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“La Escuela que Enferma” .

Catalina Pérez Torres

En las escuelas hay una gran variedad de personas con cuadros patológicos.
¿Esto es una consecuencia de ambiente institucional o es casualidad que la
gente con predisposición a la enfermedad elige trabajar en la docencia?
Lucha contra la verdad o la Hipocresía El sistema escolar forma parte de una legalidad plagada
de “No verdades”. Por ejemplo se dice que nuestra educación es Gratuita, universal y obligatoria.
Mientras que hasta la ley anterior la educación era obligatoria hasta los 15 años (9º año).

Lucha contra el tiempo Se lleva mal con la dinámica del cambio y tiene una tendencia marcada
al estancamiento. Si Sarmiento resucitaría no notaría la diferencia. Se continúa con la idea absurda
de que el aprendizaje es de acción estática, receptiva, intelectualista y solitaria. El estudio como
cuestión de sufrimiento. Muchas de las dificultades que tienen nuestros jóvenes se debe al
anacronismo funcional.

Lucha contra la creatividad Hacer las cosas de otro modo a como se hacen suele ser causa de
enemistad. En el ámbito escolar no existe un espacio para la creatividad de los docentes ni de los
jóvenes. Se da un pegoteo del material editorial, muchas veces por la ignorancia, falta de lectura de
materiales de calidad, de pensamiento crítico y de ausencia de apertura a ideas diferentes, los
docentes quedan pegados a la propuesta del libro de moda.

Lucha contra la felicidad La escuela está preparada para sufrir, desde su estructura jerárquica
hasta su vil tiranía del papel. No se puede ser uno mismo porque nadie lo es, cada cual trata de
mantener su puesto a como dé lugar y esto significa perder un poco la dignidad de persona y
prestarse a ciertas prácticas nada gratuitas como la compra de puntaje. Los estudiantes dejan su
felicidad al cruzar la puerta. Ellos comparten el espacio extralimitado de los docentes pero tienen
un agregado extra: no pueden hablar, ni gritar, ni cantar, ni jugar, ni aprender cuando les place.
Ingresan a un mundo reglado por normas incomprensibles y conceptos morales que ni los adultos
pueden cumplir.

Lucha contra la salud La escuela marca, y por lo general lo hace mal, provocando futuros
enfermos sociales. Muchos niños descubren que valen menos gracias a la escuela. Adquieren el
hábito de tapar sus sentimientos, reprimiéndolos para ajustar al grupo.

Los síntomas de la impronta que la escuela marca en nuestra personalidad:

 Visión doble: Dualismo: Exitosos o fracasados.


 Limitaciones expresivas: Imposibilidad para dar a conocer su
subjetividad, se entrena para decir lo “que hay que decir”. Como
consecuencia fobia a la expresión oral y escrita.
 Discapacidad afectiva: Incapacidad de ver en el “otro” a uno. Dificultad
del trabajo cooperativo y solidario.
 Esquizofrenia Conceptual: Los conceptos tienen un significado real y
otro aparente. La apariencia es discursiva y oral, la verdad es individual
y secreta.
 Labilidad Moral: Cuando se trata de los demás la moralidad se usa para
juzgar y castigar, pero en uno mismo no es más que pura abstracción.
 Afección al Papel: Todo lo que está escrito es, lo que no está escrito no
existe.
 Tendencia Jerarquizadora: Las personas son ordenadas del 1 al 10.
Acorde al éxito o al fracaso.
 Conducta Ventajera: Habilidad para sacar ventaja de las circunstancias y
aparecer siempre favorecido frente a los contrincantes. Ej: regalos al
profesor/a
 Disfunción de la Capacidad de Disfrutar: La persona confunde el éxito
con la felicidad y no disfruta nada de lo que le sucede porque siempre
está luchando por subir un escalón.
 En foque Futurista: Nada es para hoy, todo es para un mañana futuro.
 Actividad Obsesiva: Descansar está prohibida. Ser bueno es aprovechar
el tiempo, perfeccionarse, no perder un instante.

Para superar las deformaciones que el aparato escolar genera, hay que
lograr un trabajo de reconceptualización y remoralización.

Educación y escuela no son sinónimos. La escuela es una estructura


armada con un fin, no surgió con el hombre, ha surgido de un proceso que
persiguió determinados objetivos que ya no son pertinentes. La
idealización de la escuela constituye un obstáculo en la búsqueda de
cambios posibles. Mientras no se analicen las ideas que perduran sobre la
escuela para asignarles un nuevo sentido, no será posible revisar la
institución. ¿No habría que pensar en otras posibilidades de formación?
¿No habrá otro modo de permitir el aprendizaje? ¿Será hora de pensar en
otra escuela? ¿Existe otra manera de hacer la escuela?

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