ALVARO DANIEL CAMACHO RAMIREZ cód.

: 74500
Presentado a:
VIRGINIA PADILLA
Universidad INCCA de Colombia
Ingeniería industrial
Ética y política

TODOS LLEVAMOS UN NARCO ADENTRO

La cultura del narcotráfico ya forma parte de la idiosincrasia de la sociedad

latinoamericana, las personas se sienten identificadas por su forma de concebir la
vida, se ve como un crecimiento social, que aunque no se considera aceptable lo
mejor es mirar para otro lado, ya que en nuestros tiempos todo ha estado
involucrado con este factor de delincuencia moviéndose en todos los espectros
sociales actuales como la política, la farándula, el deporte y las fuerzas del poder
público muchos de los narcos son considerados héroes, es por este motivo que se
considera en nuestro país que los narcos son buenos y los políticos los malos,
debido a lo que el entretenimiento el lenguaje y la música nos ha implantado
mostrando sus actos como hazañas con las cuales se asemejan a las creencias
populares de subsistencia en un mundo sin oportunidades, , y en donde su
acercamiento con la religiosidad nos da la tranquilidad de que cualquier pecado
será perdonado mediante nuestro posterior arrepentimiento.

Lo narco no es solo un tráfico o un negocio; es también una estética, que cruza y

se involucra con la cultura y la historia de Colombia y que hoy se manifiesta en la
música, en la televisión, en el lenguaje y en la arquitectura. Hay una narco estética
ostentosa, exagerada, de autos caros, siliconas y fincas, en la que las mujeres
hermosas se mezclan con el sueño y las expectativas de vida de la sociedad. A lo
mejor, argumenta el artículo, la narco estética es el gusto colombiano y también el
de las culturas populares del mundo. No es mal gusto, es otra estética, común
entre las comunidades abandonadas que no ven otra salida de las dificultades a
las que han estado sometidas que se asoma como oportunidad para alcanzar el
dinero y el reconocimiento que esperan encontrar debido a que han crecido en un
ambiente de desprecio y exclusión del que espera salir.

Mucho se habla de lo narco como una ética, pero su aspecto más llamativo es la
estética. La verdad, los narcos molestan por sus gustos, pero su dinero nos hace
bien. ¿Pero qué hacer cuando toda una sociedad se comporta de modo narco?
Asumir que les tenemos envidia porque ellos y ellas sí tienen el dinero y el
atrevimiento social para exponer su gusto ostentoso, exagerado y
desproporcionado. Asumir que ellos y ellas sí fueron capaces de elevar su gusto a
un ámbito social aceptable y muchas veces copiado.

En Colombia el flagelo de la droga lleva muchos años presente, muchas personas

han visto la desgracia, violencia y muerte que ha traído, pero aun así con estos
antecedentes parece que el imaginario colectivo de la gente es copiar los mismos
ideales y caminos con los que ha sufrido nuestra sociedad con el pasar de los
años, esto se debe que aun de manera indirecta e indirecta hemos sido afectados
la narco cultura comparte la forma de vida que las personas quieren lograr en
donde la exuberancia, los lujos excéntricos y el poder son conseguidos de una
manera facilista por aquellas personas que crecieron sin nada, es por esto que el
entretenimiento que mas vende en nuestro país es aquel que identifica nuestras
creencias populares las novelas, películas, libros son producidos con este
contenido debido al consumismo de la sociedad debido a la identificación con
estos personajes en donde además los hacen ver como superhéroes por su
acercamiento a la sociedad, ¿pero como culparlos?, desde que somos niños nos
han inculcado algo que en lenguaje coloquial se denomina como la “malicia
indígena” y que con el transcurrir de los años su significado ha perdido su enfoque
convirtiéndose hoy por hoy simplemente en aprovechar las oportunidades sin
importar por encima de quien tengas que pasar ni con la ética que debas
conseguirlo, lo que nos muestra hoy la estética del narco no es mas que un reflejo
de lo que somos como sociedad y de lo que vemos diariamente en nuestro
entorno, la fascinación por la estética narco se debe más a la descripción de lo
popular que nos representa

En mi opinión, lo primero que es importante notar es que la estética del

narcotráfico en Colombia ya no pertenece solamente al narcotráfico, sino que
forma parte del gusto popular, que la ve con ojos positivos y la copia, asegurando
su continuidad en el tiempo y en las ciudades. La propagación de la estética del
narcotráfico es una evidencia del vacío institucional colombiano, donde no hay una
forma de atracción social más fuerte que sea una alternativa al modelo del poder y
la justicia social que ha proporcionado el narcotráfico.