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401. 28-9-1932. 427 p.

321:343. En esas tardes me inunda, como un mar en plena marea alta, un sentimiento
peor que el tedio, pero al que no corresponde otro nombre sino tedio: un sentimiento de
desolación sin lugar, de naufragio del alma entera. Siento que he perdido un Dios
omnipotente, que la Sustancia de todo ha muerto.
Mi tedio asume aspectos de horror; mi aburrimiento es miedo. […] No hay malestar
corpóreo, salvo que el malestar del alma es tan grande que pasa a través de los poros del
cuerpo y también lo enfría.
Es tan magno el tedio, tan soberano el horror de estar vivo, que no concibo qué puede
haber que sirviese de lenitivo, de antídoto, de bálsamo o de olvido. Dormir me
horroriza, como todo. Morir me horroriza, como todo.
229:257. Existe un cansancio de la inteligencia abstracta, y es el más horroroso de los
cansancios. No pesa como el cansancio del cuerpo, ni inquieta como el cansancio del
conocimiento y la emoción. Es un peso de la conciencia del mundo, un no poder
respirar por sentirnos a nosotros mismos […] (258) Pero este terror que hoy me anula es
más lento por la noche. Es una voluntad de no querer tener pensamiento, un deseo de
nunca haber sido nada, una desesperación consciente de todas las células del cuerpo y
del alma. Es el sentimiento repentino de estar enclaustrado en una celda infinita.
¿Adónde pensar huir, si la propia celda es el Todo?
402:430. ¡Cuántas veces me duele existir, con una náusea hasta tal punto confusa que
no se distinguir si es tedio o si es el anuncio de un vómito!
51:78. Al final todo se resume en intentar sentir el tedio sin que nos duela.
226:254. Me viene, ahora, un terror sarcástico a la vida, un desaliento que cruza los
límites de mi individualidad consciente. Sé que he sido error y extravío, que no he
vivido nunca, que solamente he existido porque he matado el tiempo con conciencia y
pensamiento. Y mi sensación de mí es la de quien despierta después de un sueño lleno
de sueños reales, o la de quien es liberado por un terremoto de la escasa luz de la cárcel
a la que está acostumbrado.
220:245. Hoy me he despertado muy temprano, en un sobresalto confuso, y me he
levantado lentamente de la cama, bajo el estrangulamiento de un tedio incomprensible.
No lo había causado ningún sueño; no podría haberlo hecho ninguna realidad. Era un
tedio absoluto y completo, pero fundado en algo. En el fondo oscuro de mi alma,
invisibles, fuerzas desconocidas trababan una batalla en la que mi ser era el suelo, y
todo yo temblaba por el choque desconocido. Una náusea física de la vida entera ha
nacido con mi despertar. Un horror a tener que vivir se ha levantado conmigo de la
cama. Todo me ha parecido hueco y he tenido la impresión fría de que no hay solución
para ningún problema.
395. 14-6-1932. 422 p.
382. p. 407.
383- 409
396. 423
414. 438
419. 442
425. 448
445. 463
352.383
252:278. La metafísica siempre me ha parecido una forma prolongada de locura latente.

Mi trabajo: Recorrer el camino que nos permita adentrarnos en el abismo


y las entrañas de la subjetividad contemporánea, y, al mismo tiempo,
alzarnos sobre la cumbre de aquella experiencia en virtud de la cual este
mismo sujeto ha logrado deshacerse de las ataduras que lo
encadenaban para emprender el vuelo entonando una oda a la existencia
cuya letra exhorte al hombre a abrazar su condición trágica y le impele
consentir la dualidad que lo escinde: la maravilla y el espanto.

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