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Tema: Ensayo de la introducción y capítulo 1 del libro “Las teorías psicoanalíticas del grupo”
Los problemas a que intentan dar respuesta las teorías psicoanalíticas del grupo tomaron forma por efecto
de tres tipos de necesidades: la necesidad socio‐histórica, la necesidad clínica y la necesidad de
elaboración epistemológica interna al pensamiento psicoanalítico
Los períodos de desorganización social y cultural se caracterizan por el debilitamiento de los garantes
metas sociales y metapsíquicos: por la alteración de sus funciones de encuadramiento, de creencias con
partidas y de representaciones comunes. Los efectos psíquicos de ese tambaleo y del debilitamiento de los
garantes es el objeto de análisis de El malestar en la cultura, que Freud emprende en 1929. Setenta años
[10] más tarde, este malestar podría ser caracterizado por tres tipos de trastornos: a) El trastorno en los
apuntalamientos de la pulsión y en el pacto de renunciamientos pulsionales parciales necesarios para la
vida en común, b) El trastorno en las identificaciones y en los sistemas vinculares y c) El trastorno en las
certezas y en los sistemas de representación compartida. La invención psicoanalítica del grupo da
testimonio de estas grandes rupturas de la modernidad se interesa por la atención que presta a los efectos
del inconsciente sobre los procesos de grupo, tanto como por los efectos de grupo sobre los procesos
psíquicos.
El interés del psicoanálisis por el grupo se fundó primeramente en la atención que Freud prestó a los
movimientos de violencia que agitaron a su propio grupo por efecto de la revolución psíquica y cultural
de la que él fue matriz y portador, el grupo es terapéutico porque es el lugar de la reunificación interna, el
lugar del sentido y el lugar del vínculo, el acuerdo recobrado entre el sueño y el mito. El grupo juega un
papel intermediario decisivo en las relaciones y los movimientos de equilibrio y de transformación que
afectan a la sociedad en las diversas dimensiones de su organización social, cultural, económica y
política.
Una de las contribuciones capitales del psicoanálisis ha sido comprender que el grupo moviliza procesos
[16] psíquicos y dimensiones de la subjetividad sobre los que los dispositivos llamados «individuales» no
actúan, o no lo hacen de la misma manera ni con la misma intensidad. El tratamiento en un dispositivo de
grupo psicoanalítico de niños muy gravemente perturbados, de ciertas patologías de la adolescencia, de
los sufrimientos de la adicción y de las secuelas traumáticas, muestra la eficiencia de la función pensante
del otro en la restauración de la actividad de la memoria, del lenguaje y de la interpretación
III. El abordaje psicoanalítico del grupo: consistencia del campo y del objeto
Por la vía de la especulación y de la imaginación. Es muy evidente el caso de Freud cuando escribe
Tótem y tabú. Psicología de las masas y análisis del yo, El malestar en la cultura, Moisés y la religión
monoteísta; o cuando, con la finalidad de explorar su campo de pertinencia y obtener elementos de
validación, «aplica» el psicoanálisis a la creación artística, la mitología o la civilización. Esta vía es
también la que toman la mayoría de las construcciones críticas formuladas a priori por psicoanalistas que
no poseen una práctica de grupo. l a definición misma del inconsciente como objeto teórico del
psicoanálisis, el modelo de inteligibilidad del aparato psíquico y la concepción del sujeto y de la
subjetividad
. La invención psicoanalítica del grupo
Freud y el grupo
el grupo aparece ante todo como un modelo de la organización y del funcionamiento intrapsíquicos: es
una forma y un proceso de la psique individual. Freud llama grupo psíquico a un conjunto de elementos
(neuronas, representaciones, afectos, pulsiones...), ligados entre sí por investiduras mutuas, que forman
una cierta masa y funcionan como atractores de ligazón.
TIEMPO DE ENTREGUERRAS. Las primeras formulaciones de Freud sobre la psique de grupo y sobre
la psicología de las masas proporcionarán las bases teóricas para introducir a algunos psicoanalistas en el
camino de una aplicación terapéutica de tales propuestas más radical. El psicoanálisis le parecía a Burrow
demasiado exclusivamente centrado en el individuo, excluyendo de su campo las fuerzas sociales que lo
determinan y que en parte son responsables de su patología. Su «filo‐análisis» sostenía que el análisis del
individuo no puede ser completo sin el análisis del grupo del que es parte: el grupo se le presentaba así
como el marco natural del tratamiento.