TEXTO Freud, S. (1984). Psicoanálisis y Telepatía. En J. L. Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 18, pp. 262-276). REFERENCIAS APA Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original publicado 1921)
RESUMEN Fenómenos ocultos, lo paranormal. Podría parecer a simple vista que no se
contraponen con el psicoanálisis, y que pueden convivir. Sin embargo, no es el caso. Los que se dedican a lo paranormal no están enfrascados en la búsqueda de conocimiento, y de mejorar en sus áreas. Ya tienen “certezas” y simplemente usan la ciencia para mostrar mayores evidencias de sus afirmaciones, con el fin de ganar credibilidad y clientes. En ese sentido son similares a las religiones. Los analistas en cambio, no deben renunciar a sus raíces científicas. Buscan teorías completas y explicativas, no pedazos de información que cambian al momento que no convengan. Es por esto que la colaboración entre ocultistas y analistas es poco fructífera, sus campos no tienen prácticamente ninguna conexión. Es más, el analista puede perder su imparcialidad de adentrarse mucho en tales áreas. Esto se nota, por ejemplo, en el abordaje que hacen. Un ocultista, con una sola confirmación de que “estaba en lo cierto” le basta, con poseerla, generalizarán todo lo demás, y el reflexionar, buscar otras explicaciones es algo inaceptable. La ciencia solo les sirve para llegar a ese punto, una vez logrado, es tan descartable como cualquier otro argumento. Si todo saliera a la manera ocultista, el pensamiento crítico, la reflexión, y el mismo psicoanálisis caerían una vez ellos demuestren su verdad espiritual.
Freud atiende un paciente en Alemania, que le cuenta de una adivina. Esta,
con decirle una fecha de nacimiento, sin indicar de quién es, realiza una predicción. El sujeto le dio la de su cuñado (en marzo), y la adivina dijo que “en junio o agosto la persona moriría de una intoxicación con cangrejos u ostras” y el paciente estuvo fascinado porque, si bien no se cumplió la muerte, el cuñado si era fanático de los mariscos mencionados, y otros, y tuvo una intoxicación de cangrejos, que lo puso en riesgo, pero no murió. Tenemos dos opciones, abandonar el análisis y creer en la naturaleza “sobrenatural” de la situación, o pensar, que en realidad, no es que la adivina obtuviera información de la nada, sino que del mismo consultante, además de lo vaga de la información dada, que es interpretada libremente por la persona consultante (el hecho de que la profecía no se cumpla y aún así el consultante encuentre sorprendente el hecho de “lo cerca” que estuvo es un ejemplo de esto). En ese y otro caso de profecía incumplida, Freud termina abordando de forma analítica la profecía y dándole una interpretación que el inconsciente acepta, ayudando al paciente con su neurosis. COMENTARIOS Se hace un énfasis fuerte en las diferencias entre psicoanálisis y métodos esotéricos, y con ello, que uno busca crecer como rama de conocimiento, sabiendo que tiene falencias, mientras que el otro simplemente se aferra a cualquier cosa que le convenga para convencer de su postura. Es un buen punto aún hoy en día, donde muchas personas se dejan llevar por cierta causalidad que dan los métodos esotéricos, y aún así, podemos analizar aquello y obtener información valiosa. CITAS “No es obvio ni necesario que el fortalecimiento del interés por el ocultismo represente un peligro para el psicoanálisis. Cabría suponer, por el contrario, una simpatía mutua ente ambos. En efecto, el uno como el otro han sufrido el mismo trato despectivo e impertinente por parte de la ciencia oficial. El psicoanálisis es aún hoy sospechado de místico, y su noción del inconsciente es incluida en «aquellas cosas entre el cielo y la tierra», de las cuales la sabiduría académica no quiere ni siquiera soñar”.
“Una consideración más detenida, sin embargo, ya nos revela ciertas
dificultades. La inmensa mayoría de los ocultistas no son impulsados por el afán de conocimiento ni por la vergüenza de que la ciencia haya rehusado durante tanto tiempo tomar en cuenta problemas innegables, ni tampoco por la íntima necesidad de someterle nuevos campos fenoménicos. Son más bien seres, ya convencidos, que buscan confirmaciones”.