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Ensayo Sobre Gaudate Et Exsultate
Ensayo Sobre Gaudate Et Exsultate
Pienso que este texto magistral del Papa Francisco no quiere ser como otro típico “tratado
sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este
importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de
santificación”. Es de mucha atracción ya que posee un humilde objetivo, el papa lo que
plantea es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en
el contexto actual o moderno por así decirlo, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Y
en este sentido espera que sus páginas sean útiles para que toda la Iglesia se dedique a
promover el deseo de la santidad. Como veremos, este deseo del papa tiene su corazón
latiente en el discernimiento para sacar la santidad del concepto de siempre y poder hacer
un hibrido debido al cambio de o cambios de épocas que hemos experimentado.
El Papa Francisco comienza la exhortación como ya lo expresé con una invitación para
todos a vivir la santidad: ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu
entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa,
como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez
y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé
santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo
luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales.
Un apartado nos plantea la siguiente preguntan ¿Cómo se hace para llegar a ser un buen
cristiano?, a mi parecer la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo,
lo que dice Jesús en el sermón de las Bienaventuranzas, de esta forma comienza el tercer
capítulo del documento: A la luz del maestro.
En esta parte de la carta, el Papa anuncia: “Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su
vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está
llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de
misericordia”. A veces hacemos caso omiso a preguntarnos si de verdad estamos
existiendo para gastarnos por servir a los demás, si estamos yendo por el camino correcto,
si estamos poniendo granitos de arena sobrantes o lo que damos en verdaderamente lo
que tenemos.
Asimismo, nos dice que el “consumismo hedonista” puede jugarnos una mala pasada.
También el “consumo de información superficial” y las “formas de comunicación rápida y
virtual” pueden ser un factor de atontamiento que “se lleva todo nuestro tiempo y nos
aleja de la carne sufriente de los hermanos”. Estamos en tiempos de alto uso tecnológico,
¿será que estos avances están siendo aprovechados de la mejor manera?, pienso que han
venido a ser de mucha utilidad, pero en la evolución de dichos aparatos hemos caído en
las garras consumistas y nos dejamos llevar por la superficialidad, que aunque no parezca
nos mete en una vida surrealista en donde nos vales por lo que eres, sino por lo que tienes
y también cabe mencionar que nos atonta con tanto contenido y cuando digo contenido
incluyo contenido pornográfico el cual esta cada día mas alcance de la mano, esto
mencionado anteriormente no solo deja un atontamiento mental, también deja un
empobrecimiento espiritual y moral.
¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o
en el espíritu del diablo?: el Papa Francisco plantea esta pregunta en el quinto y último
capítulo.
El Papa advierte de algunos riegos y límites de la cultura de hoy que nos pueden separar
de Dios: la ansiedad nerviosa y violenta; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda; el
individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan
en el mercado religioso actual. El fanatismo religioso quizás puede alejarnos más de la
santidad de lo que pensamos, esto nos puede llevar a un individualismo por querer ser
santos nosotros y ya, no se abre a querer llevar a los demás al Santo para que El vuelva
santos a los demás. Por ello, el Pontífice propone cinco grandes manifestaciones del amor
a Dios y al prójimo que considero de particular relevancia: aguante, paciencia y
mansedumbre; alegría y sentido del humor; audacia y fervor; en comunidad; en oración
constante. Estas manifestaciones de amor nos van a llenarnos en una santidad plena. En lo
personal la manifestación que me gusta más es la de “Alegría y Sentido del humor”, la
verdad me marcó mucho al leer ese pequeño apartado, porque nos muestra una alegría
llena en el gozo del Espíritu, que para ser santos no hay que ser la persona más cara larga
del mundo, ni tampoco tener una alegría falsa. Porque no todo en la vida será siempre
color de rosa, es por eso que hay que poner en practica diferentes características las
cuales nos llevaran a la santidad y hay que tener muy claro que la santificación o el vivir en
santidad es un proceso constante, porque hacer las cosas por requisito no nos salvaran,
sino haciendo siempre todo con amor.