Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Etiqueta en El Buen Vestir Final
Etiqueta en El Buen Vestir Final
Administración Hotelera
Etiqueta y Protocolo
Floribeth Salas
Invitaciones
Si la invitación es a un acto formal, normalmente se indica el modo en que se ha de vestir.
Si la invitación es informal, se seguirá el dictado del sentido común: ¿de quién viene?
¿Con qué fin?, ¿dónde es? Entonces uno se adaptará a la categoría de la persona que
invita y al fin de la invitación, así como al lugar donde se celebra.
A almuerzos
Si esta es en el campo, la vestimenta será más deportiva que si fuera en la
ciudad, utilizando zapatos y bolso apropiados.
Si es una comida formal, se vestirá con más elegancia, según donde sea y
quien invite, pero no se utilizará traje de noche y las joyas no se llevarán en
exceso.
A tomar café
Se seguirá el mismo criterio que para las comidas, ya que suele ser después de estas y
normalmente más informal.
A tomar el té
Generalmente, estas invitaciones suelen ser para señoras, se usan vestidos de tarde
sencillos.
A cenas
Según el tipo de cena que sea, se utilizará traje de tarde, de cóctel o de noche, incluso
puede ser largo.
Si se trata de amigos que se reúnen informalmente, basta con un traje de tarde que sea
más bien elegante, o con un traje de chaqueta de vestir; en este caso, la señora
normalmente no se quitará la chaqueta.
A bailes
Suelen ser de noche, las señoras seguirán lo indicado en la invitación: traje largo o de
gran gala, según la celebración.
Se usará bolso pequeño de noche y zapatos a juego o forrados con el tejido del vestido
(al tratarse de una baile el vestido elegido debe permitir movernos con cierta comodidad,
tanto las piernas como los brazos). Si se necesita abrigo, puede ser de piel en armonía
con el vestido largo. Son preferibles las joyas buenas, pero nunca en exceso y sabiendo
armonizarlas.
Los señores llevarán esmoquin o frac; con este último: camisa almidonada, corbata
blanca, chaleco blanco, calcetines negros de tejido más bien sedoso y zapatos negros o
de charol negro.
Si los bailes son de gente joven, el atuendo puede ser más informal, pero sería deseable
mantener las mejores tradiciones en el vestir.
A recepciones oficiales
Normalmente, la vestimenta se indicará en la invitación y, en caso de que no se haga, es
preferible pedir información con la suficiente anticipación. Allí también constará si se
pueden llevar condecoraciones, en caso de que se posean.
Deportes
Para hacer deporte conviene usar la ropa adecuada al deporte que se practique, como ya
se ha visto.
Si se asiste como espectadores a competiciones deportivas, carreras de caballos,
campeonatos de tenis y demás, según el lugar donde se celebran y el carácter que
tengan, habrá que vestir más o menos elegantemente.
A un cóctel
Las señoras irán con traje de cóctel y los señores de oscuro, a menos
que se indique otra cosa en la invitación
Para una cena de este tipo será suficiente un vestido largo, sin ser excesivamente lujoso.
También un elegante conjunto de pantalón puede servir para esta ocasión o un vestido
corto adecuado para esta ocasión.
En cuanto a las joyas, pocas pero de calidad, sin tanta suntuosidad como si fuese a una
cena de gala. Se puede acompañar, un bonito collar bueno o de fantasía, de alguna
pulsera y anillo.
El pantalón deberá quedar a la altura del tacón del zapato. Ni quedará corto, viéndose los
calcetines, ni arrastrará por el suelo (tres dedos al menos por encima de la altura del
suelo). Las chaquetas cruzadas ('blazers') son más clásicas y se pasan menos de moda
que las rectas. También son más "formales" que las rectas. La chaqueta cruzada se viste
abrochando dos botones y la recta se viste abrochando solo el botón superior.
Las solapas y hechuras suelen variar con la moda, aunque todas mantienen un estilo muy
similar. Los mejores tejidos para los trajes de caballero son la lana, la franela, el lino,
algodón o la alpaca (hay otras composiciones y mezclas). Respecto de las camisas los
tejidos más utilizados son algodón y seda (aunque las mezclas con sintéticos son muy
utilizadas). Los calcetines deberán combinar con los zapatos y/o los pantalones.
El cinturón deberá combinar con los zapatos.
Aunque el hombre se vista de sport, no se debe desabrochar más de un botón de la
camisa. Se debe evitar combinar cuadros con rayas, y no mezclar más de tres colores a la
vez.
Para vestir un traje, los complementos utilizados serán unos gemelos o cubre-botones y
un alfiler de corbata. Anillos, los mínimos.
Hay dos tipos de etiqueta: la civil, la más utilizada por las personas en general y la
etiqueta militar, menos común, que es utilizada por distintos estamentos, militares u
organizaciones similares, en ocasiones de gala (uniformes).
No es necesario contar en el armario con alguna de estas prendas si no se lleva una gran
vida social; la mejor opción es alquilarlo en alguno de los establecimientos dedicados a
ello.
Chaqué.
Esmoquin.
Frac.
Spencer.
Uniforme de gala.
Giorgio Armani, diseñador italiano y uno de los más importantes en cuanto a diseño de
ropa masculina se refiere, ha elaborado un código del buen vestir:
Las mujeres pueden combinar sus prendas de acuerdo a sus gustos y creatividad
utilizando tres o cuatro prendas básicas, sin excederse de tres o cuatro colores. Evitar las
combinaciones de cuadros con rayas, de estampados muy similares en dos prendas. En
el tema de colores procurar no utilizar demasiado una sola pieza de un traje, y después
ponerse el conjunto, pues se notará de colores diferentes (mas muerto o pálido la prenda
más usada).
Siempre se debe de evitar dejar a la vista la ropa interior cuando se usa escotes y
espaldas al aire. El ropero, es mejor poco y de calidad que mucho y corriente. Es
sugerible utilizar para el día los colores más vivos y estampados más atrevidos. Para la
noche colores mas oscuros y brocados o bordados (el negro sigue siendo el rey).
Las mujeres
Para una entrevista se puede utilizar colores discretos (azul marino, gris, marrón ó beige,
dependerá de la personalidad, el físico y las cualidades que desea transmitir), mejor con
falda que con pantalón. El largo de la falda, ligeramente por debajo de las rodillas, evitar
los vestidos. La blusa debe ser de algodón ó seda y de colores claros. Los zapatos con
poco tacón.
El maquillaje debe ser muy ligero, con tonos neutros. Las medias sin carreras y discretas.
Hombres
En el caso del caballero se recomienda un traje de color oscuro de fibras naturales, con
una camisa clara de manga larga y corbata de seda de colores discretos que combine con
el color del traje. Zapatos tipo mocasín ó de cordones limpios y brillantes. El cinturón debe
ir a juego con los zapatos.
Si lleva barba ó bigote, deben estar bien arreglados.
Se recomienda evitar joyas visibles.
Las telas sintéticas son calurosas pues no respiran y además absorben el olor de la
tintorería.
Para hombres y mujeres, hay magníficas tiendas de salida (outlet) que ofrecen ropa de
primera calidad a precios reducidos. De dos a tres veces al año se encuentran rebajas en
las tiendas de ropa, en las que por lo general se consigue ropa fina a precios reducidos,
estas se pueden aprovechar. La ropa de calidad es usualmente de mejor corte, confección
y género. Aunque más costosa, resulta al fin y al cabo más económica (lo barato sale
caro).
Consejos a la hora de realizar compras:
1. Comprar colores que le favorezcan a cada persona, mirando solo prendas con esos
colores (para esto es necesario realizar un análisis de colorimetría y determinar la paleta
de colores más favorable para cada persona)
2. Estar al tanto de las tendencias de la moda en cuanto a colores: ver qué tonos de la
paleta están de moda y eligir el más sentador.
3. Aprender a decir no a los vendedores (que intentan hacernos comprar prendas que no
quedan bien o que no son las adecuadas para las características físicas del comprador).
4. No hacer compras compulsivas: se debe comprar prendas que más hagan falta en
base a las actividades y ocupación, en orden de prioridad.
e) sentir la tela
Por lo general y sin lugar a duda en la forma en la que una persona se vista dice mucho
de la imagen personal y también de la empresa o institución a la que se trabaja.
Cuidar esta parte, tan visible, de imagen es una de las cuestiones que debe marcar como
prioritarias, a la hora de atender el aspecto y la imagen que se desea proyectar al exterior.
Pero todo no lo hace la vestimenta, también el aspecto e higiene cuentan; de nada sirve
llevar un traje o un vestido de un diseñador de reconocido prestigio o de una marca
conocida, si se descuidan el resto de detalles, como puede ser: el aseo personal, cabello,
el cuidado de las manos y las uñas y algo que se suele desatender con frecuencia, la
limpieza de los zapatos.
No es fácil seleccionar día a día el vestuario que se va a usar, pero se debe de pensar,
que hoy puede ser el día en el que se cerrara el contrato o esa venta de la que tanto se
ha esperado se lleve a cabo, etc.
Cuando se elige la ropa que va a utilizar ese día, se debe ser consciente que se va a usar
durante una buena parte, sino todo el día, en el que permanecerá en su entorno laboral o
en su centro de trabajo, por tanto, debe prever o conocer lo que va a hacer, para sentirse
a gusto en cualquier situación que se le presente.
Existen una serie de reglas para vestir en el trabajo. Factores como el cargo,
departamento en el que se encuentre, tareas y funciones asignadas, tipo de entidad u
organización, etc., condicionan el tipo de indumentaria y le permitirán ir de una forma más
o menos formal. No es lo mismo trabajar en una entidad financiera donde el porcentaje de
contactos con personas es muy elevado, que trabajar en una empresa en la cual no hay
trato directo con el público, pero algo que sí debe tener siempre presente es que: la
primera sensación o imagen que transmite es muy importante. Debe sentirse bien, estar
cómodo, pero a la vez, se debe ser elegante y tener buen gusto. Esto no significa que se
tenga que gastar mucho dinero, sino que debe elegir mejor el tipo de vestuario que
necesite, que sean combinables, estar al día, pero sin hacer un uso excesivo de la moda;
hay que pensar que la elegancia es un reflejo de la sencillez y naturalidad de la persona,
elija la ropa, las formas y los colores que le sienten bien.
Si es una mujer
Se debe utilizar un traje chaqueta, ya puede ser con falda, vestido o
pantalón. Una elección que nunca falla es elegirlo en un solo color y en
colores oscuros como los azules marinos, negros o grises, proyectan
más profesionalismo. El traje bicolor o estampado da un toque más
informal y alegre y también son muy elegantes; no hay que excederse
con las tonalidades o colores excesivamente llamativos. Las blusas se
recomienda que sean de un color más claro, lisas o estampadas. No deben ser muy
ajustadas o escotadas.
- Si se utiliza falda, llevar siempre medias, incluso en verano, las piernas quedan más
bonita. Evite los colores de moda y los dibujos.
- No se debe usar ropa transparente o algo que pueda distraer a los demás.
- El peinado no ha de ser muy elaborado; debe lucirlo de manera natural, siempre bien
peinada. Procure variar con discreción el tipo de peinado; si la largura de sus cabellos lo
permiten: un día con una trenza, otro con una cola de caballo, suelto, medio recogido, etc.
Conviene destacar que los complementos son importantes y sirven, para eso, para
complementar el atuendo. Los accesorios, tanto en el hombre como en la mujer, juegan
un papel muy importante, ya que combinados con acierto, permiten realzar y resaltar la
imagen personal en todo su conjunto. Se deben seleccionar y combinar bien.
Si es un hombre
Las posibilidades que brinda la indumentaria de una mujer es mucho más amplio que la
del hombre, pero actualmente, para ellos, existen más opciones para vestir en el trabajo
porque, y como ocurre en el ámbito femenino, dependiendo de unos determinados
factores estrictamente laborales, como el cargo, responsabilidades, filosofía de empresa y
entorno en el que se mueve, el vestuario masculino también ha ido tomando forma.
Se suelen utilizar trajes, los más elegantes, los de colores neutros como el gris, el azul
marino o marrón y de un color liso o con algún dibujo clásico como la raya diplomática,
príncipe de Gales, etc. El traje masculino se compone principalmente de un pantalón,
chaqueta y chaleco, aunque este poco a poco va perdiendo protagonismo.
- Los calcetines deben hacer juego con los zapatos o los pantalones. Lo mejor, los
denominados “ejecutivos” de colores oscuros: negro, azul marino, etc.
- Si usa cinturón no lleve tirantes y al revés. Nunca se usan las dos cosas juntas.
- Con la corbata, no se debe llevar el cuello de la camisa abierto y procurar llevar el botón
abrochado. El nudo debe estar bien hecho y centrado; si no es así, la imagen que ofrece
es desequilibrada. El extremo de la corbata ha de tocar la hebilla del cinturón. El mejor
tejido para una corbata es la seda y se debe cuidar que vaya bien combinada con la
camisa y el traje.
- Las camisas deben ser de manga larga y con los puños dobles para los gemelos, son
más elegantes; pero si lo desea, puede utilizar una camisa más informal, sin puños para
gemelos, pero que combine bien con el traje y la corbata. El cuello de la camisa más
elegante es el inglés.
Elegir el cómo vestir depende, en gran medida, del tipo de compañía en la que trabaje, el
puesto que ostente y esa filosofía o alma de la empresa. También es muy importante
observar el entorno en donde establece sus relaciones comerciales y de negocios; no es
lo mismo ir a visitar a un jefe de compras o ejecutivo de una empresa, que le recibe en su
despacho, que ir a visitar a un empresario o jefe de compras de un taller mecánico o de
una obra, que en muchas ocasiones están con ropa informal o de trabajo, por tanto, para
no sentirse incomodo o que desentona observe su entorno y en donde realiza sus
negocios.
También la climatología afecta a la hora de vestir, por eso, en países más calidos o en
verano, los colores suelen ser más claros y en algunas ocasiones, la indumentaria se
hace un poco más informal. En cualquier caso, el sentido común y la observación de su
entorno, le hará ir de la forma más correcta y acorde con cualquier circunstancia.
Recuerde que: “No hay una segunda oportunidad para una primera impresión”.
Los días casuales
Equilibrio emocional
Muchas veces las emociones nos juegan una mala pasada. Los ataques de ira, de llanto o
de timidez pueden entorpecer la vida de relación. La clave del autocontrol está en pensar
en positivo.
En la vida social, la ira debe ser controlada públicamente. “Aun en el caso de que un jefe
esté muy enojado con un empleado que cometió una falta, debe llamarlo individualmente
y en privado para hacerle notar que ha obrado mal".
Las emociones influyen en la manera de pensar y de relacionarse y son vitales para tomar
decisiones o generar hábitos y conductas. Etimológicamente, “emotio” significa “algo que
mueve”. Las emociones se reflejan en el cuerpo, pero pueden afectar la vida social o
laboral cuando se canalizan negativamente.
“El corazón tiene razones que la razón no comprende”, decía Blaise Pascal. La frase es
ilustrativa para demostrar lo desconectada que suele encontrarse la emoción de la razón.
Justamente, un equilibrio entre ambas es sinónimo de salud mental. El conocido
periodista científico Daniel Goleman señala en su libro sobre la Inteligencia Emocional,
que un alto coeficiente intelectual no garantiza éxito en la vida. Personas menos
inteligentes, pero con un mejor manejo de las emociones suelen tener un mejor
desempeño en todos los ámbitos.
Cuando una persona tiene bronca, se enfrenta a algo que no puede manejar, siente
impotencia y, a veces, explota. Para evitar esta situación conviene racionalizar el motivo,
analizar el desencadenante (porque en la mayoría de los casos el origen está en un
hecho del pasado) y hacerse responsable del sentimiento de bronca. Ser capaz de
vislumbrar las consecuencias, tratar de calmarse y retomar el diálogo es, según la
psicóloga, la mejor vía para no dejar escapar las emociones de las cuales uno se puede
arrepentir.
Se dice que el llanto es la medicina del espíritu, porque alivia tensiones, serena y relaja
los sentimientos cuando desbordan el alma. El problema aparece cuando las lágrimas se
presentan en el momento menos adecuado, generalmente en público o en el trabajo.
Martina Lagan que, representante de Relaciones Públicas, reconoce que la oficina es el
peor lugar para llorar. Sin embargo sostiene que sus efectos no siempre son negativos.
“Muchas veces sirven para demostrar fehacientemente lo que no se puede decir con
palabras (siempre que se trate de una mujer). Pero hay que tener en cuenta que ofrecen
una imagen poco profesional”, señala.
Bibliografía
El protocolo. La buena manera, usos y costumbres sociales. Carmen Soto Díez. Ediciones Palabra,
1992.
Etiqueta para profesionales, de Margot McCloskey Colón, Grupo Editorial Norma, 2001.
HTTP://WWW.PROTOCOLO.ORG/GEST_WEB/PROTO_SECCION.PL?RFID=239&AREFID=38
WWW.QUEMEPONGO.ES