REVISTA

DE LA CULTURA
Órgano divulgativo de la Casa de la Diversidad Cultural del Estado Bolivariano de Nueva Esparta. Institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Año 1. N°3. La Asunción, Octubre de 2019
E
n Venezuela resulta imposible realizar estudios de corte
histórico, relacionados con la dominación colonial
hispánica y las insurrecciones en nuestro territorio, sin
incluir las obligatorias referencias a las islas de Cubagua,
Coche y Margarita. Porque, sencillamente, fue en estas
zonas insulares donde tuvieron lugar los hechos primigenios
de este nuevo momento histórico que se prolongó por unos
trescientos años.
Esta contundente afirmación, que de repente
desestabilizará el criterio de un nutrido grupo de
historiadores, tendrá que ser asumida de esta manera como
un requisito previo si en verdad deseamos profundizar en
nuestra tarea patriótica de deslastrar el pensamiento
venezolano de los virus que nos introyectara la mediocre
perspectiva cuarto republicana que aún pugna por
contaminar nuestra lógica y amplia visión del proceso
histórico.
Fue en Cubagua, en Coche y en Margarita donde
nuestros pobladores originarios y nuestros hermanos
africanos sufrieron por primera vez en carne propia el
significado de la explotación y la esclavización promovida
por el sistema colonialista europeo. El motivo fue, antes que
la agricultura y la ganadería, la extracción de las perlas
yacente en nuestros mares insulares, que, para ellos, causó
deslumbramiento, originó prósperos negocios, promovió la
formación de circuitos comerciales en América y Europa,
convirtió en ricos mercaderes a tantos aventureros, cual fue reprimida a sangre y fuego de manera
contribuyó de manera efectiva a fortalecer y desarrollar la inmisericorde, de tal manera que deja pálido a sus similares
vida económica de España y sus aliados, mientras que para que protagonizaron los esclavizados dirigidos por José
nosotros la perla (bañada en sangre, teñida del resuello Leonardo Chirino, el negro Miguel y demás. Y a la hora de
desesperado, barnizada de martirios, maldecida una y mil hablar de la lucha patriótica encabezada por el Libertador
veces) se asoció con las grotescas prácticas expoliadoras y Simón Bolívar contra la repudiable institución de la
destructivas de nuestros fondos marinos y el tratamiento vil e esclavitud, su testimonio documental nos remitirá, de
inhumano del poblador originario y de los esclavizados manera obligatoria, a Margarita, Carúpano y Ocumare de
procedentes del África occidental la Costa.
Por eso, entiéndanlo ilustres y afamados estudiosos e Reconocemos en Enrique Otte su inmenso aporte a
investigadores, cuando Caracas era apenas “un la recuperación de la más antigua memoria histórica de la
pueblucho”, al decir de la autorizada voz del historiador región insular mediante la localización de una inmensa
Enrique Otte, en Cubagua se edificaba una ciudad -el título masa documental en el Archivo General de Indias, de
de Ciudad de Nueva Cádiz le fue otorgado por Real Cédula Sevilla, España, tarea imposible de asumir por los
del 12 de septiembre de 1528-, se instalaban instituciones historiadores regionales e incluso de otras localidades del
administrativas y religiosas y el 1° de enero de 1529 se país. No obstante, habrá que saber leer su versión de los
procedía a la primera elección de Alcaldes y Concejales, hechos, porque, a toda vista, trasluce una visión
entre otras notas diferenciadoras. eurocéntrica, colonialista, que será necesario despejar.
De igual manera, debe reconocerse que cuando se Tan diversas razones y motivaciones pretendemos
habla de insurrecciones y actos violentos en protesta contra abordar en la presente edición correspondiente al mes de
los desmanes cometidos por las inescrupulosas autoridades octubre, mes en que Venezuela pone de relieve nuestras
coloniales y sus aliados --comerciantes, traficantes, luchas populares anti-colonialistas y anti-imperialistas.
especuladores-- debemos remontarnos a los años 1519 y Hacemos propicia la ocasión para divulgar el tema
1520 cuando tuvo lugar, en medio de las tensiones y regional, que aún no logra posicionarse en sus
conflictos cotidianos, un movimiento social que se expandió proyecciones nacionales. Confiamos en que nuestros
por las islas del Caribe y las costas de Cumaná y más allá, la esfuerzos serán bien recibidos.

DIRECTOR: Lcdo. Iván Gómez León

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Lcdo. Eduardo Molina
CONTACTOS: 0295 2422733 - 0414 5424141
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Órgano divulgativo de la Casa de la Diversidad Cultural del Estado Bolivariano de Nueva Esparta.
Institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Año 1. N°3. La Asunción, Octubre de 2019

-2-
L
os pemones de la Gran Sabana llaman al
rocío chiriké-yeetakuú, que significa saliva
de las estrellas; a las lágrimas enú-
parupué, que quiere decir guarapo de los ojos,
y al corazón yewán-enapué: semilla del
vientre.
Los waraos del Delta del Orinoco dicen
mejokoji, el sol del pecho, para nombrar al
alma. Para decir amigo dicen ma-jokarais: mi
otro corazón. Y para decir olvidar dicen
emonikitane, que quiere decir perdonar.
Los muy tontos no saben lo que dicen
Para decir Tierra dicen madre
para decir madre dicen ternura
para decir ternura dicen entrega.
C
onocido es que los pueblos indígenas
formados por el Gobernador Maza de Lizama,
se dispersaron. En julio de 1604, el Obispo de
Puerto Rico, Fray Martín Vásquez de Arce, desde La
-3-
Tienen tal confusión de sentimientos
que con toda razón
las buenas gentes que somos
les llamamos salvajes.
Asunción, informaba al Rey …”como los indios
guaiqueríes que ay en esta isla viven como
antiguamente en su paganismo, yo he hecho que se
visiten y alisten todos… y he persuadido al
Gobernador pasado en sermones públicos y
sermones particulares, y a este que es agora, los
reduzga a comunidad… Y agrega: …”estos indios,
señor Excelentísimo, son de gratísima importancia
para la conservación y defensa de esta Isla y cada
día se van disminuyendo, por las vexaciones que les
hazen, porque fuera de obligarles los gobernadores
a que les sustenten sus casas de leña, pescado, sal,
conejos y venados y otras cosas sin darles un
maravedí que no sé qué ley divina ni humana ay que
los obligue a esto, como yo lo tengo predicado a
vozes y agora las doy a su Magestad y Vuestra
Excelencia para que en esto se ponga remedio, otra
mayor vexación les hazen, que es la potísima causa
de su disminución, que es obligarles con violencia a
pescar perlas de que los miserables se quexan.”...
(*) Rosauro Rosa Acosta: Los Robles: Datos para su historia.
Pampatar, s.e., octubre 1987, p. 11.
 De conformidad con lo dispuesto en el
numeral 24 de los artículos 107, 119, 126, 226 y 236
de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en concordancia con lo dispuesto en
el artículo 47 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública.
CONSIDERANDO
Que el Congreso de los Estados Unidos de
Venezuela mediante Acuerdo de 11 de mayo de
1921, acogió la iniciativa del Ejecutivo Federal
relativa a la declaración de fiesta nacional del 12
de octubre como “Día de la Raza”, siguiendo la
tradición de celebrarlo como exaltación de la
colonización, incorporándolo posteriormente
como día festivo nacional a partir de la Ley de
Fiestas Nacionales de 11 de junio de 1921,
derogado por la Ley de Fiestas Nacionales de 17
de junio de 1971.
CONSIDERANDO
Que el concepto de raza, basada en una
serie de rasgos físicos hereditarios, no da cuenta
de la diversidad genética de la especie humana,
a pesar de que muchos científicos sociales
insisten en emplear el concepto de raza como
base de una tipología de las poblaciones
humanas, por tanto, es innegable que este
concepto surge como una de las categorías
básicas de las relaciones de dominación propias
del sistema colonial que se instaura en América a
partir de la presencia europea.
CONSIDERANDO
Que a pesar de haber sido superado en
América el colonialismo como sistema político
formal a partir del triunfo de las guerras de
independencia del siglo XIX, las estructuras
sociales a lo interno y externo de nuestras
sociedades están aún constituidas sobre criterios
originados en la relación colonial, entre los que
destaca el considerar la “cultura e historia
-4-
universal” como sinónimo de los valores
culturales e historia de la sociedad dominante.
CONSIDERANDO
Que a partir de la conmemoración del V
Centenario 81492-1992); del Decenio de los
Pueblos Indígenas declarado por la
Organización de las Naciones Unidas (1994-
2004); la definición constitucional de país
multiétnico y pluricultural así como el
reconocimiento de los derechos históricos de los
primeros venezolanos (Constitución de 1999); el
proceso de incorporación simbólica de
Guaicaipuro al Panteón Nacional (2001-2004); la
firma del Convenio 169 de Organización
Internacional del Trabajo (2001); el
reconocimiento de los idiomas indígenas (2002),
y el Acuerdo de la Asamblea Nacional de unirse
al Día Internacional de los Pueblos Indígenas del
Mundo (2002), nuestros pueblos retoman su
historia local, regional, nacional y continental en
todo su milenarismo indígena y los cinco siglos
recientes, con los profundos cambios, rupturas,
parcialidades y continuidades, en su unidad y
diversidad.
CONSIDERANDO
Que la diversidad cultural y étnica
presente en todos los pueblos antes y después
del origen de Venezuela, es hoy un hecho
irrefutable y forma parte de nuestra herencia
histórica, como garantía para el mutuo
enriquecimiento cultural y la comunicación
humana, en los valores de paz con justicia.
CONSIDERANDO
Que la importancia de la historia como eje
cohesionador de la vida social de una nación,
fuente de referencia en valores y de la visión
propia como pueblo, hace impostergable e
ineludible el proceso de Refundación de la
República como una Nación pluriétnica y
pluricultural, superar los prejuicios coloniales y
eurocéntricos que subsisten en el estudio y
enseñanza de la historia y la geografía.
CONSIDERANDO
Que las tendencias mundiales y
organismos internacionales como la
Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO),
vienen revalorizando el estudio de la geografía,
historia, cultura e identidad regional y local a
solicitud de los mismos pueblos como parte vital e
indiscutible de las instancias nacionales,
subregionales y continentales para afrontar sin
exclusiones el proceso de globalización, en el
marco del diálogo de las civilizaciones.
CONSIDERANDO
Que los pueblos indígenas del mundo y
particularmente los de América, han dado y
seguirán dando sus aportes irremplazables en la
configuración de una rica sociodiversidad y que
deben ser reconocidos plenamente como
patrimonio de la humanidad para restablecer un
nuevo equilibrio del universo como lo soñó el
Libertador Simón Bolívar en su lucha
independentista.
DECRETA
Artículo 1°: Conmemorar el 12 de octubre de
cada año “Día de la Resistencia Indígena”,
destinado a reconocer nuestra autoafirmación
americanista por la unidad y diversidad cultural y
humana, reivindicando tanto a los pueblos
indígenas de América como los aportes de los
pueblos y la cultura africanas, asiáticas y
europeas en la conformación de nuestra
nacionalidad, en el espíritu de diálogo de
civilizaciones, la paz y la justicia.
Artículo 2°: Incorporar en el calendario oficial y
escolar el 12 de octubre de “Día de la Resistencia
Indígena” conforme a lo acordado en el
presente Decreto, e iniciar la revisión de los textos
escolares sobre Geografía e Historia Nacional, de
América y Universal.
-5-
Artículo 3°: Exhortar a la Academia Venezolana
de la Lengua para que realice un estudio
pormenorizado sobre el Diccionario de la Real
Academia Española, a los fines de proponer a
esa institución la revisión de aquellas palabras
que pudieran ser atentatorias contra la dignidad
de nuestros pueblos, así como la incorporación
de una serie de americanismos, indigenismos,
africanismos y demás manifestaciones de
nuestro universo sociocultural, aún no
incorporados.
Artículo 4°: Promover ante la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), la actualización tanto de la
geografía e historia de América como la
universal, en las enciclopedias americanas y
universales, a fin de incorporar los aportes de los
pueblos indígenas, afroamericanos y criollos, con
la participación activa de éstos, desde la
perspectiva multilineal, pluridimensional e
interdisciplinaria, con el propósito de liberar a los
textos de investigación y educación, de
racismos, eurocentrismos, etnocentrismos
locales, patriarcalismos y discriminaciones de
cualquier orden.
Artículo 5°: Solicitar a la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), una revisión actualizada de
un verdadero calendario universal de naturaleza
intercultural, con el concurso de todas las
civilizaciones y sociedades, sin detrimento de los
calendarios correspondientes a cada pueblo,
hemisferio, región o subregión del planeta.
Artículo 6°: Los Ministros del Interior y Justicia; de
Relaciones Exteriores; de Educación Superior; de
Educación, Cultura y Deportes; del Ambiente y
de los Recursos Naturales; y, de Comunicación e
Información, quedan encargados de la
ejecución del presente Decreto.
Dado en Caracas, a los diez días del mes
de octubre de dos mil dos. Años 192° de la
Independencia y 143° de la Federación.
GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA. Caracas, jueves 10 de octubre de
2002. N° 5.605 Extraordinario. Año CXXIX, Mes XII.
A
hora se irá entendiendo mejor porqué la celebración
del 12 de Octubre, concebido como fecha histórica
de alta trascendencia para el país, dejó de servir
como argumento para justificar la dominación colonialista
de nuestros territorios y que su declaratoria como Día de la
Resistencia Indígena haya sido una decisión presidencial
acertada en tanto que hace posible la confluencia de toda
la sociedad venezolana en un mismo sentimiento de
reafirmación de nuestra soberanía. Debe quedar sepultado
para siempre y erradicado definitivamente de nuestro
léxico, en consecuencia, aquello de “descubrimiento”, “día
de la raza”, “encuentro de dos mundos” y, para el Estado
Nueva Esparta en especial, la truculencia ideológica del mal
llamado “avistamiento”, caprichosa construcción que
carece de valor y significación para la ciencia
histórica.
En verdad, la presencia física del
mundo indígena en la Venezuela
contemporánea sólo es explicable por
un fundamental acto de resistencia
que penetró en lo más profundo de
la conciencia étnica y se mantuvo
firme por espacio de más de
quinientos años, tanto en la
esplendidez del acto insurreccional
como confundido en el silencio
mágico de nuestras sabanas y
montañas, a la espera del momento
oportuno de lanzar el grito liberador, que
sería definitivo. Para llegar hasta aquí hubo
que regar los caminos y las veredas con su
sangre y sus lágrimas, soportar estoicamente el
maltrato y la injusticia, aguantar humillaciones y vejámenes
y, a pesar del sufrimiento de tantas penurias y penalidades,
mantener la vigencia de sus múltiples expresiones
ancestrales. Al igual que la inmensa mayoría del pueblo
venezolano, del cual forma parte, el indígena venezolano
fue víctima de un sistema atroz que lo aplastaba y reducía,
pero que siempre mantuvo en alto la esperanza de
conquistar un mundo mejor. De generaciones y
generaciones de hombres y mujeres heroicos han tenido
que estar conformados estos grupos indígenas que lograron
sobrevivir ante tanto martirio y dolor.
El reloj de la justicia comenzó a marcar la hora en el
año 1999: el 20 de diciembre entró en vigencia la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y allí,
en el Capítulo VIII, desde el artículo 119 al artículo 126, en
total ocho, quedó escrito, para su obligatorio cumplimiento,
el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.
Había llegado el día que cerraba aquel ciclo histórico
caracterizado por las más insólitas indignidades y se abría,
luminoso, el camino a transitar, el futuro a construir mediante
su participación protagónica. Y el gobierno revolucionario se
dispuso a saldar esta deuda histórica con nuestros
verdaderos descubridores, pobladores primigenios de
nuestros espacios insulares y continentales, concibiendo la
Misión Guaicaipuro y desarrollando políticas especiales en
-6-
aquellos estados que registran su existencia: Sucre,
Monagas, Anzoátegui, Amazonas, Delta Amacuro, Zulia,
Apure…
El acercamiento a tan diversas comunidades,
llevándoles ahora un mensaje cargado de optimismo y
solidaridad, reveló al siglo XXI la grandeza de este mundo
que se había mantenido oculto por entre las piedras de los
ríos y las raíces de los árboles. Pero, también puso al
descubierto que a pesar de nuestras proclamas libertarias,
en medio de las sombras seguía latiendo un cáncer que se
burlaba y desafiaba impunemente la credibilidad de la
revolución bolivariana y su compromiso ético y político con
los pueblos indígenas: la misión evangélica Nuevas Tribus,
una organización de origen norteamericano que hizo
presencia en nuestro territorio amparada en la
complicidad de los funestos gobiernos de la
cuarta república y, aún cuando se
denunciara hace ya unos veinticinco
años la labor de espionaje de
aquellos territorios y de saqueo que
hacía de nuestras riquezas, no fue
posible lograr su expulsión de
Venezuela. De esa época son los
documentales del cineasta Carlos
Azpúrua: “Caño Mánamo”,
“Amazonas negocio de este
mundo” y “Yo hablo a Caracas”,
que valdría la pena volverlos a ver
para refrescar la memoria.
Ahora, el pasado 12 de octubre, en
acto celebrativo del Día de la Resistencia
Indígena, en pleno corazón del Estado Apure, la voz
enérgica de nuestro Comandante anunció: ¡Las Nuevas
Tribus se van de Venezuela! Es incompatible con la
revolución bolivariana mantener un enclave neocolonial en
nuestra geografía, porque, sencillamente, constituiría una
renuncia tácita al ejercicio de la soberanía. Y si la discusión
se tuerce hacia el tema de la espiritualidad, agregamos
nosotros, bastaría contestar que al indígena venezolano no
le hace falta incorporar a su mundo mágico-religioso una
pléyade de dioses que vienen de la mano de los gringos
porque con los que tiene, provenientes de sus creencias
ancestrales, le basta y le sobra. Entonces, eso de la labor
misionera no era más que un burdo pretexto, una vil excusa.
Desde nuestra militancia revolucionaria saludamos
con entusiasmo esta trascendental iniciativa que ha
tomado el Presidente Chávez. La revolución bolivariana se
va haciendo cada día más compleja y está exigiendo que
se promueva la más amplia discusión de estos temas para ir
modificando de manera progresiva el concepto que aún
muchos compatriotas siguen teniendo de la política, para
hacerla saltar desde su equivalencia con la estrecha
actividad partidista-proselitista (como todavía la vemos en
muchos casos) en su conversión en ciencia que orienta la
conducción de los pueblos, previo reconocimiento de sus
particularidades y especificidades, hasta su liberación
definitiva.
E
n artículo publicado en la revista “Insularidades”, N° 10,
correspondiente al mes de octubre 2005, Efraín Subero calificó de
“disparate” la decisión del Presidente Hugo Chávez de decretar el
12 de Octubre como Día de la Resistencia Indígena en sustitución del Día
del Descubrimiento, como se concebía hasta ahora.
Debo confesar, en primera instancia, que esa afirmación
irresponsable no me sorprendió en lo más mínimo por cuanto entiendo
que todavía existen en Venezuela muchos doctores y académicos que
aún no logran comprender lo que está ocurriendo ante sus narices y
siguen creyendo que sus opiniones y criterios, porque provienen de sus
autorizadas voces, son palabras absolutas, plenas de verdades eternas e
incuestionables, válidas para todo momento y que, definitivamente, no
admiten ninguna discusión. ¡Qué equivocados están! Yo, que no ostento
tantos títulos, estoy consciente, con base en la lectura del abc del
conocimiento científico, que la sociedad es cambiante, dinámica,
dialéctica, y que en la medida que tienen lugar nuevos fenómenos y se
amplía la perspectiva histórica, comprenderemos mejor y más
ampliamente la complejidad de la vida del hombre en estos escenarios.
Un investigador serio de estas temáticas no puede renunciar al
seguimiento constante del pulso de estos procesos y acontecimientos
porque corre el riesgo del desfase, de su muerte intelectual. La palabra
postiza que se gesta en cenáculos y laboratorios nunca podrá detener el
ímpetu de un pueblo decidido a construir su propia historia. Son
numerosos los casos en que la misma realidad se ha encargado de
derribar falaces construcciones teóricas e ideológicas y más aún cuando
estas pretenden ocultarse bajo un manto de “sabiduría intelectual”
libresca y dogmática.
El argumento que esgrime Efraín Subero para seguir
sustentando todavía hoy, en los inicios de este subyugante siglo XXI, esta
tesis de clara perspectiva eurocéntrica para “explicar” el fenómeno
natural de la expansión del colonialismo y la subsecuente invasión y
dominación hispánica de nuestros territorios, se fundamenta en el
testimonio del propio conquistador. Ante esta evidencia no queda más que
responderle que estos escritos deben ser asumidos por el investigador de
nuestro proceso histórico como material al cual debe aplicársele estrictos
recursos técnicos y metodológicos y luego someterlos a un proceso
intenso de análisis y reflexión para poder descubrir la verdad subyacente
que se cuela por entre sus líneas y párrafos y nunca para su simple
transcripción, por cuanto así el trabajo investigativo pierde su carácter
científico, convirtiéndose, en consecuencia, en pura repetición. Y eso
carece de valor. Yo lo entiendo así y eso que no poseo tantos títulos.
El temor de reconocer que toda dominación lleva implícito actos
de violencia y subyugación, protagonizados por los intereses que vienen
apoyados por la fuerza para arrebatarle a los pueblos sus riquezas y
dominios ancestrales, da pie al uso de tecnicismos que pretenden
encubrir la verdad verdadera. Eso de que “en Margarita, Coche y
Cubagua hubo explotación pero no conquista” es un planteamiento
portador de un lastre ideológico que se refugia en la temerosidad, como
que si reconocerlo hoy en día equivaldría a ponerse al descubierto ante
los colonialistas contemporáneos.
Si en Margarita el período colonial fue una “luna de miel” como lo
pretende afirmar Efraín Subero basándose en una extracción quirúrgica
de una brevísima cita de Juan de Castellanos en sus Elegías de Varones
-7-
Ilustres de Indias, cuando dice “que en nuestra tierra los españoles
dormían sin las armas en la mano”, no puede desconocerse que en esta
obra también quedó registrada una muestra de los desmanes y abusos
de todo tipo cometidos por estos bandidos y degenerados en las
pesquerías de perlas, sólo por un afán de enriquecimiento personal y
donde, para lograr sus objetivos, asesinaron brutal y cobardemente a un
gran número de aborígenes y africanos.
Si en Margarita el período colonial fue una “luna de miel”,
¿cómo se explica que al primer llamado de la revolución fuera unánime la
incorporación de nuestro pueblo a la lucha en apoyo a sus dirigentes?
¿de dónde se nutre la savia insurgente de Juan Bautista Arismendi y de
Francisco Esteban Gómez? ¿cómo se explica el derroche de heroísmo
que tuvo lugar en Matasiete y en la laguna salada de Juangriego? El título
de la Nueva Esparta, ¿fue, entonces, una dádiva, una concesión
graciosa regalada a nuestra gente o un título ganado a fuerza de
sacrificios y de noble entrega a la causa independentista?
Desde que Efraín Subero publicó por primera vez su libro
titulado El problema de definir lo hispanoamericano hasta la fecha
presente han transcurrido unos treinta años. ¡El tiempo no transcurre en
vano! Aun cuando se le reconoce su acuciosidad (me refiero a las dos mil
trescientas treinta y una fichas que ha recogido sobre el tema), ello no
significa necesariamente que los conceptos y las tesis no puedan variar.
Le sugiero un nuevo tema de investigación biblio-hemerográfica:
recopilar, a partir de ahora, las referencias donde se cuestiona el tan
cacareado Día del Descubrimiento, su desmoronamiento, su
desencadenamiento y suplantación progresiva por otros conceptos
surgidos desde nuestra perspectiva latinoamericana, identificados con
los intereses de nuestros pueblos, más aleccionadores y convertidos en
banderas de lucha contra los nuevos colonialismos.
La resistencia es, en esencia, un acto de dignidad. No
necesariamente lleva implícito la violencia física, abierta, pública, notoria.
De allí que nuestros silencios, nuestros cantos, nuestros dolores íntimos,
son expresiones viriles y desafiantes, aunque nadie los haya registrado
en un documento o en un libro. Pudiera decirse, además, que la
resistencia (múltiple, de mil rostros) es un derecho de nuestros pueblos y
ha sido asumida de manera decidida para garantizar la sobrevivencia de
sus identidades ante el embrutecedor avasallamiento transnacional.
La resistencia del indígena se inició desde el primer día que el
invasor puso sus plantas en nuestras tierras, y si luego fueron
expulsados, no es menos cierto que fuimos objeto de otras invasiones,
pero tan o más funestas que las anteriores, porque ahora vienen de la
mano de la ciencia y de la tecnología.
La resistencia adquiere, además, el sentido de la respuesta a lo
interno de nuestros países y habrá que darla en todos los frentes y de
manera contundente ante quienes continúan propugnando
manipulaciones ideológicas caprichosas, producto de una majadería
intelectualista que ve con horror a un pueblo dispuesto a construir su
propio destino.
Concluyo, por ahora, expresando que el disparate de Efraín
Subero radicó en aventurarse a escribir sobre este tema sin haber leído
previamente el texto del Decreto Presidencia publicado en la Gaceta
Oficial. A estas alturas de mi vida profesional, yo no cometería ese craso
error…
L a presencia africana en la actual región insular neoespartana no
ha sido suficientemente valorada por la historiografía tradicional
en lo referente a su cuantía y contribución a la composición
genética y herencia cultural del ethos margariteño que nos identifica.
Desde comienzos del siglo XVI, mediante la figura de las
licencias otorgadas a funcionarios públicos, comerciantes y colonos,
se inicia la importación masiva de mano de obra esclava de origen
africano para sustituir a la menguada fuerza de trabajo indígena, en la
explotación de los importantes yacimientos perlíferos existentes en los
contornos marinos de las islas de Cubagua y Margarita,
respectivamente.
Sin embargo, es importante destacar que los primeros
esclavos que llegaron a estas costas no fueron negros, sino blancos, lo
cual no es de extrañar por cuanto los españoles, continuando con la
tradición andalusí, adquirían, a través de operaciones de compra-
venta, guerra de corso, o simplemente captura, esclavos oriundos de
las islas Canarias (guanches y gomeras), así como también de Siria
(llamados esclavos del Levante) y de la nación griega.
La primera referencia histórica sobre la presencia africana en
territorio cubagüés, corresponde a la licencia concedida en enero de
1526 a Johan de Urrutia para pasar a esta ínsula 30 esclavos y
esclavas. Al año siguiente, en junio de 1527, se autoriza a Diego
Cavallero, Contador de la isla La Española, para pasar a la isla de
Cubagua “doce esclavos negros de Cabo Verde o Guinea, que sean
buenos nadadores y zabullidores, para sacar con ellos perlas en la
pesquería de la dicha isla de Cubagua”.
Entre los años de 1574 y 1575, la población peninsular
(hispanos y lusitanos) establecida en Margarita era de trescientas
personas, similar a la residenciada en Caracas y Cabo de la Vela o Río
Hacha. Sin embargo, durante los años de 1581 a 1590, ingresaron a la
geografía insular, legalmente registrados, 923 negros procedentes de
Cabo Verde, Sao Tomé, Angola y Brasil. Los inmigrantes de Cabo
Verde pertenecían, en su gran mayoría, a la etnia mandinga, aun
cuando se encontraban también representantes de los grupos bran,
biafara, bañol, gelofe (wolof) y zapé. Mientras que los de Sao Tomé
formaban parte de las comunidades arará, carabalí, mina y tarí.
Los de Angola, por su parte, eran oriundos del Congo,
fundamentalmente de habla bantú. Durante el siglo XVII, en virtud de
los cuantiosos ingresos obtenidos como resultado de la intensa
actividad extractiva, se incrementó considerablemente la presencia de
esclavos negros en el territorio insular, de tal suerte que prácticamente
se estableció una relación de equilibrio entre el componente étnico
europeo aquí residenciado, estimado en 2.000 personas,
aproximadamente, y el elemento afroide cuyo número totalizaba 1.764
individuosm contándose sólo con 729 indígenas autóctonos.
La región insular margariteña, en función de su privilegiada
situación geográfica, se convirtió en un centro activo de la “trata
intérlopa”. Los traficantes clandestinos arribaban a sus costas,
muchas veces con el beneplácito y protección de los funcionarios
reales, donde después de realizar diversas operaciones comerciales,
fundamentalmente el intercambio de mercaderías europeas y/o mano
de obra negra, por bastimentos y otros productos necesarios para su
correspondiente abastecimiento, proseguían con sus “cargazones de
-8-
negros” para su venta en los puertos del litoral central venezolano.
Margarita, al igual que otras áreas del Caribe, tales como
Barbados, Cartagena, Curazao y Jamaica, fue considerada como una
región intermedia o zona de “entrepots” (depósito), donde los
esclavos procedentes de la costa occidental africanam después de
una permanencia relativamente corta en su territorio pasaban a otros
lugares, el del sitio del depósito. Así, tenemos entonces que esclavos
asentados transitoriamente en nuestro suelo, fueron introducidos en
la Nueva España (México) con el nombre de “Negros de la Margarita”.
Igualmente ocurrió con los esclavos registrados en la Obra Pía de
Chuao, en el litoral central venezolano.
La extracción indiscriminada y el progresivo agotamiento de
los ricos veneros perlíferos, obligó a reducir considerablemente el
ingreso de los “hombres de ébano” hacia nuestra región insular. Los
pocos que vienen son utilizados en las escasas labores agrícolas, en
los diversos oficios artesanales y en las tareas propias de la
servidumbre doméstica. Así tenemos que para comienzos del siglo
XVIII la población negra se calcula en 900 personas, asentadas en el
Valle de la Margarita, Tacarigua, Pedro González, San Juan y
Paraguachí. Durante el año de 1829 fueron empadronados 264
esclavos y 36 manumisos; mientras que para la época de la abolición
de la esclavitud en Venezuela (1849), sólo había 63 esclavos y 43
manumisos, cifras superiores a las que presentaban otras regiones
del país, tales como Apure, Barinas, Guayana y Maracaibo.
Finalizada la importación de mano de obra esclava y en
virtud del intenso cruzamiento biológico realizado entre los
componentes étnicos de origen africano, europeo e indígena, se
produjo en el tiempo una eliminación progresiva y gradual de los
rasgos negroides, de tal manera que su frecuencia fenotípica en la
población neoespartana actual es bastante escasa. Sin embargo,
según los resultaos del estudio Proyecto Venezuela realizado por
Fundacredesa durante el año 1988, se determinó que la mayor
estatura que presentaba la población juvenil de los estados
Anzoátegui, Nueva Esparta y Sucre respecto a sus equivalentes de la
zona metropolitana, se debe a un factor genético heredado de los
antiguos esclavos de las islas caribeñas y posteriormente trasladado
a tierras orientales.
(*)Tomado de la revista Tropel de Luces. Estado Nueva Esparta,
Asociación de Escritores, N° 16, enero-marzo de 2004.

E
n la insurrección de Coro en 1795 participaron
negros esclavos, negros libres, mulatos e
indígenas, grupos étnicos que de una u otra
manera se encontraban sometidos a la explotación y
discriminación ejercida tanto por los terratenientes
criollos como por los agentes de la burocracia
colonial.
No debe pasarse por alto el malestar que
ocasionaba en la población sometida a trabajos
compulsivos el exagerado cobro de impuestos,
principalmente el de alcabala y el de los tributos
indígenas, hecho que en la práctica constituía una
nueva forma de opresión y explotación de las
llamadas “castas” inferiores, según la óptica de la
época.
Con relación a los objetivos y aspiraciones
que tenían los organizadores de la insurrección de
Coro en 1795 se destacan cuatro principios
fundamentales:
1°. Aplicación de la “ley de los franceses”, con
la finalidad de crear la República.
2°. Abolición de la esclavitud y destrucción del
régimen basado en la servidumbre.
3°. Eliminación de los tributos y estancos,
principalmente los relacionados con la demora y
alcabala.
4°. Exterminio de la “nobleza blanca” y de sus
privilegios sociales y económicos.
La insurrección estalló el 10 de mayo de 1795
en las haciendas El Socorro, Varón, Sabana Redonda,
La Magdalena y otras unidades productivas de la
serranía coriana, dejó una secuela de crímenes por
medio de los cuales las autoridades pretendieron
-9-
atemorizar a los esclavos y a la mano de obra
sometida a servidumbre, para que no continuaran los
levantamientos tanto en la jurisdicción de Coro como
en las otras provincias de Venezuela.
Uno de los primeros en ser asesinado fue José
Caridad González, negro loango, quien había
llegado a la ciudad de Coro procedente de la isla de
Curazao, sabía leer y escribir, dominaba varios
idiomas y además fue denunciado como uno de los
ideólogos del movimiento y probablemente era el
personaje clave en las vinculaciones con los
“jacobinos negros”, pues no hay que olvidar que José
Caridad González había realizado varios viajes a Haití
y ejercía mucha influencia entre los negros loangos
establecidos en Coro.
Con relación al destino de los otros implicados
en esta insurrección, de los cien negros tomados
prisioneros en el campo de batalla, ochenta y seis
fueron fusilados sin fórmula de juicio; siete fueron
degollados el mismo doce de mayo y nueve el
siguiente día; el 18 de mayo treinticinco esclavos
muertos a golpe de pistola pagaron la vida el
derecho de ser libres; el 23, Mariano Ramírez
Valderrain, como juez y parte, sentenció a morir
degollados a veintiún negros capturados en la Sierra y
continuó dictando sentencias: siete indígenas y
veintidós negros loangos fueron condenados a diez
años de trabajo forzado; ocho, a cuatro años de
presidio; cuatro, a diez años y uno, a siete también de
presidio y las mujeres mulatas que durante la prisión
de los sublevados habían dado muestras de
solidaridad, fueron azotadas y sometidas a pública
vergüenza.
José Leonardo Chirino, después del fracaso
de la sublevación, huyó junto con algunos de sus más
cercanos colaboradores y hace esfuerzos por
reorganizar el movimiento armado, pero las
circunstancias no lo favorecen y tres meses después,
en agosto de 1795, cae prisionero, lo envían a la
ciudad de Coro y luego a Caracas. En esta capital
fue sentenciado a muerte por la Real Audiencia el día
10 de diciembre de 1796.
A pesar de tan arduos sacrificio, los esclavos
negros, los manumisos y los pardos no se doblegaron y
continuaron sus luchas en pro de la libertad y
soberanía nacional.
(*)José Marcial Ramos Guédez: Contribución a la historia de
las culturas negras en Venezuela colonial. Caracas, Fondo
Editorial IPAS-ME, 2001, pp. 175-178.
N
o resulta exagerado afirmar que desde el
primer momento que los invasores europeos
pisaron tierra nuestroamericana se inició un
violento proceso de explotación, maltrato y
exterminio de las comunidades originarias,
animados por la incesante y desesperada búsqueda
y localización de nuestras riquezas naturales.
Para lograr este objetivo, hubo que desarrollar una
multiplicidad de modalidades represivas y de control
de las poblaciones, toda vez que, de igual manera,
aquel brutal ensañamiento generó manifestaciones
de repudio y rechazo, las cuales mantenían en
constante tensión la vida cotidiana que transcurría
tanto entre explotadores como explotados.
Entre 1494 y 1499 tiene lugar la presencia
hispánica en tierra cubagüesa. Sus primeros
protagonistas fueron Alonso de Ojeda, Juan de la
Cosa, Américo Vespucio, Pedro Alonso Niño y
Cristóbal Guerra, entre otros, a quienes correspondió
abrir las compuertas del fenómeno social que se
adueñó de los espacios insulares, se proyectó a las
islas vecinas -Margarita y Coche- y se expandió por
las costas venezolanas, el área del Caribe y el
mundo europeo.
En un lapso de tiempo menor de veinte años,
la isla de Cubagua se transformó al caer bajo el
dominio de aventureros inescrupulosos,
desalmados, insensibles, feroces, amorales, quienes,
a la hora del negocio poco les importaba violar las
normas establecidas, desafiar a las autoridades,
fomentar las complicidades, amenazar, traicionar y,
en el peor de los casos, asesinar de manera cruel.
En 1519, aún cuando en años anteriores ya se
habían registrado choques y enfrentamientos, el
conflicto alcanzó su clímax. Para vengarse de tantos
atropellos y vejaciones se confederaron varios
caciques: Maraguey y su hermano de Santa Fe, Gil
González y don Diego de Maracapaná. Cayeron
víctimas de la furia de los indígenas, además de los
dos misioneros, otras nueve personas en el monasterio
de Santa Fe, y Ojeda con su gente -14 españoles en
total-, en Santa Fe y Maracapaná. Murieron también
tres capitanes de armadas y más de 50 miembros de
tripulaciones. De igual manera, Francisco Dorta, uno
de los marinos más famosos del Caribe. La rebelión se
extendió por toda la costa, alcanzando también la
misión franciscana, que fue quemada.
-10-
La respuesta de los colonialistas no se hizo
esperar. Se autorizó al capitán general Gonzalo de
Ocampo a apresar a los caciques principales y
proceder draconianamente contra los jefes del
levantamiento indígena, sobre todo los caciques de
Santa Fe, Maraguay y su hermano, con deportación
de todos los indios a la isla Española.
Con estas instrucciones Ocampo se trasladó
a Maracapaná donde aprehendió al cacique Gil
González y lo hizo ahorcar junto con otros
compañeros de las entenas de los navíos. A partir de
este momento “corrieron la tierra después por allí
abajo, matando y captivando cuantos hallaban”.
De acuerdo con Fernández de Oviedo, “pasó a la
provincia de Cumaná e a los Tagares, e hizo
entradas en la tierra, e prendió muchos indios en
diversas veces, e justició a los que les paresció dellos,
y otros mató cuando se defendían por no ser presos”
y, según Castellanos, “entró hasta Tagares… do con
solo 200 españoles les allanó las cumbres y peñoles…
Pobló las sendas, playas y caminos con cantidad de
indios empalados; trajo también gran número de
vivos, a quien luego herraba por captivos”.
Sin embargo, la guerra de represalia de
Gonzalo de Ocampo fracasó. Sería preciso otra
armada de castigo, bajo Jácome de Castellón,
para hacer posible el poblamiento de Cubagua.
Así lo registró Enrique Otte en su obra Las
perlas del Caribe: Nueva Cádiz de Cubagua (1977) y
nosotros lo reinterpretamos.
D
urante la mayor parte del siglo XVI la más
pequeña de las tres gobernaciones venezolanas,
la isla Margarita, era, desde el punto de vista
económico, la más importante. Lo prueban, entre otras
cosas, las cifras comparativas de los diezmos. En
decadencia desde el descubrimiento del Cabo de la
Vela, la isla experimentó en 1573, gracias al hallazgo de
ricos ostrales de perlas en Coche, un nuevo auge: 40
canoas, sin contar las piraguas, intervienen en la pesca.
Los 40 ó 50 dueños de ellas eran, en su mayoría, vecinos
de Margarita y Cumaná, asociados con empresarios de
Caracas, Sevilla y otras ciudades. Anualmente se
cosechaban más de 2.600 marcos, exportados a través
de Cartagena, y a fines del siglo el tesorero de Cumaná,
Baltasar Pérez Bernal, calculaba en 1.500 el número de
personas, muchos de ellos extranjeros, que intervenían
en el comercio de perlas. Debido a ello, la isla Margarita,
centro administrativo de las pesquerías fue, con su
puerto principal Pampatar, durante el último cuarto del
siglo XVI el mayor centro naviero de Venezuela y uno de
los centros económicos importantes de América.
Aumentó la navegación directa desde Sevilla para
abastecer la población fija y flotante. Entre 1576 y 1602 se
expiden 21 licencias de ida de naves de Sevilla a
Margarita fuera del régimen de flotas. El tamaño de las
naves oscilaba, de acuerdo con las licencias, entre 60 y
120 toneladas; en un caso era de 35 toneladas.
Además, Margarita recibió periódicamente las
cargas de negros, destinados a las pesquerías de perlas,
que llegaban, procedentes de Cabo Verde, Santo
Tomé, Angola y aún del Brasil, en naves “arribadas”. Las
listas de almojarifazgo de Margarita contienen las
siguientes referencias -por cierto muy incompletas- a
negros importados por naves “arribadas”: 1581: 1 nave
-11-
de Cabo Verde: 7 negros. 1582: 1 nave de Santo Tomé:
81 negros y una nave de Cabo Verde: 39 negros. 1583: 1
nave de Brasil: 2 negros y una nave de procedencia no
identificada: 2 negros. 1584: 1 nave de Angola: 160
negros. 1585: 1 nave de procedencia no identificada: 12
negros y otra nave idem: 56 negros. 1587: 1 nave de
Angola: 178 negros y una nave idem: 323 negros. 1590: 1
nave de procedencia no identificada: 63 negros.
Muchos de los envíos se preparan desde Sevilla
y Lisboa por los “Contratadores de negros de Cabo
Verde y Guinea” y sus socios, los otros mercaderes
portugueses, conversos en su mayoría. Para uno de ellos,
Simón Freire de Lima, Margarita es, con México,
Honduras y Cartagena de Indias, uno de los centros de
su comercio trasatlántico. Intervienen con su comercio
de Margarita altos personajes de la propia isla y de las
otras regiones adyacentes: Simón Freire de Lima se
asocia para su negocio de venta de negros y pesca de
perlas con el tesorero de Cumaná, Roque de Montes
Colmenares, que en 1593 se embarca en Sevilla en un
navío fletado por la compañía de ambos con un
cargamento de mercancías. En 1594 Freire de Lima se
asocia con un vecino de Margarita, Francisco Bello. Otro
gran mercader portugués de la trata de Sevilla, Diego
Núñes Caldeira, se asocia con el gobernador de la
Margarita, Pedro Fajardo, que en 1595 acompaña un
cargamento de 140 negros, oficialmente consignados a
Cartagena de Indias, pero destinados a Margarita.
(*) Enrique Otte: “Estudio Preliminar”. Cedularios de la
Monarquía Española de Margarita, Nueva Andalucía y
Caracas (1553-1604). Tomo I: Cedulario de Margarita.
Caracas, Edición de la Fundación John Boulton, Fundación
Eugenio Mendoza y Fundación Shell, 1967, pp. XV-XVII.
E
l tema de la resistencia ya traspasó la estricta
referencia a la actuación de nuestros pueblos
indígenas y afrodescendientes y ha contagiado
de renovadores impulsos a la sociedad venezolana que
hoy insurge con el decidido propósito de construir un
modo de vida más justo y humano que nos convoca al
enfrentamiento de los minúsculos grupos monopólicos
que pretenden continuar ejerciendo el poder. Así que,
a partir de ahora, todos entramos a la corriente social y
política de la insurgencia, único camino que nos
conducirá a la construcción de la patria bolivariana.
-I-
Desde el 10 de octubre de 2002 en Venezuela,
en el contexto de la revolución bolivariana, el 12 de
octubre fue distinguido como Día de la Resistencia
Indígena y a quien le correspondió ponerle punto final
al absurdo de denominarlo “Díaz de la Raza”, “Día del
Descubrimiento”, “Día del Encuentro de Dos Mundos”,
“Día de la Evangelización”, “Día de los No
Descubiertos”, entre otras pretendidas manipulaciones
ideológicas, fue al Comandante Supremo y Eterno
Hugo Chávez Frías.
A partir de entonces entramos a otro campo de
batalla y, la argumentación científica que se
desprende de una interpretación acertada del -II-
proceso histórico nuestroamericano, nos entregó las Vamos a colocarnos, mediante un ejercicio
armas para denunciar y desenmascarar el veneno que intelectual, en la visión del otro, del dominado, para
infestaba aquellas repudiables opiniones sustentadas evidenciar el significado de aquel hecho histórico que,
por “destacados académicos e investigadores de indudablemente, desestabilizó la vida de nuestro
prestigio”, que ahora quedaron evidenciados como continente y, en su trascendencia, en la actualidad es
serviles de la dominación colonialista e imperialista. objeto de reflexión y de llamado de atención:
En la divulgación de este innovador y Lo cierto es que un día como hoy, hace ya
clarificador concepto, desde aquel año hasta hoy, le muchos años y varios siglos, personas extrañas
hemos dedicado tiempo y esfuerzo. Puedo afirmar con provenientes de un mundo desconocido por nosotros,
toda responsabilidad que nos ha faltado más apoyo y hicieron acto de presencia en nuestros territorios y, sin
decisión en esta patriótica tarea. Y lo afirmo así porque mediar razón alguna, procedieron a destruir nuestras
hasta el año pasado en carteleras de nuestras pertenencias, asesinar a nuestros familiares, amigos y
instituciones, en fecha como esta, se ha seguido vecinos, a violar nuestras mujeres, a robar el producto
utilizando la imagen de los invasores y de las naves que de nuestro trabajo, a forzarnos a trabajar y producir
los transportaron desde España hasta nuestros riquezas para ellos mientras que nosotros nos
territorios. hundíamos en la pobreza más absoluta, a demoler
La lucha debe continuar y entre nuestros nuestros lugares sagrados, y, sin ningún tipo de
programas de trabajo deberá permanecer de manera contemplación, siempre bajo el signo de la violencia,
permanente el abordaje crítico de este tema -el nos obligaron, a riesgo de perder la vida, a imitarlos en
colonialismo- por cuanto es clave para comprender la todo. Nosotros, en verdad, fuimos invadidos,
esencia brutal e inhumana del capitalismo y nuestro atropellados, vejados, explotados, humillados, y aún
rotundo rechazo a este modelo socio-económico. cuando se debió a nosotros el que pudieran sobrevivir

-12-
en ambientes desconocidos, sólo logramos que nos
trataran con desprecio. Nunca nos comprendieron.
-III-
Aquello que se ha dicho hasta el cansancio: la
historia la escriben los vencedores, es sólo una verdad a
medias. Porque no será “la historia”, sino “su historia”. En
América, es cierto, la escribieron los colonialistas, los
explotadores de nuestros pueblos. Ahora, que ellos
pretendan convertir “su historia” en “nuestra historia”, es
otra cosa.
¿Qué pretenden con esa postura? Que el
explotado piense como el explotador; que el pobre
piense como el rico; trasladado a los tiempos actuales,
que el pueblo milite en partidos que de llegar al poder,
con toda seguridad, lo atropellarán y le cercenarán sus
derechos.
Un análisis crítico del discurso elaborado por
estos sectores minoritarios revela su carácter
fraudulento y, como tal, falso e inútil a la causa de los
pueblos. Los europeos invasores produjeron una
inmensa masa documental para ocultar con papeles
una realidad totalmente distinta, sólo para justificar sus
excesos y extravíos.
En esta tendencia se inscriben en tiempos
posteriores, antropólogos, historiadores, sociólogos y
afines, que en su fallido afán de interpretar nuestras
realidades mediante ópticas occidentales, todo lo han
tergiversado porque, sencillamente, se han aventurado
a escribir sobre temas investigados con herramientas
inadecuadas. De allí la confusión que han provocado
entre nosotros.
En la actualidad se plantea: nuestras realidades
deberán estudiarse desde la identidad endógena,
desde sus interioridades, desde la perspectiva del saber
oculto por siglos, única alternativa para develar los
“misterios” de los saberes ancestrales.
La verdad es que, luego de siglos y
ocultamiento y penumbra, está surgiendo la visión
auténtica, rebelde, la voz milenarias que llama a la
unidad de América y del mundo a la gran jornada por la
salvación de la humanidad.
-IV-
En nuestras luchas de liberación de los siglos XIX
y XX, tanto el capitalismo como el imperialismo en su
propósito de adueñarse de nuestros territorios,
aplicaron la política de la violencia y pudieron
comprobar por propia experiencia que por esta vía no
-13-
lograrían alcanzar sus perversos objetivos. Cada
agresión armada avivaba, más bien, el espíritu rebelde
de nuestros pueblos, que aún a sabiendas que podían
perecer en su obstinada resistencia, retaba a combatir
por tiempo prolongado. El libro del aprendizaje en
valores patrióticos lo constituía la misma conflagración,
la misma violencia desatada y la evidencia de ver con
sus propios ojos lo que eran capaces de hacer los
colonialistas para lograr sus perversos propósitos.
Desde los inicios de la revolución bolivariana, el
imperialismo y sus aliados internos están ensayando la
segunda opción: la manipulación mediática, el
discurso calculado, el ocultamiento de los avances en
la construcción de la democracia bolivariana, la
exageración del detalle y del error que, en ocasiones,
tienen lugar; en los últimos meses han sido denunciados
el acaparamiento de productos básicos de la dieta del
venezolano, el contrabando de extracción, el
sabotaje eléctrico… La misma guerra, pero con otras
armas y en otros escenarios.
Con ello quiero expresar que estamos
obligados a utilizar las armas de la educación
liberadora para fortalecer la conciencia patriótica de
nuestro pueblo, porque allí –en la conciencia- es
donde se está jugando el destino de nuestra revolución
bolivariana y chavista. Aún cuando pueda existir algún
rechazo inicial, producto del enredo y la confusión
que se pretende sembrar artificialmente en nuestra
gente, debemos proponernos convertir nuestros
espacios en aulas permanentes. Ahora sí
entenderemos a Fidel cuando expresó que en
Venezuela no hay tantos oligarcas, al analizar unos
resultados electorales. Sólo la cultura y la educación
ancladas en valores patrióticos nos hará libres.
PARA FINALIZAR
Con base en lo expuestos podemos concluir en
que todos nosotros, sin excepción, al lado de nuestros
pueblos, debemos convertir nuestras vidas y prácticas
en actos de resistencia asumidos en dos perspectivas:
para deslastrarnos de los vicios y malas prácticas del
pasado, que se niega a desaparecer, y para construir
un nuevo modelo de desarrollo auténtico, inspirado en
nuestros valores patrióticos, recurso que nos permitirá
derrotar a quienes, aún hoy, obstaculizan el desarrollo
de nuestra democracia bolivarianas, única alternativa
de liberación e independencia definitivas.

DECRETO DE GUERRA A MUERTE
SIMÓN BOLÍVAR
Brigadier de la Unión, general en jefe del Ejército
del Norte, Libertador de Venezuela
A sus conciudadanos.
Venezolanos:
Un ejército de hermanos, enviado por el
Soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a
libertaros, y ya lo tenéis en medio de vosotros, después
de haber expulsado a los opresores de las provincias de
Mérida y Trujillo.
Nosotros somos enviados a destruir a los
españoles, a proteger a los americanos y a establecer
los gobiernos republicanos que formaban la
Confederación de Venezuela. Los estados que cubren
nuestras armas, están regidos nuevamente por sus
antiguas constituciones y magistrados, gozando
plenamente de su libertad e independencia; porque
nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de la
servidumbre, que agobian todavía a algunos de
nuestros pueblos, sin pretender dar leyes ni ejercer
actos de dominio, a que el derecho de la guerra podría
autorizarnos.
Tocados de nuestros infortunios, no hemos
podido ver con indiferencia las aflicciones que os
hacían experimentar los bárbaros españoles, que os
han aniquilado con la rapiña y os han destruido con la
muerte; que han violado los derechos sagrados de las
gentes; que han infringido las capitulaciones y los
tratados más solemnes; y en fin, han cometido todos los
crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la
más espantosa desolación. Así, pues, la justicia exige la
vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla. Que
desaparezcan para siempre del suelo colombiano los
monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que
su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia,
para lavar de este modo la mancha de nuestra
ignominia y mostrar a las naciones del universo que no
se ofende impunemente a los hijos de la América.
A pesar de nuestros justos resentimientos contra
-14-
los inicuos españoles, nuestro magnánimo corazón se
digna, aún, a abrirles por la última vez una vía a la
conciliación y a la amistad; todavía se les invita a vivir
entre nosotros pacíficamente, si detestando sus
crímenes y convirtiéndose de buena fe, cooperan con
nosotros a la destrucción del gobierno intruso de la
España y al restablecimiento de la República de
Venezuela.
Todo español que no conspire contra la tiranía
en favor de la justa causa por los medios más activos y
eficaces, será tenido por enemigo y castigado como
traidor a la patria, y por consecuencia será
irremisiblemente pasado por las armas. Por el contrario,
se concede un indulto general y absoluto a los que
pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas; a los
que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se
están esforzando por sacudir el yugo de la tiranía. Se
conservarán en sus empleos y destinos a los oficiales de
guerra y magistrados civiles que proclamen al
gobierno de Venezuela y se unan a nosotros; en una
palabra, los españoles que hagan señalados servicios
al estado serán reputados y tratados como
americanos.
Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia
os ha extraviado de la senda de la justicia, sabed que
vuestros hermanos os perdonan y lamentan
sinceramente vuestros descarríos, en la íntima
persuasión de que vosotros no podeis ser culpables y
que sólo la ceguedad e ignorancia en que os han
tenido hasta el presente los autores de vuestros
crímenes, han podido induciros a ello. No temáis la
espada que viene a vengaros y a cortar los lazos
ignominiosos con que os ligan a su suerte vuestros
verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en
vuestro honor, vida y propiedades; el solo título de
americanos será vuestra garantía y salvaguardia.
Nuestras armas han venido a protegeros y no
emplearán jamás contra uno solo de nuestros
hermanos.
Esta amnistía se extiende hasta los mismos
traidores que más recientemente han cometido actos
de felonía, y será tan religiosamente cumplida que
ninguna razón, causa o pretexto será suficiente para
obligarnos a quebrantar nuestra oferta, por grandes y
extraordinarios que sean los motivos que nos deis para
excitar nuestra animadversión.
Españoles y canarios, contad con la muerte,
aun siendo indiferentes si no obráis activamente en
obsequio de la libertad de la América. Americanos,
contad con la vida, aun cuando seáis culpables.
Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813. 3°.
SIMÓN BOLÍVAR
Es copia:
Pedro Briceño Méndez
Secretario
 Habitantes de la Costa Firme:
Vuestro suelo fue la cuna de la libertad
americana el 19 de abril de 1810, sin que
desde entonces hayáis dejado de combatir
constantemente por vuestra patria. El mismo
espíritu que ha guiado vuestras operaciones,
guía las de vuestros hermanos de Margarita, a
quienes hemos venido a socorrer. Ya es tiempo
de completar la obra de vuestros esfuerzos.
Mis numerosos y bravos compañeros,
con un inmenso parque de armas y
municiones, parten mañana conmigo para
vuestro país. Nos lisonjeamos que os uniréis con
nosotros para destruir juntos a los tiranos.
Cooperad eficazmente y seremos invencibles.
La patria os reconoce como a sus hijos
beneméritos, y en su nombre os congratulo por
-15-
vuestros distinguidos servicios.
Los pueblos libres me han honrado con
la autoridad Suprema. Yo ejerceré solo en
vuestro favor. No habrá, pues, más esclavos
en Venezuela que los que quieran serlo. Todos
los que prefieran la libertad al reposo,
tomarán las armas para sostener sus derechos
sagrados y serán ciudadanos.
Cuartel General de la Villa del Norte, en
la isla de Margarita, a 23 de mayo de 1816.
Iván Gómez León: Santa Ana del Norte: Cuna
auténtica de la Tercera República de
Venezuela. Recopilación Documental.
Porlamar, Verbo Publicaciones e Impresos,
C.A., 2006, p. 115.
 DECRETO SOBRE LIBERTAD DE LOS ESCLAVOS
República de Venezuela
SIMÓN BOLÍVAR
Jefe Supremo de la República,
y Capitán General de los Ejércitos de Venezuela
y de la Nueva Granada, &., &., &.
A los habitantes de Río Caribe, Carúpano y
Cariaco.
Salud.
Considerando que la justicia, la política y la
Patria reclaman imperiosamente los derechos
imprescriptibles de la naturaleza, he venido en
decretar, como decreto, la libertad absoluta de
los esclavos que han gemido bajo el yugo español
en los tres siglos pasados. Considerando que la
República necesita de los servicios de todos sus
hijos, tenemos que imponer a los nuevos
Ciudadanos las condiciones siguientes:
Artículo primero. Todo hombre robusto,
desde la edad de catorce hasta la de sesenta
años, se presentará en la parroquia de su Distrito a
alistarse en las banderas de Venezuela, veinte y
cuatro horas después de publicado el presente
decreto.
Artículo segundo. Los ancianos, las
mujeres, los niños y los inválidos, quedarán
eximidos desde ahora para siempre del servicio
militar; como igualmente del servicio doméstico y
campestre en que estaban antes empleados a
beneficio de sus señores.
Artículo tercero. El nuevo Ciudadano que
rehúse tomar las armas para cumplir con el
sagrado deber de defender su libertad, quedará
sujeto a la servidumbre, no sólo él, sino también sus
hijos menores de catorce años, su mujer y sus
padres ancianos.
Artículo cuarto. Los parientes de los militares
empleados en el Ejército Libertador gozarán de los
derechos de Ciudadanos y de la libertad absoluta
que les concede este decreto a nombre de la
República de Venezuela.
El presente reglamento tendrá fuerza de
ley y será fielmente cumplido por las Autoridades
Republicanas de Río Caribe, Carúpano y Cariaco.
Dado en el Cuartel General de Carúpano,
firmado de mi mano, sellado con el provisional de
la República y refrendado por mi Secretario de
Estado y Guerra a 2 de junio de 1816. 6° de la
Independencia.
SIMÓN BOLÍVAR
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
Secretario de Estado y Guerra
-16-
PROCLAMA DEL LIBERTADOR SOBRE LIBERTAD
DE LOS ESCLAVOS – OCUMARE
SIMÓN BOLÍVAR
Jefe Supremo de la República, Capitán General
de los Ejércitos de Venezuela y de la Nueva
Granada, &., &., &.
A los habitantes de la provincia de Caracas.
Un ejército provisto de artillería y cantidad
suficiente de fusiles y municiones está hoy a mi
disposición para libertaros. Vuestros tiranos serán
destruidos, o expelidos del país, y vosotros
restituidos a vuestros derechos, a vuestra patria y a
la paz.
La guerra a muerte que nos han hecho
nuestros enemigos cesará por nuestra parte:
perdonaremos a los que se rindan, aunque sean
españoles. Los que sirvan la causa de Venezuela
serán considerados como amigos, y empleados
según su mérito y capacidad.
Las tropas pertenecientes al enemigo que
se pasen a nosotros, gozarán de todos los
beneficios que la patria concede a sus
bienhechores.
Ningún español sufrirá la muerte fuera del
campo de batalla. Ningún americano sufrirá el
menor perjuicio por haber seguido el partido del
rey, o cometido actos de hostilidad contra sus
conciudadanos.
Esa porción desgraciada de nuestros
hermanos que ha gemido bajo las miserias de la
esclavitud ya es libre.
La naturaleza, la justicia y la política piden la
emancipación de los esclavos: de aquí en
adelante sólo habrá en Venezuela una clase de
hombres, todos serán ciudadanos.
Luego que tomemos la capital
convocaremos el Congreso General de los
representantes del pueblo, y restableceremos el
Gobierno de la República. Mientras nosotros
marchamos hacia Caracas, el general Mariño a la
cabeza de un cuerpo numeroso de tropas, debe
atacar a Cumaná. El general Piar sostenido por
los generales Rojas y Monagas ocupará los Llanos,
y avanzará sobre Barcelona, mientras el general
Arismendi con su ejército victorioso ocupará la
Margarita.
Cuartel General de Ocumare, 6 de julio de
1816.
SIMÓN BOLÍVAR
“
En general carecen de inteligencia y parecen
ser incapaces de hacer algún progreso en
civilidad y ciencias. Entre ellos no existe un
sistema moral. La barbarie hacia sus hijos rebasa
aquélla de los animales. Carecen de sensaciones
morales; su único placer son las mujeres; comen y
beben en exceso; no desean otra cosa que
vaguear… Es dudoso poderles atribuir cualidades
superiores a los africanos del pasado, pues los
encontramos representados bajo los personajes
más odiosos y despreciables entre los autores
romanos y griegos; son orgullosos, haraganes,
engañosos, ladrones, adictos a todo tipo de bajas
pasiones y listos a promoverlas en otros,
incestuosos, salvajes, crueles, vengativos,
devoradores de carne humana, bebedores de
sangre humana, inconstantes, ruines y cobardes,
creyentes de toda clase de supersticiones; y en
pocas palabras, adictos a todos los malos vicios
que se encuentran en su camino o que están a su
alcance.”

(*) Gustavo Pereira: Historias del Paraíso. Develación y

saqueo del Nuevo Mundo. Vol. 1. (Colección Gustavo
Pereira, N° 3). Isla de Margarita, Fondo Editorial del
Estado Nueva Esparta, 1998, p. 225.

J
ean-Jacques Dessalines, el 1 de enero de 1804,
anunció la primera república negra del mundo y la
primera nación libre de América Latina. Los hasta
entonces esclavos negros derrotaron a las tropas
enviadas por Napoleón Bonaparte para sofocar su
rebelión.
Los revolucionarios haitianos de esa historia
gloriosa y hasta el día de hoy, el pueblo de esa hermana
nación caribeña ha sufrido sangrientas dictaduras,
gobiernos corruptos y entreguistas, y las apetencias del
imperialismo estadounidense.
Constituye un compromiso para los
revolucionarios, en especial de Latinoamérica y el
Caribe, incrementar las acciones de denuncia y
solidaridad con el pueblo de Haití, y adicionalmente,
para el movimiento comunista internacional, ayudar en
la reconstrucción de su vanguardia política, el partido
de Jacques Roumain (1907-1944), fundador del Partido
Comunista Haitiano (PCH) en 1934 y su primer Secretario
General, intelectual que se destacó en la investigación
científica y la lucha ideológica.
Entre los trabajos científicos de Roumain resaltan
Contribución al estudio de la etnobotánica
precolombina de la Antillas Mayores y El sacrificio del
tambor Assoto, sobre etnología religiosa haitiana. Por
las firmes posturas revolucionarias a favor de las luchas
de su pueblo, fue encarcelado varias veces. Durante su
exilio, en tránsito por Cuba, entabló estrecha amistad
con el poeta Nicolás Guillén, quien le dedicó el poema
Elegía a Jacques Roumain.
En el penúltimo año de su corta vida, en su
estadía en México, escribió la novela Gobernadores
del rocío, que se considera una de las mejores
narraciones de la literatura caribeña contemporánea,
publicada por Casa de las Américas y la Fundación
Biblioteca Ayacucho, en la que reflexiona sobre la
condición deplorable del pueblo haitiano y su
necesidad de organización para encarar al opresor,
pensando en las salidas políticas en la línea del
socialismo.
Uno de los versos de su texto poético Bosque de
ébano alude a “los condenados de la tierra”, frase que
el argelino Frantz Fanon utilizaría para titular su célebre
libro contra el colonialismo.
(*) Enrique García Rojas: “Luchar por una Haití libre y soberana”.
Tribuna Popular. Caracas, Órgano del Comité Central del Partido
Comunista de Venezuela, N° 3.008, agosto de 2019, p. 7.

-17-

“
Llévanlos en las canoas, que son sus barquillos, y va
con ellos un verdugo español que los manda;
llegados en la mar alta, tres y cuatro estados de
hondo, mandan que se echen al agua; zambúllense y
van hasta el suelo y allí cogen las ostias que tienen las
perlas, y hinchen dellas unas redecillas que llevan al
pescuezo o asidas a un cordel que llevan ceñido, y con
ellas o sin ellas suben arriba a resollar porque no siempre
donde se zambullen las hallan, y si se tardan en mucho
resollar, dales prisa el verdugo que se tornen a zambullir
y a las veces les dan de varazos (…) están en esto todo
el día, desde que sale hasta que se pone el sol y así todo
el año si llegan allá: la comida es algún pescado y el
pescado que tienen las mismas ostias donde están las
perlas y el pan cazabí y el hecho de maíz (…) Las
camas que les dan a la noche son el suelo con unas
hojas de árboles o hierba, los pies en el cepo, porque no
se les vayan. Algunas veces se zambullen y no tornan
jamás a salir, o porque se ahogan de cansados y sin
fuerzas y por no poder resollar, o porque algunas bestias
marinas los matan o tragan (…) Mueren comúnmente
de echar sangre por la boca y de cámaras de sangre
por el apretamiento del pecho, por causa de estar
causi la mitad de la vida sin resuello. Conviértenseles los
cabellos, siendo ellos de naturaleza negros, quemados
como pelos de lobos marinos y ya sáleles por las
espaldas salitre, que parecen otra especie de hombres
o monstruos.”
(*) Gustavo Pereira: Historias del Paraíso. Develación y
saqueo del Nuevo Mundo. Vol. 1. (Colección Gustavo
Pereira, N° 3). Isla de Margarita, Fondo Editorial del
Estado Nueva Esparta, 1998, p. 172.
-18-
“
Gómara, en efecto, escribía: Los hombres de tierra
firme de Indias comen carne humana y son
sodomáticos más que generación alguna.
Ninguna justicia hay entre ellos; andan desnudos; no
tienen amor ni vergüenza; son como asnos, abobados,
alocados, insensatos; no tienen en nada matarse y
matar; no guardan verdad sino en su provecho; son
inconstantes; no saben qué cosa sea consejo; son
ingratísimos y amigos de novedades; précianse de
borrachos, tienen vinos de diversas yerbas, frutas, raíces
y grano; emborráchanse también con humo y con
ciertas yerbas que los saca de seso; son bestiales en los
vicios; ninguna obediencia ni cortesía tienen mozos a
viejos ni hijos a padres; no son capaces de doctrina ni
castigo; son traidores, crueles y vengativos, que nunca
perdonan; inimicísimos de religión, haraganes,
ladrones, mentirosos y de juicios bajos y apocados; no
guardan fe ni orden; no se guardan lealtad maridos a
mujeres ni mujeres a maridos; son hechiceros,
agoreros, nigrománticos; son cobardes como liebres,
sucios como puercos; comen piojos, arañas y gusanos
crudos donde quiera que los hallan; no tienen arte ni
maña de hombres; cuando se olvidan de las cosas de
la fe que aprendieron, dicen que son aquellas cosas
para Castilla y no para ellos, y que no quieren mudar
costumbres ni dioses; son sin barbas, y si algunas les
nacen, se las arrancan; con los enfermos no usan
piedad alguna, y aunque sean vecinos y parientes los
desamparan al tiempo de la muerte, o los llevan a los
montes a morir con sendos pocos de pan y agua;
cuanto más crecen se hacen peores; hasta diez o
doce años parece que han de salir con alguna crianza
y virtud; de allí en adelante se tornan como brutos
animales; en fin, digo que nunca crió Dios tan cocida
gente en vicios y bestialidades, sin mezcla de bondad o
policía. Juzguen ahora las gentes para qué puede ser
cepa de tan malas mañas y artes. Los que los habemos
tratado, esto habemos conocido de ellos por
experiencia, mayormente el padre fray Pedro de
Córdoba, de cuya mano tengo escrito todo esto.”
(*) Gustavo Pereira: Historias del Paraíso. Develación y
saqueo del Nuevo Mundo. Vol. 1. (Colección Gustavo
Pereira, N° 3). Isla de Margarita, Fondo Editorial del
Estado Nueva Esparta, 1998, pp. 160-161.
E
n 1603 se sublevan los negros en las rancherías de
perlas en la Isla de Margarita, que desde los
comienzos de la conquista se transformó en uno de
los centros más importantes de esclavización, en razón
de la necesidad de mano de obra para la extracción
de perlas. Sobre los alcances de esta sublevación, que
desde las islas se extiende hasta las costas de Cumaná,
no existe relación bibliográfica, y la única referencia
documental la constituye la información suministrada
por Diego Juárez de Amaya, Gobernador y Capitán
General de la Provincia de Nueva Andalucía, en carta
fechada el 17 de mayo de 1603, quien al destacar los
servicios prestados por el Capitán Juan Bautista
Cedeño Albornoz, escribe que …”abiendose levantado
gran cantidad de negros esclavos así de las rancherías y mucho tiempo reconoscídolos en sitio de mucha
granjerías de perlas como de la Isla de Margarita y de defensa y fortificación los embistió y desbarató,
esta ciudad y retirándose aparte donde no se tenía apricionándoles una negra a quien por muchas
noticia de ello, lo cual por mi visto el mucho daño que se apariencias abían nombrado los otros alzados su
seguía de semejante junta y alzamiento, mayormente a reina.” (Archivo General de la Nación: Encomiendas,
las dichas granjerías por lo que interesaban a los Reales 1608-1681, t. VIII, fs. 217, ss).
Quintos, nombré a dicho Capitán para que fuese en su
descubrimiento. Lo que hizo al punto. En cuya facción (*) Federico Brito Figueroa: El problema tierra y esclavos en la
me consta sufrió muchas incomodidades de su historia de Venezuela. (Colección Historia, XIV). Caracas,
persona, en el largo tiempo que duró por la asperesa de Universidad Central de Venezuela, Ediciones de la
la tierra, siendo de montaña y serranía muy agria, lejos Biblioteca, 1996, p. 208). Primera edición: Caracas, Talleres
de la ciudad, causa de haber padecido muchas de Mersifrica, 1972.
ambres por ser tierra incógnita, y abiendo después de

*
Iten se manda que después de anochecido no
salga de casa de sus amos y dueños ningún negro
ni indio esclavo, ni lucayo, si no viene con sus amos
u otro cristiano que viva con el dicho su dueño so pena
que si fueren tomados fuera de las dichas casas y sin el
dicho su dueño o cristiano, los lleven a la cárcel y los
pongan a recaudo hasta el otro día y pague de pena su
dueño un peso de oro por cada uno, aplicados la
tercera parte para el Alguacil que los ejecutare y la
tercera parte para el Juez que lo sentenciare.
*Iten que ninguno sea osado de echar ni
mandar echar indio o negro muerto en la mar, por razón
de que los tiburones no se ceben en ellos, ni en otra
parte, sino que sea enterrado fuera del pueblo y
que la sepultura sea honda y quede cubierta con tunas
o con cardones por manera que ningún perro ni otro
animal lo pueda desenterrar…
*Otrosí se ordena y manda que cualquier negro
que se alzare o estuviere fuera de la servidumbre de sus
amos así en esta isla como en la isla Margarita o de
cualquier persona que a cargo lo tuviere tiempo de
diez días que le sean dados cien azotes y si estuviere
tiempo de veinte días que le sea desgobernado el pie
derecho o si estuviere cuarenta días yéndose a tierra
de infieles, que muera por ello, o cualquier negro que se
tomase a brazos y alzare la mano para dar a algún
cristiano, que le sean dados cien azotes públicamente
y si echare mano a cualquier arma para el tal cristiano
le sean dados cien azotes y le corten la mano derecha.
(*) José Marcial Ramos Guédez: Contribución a la historia de
las culturas negras en Venezuela colonial. Caracas, Fondo
Editorial IPAS-ME, 2001, pp. 372-373.

-19-
 MES DE OCTUBRE
OCTUBRE
*05/1854: Muere en La Asunción, víctima del cólera,
Petronila de Mata. Heroína. Se desconoce la ubicación
de sus restos.
*05/1871: Nace en Caracas Plácido José Fernández.
Sacerdote.
*06/1933: Nace en Cabimas, Estado Zulia, el Dr. Ramón
Rojas Salazar. Médico. Su nombre identifica el Centro
Médico de Diagnóstico Integral (CDI) de Santa Ana del
Norte.
*08/1936: Inicio de actividades de la Escuela Federal
Graduada Matasiete.
*08/1994: Muere Francisco Real Brito. Músico.
Compositor.
*11/1964: Nace en Porlamar Alirio Rafael Mata Alfonzo.
Promotor Cultural. Docente. Director de la agrupación
dancística “Ballet Folklórico Santa Ana”.
*15/1854: Muere en Porlamar, atacado de cólera, Juan
José Tubores. Prócer. Hijo del prócer José Celedonio
Tubores.
*15/1855: Muere Manuel Gamboa. Prócer. Había
-20-
nacido en Santa Ana del Norte en 1783.
*16/2018: Acto Público de Entrega por autoridades del
Ministerio del Poder Popular para las Comunas y de
Fundacomunal de la Carta Fundacional y de la
Estructura Organizativa de la Comuna Villa de Santa
Ana del Norte y de dieciséis (16) Certificados de
Registro (personalidad jurídica) de Unidades
Productivas Familiares (UPF), efectuado en la plaza
Francisco Esteban Gómez en horas de la tarde.
*17/1883: Nace Manuel Rodulfo Brito. Industrial.
Empresario de la pesquería de perlas.
*17/1917: Nace Andrés de Jesús Márquez Gómez.
Sacerdote. Escritor.
*20/1896: Nace Ildefonzo Arocha Brito. Promotor
Cultural.
*20: Día del Comunero.
*30/1989: Muere en Barinas en accidente
automovilístico Luis Brito Arocha. Periodista. Publicista.
*1780: Muere Manuel Sotillo Verde. Sacerdote.
Cumanés.
*1914: Nace Joaquín Salcedo Rojas. Periodista. Político.
-21-
E
n 1815 el Libertador Simón Bolívar se
encontraba en Kingston, capital de Jamaica,
realizando gestiones de diversa índole para
darle continuidad a su proyecto libertario y anti-
colonialista. En medio de tantas actividades, el 29 de
agosto recibió una carta, cuyo autor, luego de
comentar los sucesos del continente
hispanoamericano, le formulaba una serie de
preguntas sobre la situación del momento así como
acerca del porvenir previsible.
Con esta motivación, el 6 de septiembre,
Bolívar le dio respuesta a la misiva recibida con el
título de “Contestación de un Americano Meridional
a un Caballero de esta Isla”.
El contenido de este documento –conocido
después como Carta de Jamaica- ha trascendido en
el tiempo debido, principalmente, a la diversidad de
planteamientos expuestos por Bolívar. En nuestro
criterio, lo que le ha conferido vigencia histórica es
que aquí se encuentra el punto de partida de sus
iniciales ideas integracionistas, que luego enriqueció
e incorporó a su ideario y, tramontando el tiempo, se
han transformado en banderas de la hermandad de
los pueblos nuestroamericanos.
1. EL CONTENIDO
De la Carta de Jamaica hemos seleccionado
algunas ideas fundamentales:
*Yo deseo más que otro alguno ver formar en
América la más grande nación del mundo, menos
por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria.
*Es una idea grandiosa pretender formar de
todo el mundo nuevo una sola nación con un solo
vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya
que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y
una religión, debería por consiguiente tener un solo
gobierno que confederase los diferentes estados
que hayan de formarse.
*¡Qué bello sería que el istmo de Panamá
-22-
fuese para nosotros lo que el de Corinto para los
griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de
instalar allí un augusto congreso de los
representantes de las repúblicas, reinos e imperios a
tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de
la guerra con las naciones de las otras tres partes del
mundo.
*Cuando los sucesos no están asegurados,
cuando el Estado es débil y cuando las empresas
son remotas, todos los hombres vacilan; las
opiniones se dividen, las pasiones las agitan y los
enemigos las animan para triunfar por este fácil
medio. Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios
de una nación liberal que nos preste su protección,
se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los
talentos que conducen a la gloria; entonces
seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes
prosperidades a la que está destinada la América
Meridional, entonces las ciencias y las artes que
nacieron en el Oriente y han ilustrado la Europa,
volarán a Colombia libre que las convidará con un
asilo.
2. EDICIONES
La primera inclusión de la Carta de Jamaica
en un libro correspondió a la iniciativa de Cristóbal L.
Mendoza y Francisco Javier Yanes. Nos referimos a la
 obra titulada Colección de
Documentos relativos a la
Vida Pública del Libertador
de Colombia y del Perú,
Simón Bolívar, para servir a
la Historia de la
Independencia de
Suramérica, empezada a
publicar en Caracas en el
año 1826. En el año 1828,
cuando la obra alcanzaba
el tomo 15, falleció
Prócer
Mendoza. Yanes la
Francisco Javier Yanes continuó hasta el tomo 22,
apéndice del tomo 21, en el
año 1833. Aquí, precisamente, se incluyó la Carta de
Jamaica, proporcionada a Yanes por Pedro Briceño
Méndez, Secretario de Bolívar.
A partir de esta edición, la Carta de Jamaica
fue incluida por Tomás Cipriano Mosquera en
Memorias sobre la vida del Libertador Simón Bolívar
(1853). Por José de Austria en Bosquejo de la historia
militar de Venezuela en la guerra de su
independencia (1855). Por Felipe Larrazábal en
Correspondencia general del Libertador Simón
Bolívar (1865-1866). Por José Félix Blanco y Ramón
Azpúrua en Documentos para la historia de la vida
pública del Libertador de Colombia, Perú y Bolivia
(1875-1877). Por Daniel Florencio O'Leary en
Memorias del General O'Leary publicadas por su hijo
Simón B. O'Leary por orden del gobierno de
Venezuela (1789-1888), entre otros.
Como dato curioso podemos agregar que en
el año 2014 el investigador ecuatoriano Amílcar
Varela Jara dio a luz pública el manuscrito original
dictado por Bolívar a su Secretario Pedro Briceño
Méndez, hallado en el Fondo Jacinto Gijón del
Archivo Histórico del Banco Central del Ecuador, en
Quito.
3. EL DESTINATARIO
Desde un principio llamó la atención de
nuestros historiadores precisar la identificación del
destinatario de la Carta de Jamaica, el enigmático
“Caballero de esta Isla”, según el testimonio escrito
del Libertador cuando le dio su respuesta.
Autores e hipótesis que fueron señalados:
*Felipe Larrazábal: “Mr. Heliop (por Mr.
Maxwell Hyslop).
*Rufino Blanco Fombona: Duque de
Manchester.
-23-
*Santiago Key Ayala: Robert H. Bunch.
En algún momento tanta incertidumbre
debía tener su final. Correspondió al historiador
margariteño Monseñor Nicolás Eugenio Navarro –El
Valle del Espíritu Santo, 14 de noviembre 1867 –
Caracas, 6 de noviembre 1960- (quien contó con el
apoyo del Dr. Guillermo Hernández de Alba) dejar
aclarado de manera definitiva el enigma que había
mortificado a tantos investigadores y estudiosos: el
destinatario fue el Señor Henry Cullen, súbdito
británico, residenciado en Falmouth, isla de
Jamaica. A partir de la culminación exitosa de las
indagaciones desarrolladas por Navarro hoy no
cabe la menor duda respecto a la verdadera
identidad del destinatario de la Carta del Libertador.
Los detalles de este proceso investigativo fueron
publicados por Navarro con el título de El
destinatario de la “Carta de Jamaica” (en torno a
un luminoso hallazgo documental) en 1956.
FINAL
Es nuestra responsabilidad ética resaltar dos
elementos de vinculaciones insulares al estudio de
este caso tan interesante: la primera edición en libro
de la Carta de Jamaica y la identificación de su
destinatario tienen una estrecha relación con la Isla
de Margarita:
1. Tan trascendental iniciativa correspondió a
Cristóbal L. Mendoza y a Francisco Javier Yanes.
Yanes, debido a su dedicación a la investigación de
nuestro proceso independentista, culminó en 1822
su Memoria histórico-política sobre la Isla de
Margarita apoyada en documentos autógrafos,
conocida después, sencillamente, como Historia de
Margarita. De esta manera agregó una nueva
faceta a su prolífica trayectoria al convertirse, por
esta causa, en el iniciador de nuestra historiografía
regional.
2. La plena e indiscutible
identificación del
destinatario de la Carta
de Jamaica se le debe
a la afanosa y
sistemática labor
investigativa del
historiador margariteño
Nicolás Eugenio
Navarro, uno de los
máximos exponentes de
la intelectualidad
neoespartana. Mons. Dr. Nicolás Eugenio Navarro
 Casa
de la Diversidad
Cultural
Nueva Esparta

www.facebook.com/CDCNuevaEsparta @CasaDCulturalNE