Está en la página 1de 3

Ensayo: ¡Basta ya!

Carlos Rodríguez Lafaurie


10°B

IDDI Nueva granada

Aloncira Rada

2020
Introducción: El conflicto armado en Colombia ha permanecido por poco más de 50 años dejando
desastres
Desarrollo: La enorme cantidad de civiles asesinados en la guerra tenía intenciones de
fondo: mantener la lealtad de quienes sobrevivían, debilitar al enemigo, acumular poder
militar y además, doblegar y castigar a la comunidad, el hecho de atacar a un grupo de
civiles daba a los grupos armados una fama de “temibles e indolentes”, facilitándoles así la
dominación de tierras y asegurándoles las intenciones descritas antes, en ocasiones dichos
ataques estaban guiados por la venganza a sus enemigos en un ciclo de odio reproducido
y alimentado por las acciones combatientes. Aunque las intenciones eran claras, éstas
estaban justificadas por una señalación a las comunidades de ser un “pueblo guerrillero” o
“pueblo paraco” o “guerrilleros de civil” según el grupo armado que cometiera el crimen.
Pero, todo el daño que recibieron las comunidades finalmente no era accidente del
conflicto ni mucho menos un daño colateral imprevisto a causa de la guerra, todo ese
daño era parte de las estrategias de los diferentes grupos para sacar ventaja, para
controlar territorios, para controlar la economía e ir un paso delante de su enemigo. El
momento de la llegada de un grupo a un territorio que quisiera dominar era el momento
en el cual se presentaba una violencia mayor, pues el arribo al lugar era realizado a base
de sangre y fuego, dejando una gran cantidad de víctimas en el camino y haciéndose así
del control, luego de esto la violencia no culminaba, sino que se volvía más “selectiva” y se
seguía reproduciendo a una baja intensidad.
Toda esta violencia era vista como una “cotidianidad” a los ojos de mucha gente, tanto así,
que incluso los medios de comunicación dejaron de lado la información de esto porque
parecía rutinaria y pequeña frente a muchas otras noticias, sin embargo, es necesario
resaltar que existía una clase de silencio impuesto a estos medios por parte de los actores
armados quienes realizaban una interferencia violenta para hacer que esa “violencia
cotidiana” se viera como algo natural y que no era algo que se pudiera cambiar.
La desaparición forzada (DF) es otra modalidad que los grupos armados han utilizado
contra los civiles, que, de la misma manera, ha sufrido de invisibilidad y ocultamiento. En
el periodo 1985 – 2012 se reportaron 25.007 casos de DF, aunque esta cifra se puede
elevar aproximadamente a 27.000, pues las denuncias se remontan a la década de los
años 70. Los desparecidos eran sacados de sus casas, sitios de trabajo, interceptados y
nunca más se supo de ellos, según testimonios de familiares, es posible que los cuerpos se
hundieran en ríos, enterrados en fosas anónimas, cremados en hornos artesanales y
posiblemente hayan sido torturados. Para cualquier grupo la desaparición era “el crimen
perfecto”, pues si no hay cuerpo no hay manera de señalar a un autor y, por tanto, se
facilita la impunidad.
La “invisibilidad” también se dio en algunas masacres, sobre todo en aquellas pequeñas
con 4, 5 o 6 víctimas. Algunos de los nombres más recordados por las matanzas ocurridas
son: Mapiripán, El Salado, Segovia, Naya, Honduras, La Chinita y La Rochela. Sin embargo,
de las masacres que se lograron documentar, el 75% de ellas pasaron inadvertidas, se
quedaron en el anonimato, fueron rápidamente olvidadas, debido a la mínima cantidad de
víctimas en ellas y al ser menos espectaculares no tuvieron la misma importancia
mediática.
No solo la muerte ha sido una referencia y consecuencia de la guerra en Colombia,
algunas modalidades de violencia que no son letales pero igual de dolorosas y destructivas
también han permanecido latentes en el largo camino de esta guerra: el secuestro,
realizado con fines económicos o políticos; el desplazamiento forzado, cuya cifra oficial
asciende a 4.744.046 y por lo menos 8,3 millones de hectáreas; la violencia sexual,
dejando 1.754 víctimas y usado principalmente para humillar y castigar a las mujeres
líderes; y el reclutamiento ilícito, que es uno de los hechos menos reconocidos por los
grupos, ya que se trata de un crimen de guerra sancionado por la justicia internacional.
En definitiva, es muy difícil apuntar a alguien y culparlo por algún crimen cometido en el
desarrollo de la guerra, no obstante, todos los grupos realizaron crímenes como los
descritos anteriormente, pero con intensidades distintas.

Conclusión: La violencia en Colombia ha dejado muchas víctimas, sobre todo víctimas


civiles, personas que en su mayoría debieron ser ajenas a las situaciones, personas que
sirvieron de fichas en un juego realizado entre diferentes grupos armados, personas que
pudieron ser grandes, pero finalmente, personas que hoy ya no están. La guerra es algo
que a vista de muchas personas puede resultar sin importancia si esto no le afecta
directamente.

También podría gustarte