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El daño emergente, son las pérdidas económicas patrimoniales que una persona ha

sufrido. Si una persona tenía en su casa electrodomésticos que son destruidos por un
aniego, tal cual y como sucedió en San Juan de Lurigancho. El valor de estos, constituye
un daño emergente porque son bienes de mi patrimonio que se han perdido.

El lucro cesante, son todas las ganancias que una persona ha dejado de percibir en
consecuencia del daño. Eso quiere decir que si la víctima del aniego, continuando con el
ejemplo de San Juan de Lurigancho, no puede ir a trabajar porque tiene que recibir a los
de la aseguradora, porque tiene que realizar las labores de limpieza, entre otros. Esa
pérdida de ingresos reducida de los costos de los gastos que se incurre, se calcula una
ganancia neta considerada para el lucro cesante.

La diferencia entre los dos conceptos

La diferencia radicaría en que, siempre que haya lucro cesante, habrá un daño
emergente. Sin embargo, no siempre que haya un daño emergente habrá lucro cesante.
Solo en el caso de que el propietario haya dejado de ingresar dinero debido al daño
ocasionado en su bien, se daría la situación de lucro cesante.

Para entenderlo mejor, vamos a poner un ejemplo claro y sencillo, de forma que queden
definidos ambos conceptos y su diferencia: lo que le sucedería a un empresario dueño
de un food truck (furgoneta adaptada para servir comida en la vía pública).

En un determinado momento, el food truck es golpeado por otro coche estando


estacionado y quedando la furgoneta en siniestro total sin posibilidad de arreglo. El
propietario del food truck tendría derecho, a grandes rasgos, a dos indemnizaciones.

Por una parte, tendría derecho a una indemnización por daño emergente, ya que su
vehículo ha quedado inutilizado y seriamente dañado, sin posibilidad de arreglo. Por
otra parte, el propietario también tendría derecho a una indemnización por lucro cesante.
Esto es debido a que, a partir del daño ocasionado, el negocio que se sostenía con el
food truck ya no puede seguir saliendo a la calle y, por lo tanto, el propietario deja de
percibir los ingresos que el vehículo le ocasionaba.

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