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Los años comprendidos entre 1930 y 1980 constituyeron una era de modernización y
conflicto en la economía peruana. Lo primero porque la población se multiplicó por
tres, ensanchando el mercado interno; el territorio comenzó a comunicarse mejor,
gracias a la inversión en carreteras, telefonía y aviación comercial; se expandió el
gasto público, con la duplicación del número de ministerios, especialmente en el
campo “social”, como la salud, el trabajo, y la educación; y se difundió el uso de la
moneda de papel, que le otorgó al estado, a través del Banco Central, una poderosa
herramienta para influir en la economía. Lo segundo porque el debate en torno a cómo
y hacia donde debía orientarse el desarrollo económico nacional fue álgido y
enconado, lo que resultó en el controvertido experimento militar conducido por el
general Velasco Alvarado al final del periodo.
Los años 80 fueron años muy difíciles, ya que se arrastraba un déficit económico
desde los tiempos militares.
Belaunde en su segundo gobierno retomó una política liberal que fue contraproducente
porque los empresarios no tenían la confianza para invertir de forma amplia y porque
al liberarse los controles militares los precios subieron y la población se resintió.
El gobierno de Belaunde heredó del régimen anterior un aparato estatal muy grande e
ineficiente, una inflación anual por encima del 60% y una pesada deuda externa. En un
primer momento, por 10 menos hasta 1982, el gobierno pudo Sortear y Superar estos
obstáculos. Sin embargo, hacia 1983 la economía del país se vio en una situación
difícil por una serie de factores: los estragos que ocasionó en la agricultura el
fenómeno climático del Niño (1983); el descenso de los precios de las exportaciones,
producto de una crisis mundial; la libre importación, que afectó a la mal preparada
industria nacional, y un mal refinanciamiento de la deuda externa.
La baja producción, una inflación que parecía tornarse incontrolable y el desempleo
perfilaron los últimos años del gobierno.
Este primer gobierno de García también es recordado por dos polémicas medidas. La
primera de ellas tiene que ver con el lastre que representaba el pago de la deuda
externa. En su primer mensaje a la Nación,
García decidió que sólo el del valor de las exportaciones se destinaría al pago de la
deuda externa. Con esta medida, el Perú quedó marginado de la comunidad financiera
mundial y quedó imposibilitado de solicitar créditos internacionales.
Paradójicamente, al final de su gobierno, García reinició los pagos, pero en
condiciones mucho más duras. La otra medida controvertida fue la estatización de la
banca privada (1987). García pretendía rescatar el crédito de manos de unos cuantos
y popularizarlo. Lo único que logró fue el total rechazo de los banqueros y
empresarios, y la creación de un movimiento político opositor liderado por el escritor
Mario Vargas Llosa.
Para superar la crisis económica se creó el PAIT (PROGRAMA DE APOYO AL
INGRESO TEMPORAL)
Fujimori realizó un ajuste económico radical eliminando los subsidios del Estado y
sincerando la economía. Ese fue el primer paso para la reactivación económica,
siendo decisivo el proceso de privatización que acabó con la reforma estatal iniciada
por Velasco. El crecimiento económico mundial, gracias al fin del Comunismo en la
URSS, permitió la llegada de una gran cantidad de capitales foráneos. De otro lado,
haciendo uso de un fuerte autoritarismo.
- Velasco Alvarado realizó un golpe de estado e implantó una serie de reformas que
marcaron un nuevo rumbo en el Perú se impuso una política que buscó crear un
estado más grande fuerte e interventor para realizar las reformas sociales que
hacía tiempo la población y amplios sectores políticos demandaban.
- Se implantó un capitalismo de estado siguiendo en parte el modelo de La Unión
soviética estalinista
- La crisis energética de 1973 que arrasó al Perú en 1975 y el fracaso de las
reformas a nivel económica provocaron la inestabilidad política y social.
- Francisco Morales Bermúdez dio golpe de Estado y frenó las reformas
velasquistas, sentó las bases para el retorno democrático, al convocar a las
elecciones para el Congreso.