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“SOBRE SHAKESPEARE Y EL TEATRO ISABELINO”

Juanita Gil Montoya

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El teatro Isabelino es la evolución del teatro para la época del Renacimiento, puesto que se venía
evidenciando, con una mayor influencia, a través del teatro inglés (su apogeo se debe al momento
histórico y a la importancia que tuvo la religión con el Antiguo Régimen), un teatro religioso plagado por
la opresión y ligado a la coexistencia con el teatro pagano el cual era producto de la profesionalización
escénica, pero integrado por procedimientos alegóricos de las moralidades cómicas de la farsa. Como un
paso histórico, el teatro comienza su renovación por la influencia de la tragedia Senequista y otros
cambios pertenecientes a los de su época de alteraciones, por lo cual, retomaron o se basaron de algunas
ideas de la comedia latina. Puesto que, para el Renacimiento, el único cambio contundente no fue el teatro,
es decir, el Renacimiento se caracteriza por traer consigo una transformación en la mayoría de áreas
(cultura, economía, política, ideología, ciencias, entre otros) y es por ello que al haber un cambio
ideológico en el cual se rechaza lo que fue el medioevo, por el estancamiento que trajo, y se retoman
prácticas que en el pasado habían funcionado, como lo es la antigüedad Grecorromana, el teatro se ve
influenciado por esta corriente. Pero adicional a las influencias grecorromanas, el teatro Isabelino adoptó
los cambios ideológicos para el entretenimiento, es decir, se separó de la religión y en las vivencias
cotidianas encontraban la sátira escénica, se apropiaban de su época para llevarlo al teatro.

Con el paso del tiempo, se fue propagando esta nueva evolución del teatro debido a los cambios que este
traía consigo como los cambios en las condiciones políticas y sociales y la maduración en las técnicas
implementadas. Además, su estímulo en la sociedad fue uno de los causantes de su expansión, es decir,
brindaba variabilidad para los gustos, entretenimiento y uso (en las obras) a las diferentes clases sociales
(a pesar de los privilegios para presenciarlo, ya que los precios de las entradas variaban según la
comodidad y teniendo en cuenta que dichos lugares tenían gran capacidad de espectadores, solo los que
podían pagar un precio más elevado asistían en sillas, para el resto de personas les tocaba presenciar con
sol y de pie), se interactuaba con el espectador, algo que fue tan llamativo para el concurrente que se
llegaron a crear libretos para ellos y se les daban para que ellos fueran parte de la obra. Se produce una
marcha intelectual donde los críticos exponían problemas que apasionaban al renacentista y la reflexión
política que se relataba indirectamente; es decir, la época del teatro Isabelino significó apertura a la
modernidad, por parte de Inglaterra, bajo la influencia de la ciencia con la revolución copernicana y la
expansión geográfica (América), estas situaciones se vieron evidenciadas en obras como: “La tempestad”,
obra que se da en una isla del caribe y cuenta con historia marítima.
El teatro Isabelino permitió una expansión del mismo, convirtiéndolo en una actividad comercializada
profesionalmente, por lo que algunos comediantes se aburguesaron e invertían sus ganancias en teatros
para desempeñar su labor, se creaban sus propias agrupaciones y resurgieron como un gueto en la
sociedad. Esta expresión cultural permitió avances que van mucho más allá del arte, debido a que para ser
ejercido se ligó a otras áreas como la arquitectura, por lo cual se establecieron edificios permanentes para
el teatro y surgieron los conocidos empresarios teatrales (quienes adquirieron el nombre de mecenazgos
por sus riquezas e influencias artísticas), ellos monetizaron el gremio, estimulando la construcción de
nuevos edificios.

Algunas características del teatro Isabelino y sus estructuras son:

1. Se abrían para el público en horarios diurnos.


2. Solía ser circular o hexagonal.
3. Al aire libre y con una escenografía sencilla.
4. No contaba con telón, por lo que, si había un cambio, el público lo podía evidenciar.
5. Los asientos eran para el público privilegiado.
6. El papel de la mujer era nulo para el teatro, puesto que no se les permitía ser actrices, y si se
necesitaba un papel femenino se recurría a adolescentes que no contaban con una voz
desarrollada. Desde un punto de vista personal, tan solo era una cuestión de represión social,
puesto que, teniendo en cuenta que quien regía en Inglaterra era una mujer, Isabel I, fue quien en
su reinado no permitió que las mujeres efectuaran la profesión de actrices, una situación con un
grado de incongruencia mayor. Pero esta tan solo era una situación “cultural “que se vivía para la
época. El profesor de literatura inglesa Antonio Andrés Ballesteros Gonzales, quien es experto en
el teatro inglés dice: “la presencia de las actrices estaba prohibida para salvaguardar el decoro”.
Dicha prohibición se daba por el papel que fundaba la mujer en sociedad, puesto que para este
momento su papel principal era formar una familia, lo que significa que no podían asistir a la
universidad y solo aquellas que pertenecían a la clase social alta podían aprender algunas artes e
idiomas desde sus casas y toda mujer que tuviera acercamientos al teatro era considerada una
prostituta. Fue un monarca, Carlos II, quien permitió por medio de un decreto que los papeles
femeninos fueran hechos por mujeres, pero esto ocurrió aproximadamente 20 años después de la
muerte de Isabel I, y fue tardía de tomar, puesto que seguían siendo vistas como prostitutas y para
ingresar al gremio debían contar con ciertas características, entre ellas, estar casadas.
Uno de los mayores cambios con los que contó esta nueva evolución del teatro fue el desarrollo de su
lenguaje, puesto que la mayoría de piezas eran escritas en versos, y la prosa ya solo era intercalada con los
versos para una mayor intensidad poética. Lo que significa que se eliminaron algunas barreras establecidas
en la antigüedad para evidenciar una métrica flexible admitiendo diversas variables.

En el teatro Isabelino se hacía uso de la tragedia, la comedia y la tragicomedia. Es un teatro alterno a la


reglamentación que permitía separar los géneros ya mencionados, se basaba en el drama, donde se producen
motivos para generar un conflicto, el conflicto se da por el pecado o las acciones provocadoras del personaje.
“El drama es concebido como la lucha entre el destino y un carácter que pretende destruir el orden, combate
en el que el hombre, como individuo, es aniquilado por la justicia que lo castiga y restablece el orden” (Unidad
IV, 2016, pág.5). Este drama se desenvuelve cuando se da una alteración de suerte y/o destino del personaje,
dándole paso así a la solución del drama por medio de castigos.

Para crear este tipo de obras se tenía en cuenta fuentes anteriores, como ya se ha mencionado a medida
que avanza este texto, que les permitía guiarse y crear contenido nuevo. Para implementar sus ideas hacían
uso de diversos recursos como lo son las imágenes, la particularidad es que no son imágenes en vano, eran
usadas para ambientar y permitirle un hilo conductor a la obra, usaban expresiones poéticas tales como la
exageración (hipérbole) y las metáforas. Además, eran tan explícitos en sus obras como para tener en
cuenta los estados de ánimo de sus personajes y trasmitirlos a los espectadores, proporcionando así mayor
entendimiento.

Para la época en la que surge esta nueva forma de teatro, le brinda a la sociedad una influencia para su
cotidianidad, además del entretenimiento, puesto que ya no era limitado a la religión y en ocasiones,
además, transmitía mensajes sociales mediante su género, es decir, intervenía dando críticas sobre
problemas que apasionaban al individualismo renacentista. Fue crucial para la cultura y el avance que esta
tuvo durante esta época, proporcionando nuevos métodos y mayor variabilidad al espectador.

El teatro Isabelino nutre la teoría teatral y brinda reflexiones que permiten crecimiento en sus
representantes dentro de su ámbito, ya que evidenciamos en sus representantes una evolución personal.
Por ejemplo, Shakespeare, con los años fue comprendiendo el mundo de otra forma a como lo percibía,
por lo que entre 1601 y 1608 se inclinó hacia un pesimismo esencial que fue representado en sus
tragedias. Su cambio se le contribuye al contexto en el que coexistía pues decidió sentir mayor empatía
por quienes fracasaban a lo largo de sus vidas.

Para la literatura, el teatro Isabelino representó un cambio a los géneros lírico y dramático, ya que los
fusionó permitiendo libertad en la obra y riqueza verbal desarrollando un lenguaje proporcionado, es
decir, surge la métrica flexible. A la métrica flexible se le denomina “verso blanco” ya que admitía
incrementar la tipología de estructuras usadas, esta es una característica que aún es conservada en algunos
tipos de poesía que funcionan sin rimas o versos.

En la obra dramática surgen criterios diversos, tales como:

1. Géneros y/o subgéneros.


2. Originalidad.
3. Exponer una vida de sufrimientos.
4. Hombre ideal.
5. Se representaba al monarca con virtudes humanas y divinas.
6. Entre otros.

El teatro Isabelino le dejó a la literatura grandes obras que no fueron todas publicadas en dicha época. Con
el tiempo, la mayoría de estas obras, fueron editadas; problema que se ha planteado, puesto que, ya no se
lee una obra limpia, sino una obra plagada de dudas implantadas por editoriales inescrupulosos. Las
ediciones originales, cuentan con errores gramaticales que no estaban establecidos en dicho momento.

En el estilo, hay un valor agregado que son los elementos utilizados, sin contar la simpleza relativa, en
estas obras se evidencia el uso de imágenes funcionales y dinamismo en las frases, por lo que se recurría a
frases incoherentes, breves y rápida, entrecortadas al principio, largas y sentenciadas.

Del teatro Isabelino, especialmente de Shakespeare hay algunas ideas interesantes que son comunes o
coinciden con percepciones de filósofos modernos racionalistas y estas están ligadas al dinamismo y las
leyes naturales que se plantearon en dicho momento histórico. Se habla del hombre ideal quien domina el
mal natural, somete sus pasiones, ya que, si no fuera así, devendría una ruptura en el equilibrio cósmico;
se especifica que, en el mundo, además de existir el hombre, habita el bien, el mal y la naturaleza las
cuales se expresan a través del hombre.

Pues, en la visión del mundo que tenía Shakespeare, la razón del mundo es amparo del bien y las pasiones
son propias del mal. Entonces, así como el bien y el mal son contrarios, la razón y las pasiones lo son. Por
eso, terminaré este pequeño texto temático con una frase del artículo que resume lo anteriormente
señalado:

Cuando la razón y la voluntad individual son impotentes para dominar los impulsos de la
pasión, la justicia se encarga de restablecer el orden, castigando al culpable. Ella es la que
mantiene la coherencia del mundo, evitando que las fuerzas del mal penetren en su
estructura y destruyan su unidad. (Unidad IV, 2016, pág.6)

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