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Universidad Politécnica Salesiana

Nombre: Pamela Reyes grupo: 2


Crónica de grupo
Se aprecia una necesidad de dar explicación y sentido a la situación que los sujetos se
hallan viviendo. Por lo que surge la tentativa de asignación ante e momento grupal
ansiógeno. Donde emergen primeros intentos por establecer reglas y parámetros
generales ante la posible destrucción de objetos internos idealizados frente a objetos
externos que amenazan con destruir al propio.
El hecho de percibirse dentro del grupo amenaza la economía psíquica individual.
Ideales, identificaciones y sentimientos se ven amenazados por un otro que es
potencialmente destructor.
se trata de apuntes realizados sobre un grupo diagnóstico en el año 1965, dirigido por
Didier Anzieu y Rene Kaes (con rol de monitor grupal y de observador
correspondientemente), con la finalidad de teorizar la situación psicoanalítica grupal y
que dimensiones puede alcanzar.
Se genera un conflicto pulsional debido al objeto ambivalente, donde el ideal
narcisista choca contra ideales y deseos ajenos. El cual puede ser destructor, pero
también sanador y protector. Si este objeto es introyectado se teme que sea
omnipotente, y si es rechazado el sujeto corre hacia un desamparo moral por su
pérdida.
Se empieza a proyectar el temor y la ansiedad persecutorio en Nicolás, que pasa a ser
el objeto atacable malo. Mientras que el objeto bueno, la imago materna, es Léonore.
Los sujetos se sitúan en la posición esquizo-paranoide frente a la amenaza del objeto.
Se adhieren a Léonore (homogeneidad, adentro, igualdad) o bien a Nicolás
(aislamiento, afuera, diferencia).
Se siente como enemigo común (los observadores y el monitor),
Se define el lugar de líder a Léonore la cual era la que forme al grupo y lo alimente
con su palabra, trasmitiéndose a ella una transferencia positiva por parte de los
hombres siendo el imago materna, mientras que al monitor una transferencia negativa.
Las evasivas respuestas que ella propone tienen un doble efecto: el de reforzar el
apego a ella y la expectativa llenada con palabras satisfactorias, con cuidados y
también con una cura. Por lo cual se establece al objeto malo (monitor) que lo siento
como aquel que los va a devorar y el objeto bueno (Leónore)
Nicolás se lo plantea como el doble del monitor, atribuyéndosele una imagen mala,
interpretando esa agresividad en los participantes
Existe en el grupo un temor manifiesto hipoconriaco y depresivo de estar enfermo
neurótico, y ser «pequeño-aprendiz-psicólogo-incierto» ante el superpsicólogo que es
el psicoanalista-profesor-monitor. Donde temen ser mal juzgados por el monitor que
sería el que tiene el poder materno fálico pero a la vez se pone en duda ante su silencio
El temor de la destructividad proyectada sobre el monitor aparece, así, en diferentes
registros: oral («va a devorarnos»), anal («lo bueno que tenemos en nosotros corremos
el riesgo de perderlo») y genital «va a penetrar en nuestros jardines secretos»)
Presencia de sentimiento de estar aislado «...y ya no sé dónde estoy, ni qué soy, ni
siquiera si soy». Con la sensación de estar en un vientre materno (Leónore) que los
envuelve donde se sienten objetos petrificados
Nicolás teme al dominio de esa madre. El grupo es fantasmado como vientre materno
que mantiene prisioneros a hijos que se pelean sin piedad y que se desgarran entre sí
en una amenazadora lucha libre
La agresión contra el monitor se suma a la provocada por la frustración que representa
el silencio de Léonore. El monitor viene a suplantar, como figura de tirano, al objeto
materno malo escindido. En donde por una parte es poseedor de un saber que no
comparte y que podría ser destructor, entonces podría ser aquel que salva o que mata o
dejar morir, como ser omnipotente, narcisita que juzga y establece la ley.
Convirtiéndose en el yo ideal paranoide que no pueden introyectar los participantes. Y
lo que les queda es colocarse en lugar de estudiante o paciente
Recurrir a Léonore indica la urgencia de una vinculación de apego a la madre buena,
capaz de asegurar la protección contra los ataque del pecho malo
Recurrir a Léonore indica la urgencia de una vinculación de apego a la madre buena,
capaz de asegurar la protección contra los ataque del pecho malo Pero dentro del
movimiento de escisión que caracteriza a la sesión (escisión del grupo, del monitor y
de Léonore) también participa en la destructividad proyectada sobre el monitor y
vuelta introyectivamente hacia Nicolás: como no habla, no alimenta.
Los participantes emplean una nueva medida de defensa: pueden dominar al monitor
al negarle el dinero. El temor de ser manipulados por él encuentra un arma defensiva
en ese chantaje y en la «resistencia estreñida»
Por último, los temores de los participantes se elaboran en el registro genital; una
mujer es quien expresa
Todas las pulsiones agresivas y destructivas de los participantes quedan satisfechas, y
la culpabilidad que resulta de ello se ve atenuada.
Puede sellarse la alianza grupal. Nicolas, posición particular: su comportamiento
masoquista;
-lo designa ante el sadismo de los otros como: objeto por destruir y como víctima
ofrecida en sacrificio de expiación al monitor y a los participantes mismos.

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