente debe responder por los daños de su preposé
aunque éste haya abusado de sus funciones. (S. C. J. 22 de agosto de 1956, B. J. 533, p.
1690; nov. 1964, B. J. 652, p. 1610).
De modo que cuando un médico le indica a una enfermera las instrucciones que debe
seguir en relación al paciente y ésta se extralimita, ese médico debe responder en calidad
de comitente por el hecho de su preposé, que en este caso es la enfermera. Desde luego
que el médico tiene una acción recursoria contra su preposé para que le resarza los
gastos en que incurrió en la reparación del daño.
El principio consagrado por el artículo 1384 del Código Civil, de que el comitente debe
responder por los daños causados por su preposé, no es absoluto, ya que el comitente
estará exento de responsabilidad en los siguientes casos:
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
de los daños y perjuicios) conoce que el preposé actuaba fuera de sus funciones y sin la
autorización del comitente.
A veces el preposé aparenta actuar dentro de sus funciones y con la autorización del
comitente, lo cual puede manifestarse negativamente para la víctima y de manera positiva
para el comitente. Aquí se aplica la teoría de la apariencia, la cual ha sido comentada por
el Licenciado Hipólito Herrera Billini, ex Presidente de la Suprema Corte de Justicia,
en ocasión del día del Poder Judicial, en su discurso del día 9 de enero de 1954, quien
afirmó que la Suprema Corte de Justicia decidió que el comitente queda liberado cuando
por circunstancias aparentes la víctima conocía que el empleado (preposé), actuaba por
su cuenta propia y no con autorización del comitente.( S. C. J. ENERO 1954, B. J. 522,
p. VI, citada por Subero Isa, Jorge, A.).
Para que el comitente pueda responder por los hechos de su preposé es necesario que
éste haya cometido una falta personal capaz de comprometer su responsabilidad civil.
La Suprema Corte de Justicia, ha decidido que para que al comitente se le pueda aplicar
el párrafo tercero del artículo 1384 del Código Civil, es imprescindible que el preposé
haya cometido una falta personal, porque de no ser así el comitente no podría responder
por esos hechos. (S. C. J. 8 de junio 1949, B. J. 467, p. 461).
Siempre que subsista una falta a cargo del empleado capaz de comprometer su
responsabilidad penal, la responsabilidad civil del comitente queda comprometida. (S.
C. J. B. J. 520, p. 2063).
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Cuando el comitente ha contratado una póliza de responsabilidad civil, para cubrir los
casos en que ésta se encuentre comprometida, el asegurador del comitente tiene derecho
a ejercer esa acción en repetición contra el preposé, si ha pagado por su asegurado
(comitente) por el hecho de su preposé, en esa tesitura la Suprema Corte de Justicia,
ha dicho que el asegurador que paga a su asegurado o por cuenta de su asegurado, se
beneficia de una acción en subrogación contra el tercero responsable. (S. C. J. febrero
1983, B. J. 867, p. 335; 27 de nov. 1985; B. J. 900, p. 2984, citada por Subero Isa, Jorge
A.;p 160).
De conformidad con las previsiones del artículo 1315 del Código Civil la prueba de
la comitencia-preposé corresponde hacerla al demandante, es decir debe demostrar
que el autor del daño cumplía órdenes o instrucciones y se encontraba subordinado al
comitente. (S. C. J. 28 de mayo 1954, B. J. 526, p. 968).
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la relación de comitencia- preposé, eso hace prueba ante la jurisdicción civil y beneficia
a los damnificados que hayan escogido la vía civil para perseguir la reparación del daño
sufrido. (S. C. J. 21 de junio de 1991, citada por Subero Isa, Jorge A.; p. 141).
El artículo 1384 del Código Civil, consagra la responsabilidad civil del guardián por la
cosa inanimada. Se trata de la obligación que tienen las personas de reparar los daños
ocasionados por las cosas que están bajo su cuidado, sin que ellas personalmente hayan
cometido una falta. Contra el guardián de la cosa inanimada pesa una presunción de
falta, y sólo podría liberarse demostrando el caso fortuito o fuerza mayor, la falta de
la víctima o el hecho de un tercero. El guardián de la cosa sigue siendo responsable
aunque esa cosa se encuentre en manos de un empleado de él.
El médico que utiliza un aparato moderno es garante contractualmente del vicio de esos
aparatos en virtud de una obligación de seguridad análoga que pesa sobre un vendedor
o arrendador y que lo hace responder de un accidente causado por los vicios propios de
la cosa alquilada o vendida. El médico contrae la obligación de resultado de no servir
con instrumentos viciados creando así un daño para su contratante. (Cass. 1re civ., D.
1968, p. 654 note René Savatier, cité, par Castelletta, Angelo, Op. cit. , p. 108).
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Responsabilidad civil
Subero (200), hace un análisis del artículo 1384 párrafo 1ero del Código Civil, y señala
que:
1. Que el Art. 1384, Párr. 1ro. del Código Civil establece una presunción que sólo puede
destruirse probando el caso fortuito o de fuerza mayor, la falta de la víctima o el hecho
de un tercero.
2. Que se aplica tanto a las cosas muebles como a las cosas inmuebles, con la excepción
prevista en el artículo 1386 del Código Civil.
6. Que la acción civil derivada del hecho de las cosas inanimadas puede ser ejercida
accesoriamente a la acción pública conforme al artículo 50 del Código de Procesal Penal
(Ver Sentencia del 9 de Dic. De 1970, B. J. 721, P. 2921 y S.
8. Que el artículo 1384, párr. 1ro. del Código se aplica tanto a los accidentes causados
por o con los vehículos de motor.
13. Que para la aplicación del artículo 1384, Párr. 1ro. del Código Civil no basta una
intervención cualquiera de la cosa, sino que es preciso que esa intervención sea activa.
14. Que la acción civil contra el guardián de la cosa inanimada cuando tiene su nacimiento
en una infracción a la ley penal, prescribe conforme a lo establecido en el Código de
Procedimiento Criminal (ahora Código Procesal Penal) y no conforme a lo que dispone
el Código Civil.
15. Que el propietario de un vehículo de motor se presume guardián del mismo para los
fines de la Ley No. 4117 de 1955 (ahora 146-02 sobre Seguros y Fianzas de la R. D. ) ,
sobre Seguro Obligatorio de Vehículos de Motor, y que sólo se destruye esa presunción
probando que el vehículo fue robado o perdido; o que el vehículo había sido dado en
alquiler a un tercero; o la existencia de otro tipo de contrato.
16 Que el propietario de la cosa sigue siendo guardián aun cuando la víctima sea el
manejador o el conductor de la cosa.
De conformidad con el artículo 1385 del Código Civil, el dueño de un animal, o el que
se sirve de él, por el tiempo de su uso, es responsable del daño que ha causado aquél,
bien sea que estuviese bajo su custodia, o que se le hubiera extraviado o escapado.
16.1.Responsabilidad alternativa.
El guardián tiene una acción contra el propietario del animal, si este le ha entregado el
animal con algún vicio. En este caso la víctima puede accionar contra el propietario pero
en virtud del artículo 1382 del Código Civil y no en virtud del artículo 1385 del referido
Código. El guardián es la persona que tiene de hecho un poder de mandato. No es el
propietario ni exactamente el que se sirve de él. El termino servirse del animal conlleva
hacerle cumplir el uso para el cual está destinado.
16.2. Propietario-dententador.
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El propietario del edifico es el que debe responder por los daños causados por las
ruinas, aun cuando él no tenga la guarda. Si son varios los propietarios todos deben
responder de manera solidaria.
18. Opción entre la responsabilidad civil contractual o extracontractual.
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ésta no puede ser descartada por ninguna cláusula penal. La víctima puede retener una
falta ligera contra el deudor de una obligación contractual, y colocarse en el plano de la
responsabilidad delictual y cuasidelictual de los artículos 1382 y 1383 del Código Civil.
Ha sido resuelto que cuando la inejecución contractual constituye una infracción
penal, la víctima no puede ser privada del derecho de constituirse en parte civil ante
los tribunales represivos y reclamar su acción accesoriamente a la acción pública por
tratarse de un delito penal. (S. C. J. 25 de febrero 1959, B. J. 583, p. 369).
El artículo 1382 consagra un principio general: Cualquier hecho del hombre que causa
un daño a otro obliga a aquél por cuya culpa sucedió a repararlo. Ese principio es
aplicable a todos los órdenes de responsabilidad, (S. C. J. 24 d enero de 1968, B. J.
686, p. 152, citada por Subero Isa, Jorge A., op. cit., p. 224) y es de orden público,
(S. C. J. sept. 1954, B. J. 530, p. 1843; junio 1970, B. J. 715, p. 1105) por lo que siendo
así dicha responsabilidad puede alcanzar a las partes contratantes. El daño causado
intencionalmente por un contratante en detrimento del otro no puede ser objeto de
convenio, porque eso no se puede prever. En tal caso, la víctima puede elegir entre la
responsabilidad contractual, delictual o cuasidelictual, según le convenga, pero ambas
acciones están sometidas a diferentes regímenes, los cuales sería conveniente explicar
desde varios puntos de vistas.
3) Intereses moratorios: existe una diferencia marcada en lo que respecta a los intereses
moratorios, ya que cuando se trata de delitos y cuasildelitos los jueces sólo pueden
acordar intereses moratorios a partir de la sentencia. Pero pueden otorgar intereses
compensatorios a partir del hecho dañoso o a partir de la fecha de la demanda, mientras
que en materia contractual se pueden acordar intereses moratorios a partir de la fecha
de la puesta en mora al deudor de la obligación. (S. C. J. nov. 1952, B. J. 508, p. 2141; dic.
1960, B. J. 505, p. 2419; mayo 1962, B. J. 622, p. 723, citada por Subero Isa Jorge A., op.
cit. p. 216.
4) Los daños: En lo que respecta a los daños, también existe diferencia entre ambas
responsabilidades. En materia contractual los daños y perjuicios a que tiene derecho
el acreedor consisten en cantidades análogas a las pérdidas que haya sufrido y a las
ganancias de que haya sido privado, (S. C. J. 25 de agosto 1933, B. J. 277, p. 18) y cuando
en el mismo se ha incluido una cláusula penal la suma convenida entre las partes no
puede ser modificada por el juez. (S. C. J. 25 de agosto 1933, B. J. 277, p. 18).
19. Doctrina res ipsa loquitur “la cosa habla por si mismo.
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UNIDAD II.: LOS REGIMENES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
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Resumen de la unidad II
La responsabilidad civil de una persona puede nacer de un acto jurídico o de un hecho
jurídico, en el primer caso existe un vínculo obligacional, porque las partes así lo han
querido, es decir ha habido una manifestación de voluntad con el ánimo de producir
efectos jurídicos. Fuera de esa manifestación jurídica existe el hecho jurídico, conforme
al cual se crean obligaciones al margen de la voluntad
La responsabilidad civil delictual, puede tener por fundamento un delito civil o penal,
el cual ocurre cuando el agente causa un daño con intención de perjudicar, pero que no
está sancionado por la ley penal.
RESUMEN
Para que una persona comprometa su responsabilidad civil por el hecho ajeno prevista
en el párrafo tercero del artículo 1384, es indispensable que se encuentren reunidos
los siguientes requisitos: 1) La relación de comitente a preposé, 2) Un vínculo entre el
hecho del preposé y las funciones asumidas, 3) una falta imputable al preposé.
Actividades de la Unidad II
Responde correctamente, invocando textos legales, doctrina y jurisprudencia.
1-Asiste a un tribunal penal y observa una audiencia donde exista querellante con
constitución en actor civil, y resalta los elementos tomados en cuenta por el querellante
y actor civil para probar los daños, y el tipo de responsabilidad que invoca. Compara sus
conclusiones con la sentencia dada por el juez.
2-Busca una sentencia ante una Cámara Civil, en la que se haya decidido un caso
de responsabilidad civil, e identifica el tipo de responsabilidad civil invocada por el
demandante, y lo planteado por el demandado y lo decidido por el Juez.
3-Busca en la página web, una jurisprudencia relacionada con el hecho ajeno, y resalta
lo invocado por cada una de las partes y lo decidido por el tribunal.
Caso No. 2.
En fecha 15 de febrero de 2007, el señor Jhon, vendió un punto comercial, incluyendo
sus mercancías, al señor Kai. En dicho contrato se acordó que el vendedor no podía
instalar un negocio de la misma naturaleza, en un plazo de un año dentro de la ciudad
de San Francisco de Macorís. El señor Kai, al ver que el vendedor una semana después
instaló un negocio a tres esquinas del suyo, decidió demandar en resolución del contrato y
daños y perjuicios. El demandado se defiende aduciendo que cuando firmó ese contrato
fue bajo los efectos de la violencia, pero no la demostró.
Responde.
Subero Isa, Jorge A., 2000. Tratado Práctico de Responsabilidad Civil Dominicana, 4ta
ed.,Editora Dalis, Moca,, RD.