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El espacio urbano. La ciudad en la unión europea.

Definición de ciudad

El concepto de ciudad es complejo y, por ello, su definición plantea algunos problemas. La primera dificultad
surge cuando pretendemos diferenciar una ciudad de un pueblo, puesto que las morfologías de ambas
unidades urbanas presentan semejanzas. Por ello, para definir la ciudad y para diferenciar el ámbito
puramente urbano del rural, debemos analizar también ciertos aspectos específicamente ciudadanos. Los
criterios utilizados para este análisis son los siguientes:

●Criterio cuantitativo. Aunque el Instituto Nacional de Estadística (INE) considera que desde los 10 000
habitantes en adelante se puede hablar de núcleo ciudadano, las peculiaridades de cada región o de cada
país (más o menos poblados o con densidades de población distintas) pueden hacer que este criterio no se
cumpla. Podremos encontrar fácilmente ejemplos de ciudades pequeñas y de pueblos grandes.

●Criterio cualitativo. Las peculiaridades no cuantitativas que nos ayudan a definir la ciudad frente alpueblo
son:

○Su especial morfología. La alta densidad de edificación y de población, las edificaciones colectivas y en
altura, y la organización de sus elementos morfológicos en un plano establecido, distinguen el ámbito
urbano del rural.

○Su función económica. Los habitantes de la ciudad se dedican a actividades secundarias y terciarias
fundamentalmente, frente a las primarias, propias del pueblo.

○Su sociología. Las ciudades participan de una cultura urbana menos tradicional en los planos social,
familiar e ideológico.

○Su papel de organizador del espacio que la rodea. En primer lugar, se relaciona con el campo, de cuyos
productos se sirve; en segundo lugar, lo hace con otras ciudades próximas; finalmente,puede crear una red
jerárquica con otras ciudades más alejadas.
Su importancia dentro de esa red depende de las funciones que la ciudad pueda ofrecer a las demás
ciudades, y de las funciones que deba recibir de ellas. Esta idea responde a la teoría de los lugares
centrales –publicada en la obra del mismo título, en 1933–del geógrafo alemán Walter Christaller (1893-
1969).

Teniendo en cuenta los aspectos señalados, podríamos definir la ciudad como el establecimiento urbano
creado para albergar funciones secundarias y terciarias, con una morfología clara y organizada para esos
fines,y con unos habitantes que presentan una mentalidad abierta al exterior.

Este núcleo urbano, a diferencia del rural, se encuentra en permanente contacto con su entorno, desde el
más próximo hasta el más lejano, al que presta sus servicios, tanto mayores cuanto mayor sea el rango que
ocupe dentro de la jerarquía universal.

Morfología urbana

La forma que adquiere una ciudad depende de muchos factores. Entre ellos resultan fundamentales la
función para la que ha sido creada y los objetivos que pretendan conseguir de ella sus habitantes. Aún así,
su morfología puede transformarse con el tiempo, si los objetivos cambian. Los aspectos que influyen
finalmente en la morfología de una ciudad son los siguientes:

●La localización. La ciudad se establece en un lugar físico concreto, el emplazamiento, que puede ser en
una llanura, sobre un cerro, en la orilla de un río, junto a la costa, etc. Al mismo tiempo, se le busca una
situación adecuada, como puede ser una frontera, un cruce de caminos, etc. Entendemos por situación la
relación del emplazamiento con el espacio más amplio que lo rodea. La elección del emplazamiento y de la
situación dependen del objetivo con el que ha sido creada esa ciudad. Una ciudad militar en la antigüedad
solía estar emplazada sobre un monte, rodeada de un río o próxima a cualquier accidente geográfico que le
sirviera de defensa; y situada en un lugar estratégico. Una ciudad artesanal y comercial generalmente se
emplazaba en el llano y se situaba en un cruce de caminos, junto a la costa o en otro lugar donde se viera
facilitada su actividad económica.
●La organización. La forma de organizar la ciudad se plasma en el plano, que puede ser regular o irregular.
Un plano es regular si obedece a un diseño previo, unido a la voluntad decidida de quien construye la
ciudad: en ese caso sigue una cierta forma geométrica. Los ejemplos regulares más usados en la historia
del urbanismo han sido el ortogonal, el circular, el radial o fórmulas mixtas entre ellos. Un plano es irregular
si es el fruto de un crecimiento espontáneo, más o menos desordenado, a partir de un pequeño núcleo de
población, y cuando no se atiene a un diseño previo. Unas veces el resultado es de una irregularidad
extrema, pero otras puede ser plano concéntrico, plano radio céntrico, plano lineal, plano nuclear, etc.

●La edificación. Las formas más usuales de edificar en la ciudad han sido la individual, de pequeñas
viviendas habitadas por una sola familia, o la colectiva, en grandes bloques para varias familias. De la
misma manera, los edificios se pueden disponer en trama cerrada o abierta, dependiendo de que haya o no
espacios libres entre ellos.

●La función. Cuando se construye una ciudad se hace con un objetivo; es lo que llamamos función. Las
ciudades pueden tener en su origen diferentes funciones: militar, comercial, religiosa, administrativa,cultural,
industrial, etc. El emplazamiento, la situación y el propio plano obedecen normalmente al uso que se le vaya
a dar a esa ciudad, o sea, a su función. Incluso el tipo de construcción y su edificación estarán en
consonancia con ella.

●El uso del suelo. La utilización del suelo de la ciudad se denomina uso del suelo; viene determinado por
las diferentes actividades que se desarrollan en él. Así, según el tipo de actividades que se establezcan en
las diferentes zonas de una ciudad, estas adquirirán la categoría de residenciales, comerciales,
industriales,deportivas, de negocios, de recreo, etc. Según la Carta de Atenas(manifiesto surgido del IV
Congreso Internacional de Arquitectura Moderna –CIAM–, celebrado en 1933), son cuatro los usos
fundamentales del suelo: para trabajar, para habitar, para recrearse y para circular, función esta última que
permite la relación de las otras tres.

Proceso de urbanización de España. La ciudad en la historia.

Se conoce como proceso de urbanización a la concentración progresiva de población que se produce en


una ciudad desde que fue fundada hasta la actualidad. Desde la Revolución Industrial del siglo XIX este
proceso se ha incrementado de forma imparable.

Toda ciudad surge en el pasado con alguna función que cumplir, y su morfología se desarrolla de manera
coherente con el fin para el que se proyecta. Cuando, con el paso del tiempo, una ciudad pierde la función
para la que fue creada, pueden ocurrir dos cosas: que sea abandonada o que siga creciendo; en este último
caso, con una nueva función a la que se adecuará su morfología. Esto es lo que ha ocurrido a cualquiera de
nuestras ciudades actuales.

Por esa razón, el estudio de la ciudad ha de realizarse desde dos puntos de vista diferentes. Uno, el
sincrónico,es decir, aquel que la analiza tal y como se creó, según la mentalidad, la necesidad y el gusto del
momento histórico en el que la ciudad surge. Pero también es necesario hacerlo desde un punto de vista
diacrónico,puesto que hoy nuestras ciudades son el resultado de un proceso de urbanización muy largo que
aún a diferentes modelos históricos del pasado. Además, cumplen funciones muy distintas a las que
tuvieron en su origen y para las que no se encuentran preparadas (ni por su emplazamiento, ni por su
situación, ni por sus usos del suelo).

Las dos grandes revoluciones económicas de la humanidad marcaron el destino de la ciudad: la revolución
del Neolítico, porque originó los primeros núcleos urbanos, y la Revolución Industrial, porque potenció
cualitativa y cuantitativamente su crecimiento. Por eso, en la ciudad hay un antes y un después de la
industrialización.

Urbanismo preindustrial

Durante muchos siglos, en el largo periodo preindustrial que va desde el Neolítico al siglo XIX, la tasa de
urbanización fue muy baja y osciló entre un 10% y un 24%; ni siquiera las grandes ciudades solían tener
más de 25 000 habitantes. Los principales ejemplos de ciudades de este dilatado primer periodo histórico
son, cronológicamente, los siguientes:

●La ciudad neolítica. Cuando la economía depredadora paleolítica da paso a la producción y al


intercambio de productos del Neolítico, surge la necesidad de un núcleo urbano donde establecer estas
primitivas actividades secundarias y terciarias. Este sería el origen de la ciudad, muy rudimentaria y sin
plano organizado alguno.
●La ciudad fenicia y griega. Los restos urbanos en España de fenicios y griegos se reducen a pequeñas
factorías que se establecían en la costa para intercambiar productos con el interior del país y para
explotarlos recursos de la zona. Sin embargo, para el estudio posterior del urbanismo es necesario citar al
urbanista griego Hipódamos de Mileto (siglo V a.C.), creador del plano ortogonal, que experimenta en su
propia ciudad y que servirá de modelo más inmediato a la ciudad romana. Pero no podemos hablar de
ciudades griegas en nuestra península que obedecieran a esta idea.

●La ciudad romana. El mundo romano utiliza sus ciudades para el control político-administrativo del
territorio y para la explotación económica de los lugares que sus legiones van conquistando. Quizás por eso
necesita una solución rápida, racional y práctica para levantar sus ciudades, y toma del mundo griego el
trazado ortogonal hipodámico. De él deriva el diseño de los castra (campamentos) de trazado ortogonal,
con dos calles (denominadas cardo y decumano) que se cruzan en el foro, y que organizan las tiendas de
campaña de las legiones en torno a ese espacio central. Cuando se levanta el sitio yel ejército abandona el
lugar, el campamento se puede convertir en una ciudad civil (colonia o municipio), manteniendo su trazado
ortogonal y edificando con casas estables los espacios dejados por las tiendas. Cabe decir, por tanto, que el
campamento es el origen de la ciudad romana.

Así lo observamos en ciudades romanas de Hispania que fueron primitivamente campamentos, como
Zaragoza, Barcelona, Lugo, Mérida,Pamplona, etc. Algunas otras surgieron de la superposición más o
menos completa del plano romano a una primitiva ciudad indígena ibérica (como Numancia –en Soria– o
Azaila –en Teruel–) o cartaginesa(Cartagena –Murcia-).

●La ciudad de la Edad Media. En los primeros siglos medievales, el modo de vida rural que se impone en
el norte de la Península hace que las antiguas ciudades romanas queden deshabitadas o incluso
desaparezcan. Pero al sur del Sistema Central los musulmanes construyen ciudades porque su sistema
político y su actividad comercial y artesana así lo exigen.

○La ciudad musulmana. Se origina en la medina, o ciudad oficial del Estado, y se complementa con los
arrabales, barrios a veces amurallados habitados por artesanos de diferentes oficios o gente de diferentes
etnias y religiones. Los espacios libres en la ciudad son escasos y a veces utilizados como zocos (mercados
o plazas); las plazas suelen ser meros ensanchamientos del espacio urbano; las calles son estrechas e
irregulares, no llegan a articular el espacio y con frecuencia no tienen salida(adarves). El plano resultante
es, con frecuencia,caótico. Es una ciudad en cuya concepción se aprecia la influencia del Corán, pues su
ambiente de apariencia enigmática, de ciudad secreta,responde a la privacidad familiar exigida y respetada
por la religión de sus habitantes.

○La ciudad cristiana. A partir del siglo X, paralelamente al proceso histórico repoblador y reconquistador,
van apareciendo las ciudades cristianas. Su origen está en la reactivación del comercio en esa época: los
comerciantes y los artesanos se van concentrando en torno a un castillo,iglesia o residencia señorial, como
centros que demandan productos. Cuando una muralla rodee ese nuevo ámbito urbano creado y lo
individualice respecto al campo, habrá aparecido el burgo. La ciudad cristiana obedece a tres modelos:

–Radiocéntrica y concéntrica. Es aquella que surge espontáneamente en torno a un castillo y a una plaza
con mercado. Vitoria y Aranda de Duero, entre otras, conservan este tipo de plano.

–Lineal. Si la concentración urbana se hace a partir de un camino por donde transita el comercio, acaba por
constituir una ciudad lineal. De estas ciudades tenemos ejemplos múltiples en el Camino de Santiago, eje
religioso y cultural, también económico, de la Edad Media (Castrojeriz, Santo Domingo de la Calzada,
Puente la Reina, etc.)

–Regular. Con motivo de la repoblación de los territorios conquistados a los musulmanes, encontramos
también ciudades de fundación real, que obedecen a un plano previo, están amparadas en cartas pueblas,
y sus habitantes premiados por los reyes con franquicias por vivir en ellas. Son las diversas ciudades con
el adjetivo real, como Ciudad Real, Villa Real, también Villa Franca, que encontramos en la toponimia de la
Península. Villarreal de Castellón es un claro ejemplo de este plano.

●La ciudad del Renacimiento. La ciudad renacentista toma el modelo de la ciudad ideal del tratadista
romano Vitruvio (siglo I a.C.); racionalista y ortogonal, rodeada de murallas con angulosas defensas, son
pocas sin embargo las que se construyen de nueva planta, y por tanto, siguiendo sus teorías. El urbanismo
renacentista queda normalmente limitado a racionalizar las desordenadas ciudades medievales, para lo que
abre calles nuevas, rectilíneas (calles mayores) y las vincula a plazas mayores en las que desembocan.
Desde que se construye la de Valladolid, las plazas seguirán ese modelo y se harán rectangulares y de
fachadas uniformes en altura.
Es en la América hispánica donde el urbanismo renacentista se desarrolla en todo su esplendor gracias al
deseo de Felipe II, expresado en sus Leyes de Indias de 1563, de organizar las nuevas ciudades
americanas de forma perfectamente ortogonal yde asegurar sus equipamientos, políticos, administrativos,
económicos, religiosos, etc. Con la ordenación dispuesta por Felipe II nos hallamos,según algunos autores,
ante el primer tratado urbanístico moderno. Ejemplos de ciudades ortogonales los tenemos en Trujillo
(Perú), Guadalajara(México), Caracas (Venezuela) o Buenos Aires(Argentina).

●La ciudad del Barroco. Es la ciudad concebida como escenario del poder absoluto, por lo que su
urbanismo buscará la espectacularidad a través de anchas vías y confluencias dobles, triples y
múltiples que acaban en una plaza en la que algún monumento (fuente, palacio, obelisco) simbolice el
poder absoluto y centralizador del monarca. El urbanismo en estrella es quizás el máximo exponente de la
ciudad barroca. Aunque no existen en España ejemplos de ciudades barrocas diseñadas ex
profeso,podríamos pensar que los jardines de los palacios reales que a imitación del palacio de Versalles se
construyen aquí y en toda Europa, obedecerían al gusto de los urbanistas del momento.

●La ciudad ilustrada. Será en el siglo XVIII, con el pensamiento ilustrado, cuando se lleven a la práctica los
grandes trazados barrocos, pero en las afueras de las ciudades y con la intención de conseguir una
saludable armonía entre la Naturaleza y el Arte en el espacio urbano. Así surgen espacios de esparcimiento
público para conservar la salud mental por medio del contacto con la naturaleza. Las alamedas del sur de la
ciudad de Madrid y el propio Salón del Prado son claros ejemplos de ese ideal ilustrado.

Son las ciudades industriales, como el Nuevo Baztán, creada en 1709 por Juan de Goyeneche, las
repoblaciones colonizadoras de Sierra Morena y la construcción de los arsenales (de El Ferrol –en La
Coruña–, Cartagena –Murcia– y San Fernando –Cádiz–), en época de Carlos III, las que nos dejan planos
en los que el racionalismo de la Ilustración, unido al interés por potenciar la economía del país, quedan
patentes.

Urbanismo posindustrial

Desde la Revolución Industrial en adelante se produce un progresivo abandono del campo por la población
rural, que busca establecerse en las ciudades. Estas crecen hasta el extremo de que la tasa de
urbanización alcanza pronto el 40% y llega en nuestros días al 80%.En general, este crecimiento es la
consecuencia de los cambios que exige la nueva industria:

–La mayor cantidad de población (relacionada con la nueva actividad industrial) a la que tiene que alojar,y
su distinta cualidad (obreros y burgueses).

–La necesidad de mayores espacios para instalar la industria.

–La localización del ferrocarril, auténtico símbolo de la época, cuya estación ocupará un espacio relevante
en dicha ciudad.

–La organización del tránsito de los nuevos transportes, para que puedan moverse con mayor facilidadpor
la ciudad.

Las soluciones que se plantean a la hora de adecuar la ciudad antigua –de escasos espacios libres y a
veces rodeada de murallas– a las nuevas necesidades son de tres tipos: reformar el interior de la
ciudad,ensanchar la ciudad antigua y crear nuevas ciudades.

●La reforma interior de la ciudad. Ello se consigue con rompimientos de calles, plazas y cualquier espacio
estrecho o no rectilíneo. La desamortización española(por la que, a partir de 1798, se expropian y venden
en subasta pública las tierras en poder de la Iglesia católica y las órdenes religiosas) favorece alguna de
estas reformas urbanísticas,porque permite la reutilización de edificios antiguos para servicios nuevos. Así
aparecen las grandes vías, que racionalizan la ciudad a costa de destruir el casco antiguo; otras veces
sirven para unir el casco antiguo con la nueva estación de ferrocarriles y con el ensanche.

●El ensanche de la ciudad antigua. Se trata de ampliarla siguiendo trazados ortogonales propios del
racionalismo burgués que los manda ejecutar. Estos ensanches suelen tener unas mismas características:

○ Su forma de cuadrícula: en ella se instalan las viviendas, comercios y servicios. Esta cuadrícula se une a
la ciudad, previo derribo de sus murallas:el espacio que dejan vacantes los muros y el paseo de ronda se
transforma en bulevares que armonizan el entronque entre la vieja y la nueva ciudad.
○ Su intención higienista: las calles han de ser anchas, bien orientadas y con servicios adecuados de
pavimento,alcantarillado, espacios verdes, agua.

○ Su baja densidad de edificación: no más de tres pisos y un patio central sin edificar, de modo que se
construya solo en torno al 50% de la manzana.

○ El intento de zonificación del ensanche: se lleva a cabo de forma orientativa; se indica dónde se
establecen las diferentes zonas para viviendas según la clase social, los parques, los lugares donde debería
ir la industria –alejada para evitar la contaminación y los ruidos– y los diferentes servicios–mercados,
escuelas, administración, lugares de ocio, etc.– imprescindibles para los nuevos tiempos. Las estaciones
del ferrocarril tendrían un lugar relevante en el ensanche porque son símbolos y orgullo de la Revolución
Industrial.
Los ensanches diseñados por Ildefonso Cerdá para Barcelona (1859) y por Carlos María de Castro para
Madrid (1860) son dos de los muchos ejemplos que se construyen en las ciudades españolas donde la
burguesía triunfa.

●Creación de ciudades nuevas. Esta es la tercera solución, pero ahora son ciudades adecuadas a las
características del momento industrial, que tienen en cuenta en su diseño la nueva industria, el ferrocarril, y
el aumento cualitativo y cuantitativo de la población. Dos de los modelos urbanísticos surgidos a finales del
siglo XIX (y quizás los más interesantes para el ámbito internacional) fueron utilizados de una forma u otra
en el urbanismo español: la ciudad jardín y la ciudad lineal.

○La ciudad-jardín obedece al trazado de Ebenezer Howard(1850-1828); es de diseño radiocéntrico y


concéntrico, con casas unifamiliares con jardín, y rodeada por un anillo verde que le impidiera crecer. Tiene
las instalaciones industriales fuera de ese anillo, para evitar la contaminación; estas industrias estarían en
contacto por medio de una línea de ferrocarril periférica. También tendría zonas agrícolas, para conseguir su
autosuficiencia. Limitada por ley en su crecimiento, sepodría ampliar por medio de new townso ciudades-
satélite, con un diseño semejante al de la ciudad central,unidas a la principal por una vía de agua, por la
carretera y por el ferrocarril.

○ La ciudad lineal, según fue diseñada y llevada a la práctica por Arturo Soria y Mata, tiene el ferrocarril
como agente estructurador del espacio: una calle central permite pasar al tránsito rodado y al tren, y a
ambos lados se abren parcelas rectangulares (de 100 x 200m) donde se construirían casas unifamiliares o
colectivas según el nivel social de sus ocupantes, y más próximas a la calle central cuanto mayor fuera su
categoría social.

Entre los diferentes tipos de viviendas habría una zona ajardinada, y al fondo de las parcelas un espacio
verde inalterable para que no pudiera crecer la ciudad a lo ancho. Por el contrario, la ciudad crecería sin
límites a lo largo, y cada cierto espacio se construirían zonas industriales y comerciales que abastecerían a
los tramos construidos con viviendas, exclusivas para habitar.

El proyecto se puso en práctica a fines del siglo XIX en las afueras de Madrid. Pensado para 58 km,iría
saltando entre localidades próximas a la ciudad, como Fuencarral, Hortaleza, Barajas, Vicálvaro, Vallecas,
Villaverde, Carabanchel y Pozuelo de Alarcón, que harían el papel de centros industriales y comerciales.

Tanto la ciudad-jardín como la ciudad lineal son modelos de ciudades ideales con características
comunes: pretenden ser autosuficientes, tienen la industria y el ferrocarril incorporados coherentemente a su
plano, intentan disminuir la diferencia social de sus habitantes en cuanto a su ubicación en la ciudad,
quieren evitar la aglomeración urbana y el descontrol que ya se prevé ante el éxodo rural, y procuran atajar
desde el principio la especulación inmobiliaria que densificaría demasiado el espacio urbano y expulsaría a
las clases bajas a los extrarradios.

Las dos teorías urbanísticas, la de Howard y la de Arturo Soria, tuvieron gran repercusión internacional. La
Ciudad Lineal fue una realidad en Madrid (hasta 1920, año en que murió su creador y se paralizó su
proyecto),pero apenas se construyó una décima parte de lo programado. La ciudad-jardín sirvió como
modelo para una gran cantidad de barrios en el siglo XX, aunque con función de dormitorio y no como
ciudades autosuficientes tal y como las diseñara Howard.

Urbanismo de los siglos XX y XXI

Podemos analizar el desarrollo urbanístico de estos siglos teniendo en cuenta las diferentes fases de la
Revolución Industrial, dada la relación tan directa entre industria y ciudad. En efecto, la primera y la segunda
etapas de la Revolución Industrial, con su economía de aglomeración, favorecieron el crecimiento de la
ciudad. La tercera etapa, de desaglomeración y de descentralización de la economía, produce paralización y
descentralización del crecimiento ciudadano.

Siglo XX (hasta 1975). Primera y Segunda Revolución Industrial

Las ciudades crecieron siguiendo el trazado de sus ensanches, aunque estos se desvirtuaron, pues se
elevó la altura de las casas por encima de lo permitido y no se construyeron siempre los servicios planeados
en el proyecto. También lo hicieron, deforma descontrolada, los extrarradios, en donde se instalaron barrios
obreros marginales, próximos ala industria o a las estaciones de ferrocarril, pues vivir en los nuevos
ensanches resultaba demasiado caro para el proletariado. Por ello en España se hace necesaria la
intervención del Estado con la Ley de Casas Baratas(1911), para crear barrios que erradicaran la miseria.
Según esa ley, los ayuntamientos podrían ceder tierras para construir pequeñas colonias –que seguirían el
modelo de ciudad-jardín de Howard– de no más de 100 viviendas, con dos pisos y jardín, con el precio de
compra o de alquiler limitados por la propia ley para que pudieran tener acceso a ellas las clases bajas. Sin
embargo, serían meramente barrios residenciales, lo que las diferenciaba del modelo de Howard, por no
albergar ningún tipo de actividad económica. Son muchos los ejemplos de colonias que podemos encontrar
en la ciudad de Madrid, que necesitó acoger a una gran población inmigrante.

Estas reformas parciales no llegaron a solucionar el problema de la ciudad porque el éxodo rural era muy
grande, y acabaron por complicar el espacio urbano. Fue necesario poner en práctica un proyecto más
ambicioso,los planeamientos, que tenían su antecedente en Inglaterra –1909–; y consistían en organizar la
ciudad antigua y relacionarla con su nuevo y complejo territorio circundante (colonias, expansión
descontrolada –chabolismo–,instalaciones industriales, etc.) a través de un Plan General que, además,
armonizara los diferentes intereses dela comunidad ciudadana (públicos y privados, económicos y
políticos).Muy pronto empezaron a ponerse en marcha estos planes, continuadores también de los
principios teóricos de la ciudad-jardín de Howard, y que obedecían casi siempre a una serie de ideas
básicas:

●Reformar y racionalizar el centro antiguo de la ciudad.

● Organizar el crecimiento de la ciudad de forma planificada y limitarlo para evitar una excesiva
aglomeración que resultara incontrolable para los propios ayuntamientos.

● Establecer un anillo verde que rodeara la ciudad y que la limitara en su crecimiento.

● Conectar la ciudad con otras ciudades próximas ya existentes (a modo de ciudades-satélite) que
canalizaran el futuro crecimiento de la ciudad central.

Un ejemplo significativo de este tipo de planeamientos fue el Plan para Madrid de Pedro Bidagor de 1946,
que recogía las ideas del anterior proyecto de reforma de Zuazo-Jansenya de 1930, pero que no llegó a ver
la luz en la Segunda República. El plan de 1946, además de la racionalización del casco antiguo con vías
que lo descongestionaran, proponía dos anillos verdes sucesivos que paralizaran el crecimiento de la
ciudad; junto a ellos,dos vías de comunicación anulares que incorporaran a las poblaciones próximas a
Madrid como ciudades-satélites.

En 1956, Pedro Bidagor preparó la Ley sobre el Régimen del Suelo y Ordenación Urbana (primera ley
sobre derecho urbanístico español) que definiría los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU)
como los principales instrumentos oficiales para la ordenación de la ciudad. El máximo responsable de los
planes era el Estado, si bien su aplicación correspondía a los municipios.

Durante la etapa de la autarquía franquista apenas se llevan a la práctica estos planes. El éxodo rural fue
muy grande y provocó el chabolismo en las grandes ciudades. El Estado interviene impulsando fórmulas
de ocupación rápida del espacio como los Planes de Urgencia Social o las Obras Sindicales del Hogar para
la población más desfavorecida. También actuó la iniciativa privada, con intención especuladora y sin
demasiadas trabas legales, que edificó barrios para clase media y alta. En gran medida se vulneraron los
límites impuestos por los planes, tanto en lo que concierne al volumen o la altura de los edificios, como a la
prohibición de construir en los espacios verdes.

En los años sesenta aparecerán los planes metropolitanos(término importado de EEUU) para las grandes
ciudades. En ellos se intentará por primera vez unificar la gestión administrativa de toda el área
comprendida por la gran ciudad y aquellas poblaciones próximas que dependieran de ella. Pero la
especulación y la influencia del boom turístico, que permitió construir en cualquier lugar, hicieron que el
resultado urbanístico fuera catastrófico.
Se destruyeron edificios, calles y entornos urbanos antiguos para edificar otros con mayor posibilidad de
especulación; la parte noble de los cascos antiguos se utilizó para instalar en ella el CBD, lo que desplazó
del centro otras funciones tradicionales. Todo ello provoca la huida al extrarradio delas clases sociales altas
–a barrios nuevos tanto más alejados cuanto más alto fuera su nivel social– y una fuerte segregación social,
pues las clases más bajas ocuparon algunos barrios antiguos, centrales pero degradados y sin interés
artístico. El tráfico saturaba toda la ciudad al intentar confluir en el CBD.

Finales del siglo XX. Tercera Revolución Industrial

La crisis internacional de la energía de 1973, con sus nuevos postulados económicos, sumada a la muerte
de Francisco Franco y al consiguiente cambio político, harán variar completamente el desarrollo
urbanístico español.

En 1975 se inicia el cambio democrático y aparecen nuevas leyes. La Ley del suelo de 1976 dará paso a
una nueva generación de PGOU; posteriormente, las competencias urbanísticas son cedidas a las
comunidades autónomas, en tanto que los ayuntamientos controlarán los Planes Generales de forma
democrática.

Ahora el PGOU se ocupará de preservar el patrimonio artístico, de corregir el crecimiento desordenado de la


ciudad y de sus movimientos centrífugos descontrolados, y de definir los usos del suelo (zoning). Para ello
clasificará el suelo en urbanizable y no urbanizable, y posteriormente adjudicará sus usos según las
funciones que se vayan a establecer en él: residencial, industrial, cultural, de ocio, comercial, administrativa,
etc. El desarrollo del PGOU se podrá complementar con Planes especiales o Planes parciales plasmados
en aspectos o en zonas concretas de la ciudad.

La crisis de 1973, que hace pensar que las ciudades dejarán de crecer, y el nuevo concepto económico
descentralizador, propio de la Tercera Revolución Industrial, orientaron los Planes de los años ochenta: la
ciudad no va a seguir creciendo y, por tanto, hay que mejorarla, más que ampliarla. Desde este momento,
las actuaciones urbanísticas se harán no sobre la ciudad en general, sino sobre edificios, barrios, pequeños
espacios, etc. y serán siempre cualitativas: la rehabilitación de barrios históricos, la revisión de densidades
edificatorias, la dotación de infraestructuras, la preocupación medioambiental y la calidad de vida serán sus
objetivos primordiales.
En los años 90 del pasado siglo la crisis económica empezó a ser superada. Pero las ciudades sufrieron el
mismo proceso descentralizador que la industria: las grandes se paralizaron, las pequeñas y medianas
crecieron. Las redes informáticas permitieron y facilitaron la descentralización en los negocios, en la
información, etc. Pero el contacto en las ciudades y entre ciudades se tuvo que asegurar potenciando los
transportes (AVE, autovías, Metrosur y Cercanías-Renfe en el área urbana de Madrid), así como los enlaces
entre los diferentes medios de comunicación (intercambiadores de tren, autobús, metro y avión).

En la actualidad las grandes ciudades han puesto en marcha diferentes planes especiales sobre su
urbanismo. Cabe citar a Madrid, con la remodelación de la calle de Serrano y la recuperación de la ribera
del río Manzanares y del Salón del Prado; o a Bilbao, que está recuperando la ría del Nervión, proyecto en
el que destaca el Museo Guggenheim.

Algunas ciudades resultaron especialmente afectadas por la reconversión industrial. Sobre ellas se
organizaron planes estratégicos, también llamados planes revitalizadores: son actuaciones urbanísticas que
aportan a la zona el atractivo suficiente para actuar de señuelo para la instalación de nuevas actividades
terciarias. Estas operaciones, en las que intervendrían ayuntamientos y capital privado, consistirían en
construir infraestructuras,equipamientos culturales o de ocio, que facilitaran luego la instalación en esos
lugares de negocios de alto nivel.

Ejemplos de estas actuaciones (ideadas en el Reino Unido y EEUU) fueron las instalaciones y las reformas
que se hicieron para las Olimpiadas de Barcelona y para la EXPO-92 de Sevilla. En Madrid, como
consecuencia de su nombramiento como capital cultural en 1992, quedaron los Recintos Feriales, el Campo
de las Naciones,el Parque Juan Carlos I, etc. Con motivo de la fallida candidatura de Madrid como ciudad
olímpica para el año2012, también se diseñó un complejo polideportivo que, tras la supuesta celebración del
evento deportivo, pasaría a formar parte de un gran proyecto de parque empresarial de I + D + i.

La ciudad en la actualidad

La constante expansión de la ciudad hace que las (ciudad central más núcleos próximos:ciudades satélites
o suburbios dormitorio relacionados jerárquicamente con ella) crezcan, se unan y formen conurbaciones.
Las distintas ciudades que forman la conurbación pueden guardar su independencia pero, a veces, se
reparten las diferentes funciones propias de una gran urbe y se especializan, de modo que una de ellas
actúa principalmente con función administrativa, otra con función cultural, otra industrial, otra de ocio y
recreo, otra de dormitorio, etc. Si la conurbación alcanza escalas suprarregionales recibirá la denominación
de megalópolis. La vocación permanente de la ciudad de estar en contacto con otras ciudades y las
infinitas posibilidades de relación que ofrece la tecnología actual nos lleva hacia la ecumenópolis o aldea
global de la que habla el arquitecto y urbanista griego Konstantino A.Doxiadis (1913-1975), regida por
una estructura jerarquizada en función delos servicios que ofrezca cada ciudad. Esta idea, defendida
anteriormente por Christaller, se plasma en una red jerárquica establecida en tres niveles.

● En el primero se encontrarían las ciudades globales, como es el caso de Nueva York, Londres y Tokio,que
reúnen las funciones más importantes que pueda tener una ciudad, entre las que destaca la referencia
mundial de sus bolsas.

● En el segundo lugar, se sitúan las metrópolis o capitales de nación, y otras grandes ciudades de funciones
múltiples.

● En tercer lugar, los centros regionales, que corresponderían a otro tipo de grandes ciudades aunque de
menor rango.

La red urbana española

La red actual estaría organizada según jerarquías que obedecerían no tanto al tamaño de sus ciudades
sino a las funciones que desempeñan en su relación con otras de menor rango. Según esto, se consideran
ciudades primarias las agrícolas o mineras; ciudades secundarias, aquellas en las que predomina la
función industrial y ciudades terciarias, las de servicios. Cuantas más funciones y más especializadas
ofrezca una ciudad a su entorno, mayor será su radio de influencia y más alto su rango en la jerarquía. Los
diferentes niveles de nuestra red jerárquica son:

●Metrópolis nacionales o áreas metropolitanas. Por su importancia, ninguna ciudad española tiene el
rango de ciudad global, pero Madrid y Barcelona sí lo tienen de metrópolis nacionales, con funciones muy
diversificadas y gran influencia en todo el territorio nacional.

●Metrópolis regionales. Esta denominación corresponde a Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga o


Zaragoza,con servicios administrativos y comerciales, y de influencia regional.

●Metrópolis subregionales o de segundo orden. Entre ellas están Murcia, Alicante, Oviedo,
Coruña,Valladolid, con funciones importantes y universidad, y de influencia regional poco extensa.

●Centros regionales. Ciudades de tercer rango y con influencia exclusivamente provincial. Las
subdividimos en:

○Ciudades medias,o capitales de provincia, con función terciaria y a veces industrial.

○Ciudades pequeñas, con menos especialización en sus funciones, y de ámbito comarcal. Las relaciones
entre estas ciudades tienen cierta correspondencia con la malla teórica de la teoría de Christaller. El mayor
o menor número de funciones que estas ciudades ofrecen las sitúan en los diferentes niveles:

●1.er nivel. Está compuesto por Madrid y Barcelona, que junto a otras eurociudades se relacionarían con la
única ciudad global europea, Londres.

●2.o nivel. Se centra en las dos metrópolis nacionales:

○ Barcelona, con influencia en las metrópolis regionales Zaragoza y Valencia, y en un tercer nivel con Palma
de Mallorca.

○ Madrid, que queda en el centro de la malla regional de Sevilla, Málaga, Valencia, Zaragoza, Bilbao y de La
Coruña.

●3.er nivel. Se desarrolla en torno a las metrópolis regionales:

○ Bilbao, con influencia en Santander,Álava, Pamplona y San Sebastián.

○ Zaragoza, en el centro de Pamplona,Huesca, Teruel, Soria y La Rioja.


○ Valencia, relacionada con Castellón,Albacete, Murcia y Alicante.

○ Sevilla y Málaga, que organizan al conjunto de las metrópolis subregionales y ciudades medias de
Andalucía.

○ Ángulo noroeste, sin metrópolis regionales, relacionado en torno a La Coruña y Vigo, que abarca Galicia y
algunas ciudades portuguesas.

El conjunto de estas relaciones y ciudades constituyen nuestro sistema urbano peninsular, formado por un
centro aislado, Madrid, y por una serie de ejes. Sus características son las siguientes:

●Madrid. Metrópoli nacional, de funciones múltiples, incluida la capitalidad del Estado.

●Ejes. Formados por un conjunto de ciudades que se extienden y que en algunos casos acaban
constituyendo conurbaciones a lo largo de un río, de la costa o de alguna vía de comunicación importante.
Este contacto entre ellas potencia el propio eje, que puede llegar a saltar las fronteras nacionales. ○Eje
atlántico gallego .Entre Ferrol y Vigo, con prolongaciones a Orense-Lugo. Es importante por la actividad
comercial que desarrolla.

○Eje cantábrico. Se extiende por Oviedo, Gijón, Avilés, Santander, San Sebastián, Bilbao y Álava, con
prolongaciones hacia León, Burgos y Logroño. Es un eje afectado negativamente por la pérdida de actividad
industrial.

○Eje mediterráneo. Desde Gerona a Cartagena, por toda la costa. Con una industria diversificada, con
servicios y con una actividad turística muy importante.

○Eje del valle del Ebro. Entre los dos grandes centros industriales, el catalán y el vasco, y beneficiado,por
tanto, por esta situación. Su actividad industrial y terciaria –servicios– se encuentran en equilibrio.

○Eje andaluz. Sigue dos vías: una vía costera, desde Almería a Huelva, que destaca por su comercio,por el
turismo y por una importante agricultura tecnificada; y una vía interior, por el valle del Guadalquivir,desde
Cádiz hasta Jaén, basado en el turismo y en la agricultura.

○Interior peninsular. Carece de ejes de importancia al no tener poblaciones importantes ni actividades


económicas de relevancia.

○Islas Baleares y Canarias. La insularidad y el relieve dificulta el establecimiento de ejes. El turismo es la


actividad económica primordial de sus ciudades.

Al igual que el Estado de las Autonomías hace variar estos ejes, también los prima en función de sus
intereses y los centraliza en torno a las capitales respectivas. La pertenencia a la Unión Europea hace que
el sistema urbano español se enmarque en el sistema europeo, como se estudiará a continuación.

La ciudad europea

La Unión Europea se caracteriza por sus elevadas tasas de urbanización (más del 80% de la población vive
en ciudades). El origen de estas ciudades es semejante al español y guarda similitudes en los periodos que
van desde la conquista romana hasta el siglo XVIII ilustrado. La industrialización se extendió en Europa con
más fuerza que en la Península Ibérica, por lo que su urbanismo de los siglos XIX y XX crecería de forma
espectacular.

Si el proceso de aglomeración de la Segunda Revolución Industrial creó importantes ciudades, la


desaglomeración de la Tercera Revolución Industrial, al desconcentrar las actividades económicas y
residenciales hacia las periferias, potenció e hizo crecer pequeñas y medianas ciudades.

La jerarquía de las ciudades europeas

Cada país europeo tiene su propio sistema jerárquico, pero su incorporación a la Unión Europea hace que
todos los sistemas tiendan a relacionarse, de la misma manera que la mundialización de todas las
actividades económicas los entronca a la jerarquía planetaria. Europa se conecta al mundo a través de
Londres, como única ciudad global. La siguiente jerarquía la ocupan las metrópolis, que podríamos
denominar eurociudades:París, Madrid,Barcelona, Berlín,Milán y Atenas. La continua ampliación de la
UE hará que se vayan incorporando a esta categoría todas aquellas cuya multiplicidad de funciones lo exija.
Por debajo de este sistema jerárquico encontraríamos multitud de metrópolis regionales o de centros
regionales.

El sistema urbano europeo y sus relaciones con el español

La relación entre los diferentes sistemas europeos se establece en torno a varios ejes que se corresponden,
como es lógico, con el mapa de la densidad de población europea, ya estudiada, y con los paisajes
industriales que se verán en otra unidad. Varios son los ejes que articulan al sistema urbano europeo:

●Eje de la gran dorsal. Es el de mayor dinamismo, pues abarca las poblaciones establecidas en el sureste
de Inglaterra y se prolonga en el continente por el valle del Rin hasta el noroeste de Italia. España tiene una
posición periférica respecto de este eje.

●Eje del arco mediterráneo. Recientemente tiene un alto dinamismo porque, dada su alta calidad
medioambiental, en él se localizan las industrias que la desaglomeración expulsa de los antiguos centros
industriales. Este eje se extiende por el norte de Italia, sur de Francia y recorre todo el Mediterráneo español
hasta Murcia.

●Eje del arco atlántico o finisterres. Es de escaso dinamismo (por ser zonas de declive industrial) y de
mala articulación. Corresponde a las costas atlánticas de Gran Bretaña, Francia, España y Portugal.

●Los sures o espacios periféricos. Están poco desarrollados y mal articulados e integrados;
corresponden al sur de España, de Portugal, de Italia y de Grecia.

Contra la falta de integración y las posiciones periféricas, la Unión Europea aporta fondos para desarrollar
redes de transporte transeuropeas que comuniquen y dinamicen todas las regiones que la forman, por
encima de su posición en el espacio.

Problemas que plantean los paisajes urbanos

Son muy variados, y los agrupamos en:

●Problemas técnicos. Se producen por el uso incorrecto del suelo, por la insuficiencia de
infraestructuras,por la inexistencia, la mala utilización o la destrucción de los espacios verdes. Cuando los
usos dados aun suelo no valen o pierden vigencia, es necesario rezonificarlos.

●Problemas de abastecimiento y equipamiento. Son propios e imprescindibles para toda ciudad, peroson
difíciles de solucionar y exigen un gran desembolso económico.

●Problemas de tráfico. Son quizás los más importantes porque su solución permite que la ciudad se
relacione y cumpla correctamente sus otras funciones. La importancia de la función vial está acreditadaya
en la Carta de Atenas(1933).

●Problemas socioeconómicos. Son aquellos que surgen cuando la ciudad no soluciona algunas de sus
funciones como son la de procurar vivienda digna o la de procurar trabajo a sus habitantes. La deficiente
consecución de estas funciones produce marginación espacial, social y étnica, paro, delincuencia, etc.

●Problemas medioambientales. Las áreas urbanas e industriales generan partículas y compuestos


gaseosos que afectan negativamente a la vida de la propia ciudad. El calor producido las convierte en islas
de calor,que facilitan la formación de nieblas, lo que contribuye al descenso de visibilidad.

Los residuos urbanos se incorporan al agua junto a otros productos derivados del metabolismo humano, a
detergentes o a restos de productos alimenticios; esta agua residual contaminará los cauces naturales en
los que desagüe –ríos, lagos o acuíferos–. Por ello se pretende que el agua consumida se someta a un
proceso de depuración para ser reutilizada en usos no domésticos. Los residuos, que aumentan
consecuentemente con el nivel de vida de la población, se pueden reutilizar y reconvertir en materia prima
de otros procesos productivos, o en fuente de energía generadora de calor para la propia ciudad.

La gestión de estos recursos sólidos urbanos–RSU– corresponde fundamentalmente a los poderes


públicos y para ello es necesario que la ciudad tenga la tecnología suficiente que exige la reconversión.
Algunos otros residuos, también sólidos pero no reciclables, como los escombros o residuos inertes
provenientesde todo tipo de obras de infraestructura ciudadana, no son contaminantes pero sí afectan al
paisaje si se acumulanen vertederos próximos a las ciudades.

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