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Las ciencias y tecnología avanzan de

un modo continuo o por revoluciones

El vocablo “ciencia” se deriva del latín scientia, sustantivo etimológicamente equivalente a “saber”,
“conocimiento”. Sin embargo, hay saberes que nadie calificaría como científicos, lo que permite
preguntarnos: ¿Qué diferencia a la ciencia del resto de saberes y en general de la cultura? ¿Cuáles son
sus rasgos distintivos? ¿Por qué se puede decir que la ciencia es ante todo un tipo de saber que se
produce, regula, comunica y aprende de una forma tal que se diferencia de los demás saberes y formas
del conocimiento?
Por otro lado el diccionario de la real academia la define como un conjunto de conocimientos obtenidos
mediante la observación y razonamiento, sistemáticamente estructurados de los que se deduce
principios y leyes generales. R. Sierra (1987, p.
17) afirma que la ciencia es “un conjunto de conocimientos sobre la realidad observable, obtenidos
mediante el método científico”, y Ander Egg (pág. 33) dice que la ciencia es el “conjunto de
conocimientos racionales, ciertos o probables, que obtenidos de manera metódica y verificados en su
contrastación con la realidad, se sistematizan orgánicamente, haciendo referencia a objetos de una
misma naturaleza, cuyos contenidos son susceptibles de ser transmitidos”. Por su parte, Bunge
(2000:32) dice que la ciencia es una “disciplina que utiliza el método científico con la finalidad de hallar
estructuras generales (leyes)”.

conocimientos. Pero el término ciencia tiene un significado más amplio como lo hace notar B. Wolman
(p. 587): “El término ‘ciencia’ denotaun tipo determinado de actividad y los resultados de la misma.
Con frecuencia se hace una distinción entre la actividad de ‘investigación’ y el ‘sistema’ resultante,
calificándose a ambos legítimamente de ´científicos’”. Por lo tanto, la palabra ciencia hace referencia a
dos cosas: la actividad de investigación y el producto, o sea el conjunto de conocimientos.

Las definiciones del concepto ‘ciencia’ suelen disentir en el objetivo, según la corriente
epistemológica de donde provengan: descubrir la verdad, hallar leyes, transformar la sociedad, etc.

Ahora bien, tomando en cuenta esas aclaraciones, los datos que nos proporcionan tanto la historia de
la ciencia como la información que recibimos a diario sobre el quehacer científico más un esfuerzo
mental de síntesis, podemos definir la ciencia como una actividad humana que

consiste en obtener y sistematizar conocimientos fidedignos y válidos sobre la realidad natural y social
con la finalidad de identificar sus diferentes características, hallar explicaciones cada vez más
profundas, descubrir relaciones generales (leyes), comprender los hechos, y solucionar los problemas
generales de la humanidad.

Fidedigno significa digno de fe y crédito (creíble); válido quiere decir representación de la realidad del
modo más exacto posible; identificar características hace alusión a la investigación descriptiva, la cual
suele constituirse en una primera etapa de la investigación científica y lo demás hace alusión a etapas
posteriores y a las causas nobles que suelen guiar la mayoría de las investigaciones científicas.
Ahora bien, ¿qué es la tecnología? Según M. Bunge (1997: 206) se entiende por tecnología la técnica
que emplea conocimiento científico.
De acuerdo con el mismo autor, la tecnología es un cuerpo de conocimientos compatible con la ciencia
de su tiempo y controlable por el método científico. Se la
Bunge emplea el término tecnología como sinónimo de ciencia aplicada.
De otro modo podemos decir que la tecnología es el conjunto de técnicas con base científica, que
consisten específicamente en conocimientos, procedimientos, medios e instrumentos destinados a
controlar o transformar la realidad natural, social y del pensamiento con el propósito de solucionar
problemas concretos. Son ejemplos de tecnologías la medicina, la ingeniería y la farmacología.

Por otro lado a primera impresión la tecnología para Angel A. Soto (2000:28) son:

 La tecnología relacionada a aparatos sofisticados que salen al mercado continuamente


en nuestros contextos.
 Término usado como sinónimo de procesos novedosos y avances en la comunicación,
ingeniería, medicina u otras actividades desarrollados en contextos de primer mundo.
 Como factor de bienestar y confort o relacionada a la destrucción, contaminación o
deshumanización.

1.1.Clasificación de las Ciencias

Las ciencias pueden clasificarse de acuerdo a múltiples criterios, por su objeto, por su método,
por su finalidad, por su orden histórico de aparición, etc.
Por el objeto de estudio, que es el sector o ámbito de la realidad estudiada, las ciencias se clasifican
en ciencias de objetos ideales serían deductivas y, en ciencias de objetos reales serían inductivas.
La clasificación por el método las ordena en ciencias deductivas y en ciencias inductivas. Las
inductivas son las ciencias empíricas, de la observación y parten de la experiencia de casos
particulares para llegar a leyes universales. Las deductivas son las ciencias abstractas o ideales, y
parten de definiciones elaboradas por la razón y de verdades generales para deducir de ellas la
comprensión de hechos u objetos particulares o de sus propiedades nuevas. Esto no es muy riguroso
porque
inductivas.
Modernamente el filósofo alemán Rickert propuso una nueva clasificación de las ciencias según sus
métodos. Las dividió en dos grandes grupos, en las que aplican el método naturalista y las que aplican
el método histórico, es decir, en las que buscan el conocimiento general (leyes) o el conocimiento de
lo singular.
La clasificación por la finalidad, las divide en teóricas, normativas y prácticas. Las teóricas buscan el
conocimiento de las leyes, su objeto es averiguar cómo son las cosas. Pueden ser abstractas y
concretas. Las abstractas buscan leyes generales, prescindiendo de los objetos y las concretas buscan
conocer los objetos y a los seres en sus caracteres propios. Las normativas buscan establecer normas,
su objeto no es investigar cómo son las cosas sino cómo deben ser. Las prácticas nos dan reglas para
la acción.
El orden de aparición histórico de cada ciencia también puede ser criterio de clasificación. Porque nos
muestran cómo van apareciendo en relación con las ya existentes y qué toman de éstas.
Una de las clasificaciones más aceptadas es la de ciencias fácticas y formales. Las ciencias fácticas
trabajan con objetos reales que ocupan un espacio y un tiempo. La palabra "fáctica" viene del latín
factum que significa "hecho", o sea que trabaja con hechos. Se subdividen en naturales y sociales.
Las primeras se preocupan por la naturaleza, las segundas por el ámbito humano. El ser humano es
un ser natural, pero su mundo ya no es natural. La naturaleza se desenvuelve independientemente de
su voluntad, en cambio existe, en forma paralela, un ámbito creado por él –la cultura-. Las ciencias
naturales son la biología, física, química, etc. Y las ciencias sociales son sociología, PEDAGOGÍA,
economía, psicología, etc. La verdad de estas ciencias es fáctica porque depende de hechos y
es provisoria porque las nuevas investigaciones pueden presentar elementos para su refutación y
perfeccionamiento.

Las formales trabajan con formas, es decir, con objetos ideales, que son creados por el hombre,
que existen en su mente y son obtenidos por abstracción.
formas y no los contenidos.
Esta división tiene en cuenta el objeto o tema de las disciplinas. Además esta división tiene en
cuenta el método por el cual se ponen a prueba los enunciados verificables. Mientras que las ciencias
formales se conforman con la lógica para comprobar sus teoremas, las ciencias fácticas recurren a la
observación y/o al experimento.

Clasificación de la tecnología

En cuanto a la clasificación de las tecnologías, Mario Bunge (1997: 207) menciona cuatro
ramas: tecnologías materiales, tecnologías sociales, tecnologías conceptuales y tecnologías
generales. Entre las primeras están las tecnologías físicas (ingeniería civil, ingeniería eléctrica,
ingeniería electrónica, ingeniería nuclear e ingeniería espacial), las tecnologías químicas (química
orgánica y química inorgánica), las tecnologías bioquímicas (farmacología y bromatología) y las
tecnologías biológicas (agronomía, medicina y bioingeniería).

Entre las tecnologías sociales están las tecnologías psicológicas (psiquiatría y pedagogía), las
tecnologías psicosociológicas (psicología industrial, psicología comercial y psicología bélica), las
tecnologías sociológicas (sociología aplicada, politilogía aplicada, urbanismo y jurisprudencia), las
tecnologías económicas (ciencias de la administración e investigación operativa) y las tecnologías
bélicas (ciencias militares). La única tecnología conceptual mencionada es la informática y la única
tecnología general mencionada es la teoría de sistemas.
2. ¿Qué es Ciencia Tecnología y Sociedad?

Ciencia, Tecnología y Sociedad, (CTS), corresponde al nombre que se le ha venido dando a una línea
de trabajo académico e investigativo, que tiene por objeto preguntarse por la naturaleza social del
conocimiento científico - tecnológico y sus incidencias en los diferentes ámbitos económicos, sociales,
ambientales y culturales de las sociedades «principalmente». A los estudios ciencia, tecnología y
sociedad, también se le conocen como estudios sociales de la ciencia y la tecnología.
sobre ciencia, tecnología y sociedad, constituyen un campo de trabajo en los ámbitos de la
investigación académica, la educación y la política pública.

Ciencia, tecnología y sociedad se origina hace cuatro décadas a partir de nuevas corrientes de
investigación en filosofía y sociología de la ciencia, y de un incremento en la sensibilidad social e
institucional sobre la necesidad de una regulación democrática del cambio científico -tecnológico.

En este campo se trata de entender los aspectos sociales del fenómeno científico - tecnológico,
tanto en lo que respecta a sus condicionantes sociales como en lo que concierne a sus consecuencias
sociales y ambientales.

El enfoque general es de índole interdisciplinar, concurriendo en él disciplinas de las ciencias sociales


y la investigación académica en humanidades como la filosofía y la historia de la ciencia y la
tecnología, la sociología del conocimiento científico, la teoría de la educación y la economía del cambio
técnico.

Ciencia, tecnología y sociedad define hoy un campo de trabajo bien consolidado institucionalmente en
universidades, centros educativos y administraciones públicas de numerosos países industrializados

Objetivos sociales de Ciencia, Tecnología y Sociedad

Ciencia, tecnología y sociedad, trata de promover la alfabetización científica, mostrando la ciencia como
una actividad humana de gran importancia social.

Ciencia, tecnología y sociedad, forma parte de la cultura general en las sociedades democráticas
modernas.

Ciencia, tecnología y sociedad, trata de estimular o consolidar en los jóvenes la vocación por el estudio
de las ciencias y la tecnología, a la vez que la independencia de juicio y un sentido de la responsabilidad
crítica de actitudes y prácticas democráticas en cuestiones de importancia social relacionadas
con la innovación tecnológica o la intervención ambiental.

Ciencia, tecnología y sociedad, propicia el compromiso respecto a la integración social de las mujeres
y minorías, así como el estímulo para un desarrollo socioeconómico respetuoso con el medio ambiente
y equitativo con relación a generaciones futuras.
Ciencia, tecnología y sociedad, intenta contribuir a salvar el creciente abismo entre la cultura humanista
y la cultura científico - tecnológica que fractura nuestras sociedades.

El objeto de estudio en Ciencia, tecnología y sociedad

El objeto de estudio hacia el final de los años 60 y principios de los 70, muestran que los estudios
ciencia, tecnología y sociedad, o estudios sociales de la ciencia y la tecnología, reflejan en el ámbito
académico y educativo esa nueva percepción de la ciencia y la tecnología y de sus relaciones con la
sociedad.

El nuevo objeto de estudio de la ciencia, tecnología y sociedad definen hoy un campo de trabajo
reciente y heterogéneo, aunque bien consolidado, de carácter crítico respecto a la tradicional imagen
esencialista de la ciencia y la tecnología, y de carácter interdisciplinar por concurrir en él disciplinas
como la filosofía y la historia de la ciencia y la tecnología, la sociología del conocimiento científico, la
teoría de la educación y la economía del cambio técnico.

Los estudios ciencia, tecnología y sociedad buscan comprender la dimensión social de la ciencia y la
tecnología, tanto desde el punto de vista de sus antecedentes sociales como de sus consecuencias
sociales y ambientales, es decir, tanto por lo que concierne a los factores de naturaleza social, política
o económica que modulan el cambio científico - tecnológico, como por lo que concierne a las
repercusiones éticas, ambientales o culturales de ese cambio.
caracterización social de los factores responsables del cambio científico. Se propone en general
entender la ciencia - tecnología, no como un proceso o actividad autónoma que sigue una lógica
interna de desarrollo en su funcionamiento óptimo (resultante de la aplicación de un método cognitivo y
un código de conducta), sino como un proceso o producto inherentemente social donde los elementos
no epistémicos o técnicos (por ejemplo valores morales, convicciones religiosas, intereses profesionales,
presiones económicas, etc.) desempeñan un papel decisivo en la génesis y consolidación de las ideas
científicas y los artefactos tecnológicos.

Los estudios y programas ciencia, tecnología y sociedad se han desarrollado desde sus inicios en tres
grandes direcciones:

En el campo de la investigación, los estudios ciencia, tecnología y sociedad se han planteado como una
alternativa a la reflexión académica tradicional sobre la ciencia y la tecnología, promoviendo una nueva
visión no esencialista y socialmente contextualizada de la actividad científica.

En el campo de la política pública, los estudios ciencia, tecnología y sociedad han defendido la
regulación social de la ciencia y la tecnología, promoviendo la creación de diversos mecanismos
democráticos que faciliten la apertura de los procesos de toma de decisiones en cuestiones
concernientes a políticas científico - tecnológicas.
En el campo de la educación, esta nueva imagen de la ciencia y la tecnología en sociedad ha
cristalizado la aparición de programas y materias ciencia, tecnología y sociedad en enseñanza
secundaria y universitaria en numerosos países.

Desarrollo y el papel de la ciencia y la tecnología

La evolución del conocimiento científico y tecnológico en Latinoamérica a lo largo del siglo XX corre por
distintas fases, y no siempre al mismo ritmo; la ciencia discurre a la par de las necesidades,
posibilidades y capacidades educativas y modelos productivos adoptados por los gobiernos
latinoamericanos.
En el cuadro 1 presentamos un esquema de esa evolución, ubicando algunas de sus características.

Cuadro 1. Esquema de la evolución de la ciencia, la tecnología y el sector productivo en América


Latina
Ciencia Tecnología Sector productivo

Ferrocarriles
Surgimiento,
Fines XIX positivismo Difusión (retraso) Agroexportador
Siglo Incipiente
industrialización

1920-1940 Institucionalización Difusión (retraso) Industrialización

1940-1965 Industrialización,
Expansión Difusión Adopción
(modernización) sustitución
importaciones

1965-1970 Adaptación Agotamiento


Políticas
generación industrialización
(dependencia)

1990- Nuevos actores y Adaptación (cerrar Modelo neoliberal


políticas brecha)
Generación
Adaptado a partir de Vessuri (1996), Salomon et al. (1997) y Sánchez (1998).
Queremos puntualizar los siguientes aspectos.

Primero, la ciencia hasta la década de los ochenta aparece como una institución indispensable, que por
definición es un componente central de y para la modernización de las sociedades latinoamericanas,
vinculada con la educación superior, siendo parcialmente cuestionada en la década de los setenta.

Segundo, la tecnología se concibió incorporada en la maquinaria y equipo y en los productos


industriales; a través del establecimiento de procesos manufactureros, se lograría adoptar nuevas
técnicas y conocimientos productivos. En esta perspectiva, el papel de los bienes de capital y del
capital extranjero sería considerado como fundamental en el progreso técnico y su difusión.
resultado de las condiciones en que se encuentra la economía mundial hacia fines de la segunda guerra
mundial, y de las diferencias económicas y sociales entre los países. En el caso de la región, la temática
estuvo vinculada a la necesidad de enfrentar de manera distinta los vaivenes de la economía
internacional y los precios de las materias primas, los bajos niveles de ingreso y pésimas condiciones
de vida.
Como lo señalan Sunkel y Paz (1970), se estructuró un discurso que consideraba que el progreso
económico y social implicaba una modificación en la estructura productiva, y que para ello era necesaria
la elaboración de políticas; el desarrollo fue identificado con la industrialización, la modernización
tecnológica, la elevación del ingreso y el mejoramiento de las condiciones de vida, teniendo como
imagen lo alcanzado en los países con capitalismo avanzado.

Hacia finales de la década de los sesenta se observa el agotamiento de estas perspectivas,


pues si bien los ritmos de crecimiento económico habían sido buenos, incluso en algunos casos fueron
denominados como de “milagros”, los resultados en términos de una mejor distribución del ingreso y de
las condiciones de vida de la población no fueron los esperados, se había fortalecido la concentración
y surgían capas sociales muy pobres. Asimismo, se puso en evidencia que la transferencia de tecnología
no se había cristalizado, pues las empresas productoras de bienes de capital, fundamentalmente
trasnacionales, no buscaban ese fin y mantenían el control del know how.

En este nivel, se puede decir que en la década de los setenta se concretan un conjunto de aportaciones
del pensamiento latinoamericano, en términos de la conceptualización de los procesos de difusión
tecnológica. Por un lado, se cuestiona su neutralidad con respecto a las relaciones económicas y
políticas prevalecientes en el mundo «se identifica la existencia de intereses de distintos actores» y, por
otro, se elaboran propuestas analíticas y políticas sobre el desarrollo, la tecnología y la ciencia.
desarrollo (como crecimiento, como evolución de etapas sucesivas «que implica el subdesarrollo como
una fase previa» y como cambio estructural); valdría la pena añadir la concepción que definió el
subdesarrollo como la otra cara de la moneda, siendo parte de la división internacional del trabajo y que
se expresaba en la existencia de la dependencia, económica, científica y tecnológica.

En este marco, se cuestiona el papel que juega la ciencia y la tecnología en el desarrollo, si bien se
reconoce que la educación y la generación de conocimiento por sí mismos impactan de manera positiva
a la sociedad, se considera que es necesario que exista un vínculo explícito con ella, retomando las
prioridades y requerimientos que ésta tiene. El texto de Sábato y Botana, concretado en el denominado
triángulo, era claro, se dirigía a los diferentes actores:

“La inserción de la tecnología en el proceso productivo supone la participación de diversos sectores de


la sociedad que pueden agruparse en la infraestructura científico -técnica, el gobierno, y la estructura
productiva. Las interacciones múltiples entre ellas se pueden representar por un triángulo donde cada
uno de sus vértices corresponde a cada uno de esos grupos y cada uno de los lados a las interacciones
correspondientes” (Sábato y Botana, 1975: 45).
El diagnóstico realizado apuntó hacia la elaboración de políticas no sólo en el ámbito tecnológico y
productivo, sino también en el científico, señalando además posibles obstáculos derivados de las
concepciones dominantes y de los intereses de actores que se habían beneficiado de las estructuras
surgidas en el proceso de industrialización y que veían como una amenaza su transformación. Se
propuso la elaboración de planes de desarrollo, donde la adaptación tecnológica era un eje central y
estaba en relación directa con el impulso de las capacidades científicas y la definición de las prioridades
económicas y sociales (Herrera, 1973).

Lamentablemente, si bien existieron este tipo de propuestas, los actores económicos del momento no
fueron capaces de apropiarse de ellas, y las relaciones dejándolas en el olvido académico.

Esa crisis afectó los logros alcanzados en la ciencia, en la educación superior y sus capacidades e
investigación, pues los recursos financieros fueron disminuidos y los programas de fomento científico
fueron reduciendo cada vez más. Como diría Medina Echavarría (1970), el progreso como ilusión se
había convertido en progreso como fatalidad.
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