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Carrión, Fernando
Los centros históricos en la era digital
Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 20, septiembre, 2004, pp. 35-44
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Quito, Ecuador
10 Plantearse el tema de la tecnología de punta para los 11 Siguiendo a Castells (2002), en el sentido de que es-
CHs es una forma central de reconstituir la competi- taríamos viviendo el paso del espacio de los lugares al
tividad, conectividad y posicionamiento perdidos. de los flujos.
dossier
En la realidad estas hipótesis pueden ope-
rar simultáneamente, aunque -probablemen-
te- alguna de ellas tenga, como tendencia ge-
neral, un peso mayor que las otras. Indepen-
dientemente de las hipótesis planteadas, los
CHs están viviendo una dinámica que hace
pensar que su futuro está en juego. Mucho
más si no se reconoce esta situación y se sigue
operando con los enfoques monumentalistas
y conservacionistas.
La descentralización tiene dos vías: una, que • Hay CHs que son administrados por un
va del nivel nacional hacia el local, a través de complejo institucional disperso (Carrión
la transferencia de competencias a la órbita 2000), proveniente de un conjunto de su-
municipal en detrimento de la nacional. Y jetos patrimoniales que tienen competen-
otra que se desarrolla al interior del gobierno cia para intervenir en ellos. La ventaja que
local con la creación de instancias intra-muni- tiene un modelo disperso es que los distin-
cipales. Este proceso se profundiza dentro de tos actores pueden construir órdenes dife-
las ciudades más grandes16 y no está exento de rentes, expresando en la realidad lo diver-
conflictos. Si bien ésta es una tendencia gene- so. La desventaja radica en que cada uno
ral no se puede desconocer lo peligroso que es de ellos termine por negar al otro, neutra-
lizándose mutuamente, con lo cual la re-
14 Se pasa de la gestión de instancias nacionales, tales co- novación puede degradarse. La inexisten-
mo los institutos nacionales de cultura (Brasil), antro- cia de espacios de coordinación, de con-
pología e historia (México), institutos de patrimonio senso, de concertación de hegemonías,
cultural (Ecuador), hacia el manejo de la competen-
cia por parte de los gobiernos municipales o, incluso, puede ser más perjudicial que beneficiosa.
hacia fundaciones o empresas privadas. Estamos bajo un marco institucional de-
15 Con la asunción de las funciones de capitalidad por sarticulado donde Quito y de México ilus-
parte de Miami, se observa una conversión respecto
del peso de las influencias urbanas y arquitectónicas
tran esta situación, siendo los más grandes
de los centros históricos. Se pasa de los referentes es- y complejos de la región.
pañoles, italianos, portugueses o franceses hacia una
“miamización” de la cultura local y, por tanto, de los 16 Este proceso debe interrogarnos respecto de lo que
centros históricos. “Lo que París, Madrid o Londres ocurre en los CHs de las ciudades más pequeñas.
significaron en otra época para los latinoamericanos 17 Allí están las experiencias de gestión público-privada
ahora lo representan para las élites Nueva York, para de Recife o de Quito, y las propuestas de construir
los sectores medios Miami o Los Angeles” (García una autoridad legítima descentralizada de Montevi-
Canclini 2000: 177). deo o de Río de Janeiro.
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• Hay CHs que tienen una administración centros históricos. La recuperación del centro
concentrada. En este caso hay un poder lo- histórico -como espacio público- requiere, de
cal constituido que cuenta con suficiente manera ineludible, la recuperación de su ges-
autoridad como para someter bajo sus polí- tión pública. La única posibilidad de rehabi-
ticas al resto de los sujetos patrimoniales. El litar los CHs dependerá de la recomposición
caso de La Habana, con la Oficina del His- de su gestión a través de un marco institucio-
toriador, es ilustrativo, así como también la nal compuesto por leyes, políticas y órganos
comuna de Santiago de Chile. Sin embargo diseñados para el efecto y, sobre todo, de una
hay una diferencia: en el primer caso la má- ciudadanía capaz de potenciar el orden públi-
xima autoridad es delegada de un poder na- co ciudadano.
cional y en el segundo es electa por la po-
blación de la comuna, debido a la corres-
pondencia que existe entre centro histórico Bibliografía
-como unidad territorial (comuna)- con la
forma de administración (municipio). Arraigada, Camilo, 2000, Pobreza en América latina: nue-
vos escenarios y desafíos de política para el hábitat urba-
• Hay CHs que cuentan con varias institu- no, CEPAL, Santiago.
ciones que conforman un complejo institu- Avalos, Antonio, 2002, “Migraciones e integración Regio-
cional articulado, sobre la base de la auto- nal”, mimeo, Caracas, CAF.
Beck, Ulrich, 1998, ¿Qué es la globalización?, Paidós, Bar-
ridad municipal como núcleo funcional celona.
del complejo. La hegemonía de lo munici- Borja, Jordi y Manuel Castells, 1998, Local y Global, Tau-
pal no puede negar la existencia de otras rus, Madrid.
posiciones institucionales (por ejemplo, Carrión, Fernando, editor, 2002, El regreso a la ciudad
construida, FLACSO, Quito.
nacionales) porque de esa manera se ga- Carrión, Fernando, 2002, Devolver la ciudad a la polis, mi-
rantiza la existencia de múltiples y simul- meo, Quito.
táneas identidades que expresan el dere- Carrión, Fernando, editor, 2001, Centros históricos de
América Latina y El Caribe, UNESCO-BID-SIR-
cho al centro histórico y no se produce un
CHAL, Quito.
monopolio en la propuesta de renovación, Carrión, Fernando, 2003, “Centros históricos y pobreza
que sería contraria a la realidad heterogé- en América Latina”, BID, mimeo.
nea de los centros históricos. Se garantiza, Gutman, Margarita, 2001, “Del monumento aislado a la
multidimensionalidad”, en Fernando Carrión, editor,
de esta manera, el pluralismo, pero sin Centros históricos de América Latina y El Caribe,
perder gobernabilidad. UNESCO-BID-SIRCHAL, Quito.
Jokilehto, Jukka, 2002, “Conceptos e ideas sobre conser-
Por estas vías se abre la posibilidad del gobier- vación”, en Méndez Zancheti, Gestión del patrimonio
cultural integrado, CECI, Recife.
no de los CHs -no sólo de administración o Patten, Constanza, 1995, “Defending and predicting sus-
gestión-. Es probable que este giro pueda em- tainability”, En Ecological Economics 15, No. 3.
pezar a producir situaciones interesantes e in- Roberts, Bryan, 1978, Cities of peasants. The political eco-
nomy of ubanization in the Third World, Edward Ar-
novadoras en términos teóricos y prácticos. nold, Londres.
Los casos de Santiago, como Comuna, el de Robertson, Roland, 1992, Globalization: Social Theory
Río de Janeiro, con una Subprefectura, y el de and Global Culture, Sage, Londres.
Quito, con una Administración Zonal, po- Rojas, Eduardo, 2001, “Financiando la conservación del
patrimonio urbano en América Latina y el Caribe: la
drían ser el antecedente para esta mutación, acción del Banco Interamericano de Desarrollo”, en
en la medida en que transiten hacia una auto- Fernando Carrión, editor, Centros históricos de Améri-
ridad política elegida democráticamente18. ca Latina y El Caribe, UNESCO-BID-SIRCHAL,
Quito.
En suma, se debe restaurar la gestión pú-
Sachs, Ignacy, 1994, “Entrevista”, en Science, Nature, So-
blica deteriorada a la par de la crisis de los cieté, Vol. 2. No. 3.
Tellez, Germán, 1995, “Teoría y realidad del patrimonio
18 Pero también cabe preguntarse: ¿Si el centro histórico arquitectónico y urbano”, en Reunión de Directores de
concentra la heterogeneidad, no sería bueno tener va- Patrimonio de América Latina y El Caribe, Colcultura,
rias institucionalidades para que la representen? Bogotá.