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USURPACIÓN

I. DESCRIPCIÓN TÍPICA

Art. 202.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de
tres años:

1. El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble, destruye o altera los


linderos del mismo.
2. El que, por violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza, despoja a otro, total
o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un
derecho real.
3. El que, con violencia o amenaza, turba la posesión de un inmueble.

II. FUNDAMENTO DE LA INCRIMINACIÓN

Ha de convenirse que en principio el bien jurídico es la propiedad, de forma


comprensiva la plena disponibilidad de los derechos reales inherentes a la misma, en
la medida que el sujeto pasivo cuando es desposeído del inmueble, pierde toda
posibilidad de uso y disfrute, así como de enajenar el objeto.

Con la incriminación de esta conducta se pretende tutelar, entonces la posesión de los


bienes inmuebles, su real use y disfrute, por lo que debe rechazarse cualquier postura
que se oriente a fijar la propiedad como bien jurídico protegido.

La propiedad no se protege en relación al título de dominio del inmueble o al título de


derecho real, sino en relación al hecho de la tenencia, posesión o cuasi – posesión,
esto es, respecto del ejercicio efectivo de la tenencia o posesión ejercida sin título que
dé derechos a ellos.

III. BIEN JURÍDICO

Las conductas típicas que se comprenden en el artículo 202° del CP no tienden a


tutelar el patrimonio desde una acepción universal, sino de forma concreta el uso y
disfrute de los derechos reales, esencialmente la posesión, que se ve mermada y
atacada cuando la víctima es desocupada del bien inmueble, mediante la alteración de
los linderos o al turbación de la posesión. Por ello, cuando a pesar de producirse una
ocupación ilegítima en un bien mueble, más no se desocupa de su poseedor, no habrá
usurpación, pero sí allanamiento de domicilio.

En la ejecutoria recaída en el RN N° 3536-98-Junín, se señala lo siguiente: “Que, de


otro lado no sólo protege el dominio que se ejerce sobre un inmueble, sino
propiamente el ejercicio de las facultades que tiene su origen en derechos realies que
se ejercen sobre él, requiriendo, además, de parte del sujeto activo una especial
intención de despojar al sujeto pasivo de la posesión del bien por alguno de los modos
señalados en la descripción típica del artículo 202° del Código Penal (…)”

IV. DELITO PERMANENTE


Un sector de la doctrina nacional, considera que los delitos de usurpación son de
comisión instantánea. De esta postura, es Prado Saldarriaga, quien escribe lo siguiente
“En la usurpación la acción acontece de modo inmediato y concluye excluyendo a la
víctima de su posesión. Y esto último determina la consumación del delito y, por ende,
el inicio de la prescripción.

El que el inmueble se mantenga en poder del agente más o menos tiempo constituye
un efecto posterior a la consumación, y que ya no implica despojo. La usurpación,
pues, en su forma de despojo es un delito instantáneo pero que puede tener efectos
permanentes. De la misma perspectiva se muestra Roy Freyre, al escribir que salvo la
figura de “utilización abusiva de aguas, todas las demás hipótesis contenidas en los
arts. 202 y 203 C.P, son delitos instantáneos si atendemos a la carencia de tracto de
las acciones indicadas por los verbos principales empleados en los tipos legales.

Cabe afirmar, que mientras el sujeto activo de la acción típica se mantenga en


posesión ilícita del objeto material del delito, se va a configurar un estadio
antijurídico, el cual se prolongará en el tiempo durante su ilícita posesión; este
estadio, supone una afectación de los derechos reales del sujeto pasivo mientras dure
ese estado antijurídico, por lo tanto, no vemos objeción para considerar al delito de
usurpación y actividades típicas convexas, como un delito permanente. La usurpación
–despojo material, turbación de posesión y destrucción o alteración de linderos- como
todo delito permanente, supone la producción al bien jurídico de una ofensa que se
mantiene en el tiempo- generando una especie de “estado antijurídico”-hasta tanto el
sujeto activo decide su cesación o se ve compelido a ella.

En conclusión, será permanente en los delitos de usurpación o despojo con ocupación;


mientras que será instantáneo en el despojo de un derecho real sin ocupación.

V. TIPICIDAD OBJETIVA

a. Sujeto Activo

Podrá ser cualquier persona, el tipo penal in comento no exige una cualidad
específica para poder ser considerado autor a efectos penales. Es un delito común

b. Sujeto Pasivo

En este caso lo será todo aquel que ejerce la posesión, la tenencia real del bien
inmueble al momento de la acción punible, al margen del título dominical que
pueda presentar o, en cuanto al derecho por el cual asienta su posesión sobre el
inmueble; lo que no obsta a que se pueda incluir al propietario poseedor. Puede
tratarse, entonces, de un tenedor legítimo o ilegítimo, inclusive le precario es
objeto de protección por el derecho punitivo.

VI. TIPICIDAD SUBJETIVA


Las modalidades del injusto de Usurpación que se glosan en la estructuración
normativa del artículo 202° sólo resultan reprimible a título de dolo, conciencia y
voluntad de realización típica; el autor dirige de forma consciente su accionar, sea
modificar, destruir y/o alterar los linderos del predio contiguo, despojar al sujeto
pasivo de la posesión del inmueble, sea mediante el empleo de la violencia o de la
amenaza que recae sobre los poseedores, sea turbando la posesión mediante
violencia o amenaza. A nuestro entender cabe admitir el dolo eventual; puede darse el
error de tipo en el caso de que el agente yerre sobre la propiedad del inmueble, en el
cual modifico los linderos, pensando que era suyo.

Se presenta en el tipo subjetivo del injusto un elemento adicional, en el sentido de que


la alteración de linderos, la desocupación de la víctima o del bien inmueble, debe
perseguir un ánimo específico trascendente: de “apropiarse” de su posesión, pues si
no es así, pese a ocurrir destrucción de linderos, sería constitutivo de daños o, cuando
lo hace para ingresar al bien y así hacerse de los bienes muebles que están en su
interior (hurto).

1. Destrucción y alteración de linderos

2. El despojo

“El que, por violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza, despoja a otro,
total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de
un derecho real”

De las conductas típicas que el legislador ha glosado en el artículo 202°, sin duda el
comportamiento prohibido in examine, presenta un mayor desvalor del injusto
típico, en mérito a los medios comisivos que el autor emplea para hacerse de la
posesión y/o tenencia del bien inmueble de forma ilícita. Nos referimos a la
violencia, amenaza, engaño y abuso de confianza.

Lo que lesiona esta conducta típica es la posesión que se ejerce sobre un bien
inmueble. De forma comprensiva, se entiende a la posesión como un señorío que
se configura sobre una cosa, el poder de hecho que se ejercita sobre el bien, de
forma temporal o permanente. Existe tres modos de presentar la posesión en el
derecho moderno, a saber: 1. La posesión como poder o señorío fáctico, relación
puramente material (ladrón, usurpador): ius possessionis. 2. La posesión derivada
de un derecho real, o sea posesión de derecho (la del usufructuario, anticresista,
etc): sólo el ius possidendi. 3. La posesión del dueño que conduce u ocupael bien
directamente: ius possesionis y ius possidendi (éste último, siempre lo tiene)

MEDIOS COMISIVOS
Despojo mediante violencia, la cual importa el uso de fuerza física suficiente por
parte del agente para poder desocupar al poseedor o la tenedor del bien inmueble
que pretende ocupar. Vis absoluta que recae sobre los bienes jurídicos
personalísimos de la víctima, esto es, la libertad personal y/o su integridad física.

La violencia puede darse desde un doble baremo a saber: primero, aquella que se
concretiza directamente para ingresar al bien inmueble y despojar así de la
posesión del sujeto pasivo y, segundo, en el caso, de que el agente ingresa al
inmueble con el consentimiento de la víctima y ya en su interior materializa la
violencia destinada a expulsar a la misma de su poder de señorío sobre la casa.

La perfección delictiva de esta modalidad se presentará cuando el autor logra


despojar totalmente al poseedor o al tenedor del bien inmueble, mediando una
violencia idónea para ello.

El segundo medio comisivo vendría a resultar el uso de amenaza, al cual importa el


empleo de una vis compulsiva, dirigida a coartar la esfera decisoria de la víctima
bajo un estado de plena libertad, mediante el anuncio de realización de un mal
inminente sobre los bienes jurídicos fundamentales de la víctima o de terceras
personas relacionadas con la misma.

A diferencia de la modalidad anterior, el despojo de la posesión de la víctima, no


se produce materialmente por obra del agente, sino que el propio sujeto pasivo
procede a la desocupación del bien inmueble, pero bajo una voluntad viciada.

El empleo de amenaza, requiere consigo la inmediata respuesta del agraviado,


mediante la resistencia. Si ésta es vencida estaremos frente a un medio idóneo
para la comisión del delito.

El tercer medio comisivo es el engaño, lo cual implica la desfiguración de la


realidad de las cosas, el agente se vale de una serie de artificios para presentar un
estado fáctico que no se condice con la veracidad inherente.

El engaño ha de generar un error en la víctima, pues producto de su estado


psicológico, que fue impulsado por la conducta fraudulenta del autor, decide
desocupar el bien inmueble y le entrega la posesión al agente.

Finalmente, el último medio comisivo a saber, se hace mención en el abuso de


confianza, el cual debe ser entendido como aquella situación en la cual el agente
mantiene una determinada relación con el sujeto pasivo, sea de naturaleza
laboral, contractual, etc., la cual se aprovecha para lograr la desocupación del
sujeto pasivo del bien inmueble.

La manera más frecuente de abuso de confianza en el despojo, es la intervención


del título, que le permitió originalmente la ocupación del predio. Intervenir
significa cambiar. Así interviene el título, el carpintero o pintor que se erige
tenedor o inquilino, habiendo recibido el inmueble sólo para el cumplimiento de
su oficio.
3. Turbación de la propiedad

Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres
años: “El que, con violencia o amenaza, turba la posesón de un inmueble”

El injusto típico in examine importa un menor desvalor a comparación del


comportamiento anterior, primero, porque no se produce la desocupación –total
o parcial-, del bien inmueble por parte del sujeto pasivo, no obstante, no obstante
advertirse también el empleo de violencia y/o amenaza. La modalidad en cuestión
importa únicamente la realización de actos de perturbación del normal use y
disfrute del ius possesionis por parte del autor.

Bien jurídico objeto de tutela es el ejercicio efectivo del derecho real de posesión,
que se ve mermado en su desarrollo, cuando el agente concretiza la conducta que
el legislador ha determinado su inclusión en el inciso 3) del artículo 202° del
Código Penal.

La acción violenta o la amenaza, objetiva y subjetivamente deben orientarse en el


sentido de turbar la posesión y no ya simplemente el de molestar a la persona del
poseedor. Para que de usurpación pueda hablarse, es preciso que la violencia o
amenaza haya turbado en alguna forma la pacífica posesión del inmueble, ya sea
haciendo retirar al poseedor momentáneamente a lo menos, de una parte de su
campo con la pretensión de que no le pertenece; pero sin invadir el campo, ya sea
amenazando personalmente con ejecutar violencias, si el poseedor larga hacienda
a determinado potrero no corresponderle en posesión a la víctima.

Hemos de convenir, entonces, que el Derecho penal no ha de reprimir una mera


perturbación al normal desenvolvimiento al derecho posesorio de la víctima, sino
que la intervención punitiva ha de ceñirse a un pus de sustantividad, que es
recogida mediante el uso de violencia o amenaza.

La violencia puede recaer tanto sobre las personas o constituir una fuerza sobre
las cosas. A esto se debe, que el bien tutelado sea el goce pacífico de la posesión
de un inmueble.

la modalidad típica en cuestión adquiere perfección delictiva cuando de forma


concreta el sujeto pasivo es afectado en el normal goce y disfrute del bien
inmueble, aquellos que no logran dicho propósito, pero que ya importa el inicio de
los actos ejecutivos han de ser considerados como delito tentado.

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