En esta unidad la problemática central se enriquece de los diferentes debates que
se desarrollaron a la largo de la cursada, especialmente en las primeras unidades. En el cambio de época que se observa, y las características que presenta, se observa en forma superlativa el tema de esta unidad. Como dice Sousa Silva vivimos en una época de turbulencias y desafíos en donde los parámetros de referencias son difusos pero en donde podemos destacar, observar, analizar y resaltar el lugar del conocimiento como elemento sustantivo del poder. En lo que definimos por mundo contemporáneo observamos que la variable fundamental de construcción, y sostenimiento, del poder (político, económico, tecnológico y social) se produce a través del conocimiento y de quien lo posee y lo monopoliza. Es por ello que desde la cátedra se trata de formalizar dos líneas de trabajo que conforman esta temática. La primera de estas líneas está conformada por la utilización cotidiana que se hace del concepto conocimiento como sinónimo de información. Esta “confusión” no es inocente y trivial sino que tiene un sentido fundamental como mecanismo de concentración de poder. Si información (lo que sabemos de un dato específico) es lo mismo que conocimiento (aquello que podemos hacer y trabajar a partir de conseguir información) el resultado es que nos convertimos en meros repetidores de ideas y análisis que construyeron otros y por ende nos convierte en actores incapaces de crear paradigmas propios de pensamiento. La segunda línea de trabajo corre paralela a la primera pero se cruza en un camino dialectico con la anterior. Si somos simplemente “repetidores” de ideas se produce una atrofia del pensamiento pero por sobre todo de la posibilidad de desarrollar un pensamiento crítico (y propio) que permita vislumbrar diferentes puntos de vista sobre las problemáticas. Esto constituye uno de los principales desafíos que un estudiante universitario debe afrontar y superar. No se puede pensar un recorrido académico sin la potencialidad de la duda, el deseo de descubrir y la experiencia de confrontar ideas propias con las herramientas que se van incorporando. Por lo tanto las líneas de trabajo confluyen y permiten construir el principal desafío que se presenta en forma permanente es todo discurso referido a los ámbitos educativos: formar sujetos capaces de insertarse y desenvolverse en forma eficiente en lo que se denomina sociedad del conocimiento y no simplemente en repetidores de los paradigmas establecidos.