Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
16 de octubre 2019
Los investigadores afirman que los efectos eran más consistentes cuando los niños cumplían
los tres años de edad, pero disminuían cuando estos finalizaban la escuela primaria. Además,
los niños parecían ser más susceptibles que las niñas a los posibles efectos de este fármaco.
Por ello, este estudio argumenta la necesidad de aumentar las advertencias respecto a la toma
de paracetamol durante el embarazo, usando la dosis más baja posible y durante el menor
tiempo posible. Según Jean Golding, autora principal del estudio, sus hallazgos se sumarían a
otros tantos estudios que advierten sobre los posibles efectos adversos del paracetamol
durante el embarazo, reforzando los consejos de cautela respecto a su toma, solo cuando sea
necesario.
Aunque, por otro lado, otros expertos recuerdan que las infecciones y las inflamaciones
durante el embarazo también provocan efectos negativos en el cerebro fetal. Se trataría de
situaciones donde la toma de paracetamol sí estaría indicada, y podría tratarse de un factor de
confusión: que las inflamaciones o infecciones sean realmente la causa de los problemas de
comportamiento, y no el paracetamol como tal.
Aún así, los investigadores recuerdan que será necesaria más investigación al respecto para
poder asegurar que el paracetamol causa dichas anomalías, pues el estudio no pudo asegurar
una verdadera relación causal entre el paracetamol y estos problemas de comportamiento.
Disponible en : https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20190916/riesgo-tomar-
paracetamol-embarazo/429707238_0.amp.html
Redacción
Lunes, 18 de Marzo de 2019
Farmacología
Dos nuevos antibióticos muy prometedores para hacer frente a bacterias
multirresistentes
Uno de los mayores problemas que enfrenta la salud pública a nivel mundial en la
actualidad es la resistencia a los antibióticos. En el entorno europeo, se estima que
mueren al año cerca de 33.000 personas por infecciones resistentes a los antibióticos,
como las originadas por ‘Acinetobacter baumannii’ o ‘Pseudomonas aeruginosa’,
declarados como objetivos prioritarios por la OMS. Desarrollar nuevos antibióticos
capaces de hacer frente a estos peligrosos microorganismos es un asunto crítico que la
comunidad científica está afrontando.
Por este motivo, en los años 70 los antibióticos aminoglucósidos fueron sustituidos por
otros más seguros, las fluoroquinolonas. Sin embargo, con el aumento en el número de
infecciones bacterianas resistentes a las fluoroquinolonas y la escasez de nuevos
antibióticos, los AGs “forman parte de la última defensa contra este tipo de infecciones
muy peligrosas, causantes de neumonía, peritonitis o sepsis”.
“Estos antibióticos presentan unas propiedades farmacocinéticas muy favorables para su
uso y administración, por ejemplo, su solubilidad en agua, y son eficaces contra un
amplio espectro de patógenos. Su producción es de bajo coste, de ahí que se utilicen tan
frecuentemente en países en vías de desarrollo, que consecuentemente presentan altos
índices de problemas de audición”, precisa Durán.
Como detalla Durán, seleccionaron aquellos más eficaces para matar bacterias
multiresistentes a concentraciones lo más bajas posibles y, en paralelo, analizaron
cuáles no eran tóxicos para dos líneas de células de ratón que representan tipos celulares
similares a las células ciliadas del oído, que son las dañadas tras la aplicación de
antibióticos aminoglucósidos y cuya pérdida conduce a problemas de audición.
Los que resultaron no tóxicos o poco tóxicos se probaron en tejido obtenido de la cóclea
-el órgano del oído interno donde reside el sentido de la audición- de ratones.
Finalmente, seleccionaron algunos antibióticos que demostraron ser eficaces contra el
panel de patógenos y de baja toxicidad sobre las células ciliadas, para probarlos ‘in
vivo’ en cobayas.
El equipo observó que, a concentraciones de AGs en las que los parámetros que se
estudian normalmente al evaluar la capacidad auditiva estaban bien, había otro tipo de
daño. “Las células ciliadas estaban allí, pero lo que estaba dañado era la comunicación
de las células ciliadas internas, con las neuronas auditivas, que son las que llevan la
señal auditiva desde la cóclea hacia el cerebro”, apunta la científica. Este hecho,
subraya, debe tenerse en cuenta a la hora de evaluar la posible ototoxicidad de
substancias que se administran a pacientes en los hospitales, como los antibióticos
aminoglucósidos.