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La pandemia del COVID-19 ha tenido un gran impacto en la industria cárnica, tanto así que
ha puesto en peligro la producción de la carne mundial, ya que es una actividad altamente
intensiva en mano de obra. Pese a que los procesadores de carne más grandes del mundo se
han comprometido a abastecer los mercados y evitar la escasez en los estantes de los
supermercados. Pero en algunos casos, esto se está poniendo en peligro por la propagación
de Covid-19 entre los trabajadores. En diversos países como China, Uruguay, EEUU, Brasil
este virus ha provocado el cierre de mataderos, plantas dedicadas a la industria cárnica ,
quiebre de ganaderos y desabastecimiento. Estos fueron ocasionados por los contagios
masivos entre sus trabajadores y movilización restringida.
Si bien es cierto el impacto de esta crisis sanitaria repercute de manera distinta a los países
productores de carne, pero cabe mencionar que el grado de afectación no solo es debido al
número de contagios, sino también al cese de toda actividad social o evento público y al
grado de exportación de cada país, por ejemplo Uruguay, Australia y Nueva Zelanda han
experimentado mayor pérdida económica debido a que el 70 a 90% de su producción es
destinada al exterior, caso contrario al de Estados unidos Brasil y Argentina cuya
producción es dirigida en su mayoría al mercado doméstico y esto mitigaría los efectos de
la baja de demanda mundial
El COVID-19 no afecta de igual manera dependiendo del país y del sector, en algunos
casos ha afectado significativamente a la cadena de producción al haber brotes en los
trabajadores (que son los más vulnerables) forzando así el cierre de muchas plantas de
procesamiento de carnes lo cual afecta a la cadena de producción, ya que puede haber
desabastecimiento. De igual modo, el solo hecho de cerrar los restaurantes, ha ocasionado
pérdidas de más de 5 mil millones de dólares (sólo en Estados Unidos), reduciendo la
demanda en este sector, por lo que afecta a toda la cadena productiva, desde el granjero,
hasta el consumidor final. Por lo que la Industria Cárnica continuaría con el rumbo trazado
anteriormente, donde se pronosticaba un crecimiento lento pero constante.