Está en la página 1de 71

MIRANDO BAJO LA TELA.

Pedro Bonache Meliá

1
El sexo nos hizo diversos, la reproducción sexual propició que fuésemos

distintos, que se recombinasen nuestros genes y que cada persona se

emocionase y entusiasmase de manera especial, que cada persona fuese un

universo de sensaciones personales, de distintas intensidades, de distintas

sensibilidades… innatas las esenciales y otras surgidas con los años, con las

experiencias, con la liberación de las ataduras que la educación y la sociedad

nos imponen siempre. En ese momento es cuando sonríes y dejas de

avergonzarte de tus emociones, de tus sentimientos, como cuando observas

una tela del color del océano, azul intenso y un terciopelo sobre el que una

lona deja pasar oleadas de sol al ritmo de la brisa de levante.

2
Esto ocurrió en la tapicería de Vicente Palomeque y me emocioné. Allí

mismo y movido por el impulso de la emoción, filmé un video de apenas

unos segundos de duración en los que fundía los planos del sofá con los de

las ballenas azules, buceando bajo ese mismo océano azul, como aquel

terciopelo que en sí mismo era un universo conmovedor de botones y

costuras, de artesanía y de oficio. Dediqué ese video a Isabel Sande, la

costurera… el esqueletaje de ese sofá que representaba el océano y el

cosmos, lo había hecho yo en un viejo taller de esqueletaje, que se iba a

convertir en el estudio fotográfico del impulso, de la emoción, de mis

sentimientos a flor de piel y entre ojos acuosos, cada vez que uno de aquellos

armazones surgía de entre mis manos, ante la lente del teléfono móvil,

provocándome una oleada de sentimientos, de emociones, de deseos e

incluso de relatos cortos en los que terminaba antropizando a los armazones,

hablando con ellos o viéndolos como máquinas del tiempo con las que

viajaba a la Italia de la posguerra o a las tapicerías danesas o australianas.

Pero lo que no me imaginaba, es que esos momentos de emoción y de

alborozo también se iban a producir fuera del viejo taller de esqueletaje…

ahí donde mi padre y mi madre crearon su hogar, ahí donde nacieron algunas

de mis hermanas, ahí donde yo fue descubriendo quien era…ocurrían en las

tapicerías cuando visitaba a algunos de mis clientes o en la misma calle

3
cuando alguien abandonaba algún viejo sofá o sillón… de esas visiones, de

esos impactos visuales surgiría una novela, posiblemente la mejor novela

jamás escrita sobre la historia del diseño Mid Century. “La decoradora”, en

ella, sillones y sofás adquirirían el mismo protagonismo que el elenco de

humanos que tratan de sobrevivir a la crisis económica, a la traición, a la

bajeza del ser humano.

4
EL BUEN DISEÑO DE MARCO ZANUSO, EN LA TAPICERIA

DE JUAN VICENTE COMES.

5
El Senior de Marco Zanuso no estaba en la calle, como ocurre en uno de

los pasajes de La decoradora… la sorpresa envuelta en la polipiel original

estaba dentro de la tapicería y la visión de la pieza en color rojo pasión, en

ese color rojo intenso, en ese color rojo ardiente… me dejó sin aliento y

apenas una fracción de segundo después me llegó el subidón de adrenalina

que me impulso a tirar del sillón hasta la calle y acribillarlo a fotografías

junto a mi Virago 535.

Era un Senior original, pero dentro de la tapicería me esperaba el auténtico

icono del Bue Diseño italiano, un silloncito Lady, el ganador de la IX Trienal

de Milán de 1951, el primer sillón cuyos rellenos eran de una goma espuma

inyectada desarrollada por Pirelli… era la ilusión por diseñar muebles

hermosos y funcionales.

6
La ilusión por olvidar poco a poco el horror de la guerra, el horror de los

crímenes, de los bombardeos, de los fusilamientos, por olvidar el genocidio

y volver a vivir con una sonrisa en los labios.

Ese torbellino de pasión y de emociones brotaba de mi en forma de

palabras, en forma de un discurso excitado que solía arrancar la sonrisa de

ellos y de ellas, de los tapiceros y de las costureras, que durante unos

instantes dejaban de clavetear o de ajustar las telas a los armazones, de coser

o de remallar y escuchaban la historia del Senior o del Lady. Mi excitación

les hacía gracia, mis aspavientos, el alborozo que provocaba en mi

encontrarme cara a cara con unos sillones que ellos llevaban años

retapizando sin saber lo que había detrás, no podían excitarse con algo que

7
no era más que trabajo, con algo que no era más que madera y tablero, con

la rutina laboral de un oficio en el que el gusto y la pasión son virtudes

esenciales.

Salí de la tapicería, volví a montar en la Virago y no pude ver la mirada

del tapicero o de la costurera… durante unos instantes observaron al Senior

y al Lady con otros ojos, después se miraron las manos… y debieron sonreír

al ser conscientes de que sin ese oficio que habían aprendido desde

adolescentes no existirá la estela del aquel Buen Diseño, no existiría la

belleza de un sillón tapizado, de una cortina, de un confortable sofá o de una

elegante y precisa costura, la plasticidad visual de un botón penetrando en la

tela.

Pero la historia del Senior y de la Lady no terminó con aquel apasionado

encuentro, unos meses más tarde me visitó uno de los últimos oficiales

tapiceros con escuela que aún quedaban en Valencia.

Manolo Lorite apareció sobre su Guzzi V50 de 500 cc, sonriendo, alto,

estrecho de caderas y de hombros, la estructura clásica de un ciclista de

carretera disimulada bajo la chupa de un motorista, con la sonrisa dibujada

bajo su bigote, el pelo entre cano revuelto, el casco en la mano izquierda y

en la derecha un manojo de plantillas de cartón.

-Mira Pedro, han traído a la tapicería dos silloncitos muy chulos y hechos

con mucho sentido, va todo suelto, bastidor de asiento, brazos y respaldo, el

caso es que me ha gustado mucho y he sacado las plantillas…-así

8
empezamos aquella charla en la que Manolo cantaba las excelencias de

aquellos dos Lady que habían recalado por la tapicería de Avelino Devís en

Casas de Bárcenas. Después desplegó las plantillas y con sus largos dedos y

el entusiasmo en la voz me fue describiendo el modelo… y creo que tiene

algún premio, pero no me hagas mucho caso… -apuntó- estos modelos los

vendía Martínez Medina aquí en Valencia, pero creo que son italianos, he

retapizado muchos.

Y no se que ocurrió después realmente, pero perdí aquellas plantillas,

aquellos días se disipan y no los ubico bien, pero se que cuando empecé a

leer sobre el diseño Mid Century y descubrí al valor histórico de aquel Lady,

ya fue demasiado tarde, busqué las plantillas, pero fui incapaz de

9
encontrarlas en el caótico taller de esqueletaje, pero el destino volvía a

ponerme frente a la pieza de Zanuso cuando Juan Carlos Estruch me llamó

diciendo que tenía en el taller un silloncito de esos que me gustaban y sobre

los que hablaba a menudo en mis post.

-¡Saca las plantillas…! -le respondí. El tapicero de La Punta soltó una

risotada y lo hizo, unos días más tarde se pasó por el taller para almorzar y

me las entregó. No se lo que tardé en hacer el primero pero si recuerdo que

me quedé parado frente a él, observándolo y sintiendo ese vértigo que te

invade cuando tu cerebro se acelera, cuando la excitación lo convierte en una

auténtica máquina del tiempo que te hace creer que has viajado al estudio de

Marco Zanuso… recuerdo ese placer, el gozo, la satisfacción tan íntima y el

deseo desbocado de fotografiarlo y compartirlo

10
Y tras el Lady llegó el Senior, un cliente de Barcelona leyó los post escritos

sobre el Lady y me envió un original para que lo replicara, tuve que sacar las

plantillas sobre la misma tela de pata de gallo, después sobre madera… ahí

estaba, el hermano mayor, el orejero que nunca alcanzaría la fama del Lady

pero que formaba parte indivisible de esa pareja de iconos del Buen Diseño.

11
12
CUANDO LA LUZ INUNDA EL VIEJO TALLER DE ESQUELETAJE.

Sin luz morimos de tristeza, sin el calor del sol morimos de frio… por eso

cuando el sol de la tarde se vierte como la fértil lava llegada del cosmos es

difícil evadirse a la tentación de fotografiar cualquier esqueleto, de

fotografiar sus sombras o como la madera es capaz de reflejar la misma luz.

Aunque la foto más ardiente e intensa surgió de un proyecto sorprendente.

Aquella enorme tulipa anaranjada yacía perdida en uno de esos almacenes

repletos de embargos, repleto de material, de mobiliario o de maquinaria

impagada, hasta que un fotógrafo especializado en fotografiar el ojo humano

vio en ella la posibilidad de convertirla en un sillón con forma de pupila.

Jose Castillo, colega y tapicero la dejó en medio del taller y me comentó

que realmente era una lámpara que había iluminado las noches de una

discoteca ibicenca… hasta que la luz del sol la volvió a iluminar para mis

ojos. Aquella tulipa se convirtió en una especie de útero ardiente, en una

especie de sol del color del magma, con luminiscencia rosada, casi

sanguínea, una especie de esfera repleta de líquido amniótico que volvió a

parirme… hubiese sido ideal hacer aquel video desnudo y cubierto de

13
aceite…pero cuando te mueve el impulso y el ansia apenas si te da tiempo a

planificar.

14
Es difícil escapar a la inspiración del sol, a los juegos de luces y sombras,

son esos elementos que enriquecen el escenario eterno, el mismo suelo

hidráulico, las mismas viejas paredes… los esqueletajes que nacen aquí y

después se marchan… y de nuevo la soledad, la espera de los tablones, el

silencio de las maquinas paradas y a menudo el sonido de la lluvia sobre el

tejado de plástico traslucido que lentamente se va cegando, que se va

degradando, haciéndose más opaco. Bajo el, un doble techo de cristal

acústico que también se va llenando de polvo y del serrín que se cuela entre

las juntas y se deposita como los sedimentos marinos, como finos lodos que

marcan el paso del tiempo en el escenario eterno donde transcurre la mayor

parte de mi vida y donde mi vida cambio hace unos años cuando un sillón

australiano irrumpió en ella.

15
También terminaría convirtiéndose en otro personaje de este taller, en un

nuevo icono fotografiado desnudo o vestido, aquí dentro en la penumbra, en

la puerta bajo el sol o ante grafitis urbanos.

Cuesta entender que un sillón te pueda cambiar la vida, lo puede hacer una

enfermedad, un accidente, una crisis económica…. ¿Pero la aparición de un

sillón puede llegar a ser tan trascendente…? Lo fue, claro que lo fue, me

descubrió la historia del diseño, me hizo viajar virtualmente hasta Australia

donde Grant Featherson lo diseñó en la década de los 50, formaba parte de

la colección Contour, una serie de piezas de tapicerías muy puras y planas,

estructuras concebidas con tableros curvados y pastas cónicas ensambladas

en fustes de madera.

16
Esto ya era algo trascendente, esqueletajes sacados a la calle, al

descampado donde los artistas urbanos habían dado rienda suelta a la

inspiración y a la rebeldía. Sin lienzos ni marcos que acotasen las ideas, el

ladrillo como lienzo y el perfil de la ciudad como marco… armazones fuera

del taller del esqueletaje, fuera del catálogo inexistente.

Descubrir lo que hay bajo la tela, antes del tapizado, dentro del tapizado…

siempre hay un inicio, un primer paso hacia la liberación, hacia la fe en si

mismo. Risas y chanzas, burlas… ¿que haces haciendo fotos al sillón ese, si

no está tapizado….? Lo que tienes que hacer es trabajar… espetan los grises

y los obtusos, me cuesta replicarles, es tal el abismo que nos separa.

17
Este sillón, mi versión de R-160 de Grant Featherston, también terminaría

siendo la portada de “La decoradora”, mi hermana Rosalia posaría con la

mirada velada por los parpados durmientes, posiblemente evocando las

emociones vividas en el viejo taller de esqueletaje, donde ella nació, donde

mis hermanas jugaron entre virutas y serrín.

18
19
LA DECORADORA… Y EL PAPA BEAR DE HANS WEGNER.

20
De nuevo el R-160 compartiendo la portada de la novela, junto a Rosalía

y junto a mi réplica del modelo Papa Bear de Hans Wegner.

Un modelo icónico de los años 50, de líneas muy masculinas, casi que

abruptas, puede llegar a sugerir la sentada retadora y desafiante de un hombre

dominante, puede que machista… emociones, sugerencias, imaginación

desatada, deseo de escribir, de contar lo que siento y vive dentro de mi. El

21
Papa Bear protagoniza la novela, un thriller repleto de auténticas joyas del

diseño Mid Century.

22
23
De nuevo jugando con la luz, con la claridad atenuada, las líneas del Papa

Bear contrastan con otra extraña réplica. En segundo plano se observa la

línea esbelta, orgánica, neuronal del modelo High Back Wing Chair de Frits

Henningsen, mucho más fluida y ligera que el modelo de Wegner, sinuosa y

deliciosamente vintage, un diseño de 1935 muy raro de encontrar. La cintura

estrecha y el copete amplio inspiraría a otro diseñador, Tom Dixon, un inglés

que pondría de moda su personal Wing Back y que terminaría replicando para

Héctor Díaz de León y después para Teresa Martínez de Gracia.

24
Tapizar mi réplica del Wing Back de Dixon no fue demasiado difícil para

los hermanos Gómez, aprendices del oficio desde la adolescencia, los

hermanos lidiaron con el esqueletaje al estilo clásico, con rellenos de crin

vegetal, costuras a mano, vivos ribeteando los perfiles… nada que no

pudieran hacer después de décadas trabajando de tapiceros, pero el reto

llegaría un par de años después con la deconstrucción de un orejero clásico

que montaría para ellos.

25
26
DECONSTRUCCION DE UN OREJERO.

Cuando José me envió la primera foto del orejero deconstruido, salí a paso

rápido hacia la tapicería, ellos me esperaban algo inquietos pero se relajaron

enseguida cuando me vieron detenerme a poca distancia del sillón y afirmar

con la cabeza.

- De puta madre, me conmueve…¿Que habéis sentido al hacerlo…?

José sonrió, entrecerró los ojos y confesó que al principio les había costado,

nadie les había enseñado a tapizar mostrando el interior como si fuese el

acabado final, nadie les había enseñado a reconocer la belleza y el atractivo

de lo que se suele esconder bajo la tela, dentro del tapizado… era como

tapizar al revés.

Pude sentir todas las emociones que les invadieron cuando iban

deconstruyendo un orejero clásico que parecía rescatado del palacete de

algún obispo, ese vivo color de la tapicería aún reforzaba el concepto de lo

antiguo, de la belleza retenida de otra épocas, del atractivo del alma oculta,

de lo que escondemos… habían tapizado contra sus propios conocimientos,

27
contra todo lo aprendido y habían seguido aprendiendo, sus manos habían

vuelto a crear algo agradecido a la miradas, a los sentidos.

La foto estaba ahí, frente a mis ojos, es en ese momento en el que siento

algo especial, que me emociona y que anhelo compartir para que alguien se

pueda emocionar como lo hacen mis sentidos, para que durante unos

instantes nos sintamos dichosos.

28
29
MONOCROMO, BLANCO Y NEGRO.

La fotografía surge con el impacto de esa imagen que deseas congelar y

después manipular con el contraste, con la luz, con la temperatura. Aunque

es lo que sientes al contemplar la realidad… lo que va a dar valor a esa

imagen.

30
Muy pocas veces fabrico más de dos o tres piezas, pero ese día monté

ocho butacas y para mí era una multitud, una familia surgida de entre mis

manos, diseñada y creada por mi. Sentía que era algo mío, que había volcado

en esas butacas todo mi conocimiento y todas mis lagunas… allí sentado me

imaginaba el padre de todas ellas, el padre al que escuchaban, mientras que

mi joven amiga Sonia A R, de menos de treinta años, me dijo que le parecía

una reunión de alcohólicos anónimos. Me fascinó esa visión de la fotografía

y descubrí que cada persona vivía y sentía dentro de sus propios mundos.

31
El viejo suelo hidráulico de la antigua vivienda de mis padres, el sol del

atardecer, un modelo inspirado en las líneas de diamante que tanto explotó

Gio Ponti, de nuevo ese viaje en el tiempo hacia otras épocas.

Creo que siempre se fotografía la belleza, la armonía, lo sugerente, lo

impactante, una muerte, un parto, el dolor… pero siempre se dan esos

elementos, sugestión, armonía, la belleza de lo que nos conmueve… en el

taller de esqueletaje fotografío esos momentos, impulsos, deseos…

fotografío cuando algo me satisface o estimula, cuando algo me lleva a otras

épocas aunque sea durante una fracción de segundo.

32
Y fotografío porque el ritmo es lento, porque trabajo solo, porque el tiempo

tiene otro discurrir... porque me puedo quedar parado, absorto contemplando

como el sol incendia el taller, los planos se van a repetir, los encuadres

también, los modelos de esqueletaje cambian pero el sol es el mismo. Todo

puede ser gris, en blanco y negro o monocromo… pero la luz siempre me

conmueve, me hace sonreír, me aporta el calor anhelado de la madre

fallecida, del padre que me legó el oficio. Momentos de soledad tan íntima

que el segundero que pauta mi vida se detiene durante unos instantes,

entonces suena el click del obturador virtual y el tiempo en el que el

segundero dejó de contar se congela, muta a una imagen que ya no existe

físicamente pero si en la pantalla, en un papel impreso… en tu recuerdo, en

la retina hasta que otra escena te hace olvidar la anterior.

33
34
35
Monocrono, blanco y negro, mi padre fotografiando a su familia cuando

vivian en la planta baja, en lo que hoy es el viejo taller de esqueletaje, donde

yo sigo fotografiando… en el collage se ve la misma silla de la imagen

anterior, solo queda ella de las cuatro que rodeaban la mesa. Madre parece

querer ordenar esas espigas, o tallos, la foto robada de padre o puede que

posara, eso ya nunca lo sabré.

36
37
LLAMARADAS SOLARES Y REPLICANTES.

Cuando abro los portones el sol deja de torturarlos, de degradarlos, deja de

resecarlos y llena con sus llamaradas el taller de esqueletaje… ardiente,

luminoso y cegador después de recorrer más de 150 millones de kilómetros.

38
39
El R-160, aquel sillón que cambió mi vida parece pedirme que hable, que

le cuente que siento.

40
Dos iconos del diseño Mid Century, mi versión del R-160, la réplica de la

Lady de Marco Zanuso y en el centro, una aproximación a lo que iba a ser la

actual revisión del orejero clásico por Jaime Hayon. Su modelo Ro,

convertido ya en otro icono del diseño… y que más tarde tuve la oportunidad

41
de tenerlo ante mí. Fue un momento emotivo, ver las hechuras, el diseño, la

firma de Hayon, la etiqueta holográfica… todo en si era un holograma, otra

fantasía, otro delirio del esqueletero que terminó hablando con sus réplicas

del Ro, mirando a la cámara, guiñando un ojo a Blade Runner, haciendo

sonar el tema de Vangelis y respondiendo a las preguntas de las réplicas del

Ro, analizando el iris que poco a poco viraría hacia la forma esférica del un

nudo sobre los tablones de pino de Las Landas, ni siquiera el esqueletero era

autentico.

Los replicantes esperando sus respuestas…

42
Recuerdo aquel discurso, hablaba de réplicas dignas... era el guión

improvisado para un video, el salto de la imagen estática a la imagen en

movimiento y con sonido, buscando el estímulo permanente, la sorpresa

continua… cuando el estímulo debería estar dentro de nosotros mismos.

43
44
ESQUELETERO DECONSTRUIDO

Es curioso como nacemos desnudos y apenas unos instantes después nos

limpian, nos quitan de la piel los restos del líquido amniótico, los restos de

la placenta, los restos de la vida sumergida en el vientre de madre… son

pocos los años en los que esa desnudez se ve pura, la desnudez del niño o

de la niña, de los cachorros humanos entre risas y gestos llenos de inocencia

y pureza, los ojos entrecerrados, la delicada piel bajo el sol… pienso en el

maestro Sorolla, es su adoración por el sol, por la brisa de levante que

convertía los toldos y las faldas en nubes que envolvían la desnudez

interior… salvo la de esos niños que su paleta recrea desnudos, bajo las

transparencias del agua salada, sin más vestimenta que alguna saya blanca,

sin más vestimenta que los granos de la arena pegados a sus pieles ya tostadas

por el verano. Mujeres que se protegen con delicadas sombrillas de mano,

pamelas al viento, adultos que cubren la desnudez y niños que nadan o

pasean envueltos en su propia piel… después se pierde la mirada prístina, la

mirada con ojos limpios de manchas, aflora la sonrisa curiosa ante el

novedoso deseo…se cubre, se vela la emoción, se emborrona con los dogmas

45
y el cuerpo se cubre, se evita el deseo, el anhelo de sentir el otro cuerpo, se

cubre el cuerpo del joven, se levantan muros a la pasión y en la vejez se

vuelve a cubrir el cuerpo decrepito, marchito y contraído… ¿donde quedó el

niño desnudo bajo el sol, el adolescente zarandeado por las pasiones

prohibidas…? el desnudo es una perversión, se cubre la vergüenza que no

debería existir, se reprime el deseo al que nos han hecho renunciar… y el

cuerpo desnudo se vuelve pornográfico, sucio, desdeñable, vergonzante,

estúpidamente provocador… se nos hace negar y repudiar lo que somos

realmente… personas que nacieron desnudas y que nos vistieron sin

preguntarnos si queríamos cubrirnos o ser quienes éramos.

46
Mi réplica del sillón Eva de Querstin Holmquist, la diseñadora danesa que

en los años 50 crea una colección de piezas llamada Paradise, en esa

colección se incluía el sofá Paradiset, el sillón Adam y la banqueta Hoja de

Parra… todo incita a la desnudez antes del pecado original, todo incita a

dejarse llevar, a coger dos manzanas, una roja y otra verde, pasión y

esperanza. La réplica del Eva se tapiza en rojo y verde, simbolismo solo para

mis ojos, un cuerpo desnudo solo para mis ojos, el estómago fláccido, la piel

empieza a cuartearse, se destensa, ya no veo bien de cerca y tomas

consciencia de que estas en la última meseta.

47
El altiplano de la madurez incipiente, parece que siempre fue así, que

nunca te bañaste desnudo en la Malvarrosa, en el Saler o en la Casa Negra…y

no pasa nada, somos algo más que ropas y gestos, que educación y formas

públicas, la camisa de fuerza y el qué dirán.

Ocho butacas, una especie de cadena evolutiva, los silloncitos terminan

apoyados sobre sus cuatro patas y el esqueletero erguido, apenas se ve,

sostiene la grapadora en la mano izquierda.

48
Un pequeño puf… pero yo veo una peana donde hacer el mico, donde

posarme, quizás el cartel de Bird aún permanece en el subconsciente y es el

que me inspira… pero siempre hay historias subyacentes, justo delante del

esqueletero desnudo, se aprecia una mancha oscura en el suelo. Es el

cemento ennegrecido, los restos de aquel barreño repleto de brasas en el que

mi padre y sus operarios asaban las patatas. Pimiento rojo, aceite y poco más,

49
50
A CONTRALUZ, BAJO LOS FLUORESCENTES.

Un estudio de fotografía instintiva, los esqueletajes posan, los fotografío…

la secretaria ya les llamará, siguiente… un casting delirante, un casting

surrealista, no, simplemente momentos de inspiración, impulsos con las

luces te invitan a ver con otros ojos.

51
52
53
54
55
El modelo Hollis a contraluz, el fondo casi quemado realza el cabezal

flotante, diseñado por mi pero inspirado en un modelo danés concebido para

venderse en EEUU. Años 50, el diseño escandinavo, elegante y orgánico, se

ponía de moda en las casas de las clases acomodadas de toda Europa y era

cuestión de tiempo que esa tendencia cruzase el océano. Hollis Baker, un

empresario norteamericano del mueble, viaja a Dinamarca y conoce a Finn

Juhl, llegan a un acuerdo y el fines diseñará una colección destinada al

público yankee, y entre ellos diseñará el sofá Baker, un modelo con el cabezal

al aire y apoyado sobre un fuste de madera vista.

56
Se recorta la silueta del omnipresente R-160, es una luz más fría, el

fluorescente carece de vida y el sol aún no ha ascendido lo suficiente… será

cuestión de horas que vuelva a asomarse a las puertas del viejo taller de

esqueletaje.

57
58
59
FRENTE A LOS VIEJOS PORTONES DEL TALLER DE

ESQUELETAJE.

60
-¿Yo no te has planteado restaurarlas…? -pregunta alguien y niego con la

cabeza, me encojo de hombros, sería negar el paso del tiempo, el paso de las

lluvias y de los soles, el paso del viento de poniente, el paso de los inviernos

y de la luz vespertina, que en verano o durante los fríos fue resecando la

mobila, empapada de resina y moteada con unos nudos que sudaron resina

sol tras sol y que ahora surgen petrificados, decolorados, deshidratados,

sobre una madera como anaranjada y aparentemente muerta… pero que

sigue viva al otra lado, ahí donde nunca da el sol y donde la humedad de los

miles y miles de años de avenidas del Turia emerge desde el piso hidráulico.

Bajo el viejo taller se extiende la primigenia tierra arrastrada desde las

serranías, capas de limos y lodos, fértiles que siguen reteniendo aquella

humedad que mantiene vivos a los portones. Vejez y juventud, recuerda al

humano que envejece por fuera y que se siente joven por dentro, la piel vieja

y los ánimos jóvenes, el cuerpo cansado y la mente viva.

Y ellos, los viejos portones son un marco fantástico, nunca antes se habían

sacado los armazones a la calle, los vecinos solo los veían si se asomaban,

pero ahora los ven bajo el sol y me ven fotografiándolos.

-¿Son para un catálogo…?

-No… los fotografió porque me gustan.

Un poco de magia, flotando dentro de mi versión del Favn de Jaime Hayon.

61
Una imagen para observar en detalle… se distingue una serie de R-160

listos para enviar, dos sillas inspiradas en la Executive de Eero Sariñen a la

62
derecha y frente a ellos una versión libre del modelo Womb también de

Sariñen

Dos estilos frente a frente, el clasicismo del sillón de orejas y cuatro patas

estilo Chippendale sin tallas, algunos tapiceros las llamaban patas de pecho

de paloma… contra el estilo limpio de una pieza de diseño mío pero

inspirada en el estilo danés de mediados de siglo, aunque realmente es una

derivación del R-160 que fue diseñado en Australia.

63
Do formas distintas de concebir la belleza, las líneas, los volúmenes… el

orejero irá cargado de tapicería, de cojines, de rellenos, en su día con muelles

en el respaldo e incluso en el reposabrazos, pero esta vez la tablocha ancha

se sustituye por una pieza de relleno que se envolverá en gomaespuma. En

el orejero australiano apenas si se verán rellenos, se mantendrá la pureza de

las formas internas pero su sentada será menos confortable… aunque yo

tengo tantas ansias que no puedo esperar a que lo tapicen y más teniendo al

lado a un Papa Bear… el viejo conocido que tanto me costó reproducir.

64
65
66
67
El abrupto modelo Distex de Gio Ponti inspiraría al diseñador de la portada

del emblemático single de Radio Futura, Rompeolas… bastantes décadas

después un cliente de más de setenta años me pediría que lo replicase, que lo

devolviese a la vida. Rompeolas… así tituló Auserón ese tema que hablaba

de los cambios que se avecinaban con el paso de década, de los 70 a los 80,

igual que la ola se rompe en el rompeolas y da paso a otra ola, puede que

viesen este modelo por casualidad, o que buscasen algo que hablase de la

individualidad y viesen en el Distex una especie de buque capaz de romper

las olas y atravesarlas con el acusado ángulo de las consolas que soportan los

reposabrazos… me gusta imaginar que pudo ser algo así,

68
Y a veces soy yo el que posa, el que divaga… el que fantasea y sueña que

fue capaz de fabricar una máquina del tiempo con madera. Adrían Pearsall

me inspiraría esta vez con su modelo 1209C. El norteamericano recogería el

guante de estilo nórdico pero le daría un aire tremendamente personal, me

atrevería a decir que más tosco, más robusto, con más sección de madera que

la que solían usar en el norte de Europa, salvo en sus sofás Góndola, piezas

sutiles, alargadas y de respaldos bajos, con platabandas que recordaban a las

quillas o a las proas afiladas… inspiradas en su pasión por navegar en velero.

69
Existía un mundo fascinante fuera del taller de esqueletaje que mi padre y

yo desconocíamos, él no llegaría a conocerlo y pienso que le habría

encantado de la misma forma que a mi me abrió un nuevo horizonte laboral

y personal.

Descubrir el mundo del diseño, el mundo de las diseñadoras y de los

diseñadores que crearon lo moderno, lo vanguardista, lo atrevido, lo

valiente… me hizo crecer, me hizo feliz en la intimidad, en la soledad del

viejo taller y me hizo soñar llegando a creer que tenía algo en común con

aquellos maestros.

70
Puede que siga siendo un niño con todo lo bueno y lo malo que eso implica,

lo bueno de emocionarse y fantasear, lo malo de no estar atento, de

distraerme con demasiada facilidad…de volar y divagar, de soñar con los

ojos abiertos y de ver y sentir momentos que solo el niño percibe, ante el

asombro del circulo de adultos, que más de una vez no entienden las risa de

la infancia, la inmadurez del adulto que a veces resulta ridículo, pero que

puede que duerma feliz por las noches, fatigado de soñar despierto… como

cuando los niños y niñas que Sorolla pintaba en la playa caían rendidos al

final de los interminables días del estío, con el salitre tiznando sus

cuerpecitos y el murmullo de las olas resonando entre los recuerdos del día

en la playa.

Escrito por Pedro Bonache, en Valencia, a mediados de junio de

2020.

71

También podría gustarte