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ABERRACIÓN CROMÁTICA

El ojo humano no es capaz de enfocar al mismo tiempo en las tres zonas del espectro en las
que se hallan los picos de absorción óptima de los pigmentos fotosensibles de los tres tipos de
conos, ya que la refracción en la córnea y el cristalino es mayor para las longitudes de onda
corta que para las largas.

A diferencia de otros sistemas ópticos como las cámaras fotográficas, en donde la aberración
cromática se reduce colocando dos lentes juntas; el ojo humano no tiene capacidad para la
corrección de las aberraciones cromáticas. Las longitudes de onda de los picos óptimos de
sensibilidad de los conos medios y largos están muy próximas, por lo que el enfoque óptimo
del cristalino sobre la retina se halla en los 560 nm de longitud de onda.

Las longitudes de onda más cortas (colores azules) se reciben por la retina como imágenes
levemente borrosas. En la siguiente fi gura se muestra cómo el ojo no puede enfocar el color
rojo y el color azul al mismo tiempo, o el color verde y azul al mismo tiempo, pero sí el color
verde y el color rojo.

Figura 1. Aberración cromática

En una carretera este fenómeno es importante para un conductor, ya que el contraste y la


rápida percepción de los objetos o personas es fundamental para la seguridad de todos; si se
pretende iluminar las vialidades con "luz blanca" proveniente de leds o aditivos metálicos, se
debe tomar en cuenta que su desgaste natural "corre" el espectro de color hacia el azul,
ocasionando pérdida del contraste al no poder enfocar los objetos con precisión y bajar así la
capacidad óptica del conductor.

Debido a esto, la retina tiene 40 veces más conos sensibles a las longitudes largas (rojos) que
conos sensibles a longitudes cortas (azules). Por otro lado, los conos y bastones no están
distribuidos de manera uniforme en la retina, la fóvea (parte central de la retina), únicamente
contiene conos, pues en la fóvea es donde se tiene la mayor resolución visual.
Figura 2. Cantidad de los diferentes conos en la retina

Al mirar un espacio iluminado con poca luz, por ejemplo, en la penumbra por la noche, la
agudeza visual es baja, debido a que no actúan los conos y no se distinguen los colores ni los
detalles.

A esta visión nocturna se le conoce como visión escotópica, en ella intervienen esencialmente
los bastones que captan con gran sensibilidad la mayor o menor cantidad de luz, así como el
movimiento de los objetos.

En esta condición de visión escotópica la luz blanca intensa fuerza a la vista a requerir de varios
minutos para volver a adaptarse a los niveles bajos de iluminación (deslumbramiento). En los
bastones existe una sustancia llamada rodopsina, que permite la alta sensibilidad de estas
células, pero que es destruida por la fuerte luz y tarda más de 15 minutos en volverse a
regenerar, esta rodopsina no es sensible al rojo, razón por la cual, esta luz se utiliza en
prácticas de astronomía para iluminar objetos durante la noche sin molestar la sensibilidad de
la vista en la obscuridad.

La sensibilidad de los conos y bastones decrece conforme la cantidad de luz aumenta. Ello
justifica que en alumbrados públicos de avenidas, carreteras y grandes superficies se efectúe el
alumbrado con lámparas de vapor de sodio que no reproducen fielmente los colores, pero
aportan gran cantidad de luz. Lo cual es importante para la seguridad del conductor y del
peatón, pues el cerebro reacciona más rápido al movimiento de los objetos, aunque no se
aprecien con detalle los colores.
Por el contrario, con la luz diurna o cuando el nivel de iluminación se eleva lo suficiente, los
objetos se ven con precisión y detalle porque actúan los bastones y principalmente los conos,
con lo cual se pueden distinguir los colores. A la visión con luz diurna se le llama visión
fotópica.

El campo de visión binocular del hombre es de aproximadamente unos 180° en el plano


horizontal y de unos 130° en el plano vertical.

La persistencia de las imágenes en la retina es del orden de 0.15 segundos, esto permite tener
la visión de los objetos en movimiento.

De los objetos iluminados o con luz propia parten los rayos luminosos, que atraviesan la
córnea y el humor acuoso, hasta llegar al cristalino, donde se refractan y van a la retina, en la
cual se forma la imagen de los objetos, invertida y de tamaño más pequeño que el natural.

El mismo efecto ocurre con una cámara fotográfica. En la córnea, actúan las células
fotorreceptoras, transformando la energía en impulso eléctrico enviándola a través del nervio
óptico al cerebro, donde se recompone la imagen y se ve en posición correcta y con los colores
que tiene. Al captar cada uno de los ojos la imagen del objeto desde ángulos diferentes, el
cerebro interpreta la percepción de la profundidad obteniendo el relieve, lo que se denomina
visión estereoscópica, que es el uso coordinado de los dos ojos para producir la visión de una
sola imagen.

https://www.youtube.com/watch?v=mwr1zel_240&t=93s

epdf.pub_iesna-lighting-handbook-9th-ed

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