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Aquelarre
Nº 3

Marzo 2003

erraleuqA
Revista de filosofía, política, arte y cultura del
Centro Cultural de la Universidad del Tolima
2

Aquelarre
Aquelarre

Revista del Centro Cultural de la Universidad del Tolima.

Rector: Dr. Jesús Ramón Rivera Bulla


Editor: Julio César Carrión Castro
Consejo Editorial: Arlovich Correa
Luis Fernando Rozo
Javier Vejarano Delgado
Libardo Vargas Celemín
Diseño y Diagramación: Freddy Rojas
Impresión: El Poira Editores
Dirección Postal: Centro Cultural Universidad del Tolima Barrio Sta. Helena - Ibagué
Teléfono: (98)2669156 - Ibagué
Correo Electrónico: ccu@ut.edu.co
Tabla de Contenido 3
Carta del Editor ................................................. 5

A propósito del 8 de marzo ............................. 7


Florence Thomas

Declaración pública de amor ........................ 13


Soledad Cruz
Antígona y Socrates o el precio de la sabiduría ... 17
Lourdes Rensoli Laliga

La Condición Femenina ................................ 25


Alberto L. Merani

Decir “ALCA - NO”: ......................................... 33


Colectivo feminista de estudio y trabajo -CFEST-

Débora Arango ............................................... 39


Manuel León Cuartas

Ibaguereña (bambuco) ................................... 46


Leonor Buenaventura de Valencia

La mujer en América ..................................... 49


Victoria Sau

Discriminación hacia opciones sexuales dife-


rentes en Colombia ........................................ 55
Germán Humberto Rincón

Mujeres que dejaron huella en el siglo XX .... 61


César Augusto Fonseca Árquez
Virginia woolf ................................................. 67
La genial escritora que se mató al sentirse fracasada
Eugenia Rico

¿Una habitación propia o una habitación ajena? ... 69


José Antonio Lugo

La pasión por comprender ............................ 71


Fina Birulés
La primera mujer ........................................... 75
Fernando Ramírez Díaz

La otra infamia ............................................... 81


erraleuqA
Alejandro Pinzón Ríos

Las llaves de la felicidad ........................... 85


Gustavo Quesada

Feminismo: Selección de textos ................... 89


Amelia de Sola

Hipatia ............................................................. 93
Carl Sagan

Augusto Monterroso ....................................... 95


Carlos Castillo
4
Aquelarre

Revista Aquelarre
Los artículos son publicados bajo la exclusiva responsabilidad de sus autores
CARTA DEL EDITOR
ART 5

E
En esencia el concepto de humanidad es indivisi-
ble, hombres y mujeres sólo representan la unidad
en la diversidad. El reconocimiento de la diferencia,
nera absurda se ha querido separar la sensibilidad
de la inteligibilidad y esta ruptura golpea más a los
hombres que a las mujeres. Ya en el Tao te king (El
de la pluralidad y de la heterogeneidad, no debe sig- libro del sendero correcto) se establece que el agua,
nificar el fomento y la promoción de la desigualdad. que sabe tomar la forma del obstáculo sin
No se puede construir una auténtica democracia si enfrentarlo, sino superándolo, es similar a la mujer,
no hay justicia para la mujer.
Tampoco se trata de estable-
cer falsas explicaciones acer-
ca de lo femenino, ubicando
a las mujeres por fuera de la
realidad sociocultural que les
ha correspondido vivir.

La equidad del género signi-


fica, por supuesto, el respe-
to por las diferencias, pero
también la más efectiva par-
ticipación de la mujer en to-
dos los órdenes de la vida:
en la economía y en la políti-
ca, en la cultura y en el arte,
en los quehaceres cotidia-
nos y en las proyecciones de
la ciencia y la tecnología.
Ello sólo sería posible si se
eliminan todas las formas de
discriminación y ultraje;
viabilizando tanto los instru-
mentos jurídicos y legales
pertinentes, y trabajando por
alcanzar los necesarios cam-
bios en las mentalidades co-
lectivas.
erraleuqA
“Algunas mujeres sienten,
piensan, actúan y luchan de
manera diferente a los hom-
bres, porque en ellas persis-
te la unidad vital de una inte-
ligencia asistida por senti-
mientos”; es fundamental
entender esto, sobre todo en
Occidente, en donde de ma-
6 porque ésta es más ingeniosa que un guerrero ya
que logra apartar y eludir a los coléricos y violentos
que fueron imponiendo paulatinamente la ideología
del sometimiento y la marginalidad, la que, en últi-
para alcanzar sus objetivos. Tampoco nos puede mas, caracteriza también al capitalismo tardío.
ser ajena la lección de Antígona, quien dominando
el temor, apoyó, brindó aliento y orientó, como hija La carga de degradación con que el judeo-cristia-
y hermana a un Edipo ciego, en la miseria y ya sin nismo marcó históricamente la condición femenina,
ilusiones. Luego, esta misma emblemática mujer, reiterada cotidianamente en la vida familiar y social,
fue capaz de enfrentar al tirano Creonte, imponien- merece rebasarse; es imprescindible erradicar del
do, tempranamente ya en la Grecia clásica la vali- todo la simpleza mitológica que señala a las muje-
dez del sentimiento, de la ternura, y del amor frater- res como inferiores a los hombres, como
no, contra el poder y la razón de Estado. merecedoras de la venganza divina por ser las “pe-
cadoras hijas de Eva”.
No tiene hoy sentido seguir proyectando falsas
idealizaciones acerca de la mujer llamándola “mu- Además de entender y compartir el reclamo socio-
ñeca” o “ vampiresa”; “pura” o “puta”, lo que las mu- lógico y doméstico de Virginia Woolf por la indepen-
jeres reclaman contemporáneamente es una mayor dencia económica y personal de las mujeres, ex-
participación en la vida laboral, intelectual y social; presado en esa exclamación, en esa queja, que da
superar la invisibilidad de las tareas domésticas, la título a su ensayo: “¡ Una habitación propia!”, debe-
desigualdad en las remuneraciones, el cuestiona- mos comprender que lo femenino y lo masculino
miento a su condición biológica y en particular a la responden, en última instancia, no tanto a la expre-
maternidad, que pesa a la hora de los contratos sión de factores biológicos que marcan la existen-
laborales, la precariedad de los salarios femeninos, cia, como a las particulares relaciones sociales de
el difícil acceso a muchas profesiones y ese seña- producción, reproducción y consumo en que nos
lamiento permanente de minoría de edad, que obe- desenvolvemos.
dece a una arcaica injusticia establecida desde épo-
cas medievales en los hogares patriarcales y en las Aquelarre rinde homenaje a las mujeres en su lu-
cerradas y discriminatorias instituciones escolares, cha.

El Editor
Aquelarre
A PROPÓSITO DEL 8 DE 7
MARZO
Mujeres, ciudadanía y paz
Marzo de 2003
Florence Thomas
Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad

D
Dentro del panorama de profunda crisis que vive el
país, sumido en la guerra, la muerte, la intolerancia
y las constantes violaciones de los derechos huma-
políticas, su voluntad de existir como ciudadanas
de tiempo completo, su profundo odio a las guerras
y su infatigable anhelo de justicia, de igualdad y de
nos, el 8 de marzo, día internacional de las muje- no discriminación.
res, me parece, de alguna manera, una fecha car-
gada de mucha esperanza. Nos recuerda que ahí Fue primero Dinamarca, Alemania, Austria y Suiza.
están las mujeres; no todas por supuesto, pero sí Después Holanda y Suecia. Así sucesivamente. En
las que han tenido o tienen una historia de lucha y Inglaterra se celebra por primera vez el 8 de marzo
de trabajo por la afirmación de su autonomía políti- en 1952. En Colombia en 1960. Y a raíz de la déca-
ca y la construcción paulatina de su estatus de su-
jetos de derecho dentro de parámetros de justicia
social, de equidad y de ética política. Están las
mujeres con sus miradas especificas sobre los gran-
des problemas del mundo tales como la pobreza, la
educación, la justicia, la democracia y aunque sus
voces, todavía frágiles después de siglos de
invisibilización y naturalización de sus prácticas
sociales, no hacen mucho ruido, parecen hoy día
como posibles portadoras de propuestas novedosas
de paz que bien vale la pena escuchar con
detenimiento.

Recordaré para iniciar el porqué de esta fecha. Siem-


pre me extraña del número de personas, hombres y
mujeres, que no saben la razón del 8 de marzo.

El día 8 de marzo de 1857, se llevó a cabo en la


ciudad de Nueva York una gran manifestación en la
cual 40.000 obreras textiles reclamaban mejores
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condiciones de trabajo— trabajaban más de 14 ho-
ras diarias— y el derecho al sufragio. A partir de
esta fecha y de la creación del primer sindicato de
textileras en esta misma ciudad, se empieza a re-
gistrar la presencia y la participación de las muje-
res en las grandes huelgas de la época. En 1871
las mujeres participan numerosas en las barricadas
de la Comuna de París. Así es como las mujeres de
algunos países, poco a poco, escogieron el 8 de
marzo como día para celebrar, para recordar su pre-
sencia y su participación en las luchas civiles y
8 da internacional de la mujer en-
tre 1975 y 1985, las Naciones
res —a pesar de los enormes
cambios obtenidos en los últi-
93% de los casos, eran las mu-
jeres las víctimas—, y en gene-
Unidas, acogiendo las presiones mos cuarenta años — en un ral la recrudescencia del conflic-
de organizaciones de mujeres estatus de subordinación y de to armado en las cuatro esqui-
del mundo entero, confirman inequidad en lo social, lo políti- nas de Colombia y sus estra-
esta fecha como día internacio- co y lo simbólico. Inequidades gos como el desplazamiento for-
nal de la mujer. como la desigualdad salarial — zoso y la recesión económica
las mujeres ganan, en prome- cuyo principal efecto es el rele-
Hoy y desde Colombia, esta fe- dio y particularmente en el sec- go de las políticas sociales en
cha, y con extensión este mes tor privado, 30% menos que los los últimos renglones de priori-
de marzo, reviste un significado hombres para trabajos iguales dades, no han hecho sino em-
particular y, lo quiero pensar, y la tasa de desempleo de mu- peorar la situación de la pobla-
esperanzador. jeres hoy día es casi el doble ción colombiana y muy especí-
de la de los hombres; inequida- ficamente de las mujeres co-
Nos permite en primer lugar ha- des generadas por los múltiples lombianas.
cer conciencia sobre la tenaci- obstáculos interpuestos, a ve-
dad de las estructuras patriar- ces de manera muy sutil, a su Pero esta fecha nos permite re-
cales y machistas que siguen posibilidad de participación en cordar también que, a pesar de
ubi- el campo de lo político y en ge- tantas condiciones adversas, ahí
cando neral en la esfera de lo público están las mujeres con miradas
a las bajo la forma de lo que llama- y propuestas novedosas sobre el
muje- mos el techo de cristal, ese mundo; novedosas para los que
techo que, bajo una ilusión de saben escucharlas... Ellas, en-
transparencia igua- tre otras cosas, tienen una idea
litaria para hom- bastante precisa y específica de
bres y mujeres, las la paz y tal vez por su particular
impide llegar a los ubicación histórica de complici-
espacios de poder dad con la vida cotidiana, hablan
y de toma de deci- de una paz más integral que mu-
sión. Recordemos chos de los políticos que la es-
también los nume- tán negociando. Y sin embargo
rosos abusos no fueron ni siquiera convocadas
sexuales reporta- para las mesas de diálogos y ne-
dos diariamente en gociación del conflicto armado
nuestra prensa, las cuando lo hubo.
estadísticas de vio-
lencias intrafamilia- Para ellas, un proyecto de de-
res —en el 99, se mocracia real y de paz requiere
reportó oficial- por supuesto de una solución
Aquelarre

mente más de negociada del conflicto armado.


3.000 dictá- Pero este hecho no es sino una
menes de parte de la paz que ellas propo-
violencias nen; no es sino un primer paso
intrafami- esencial pero no suficiente para
liares. De la idea de paz que tienen en la
aquellas, cabeza. Para las mujeres —y
en el ellas lo han expresado a menu-
do y de mil maneras distintas en
ese país, con marchas, cabil-
dos, procesos de resisten-
cias pacíficas, proclamas y
escritos— silenciar las ar-
mas y resolver el conflicto
armado no representa sino
una parte del problema para un
nuevo mundo que ellas sueñan
paz, esta paz positi-
va de la cual estamos las mujeres
ciudadana para la paz
en Colombia. Por su-
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para sus hijos y sus hijas. Para hablando se debe ganan, en puesto examinare-
ellas, como nos lo recordó Susy construir en la mente mos igualmente la
Bermudez en un bello escrito que de los hombres y mu- promedio y pregunta por lo mas-
publicamos en nuestra revista jeres de este país pri- particularmente culino porque no pue-
“En Otras Palabras..”, (No.4, vilegiando los elemen- en el sector den nacer nuevas mu-
enero-julio 1998) existe una di- tos fundamentales privado, 30% jeres sin nuevos com-
ferencia entre paz negativa y paz para la construcción menos que los pañeros.
positiva. La paz negativa sería la de nuevos sujetos, de
ausencia de guerra, pero el aná- nuevas identidades hombres para Tal vez lo primero que
lisis de la violencia o de la paz a basadas sobre princi- trabajos iguales fue necesario de-
partir de la guerra y solo de la pios de justicia so- y la tasa de construir para dar un
guerra es incompleto. Existen cial, de equidad, de desempleo de nuevo sentido a la
otros tipos de violencias, menos responsabilidad, de mujeres hoy existencia de las mu-
visibles, menos directas, más pri- reciprocidad, conviven- jeres y a su participa-
vadas, tales como las violencias cia, generosidad y to- día es casi el ción en cuanto ciuda-
intrafamiliares, de agresiones lerancia activa. Hoy doble de la de dana, ha sido la
sexuales, violencias del orden día se ha vuelto de una los hombres milenaria ecuación
simbólico o sea del lenguaje y enorme pertinencia mujer = madre dando
de todo un orden social que re- privilegiar los flujos lugar a una nueva, sig-
produce el sexismo y la domi- afectivos, los diálo- nificada esta vez por
nación patriarcal. Las mujeres gos, la ternura, el mujer = sujeto, gene-
saben más que nadie, porque lo amor en contra de ele- rando así nuevas fer-
han vivido más que nadie, que la mentos instrumenta- tilidades, ya no solo
violencia puede ser móvil e inmó- les como la guerra, el genealógicas por me-
vil, directa e indirecta, visible e poder y el dinero que dio de sus hijos e hi-
invisible. En este sentido la vio- se han convertido en jas, sino culturales,
lencia no ha de entenderse ex- los fines de la conduc- que permitan hacer
clusivamente como un acto o ta individual.. sentido históricamen-
forma de hacer, sino también te y entrar en lo que
como un “no dejar hacer”. Para una paz positiva se nece- llamé los circuitos de la cultura.
sita entonces transformar las Era necesario romper con esta
De hecho para las mujeres, una relaciones entre hombres y mu- creencia, tan sutilmente natura-
democracia real y no solo formal, jeres lo que significa construir lizada por siglos de patriarcado,
más allá de ser un concepto po- nuevas identidades, nuevas ma- de que la maternidad era nues-
lítico y de los escenarios del neras de ser ciudadanos y ciu- tro único destino, nuestro único
afuera, es y debe ser un valor dadanas, única manera de cons- proyecto de vida que teníamos
para la cotidianeidad, o sea para truir no solo una nueva ética del que asumir como una especie

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el patio de atrás, para la alcoba, amor sino también una nueva de fatalidad biológica. A partir de
para el amor, para el erotismo y ética social y política para este una maternidad por opción, aho-
para la palabra que son los pri- nuevo milenio que se inicia. Lo ra posible gracias a los progre-
meros escenarios de un apren- personal también es político, nos sos de la medicina y a la legali-
dizaje de lo político. Un queha- decía hace 50 años Simone de zación del aborto en la mayoría
cer político ético o sea novedo- Beauvoir. de los países occidentales, la fe-
so para este país se debería minidad se enriquece de una di-
ejercer ante todo en lo más ba- Todo esto y mucho más nos mensión ética sabiendo que solo
nal y trivial de nuestras vidas, es debe significar una fecha como quien es libre tiene acceso a la
decir en lo que, tal vez, no mar- el 8 de marzo. ética, y se enriquece de una nue-
ca la historia oficial pero sí va perspectiva que vuelve a dar
indeleblemente nuestros incons- Miraremos entonces lo que las su sentido de privilegio a la ma-
cientes, nuestras memorias y mujeres están trabajando en re- ternidad en un país en el cual 50
por consiguiente nuestro actuar lación con una nueva manera de % de los embarazos son
en el mundo. En este sentido la ser mujer en el mundo y a la vez indeseados y vividos como fata-
10 lidad. La ciudadana del nuevo
milenio será —si ella lo desea,
ticas entre hombres y mujeres,
de las relaciones de poder y de
Ojalá las mismas mujeres sean
las primeras en convencerse de
y sólo si ella lo desea— madre, la circulación de dinero, autono- esto: su autoridad en cuanto
pero madre liviana, gozosa y mía erótica desde la cual las mujer, su reconocimiento en
desculpabilizada porque sus hi- mujeres se vuelven dueñas de su cuanto mujer, su reconocimien-
jos e hijas tienen también un pa- propio cuerpo y sujetos de su pro- to y el de las otras. Reconocer a
dre, un padre presente y com- pio deseo, expresan y gozan su las otras y volverse solidarias y
prometido en la vida cotidiana, sexualidad; adquieren y conocen cómplices en lugar de seguir
este nuevo padre que aprendió a sus derechos sexuales y siendo eternas rivales tal cual las
gozar su paternidad desde el reproductivos y su cuerpo deja peores telenovelas venezolanas
deseo de ser padre y no solo de ser objeto de abusos y apro- o mejicanas o más exactamen-
como prueba de su virilidad; ma- piaciones de toda clase. Y final- te, tal cual el patriarcado nos
dres que no devoren a sus hijos mente, autonomía subjetiva la quería y nos necesitaba. Y des-
o hijas porque tienen ahora otros cual, de alguna manera, es la re- de la solidaridad construir nue-
proyectos de vida que el único sultante de la económica y eró- vos espacios para el nosotras,
proyecto materno; madres feli- tica y que significará, a la larga, para el ellas, espacios de resis-
ces porque son mujeres realiza- una nueva salud mental para las tencia, espacios terapéuticos
das y participativas construyen- mujeres. para aprender en reconocernos
do hijos e hijas los cuales, al mis- a nosotras mismas, escuchar-
mo tiempo que descubren a una Sin estas condiciones, únicas en nos y creer en nuestra palabra,
madre, reconocen o conocen a proporcionarnos auto-estima y esta palabra que poco a poco
una mujer. empoderamiento, palabra que tie- rompe el silencio milenario nues-
ne hoy varias acepciones, pero tro y desordena la hegemonía de
Así para tener la condición de que para mi significa, ante todo, la palabra masculina y de los dis-
ciudadana del nuevo milenio es el reconocimiento de la autoridad cursos patriarcales.
indispensable existir femenina por parte de
desde un ser de si, las propias mujeres, Estas son algunas característi-
abandonando para no habrá manera de cas de la ciudadana del nuevo
siempre esta condi- Un ser de si, construir ciudadanía milenio. Solo algunas. Ahora
ción de una existen- con capacidad por parte de las mu- bien, y ya lo mencioné anterior-
cia exclusivamente para actuar jeres. Si no nos re- mente, esta nueva ciudadana
mediada por los sobre si- conocemos a noso- tendrá lógicamente un nuevo
otros, al servicio de tras mismas y no compañero, un nuevo amante, un
los otros. misma, dejando creemos en nosotras nuevo ciudadano a su lado. No
de ser mujer- mismas en primer ter- podríamos seguir hablando de
Un ser de si, con ca- objeto, mujer mino, ¿cómo ejercer este tan esperanzador devenir
pacidad para actuar florero, nuestra ciudadanía?. femenino sin ubicar paralela-
sobre si-misma, de- hermana de, Escuchemos lo que mente un nuevo devenir mascu-
jando de ser mujer- dice Cioran, un gran lino. Pero ahí solo mencionaré
hija de, mujer
Aquelarre

objeto, mujer florero, filósofo francés que algunas características genera-


hermana de, hija de, de fulano de tal murió hace poco, : “si les porque no me siento autori-
mujer de fulano de tal y madre de prefiero las mujeres a zada para trazar el camino de la
y madre de cuatro hi- cuatro hijos. los hombres es por- masculinidad. Solo puedo dejar
jos. Única manera de que ellas tienen la aflojar mis fantasías, mis ilusio-
pasar de una condi- ventaja de ser más nes. Serán ellos, los hombres,
ción de subordinación desequilibradas, es quienes decidirán sobre lo que
y dependencia o decir, más complica- quieren ser. Mientras tanto, ne-
heteronomía, a un re- das, más perspica- cesitamos, creo yo, compañe-
gistro de afirmación ces y más cínicas, ros cómplices, solidarios, pre-
de si-misma y de au- por no hablar de esta sentes en el ámbito de lo priva-
tonomía; autonomía misteriosa superiori- do y dispuestos en redefinir ro-
económica por medio dad que confiere una les, redefinir sujetos y objetos
de una redistribución esclavitud milenaria”. del deseo, de-centrándose, de-
de las tareas domés- potencializándose, y reconcilián-
dose con su feminidad de la cual
se habían dejado mutilar por una
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cultura machista. Necesitamos
compañeros de la vida y no amos
para un mundo masculino, vio-
lento y excluyente. Necesitamos
compañeros firmes y sólidos
pero tiernos y sensibles, capa-
ces de acompañarnos en esta
fantástica aventura de construir
futuros más amables para nues-
tros hijos e hijas. Solas no lo lo-
graremos. Y a este propósito
quiero que quede claro que las
mujeres, ciudadanas del nuevo
milenio, las mujeres feministas,
queremos seguir amando a los
hombres pero ya no a cualquier
precio. Esto es lo que ha cam-
biado: el precio. Queremos
construir una nueva ética del
amor, una nueva ética de la vida ra denigrante o sinónimo de sa- El precio es la angustia, la an-
desde nuevos parámetros como rampión contagioso que nos gustia que proporciona la liber-
lo son la equidad, la justicia so- hace odiar a los hombres y cre- tad, la ética, las opciones; la
cial, la igualdad jurídica y políti- cer el bigote, cuando para mi es angustia que proporciona el he-
ca y la valoración de la diferen- uno de las más bellos calificati- cho de abandonar algo conoci-
cia que incluye el respeto a la vos para una mujer de este ini- do, abandonar la compañía y la
diversidad cultural, étnica, religio- cio de siglo. No nos olvidemos aprobación social aun cuando
sa y de opción sexual. Solo así, que la revolución de las mujeres esta compañía maltrataba, abu-
seguiremos amando a los hom- fue la única triunfante del siglo saba y humillaba. Construirse
bres. No podemos seguir de- XX, la única revolución que sigue desde la autonomía significa no
seando al guerrero, amando al caminando en las cuatro esqui- temer a la soledad, esta soledad
violento y como lo dice tan be- nas del planeta y que logró trans- sinónimo de riqueza interior, de
llamente Rocio Pineda, besan- formar tan hondamente la vida complicidad, de rebeldía, de des-
do una boca que acaba de dar cotidiana, sin ejércitos, sin tan- orden y de vida. A toda mujer que
una orden de muerte, de tortura, ques, sin fusiles y sin un solo prefiere estar mal acompañada
de desaparición o de promover muerto, y todo esto gracias al que sola, la dejaremos en el ca-
un discurso guerrerista-patriar- feminismo y a las feministas. mino que escogió, pero existe
cal. otro y ella lo sabe, solo que no

erraleuqA
esta lista todavía para afrontar lo
Y afirmo esto porque sé que exis-
ten dudas y existen dudas por-
A modo de que significa. Si, este nuevo de-
venir de ciudadana moderna nos
que tan pronto las mujeres se
atreven a subvertir un orden que
conclusión señala un camino que no solo
es de rosas, un camino duro, a
las excluía pero tan confortable veces casi demasiado exigente,
para lo hombres, tan pronto las Todo esto suena lindo... Pero pero repito, no existe cambio sin
mujeres hablan desde ellas, des- tenemos que saber, las mujeres duelo. Es evidente que hay que
de su subjetividad y sus diferen- y los hombres de cambio, que saber abandonar algo o alguien
cias y lo hacen públicamente, el camino es difícil y lleno de en el camino si queremos cons-
(cuando hace 5000 años que los obstáculos. Ningún cambio se truirnos desde un proyecto de
hombres hablan solo de ellos, obtiene sin costo, sin duelo y vida que no erradique más la
desde sus vivencias de hombres tenemos que saberlo y preparar- subjetividad nuestra sino que la
varones) las tildan de feminis- nos para esto. Construirse des- inaugure en toda su dimensión
tas como si este calificativo fue- de la autonomía tiene su precio. y su potencialidad. Desordenar
12 imaginarios, desarticular prácticas milenarias, rom-
per viejos consensos y luchar contra ideas muy ar-
productividad: el trabajo domestico representa, se-
gún economistas, 25% del producto mundial bruto
caicas es sumamente subversivo y por consiguien- y dejemos de pensar, entre otras cosas, que la so-
te agotador pero hay que saber también que muy cialización de niños y niñas es improductivo, solo
pocas mujeres, por no decir ninguna, que iniciaron porque no entra en los circuitos de la plusvalía o de
este camino están dispuestas a dar un paso atrás. intercambios comerciales; imprescindible aprender
a negar nuestra invisibilidad, y ahí sería necesario
Todo o casi todo lo nuestro hoy es inaugural, como hablar del papel del lenguaje y de lo simbólico en
no va a ser duro! Por supuesto que es duro. Pero general porque mientras el lenguaje no nos nombra,
también el goce esta ahí, este goce que todavía nos es difícil ser visible; imprescindible aprender a ne-
da miedo y nos hace sentir culpa. Si los hombres gar la dependencia y la complementariedad de hom-
fueran algo más solidarios con nosotras, nos ense- bres y mujeres y reconocer la integralidad de cada
ñarían a vivir el goce sin culpa. Ellos saben desde cual; imprescindible también aprender a negar el
hace siglos. Pero calladitos... De todas maneras, carácter secundario de nuestras reivindicaciones,
con ellos o sin ellos, hemos descubierto el goce y olvidarnos de la culpa: culpables porque trabajamos
ahí tampoco daremos un paso atrás. Y ahí no me afuera de la casa, culpables porque no trabajamos....
refiero solamente al goce de una sexualidad nues- Imprescindible romper el silencio y el aislamiento y
tra, al goce erótico, me refiero también al goce de construir redes de solidaridad, abrir nuestra puerta
saber que nos asegura el goce de ser, este goce de y desenmascarar el poder patriarcal donde sea.
existir que nos había sido prohibido.
En fin, no temer nunca más ser lo que deseamos
Ahora y en cuanto a esta nueva manera de ser en el ser y convencerse que todo lo que es bueno para
mundo de las mujeres que traté de esbozar con las mujeres es bueno para la humanidad entera, es
ustedes, creo que puede ser de alguna utilidad para bueno para los hombres y saber que cuando las
esta ciudadana frente al nuevo milenio. Pero quiero mujeres de un país avanzan, el país avanza.
añadir algunas cosas. Quiero enfatizar que ser ciu-
dadana significa, ya lo habíamos mencionado, ser De verdad, así seremos estas nuevas voces, estas
sujeto político, histórico y de derecho. Pero sin olvi- otras maneras de hacer política, de participar, de
dar que lo político y lo histórico se están redefiniendo construir ciudadanía y ser portadoras de unas uto-
desde la afirmación tan bella de que lo personal, lo pías que el nuevo siglo necesita tanto.
privado, es también político. O sea que no se es
político solo desde el ámbito de lo público y de los Las mujeres han acumulado en muy poco tiempo
espacios tradicionales de la política. Existen hoy, en nuestro país mucho saber, muchas vivencias,
(y esto como es de importante para las mujeres), muchas experiencias y me pregunto ¿qué más re-
varios sitios desde donde hacer política. Nuevos es- quisitos se necesita para que las escuchen, las
pacios. Lo político se ejerce desde el patio de atrás, consulten y las tomen en serio?... al contrario de lo
desde la cocina, desde la cama conyugal, desde que muchos opinan de las mujeres que han liderado
las prácticas de vida cotidiana en su conjunto y desde luchas sobre su condición cuando consideran que
una nueva actitud frente a viejas costumbres y vie- representan un feminismo sectario y fuera de lugar,
Aquelarre

jos hábitos. su muy nueva condición las ubica como 636396


caminos esperanzadores y refrescantes en medio
En este sentido para volvernos ciudadana del nuevo del triste panorama que nos ofrece una administra-
milenio es imprescindible aprender poco a poco a ción guerrera y profundamente patriarcal del mun-
negar las carencias que la historia nos había atri- do.
buido porque las mujeres no son varones mutila-
dos, inacabados, como lo pensaba Aristóteles, su Las mujeres y sus ideas frágiles, hoy por hoy, son
clítoris no es un pené subdesarrollado como lo afir- la esperanza de que podemos volver a soñar con un
mó Freud y su manera de habitar el mundo no es ni cielo encima del techo. No lo olvidemos.
más ni menos valida que la de los hombres; impres-
cindible aprender a negar nuestra condición de im- Gracias.
DECLAR
DECLAR A
ARACIÓN PÚBLICA
PÚBLICA DE 13
AMOR
Soledad Cruz
Escritora Cubana

A
Amo a este hombre que cabalgo, que monto sin
arreos. Montura, brida, ni siquiera estribos para asal-
to. El duda y se defiende con su profesión de in-
dole de la manera más cursi, que no podía vivir sin
él.

constante. ¡Tan masculino! Teme que mi galope im- Ya dije que no es un hombre extraordinario. Le teme
pulse su estampida. Necesita garantías para el equi- a su mujer. A todos les ocurre. Es el recuerdo de
librio. Es un hombre común, que guarda lo extraor- los cocotazos propinados por la madre y el agra-
dinario, como sus olores, en los si-
tios más recónditos, donde habita el
grito. Lo he vuelto a parir entre mis
piernas aunque no me pertenece le-
galmente. Me he apoyado para ello
en nuestra Constitución que no re-
conoce diferencias entre hijos legíti-
mos e ilegítimos. Y he aceptado la
clandestinidad para amarnos a pesar
de que el partido, al cual pertenece-
mos los dos, está en el poder hace
muchísimos años. No voy a decir por
eso que nuestro amor sea ilegal.
Quienes redactan leyes y estatus se
han cuidado de contemplar el caso.

Antes de decidirme a amarlo sin con-


diciones, es decir, olvidando los prin-
cipios de intercambio comercial, se-
gún los cuales no me conviene, pues
carece de casa, cargos, carro y ni
siquiera gana un alto salario, me per-
siguió el odio de la mujer del hombre

erraleuqA
que constituye mi penúltimo fracaso.
Eso indica que soy reincidente. Rei-
teración explicable porque nunca he
entendido por qué las esposas se
ofenden con la otra y no con quien
certificó, firma y cuño por medio, el
culto único de su persona. De todas
formas, porque alguna vez fui espo-
sa, busqué todos los caminos de ol-
vido; recorrí la galería de mis ex-amo-
res, tomé unas burguesas vacacio-
nes de huida, pero no tuve que con-
sumir los tres tomos de El capital
para sorprenderme un día, declarán-
14

decimiento porque le debe mu- nada. Sin embargo, si no tiene vez alguno de mis elocuentes
cho. Le debe el secreto de sus la presión de una pequeñísima mensajes le hizo recordar el peli-
trastornos estomacales y la dis- exigencia tampoco esta confor- gro. Soy un caso peligroso, con
creción de sus miedos más ocul- me. El no está conforme ni con antecedentes; no penales, más
tos. Porque este hombre que él mismo. Es muy violento el bien penosos. Pero atraparlo no
amo, siente miedo como cual- debate entre su audacia y su era mi intención.
quier otro ser humano. Y miente cautela. A pesar de ello, ha teni-
como todos. No hace promesas do logros que le producen cierta No quiero ser ni su amante ni su
vulgares, pero estimula sutilmen- satisfacción. Despojarse del iz- esposa. Cualquiera de las dos
te la ilusión de cosas que no van quierdismo, por ejemplo. posiciones me resulta incómo-
suceder nunca. Es un consuelo da en nuestro momento históri-
que se da a si mismo. El cree No resulta ni original ni osado. co concreto. Le propuse ser su
firmemente que son posibles. Casi ninguno lo es ya para el cómplice. Pero él, machista al
Aquelarre

Otro consuelo más. No tiene amor. Busco cada mañana una fin, lo cambio por secuaz. No me
apuros. ¡El colmo del nota en las macetas de mi venta- importó. Hace tiempo eliminé la
autoconsuelo!. Está seguro de na. Una pucha de romerillo. O una angustia a causa de la infideli-
que vivirá cien años. Tal vez co- africana. El sabe que el chocola- dad masculina. Es una especie
quetea con la idea de morirse an- te me desquicia. Pero nada se le de vicio prehistórico sin remedio
tes. Pero eso debió ser en su ocurre. Mi puerta sigue virgen en inmediato. Creo en la fidelidad,
primera juventud. Hablo de un la madrugada sin que su mano la pero en otro sentido, cuando
hombre de cuatro décadas de sorprenda o la viole. El prefiere hayan desaparecido los absur-
andar, las cuales han confirma- anunciar telefónicamente sus vi- dos que hoy la justifican. No se
do su vocación por la bondad. sitas. Es toda una expresión de puede ser fiel a fetiches.
modernidad que permite confir-
El puede ser el hombre más bue- mar la ausencia de testigos. Pien- Aunque Dios tiene bastante
no y generoso del planeta. Pero so que le asusta mi vehemencia. responsabilidad en todo. Recor-
no le gusta que se lo exijan. En Creyó que quería atraparlo. Nin- dar aquello de la costilla, el pe-
general no le gusta que le exijan guno lo soporta abiertamente. Tal cado femenino.. .no es por obra
y gracia del Espíritu Santo que
los hombres no pueden resistir-
ción individual y lo mucho que
sufrirán los niños.
15
se ante unas abundantes nalgas
de producción nacional. Observe Sucede que este hombre
que con las feas no funciona el que amo, tiene la puñetera
papel de hombre. Estoy segura virtud de parecerse mucho
de que a causa de no haber sido al que espero para el ensa-
favorita de la naturaleza a la hora yo. No digo que sea exacta-
de precisar mi dote femenina, me mente igual. Puede suceder
afilie en seguida a la idea de Marx que al final no se parezcan en
(Manuscritos económicos y filo- nada. Esa prostituta que
sóficos, 1844) de que toda rela- es la espe- ranza suele
ción del hombre con el mundo, vestir de caballero
incluyendo con la mujer debe ser andante a cualquier
humana. Como se aprecia, he espanta- pá-
estudiado profundamente el pro- jaros. Si
blema. La conclusión fue tratar eso ocurrie-
con mucha consideración a mis ra, no se lo con-
iguales diferentes de la especie, fesaría nunca para
a quienes la evolución socio his- no alterar su seguridad
tórica del matriarcado para acá, en si mismo. Creo, sin em-
potenció la animalidad. Ellos en bargo, en el riesgo de su gran-
realidad son tan desdichados deza y de su alma que, sospe-
como nosotras. Victimas- cho, no ha sido entregada to-
victimarios del proceso de aleja- davía. En nuestra época no hay
miento entre las dos mitades del tiempo para tales donaciones.
mismo ser. Claro que lo tomaron Estamos muy ocupados en
a la ligera y se han divertido más, realizarnos socialmente. Si yo
pero no han sido más felices. La lograra conquistarle el alma,
evidencia es su vicio de infieles. entonces a él no le apenaría
Como no saben satisfacer a una ser visto por mí en las horas
mujer, deciden dejar insatisfechas críticas del baño; ni tartamudea-
a dos. Abogo por contribuir a ría cuando me lee los poemas
humanizarlos. que escribió para otra y vendría
a verme aunque no estuviera dis-
Mi comprensión de tales fenó- puesto a la viril erección porque
menos condiciona a la búsque- está cansado.
da de un encuentro cercano con
este hombre que amo. Para col- Ignora que amo su noble cansan-

erraleuqA
mo, poeta. Pero antes quiero cio tras la vigilia por la felicidad
despojarme de los condiciona- de todos en mi país. Dije que
mientos biohistóricofemeninos este hombre guarda lo extraor-
que también contribuyen a em- dinario, como sus olores, en los
brollar la situación para llegar al sitios más recónditos. Lo cual no
amor sin consideraciones que no lo exime de ser vanidoso. Esta
sean de amor. Es algo que debo seguro de que es masculinamen-
conseguir para trascender a mi te encantador y hay tanta pueri-
abuela. Quiero amar sin firmar lidad en ello que me conmueve.
contrato, sin la amenaza de los Es tan tonto que se enoja si le
bienes gananciales, sin que me insinuó que se esta poniendo vie-
agradezcan los años de amor jo. Y tan sensible que se le aguan
que he brindado, sin los ruegos los ojos contando lo indefenso
amenazantes ¡tan femeninos! de que han vuelto los años a su
lo que he aportado a su realiza- padre. Nunca le hago preguntas.
16 Las abolí todas. ¿Quien tiene derecho a cuestionar
la mitad de una vida cuando una ha llegado a ella en
amor así, a puro amor, no es posible, que sentirlo me
parece una noticia digna de recorrer el planeta, igual
el último viaje y por lista de espera? en fin, no nece- que si de pronto anunciaran que Reagan murió de un
sito un hombre para que me represente ni me deje infarto. Al margen de que es un placer informar a los
una pensión cuando muera. Con todo eso puedo. mediocres y timoratos, sin consultar a las personas
Hasta con las broncas en defensa de la legalidad honestas, de tales acontecimientos finiseculares.
socialista o la insensibilidad de los funcionarios.
Cuando él llegó estaba afianzada mi vocación co- No soy responsable de que las formas provistas por
munista, pero es tan reconfortante que comprenda el adorable Engels en La familia, la propiedad priva-
y comparta mis angustias del período de tránsito... da y el Estado desde el siglo pasado, por cierto,
hayan penetrado en mi conciencia. Si estoy al bor-
Como sentencian mis amigas, es egoísta para el de del comunismo en el amor, el caso debe ser ana-
amor, como todos los de su sexo; pero a diferencia lizado, en última instancia, como un salto, como
de los más recalcitrantes del género, que no están una expresión del desarrollo del socialismo en Cuba.
en fase de extinción, es tierno, tímidamente tierno. Pero no todas las personas evolucionan al mismo
Tanto que a fuerza de esconderla, la ternura a inun- ritmo en la sociedad. Estoy dispuesta a evitar sufri-
dado los limites de su tristeza, para colorearlo de mientos a terceras, cuartas y hasta quintas partes
tristura. Descubrimiento que me mato una noche involucradas en el asunto. El es un ser muy amado
de diciembre. Desde entonces ocasiona orgasmos y yo unidamente su secuaz. También quiero a las
en mi alma. Y una encuentra con relativa felicidad personas que lo aman y a quienes ama él; son como
quien los produzca en otros parajes, pero allí ¡Dios!, parientes por parte del amor. No se engañe nadie
en ese abismo irrecorrible de una misma, solo quien pensando que confieso impúdicamente mi vocación
habite la mitad vacía del cielo. Posee, además, el de cornuda. Quien lo piense no ha entendido nada.
secreto de la lluvia. Basta su voz para que se des- Es que supe desde temprano que no se expenden
ate el aguacero. Y me ha devuelto el susto. Ese frío certificados de propiedad de los sueños.
que atraviesa el estómago como un cuchillo, cono-
cido en la montaña rusa de la infancia, y la primera Se que me van a acusar de provocadora. De no se-
vez que una mano de varón apretó la mía. guir la línea en relación con el cuidado de la familia.
Mis enemigos -y enemigas- comentarán gozosos:
Cierto que muchas veces he tratado de deshacer el “Ella siempre tuvo tendencias anarquistas”; los otros
lazo. No estoy dispuesta a participar voluntariamente dirán simplemente: iQue puta! y no faltará quien se
en la moderna poligamia. En una de sus visitas a la queje a mi núcleo; pero andan errados. Coincido en
guerra, lo declare formalmente sustituido. Pero re- que la familia es la célula básica de la sociedad. El
greso con un poema de amor. Si un hombre regresa amor tiene que ser la célula básica de la familia. Si la
de la guerra con un poema de amor es como para familia que no reúne ese requisito está en crisis, me
rendirle honores de mariscal victorioso en campa- parece otro índice de desarrollo pues empezamos a
ña. Volví a declararme vencida y saludé el modo dejar atrás la hipocresía del matrimonio burgués.
macho con que resiste la tentación de mis demo- Quiere decir que la revolución revoluciona en casa.
nios. ¿Qué Ochún me favorece y a estas horas es-
Aquelarre

toy contigo? Respondió casi con alegría. No estoy Es verdad que estos son tiempos de cambios difíci-
segura, sin embargo, de que puede corresponder- les. Tiempos duros. Mi amor lo sabe y lo sobrepasa
me con la misma intensidad. No es un problema sin pedir comprensión, como el héroe anónimo no
volitivo. Lo lamento por él y el mundo. reclama medalla en la victoria. Si este amor muriera
por desamor de su mitad correspondiente auguro
Si me amara como lo amo, tendríamos fuerzas sufi- grandes cataclismos, pero que nadie se atreva a
cientes para evitar la guerra atómica y garantizar la hablar de derrota. La victoria de este amor esta con-
paz universal. Por eso no justifico este amor clan- seguida. Es su existencia. Su desprendimiento. Su
destino, no imposible, pues existe con la despropor- valentía a prueba de designios guerreristas del ene-
ción poblacional de la Habana, donde resido, favora- migo, los prejuicios de los amigos de clase y las
ble a los hombres, ni son traumas de la niñez, la vacilaciones del amado, quien se escandalizará de
soledad, con quien me entiendo perfectamente. Ni esta declaración pública porque presume ser un
quiero que crean que estoy pidiendo permiso para hombre cuerdo, mesurado, pero energético, aunque
ser feliz. Derecho constitucional que tengo. Es que esta un poco gordo.
me han dicho tantas veces desde que nací, que un
ANTÍGONA Y SOCR
SOCRAA TES O 17
EL PRECIO DE LA
LA
SABIDURÍA
Lourdes Rensoli Laliga
Madrid, Española

A María Zambrano, la que pagó el precio bien a través de los males sobrevenidos, según se
observa en Edipo en Colono. El protagonista vive lo
Lo trágico puede asumir dos formas fundamenta- suficiente para llegar a saber y comunicar a los de-
les; la primera y más reconocida proviene del en- más el saber adquirido mediante su palabra o su
frentamiento de los esfuerzos humanos con fuerzas ejemplo, aunque haya de morir o de purgar indefini-
que frustran intentos y aspiraciones por incompati- damente sus errores o los de su estirpe. Puede ar-
bilidad, antagonismo o simple incongruencia. A este güirse lo problemático de la propia comunicación
género de conflicto pertenecen las situaciones de del saber, pero al menos se lleva a cabo el intento,
anagnórisis para el héroe, los “descubrimientos” de y el coro o algún testigo importante en la tragedia
ocultas claves que, de seguirse, hubieran “evitado” griega -otros personajes lo sustituyen en etapas
o al menos aliviado la tragicidad de las situaciones. posteriores-, que reciben una perdurable lección
En tal caso, es posible para el héroe la reconcilia- mediante el sufrimiento de los héroes, muestran que,
ción con el poder desafiado conscientemente o no, pese a todo, algún bien se desprende del intento.
pues en el fondo de los males sobrevenidos al hé-
roe, yace la ignorancia en alguna de sus formas, ya La tragedia absoluta sobrevendría si la muerte o el
sea como desconocimiento o como falso saber, no extremo sufrimiento de los héroes no dejaran hue-
encaminado a lo recóndito sino a lo evidente y/o llas por no llegar a ser conocidos ni apreciados por
aparencial. nadie. Tal hubiera podido ser, fuera de los marcos

Se producen así estados de “ceguera” que condu-


cen al choque con el poder representativo de la fata-
lidad. Esta ceguera espiritual puede manifestarse
como inocencia, desconocedora de toda maquina-
ción -tal es el caso de la Desdémona de Shakes-
peare- o como culpa ajena que se arrastra por he-
rencia -la estirpe de Edipo en su conjunto-, como
hybris -el caso de Medea o, en otro sentido, el de
Macbeth-, como formas de justicia conflictivas, en
cuyo trasfondo pugnan fuerzas suprahumanas, so-
brenaturales o no -en Las Euménides-, como pre-
tensión de modificar la realidad a través del solo
erraleuqA
poder individual humano-Hamlet o Edipo.

El héroe trágico sucumbe o se doblega bajo el peso


de lo fatal y desconocido, y la única vía de salvación
sería el Deus ex machina, que convierte al victima-
rio en irremisible víctima -así ocurre a Jasón en
Medea- o torna la tragedia en ciernes en comedia,
como en Tartufo. El “percatarse a tiempo” salvaría
del golpe de lo fatal, aunque éste último suele em-
plear la ceguera como una de sus armas. En tal
caso sería posible al menos producir al cabo algún
18 del teatro, el caso de Job, de no
intervenir el propio Dios.
ces, ni las prédicas donde des-
cribe su suplicio con antelación.
debe incluirse en este tipo de
tragicidad. Su sabiduría reside en
El lo sabe y por eso ruega al este caso en su fe sin límites,
El héroe hubiera vivido en este Padre el perdón para quienes, en en la espera de la redención, en-
caso para rumiar calladamente cambio, no saben lo que hacen. frentada con la visión superficial
su dolor, el cual no provocó es- Es la doble condición de este de su mujer y sus amigos, que
panto ni una lección real a quie- supremo héroe la que transfor- lo acusan de ocultar sus faltas.
nes lo conocieron, sino burlas y ma en glorioso misterio la trage- Sócrates queda a solas con su
reproches por pecados no come- dia por excelencia. Pero en el daemon; Antígona con sus
tidos, incluso exhortaciones a un plano puramente humano, no ancestros; Job con Dios, pero los
arrepentimiento improcedente. existe variación en el conflicto tres son “excluídos” por igual del
que afecta al héroe trágico. Este género humano, en una soledad
Pero el libro bíblico no fue escri- podrá, como Sócrates, asumir esencial que para los dos prime-
to con propósitos “literarios”. En con inalterable ánimo los hechos ros es definitiva.
suma, en esta forma de lo trági- o padecer al apurar la copa
co, un poder se enfrenta con lo como Antígona, pero siempre La actitud socrática muestra la
desconocido o mal conocido, y experimentará en sí mismo y en “dimensión interior de la areté
el re-conocimiento constituye de su relación con el mundo circun- (2)”, lo cual creemos aplicable a
por sí una suerte de re-concilia- dante las terribles consecuen- Antígona. Uno y otra son conde-
ción a través de la sabiduría ad- cias de un mal que no le afecta: nados y abandonados a la sole-
quirida, plena o incipiente. la ignorancia. dad absoluta que proviene de una
misión incompartible, por un
Hay otro tipo de conflicto trágico Ver claro donde otros no pueden medio ajeno a esta “virtud inte-
en el cual la relación se invierte: constituye en este caso quizás rior”, ignorante de la esencia de
hay en el héroe una serena sa- el elemento fundamental que la virtud, la cual reduce a leyes
biduría que conduce a los actos acrecienta el dolor del héroe. Job y fórmulas inventadas por los
por los cuales él mismo habrá hombres. En este tipo de trage-
de sucumbir. Está a solas con dia se apela a los cimientos de
su deber. Se le ama o se le odia
pero no se le comprende. Aun
Sócrates la condición humana, lo cual
impide que el sufrimiento del
quienes parecen hacerlo revelan buscaba la héroe resulte posible de detener
en algún momento su saber a o de aliviar siquiera. Sólo cabe
medias -un modo del no-saber- faceta luminosa vivirlo.

de los misterios,
y se retiran desconcertados, o
cometen errores que agudizan el Antígona es un personaje socrá-
conflicto.
la que ilumina tico, su modalidad femenina. Por
eso se atendrá a la esfera del
La tragedia en este caso provie-
ne de lo incomunicable del sa-
la razón a la par deber familiar, la que le es pro-
pia según las normas de la so-
del alma y
Aquelarre

ber y de la consiguiente soledad, ciedad griega de su tiempo. No


en sufrir sin opción las conse- le será dado reunir discípulos ni
cuencias de actuar en un mun- condiciona una contemplará siquiera como po-

virtud fácil de
do o medio dominado por la “ce- sibilidad el camino de la indaga-
guera”(1). ción racional. Pero al igual que

En su aspecto humano, el sa-


practicar, Sócrates, posee sabiduría y la
vive hasta las últimas conse-
crificio de Cristo nos sobrecoge
por el estado de irremisible so-
porque deviene cuencias. Como él, se percata
de que es incomunicable y asu-
ledad en el que el intransferible estado interior y me sin ayuda su tarea. Exige a
cáliz lo sume, por la absurda Ismena que la deje sola pues
ceguera de sus verdugos. De no obediencia comprende lo inútil de su apoyo

externa.
nada sirve que advierta a los dis- no acompañado por un saber
cípulos que serán dispersados, esencial. Intentará cumplir con
a Pedro que lo negará tres ve- un deber que, a su modo, pro-
muchos no rebasan. Sócrates guida ni conquistada mediante el 19
La tragedia en habla del ascenso a la luz des-
de la caverna, del retorno a ella
esfuerzo de la razón, pero ésto
tampoco explica por completo su
este caso como deber del sabio, cuya con-
dición resulta inseparable de la
proceder. Como Sócrates, quien
logró acceder por sí mismo a las
proviene de lo función pedagógica. Y la muer- esencias, Antígona es una “ele-
te, quizás el único pago a su gida” y como tal, asume todas
incomunicable sacrificio, no debe detenerle: la las implicaciones de una fuerza

del saber y de la
vita activa se hace inseparable despierta en ella y dormida en
de la vita contemplativa. otras doncellas: el mejor ejem-
consiguiente Sócrates buscaba la faceta lumi-
plo es su propia hermana.

soledad, en nosa de los misterios, la que ilu-


mina la razón a la par del alma y
Al igual que Antígona, Tiresias
sabe qué debería hacerse, y lo
sufrir sin opción condiciona una virtud fácil de expresa, pero sólo ella decide
practicar, porque deviene estado obrar, sacerdotisa de un oráculo
las interior y no obediencia externa. unido a inevitables misterios. Su

consecuencias
La incesante búsqueda socráti- saber es infuso, confirmado pero
ca persigue esclarecer, con ayu- no buscado, como tampoco el
de actuar en un da de la razón dirigida hacia lo
oculto, la naturaleza de los con-
de Tiresias ha sido “buscado” a
la manera socrática. Confirma-
mundo o medio ceptos. Por eso, en su condición
de ciudadano, Sócrates respeta-
do en la tragedia del padre,
padeciente por haber pretendido
dominado por la ba los cultos tradicionales, como tomar en sus manos las leyes
parte de las leyes y costumbres secretas del cosmos, por el fal-
“ceguera” a observar, aunque predicase que so saber y el falso poder que un
el alma había de dirigirse hacia día ostentara. Lo oculto y ances-
lo divino en sí mismo, oculto y tral se le ha presentado en la tra-
apenas nombrable (3). La sabi- gedia paterna, en su carácter
mueve la reflexión sobre la natu- duría no se alcanza sino en lo terrible e irrevocable. De este
raleza de la virtud, tras el asom- trascendente, a la vez recóndi- modo, el respeto a lo eterno
bro y el terror de quienes encuen- to, que exige recorrer las profun- constituye la base de la virtud,
tren a Polínices honrado y se- didades de lo sensible para apre- del orden y conservación del uni-
pultado o escuchen siquiera que hender lo inteligible. Se trata de verso. Antígona realiza en vida
ésto se ha hecho. renovar la tradición y no de rom- el descenso ad inferos para abrir
per con ella: el descenso ad los ojos de otros. Los suyos no
Antígona, como Sócrates, está inferos permite también remon- lo necesitan. Como ocurre con
privada de elección, porque la tarse hacia lo más elevado. Se Sócrates.
sabiduría inclina sólo a la verdad. trata de vivir el antiquísimo pen-

erraleuqA
Hay una sola opción para ella. Y samiento atribuído a Hermes El antecedente lejano de
queda a solas con su destino, el Trimegisto y asumido por Antígona en la mitología griega
destierro del mundo de los vivos, Heráclito y los órficos: “Camino es Eurídice, quien no actúa vo-
en la caverna que debe servirle hacia arriba y camino hacia aba- luntariamente, pero es la espo-
de sepultura. jo es uno y el mismo”. sa de Orfeo, dueño de los mis-
terios. No parece del todo casual
Como es casi inevitable, llama Pero Sócrates es un hombre y el nombre de Eurídice que lleva
la atención el descenso ad su función pedagógica se atiene la reina, futura suegra de
inferos (también resulta significa- a los derechos que la sociedad Antígona, la cual parece ceder a
tivo que Sócrates jurara “por el griega le concede, en el ejerci- la joven el papel protagónico en
perro”). Pero Antígona experi- cio de la búsqueda racional. esta nueva era. Su hijo, el joven
menta al cabo de sus decisio- Antígona es mujer y doncella. Su Hemón, descenderá ad inferos
nes y actos lo que Sócrates con- sabiduría es de otra índole. El po- por amor, aunque morirá en un
sideraba el punto de partida de der sagrado de la virginidad le co- acceso de hybris, comprensible
la existencia humana, el que munica una sabiduría no perse- y noble, pero hybris al fin. Sólo
20 le condenó por una acti-
tud ante estas leyes y no
por un proceder en contra
de ellas. Antígona se hizo
culpable de ambos delitos.
Pero todas estas leyes
fueron establecidas por
hombres no identificados
con las leyes del cosmos
sino con ideales humanos
en el sentido más empíri-
co, asentados en este
caso en la democracia,
ese “bien de la mayoría”
tan problemático para
Sócrates -según muestra
en su condena a los
sofistas-lo cual argumen-
ta hasta la saciedad su
discípulo Platón en La Re-
Antígona tiene plena conciencia corporal-, violar el orden de su pública. Según es sabido, el
del alcance y las dimensiones areté. Pero él, siendo hombre, ideal democrático le resulta in-
de sus actos, del golpe de la fa- predica públicamente un proce- aceptable porque contradice el
talidad, y aunque el temor y el der y una actitud. Antígona, mu- orden natural y por consiguiente
dolor ante lo irremisible la sacu- jer griega, ha de limitarse a ac- resulta muy fácil la transforma-
dan, sus actos no suponen hybris tuar, pues sus palabras no son ción en su opuesto.
pues no quebranta la medida atendidas, y basa su conducta
propia de su tipo de virtud, de la en el sagrado temor y en el amor, Edipo y más tarde Creonte son
areté femenina que exige otro el cual proclama como su fin. Su excelentes ejemplos de lo ante-
tipo de sofrosyne, areté que in- sabiduría se apoya en el amor, rior. Ambos olvidan en la ofusca-
cluye llorar la muerte virginal, sin un amor dirigido, en primera ins- ción del poder el respeto debido
sucesión para la estirpe. Al cabo, tancia, a los suyos, pero en últi- a las leyes cósmicas y deberán
sus actos abren los ojos de los ma instancia, al objeto que ins- pagar por ello. Los decretos de
necios, pero no de forma tran- pira ese sagrado temor: lo ocul- ambos se imponen a la ciudad
quila, iluminada por la alegría del to y trascendente. como leyes inviolables, parado-
descubrimiento, como en el caso ja que para el pensamiento grie-
de Sócrates, pues no le es dada Es así que el amor, que es unión go revela una esencial inconsis-
la función pedagógica: a una y reconciliación, la separa— tencia. La controvertida doxa
mujer, y más aún, doncella, no como a Sócrates la filo-sofía—de social de los sofistas contiene
se la escucha, según expresa el
Aquelarre

los demás, aunque lazos más un fondo relativista que da paso


rey. La enseñanza que transmi- profundos los vinculen a un nivel a la tiranía, y el diálogo entre
te viene a través de lo irremedia- no ordinario, al objeto más recón- Antígona y Creonte es muy sig-
ble. dito de ese amor, como en el nificativo al respecto. El la tilda
caso de Sócrates. Dos muestras de insolente y siente que arries-
Sócrates es un mártir, pero su son la acusación de desobedien- ga no sólo su poder sino su hom-
serenidad lo preserva de la tra- cia a las leyes de la ciudad he- bría. Ella le llama tirano y él res-
gedia que se produce sobre él y cha a ambos, y la actitud de los ponde comparándola con la mul-
a causa de él, que afecta a sus dos ante la muerte inevitable. titud a la que el temor ha enmu-
discípulos y al consejo que lo decido, con la fuerza externa de
condena. Su muerte sobrecoge Sócrates fue acusado, en esen- la doxa social: “¿Y tú no te
como la muerte voluntaria de los cia, del mismo delito imputado avergüenzas de pensar de dis-
dioses antiguos. Evitarla hubie- a Antígona: desobedecer las le- tinta manera que ellos?”(4).
ra supuesto para él incurrir en yes civiles. Esto nunca fue pro-
hybris -en su caso, desorden bado de manera irrefutable. Se
motivado por el apego a la vida
El pueblo tebano carece de la
fuerza de la convicción que da el
conveniencia, dudosa por lo de-
más después de los males que
rre acompañarlo. Hemón acom-
paña a Antígona siguiendo un lla-
21
verdadero saber. Teme, pero han azotado a Edipo y a sus hi- mado más fuerte: el de la ley cós-
acepta los decretos de Creonte jos. Todo ésto hace que no pue- mica que une a hombre y mujer.
cegado por la aureola mágica da ser creída por el ciudadano Ella se ha vuelto la sabiduría fe-
que suele envolver el poder. Com- medio. Hemón cree en ella por- menina—diferente de la sabidu-
padece a Antígona pero es inca- que la ama, pero el suicidio ría “masculina” de Atenea
paz no sólo de seguirla, sino ni muestra que no hay en él un ver- Parthenos, caso inverso al de
siquiera de alzar la voz en su dadero saber, aunque el de Sócrates, al cual se le ama por
defensa. Pero también por temor Antígona lo inflame y sacuda. El su saber y por la virtud que éste
aconseja a Creonte, tras la en- pueblo la compadece porque ha engendra.
trevista con Tiresias, reparar el mostrado amor y por él es sacri-
error que se va evidenciando ficada aparentemente(6). Pero La egipcia Isis, regente de la vida
como mal. Se trata de un temor es Hemón el verdadero sacrifica- y de la muerte, las griegas Ceres
en el fondo del cual yace la in- do al amor. Este amor lo hace y Proserpina, cobran cuerpo en
tuición del orden cósmico y los entonar, como a Sócrates en el la joven virgen. Tebas se redime
males que pueden sobrevenir por Fedro, la palinodia cuyo objetivo por medio de un sacrificio arcai-
quebrantarlo, pero no es saber. último es la sabiduría. De una co, pues la doncella que lava las
Esto se muestra con claridad inusitada forma, Hemón se ha culpas es acompañada por el
cuando el coro dice a la joven hecho philo-sophos, pues ama, joven que la desposará en el otro
condenada: “Estás vengando al- a través de Antígona, la sabidu- mundo. El saber aniquila a quien
guna prueba paterna”(5). Y se ría que en ella reside. lo obtiene, parece decirnos
pierde en contradicciones en el Sófocles, al menos en un mun-
parlamento siguiente, al ponde- Los discípulos veneran y aman do en el cual el reconocimiento
rar por igual el respeto a los a Sócrates, pero no se disponen de lo invisible y la obediencia a
muertos y al imperio. Es pura a morir con él. Y no es por haber éste se han sustituído por dicta-
doxa, engendrada por las con- conquistado -salvo en el caso de dos humanos basados en la pura
tingencias, que no puede resol- Platón- una sabiduría propia que contingencia. El poder que ema-
ver las paradojas porque no se les vete dicho acto por ajeno a na de esta virgen sabia aniquila
vincula a búsquedas de tipo so- la fronesis y a la paideia socráti- a quien lo recibe en toda su in-
crático ni a la luz interior que a ca, sino porque no pueden iden- tensidad. El resto obedece a los
la mujer griega puede otorgar su tificarse con él. El maestro se cánones de la tragedia griega.
posición de guardiana de lo an- torna un paradigma inalcanzable.
cestral, bajo la forma de la fami- Fedón, Cebes, Critón y los de- En el juicio de Sócrates, éste
lia. más le lloran pero no se les ocu- interroga a Melito de tal modo
que se repiten los principales
A Antígona la pierde su saber, argumentos expuestos por
reservado en la sociedad griega Hemón y Creonte: en toda Ate-
para los hombres, la hetaira o la Antes que el nas, sólo Sócrates parece ser

erraleuqA
pithya, mujeres que han renun- capaz de corromper, como en
ciado a la posición modélica de cuidado del toda Tebas, sólo Antígona. En
madre de familia. Sócrates es
condenado porque el peso de su cuerpo y de las ambos casos, a través de ejem-
plos civiles dados con toda con-
autoridad se reconoce y se
teme. Tiresias es amenazado
riquezas, antes ciencia. Sin embargo, se acusa
a Sócrates de no creer en los
por idéntica razón, pero a
Antígona se le niega el recono-
que cualquier dioses del Estado y se condena
a Antígona por respetarlos a toda
cimiento porque además de mu- otro cuidado, es costa. Pero los mismos dioses
jer, es joven y doncella prometi- se someten a un orden interno
da en matrimonio. Su feminidad el del alma y su del universo frente al cual se ha-
es viva y ha despertado el amor
de Hemón hasta el punto de de- perfeccionamiento cen contingentes salvo si se les
reconoce como sus custodios o
cidirlo a morir con ella. El com- símbolos. Sócrates ha compren-
promiso entre ambos no es de dido lo primero; Antígona lo se-
22 gundo, pero a ambos el saber los
guía hacia el orden oculto, en una
tos, sino que combatió la incon-
gruencia tras la cual se oculta-
pecto a los asuntos de la polis,
y con ayuda de su método de
sociedad donde el respeto a los ban conveniencias y caprichos. discusión, hacer valer su opinión,
dioses se acepta -y aun impo- A él corresponde reparar la o por lo menos que ésta golpee
ne- o se rechaza según los dic- transgresión de las leyes. A ella, a sus opositores, como ocurre
tados del poder político. Antígona la transgresión de lo sagrado. en la Apología.
podría repetir las palabras Por eso no pretende condenar a
socráticas: “Antes que el Creonte ni defenderse a toda Antígona reflexiona en silencio.
ciudado del cuerpo y de las ri- costa, sino restaurar diké allí No es Aspasia ni Diótima, libe-
quezas, antes que cualquier otro donde le resulta posible. Y am- radas del confinamiento por sus
cuidado, es el del alma y su per- bos pronuncian ante la inminen- respectivas condiciones sociales
feccionamiento (...) A mi juicio, cia de la muerte frases muy si- -hetairas ambas y tal vez sacer-
el más grande de todos los ma- milares, consecuencias de se- dotisa la segunda- pero razona
les es hacer lo que Anito hace guir su verdad única: Antígona con la misma claridad(11). No
en este momento que es traba- dice a Ismena: “Tú has elegido trata de defender el orden aristo-
jar para hacer morir a un inocen- vivir y yo morir”(9). Sócrates dice: crático, desplazado por la demo-
te”(7). Sócrates se sabe escogi- “Es tiempo para que nos retire- cracia, sino el orden cósmico,
do por un dios. Antígona tam- mos de aquí, yo para morir, us- ancestral y sagrado. Sócrates
bién. Ambos, con el eterno amor tedes para vivir. Entre ustedes y tampoco defendió la aristocracia,
fati del sabio, pagarán el precio. yo, ¿quién lleva la mejor parte? como una interpretación socio-
Sócrates cuenta en la Apología Esto es lo que nadie sabe ex- logista pudiera proponer, sino la
un hecho similar al que sucede cepto el dios”(10). eternidad de ciertos valores, su
a Antígona, acaecido tras la ba- contenido universal, frente al
talla de las Arginusas, en el cual Esta similitud en la letra, mayor voluntarismo y el utilitarismo.
Sócrates, siendo Senador, inter- aún en el espíritu, muestra la Antígona defiende el deber para
vino para imponer justicia. Aquí esencial soledad de ambos ante con los ancestros y sus descen-
parecen contradecirse los crite- lo ineluctable, que se precipita dientes, valores también peren-
rios de justicia sustentados por como consecuencia de la acti- nes pues los ancestros consti-
Sócrates y Antígona, pues tud de cada uno. No parece tuyen una imagen del cosmos
Sócrates salva del castigo a los hybris la desesperación de que nos genera, de las raíces
generales atenienses que, ven- Antígona al ser llevada al sepul- que nos atan al ser. Y sus her-
cedores en la batalla naval, no cro. La sabiduría le ha infundido manos representan todo ésto en
habían enterrado a los muer- un valor “inadecuado” para su el mismo grado y sentido que
tos(8). feminidad y le impide, al estar ella, hecho que los sitúa en un
unida al amor, guardar hasta el lugar diferente del que pudieran
Sucede sin embargo que el cas- final la imperturbabilidad socrá- algún día ocupar su marido e hi-
tigo a este acto -acto que en el tica e incluso pretenderlo. jos. Si utilizamos los términos
caso de Antígona constituye el de María Zambrano, diremos que
verdadero crimen- se hubiera Pero Antígona no ha obrado por Antígona defiende el terreno de
Aquelarre

basado en quebrantar las leyes mero impulso. Sin mediar una lo prenatal(12).
ciudadanas en favor de la ira po- búsqueda de tipo socrático, ha
pular. La injusticia consistiría en llevado a cabo una reflexión: Llama también la atención su
establecer leyes y quebrantarlas ¿para qué realizar a toda costa duda frente a la posible justicia
según los vaivenes de la dema- las honras fúnebres de Polinices, de los dioses. Toda actitud de
gogia, aunque los deberes para es decir, desobedecer las leyes sabiduría está ligada a la duda,
con los muertos sean sagrados. de la ciudad, aunque provengan sea cual sea el resultado.
de la cólera de un autócrata? Sócrates fue acusado de no
Pero Sócrates es hombre y le Pregunta crucial para cualquier creer en los dioses porque co-
concierne la vida pública. Como ciudadano griego, cuya relación nocía la pura aparencialidad de
personaje socrático femenino, con la polis confería sentido a su éstos y les rendía exclusivamen-
Antígona se aplica a reparar la vida. Es el mismo dilema socrá- te un homenaje ciudadano, pero,
injusticia en el nivel que le co- tico, sólo que Sócrates emplea yendo más lejos, el verdadero
rresponde. Sócrates no aprobó las leyes civiles para argumen- motivo de la acusación es la
el desacato para con los muer- tar su propia posición con res- duda, perenne y corrosiva de todo
principio “conveniente” y no absoluto. Antígona se
asoma al misterio de la justicia cósmica en sus úl-
común constituye la culpa, por la sabiduría esen-
cial expresada en el actuar, pase lo que pase, con-
23
timas palabras: “¿Qué derecho de los dioses he forme a la ley cósmica que contradice lo aparencial,
transgredido?”(13) la doxa unida a éste. Sócrates despierta un sagra-
do respeto. Antígona, también la compasión. Pero
Creonte se ha cuidado bien de cometer dicha trans- pese a las diferencias, ambos muestran que no pue-
gresión al emplear recursos que aprobaría un sofista, den violarse impunemente los límites dentro de los
al desterrarla del mundo de los vivos, eufemismo que cuales se mueve el hombre común. La verdadera
encubre la sentencia de muerte contra una joven vir- tragedia de ambos no es la muerte sino la soledad,
gen. Ella ha obedecido las leyes de lo eterno, en apa- la incomunicabilidad del saber que los distancia de
riencia aprobadas por los dioses, pero el último velo sus semejantes, sin importar que despierten sim-
parece descorrerse ante sus ojos: ellos no patía o rechazo. Y la misma suerte corre-
son los autores ni los dueños de las leyes, rá todo aquel a quien el cosmos haya pro-
las cuales provienen de algo más hondo y La sabiduría porcionado un saber análogo, por la vía
terrible, de aquello en lo cual Sócrates se que fuere. Esta tragedia puede ser asu-
adentró a través de lo único accesible al le ha mida de varias formas por el héroe, pero
hombre: los valores y su naturaleza. infundido un lo dejará siempre inerme frente a la pura

Job podría esclarecer mucho mejor el pro-


valor contingencia que ha logrado rebasar.

blema mediante el Deus Absconditus, cuya “inadecuado” La República platónica, entre otros signi-
voz llega a escuchar, el cual hace trizas la para su ficados, constituye una larga reflexión al
aparencialidad de las leyes y la recompen- respecto, cuando en el libro II se conclu-
sa o el castigo condicionados por ellas. feminidad y le ye que la justicia se sufre, no se elige; es
Sócrates no teme a los dioses, sino sólo a impide, al un don, no una conquista del hombre, y la
las esencias cósmicas que porta en sí mis-
mo como microcosmos. Al igual que
estar unida al posibilidad de entender ésto supone un
saber no común. En el libro VII se advier-
Demócrito, Jenófanes o Parménides, ha des- amor, guardar te también que el precio va más allá de la
cubierto que las leyes cósmicas no depen- hasta el final soledad. Ciencia y virtud son inseparables
den de los dioses, ligados a la pura contin- y quien las posee quedará tarde o tem-
gencia. Aunque sus respectivas concepcio- la prano privado de habitar en el reino de los
nes los diferencian, este hallazgo los vincu- imperturbabilidad vivos, quienes intuyen el peso terrible de
la en la filo-sofía, porque no fue un descubri-
miento individual, sino de la sabiduría grie-
socrática e un don que se niegan a compartir con
quien lo ha obtenido o tolerar siquiera,
ga, de la conciencia colectiva. Antígona lle- incluso quizás porque temen carecer de fuerza su-
ga hasta el umbral de este descubrimiento, pretenderlo. ficiente para ello.
impulsada por la ley que cumple. El resto lo
sabrá pronto, más allá de la muerte. Esta privación se manifiesta en vida en la
irremisible contradicción con la mayoría de
Pero no puede vislumbrarse, ni siquiera intuirse tal los hombres, conflicto que, en su forma más radical,

erraleuqA
cosa sin sentir de golpe lo trágico de la condición genera la condena a la cicuta o al sepulcro. La estir-
humana. Sócrates, hombre con derechos civiles, pe socrática no sigue un sólo modelo, sino que exis-
viejo y triunfante en una larga búsqueda, bebe la te siempre de forma concreta. Podrá variar su reac-
cicuta con perfecta indiferencia frente a lo aparencial. ción frente a lo trágico, pero lo padecerá siempre,
Antígona, mujer, joven, virgen e impulsada por una porque no asume la existencia como un fin en sí mis-
luz sagrada, teme a los poderes que se desencade- ma, sino en función de un principio, de una totalidad
nan por ella y frente a ella, pues su instinto es lo que se revela al cabo como paradójica(14).
suficientemente sabio para entender que la calma y
el equilibrio de la razón no hacen mermar la terrrible De un curioso modo, Sócrates y Antígona resultan,
fuerza de lo trágico, ante el que resultan idénticos en sus respectivos contextos, los dos únicos seres
el llanto y la serenidad. realmente libres porque conocen y asumen esa de-
pendencia, ese telos. Pero según anunciara
El sereno anciano Sócrates y la doliente doncella Anaximandro, pagarán con el retorno al apeiron su
Antígona están en definitiva hermanados por la mis- desprendimiento de éste, o mejor, su autonomía
ma suerte, por aquello que a los ojos del hombre moral, la única posible para el hombre.
24 Notas
(1) Sobre este problema: U. von Wilamowitz- Posfacio a: Antología de historia de la filosofía.
Moellendorf: Einleitung in die griechische Renacimiento II. La Habana, 1983.
Tragödie. Hildesheim, 1988; R. Gardner: From (4) Sófocles: Antígona. En: Tragedias. Madrid, 1981,
Homer to tragedy: the art of allusion in the Greek p. 281.
poetry. London, 1990; J. Peter Euben (ed.): (5) Sófocles: Antígona. Tragedias, ed. cit., p. 281.
Greek tragedy and political theory. Berkeley, (6) Cfr.: E. Zeller: Sócrates y los sofistas. Buenos
1986; J. P. Vernant, P. Vidal-Naquet: Myth and Aires, 1955, pp. 15-16; Cfr.: H. Fränkel: Dichtung
tragedy in ancient Greece. New York, 1988; K. und Philosophie des frühen Griechentums.
M. May: Nietzsche and the spirit of tragedy. München, 1976, p. 323; P. Boutang y G. Steiner:
Houndmills-London, 1990; M. S. Silk, J. P. Diálogos sobre el mito de Antígona y el sacrifi-
Stern: Nietzsche on tragedy. Cambridge, 1983; cio de Abraham. Barcelona, 1994, pp. 45-90.
Ch. Meier: Die politische Kunst der griechischen (7) Platón: Apología de Sócrates. Obras. Madrid,
Tragödie. München, 1988; N. Georgopoulos 1950, pp. 26-27; Fränkel (op. cit., p. 477) seña-
(ed.): Tragedy and Philosophy. Houndmills- la en la obra la idea de la justicia y el ejercicio
London, 1993; E. Rodhe y otros: Nietzsche y del bien como la mejor herencia y areté.
la polémica sobre “El nacimiento de la trage- (8) Cfr.: Platón: Ibíd., p. 29.
dia”. Málaga, 1994. (9) Sófocles: Antígona, ed. cit., p. 269.
(2) Cfr.: L. Polo: “La vida buena y la buena vida: una (10) Platón: op. cit., p. 42.
confusión posible”. Atlántida, nº 7, julio-sept. (11) Cfr.: R. Ricchi: Femminilitá e ribellione: la donna
1991; W. Jaeger: Paideia. Die Formung des greca nei poemi omerici e nella tragedia attica.
griechischen Menschen. Berlin, 1954, caps. II- Firenze, 1987.
III; V. Bróchard: La morale de Platon. Paris, (12) Cfr.: M. Zambrano: La tumba de Antígona. Méxi-
1926; K. Reinhardt: Sophokles’ ,Antigone’. co, 1967, pp. 3-27 (se insiste en la soledad esen-
Göttingen, 1961, pp. 9 ss; R. Mondolfo: La con- cial de Antígona y en la dimensión filosófica de
cepción del sujeto humano en la cultura anti- la obra, temas desarrollados en El hombre y lo
gua. Buenos Aires, 1955, pp. 365, 391-396, 401- divino); A. Lesky: op. cit., pp. 307-310.
408. (13) Sófocles: Antígona, ed. cit., p. 283.
(3) Cfr.: L. Robin: El pensamiento griego y los oríge- (14) Cfr.: S. Kierkegaard: Antígona. En: O ésto o
nes del espíritu científico. México, 1962, III-II; aquello. México, 1942, pp. 33-43, 70-82; W.
A. Lesky: Historia de la literatura griega. Ma- Kaufmann: Tragedia y filosofía. Barcelona, 1978,
drid, 1968, I, V, B-9; L. Gernet y A. Boulanger: pp. 40-49; G. Steiner: Antigones. Oxford, 1989,
El genio griego en la religión. México, 1960, II, pp. 38-42. En la p. 40 se hace notar la opinión
IV, 3, pp. 65, 256-270; W. K. C. Guthrie: Orpheus de Hegel sobre Antígona, superior a Sócrates.
and Greek Religion: a study of the Orphic Sobre este punto: O. Piulats: Antígona y Platón
Movement. London, 1952; K. Kerényi: Dyonisos: en el joven Hegel. Barcelona, 1989, pp. 35-36,
Archetypal Image of the Indestructible Life. 46, 166-173; H. Fränkel: Dichtung und
Princeton, 1976; L. Rensoli: “Tres filósofos de Philosophie des frühen Griechentums. ed. cit.,
la duda: Sócrates, Agustín, Descartes”. pp. 446 ss.
Aquelarre
LA CONDICIÓN 25
FEMENINA
Alberto L. Merani

E
Escritor Argentino
El devenir de la realidad humana es diferente del sándose como síntesis en la universalidad y singu-
devenir de la esencia, del de la naturaleza íntima de laridad del fenómeno femenino. Por consiguiente, la
las cosas. La mujer como estructura biológica pe- tarea del verdadero feminismo debe consistir en la
culiar deviene de manera diversa que la mujer como unificación de esos dos movimientos particulares.
expresión de feminidad. El contenido del primer tér-
mino es fijo, no cambia, no se mueve por sí mismo Hasta hoy la interpretación de la feminidad tergiver-
y resulta extraño a la dialéctica de las relaciones só la relación entre lo universal y lo particular. Mien-
sociales. La feminidad, por el contrario, es imagen tras los movimientos feministas se apoyan en teo-
de la vida que vive. Con ella la mujer llega natural- rías que acentúan la realidad universal y conceden
mente al pasaje de lo opuesto en lo opuesto, al mo- a lo particular únicamente existencia indefinida y
vimiento cualitativo e inmanente que es autocons- derivada, nosotros procuramos nuevo carácter al
trucción de su esencia, porque su primer paso es problema destacando que la feminidad, como la
sumergirse en el contenido de las relaciones para masculinidad, es una realidad que define al indivi-
absorber toda la riqueza de la experiencia que dia- duo, y que éste es un ser concreto, existente, que
riamente acumulan. De esta manera puede aban- se personaliza por su inserción en las relaciones
donarse de inmediato al movimiento propio de la sociales. Cuando ahondamos el examen de los pos-
conciencia para sí, que es a la vez el movimiento de tulados psicoanalistas y existencialistas, del
la naturaleza y el movimiento de la esencia expre- biologismo y del historicismo ingenuos que susten-

erraleuqA
26 pleta ilusión. De-
bemos, pues,
dad en la diferencia: la feminidad
es una realidad natural, y no pro-
preguntamos ducto de circunstancias, que de-
¿buena o mala fine a la mujer como algo exis-
para quién, para tente.
qué fin y en qué
momento? La Podemos deducir fácilmente que
respuesta sola- la función del sexo no consiste
mente podemos en aplastar con minusvalías a la
encontrarla si in- mujer, como afirmara Freud y to-
terrogamos al in- davía sostienen sus acólitos,
dividuo, ser an- sino en proveerle de los medios
tropológicamente adecuados para alcanzar su
concreto porque completo desarrollo tanto en el
se realiza en re- plano físico como en el psíqui-
laciones sociales co; igualmente, la función de la
concretas, pues- historia no es de perpetuar una
to que la abstrac- supuesta degradación originaria
ción de un ser de la mitad de los humanos,
deformado por in- como sostiene Simone de
completud bioló- Beauvoir y la psicosociología
gica o presión culturalista, sino crear relaciones
social, presunta- sociales por medio de las cua-
mente alienado les parte de los individuos que
en lo físico por la las configuran pueden alienarse
naturaleza o real- y degradar en virtud de su inser-
mente en lo ción en las mismas. La femini-
psíquico por la dad no es conformidad con una
sociedad, no pue- ley externa: biológica o social,
de establecer ja- sino expresión de la autocons-
más una regula- trucción de la persona libre en
ción universal vá- sus relaciones sociales. La fe-
lida tanto con minidad sólo existe si se in-
sentido temporal terioriza, esto es, si la mujer
corno espacial. comprende y acepta que su exis-
La definición de tencia concreta está
feminidad más mediatizada por su toma de con-
aceptada corrien- ciencia del papel femenino y
temente en las masculino en las relaciones so-
Aquelarre

esferas del femi- ciales. El ejercicio de la femi-


nismo es la reali- nidad, la actividad de la mujer
zación de la hem- como tal, ‘y no su deformación
bra según patro- con arranques viriloides o de
nes culturalmen- acentuación de la alienación im-
te aceptados puesta, es el único procedimien-
para la realiza- to efectivo para hacer de lo fe-
ción del macho; menino un fenómeno concreto
sin embargo, lo que se desarrolla en situaciones
tan, nos queda la certeza de que que se ha manifestado bueno concretas. El ejercicio de la fe-
la noción de una feminidad uni- para el hombre es deletéreo para minidad es el único procedimien-
versal, buena o mala para todo y la mujer. De este modo retorna- to educativo para alcanzarla.
para todos, en la totalidad de sus mos una vez más a la posición
relaciones y situaciones para fundamental de la dialéctica del El sexo heterogamético es pro-
con el individuo, es la más ,com- concreto que representa la uni- ducto de la evolución, pero a
pesar de la diversificación sexual
se conserva la unidad material
viviente la posesión de potencia-
les creadoras del desequilibrio
heterosexuales de procreación.
Más todavía, el período de fecun-
27
de la especie, que se revela pro- necesario para destruir o contro- didad que va desde la menarquia
fundamente eficaz con la lar la nivelación patógena here- hasta la menopausia asegura la
complementariedad en el domi- ditaria, como ocurre con la des- integridad y vitalidad tisular ne-
nio de la reproducción, porque aparición de una generación a cesarias para una evolución equi-
macho y hembra conservan de otra de características orgánicas librada del huevo fecundado y del
igual manera y por separado la peyorativas, que de dominantes mecanismo del parto que lo dará
potencialidad inicial de la materia se convierten en recesivas. Ade- a luz.
viva. Por el contrario, la materia más, el nuevo ser será macho o
del viviente asexuado, que per- hembra, fenómeno éste que co- Como fenómeno natural, dentro
siste con todas sus característi- rresponde a la recombinación de de la unidad intrínseca del vivien-
cas indefinidamente en la suce- las propiedades genéticas pre- te humano, la diversidad biológi-
sión de los individuos, puede y sentes en los padres. Este fe- ca de la mujer y del hombre es-
de hecho degrada. Se plantea nómeno, del sexo heterogaméti- tructura una diversidad de con-
así un fenómeno de entropía que co, crea una segregación natu- ductas que repercuten directa-
tiende por cambios sucesivos a ral entre los individuos; macho y mente sobre la inserción del in-
un estado de equilibrio energéti- hembra se diferencian ‘por su dividuo en las relaciones socia-
co del cual únicamente se pue- papel específico en la reproduc- les. Ma-
de salir por mutación. Es el mis- ción y su habitus corpóreo y fi- cho y
mo lote de caracteres que se siológico se orienta según la di- hem-
continúa y todos los individuos versificación sexual. La fábrica bra son
del pasado, del presente y del corpórea femenina, las funciones
futuro son uno y solo individuo de sus aparatos y
genético que se propaga a tra- sistemas, del óseo,
vés de porciones de su organis- del muscular, del
mo aptas para sobrevivir aisla- respiratorio, del neu-
das. Las individualidades engen- roendocrino, para
dradas son las de un único indi- citar sólo los más
viduo a pesar de variaciones apa- aparentes, apuntan
rentes que puedan surgir con la a una única finali-
adaptación. dad: la gestación. Todo
lo que bajo la deno-
Los procederes de la sexualidad minación de “atracti-
son muchísimo más generales vos femeninos” es
y configuran en primer término objeto de la gula
una recombinación de las propie- masculina pertene-
dades intrínsecas de las góna- ce directa o indi-
das femenina y masculina fusio- rectamente a la

erraleuqA
nadas en la carioplasmogonia. El maternidad.
huevo fecundado es origen de un Con otras pala-
individuo completamente nuevo bras, el orga-
cuyos caracteres hereditarios nismo hem-
serán los mismos de los padres bra respon-
pero asociados en un nuevo or- de por en-
den. Como el número posible de tero a los
esas asociaciones es infinito, la fines
repetición de los esquemas cro-
mosomáticos de un individuo
queda prácticamente reduci-
da a cero. Esto da lugar a
un fenómeno negantrópico
que anula la degradación
de la materia y asegura al
28 responsables por tas, representa fue el productor por antonoma-
igual de la fecun-
dación, pero des- La feminidad la primera y úni-
ca posibilidad de
sia y creó las relaciones socia-
les. Por producir naturaleza las
de el momento
mismo cuando el
sólo existe si se crear relaciones
sociales y es-
mujeres terminaron por ser
identificadas con la naturaleza y
núcleo del esper- interioriza, esto tructurar perso- se subjetivizaron cosificándose
matozoide se fun- nalidades. porque su actividad primordial no
de con el núcleo es, si la mujer está dirigida a la transformación

comprende y
del huevo, esto Pues bien, la pro- sino a la creación de naturale-
es, que comien- ducción del ma- za. El significado profundo de
za la división ce-
lular del óvulo fe- acepta que su cho está íntegra-
mente media-
este fenómeno, porque durante
el embarazo y la lactancia la
cundado, la hem-
bra se transforma
existencia tizada; no impor-
ta cuán primitiva
mujer está casi completamente
dependiente de su propio estado
en única respon- concreta está sea la manera de y del medio, explica que duran-
sable biológico lograrla: entre la te el largo proceso de la
de la prole y es, mediatizada por acción de produ- humanización, lapso muchísimo

su toma de
por antonomasia, cir y el producto más extenso que el pasado his-
productora de de la misma me- tórico, se elaborara y perpetua-
vida. Esto signifi-
ca que, junto con conciencia del dia siempre la in-
tención del pro-
ra un conjunto peculiar de rela-
ciones sociales y la superestruc-
la capacidad uni-
versal del género
papel femenino ductor. En lo uni-
versal, la pro-
tura concomitante de tradi-
ciones, tabúes y recuerdos que
humano de trans- y masculino en ducción de la dieron a la maternidad significa-
formar la natura- hembra como do histórico como minusvalía fe-
leza, o sea de las relaciones ser humano, menina, esto es, una estructura

sociales.
producir trabajo esto es, como social en sí cuya praxis más in-
—vivo o muerto, representante de mediata se ejercita en la lucha
no importa ahora la unidad del vi- por el dominio masculino de lo
porque la cuali- viente, es de que es naturaleza. Identificada
dad del mismo la idéntica factura. con la naturaleza por su produc-
determina la sociedad—, la mu- En la universalidad de su natu- ción, el hijo, la sociedad se apo-
jer está inexorablemente desti- raleza está la unidad abstracta deró de la mujer como parte de
nada a producir naturaleza: vi- básica del género humano, pero la naturaleza, y el dominio y ac-
vientes que la sociedad absor- en la segregación sexual, en la ción sobre personas, la mujer en
berá, educará y utilizará según diversificación de los individuos este caso, el esclavo con sen-
los medios y fines de su en machos y hembras, está la tido general, la convierte en ser
organización peculiar como pro- singularidad concreta de los mo- cuya producción corresponde
ductores de cosas. Es con la pro- dos de producir, o sea de esta- dentro de las relaciones socia-
Aquelarre

ducción de cosas que el ser hu- blecer relaciones sociales o de les a la razón abstracta de la
mano escapa al estado natural insertarse en ellas. Por su sin- producción masculina: dominio
que biológicamente comparte gularidad biológica la mujer es, sobre la naturaleza, que para la
con los animales y desarrolla la en primer término, productora de hembra se convierte en dominio
capacidad mental por la que des- naturaleza: productora de seres absoluto del macho sobre su
cuella. Si definimos la inteligen- que producirán cosas. existencia.
cia como capacidad de plantear
interrogantes, esto es, de media- La producción de cosas La mujer se vuelve así propiedad
tizar la relación entre los estímu- objetiviza al productor, porque a y, como la propiedad por anto-
los del medio y las respuestas través de ellas manifiesta su in- nomasia, la de los bienes raíces,
del individuo, descubrimos que tención de modificar la naturale- se logra por conquista o por com-
el trabajo, en conllevando el plan- za, y constituye, de ese modo, pra, al igual que la tierra la mujer
teamiento abstracto de situacio- el mundo del productor, o para debe ser adquirida por la violen-
nes concretas y la realización ser más específicos el mundo cia o por compensación a sus
concreta de situaciones abstrac- del hombre, que históricamente dueños. Desde la más remota
antigüedad la mujer aparece así
como parte de los bienes del
creta por una pseudofeminidad.
Esto quiere decir que en relación
general que es específica al gé-
nero humano, esto es, universal,
29
pater familias; la ley la encua- con el significado esencial de la asienta tanto en raíces biológi-
dra dentro del patrimonio; lo que feminidad, feminidad histórica, cas como antropológicas y de
la mujer produce, el hijo, como tal cual se nos presenta hoy, es producción social. De este modo
el ternero de la vaca es naturale- una “máscara”, una categoría cir- explicar qué es la feminidad está
za que el patrimonio limita. La cunstancial, transitoria, incapaz, más allá de las posibilidades de
mujer es mater, parte de la Mater por consiguiente, de asumir la la restrictiva antropología natura-
magna, esto es, de la naturale- verdadera historicidad de la esen- lista del freudismo, más allá de
za que engendra a todos los se- cia femenina y de su personali- los alcances del historicismo
res, y, como naturaleza, el pro- dad concreta, que es una de las existencialista, y completamente
ductor por excelencia, el hom- categorías fundamentales de la fuera del alcance de las
bre, debe dominarla y transfor- humanidad. consideraciones jurídico-socia-
marla. Esta idea, que fue activa les. De una u otra de estas ma-
en Grecia y Roma, que vive y Sin duda, la cuestión del carác- neras únicamente se logra una
actúa en el cristianismo desde ter concreto de la personalidad oposición entre la realidad y la
sus orígenes, nos indica por qué femenina no queda enteramente existencia, y el debate se
la mujer, incluso llegando como respondida por el fenómeno de circunscribe en tomo de una idea
en nuestros días a convertirse en inserción de la mujer como indi- que, por estar fuera del contexto
productor activo, fue y es toda- viduo dentro de las relaciones de las relaciones sociales, es
vía legalmente considerada ins- sociales, que configuran una par- tan abstracta como la concep-
trumento, engranaje de la socie- te de la estructura de la perso- ción de la incompletud biológica
dad: naturaleza que renueva nalidad, porque la hembra corres- femenina o la minusvalía históri-
automáticamente la naturaleza1. ponde a igual título que el ma- ca de su sexo.
cho a la realidad antropológica
Como el papel del individuo en que es el viviente humanizado. La mujer es biológicamente di-
las relaciones sociales está en Por consiguiente, hominidae hu- versa pero siempre dentro de la
la base de la personalización, es manizado, la mujer destaca con unidad esencial del viviente por-
fácil comprender que tanto la los aspectos específicos de la que representa una de las dos
estructura de la personalidad feminidad el perfil original de su opciones posibles para la evolu-
como del carácter femenino que- personalidad, cuya estructura ción heterogamética. Simple-
dan subsumidos en los
modos de acción mascu-
linos. Toda relación de
producción es al mismo
tiempo producción de lo
social; sus productos,
comprendida la organiza-
ción de la personalidad

erraleuqA
femenina, son productos
sociales. De aquí que la
creación de las caracte-
rísticas externas de las
conductas femeninas —
incluidas las intelectua-
les y morales—, que han
terminado por ahogar en
las mujeres lo universal
del viviente y destacan
desmesuradamente lo
propio de la diferencia-
ción sexual, representen
la suplantación de la na-
turaleza femenina con-
30 mente es más hembra que macho, como el hombre
es más macho que hembra. Una hembra o un ma-
feminismo frente a la sexualidad y la cosificación es-
piritual que deriva del fetichismo frente a la materni-
cho ciento por ciento, representantes de una sepa- dad que explota la sociedad de consumo. Liberada
ración anormal completa de la unidad material del jurídica, laboralmente de la arbitrariedad masculina
viviente, pertenecen a la teratología, son monstruos en los países progresistas, la mujer no ha roto, sin
que superan al enano acondroplástico y a la mujer embargo, con su alienación primera, porque en lo
más gorda del mundo que exhiben los circos. Den- básico de todas las apreciaciones, de los hombres y
tro de la diversidad en la uni- suyas propias, se conserva la
dad que significa bioló- condición de naturaleza pro-
gicamente ser macho o hem- ductora de naturaleza, esto
bra, la inserción dentro de las El análisis de la es, falta el reconocimiento de
relaciones sociales crea los pa-
peles antropomórficos del hom- condición femenina que la finalidad de la biología
de la hembra: perpetuar seres,
bre y de la mujer, que históri-
camente determinan los perfi-
debe comenzar, pues, en la escala humana ha deja-
do de ser fenómeno natural y
les psicosociales de sus per-
sonalidades. Pero el fenóme-
por el análisis de la constituye dentro de las rela-
ciones sociales una forma sui
no de la personalización para maternidad como generis de producción social.
ser completo debe superar El análisis de la condición
este tope y alcanzar los nive- trabajo vivo, o sea como femenina debe comenzar, pues,
les de la feminidad o la mas-
culinidad, que es la conciencia producción de un por el análisis de la materni-
dad como trabajo vivo, o sea
de ser humano con el papel
biosocial de hombre o de mu-
producto que no puede como producción de un produc-
to que no puede alienarse. En
jer. Cuando la personalidad
está alienada, como están la
alienarse. reconociéndose como produc-
tora de hombres, la mujer se
personalidad femenina y mas- reconoce como productora de
culina en nuestros días, se asi- lo social porque sin individuos
mila con la imagen que el or- no hay sociedad, y es por me-
den social prescribe. En este dio de la intención con que pro-
aspecto la alienación actual de duce como mediatiza el valor
la mujer no se separa, por de su producción y se descu-
ejemplo, de la alienación del bre sometida a fuerzas oscu-
proletario, provocada en ambos ras e ignoradas como las que
por ser productores de trabajo determinan la mayoría de los
“muerto”, esto es, de productos casos de maternidad, o libre-
cuya propiedad la sociedad no mente consciente de que para
les reconoce. Y ambas formas dar hijos a la sociedad ésta
de alienación se identifican por- debe poseer condiciones real-
Aquelarre

que ni la una ni el otro cobran mente humanas. Es así, y no


conciencia de su papel de pro- de otra manera, como la mujer
ductores y de la relación intrín- cobra conciencia de su femini-
seca que los une con la cosa dad, de su verdadera e intrín-
producida. seca feminidad, que no es la
máscara de los afeites, de las
La personalidad de la mujer se modas, de la transfiguración de
logra completamente a través de la feminidad, que los sexos, modos de acción todos que correspon-
es conciencia de su papel primordial en la produc- den a una desfiguración del real, a un pseudoconcreto,
ción social. Hoy por hoy que, bien o mal, la mujer sino conciencia clara, precisa y concreta del papel
accede a todos los niveles y rangos del trabajo, ¿en que como individuo productor le corresponde en la
qué cambió su alienación fundamental? En nada, por- realidad, conciencia de que la esencia femenina, la
que la maternidad continúa siendo motivo de su raíz de la feminidad, debe tener como dato inicial la
sevicia, la roca que Sísifo remonta de por siempre. maternidad revalorizada en las relaciones sociales, y
Resultado directo son las reacciones absurdas del que es a partir de este momento cuando la existen-
cia de la mujer será libre y la condición femenina
realmente humana.
que se puedan obtener del estudio del desarrollo
histórico de los humanos y de sus estructuras bio-
31
lógicas peculiares. De este modo, el análisis de la
Revalorizar el concepto de maternidad está muy le- personalidad femenina, la definición misma de la fe-
jos de ser para nosotros una aspiración romántica, minidad dejarán de estar separados de la historia
pues representa una exigencia dialéctica de la opo- real, de ser abstracciones que solamente tienen valor
sición y complementariedad heterogamética y del por sí mismas, y servirán para facilitar en un orden
valor de las relaciones sociales. Hasta ahora las social nuevo elementos que singularizando
mujeres han vivido su maternidad en la mitología, individualidades determinarán condiciones ver-
esto es, como función valorizada en la imaginación; daderamente humanas para la humanidad.
en el futuro deberán vivirla con el pensamiento, o
sea en la toma de conciencia de las relaciones so- La primera condición de toda existencia humana es
ciales. Deben partir de principios reales que son los que los hombres puedan vivir para “hacer historia”,
seres humanos en su desarrollo real, sometidos, como decía Marx; la segunda es que satisfecha la
como ellas mismas, a condiciones definidas, empí- primera necesidad empuja a nuevas necesidades,
ricamente claras, porque ser parte de la humanidad esto es, a la producción social. Estas dos condicio-
como mujer u hombre es algo más que una confron- nes pertenecen al pasado y son actuales todavía.
tación fortuita de sexos como opinan los psicoana- La tercera, que deberá guiar la lucha futura de hom-
listas, o la existencia imaginaria de individuos ima- bres y mujeres, es que la producción de la vida —
ginarios como elucubran los existencialistas. Se trata de la vida personal en el trabajo, y de la vida de
en todo caso de la vida real, positiva, del proceso otros en la procreación— aparezca unida por una
práctico del desarrollo de los hombres que debe rea- doble relación; relación natural por una parte, rela-
lizarse según posibilidades también reales de los ción social por otra, de manera que ambos modos
individuos y que, queramos o no, están primaria- de producción estén asociados con un modo colec-
mente asentadas en la estructura somatopsíquica tivo de actuar que sea, a su vez, una fuerza produc-
del sexo. En el momento cuando esta realidad es tora que equilibre en sus derechos y deberes a hom-
comprendida, la autonomía del desarrollo femenino bres y mujeres. Por este camino la conciencia de la
o masculino pierde justificación: los hombres no feminidad y la conciencia de la masculinidad serán
pueden seguir sosteniendo la pretensión de relacio- ante todo un producto social que distinguirá a los
nes sociales que excluyan la mujer o la integren humanos en tanto existan. Es problema de libertad,
subrogada, ni las mujeres la ilusión feminista de un que se resuelve con la unidad en la diferencia y con
submundo de amazonas. En su lugar aparecerá la la transformación en conciencia de una experiencia
síntesis dialéctica de los resultados más generales lo más amplia posible.

erraleuqA
Notas
1.- Todavía hoy los códigos civiles más liberales re- revela que no se considera la humanidad de la
conocen derechos sucesorios al hijo natural, pero persona sino el papel que desempeña en la ad-
su madre no concurre a la sucesión: es lisa y quisición y conservación del patrimonio, del que
llanamente cosa natural. La esposa legítima fuera antiguamente parte y con el cual aparece
hereda y está ampliamente protegida, pero la todavía historicamente ligada.
lectura atenta de los artículos que la amparan
32
Aquelarre
DECIR ““ALC
ALCA-NO”:
ALCA-NO”: 33
Una opción para la vida

Colectivo Feminista de Estudio y Trabajo –CFEST-


Estudiantes Universidad del Tolima

“El sistema mundial, como nunca antes, ha Hoy, muchas activistas del movimiento de mujeres
conducido a un crecimiento desmesurado de la y muchas activistas feministas latinoamericanas, co-
pobreza. Es irónico: mientras se tiran a la basura inciden en que los procesos organizativos de las
toneladas de alimentos que sus productores no han mujeres - no solo en el continente sino a escala
podido vender, millones de personas mueren de mundial- han ganando una madurez y visión políti-
hambre” ca, que amplia el horizonte de las reivindicaciones
específicas mas allá de temas relacionados con la
Elizabeth Peredo1 participación social y política de las mujeres, la lu-
cha contra la violencia, los derechos sexuales y
reproductivos, entre otras ya tradicionales del movi-
Comentarios para empezar miento, para empezar a plantearse temas relacio-

L
nados con la economía y los problemas estructura-
les de la sociedad.
La feminización de la pobreza, es la denominación
que se le ha dado al creciente fenómeno de hoga- El movimiento internacional de mujeres en sus dis-
res pobres con madres cabeza de familia y a las tintas expresiones, ha ido comprendiendo que la
precarias condiciones económicas y sociales de las situación de las mujeres no depende tan solo de un
mujeres en los últimos años, especialmente en sistema ideológico y cultural patriarcal que les im-
América Latina, donde la falta de recursos, posibili- pide un desarrollo libre, autónomo y equitativo, sino
dades, condiciones y presencia estatal que garan- que también la precariedad de sus vidas está ligada
ticen el desarrollo de una vida digna, dominan la a un modelo de desarrollo global que hace de nues-
cotidianidad de nuestros pueblos. Este fenómeno, tras sociedades, escenarios de pobreza en los que
además de ser motivo de diversos estudios e inves-
tigaciones, es
también una de
las preocupacio-
nes centrales del
movimiento de
mujeres, lo que

erraleuqA
ocasiona cam-
bios trascenden-
tales en sus pla-
taformas de lu-
cha que hoy se
insertan en el
campo global de
la resistencia y
la construcción
de solidaridades
con otros movi-
mientos.
34 tan solo importa el desarrollo del
mercado por encima del bienes-
a costa del empeoramiento de
las condiciones de vida de los y
ducción, llamado posfordismo. A
cambio, recibió un incremento en
tar social y humano. las latinoamericanas, resulta una los niveles de pobreza, la agudi-
de las tareas principales en las zación de sus problemas am-
Es así como la pobreza, la agendas articuladas de los mo- bientales, la precarización de las
precarización laboral, el hambre, vimientos sociales del continen- condiciones laborales de los tra-
entre muchos otros problemas te. bajadores y trabajadoras
que aquejan a la población mun- mexicanas y en general, un
dial, se convierten en intereses desmejoramiento de la calidad
comunes de lucha para distintos
movimientos sociales, incluido el
¿ALCA? de vida de este pueblo, mientras
los Estados Unidos, terminaron
de las mujeres, que se juegan consolidándose a sus expensas,
sus alternativas de avance hacia Traduce Área del Libre Comer- como principal monopolizador de
un orden social mundial distin- cio para las Américas, y es un los mercados y economías cen-
to. acuerdo impulsado por los Es- troamericanas. No conformes
tados Unidos con el objetivo de con esto, en la actualidad pre-
En este contexto, la lucha con- integrar en un solo mercado to- tenden exportar la misma estra-
tra el Alca como un instrumento dos los mercados de los países tegia hacia sur América.
mas del imperio para seguir con- de Sur América, Centro Améri-
cen- ca, el Caribe y Norte América. Este tratado, que además fue
trando elaborado y firmado a espaldas
riqueza Fue propuesto en 1994 y entra- de los pueblos afectados, es la
rá en plena vigencia en el año continuidad del modelo neolibe-
2005. Es fundamentalmente una ral que han impuesto los orga-
extensión del NAF- nismos multilaterales como el
TA (North América FMI y el BM, y todos los demás
Free Tratade Agree- gendarmes del capitalismo nor-
ment)2 el cual aca- teamericano a los países depen-
rreó graves conse- dientes, y por ende, es también
cuencias para el la continuidad de la dominación
pueblo mexicano política y explotación económi-
convirtiéndose en el ca de los mismos.
receptor de desechos
industriales tóxicos,
en la despensa de
mano de obra barata, Desastre en cuatro
de recursos natura-
les, y en el lugar de
tiempos
experimentación
de la descentra- 1- Con el ALCA, los aspectos
Aquelarre

lización del pro- laborales serán los primeros en


ceso producti- verse afectados, en la medida en
vo a través de que el propósito inicial del acuer-
las maqui- do es la liberalización del comer-
las 3 o del cio (eliminación de barreras aran-
nuevo mo- celarias, exoneración de obliga-
delo de ciones laborales, tributarias, am-
pro- bientales, etc.) para poder inun-
dar los mercados latinoamerica-
nos con los productos norteame-
ricanos, destruyendo aun
más la industria nacional.

Lo anterior tiene profundas


repercusiones en el em-
pleo. Tras la búsqueda de ma-
yores ganancias y de atraer la
les, seguirá exigiendo a los Esta-
dos Nación, el desmonte de sus
35
inversión extranjera, los empre- funciones con el objetivo de re-
sarios latinoamericanos han em- ducirlos, dando paso a que el
pezado a presionar los gobiernos mercado se constituya en el
de turno para que se aprueben ordenador y cohesionador so-
las reformas laborales y cial por excelencia.
pensiónales, cumpliendo de esta
manera con los requerimientos Esto quiere decir, que el ALCA
de flexibilización laboral que las promoverá y acentuará las
transnacionales y las institucio- practicas privatizadoras,
nes multilaterales exigen. La convirtiendo los derechos
mano de obra calificada y bara- sociales de los ciuda-
ta que necesitan, se ofrecerá danos en servicios
como pan caliente en estos paí- comerciales
ses del sur. que tienen
que ser inter-
En este aspecto especifico, las cambiados por di-
mujeres se verán profundamen- nero. Así, la salud, la
te afectadas porque como ya lo educación, entre muchos
ha demostrado el caso mexica- otros derechos humanos que
no, la contratación de personal son responsabilidad del Estado, se
femenino es apetecida por la vo- verán convertidos en mercancías
racidad capitalista, que aprove- al alcance solo de aquellos que
cha la situación de informalidad puedan pagarlos.
en que muchas de ellas traba-
jan para sustituir a los trabaja- El modelo privatizador que im-
dores despedidos o para realizar pone el imperio a nuestros sis-
labores de producción en las lla- temas políticos y económicos,
madas maquilas, labores en las ya ha probado sus nefastas con-
que la mayoría de veces tienen secuencias en América Latina,
que involucrar a los niños y de- cuyos países poseen graves pro-
más familiares a su cargo, para blemas estructurales de desem-
aumentar los niveles de produc- pleo y pobreza que impiden a la
tividad diaria. Resulta más ren- mayoría de sus habitantes obtener
table contratar mujeres porque se un ingreso mínimo para adquirir di-
puede negociar con ellas sala- chos “servicios”.
rios más bajos, ya que por su
condición de subordinación no Para el caso de la masiva proliferación

erraleuqA
superada o por las necesidades de hogares con mujeres – madres ca-
de la sobrevivencia, aceptan con beza de familia, estos costos sociales
mayor facilidad condiciones de se verán trasladados directamente a sus
sacrificio en el trabajo y renun- bolsillos, los cuales soportan la pesada
cian a derechos como la seguri- carga de la manutención de los hijos y en
dad social. A muchas de estas muchas ocasiones, de otros miembros del
mujeres se les niega el derecho núcleo familiar.
a procrear y cuando lo hacen, se
les margina y despide de su El incremento del uso de medicinas tradi-
empleo. cionales y de atención de los enfermos en
los propios espacios domésticos así lo
demuestran. Son las mujeres quienes
2- El ALCA como continuación ahora cuidan a los enfermos, dada su “vo-
del modelo neoliberal impuesto cación histórica” de servicio a los de-
por los organismos multilatera- más y a los conocimientos heredados de
36 las abuelas sobre los poderes cu-
rativos de las plantas y los reme- El ALCA entonces,
reconocer la tierra como fuente de
vida que debe ser conservada y
dios caseros. Así mismo, el cui- protegida, defendiendo la sobera-
dado de los ancianos seguirá sien- aunque no plantee nía de un territorio propio. Permi-
do su responsabilidad, labor que directamente políticas tir el saqueo y explotación de
tradicionalmente ha sido encarga- nuestros recursos, así como el
da socialmente a las mujeres en
sociales, repercute en envilecimiento atmosférico por una
el sistema patriarcal, pero con el ellas a la hora del industria indiscriminada, es un
agravante ahora, de no encontrar desarrollo de sus atentado no solo contra la vida,
ninguna clase de subsidio para sino también contra nuestros pa-
ello. dinámicas comerciales, trimonios culturales.
requiriendo un modelo
De la misma manera, cuando los “De hecho, las repercusiones del
recursos económicos no alcanzan
de Estado funcional a la manejo del medio ambiente que
para la educación formal de sus hi- acumulación del capital han priorizado un espacio para la
jos, deben convertirse en profeso- transnacional. intervención de grandes
ras que orienten su proceso de for- transnacionales ha afectado ya a
mación reafirmando algunos roles poblaciones indígenas pero tam-
y actividades que han sido impues- bién urbanas. El deterioro de los
tos y asumidos siempre por las recursos naturales tiene una di-
mujeres, y que en las actuales con- recta relación con la perdida de
diciones de sobrevivencia en la que los territorios de los pueblos indí-
se encuentra la gran cantidad de genas y procesos de exclusión y
hogares con jefatura femenina, se mayor discriminación. Además en
convierten en hechos que ahondan las sociedades andinas por ejem-
su subordinación y vida precaria. plo, la relación con la naturaleza
no es solo de carácter económi-
El ALCA entonces, aunque no co o para la subsistencia, sino
plantee directamente políticas so- que tiene un significado cultural
ciales, repercute en ellas a la hora en su relación con la vida, tiene
del desarrollo de sus dinámicas un carácter holístico y una asimi-
comerciales, requiriendo un mo- lación cultural de la naturaleza =
delo de Estado funcional a la acu- bien común”4
mulación de capital transnacional.
Como si fuera poco, el ALCA beneficiará aun más a
las transnacionales que están haciendo investiga-
3- En el Acuerdo del Libre Comercio para las Amé- ción genética sobre nuestra biodiversidad, porque
ricas, se garantiza la protección a la inversión y la promoverá el uso de patentes (al igual que la OMC)
industria (especialmente extranjera) que pasa por para poder privatizar los recursos naturales que les
Aquelarre

la eliminación de aranceles e impuestos, y por la pertenecen a la vida y ambiente de los pueblos. Esto
exoneración de su responsabilidad con la preserva- limita el acceso a los avances de la ciencia y la
ción del medio ambiente. América Latina manten- tecnología de grandes masas poblacionales que no
drá su vocación agroexportadora sirviendo como ali- cuentan con recursos económicos para pagar los
mentador de materias primas para la industria gringa, altos costos que esas patentes generan, y que han
la cual seguirá emitiendo residuos tóxicos y convir- sido logradas con la información que plagian a las
tiendo estos países en basureros radioactivos que comunidades indígenas sobre los poderes curati-
profundizaran los graves problemas ambientales que vos de las plantas y animales.
ya se han generado.
Este es uno de los puntos que las mujeres indíge-
La crisis del medio ambiente a escala planetaria, nas insertas en el movimiento internacional de mu-
debe representar para los latinoamericanos un atro- jeres, han recalcado con mayor énfasis. En sus
pello contra la dignidad humana. Las culturas indí- comunidades las mujeres, sobre todo las ancianas,
genas que sobreviven y reviven un pasado histórico son quienes conservan estos conocimientos porque
para nuestros pueblos, reclaman la necesidad de han tenido la responsabilidad de la salud a través
de la historia. Esto significa, que nuestras abuelas
e indígenas, están siendo expropiadas de sus cons-
capitalismo. La arrogancia del imperio rebosó él li-
mite que soportan nuestras sociedades, y aunque
37
trucciones culturales y de sus saberes milenarios siga gritando fuerte “guerra contra el terrorismo” mien-
transmitidos de generación en generación. tras la servidumbre que “administra” estos países
hace eco en la otra orilla, creciendo día a día las
4- Las comercializadoras estadounidenses, obten- voces que se oponen a un sistema tan salvaje y que
drán la reducción de aduanas para la exportación a invocan alternativas para la construcción de una
gran escala de sus productos, inundando los mer- sociedad diferente.
cados nacionales con sus mercancías, entre las que
se encuentran los alimentos transgénicos, colocan- Es necesario avanzar en la concertación de plata-
do en riesgo la seguridad alimentaria de nuestros formas andinas de lucha, en las que tengamos pre-
países y utilizando su población como “conejillo de sencia todas las expresiones que a lo largo de los
indias” para conocer las consecuencias que gene- últimos años hemos ido organizándonos en defen-
ran en sus organismos esos productos tratados sa de nuestros derechos sociales, económicos,
genéticamente (tras el objetivo de aumentar la pro- culturales, ambientales y sexuales; organizaciones
ducción reduciendo costos), mientras los latinoa- y movimientos que mundo globalizado, nos hemos
mericanos sufrirán las enfermedades y mutaciones comprometido con la construcción de un proyecto
en sus cuerpos, así como la alteración ecosistémica de sociedad en el que podamos vivir libre y digna-
de los sistemas naturales. mente.

Es necesario que desde ya tengamos en cuenta En este contexto, el movimiento internacional de


esto, para empezar a denunciar los alimentos mujeres se ha planteado la lucha contra el ALCA, y
transgénicos sobre los que tengamos conocimien- en los distintos países del sur del continente, se ha
to, para no consumirlos y promover en cambio el insertado en los escenarios de confrontación con el
consumo de productos nacionales. modelo, conscientes de que sus consecuencias
afectan a todo el mundo, pero especialmente a las
mujeres que somos el 70% de la población mundial
Revive la esperanza pobre según datos de la ONU, sumado a los proce-
sos de exclusión social y segregación cultural que
se vive en estas sociedades patriarcales en las que
La agudización de la crisis mundial, provocada por nos queda todavía mucho camino por avanzar, ha-
el modelo de desarrollo vigente está haciendo cada cia unas relaciones entre hombres y mujeres mas
vez mas claras y evidentes las contradicciones del equitativas y respetuosas de las diferencias.

Notas
1-. PEREDO, Elizabeth. “Bolivia: los impactos del
ALCA en las mujeres” – Fundación Solón de
Bolivia. Ponencia presentada en el marco del
ceso productivo de una transnacional la cual, para
evadir el pago de salarios y prestaciones socia-
les a sus trabajadores, atomiza la producción de
erraleuqA
Primer Encuentro Nacional: Los Impactos del una mercancía contratando la producción de par-
ALCA en Bolivia, realizado en Vinto, tes con estas empresas más pequeñas o indivi-
Cochabamba, Bolivia, los días 18 y 19 de Mayo duales que contratan mujeres, niños y hombres
del año 2002. con baja calificación para trabajar a destajo, es
decir que se les paga un porcentaje sobre la can-
2-. Se conoce también como TLCNA o Tratado de tidad de partes producidas en una hora o en un
Libre Comercio de Norte América, suscrito entre día.
Estados Unidos, Canadá y México en 1994.
4-. PEREDO, Elizabeth. Ibid.
3-. Son pequeñas empresas, microempresas o pro-
ductores individuales que realizan parte del pro-
38
Aquelarre
DÉB OR
DÉBOR A AR
ORA ANGO
ARANGO 39
- Genero Fabrica-to Antioquia - made in Colombia -

Manuel León Cuartas

L
Pintor. Profesor Universidad del Tolima
La función social de la mujer durante miles de años, Como Picasso, Débora, registra uno a uno sus “psí-
después de su proceso histórico matriarcal, ha es- quicos hechos cotidianos” en telas o cartones que
tado bajo la férula del patriarcado, degradado en el va acumulando como su diario perceptual y estéti-
machismo, y, hoy día, reconsiderado en el co. A la postre su único amor jamás la abandonaría
Falocentrismo. al quedar “ausente” (así lo diría el politólogo Louis
Althousser) en una de sus acuarelas “Las colegia-
En una región colombiana marcada históricamente las” y que, el poeta Santiago Londoño Vélez nos
por estas características, nace a principios del si- relata a su vez de un comentarista: “En los ojos de
glo XX (1907) una mujer que se convertiría en el sím- esa niña con brotes de adulta, se encuentra una
bolo de la desobediencia civil, de la autonomía es- pasión, una historia, una aventura entre tilos discre-
tética y del arte expresionista colom-
biano con el máximo grado de compro-
miso social e ideológico: Débora
Arango Pérez.

Desde los años de infancia adquirió el


compromiso con los asuntos artísticos
relacionados con el bordado, la costu-
ra, las artes manuales, con las presen-
taciones teatrales, la decoración de
telares escenográficos, y el profundo
conocimiento de los medios técnicos
del manejo de la pintura al óleo, desde
la ardua tarea de preparar los lienzos,
hasta la mágica alquimia de la trans-
mutación de los aceites y barnices en
pastosos pigmentos. Todos estos últi-
mos oficios propios de los varones.

Las paradojas de la vida convierten sus


aulas de clases con las salesianas en
los primeros espacios de espiritualidad
artística y de libertad creativa, y a su
maestra italiana María Robaccia en su
erraleuqA
primera mecenas y orientadora estéti-
ca.

La culpa definitiva por la que Débora se


hizo artista la tiene Dios y las
salesianas, y la de haberse enamora-
do por primera y única vez en una de
las salidas diarias de misa de la igle-
sia San José.
40 tos y soles amables que ha he-
cho de su corazón un depósito
menes bipartidistas de nuestro
país.
compositiva revestida de plasti-
cidad, con recursos técnicos de
de recuerdos y emociones”1 destreza artística y manifestacio-
La obra de Débora se caracteri- nes objetivadas del universo es-
Las más diversas situaciones za por el tratamiento siempre tético que de manera “Expresio-
existenciales fueron esculpiendo diáfano de los referentes, explí- nista” figura en cada una de sus
una personalidad libérrima, sin citos y denotativos en sus signi- obras.
ambages, imposible de manipu- ficados; por el manejo de las for-
lar, contradictora permanente de mas representacionales que la Es la artista (incluyendo el otro
sistemas absolutistas, sin res- hace accesible en su figuración; género) de mayor fuerza expre-
tricciones temáticas, expresiva, por los contenidos ideológicos, siva en el tratamiento de situa-
valiente, ácida y cicuta para sus sociológicos y políticos de lec- ciones y hechos políticos que se
congéneres y coetáneos, pero de turas comprensibles por sus dis- han sucedido en el devenir his-
manera particular con los regí- cursos llanos pero contundentes. tórico del pueblo colombiano,
Toda esta estructura triádica registrados todos como docu-
mentos fuentes, de
consulta visual obliga-
toria para quienes de-
seen conservar imáge-
nes mnémicas estéti-
cas de sucesos esca-
tológicos producidos
por los gobiernos
bipartidistas de turno.

Para muchos críticos,


estetas, o historiado-
res del arte, la obra de
Débora puede resultar-
les panfletaria o eviden-
temente parcializada y
expresada como de-
nuncia social, y ser
proclamada, como lo
fue la de Portinari, la de
Guayasamín y la pro-
pia de los muralistas
mexicanos, de libelo
degradante, satírico e
Aquelarre

infamatorio. Y es allí,
donde radica la actitud
desafiante e insubordi-
nada de la artista con-
tra los paradigmas
decimonónicos de la
academia y contra las
barreras axiomáticas
de la estética tradicio-
nal, parámetros éstos
que resumen, entre
otras cosas, los pre-
ceptos axiológicos de
una sociedad conser-
vadora y concordataria como la
colombiana.
41
Sin embargo, pertenecer a una
familia conservadora la hacía, en
cierta forma, inmune a la más
drástica persecución clerical, y
el hecho cierto de ser su padre
el dueño de un elegante Packard
negro de siete puestos, adquiri-
do al político conservador
Mariano Ospina Pérez que,
Débora acostumbraba conducir
por las estrechas calles de
Medellín por ser una de las cua-
tro mujeres con licencia para
manejar automóviles en aquella
época2 . No obstante estos pe-
queños privilegios sociales, sus
desnudos expuestos en el Club
Unión de Medellín causaron de- nido la osadía de torpedear di- la época la obra de la artista
sazón y refriega en el clero rectamente el casco oxidado de merece ser condenada y recha-
parroquial, hasta el grado de ha- este inmóvil pontón que muchos zada como expresión estética,
cerse merecedora de la “exco- llaman moralidad y que nosotros en cuanto expresión satírica que
munión”. Indudablemente la con- denominamos llana y simple- denuncia y flagela y produce
dición ideológica de esta mujer, mente gazmoñería” sentimientos de ira y dolor, no
catalogada así por el jurado de puede ser considerada bella
la exposición del Club Unión: “... Pero, nuevamente, lo pedagógi- pues no causa placer, pero nues-
tanto por el vuelo atrevido en to- co e ideacional aparece perso- tra pintora presintiendo la jauría
das sus concepciones que nos nificado, esta vez, en el arzobis- de la moralidad, plantea el arte
mostró un temperamento artísti- po Tiberio de J. Salazar y Herrera como manifestación de cultura
co de primer orden -increible en quien considerando la impecable que nada tiene que ver con la
una mujer en un medio de posi- calidad estética de los desnudos moral, ya que éste no es amoral
bilidades e ideas tan limitadas de la artista se expresa ni inmoral, sencillamente su ór-
como el nuestro-, que revela tam- androcéntricamente: “¿No será bita no intercepta ningún postu-
bién una vocación por el arte pic- una de esas mujeres medio lo- lado ético, y como el ideario pri-
tórico que se debe estimular;...”3 . cas [...] algo así como una Tere- mordial de la ilustración de
Igualmente en el periódico libe- sa de Jesús?” Esta dubitativa Voltaire, “Es necesario separar
ral “El Diario” se registró el acon- sentencia deniega el pedido de la ética de las ideas religiosas,
buscando una ley moral univer-

erraleuqA
tecimiento: “Es incuestionable excomulgación de Débora. Así
que doña Débora Arango ha te- como para los Aristotélicos de sal”.
42 Pasarían cerca de once meses
de este incidente para que se
acuarelas sobre el tema del des-
nudo femenino.
Theodoro Adorno, citado por
Delfín Avendaño5 , planteaba: “El
repitiera otro acto de repudio a arte puede sostener la imagen
su obra, esta vez, ocasionado en “El diario “El Siglo” expresando de la libertad sólo en la negación
la ciudad de Bogotá, en el mes la venenosa crítica de su colum- de la falta de la libertad. Que no
de octubre de 1940: “El Heraldo” nista preferido el líder conserva- se deja atrapar, que es ajena a
de Antioquia destacó el hecho dor Laureano Gómez señaló la cualquier poder”
con títulos a cinco columnas: “Un obra como atentatoria de la bue-
digno exponente del nuevo espí- na moral y de la estética, sínto- Expone es España, su obra, in-
ritu femenino antioqueño. La ar- ma de pereza mental e inhabili- vitada por el Instituto de Cultura
tista de la montaña se presentó dad técnica, propio de la dege- Hispana de Madrid en 1955, in-
ante la ciudad-cerebro con todo nerada escuela expresionista, augurada el 28 de febrero, y des-
su valor y su valer. Desde el alti- esencia degradada de la llama- colgada al día siguiente por or-
plano capitalino esta valiente da pintura modernista, verdade- den del régimen fascista del
mujer desafía a todos los tartufos ro atentado contra la cultura y General Franco, manifestándose
moralistas. El arte puro no pue- tradición artística de la ciudad de manera contundente en su
de ser inmoral”. capital, e irrespeto para el aris- obra esa lucha por la libertad, tan
tocrático lugar donde se exhibe. conculcada por los sectores más
Débora se había convertido ya en La culpa de esa degeneración ar- reaccionarios del planeta, y cuya
su símbolo de la mujer antioque- tística no puede recaer sobre la muestra de poder se hace mani-
ña como paradigma de la moder- señorita Arango, a quien admi- fiesta en este hecho.
nidad que atropellaba al país tar- ramos sin reservas por su valor
díamente. Era invitada de honor y audacia. Ella es tan sólo la Pero, será durante el gobierno
del Ministro de Educación Jorge víctima de las influencias perni- militar del General Pinilla y pos-
Eliecer Gaitán para exhibir su ciosas y antiestéticas que viene teriormente en el período del lla-
obra en el foyer del Teatro Co- ejerciendo el Ministerio de Edu- mado Frente Nacional que su
lón, constituido por trece de sus cación”4 obra adquiere la categoría
satírica escueta, de agudas me-
En España ob- táforas políticas, con mayores
tendría el más compromisos ideológicos que la
importante de exigen en su calidad estética y
sus éxitos artís- plástica. Si obras de su primera
ticos que la con- etapa como “Boceto a lápiz so-
sagraron como bre papel para la acuarela El Pla-
una de las más cer” (1930); “La mística” (1940);
destacadas pin- “Friné o trata de blancas” (1940);
toras de Latino- “Maternidad y violencia” (s.f.);
américa, cuya “Justicia” (1944); “Maternidad
obra transcendía negra” (1944); y “Clavel rojo”
Aquelarre

los parámetros (1944); muestran rasgos carac-


de la academia y terísticos de su sensibilidad so-
de la concepción cial representados en un estilo
naturalista con- figurativo expresionista, de una
templativa, para sencillez formal casi primitivista
inscribirse en el por la economía de su tratamien-
universo de la to plástico, pero a la vez, carga-
búsqueda de un das de esa ironía que las perfila
nuevo lenguaje como testimonios veraces de de-
estético, revolu- nuncia social y las condensa
cionario, de rela- como discurso caústico del len-
ción estrecha guaje icónico de las artes visua-
entre lo sensible les colombianas, las obras de su
y lo consciente, madurez artística correspondien-
de aquello que tes a la segunda mitad del siglo
XX, se van a caracterizar por su sentido
cómico saturado de la realidad política, de
43
los asuntos públicos que acomete el go-
bierno.

El recurrente tema de la zoopolítica acom-


pañado de las parcas óseas histriónicas y
de las caricaturescas fisonomías de los
personajes plasmados por Débora Arango,
nos remite a un paralelo tangencial con la
obra del mexicano Guadalupe Posada, por
su extraordinario manejo de la sátira y el
reflejo de nuestra realidad política.

Este período creativo de la artista lo va a


consagrar obras como “Masacre 9 de abril”
(1948); “El tren de la muerte” (1948); “La
salida de Laureano” (1953); “Huelga de
estudiantes” (1957); “Junta militar” (1957);
“Plebiscito” (1958) y “Doña Berta” (1977).

Su última obra de la serie política “Doña


Berta y Belisario” quedó esbozada, aun-
que paradójicamente, como premonición
de la presidencia obtenida por Belisario
Betancourt, la obra mostraba a Doña Berta
cargando en hombros a Belisario.

Los contenidos explicitados de esta serie


de trabajos tienen una relación particular
con acontecimientos nacionales de la vida
social y política del país. El primero de
ellos, marca la situación conflictiva del país
respecto a la contenida bipartidista que va
a subirlo en la violencia más cruenta y
bárbara de la historia nacional, ocurrida en
esta fecha luctuosa; los otros trabajos, pro-
ducidos en el lapso de las tres siguientes
décadas, visualizan el continum generado

erraleuqA
de este suceso, a saber: fratricidios, tor-
turas despiadadas, asesinatos con alevo-
sía, impunidad estatal, desapariciones
masivas; retiros forzosos del manejo pú-
blico y celebración con huelgas estudian-
tiles; aparición del control estatal por par-
te de los militares constituidos en juntas
de gobierno e imponiendo la más férrea
dictadura, hasta la ingeniosa salida del con-
flicto social mediante un supuesto demo-
crático plebiscito que, nuestra artista in-
terpretara en la composición transversal en
diagonal ascendente del pabellón nacio-
nal, atrapado alegre y burlonamente por
cinco preciosos simios que se lo disputan
44 Las últimas obras de este período plástico de
nuestra artista, exaltan o enaltecen,
mordazmente, el rol del “género femenino” en
el manejo del estado, esta vez en la personali-
dad caricaturizada de la política conservadora
Berta Hernández, en forma de “gallina” ondean-
do la bandera azul como símbolo de su partido,
y cacareando la postura de cinco huevos, qui-
zá relacionados con los cinco miembros de la
Junta Militar que concluyó el período presiden-
cial del General Pinilla. La otra obra, inconclu-
sa, caricaturiza a Doña Berta, como un “Carga-
dor Calima” llevando en sus hombros al futuro
presidente de la república, el conservador
Belisario Betancurt Cuartas, mostrando de esta
manera el poder de “Montar” o “Desmontar” pre-
sidentes que tenía la “dama de acero” de Co-
lombia.

Como reconocimiento a su valor artístico y a su


indeclinable concepto libertario, le han sido otor-
gadas varias distinciones: Premio de la Secre-
taría de Educación a las Artes y a las letras en
Medellín; Medalla Porfirio Barba-Jacob de la Al-
caldía de Medellín; Medalla al mérito artístico y
cultural del Instituto Distrital de Cultura y Turis-
mo de Santafé de Bogotá; la orden Nacional al
Mérito en el grado de Gran Cruz, conocida como
“Cruz de Boyacá”; Doctorado Honoris Causa en
Artes de la Universidad de Antioquia; la meda-
lla al Mérito Cultural Gerardo Arellano del Mi-
nisterio de Educación; la medalla Alcaldía de
(óleo sobre tela, de 1.78 x 1.38, 1957), y con la otra Medellín; la orden de la Restrepía de Envigado, en
obra, igualmente trabajada en la técnica al óleo, con homenaje del Centro de Historia a José Felix y José
unas dimensiones de 1.52 x 1.20, de 1958, cuya Manuel Restrepo. Además de múltiples exposicio-
estructura compositiva es perfectamente simétrica, nes de su obra en conjunto, publicaciones, escue-
equilibrada por el ritmo de la V de la victoria, repre- las de artes con su nombre, pinacotecas y museos.
sentada ésta a su vez, por la figura del político libe-
ral Alberto Lleras Camargo, caricaturizado como el Cercana a la centuria de vida este “Genero de
“Muelón”, y por la figura del político conservador
Aquelarre

Fabrica-to (hasta, hacía, para) Antioquia made in


Guillermo León Valencia, caricaturizado como el Colombia”, es digno ejemplo de lo que la mujer sig-
“Cotudo”, llevando en andas, estos dos futuros pre- nifica en nuestra vida.
sidentes del “Frente Nacional” al político Laureano
Gómez sufragante, caricaturizado como el “Lobo”

Notas
con su voto positivo.

El tratamiento artístico que le impone la pintora a 1.- LONDOÑO VELEZ, Santiago. Débora Arango.
estas dos obras, retrotrae el acto primordial Vida de pintora. Ministerio de Cultura. Colom-
mitopoético fundacional, mediante el cual se con- bia, 1997. Pág. 30
sagra el país al espacio sagrado del Frente Nacio- 2.- Op. Cit. Página 68
nal, como institución ideológica de poder, y mito de 3.- Op. Cit. Páginas 78-79
origen o de iniciación representado a través de la 4.- Op. Cit. Página 113
iconozoografía. 5.- El Expresionismo. En revista Argumentos No. 8/
9. Bogotá, Agosto de 1984. Pág. 76
erraleuqA
45
46 IBAGUEREÑA (bambuco)
IBAGUEREÑA
Leonor Buenaventura de Valencia
Desde mi casa paterna aprendí que la mejor herencia musical que le queda al alma de Ibagué, a partir del
primer festival folclórico colombiano, era la melodía de un hermoso bambuco titulado “Ibaguereña”. Hoy
despues de 43 años, siento que esa sola obra hubiese bastado para la inmortalidad de nuestra linda “novia de
Ibagué”: Leonor Buenaventura de Valencia.
Cesar Augusto Zambrano
Coordinador de actividades musicales Universidad del Tolima
Aquelarre
erraleuqA
47
48
Aquelarre
LA MUJER EN AMÉRIC
MUJER A
AMÉRICA 49

Victoria Sau

S
Escritora Española

“Sin la mujer, tanto española como india, la con- como las españolas, pero en una posición muy in-
quista española no hubiera podido ser sino una aven- ferior debido a su situación de pueblo conquistado.
tura bélica y comercial. que hubiera cristalizado en
meras factorías a la manera de las fenicias, pero “...AVÍA MUCHA FALTA DE TALES
nunca en aquella pléyade de naciones...”(1) MUGERES DE CASTILLA”(3)
Con ser las mujeres una mercancía preciosa para
La autora de la cita se asombra en su libro, una y los conquistadores, no trascienden a pesar de todo
otra vez, candorosamente, -¡mujer al final!- de que dicho concepto, y son a menudo mencionadas des-
no uno sino todos los cronistas de Indias, desde pués de la larga lista de objetos y herramientas con
Bernal Díaz del Castillo, Garcilaso de la Vega y que se equipan unos bergantines, o a continuación
Fuentes y Guzmán, hasta López de Gómara y del número de caballos con que se inicia una expe-
Fernández de Oviedo, se olvidan misteriosamente dición.
de mencionar a la mujer en su relato de la empresa
americana.

Acontecimientos casi insignificantes,


que a la preocupación del hombre mo-
derno parecen desprovistos de todo in-
terés, son narrados con escrupulosa ni-
miedad. Acciones contra los indios de
muy escasa trascendencia, con todas
sus idas y venidas, anécdotas curiosas
y detalles pintorescos, ocupan largas
páginas de los historiadores. Los mo-
vimientos más insignificantes de los
conquistadores, sus rencillas y rivalida-
des, son tratadas con desmesurada ex-
tensión(...). Pero se echa de menos
ese cúmulo de temas ajenos a la activi-
dad bélica (y masculina) sobre todo en
lo que concierne a la vida social y fami-
liar, al desarrollo de las instituciones,
al desenvolvimiento económico, etc. (2)
erraleuqA
Pero si los cronistas no mencionan a la
mujer española más que para destacar
una figura muy principal, casi siempre
por su linaje y a las demás sólo casual-
mente cuando representan un suceso
harto original o se hallan incluidas por
casualidad en un hecho del que no son
el núcleo, qué no sucederá con las de
la tierra, con las propias indias. Carne
de placer, de reproducción y de trabajo
50 Es imposible, pues, determinar
en qué momento llegan Ias pri-
las cuales fueron con el Comen-
dador Ovando. No se conoce su
1509, aporta apenas datos, sal-
vo el nombre y la procedencia,
meras mujeres españolas a In- número ni sus nombres, pero sí acerca de las mujeres. Como
dias. Parece ser que no se em- que formaban parte de “familias detalle curioso puedo decir que
barcó ninguna en el primer viaje principales“. Sin pretender quitar- en el susodicho año de 1509 la
de Colón, pero pudiera ser que les valor no a éstas sino a todas lista es de 27 pasajeros, de los
sí lo hicieran en el segundo, se- las mujeres que cruzaron el At- cuales sólo uno es mujer (Ana
gún algunos autores deducen de lántico durante un siglo, con sólo Rodríguez, negra cristiana, hija
la Historia del Almirante Cristó- un 50% de probabilidades de lle- de Pedro Mateos y de Catalina
bal Colón escrita por su hijo Fer- gar, y si llegando, expuestas a Rodríguez) la cual figura con el
nando. Pero de lo que no cabe rudezas y esfuerzos sin cuento, número 21.
duda es de que las autóctonas, es de suponer que antes que las
las del Nuevo Mundo, esas ya que eran miembros de “familias Pero leyendo detenidamente se
estaban ahí antes del 12 de oc- principales” lo harían las más encuentran tres mujeres más,
tubre de 1492; porque de lo que humildes, necesitadas, persegui- dos que viajan en calidad de es-
se trata es de que las mujeres, das y aventureras. Pero sobre posas y una tercera, de hija, lo
blancas, negras o indias, están ellas pesa el silencio; la Historia cual eleva el número total a 4.
presentes ahí, y ejerciendo su está escrita por Hombres. No hay un número por persona
rol, desde el primer momento. sino por cabeza de grupo; al-
El Catálogo de Pasajeros a In- gunos hombres viajan con chi-
Hasta 1502 no hay certeza de la dias,(4) por otra parte, además cos, con escuderos y criados o
llegada de españolas a Indias, de empezar a confeccionarse en con varones de su parentela.
También, por supuesto, con es-
posas e hijas. En el año 1510,
de 108 pasajeros sólo cuatro son
mujeres, pero otras tres viajan
como esposas, dos como hijas
y una como criada. En 1511, de
295 pasajeros 16 tienen número
ellas mismas, pero otras 16 via-
jan como esposas, 6 como hi-
jas, 3 como hermanas y una
como criada, lo cual hace que
sumen en total 42. Y así en los
años siguientes, sólo que cada
vez hombres y mujeres en nú-
mero más crecido.

“LLEVO VEINTE
Aquelarre

INDIOS QUE TOMO


DE YTARA Y
POTANO...” (5)
Si alguna duda pudiéramos te-
ner acerca del papel que han ju-
gado -y juegan- Ias mujeres en
la historia del hombre, no hay
sino que hacer un análisis de he-
chos tan relativamente recientes
como son el descubrimiento,
conquista y colonización de
América.

Las mujeres son tratadas en tér-


minos de ganado, y de hecho se
las reseña a me- bien por sus áni- dería que no me quedará en la 51
nudo entre las
propiedades del Las mujeres mas y se casa-
sen...”(6).
tienda nada, pagándomelo bien,
que de otra manera excusado es
hombre, des-
pués de aquél. Si
son tratadas en Como la esposa
hablar de ello..(8).

sus virtudes son términos de de uno de ellos, En una de las fiestas en casa
ponderadas a ve- Juana de Mansi- de Alvarado que se dieron por
ces, esto es en ganado, y de lla, no se quisie- aquellos días, las doncellas, es-

hecho se las
la medida en que ra casar porque condidas tras unas puertas por
las mujeres pro- tenía confianza la honestidad, miraban a los que
porcionan benefi-
cios, solucionan, reseña a en Dios y creía
que su marido,
pronto serían sus maridos y una
de ellas dijo:
curan, salvan, ali-
vian, colaboran, y
menudo entre Cortés y los de-
más estaban vi- Doylos al diablo, ¡parece que
hasta sustituyen las propiedades vos, el factor “y escaparan del infierno según
al hombre con porque dijo estas están de estropeados: unos co-
plena eficacia. del hombre, palabras la man- jos y otros mancos, otros sin

después de
De alguna mane- dó azotar por las orejas, otros con un ojo, otros
ra, pues, en tan- calles públicas con media cara, y el mejor libra-
to que sirven a
sus fines. Y aquél. de México por
hechicera”. (7).
do la tiene cruzada una o dos
veces!
siempre dentro
de un plano indi- Cuando Cortés A lo que contestó otra:
vidual, porque regresó, efectiva- No hemos de casar con ellos por
genéricamente mente, Ia volvió su gentileza sino por heredar los
hablando las mu- en su honra de la indios que tienen, que según
jeres en América afrenta. Sobran están viejos y cansados se han
son robadas, se- comentarios. de morir pronto, y entonces po-
cuestradas, re- dremos escoger el mozo que
galadas, trasega- Veamos cómo quisiéramos en lugar del vie-
das, apareadas, se expresa don jo...(9)
casadas, desca- Pedro de AIvara-
sadas, intercam- do, Adelantado y Pero tampoco las viudas lo te-
biadas, fecunda- Gobernador de nían tan fácil como hemos visto
das, violadas, Guatemala, al re- por la afrenta a doña Juana de
distribuidas, adju- ferirse a un lote Mansilla, y podremos seguir
dicadas, repartidas, torturadas y de mujeres cuya llegada anun- viendo.
explotadas, como es obvio, sin cia y que vienen con su segun-
su consentimiento. Tendríamos da esposa. Segunda no por ...PORQUE LOS

erraleuqA
que visitar muchísimos pueblos viudez, sino porque la primera CASADOS EN INDIAS
primitivos para poder reunir la esposa de don Alvaro fue una
gran cantidad de formas de ex- india de sangre real, una de las
SON LOS QUE
torsión que hallamos de una sola que le tocaron en el reparto de PERPETUÁN LAS
vez por todas en las Indias, y ci- las que habían sido dadas a Cor- INDIAS (10)
ñéndonos sólo a la primera mi- tés por los mexicanos, no ha- El Comendador Ovando dispuso
tad del siglo XVI. biendo sido dicho matrimonio desde el principio que se casa-
legitimado. Escribe Alvarado al ran no sólo los indios entre sí,
En una ocasión en que corrió la cabildo de Guatemala: según lo manda la Santa Madre
voz de que Hernán Cortés y los Iglesia, sino algunos cristianos
hombres que lo acompañaban ...Doña Beatriz (su esposa) está con indias y algunas cristianas
habían muerto, “el factor mandó muy buena, trae veinte donce- con indios. Las españolas eran
que todas las mujeres que se ha- llas, muy gentiles mujeres, hijas inferiores en número, y aunque
bían muertos sus maridos en de caballeros y de muy buenos los indios las deseaban, los con-
compañía de Cortés, hiciesen linajes. Bien creo que es merca- quistadores tenían prioridad. Así
52 ...Además de la
ofensa que se hacía
a Dios nuestro Señor,
se seguía gran incon-
veniente a la pobla-
ción de aquellas tie-
rras, porque no vi-
viendo los tales de
asiento en ellas no se
perpetuaban, ni aten-
dían a edificar, plan-
tar, criar ni sembrar,
ni hacer otras cosas
que los buenos po-
bladores suelen ha-
cer, por lo cual los
pueblos no van en el
aumento que convie-
ne, como sería si
vivieren poblados con
mujeres e hijos como
verdaderos vecinos...

El matrimonio se
convirtió así en una
razón de Estado, y
no sólo el de las
soltéras sino también
el de las viudas. Por-
que en Indias, si el
marido moría, la mu-
jer heredaba su re-
partimiento de indios
y tierras, y a la Coro-
na le interesaba que
todos los casos que se encuen- se con quien quisieran. Dicha dicho lote no fuera a parar por
tran de blancas cristianas unidas Cédula fue confirmada por Feli- un segundo matrimonio a ma-
a indios, es por razón de robo o pe II en 1575. nos de hombres menos dignos
secuestro. Los conquistadores de confianza y poco serviciales
Aquelarre

en cambio casaban a veces con Los hombres de la península que a la Corona. La pureza de la
indias, pero las abandonaban embarcaban hacia las Indias con sangre, el demostrar que se era
cuando tenían la oportunidad de su mujer, o que una vez allí la castellano viejo, y la seguridad
hacerlo legalmente con una es- mandaban llamar, tenían muchos de que no se era hijo ni nieto de
pañola. gajes: mejores cargos, mayor persona sancionada por la San-
repartimiento de indios y distri- ta Inquisición, eran las máximas
Al principio de la conquista la bución de tierras, etc. La insis- garantías. Escribe el Inca
Corona española prohibió el tras- tencia de los Reyes era Garcilaso:
lado de las solteras a las Indias, machacona y manifiesta, y aun- ...Es de saber que como en las
pero la prohibición no debió de que también se alude a veces a guerras pasadas hubiesen muer-
ser cumplida como se despren- la moral y las buenas costum- to muchos vecinos que tenían
de de la Real Cédula de 1514 en bres, el motivo era económico y indios, y sus mujeres los here-
la que se daba entera libertad a político: dasen, porque ellos no casasen
españoles y españolas de casar- con personas que no hubieren
servido a Su Majestad, trataron
los gobernadores de casarlas de su mano, y así lo hicieron en
todo el Perú.
Alvarado. “una india moza”...( 13) 53
En Cartagena, en Venezuela, en Jamai-
Paridora oficial, vehículo de transmisión de la propiedad, ca, en todo el continente. Pero cuando
perpetuadora de los usos y costumbres del Viejo Mundo, ¡y siglos más tarde se habla de Hispani-
todo por cuenta de otros, de ellos! dad nadie las coloca en el lugar que les
corresponde. La traición viene de lejos,
¿Y las indias? Manipuladas también, pero de otra manera. En porque ya Hernán Cortés, al escribir al
1545 escribía al Rey el capellán González Paniagua: Rey de España, no le mencionaba a la
Acá tienen algunos a setentas (mujeres); sino es algún po- Malinche, su amante, a la que había es-
bre, no hay quien baje de cinco o seis; la mayor parte de cogido antes que por su belleza por ser
quince y veinte, de treinta y cuarenta. (11). Buena Lengua.

...PORQUE ENSEÑARAN A LOS En Cartagena de Indias la india Isabel


NUESTROS SU LENGUA... TRAJO COLON Corral no se rindió de amor al hombre
que había de utilizarla, como la
SIETE INDIAS A ESPAÑA (12) Malinche con Cortés. El gobernador
La mayor preocupación, de Colón primero, de todo conquista- Pedro de Heredia informó de ella:
dor después, fue la de la lengua, el vehí- Si saben que la conquista y pacifi-
culo de comunicación y entendimien- cación de esta tierra no se ha de
to. Las mujeres de la tierra, las indias, hacer sin la dicha Isabel Corral, a
además de concubinas y sirvientas hi- causa de ser lengua de Hurava, y no
cieron un gran papel en esto. haber otra...( 14)
Se llamaban “ladinas“, por
corrupción de Mujeres, cualquiera que sea el color de
“latinas“, las vuestra piel, ¿dónde está vuestra gloria?
que apren-
dían el cas-
tellano y
POR LA HONESTIDAD DE
podían ha- LA CIUDAD Y MUJERES
cer de intér- CASADAS .
p r e t e s . Puerto Rico, 1526. El Rey, Concejo, Jus-
Giménez Ca- ticia, Regidores... Hay necesidad de que
ballero cita se haga una casa de mujeres públicas.
unas pocas: Y se hace. Las busconas también ha-
Hojeda tuvo cen Hispanidad.
de intérprete,
guía y es- Evitando personalismos no hemos
posa a querido hablar de la mujer. las pare-
“Isabel”. jas de los famosos -sólo un recuerdo
a la primera esposa de Cortés, la
Marcaida, a la que él asesinó una
noche-, sino de las mujeres, las in-
dias, las negras, las españolas, en
erraleuqA
grupo, en conjunto, en sexo. Las que
empuñaron la lanza y la rodela, las
que sembraron el primer trigo de Amé-
rica, las ladinas, las prostitutas, las
amantes, las aventureras, las
brujas, las esclavas, las
parturientas, las madres,
las torturadas, las asesi-
nadas, las suicidadas
(como aquéllas que to-
maron solimán en ven-
54 ganza de la afrenta que Diego de Carvajal les ha-
bía hecho). Anónimas la mayoría, como aquélla
ciona Jaime Rasqui al escribir al Rey, que tengo
por cierto que hay más de mil doncellas para
que el propio cronista Fernández de Oviedo dice casar. Y las criadas:
que mandó azotar y sacar los dientes porque acu- Diego Núñez de Irala y Antonio de Irala y doña Gi-
só su marido falsamente. O como aquella EIvira nebra Núñez de Irala, mis hijos y de María, mi cria-
hija de Aguirre, asesinada en algún recodo, ¡ay ! da; y doña Marina de Irala, hija de Juana. mi criada;
del Amazonas, de la que sólo sabemos el nom- y doña Isabel de Irala, hija de Agueda, mi criada;
bre y que era mestiza. Y la mujer del Henríquez, doña Ursula de Irala, hija de Leonor, mi criada; y
que metieron los indios tierra adentro y que nun- Martín Pérez de Irala, hijo de Escolástica, mi cria-
ca más apareció. Y las que cita Cieza de León da; y Ana de Irala hija de Marina, mi criada; y María,
cuando dice: ...y tomaron dos o tres mujeres vi- hija de Beatriz, criada de Diego de Villaspando.(15)
vas y les hicieron mucho mal. Y las que men-
Aquelarre

NOTAS
( 1) Nancy O'SuIlivan Beare: Las mujeres de los con- (9) Garcilaso de la Vega: Comentarios Reales, ti
quistadoras. Cía. Bibliográfica Española, pág 58. broll,cap.l,pp.113-114.
(2) Id. pp. 23-24. (10)Según Enrique de Gandía, citado por N O'SuIlivan
(3) Fernández de Oviedo citado por N. O'SuIlivan p.41. op. cit. p. 252.
(4) Catálogo de Pasajeros a Indias durante los si glos (11) Citado por Fco. Morales Padrón en Los con
XVI, XVII y XVIII, Vol. 1 (1509-1534) Sevilla. quistadores de América, Austral, p. 129.
(5) Según la Relación del Fidalgo de Elvas, citado (12) Cita de Giménez Caballero: Las mujeres de
por N. O'SuIlivan op. cit. 291. América, Ed. Nacional, pág. 69.
(6 y 7) Según Bernal Díaz del Castillo, citado por N (13) Idem. pág. 69.
O'SuIlivan, op. cit. 67-68. (14) Citado por N. O'SuIlivan, op. cit. pág. 216.
(8) Fuentes y Guzmán: Recordación Florida I Histo- (15) Del Testamento de Irala citado por N. O’Sullivan
ria de Guatemala, Madrid 1882, tomo I p.108. op.cit.256.
DISCRIMINACIÓN HACIA
DISCRIMINACIÓN HACIA 55
OPCIONES SEXUALES
SEXUA
DIFERENTES EN COLOMBIA*
Germán Humberto Rincón
Movimiento Lésbico, Gay, Bisexuales y

P
Para empezar, quiero hablarles de una invitación que
hizo Albert Einstein, la cual me pareció apropiada
para el tema; “Debemos dejar la costumbre de me-
Transgeneristas de Colombia, LGBT.
Precisamente esto sucede al conjunto de minorias
sexulaes entendidas como el conunto de personas
que por su orientación sexual, su identidad de gé-
dir a las personas de acuerdo con la imagen que nero o sus prácticas sexuales-comportamentales
nos formamos de ellas”. Para continuar, es necesa- requieren mecanismos de protección extras. En
rio aclarar que las reflexiones que
se presentan enseguida de ningún
modo pretenden agotar a las múl-
tiples formas de discriminación y
exclusión dirigidas hacia las mi-
norías sexuales; simplemente
buscan aportar elementos para un
debate amplio, el cual debe ser
desarrollado en el interior de este
grupo y en la sociedad. Estos ele-
mentos no son solamente de quien
los presenta, sino de un conjunto
de hombres y mujeres que forman
parte de un colectivo que se confi-
gura y reconfigura permanentemen-
te.

La violencia no radica sólo en el


conflicto armado, sino que se
cotidianiza en el rechazo hacia los
otros y las otras, e incluso en el
ignorarlos o inorarlas, lo cual no
sólo se plantea desde los indivi-
duos comunes, sino también des-
de la ausencia de estrategias de
la sociedad civil, el mercado y el
erraleuqA
mismo Estado, para incluir grupos
humanos que se mueven en los
intersticios del océano de los de-
rechos económicos, sociales, cul-
turales e identitarios.

* Tomado de Participación popular,


conflictos sociales y paz; Memorias
Primer Seminario Internacional;
Gregorio Mesa Editor. Editado por
Planeta Paz Bogota, Nov., 2001.
56 Colombia no existen acciones
veladas, masivas o sistemáticas
El desgaste generado por las
pugnas jurídicas y los logros al-
sentado al Congreso de la Re-
pública para reglamentar y dar-
en contra de nosotros los gays canzados no se comparan con nos más seguridad de protec-
y las lesbianas. A partir de 1981 el camino que aún tenemos que ción frente al riesgo de vulnera-
dejó de penalizarse esa condi- recorrer. Por un lado se teje la ción que tenemos en relación con
ción, que estaba solamente para normatividad, que avanza con todo el grupo social, son deses-
hombres homosexuales. En la lentitud y no responde oportuna timadas o archivadas. Ese pro-
Constitución de 1991 encontra- y fácilmente a nuestras necesi- yecto se quedo en el closet en
mos grandes avances en el re- dades como homosexuales y razón de una visión pública y
conocimiento de nuestra orien- lesbianas. Muchos aspectos le- política que se tiene de las mi-
tación sexual que existe, aunque gales se encuentran a medio re- norías sexuales, según la expre-
no es igual a la de la mayoría. glamentar, como el de la adop- sión de un congresista católico
En eso hemos tenido importan- ción o el de un verdadero matri- que antepuso sus interese per-
te respaldo de la Corte Constitu- monio con nuestras parejas. Se sonales y la Biblia a la Constitu-
cional. No obstante esa recurre a diario a las acciones ción. En el nivel local, también
normatividad amplia, los avances de tutela, el mecanismo jurídico existió un proyecto de acuerdo
logrados en términos generales más importante que hemos te- con el Concejo de Bogotá que
no obedecen a una voluntad gu- nido en Colombia para posibili- prohibía la discriminación de ho-
bernamental ni a una política de tar aspectos como el amparo a mosexuales y gays. Pero las per-
Estado, sino a algunas accio- la seguridad social entre nues- sonas que forman parte del Con-
nes de organizaciones y de indi- tras parejas o la no exclusión de cejo, concejales y concejalas,
viduos que a través de los me- nuestros empleos cuando saben consideraron que no había lugar
canismos de protección de los de nuestra orientación sexual. para ello, porque para eso exis-
derechos y de la participación tía el derecho a la igualdad, y el
ciudadana han hecho, y hemos proyecto también fue archivado.
hecho revaluar normas, aclarar
códigos y propiciar lo relati- Además, desde las administra-
vo al avance en el posi- ciones municipales, departa-
cionamiento de las
minorías sexuales
La percepción gene- mentales y nacionales, los
ejecutivos ubican el tema
como un asunto
público, político,
ralizada del erotismo y la de los hombres que tie-
nen sexo con hombres
real y cotidia- sexualidad como una construcción en la incomoda esfera
no. Prueba de de lo sanitario, funda-
lo anterior lo natural, más no cultural, hace que la mentalmente por la

mayoría de las personas identifiquen las


constituyen dinámica de la epide-
los concep- mia del VIH, sida.
tos sobre
docencia,
prácticas no heterosexuales como Los hombres que te-
nemos sexo con
anormales, lo que sumado a los conceptos
Aquelarre

vida militar y hombres, como sue-


homosexua- le llamársenos, so-
lidad que judeocristianos de la reproducción y las mos considerados un
existen, ade- grupo de riesgo y, por
más de las al- relaciones sexuales genera una ende, se considera ne-

combinación peligrosa, por no


ternativas crea- cesario hacer una inter-
das ante la actual vención para la cual, en
inexistencia de re-
glamentaciones,
decir explosiva. la mayoría de los casos, el
problema se reduce a lo ge-
ejemplo de lo cual es el nital y deja de lado la dimensión
documento de Régimen Pa- humana. En cuanto a las muje-
trimonial que inventamos por obli- res que tienen sexo con otras
gación en vista de que el Estado Las al- mujeres, se pierden en progra-
nunca lo dio. ternativas que se construyen al mas de actividad de género
respecto, como el proyecto pre-
sesgados, y no las reconocen
como un grupo identitario.
no heterosexuales como anor-
males, lo que sumado a los con-
cimiento y aceptación social ge-
neralizados. Sin embargo, cuan-
57
ceptos judeocristianos de la re- do observamos que la mayoría
En los aspectos jurídicos, los producción y las relaciones son personajes frustrados, con-
avances logrados dependen más sexuales genera una combina- flictivos, hostigantes o son
de la apertura de algunos jueces ción peligrosa, por no decir ex- diseñadores, estilistas, decora-
y magistrados cuando interpre- plosiva. Algo anormal y pecami- dores, etc., empezamos a notar
tan la Constitución o las leyes, noso violenta radicalmente las cómo se refuerza una imagen in-
y a la utilización continua de los bases del deber ser y, por ende, adecuada que en nada contribu-
mecanismos constitucionales, es necesario rechazarlo, negar- ye al reconocimiento positivo ni
que a una generalidad de la rama lo y exterminarlo. tampoco identifica lo que real-
judicial o a un reconocimiento mente somos. En este momen-
social explícito. Esto pone de Vivimos en una sociedad hermé- to miro tantas personas reunidas
manifiesto el riesgo en el que se tica en que , por tradición, lo que en este auditorio y no podría de-
incurre en los procesos de ad- incomoda, lo diferente, lo que cir quienes de ustedes son gays
ministración de la justicia cuan- nos perturba es necesario cam- o lesbianas porque el sólo he-
do se trata de minorías sexua- biarlo o eliminarlo. Bajo estos cho de encontrar otras personas
les. parámetros, el deber ser consti- no significa que la orientación
tuye un imperativo por excelen- sexual
Por otro lado, encontramos el cia, el cual niega las variaciones sea un
entramado social más comple- propias del universo que deno- motivo
jo, sutil y agresivo: el estatal-gu- minamos humanidad. Curiosa- de im-
bernamental; complejo en la mente, los medios de comuni-
medida en que, en las construc- cación, y en espe-
ciones históricas de marcada cial las telenovelas,
influencia de los principios han proporcionado
judeocristianos, éstos han deri- un arma de doble
vado en imaginarios erróneos al- filo en este sentido.
rededor de nosotros y nosotras. A lo largo de los úl-
En este sentido, el principal pro- timos años, en al-
blema tiene que ver con el temor gunas de ellas, he-
y desconocimiento generadores mos visto personifica-
del rechazo, lo cual se puede ciones de hombres
constatar a diario en los dramas homosexuales, pero
individuales de cientos de perso- las lesbianas sencilla-
nas que tienen sus distintas se- mente no existen en
guridades emocionales, familia- estos espacios
res, fraternales, laborales entre como protagonis-
otras, cuando deciden destapar- tas o personajes

erraleuqA
se o salir de closet y decir que con algún real-
son gays o lesbianas, o cuando ce.
son descubiertas sorpresivamen-
te. Esto podría
entenderse
Conforme a lo anterior, encontra- como un
mos profundos niveles de mitifi- grado de
cación nociva alrededor de las recono-
minorías sexuales. La percep-
ción generalizada del erotismo
y la sexualidad como una
construcción natural, más
no cultural, hace que la
mayoría de las personas
identifiquen las prácticas
58 portancia. Además del grupo de gays y lesbianas
que hemos venido, muchas de las personas que
ción de las solucio-
nes. Mientras a los
Mientras a los
están acá también son gays o lesbianas, pero pa-
san inadvertidas. Esto indica que somos personas
hombres se nos
mide con los
hombres se nos
comunes y corrientes y que los imaginarios son los apelativos de macho, mide con los
que están haciéndonos daño. guerrero, penetrador
y dominante, a las apelativos de
Sumado a lo anterior, y sutilmente, existe una es-
trecha relación entre las formalidades de la acepta-
mujeres se les con-
diciona el delicado macho,
ción y el rechazo interno. Las encuestas al respec-
to evidencian una aceptación generalizada, espe-
esquema de vírge-
nes, casadas, pro-
guerrero,
cialmente hacia los homosexuales y las lesbianas
con una identidad de género masculina y femenina,
tectoras y madres;
indiscutiblemente
penetrador y
respectivamente. Sin embargo, es común escuchar temas muy espino- dominante, a las
a madres y padres de familia que aceptan estas sos en sociedades
condiciones en los extraños, pero no en los parien- como la nuestra. mujeres se les
tes. “Puta, pero no lesbiana” es una expresión co-
mún al referirse a las hijas. De igual modo es co- Los que se encuen- condiciona el
mún ver un sin fin de espectadores de las marchas
del orgullo gays, en su mayoría heterosexuales que
tran en peor situa-
ción son las perso-
delicado
nos acompañan solidariamente. Aunque podríamos
pensar que ciertamente los hay solidarios, no deja
nas bisexuales,
t r a v e s t i s ,
esquema de
de quedar la sensación de que, para algunos de transgeneristas y vírgenes,
ellos, nosotros somos el circo de los fenómenos transexuales. Las
anormales e indecisos, que transitamos cada junio personas bisexua- casadas,
por las principales calles de las ciudades. les, porque están en
el campo gris, entre protectoras y
Es un tratamiento agresivo porque el ignorar es una
de las peores formas de violencia, muy sutil en la
el día y la noche, no
encuadran en la so-
madres;
cuestión homosexual. Cada vez que el tema se
posiciona en los medios, la percepción social es
ciedad ni en el blan-
co ni en el negro. Los
indiscutiblemente
similar al mosquito que zumba en el oído cuando y las bisexuales son temas muy
tratamos de dormir: molesto, incomodo o, por el indecisas y, a juicio
contrario, se constituye en la nota curiosa del día, de la mayoría, como espinosos en
la que da variedad a las notas de guerra que se
presentan a diario. En cuanto a la agresión física,
son personas que no
se han definido, son sociedades como
ésta puede ir desde la violencia verbal, doméstica
generalmente producida por familiares ignorantes y
más invisibles aún
porque no encuadran
la nuestra.
temerosos, hasta la muerte y procesos de limpieza con facilidad en la
Aquelarre

social. Estas últimas se resuelven generalmente oferta heterosexista


con declaraciones judiciales y extrajudiciales como ni en la dupla homolésbica, cuentan con más pre-
crímenes pasionales o riñas entre grupos, y muy siones y tienen menos posibilidades de alcanzar
rara vez se declaran como crímenes originados por sus satisfactores vitales. Seguimos jugando entre
los prejuicios sociales. el blanco y el negro, pero nunca nos permitieron
aceptar que entre el blanco y el negro existen tam-
Las mujeres lesbianas son más discriminadas que bién los diferentes tonos. Los trasvestis y
nosotros los hombres homosexuales. Por un lado, trangeneristas no encuentran fácilmente una oferta
la orientación sexual y por otro, su condición de de empleo que se ajuste a sus condiciones; usual-
mujer. La atención del público sobre ellas es menor mente son las principales víctimas de la violencia
y las alternativas que se les ofrece son menos efec- callejera, tanto la perpetrada por las autoridades
tivas. Su invisibilidad en este sentido es contrapro- como por los particulares. Son los extraños, los y
ducente porque no son el grupo objetivo de la crítica las raras, son las minorías excluidas y rechaza-
generalizada, pero tampoco son actoras das incluso dentro del grupo homosexual y lésbico.
coprotagonistas como los hombres en la construc- A los transexuales nadie los comprende, se en-
cuentran en medio de lo que sienten y son lo que la
sociedad percibe de ellos y de ellas; no son homo-
madas y podamos ir con nuestro novio a las cele-
braciones aunque todavía nadie lo ha hecho, he-
59
sexuales ni lesbianas, no son trasvestis ni mos logrado que los docentes y las docentes pue-
transgeneristas. La atención estatal los desconoce dan decir públicamente que son hombres homo-
en absoluto y los programas de salud no les pres- sexuales y mujeres lesbianas, ( fue un debate muy
tan toda la atención que requieren para encontrar importante en la Corte y en todas las escuelas del
su propia fisionomía, su parte afectiva o su autono- país), hemos logrado la seguridad social para nues-
mía sexual, negándoles una realidad y una realiza- tras parejas y nos hemos inventado el matrimonio
ción humana como personas. que la sociedad nunca nos dio, en el cual, al igual
que los matrimonios heterosexuales, hacemos un
Sin embargo, en todo este panorama las minorías contrato y nos reconocemos frente al Estado.
sexuales no somos únicamente víctimas, pues tam-
bién somos cómplices en la medida en que hemos ¿Pero lo social dónde está? He escuchado hablar
fomentado entre nosotros mismos, entre nosotras de leyes tan importantes para todos los grupos y
mismas, el temor por reconocernos diferentes, y nosotros tenemos, de alguna forma, leyes o juris-
hemos posibilitado que otros también lo hagan. En prudencia; pero la constitución social, la cotidianidad
este sentido nos ha faltado la solidaridad que con- nos las está negando. Experimentamos un proce-
duce al acercamiento. De igual modo, nos falta so similar al de las personas afroamericanas en
aprender de la experiencia del movimiento de las Estados Unidos; legalmente no existe discrimina-
mujeres que también promulgan, la promoción y ción, pero socialmente existe minuto a minuto en
defensa de los derechos sexuales y reproductivos, las actitudes, en los comportamientos y en las prác-
y nos ha faltado acercamiento a otros movimientos, ticas de nuestros hijos, de nuestras hijas, de nues-
como el ambiental que propende la diversidad, in- tros amigos, de nuestros hermanos o de nuestras
cluida la de los hombres y mujeres. hermanas.

El camino indiscutiblemente es largo y hemos ido Nosotros queremos construir a partir del disenso y
recogiendo los frutos lentamente; sin embargo, el de la diferencia; queremos que el tono blanco del
aporte a la realización plena y la felicidad de los que está mañana nos habló la mujer representan-
hombres y mujeres que tienen orientaciones sexua- te de jóvenes no sea solamente blanco sino de
les distintas a las de las mayorías es, sin duda múltiples colores para encontrar que siendo diferen-
alguna, un aporte a la construcción de paz de nues- tes, podemos construir a partir del disenso. Por úl-
tro país. En Colombia hemos ganado muchos ca- timo, queremos decirles que nosotros los gays y
sos: hemos logrado que estemos en las fuerzas ar- lesbianas no estamos pidiendo derechos especia-
les; únicamente estamos pidiendo que los derechos
humanos sean universales e imprescriptibles.

erraleuqA
60
Aquelarre
MUJERES QUE DEJ
MUJERES ARON
DEJARON 61
HUELLA EN EL SIGLO XX
HUELLA
César Augusto Fonseca Árquez
Director programa Ciencias Sociales Universidad
del Tolima

E
El presente escrito no tiene ninguna otra pretensión
que la de resaltar la vida y obra de algunas mujeres
que, si bien no fueron las únicas que se destacaron
Virginia Gutiérrez de Pineda (1921 - 1999)
Antropóloga colombiana, considerada una de las
pensadoras sociales más importantes del siglo XX
durante el siglo XX, no podrán ser ignoradas a la en América Latina. Durante sus estudios de Antro-
hora de realizarse estudios en los campos en que pología Social en la Universidad de California traba-
cada una de ellas se desempeñaron. jó al lado de connotadas figuras de reconocimiento
mundial como Robert Lowie, Alfred Kroeber y James
Igualmente, es necesario dejar en claro que en el Parsons, entre otros. Desde 1956 se desempeñó
proceso de escogencia de las autoras que se pre- como profesora universitaria. El tema central de su
sentan no solo se tuvo en cuenta el reconocimiento producción académica fue el d e la familia. Entre
que el mundo de las letras, las artes y la academia sus publicaciones se destacan: Familia en Colom-
en general les han hecho, sino que también están bia, transfondo
presente las preferencias personales de quien es- histórico (1963),
cribe este texto. Familia y Cultura
en Colombia
Pensadoras sociales, escritoras y artistas plásti- (1968), Estructu-
cas son los tres items que hemos escogidos para ra, función y cam-
presentar una breve reseña de 15 mujeres, inclui- bio de la familia
das 7 mujeres latinoamericanas, entre ellas 3 co- en Colombia
lombianas quienes, por su obra, gozan de un reco- (1975), Honor, familia y sociedad. El patriarcalismo
nocimiento no solo local sino internacional. en Santander (1985).

Ágnes Héller (1929- )


PENSADORAS Filósofa y socióloga húngara, discípula de Lukacks.
Una de las fundadoras y máximas exponentes de la
SOCIALES Escuela de Budapest, que, como lo afirma la propia
autora, tuvo “como propósito esencial la idea de re-
Hannah Arendt (1906 - 1975) pensar completamente aquellos conceptos filosófi-
Filósofa, socióloga y politóloga alemana, de padres
judíos. En 1933, frente al acoso del nazismo, se vio
obligada a emigrar hacia Francia y posteriormente
cos que, en nuestra opinión, dentro del marxismo
no habían sido repensados de la manera en que
nosotros creíamos que debía de haber sido hecho”.
Por discrepancias políticas con el gobierno de su
erraleuqA
a los Estados Unidos. Durante gran parte de su vida
se desempeño como profesora universitaria. Fue país emigró en 1978 hacia Australia y posteriormente
discípula de Heidegger y de Jaspers. Entre sus a los Estados Unidos, en donde se desempeñó como
obras más destacadas están : Los orígenes del to- profesora universitaria. Al igual que muchos intelec-
talitarismo (1951), La condición humana (1958), tuales húngaros hoy está de regreso en su país en
Hombres en tiempos de oscuridad (1968), Sobre la donde continua con su papel de gran pensadora de
revolución (1963) y Crisis de la República (1972). lo social. Entre su amplia producción se destacan:
En 1993 fueron publicados con el nombre ¿Qué es Sociología de la vida cotidiana (1977), El hombre
la política? algunos manuscritos que la autora ha- del Renacimiento (1980), Historia y futuro ¿sobrevi-
bía elaborado entrre 1956 y 1959. virá la modernidad? (1991) y El péndulo de la mo-
dernidad (1994).
62 Margaret Mead (1901- 1978)
Antropóloga norteamericana, discípula de Franz
De los numerosos escritos que se han publicado
después de su muerte sobresalen: Dardos de papel
Boaz. Sus numerosos estudios e investigaciones (cartas ilustradas), publicado en 1994 por Odin Edi-
se convirtieron en un gran aporte para el desarrollo ciones y Arcadia Libro. En nuestro medio es igual-
de la Etnología. Entre sus principales obras se des- mente recomendable la lectura del Magazín Domi-
tacan: Sexo y temperamento en tres sociedades nical N° 413 del diario El Espectador, publicado el
primitivas (1935), El hombre y la mujer (1949), La 24 de marzo de 1991, en conmemoración a los cin-
antropología una ciencia humana (1965), Cultura y cuenta años de su muerte.
compromiso, El mensaje de la nueva generación
(1971), y Cartas de una antropóloga (1977). Gabriela Mistral (1889 - 1957)
Poeta chilena, considerada una de las máximas
Rosa Luxemburgo (1870 - 1919) exponentes de las letras latinoamericanas. La vida
Economista, politóloga y periodista polaca. Realizó cotidiana de los sectores populares, especialmente
estudios universitarios en Suiza y posteriormente de las mujeres, se convirtió en el tema central de su
en Alemania, en donde se destaco por su liderazgo obra. Además de escritora, dedicó su vida al ejerci-
político y revolucionario. cio de la docencia como profesora de diversas es-
cuelas públicas de su Chile natal y de México, en
Por el contenido de sus escritos es considerada donde asesoró la reforma educativa impulsada por
una de las teóricas más representativas del marxis- Vasconcelos. Cuando gozaba de reconocimiento
mo. En 1919 fue brutalmente asesinada. Entre sus internacional, se desempeñó en el campo de la di-
obras podemos destacar: ¿Reforma social o revolu- plomacia, especialmente como cónsul en varios
ción? (1900), Huelga de masas, partido y sindicato países.
(1906), La acumulación del capital (1912), y la Re-
volución Rusa (1918). En 1945 se le otorgó el premio Nobel de Literatura.
Entre su extensa obra vale la pena resaltar: Los
sonetos de la muerte (1914), Desolación (1922),

ESCRITORAS Rondas de niños (1923), Nubes blancas (1925), Talá


(1938) y Lagas (1954).

Virginia Woolf (1882 - 1941) Marguerite Yourcenar (1903 - 1987)


Escritora británica integrante del famoso grupo de Aunque nació en Bélgica, su formación académica
intelectuales Bloomsbury Set. A lo largo de su pro- y su producción literaria tuvieron como escenario a
ducción literaria logró construir un estilo narrativo Francia y Estados Unidos. Escritora universalmen-
propio que la hizo universalmente reconocida. Sus te reconocida, que centró su obra en temas
escritos se destacan por una gran sensibilidad que polémicos como la homosexualidad, la androginía,
revalora lo femenino. Además de novelista, se des- la irracionalidad y la mística, entre otros.
tacó como ensayista y crítica literaria.
Fue la primera mujer europea en ser elegida miem-
Tal vez como consecuencia de uno de los trastor- bro de dos prestigiosas Academias, la belga en 1971
Aquelarre

nos nervioso que siempre estuvieron presentes en y la francesa en 1980.


su vida, el 28 de
marzo de 1941 Entre su extensa producción se destacan : Alexis o
Virginia Woolf el tratado del inútil combate (1929), Fuegos (1936),
tomó la decisión Cuentos Orientales (1938), Memorias de Adriano
de suicidarse en (1951), su obra más publicitada , Opus Nigrun (1968)
las aguas del río y La Trilogía autobiográfica. El Laberinto del mundo
Ouse. Entre sus (1973 - 1988).
obras se desta-
can: Fin de viaje Simone de Beauvoir (1908 - 1986)
(1915), Al faro Escritora francesa de gran reconocimiento mundial.
(1927), Las Olas Quizás sea la intelectual más destacada del siglo
(1931), y Entre XX, defensora de los derechos de la mujer y de las
actos (1941). minorías étnicas y políticas de todo el mundo.
Al lado de Jean Paul Sartre
construyó los postulados
Sus últimos veinte años de vida los vivió en París.
Entre sus obras más destacadas están: Algo tan
63
centrales del feo en la vida de una señora bien (1980), En diciem-
Existencialismo, el cual se bre llegan las brisas (1987), El encuentro y otros
convertiría en el principal relatos (1992). Posterior a su muerte se publicó El
referente para su producción tiempo de las Amazonas.
intelectual.

Entre los temas presenteS


en su obra se destacan: la
ARTISTAS PLÁSTICAS
conciencia humana, la res-
ponsabilidad social, la auto- Natalia Goncharova (1881 - 1962)
nomía de la mujer, la muer- Pintora rusa, quien se convirtió en la cabeza visible
te y la vejez. del grupo de mujeres artistas de la primera mitad
del siglo XX.
Además de su actividad como escritora se desem-
peñó como maestra. Algunas de sus obras son: La Junto con su compañe-
invitada (1943), La sangre de los otros (1944), To- ro sentimental, Lario-
dos los hombres son mortales (1947), El segundo nov, hace parte de los
sexo (1949), Los Mandarines (1954), Memorias de grandes renovadores
una joven formal (1958), Una muerte muy dulce de la plástica de Euro-
(1964), La vejez (1970), La ceremonia del adiós pa Oriental.
(1981).
Fue una pintora radical
Marvel Moreno (1939 - 1995) que renovó la tradición
Nacida en Barranquilla, esta mujer hace parte del a partir de los iconos
grupo de escritoras colombianas del siglo XX cuya medievales, encontran-
producción, no do en ellos nuevas perspectivas sobre el espacio, la
obstante a su proporción y el color en general.
calidad, ape-
nas si se co- Tarsila Do Amaral (1886 - 1973)
noce en nues- Pintora y escultora nacida en Sao Paulo. Sin des-
tro medio. Por conocer su proceso de formación en el campo de
fortuna, dicha las artes brasileñas, es evidente que su estancia en
producción sí Europa, entre 1920 y 1924, marcó significativamente
tiene un reco- su posterior producción. Tuvo un estrecho contacto
nocimiento in- con varios artistas cubistas, especialmente con
ternacional; Fernand Léger, de quien se considera discípula.
varios de sus

erraleuqA
escritos han No obstante esta influencia internacional, la autora
sido traduci- logró construir un estilo propio y original, el cual la
dos al francés consagró como una de las máximas exponentes de
y al italiano. la plástica latinoamericana.
En la mayoría de sus obras se reivindican temas
De joven hizo parte del denominando grupo “La Cueva” del trópico y especialmente la visión de los secto-
conformado por personajes de la talla de Gabriel García res populares. Entre sus pinturas se destacan: Ven-
Márquez y Álvaro Cepeda Samudio, entre otros. dedoras de frutas, Abaporu (vocablo guaraní que sig-
nifica caníbal) y los Trabajadores.
Los temas recurrentes en su obra son: la mujer, la
familia, el mar y el mundo caribeño en general, tra- Amelia Peláez (1896 - 1968)
tado con un estilo particular que le ha permitido a Pintora cubana de reconocimiento mundial. Los
algunos afirmar “que escribió desde la sensibilidad, estudiosos de su amplia producción artística la han
la cultura y la literatura latinoamericana con voca- clasificado en tres grandes etapas:
ción de universalidad”.
64 1) Cuba, la academia y su muer-
te, 1924 - 1927; 2) París la apro-
A partir de 1938
comienza una se-
piación del modernismo 1927 - gunda etapa de su
1934 y 3) Definición y desarrollo producción artísti-
de una estética, 1934 - 1968. ca la cual estará
caracterizada has-
Temáticamente su obra inicia con ta el presente por la
aspectos tradicionales, y culmi- denuncia social. En
na con una visión crítica de la 1946 realiza su pri-
modernidad, lo cual le permite mer viaje al exterior.
construir su propio estilo. En México recibe
su clases en técni-
En el mismo año de su muerte (1968) recibió la Or- ca al fresco, lo cual
den Nacional del gobierno cubano: “Treinta años le permite incursio-
dedicados al arte”. nar como muralista.

Entre sus pinturas se destacan: Interior (1945), Mujer Hacia 1954 estudia en la Escuela de San Fernando
con flor, peces y pájaros (1954) y los murales del en Madrid. De su paso por España queda impresio-
edificio Esso, en La Habana (1950) y el de la Casa nada por la obra de Goya.
Salesiana, en Santa Clara (1956).
Entre 1959 y 1962 realiza su segundo viaje a Euro-
Frida Kahlo (1907 - 1954) pa, Inglaterra, Escocia, Francia y Austria, serán sus
Artista mexicana de origen árabe, considerada como nuevos destinos.
una de las grandes de la plástica latinoamericana.
Esposa del reconocido muralista Diego Rivera, de A su regreso a Colombia, y teniendo en cuenta la
quien recibiría mucha influencia, pero que en ningún censura que constantemente recibe, decide no vol-
momento opacó la creación de un estilo propio y ver a mostrar públicamente sus obras.
original, el cual sin lugar a dudas estuvo marcado
por las graves secuelas del accidente que la dejó A partir de 1975 su obra empieza a tener gran acep-
en una silla de ruedas desde los 16 años. tación, múltiples serán sus exposiciones y recono-
cimientos. De ellos podemos destacar el doctorado
Además de sus diversos autorretratos, el conjunto Honoris Causa en Artes y Letras otorgado por la
de su obra esta integrada por pinturas en las que Universidad de Antioquia, en 1995, y la gran retros-
trabajó diversas expresiones de la cultura popular pectiva organizada por la Biblioteca Luis Ángel
mexicana, caracterizada por su colorido e imaginería. Arango del Banco de la República, en 1996.
Además de su actividad artística, Frida se destacó
como gestora y promotora de proyectos educati- Gran parte de su obra reposa hoy en el Museo de
vos, políticos y culturales. Arte Moderno de Medellín.
Aquelarre

Entre sus obras se destacan: El suicidio de Dorothy Por la calidad de su amplia producción es muy difí-
Hale (1938), Las dos Fridas (1939), Moisés, cil pretender destacar unas cuantas obras; sin em-
Autorretrato dedicado al doctor Eloesser (1940), La bargo, a manera de referencia mencionemos algu-
columna rota (1944) y Árbol de la esperanza man- nas de ellas: Trata de blancas (1940), Justicia (1944),
tente firme (1946). Tren de la muerte (1950), La Junta Militar (1957).

Débora Arango (1907 - )


Pintora y acuarelista colombiana nacida en Medellín.
Es considerada la representante más destacada de
la plástica colombiana del siglo XX.

En sus años de formación el maestro que más inci-


dió en su obra fue Pedro Nel Gómez.
Bibliografía de referencia 65
Banco de la República
Débora Arango, Exposición Retrospectiva, Bibliote-
ca Luis Ángel Arango, Bogotá, 1996

Círculo de Lectores
Gran Diccionario de biografías Volumes I y II, Edito-
rial Printer Latinoamérica Ltda.. Bogotá, 2002

Gran enciclopedia de Colombia, Tomo 9, Biografías,


Editorial Printer Latinoamérica Ltda.. Bogotá, 1994

El Espectador
Los Mil Protagonistas del siglo XX, Bogotá, 1998

Revista En Otras Palabras, No. 7 “Mujeres que es-


cribieron el siglo XX”, Grupo Mujer y Sociedad, Uni-
versidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2000

SEGURA, Cristina
Diccionario de Mujeres en la Historia, Editorial
Espasa Calpe, Madrid, 1998

erraleuqA
66
Aquelarre
VIRGINIA WOOLF 67
La genial escritora que se mató al
sentirse fracasada Eugenia Rico
Premio Azorín de novela
Está considerada como una de las autoras más influ- En esto se parece a Nicole Kidman, la actriz que la
yentes del pasado siglo, pero se suicidó porque se encarna en la adaptación de Las horas, del Premio
sentía derrotada. Pocos escritores han dejado tanta Pulitzer Michael Cunningham. Sabemos tanto de
información sobre su manera de pensar y actuar. Sin ella que nos faltaría sólo saber quién es, como nues-
embargo, la figura de Virginia Woolf continúa rodeada tra propia imagen en el espejo, que se desdibuja de
de un halo de misterio provocado por sus compleja tanto contemplarla. Merece la pena decir sin em-
personalidad. Encantadora y con un fuerte atractivo, bargo que, aunque Nicole Kidman haya recibido tan-
mantuvo relaciones sexuales con hombres y mujeres, tos elogios por sacrificar su belleza a una nariz en
sedujo a su cuñado y puso de vuelta y media a mu- el papel de Virginia Woolf, la propia escritora fue
chos de los literatos de su círculo. Una película, “Las siempre considerada bella, aunque nunca bonita. Y
horas”, con Nicole Kidman, que en- ésta es una de las pocas cosas que
carna a la autora de “Orlando”, conocemos de ella y la primera de
Julianne Moore y Meryl Streep, recu- sus contradicciones, aunque no la
pera su trayectoria. El argumento más chocante.
muestra la preparación de una de sus
novelas, “La señora Dalloway”, y la Sabemos que las muertes prematu-
influencia del texto en la vida de dos ras de su madre, su padre, su herma-
mujeres en décadas posteriores. no Thoby y su hermana Stella marca-
ron su vida. Seguimos sin saber si fue
Engañó a su hermana con su es- o no violada por sus hermanastros,
poso; se acostó con sus mejores aunque parece claro que sus afectos
amigas; odiaba a los extranjeros; incestuosos la trastornaron para siem-
decía que su colega Katherine pre. Sabemos que en 1912 se casó
Mansfield olía mal y, sin embargo, con Leonard Woolf, que le dio su nom-
derrochaba encanto y personalidad, bre y le consagró su vida, pero no sa-
ponía la amistad por encima de todo bemos qué sentía realmente por él y,
y es una de las escritoras más in- a pesar de las apasionadas relacio-
fluyentes del pasado siglo. nes que mantuvo con Violet Dickinson
y Vita Sackeville-West, no sabemos
Pero ¿quién era realmente Virginia Woolf? Pocas
personas han dejado tantos testimonios de su vida:
un diario de 30 volúmenes, miles de cartas y nove-
las memorables como Orlando, Al Faro, Las olas,
si amaba a las mujeres o las consideraba apenas un
poco mejores que los hombres.

Algunos biógrafos la creen frígida, pero tenemos más


erraleuqA
La señora Dalloway y, sin embargo, seguimos sin motivos para pensar que fue apasionada. Escribe a
saber qué pensar de ella. No sabemos si estaba Violet Dickinson: “Son sorprendentes las profundi-
loca. No sabemos si le gustaban los hombres, no dades –calientes profundidades volcánicas– que tu
sabemos si era socialista y ni siquiera si era femi- dedo ha despertado en mí”. De hecho, ninguna de
nista, aunque sea un icono moderno de las feminis- las emociones fuertes en la vida de una mujer le fue
tas con inquietudes sociales. Con todos los aspec- indiferente, excepto quizá la maternidad, la única
tos de su vida expuestos a nuestros ojos, Virginia forma de creatividad que detestaba.
es una antecesora de lady Di en un ámbito más
culto. Una mujer de la que sabemos todo y, por tan- Virginia no tuvo hijos, pero el matrimonio con Leonard
to, todo lo ignoramos y que forma parte de nuestra dio frutos. Juntos fundaron su propia editorial, Hogarth
familia para adorarla o para denostarla. Press. Así se evitaron tener que luchar contra los
68 editores que, como los críticos de su tiempo, no
siempre apoyaron la obra de Virginia y de este modo
unos de otros. Sabemos, por ejemplo, que Virginia
sentía predilección por el color verde, por las mari-
publicaron algunas de las obras más interesantes posas, le gustaba observar a las arañas que, des-
del momento, aunque se les escapó James Joyce, pués de danzar por las telas que tejían, acababan
que a Virginia le parecía un hombre insignificante, estranguladas en su propia red.
egocéntrico y aburrido.
Seguimos sin saber si estaba loca. Toda su vida pa-
De todos modos la Woolf es conocida por los jui- deció terribles jaquecas y agobiantes insomnios. Sus
cios despiadados que hacía de sus amigos: Keynes propios hermanos coreaban: “La Cabra está loca”.
era una foca satisfecha; T.S. Elliot, demasiado inte- La Cabra había sido el sobrenombre de Virginia en
lectual, y ya conocemos la opinión que le merece la su niñez. Y ella misma explicó a una amiga: “La pers-
Mansfield. Y es que la misma Virginia no era ningún pectiva loca de la vida tiene mucho que decir”. Sin
dechado de delicadeza, ella misma relata que en embargo, el eminente doctor Trombley escribió un
una cena se le caen las horquillas en la sopa, las libro publicado en 1981, para demostrar que la Woolf
chupa y se las vuelve a poner en el pelo. Eso sí que no estaba loca en sentido técnico, ni siquiera era
es un rechazo a las convenciones y no la rebelión una maniaco-depresiva, término que utilizan
de las servilletas con la que inició las Tardes del algunos cuando piensan que alguien está
Jueves y el Club de los Viernes con sus hermanos loco pero desconocen el nombre de su afec- “La
Thoby, Vanesa y Adrian, en su primer domicilio de
Bloomsbury, y es que al morir su padre Virginia no
ción. Pero Virginia ve a un rey inglés desnu-
do en el jardín gritando obscenidades y oye
perspectiva
sólo se mudó a este barrio de Londres, se mudó a cantar a los pájaros en griego. loca de
la Historia de la literatura. Le acompañaron Duncan la vida
Grant, que sería el gran amor de su hermana Vanesa; Después de la muerte de su hermano, Virgi-
Lytton Strachey, protogay famoso por su relación nia le inventó una existencia imaginaria para tiene
con Dora Carrington; Clive Bell, marido de Vanesa ocultar su muerte, quizá en un literario inten- mucho
primero y más tarde inventor de llevar los cuernos
como una de las Bellas Artes.
to de que las mentiras se convirtiesen en ver-
dad. Siempre defendió que lo que no se cuen-
que
ta no ha sucedido en realidad. Sus mayores decir”
crisis ocurren durante las guerras. En cierto
Adulterio y Tolerancia.
Tolerancia. modo la mantienen a salvo y su propio dolor
la salva del dolor del mundo. Y ese hermano muerto a
El grupo pasó la Primera Guerra Mundial en una los 26 años es quizá el gran amor de Virginia.
granja con Vanesa, la hermana de Virginia, sus hi-
jos, el marido engañado de ésta y el amante aban- Ella misma declara amar a su marido Leonard por-
donado. Es casi la familia ideal basada en el adulte- que “él amaba a Thoby”. Icono feminista, no podía
rio y la tolerancia mutua, diría Clive Bell. El lugar se sobrevivir sin su marido, al que adoraba; su socialis-
llamaba Charleston, un monumento a lo mejor del mo fue sobre todo apoyo al de su esposo; enamora-
espíritu del Grupo de Bloomsbury. Porque aunque da de Vita reprobó las relaciones lesbicas de ésta.
ellos tomaron el nombre del barrio por el que Virgi- Fue la editora de Freud en Inglaterra pero nadie pen-
nia deambularía durante casi 40 años, un barrio que
Aquelarre

só en el psicoanálisis para librarla de la tentación del


constituía una rebeldía solapada –los elegantes de suicidio. Porque Virginia se contradijo en todo me-
Londres lo consideraban nido de divorciados, estu- nos en su carrera incesante hacia la muerte.
diantes y otras gentes de medio pelo y moral relaja-
da–, lo cierto es que Bloomsbury era sobre todo un La primera vez se tiró de una ventana demasiado cer-
estado de ánimo. Y el mayor legado de Bloomsbury cana al suelo, la segunda vez cayó en coma a causa
es su concepto de lo que quiere decir ser amigos. del veronal, la tercera vez se metió una piedra en el
Fueron los primeros en considerar la homosexuali- bolsillo y se sumergió en el río Ouse. Era el 28 de
dad una feliz consecuencia de la amistad. Una ha- marzo de 1941. Tenía 59 años. Ella se consideraba
bitación propia, la novela de Woolf, se convirtió en una escritora fracasada. El mundo la creyó un genio.
la biblia del movimiento feminista. ¿Por qué los hom- Los niños que la encontraron pensaron que era un
bres bebían vino y las mujeres agua? En Bloomsbury tronco flotante. Fueron los únicos en decir algo origi-
ambos sexos aspiraban a beber hidromiel. nal de una mujer de la que se ha dicho casi todo. Y sin
embargo, seguimos sin saber cuál era el verdadero
Y gracias al ingente número de cartas y diarios no- norte de Virginia. Ni si al final llegó a alcanzarlo.
sotros sabemos más de ellos de lo que ellos sabían
¿UNA HABITACIÓN 69
PROPIA O UNA HABITACIÓN
AJENA?
José Antonio Lugo
Ensayista,Licenciado en letras .
Universidad Autónoma de Mexico

A mediados de los años veinte, Virginia Woolf fue Evidentemente, para Nelly Boxall la habitación de
invitada a dictar una conferencia sobre las mujeres. Virginia Woolf era una habitación ajena, como lo
El resultado fue A room of one’s own, traducido in- eran sus amigos y sus costumbres. Para ella, su
distintamente como Un cuarto propio o Una habita- patrona y sus amigos sólo eran buenos para hacer
ción propia. Como seguramente recordará el lector, libros, pero eran vanidosos, egoístas, algunos
en este brillante ensayo la escritora inglesa afirma desaliñados (como Robert Graves) y de costumbres
que la causa por la que las mujeres no habían logra- sexuales raras. Un ejemplo que ilustra su punto de
do sobresalir al mismo nivel de los hombres era la vista tuvo lugar el día del armisticio que dio fin a la
falta de una habitación propia, es decir, de un espa- primera Guerra Mundial. Nelly pidió permiso a Virgi-
cio físico y de una renta que les permitiera tener el nia para que ella y Lottie -la otra sirvienta- tomaran
tiempo y la disposición para dedicarse a labores la tarde libre a fin de celebrar el fin de la guerra.
creativas. Tiempo y dinero, también, para ver el Virginia le contestó que eso no era posible, porque
mundo, ya que de otro modo estarían condenadas iría a cenar un gran poeta que sería muy famoso, y
a narrar las incidencias de un mundo frívolo, como ellas podrían contar que esa noche le habían servi-
les pasó a George Eliot y a Jane Austen. do. El invitado fue T.S. Eliot, como sabemos el au-

Sobra decir que la conferencia de Virginia Woolf ha


tenido una enorme influencia sobre las mujeres y,
por supuesto, sobre los hombres y nuestra actitud
ante estas últimas. Al final del texto, Virginia afir-
ma: “Así, cuando les pido que ganen dinero y ten-
gan un cuarto propio, les estoy pidiendo que vivan
en presencia de la realidad.” Sí, pero, ¿de cuál rea-
lidad?

Esta pregunta seguramente pasó por la mente de la


novelista española Alicia Giménez Bartlett al escri-
bir Una habitación ajena, Premio Femenino Lumen
1997. La novela parte del descubrimiento de los dia-
rios de Nelly Boxall, quien durante 18 años fue coci-
nera y sirvienta de Virginia Woolf. A partir de las
erraleuqA
anotaciones de los diarios de ambas mujeres -Nelly
y Virginia-, la novelista española no sólo reconstru-
ye la vida cotidiana de los Woolf, sino también la de
su círculo de amigos, como Katherine Mansfield,
Vita Sackwille West -la modelo de Orlando-, John
Maynard Keynes, Clive Bell, Lytton Strachey, y to-
dos los que formaron el llamado grupo de
Bloomsbury.
70 tor de La tierra baldía, pero para Nelly sólo se trató
de un señor muy amable con acento americano que
Al final, Nelly fue despedida. Otra sirvienta la susti-
tuyó hasta el suicidio de irginia. Más allá de los
la hizo salir de la cocina para agradecerle el pastel, chismes domésticos de los Woolf, Una habitación
que le había quedado muy sabroso. ajena coloca sobre el tapete algunos temas esen-
ciales que van más allá del derecho de cualquier
Con el paso de los años las relaciones entre las mujer a tener un espacio e ingresos propios: el tra-
dos mujeres se fueron agriando. La confrontación bajo asalariado, las diferencias de clase y la dificul-
más fuerte se dio cuando, después de una rencilla tad de conciliar la dignidad y los sentimientos pro-
más por asuntos domésticos, Virginia fue al cuarto ducto de una relación cotidiana de casi dos dece-
de Nelly y ésta le pidió que se retirara: nios con las necesidades de un servicio doméstico.
Por otra parte, Nelly no escribió libros como Virgi-
-Estoy muy nerviosa y no quiero hablar más, seño- nia, pero sí sus diarios y, en buena medida por in-
ra, por eso he venido a mi habitación. fluencia de su patrona, aunque quizá también por
Virginia dio un paso adelante y puso una mano so- decisión personal y por qué no. Por un poco de mala
bre la barandilla de la cama. suerte, nunca se casó, para no perder su libertad y
-Aquí no hay ninguna habitación que sea tuya, Nelly, servir a un hombre sin paga alguna. Pero a cambio,
esta es mi casa. presumiblemente murió sola en un asilo, como mu-
Nelly se acercó aún más, y la miró a los ojos. Qui- chas mujeres en su condición. Lo último que se
zá nunca antes habían estado tan cerca una de la supo de ella fue su aparición en un programa de la
otra, ni se habían mirado tan directamente. BBC, en 1956, en el que habló animadamente so-
-Yo trabajo aquí, señora, y una parte del sueldo es bre la debilidad que sentía Virginia Woolf por los
esta habitación; de modo que esta es mi habitación helados, y sobre cómo le gustaba con delirio la sal-
mientras viva en esta casa. ¿Quiere marcharse de sa de chocolate bien espesa para bañar los paste-
mi habitación”? les .

Obras
- Virginia Woolf.- Un cuarto propio, Mexico, 1998, Calafán.
- Alicia Gimenez Bartlett.- Una habitación alena, Barcelona 1997, Lumen.
Aquelarre
LA PASIÓN POR
PA 71
COMPRENDER*
Fina Birulés

N
Escritora Española

“Nunca conocerá en nada la moderación”: con es- tampoco elaborar una teoría crítica ni tan siquiera
tas palabras se ha referido a Hannah Arendt François en forma de una teoría de la acción comunicativa,
Furet. Efectivamente “excesiva”, esta teórica de la como ha hecho Habermas, entre otros.
política es y ha sido difícil de clasificar con los “is-
mos” al uso -¿“existencialista”, “liberal”, “conserva- Por eso, aunque afirma haberse “incorporado clara-
dora”, “anarquista”, “antimarxista” ? En ninguno en- mente a las filas de aquellos que desde hace ya al-
caja bien y cualquier tentativa de reducirla a alguno gún tiempo se esfuerzan por desmontar la metafísica
de ellos parece destinada al fracaso. Quizá preci- y la filosofía, con todas sus categorías, tal y como
samente por esto ha reaparecido en la escena en las hemos conocido desde sus comienzos en Gre-
los Últimos años, en que con cierto
dramatismo nos hemos percatado de
la heterogeneidad que hay entre las
viejas herramientas conceptuales y la
experiencia política del siglo. Hannah
Arendt arranca de la consciencia de
la ruptura entre el pensar tradicional y
el mundo contemporáneo, pero ello no
la conduce a afirmar la imposibilidad
de pensar “después de Auschwitz”,
sino precisamente a una búsqueda
apasionada de categorías de compren-
sión que permitan decir la radical no-
vedad de las experiencias políticas de
nuestro siglo -el surgimiento de los
totalitarismos.

Con la irrupción del totalitarismo el hilo


de la tradición se rompe; los viejos
criterios morales y de justicia se
muestran impotentes para juzgar, por
ejemplo, actos como los cometidos por
Eichmann. Como ella gustaba decir,
nos hallamos en una situación donde
erraleuqA
sólo cabe “pensar sin barandillas”,
esto es, en una situación semejante
a la de pensar como si nadie lo hubie-
ra hecho antes que nosotros. Arendt
se toma tan en serio la pulverización
sufrida por la tradición que ya no cree
posible -a diferencia de filósofos aca-
démicos como Gadamer- reconstruir
la unidad de la tradición histórica ni
* Tomado de la revista Archipiélago Nº 30
Madrid 1997.
72 reflexión en nues-
tro siglo, Arendt
ría de natalidad sea vista en este
contexto como la matriz de toda
se propone acción. Nacer es aparecer, no
reconsiderar las poder resistirse a la autoexhibición
relaciones entre para poder revelar la propia apa-
vita contemplativa riencia, la propia singularidad. Y,
y vita activa. Ya en opinión de Hannah Arendt, en
desde Platón la fi- el mundo la leyes la pluralidad; la
losofía ha enfati- acción y la palabra están indiso-
zado las virtudes luble mente unidas porque el acto
de la primera re- primordial y específicamente hu-
servando un fuer- mano siempre debe responder al
te menosprecio a mismo tiempo a la pregunta for-
la segunda y ob- mulada a todo recién nacido:
viando sus carac- ¿Quién eres? La manifestación de
terísticas. “Lo que “quién es alguien” se halla implíci-
propongo es muy ta en la posibilidad de hacerse vi-
sencillo afirmará sible.
Arendt, en 1958-,
tan sólo pensar en Así, y a diferencia del especta-
lo que hacemos”, dor solitario del pensar, quien
y en este contex- actúa está siempre entre otros.
to establecerá su Por lo tanto, ninguna existencia
célebre y discuti- puede ser singular ó única si sólo
da distinción entre puede ser vista por sí misma
labor, trabajo y separada de la pluralidad de las
acción. Esta últi- apariencias mundanas y de la
ma constituye la pluralidad de las existencias. De
condición básica modo que, si para la metafísica
de lo político, en el Ser es uno, en el ámbito de la
la medida que política las apariencias son, por
con cada acto, definición, plurales. Esto es lo
con cada palabra que en nuestro siglo, y particu-
nos insertamos larmente en los regímenes tota-
en el mundo hu- litarios, está en peligro. De for-
mano, en una tra- ma que puede entenderse que
ma de relaciones buena parte de la obra de
cia hasta nuestros días”, no cabe que ya existía previamente a nues- Hannah Arendt se traduce en un
considerar que apuesta por el ni- tra aparicíon. La acción nunca es decidido empeño por el mante-
hilismo, dado que éste, a su en-
Aquelarre

posible en el aislamiento, puesto nimiento del mundo como espa-


tender, no es sino la inversión si- que sólo es tal si está en contac- cio de apariencias.
métrica de los valores dominan- to con la trama de los actos y pa-
tes, la otra cara de la convención labras de los otros. Por ello, Arendt Ello permite comprender por qué
y del conformismo. Con ello su- enfatizará la fragilidad de la acción: Arendt sitúa, por ejemplo, a Marx
giere que, en el momento en que actuamos siempre en un medio en el seno de la tradición de filo-
aplicamos el nihilismo a los asun- donde toda acción genera una re- sofía política que arranca de
tos humanos, los resultados ne- acción en cadena y donde todo Platón y que podría leerse como
gativos pierden su capacidad crí- proceso es causa de nuevos pro- constituida por los diversos in-
tica -dejan de ser pensamiento-, cesos. Así, a pesar de que todo tentos para encontrar bases teó-
para convertirse en parte inte- el mundo comienza su vida inser- ricas y formas prácticas que per-
grante de la rutina irreflexiva do- tándose en el mundo humano me- mitan escapar de la política por
minante. diante la acción y la palabra, na- completo. Así, categorías como
die es el autor ó productor de su las de proceso o de progreso his-
Desde esta perspectiva y cons- propia vida. De ahí que la catego- tórico, vinculadas a la concep-
ciente del descrédito que sufre la
ción continuista del acontecer histórico humano, no
son más que intentos de escapar a la fragilidad de
bien, examinar y soportar conscientemente la car-
ga que nuestro siglo ha colocado sobre nosotros -ni
73
la acción; se diría que cuando la filosofía moderna negar su existencia ni someterse mansamente a
ha tratado de pensar la política, la ha transformado su peso. La comprensión es un enfrentamiento aten-
en historia: al representar a los seres humanos en to y resistente con la realidad, cualquiera que sea o
una historia universal, la pluralidad queda diluida en pudiera haber sido ésta”. Ello se traduce, como pue-
un individuo humano, la humanidad. Frente a la li- de leerse en sus textos, por una parte, en una deci-
bertad que se da en el espacio público, la moderni- dida voluntad de responsabilidad por el mundo, de
dad se habría refugiado en la necesidad de la histo- pensar el acontecimiento y, por otra, en un gesto de
ria. Los filósofos se dirigen a la historia como totali- retornar a las palabras, meditar sobre ellas, puesto
dad para tratar de eliminar el carácter contingente y que son el alimento del pensar y, a menudo, lo úni-
la aparente falta de sentido de los acontecimientos co de que disponemos para enfrentarnos, para re-
y de las acciones históricas, y con ello terminan plicar a los sobresaltos de cuanto acontece.
anulando toda singularidad, toda individualidad en
el proceso. Esto es, al atribuir el significado de cual- Cabría pensar, pues, que las palabras de Lezama
quier acontecimiento a un fin último, vacían la His- Lima, “No le teme ni al fuego ni al hielo”, podrían
toria de todo contenido concreto. haber sido destinadas a Arendt, acaso porque las
experiencias que como judía alemana le tocaron vi-
Frente a la moderna concepción de la Historia, Arendt vir la situaron muy cerca de ambos y por haber per-
afirma que la comprensión “no significa negar la atro- seguido apasionadamente “comprender”, sin el ca-
cidad, deducir de precedentes lo que no los tiene o racterístico temor a equivocarse, a caer en desgra-
explicar los fenómenos por analogías y generalida- cia, que tan a menudo paraliza a los “pensadores
des tales que ya no se sientan ni el impacto de la profesionales”. Ella aceptó el reto y sus consecuen-
realidad ni el shock de la experiencia. Significa, más cias.

erraleuqA
74
Aquelarre
LA PRIMERA MU
PRIMERA JER
MUJER 75

Fernando Ramírez Díaz


Estudiante de Biología de la Universidad del Tolima

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de desde el or-


Dios lo creó; varón y hembra los creó”. ¿Varón y den divino a la
hembra? Este versículo del génesis (Gen. 1:27) hace mujer. Los
suponer que hombre y mujer fueron creados al uní- cabalistas
sono; al igual que el hombre, esta mujer fue hecha fueron de los
a imagen y semejanza de Dios y tiene su mismo primeros en
status ontológico. Versículos más adelante dice el tratar de ex-
génesis (Gen. 2:18-23): “Y dijo Jehová Dios: No es plicar esta
bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idó- aparente con-
nea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño tradicción en
profundo so- el texto bíbli-
bre Adán, y co. Una pri-
mientras éste mera interpre-
dormía, tomó tación sugie-
una de sus re que Adán
costillas, y fue creado ini-
cerró la carne cialmente
en su lugar. como un an-
Y de la costi- drógino que
lla que poseía un
Jehová Dios cuerpo mas-
tomó del hom- culino y uno
bre, hizo una femenino uni-
mujer, y la tra- dos por la es-
jo al hombre. palda. Otra
Dijo entonces interpretación
Adán: Esto aparece en el
es ahora hue- alfabeto de
so de mis Ben Sirá,
huesos y car-
ne de mi car-
ne; ésta será
midrash del
siglo X, referi-
do por Robert
erraleuqA
llamada Va- Graves, quien
rona, porque relata que la primera mujer, antes que Eva, fue Lilith:
del varón fue “Dios creó a Lilith, la primera mujer, como había crea-
tomada.”. do a Adán, salvo que utilizó inmundicia y sedimento
Esta fue Eva, en lugar de polvo puro”.
la media cos-
tilla, quien Tomando como fuente el Yalqut Reubeni, Graves re-
desde enton- fiere otro relato en franca contradicción con el ante-
ces encarnó rior: “Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos,
la sumisión pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se
instaurada negaba, considerando que la postura recostada que
76 él exigía era ofensiva para ella.
¿Por qué he de recostarme de-
maldición consistía en que todos
los hijos que Lilith tuviera nace-
sentación corresponde a Lillake
o Lilith, según algunos textos
bajo de ti? - preguntaba - Yo tam- rían muertos o solo vivirían por apócrifos del Antiguo Testamen-
bién fui hecha de polvo y, por con- siete días y perecerían al iniciar to hallados en los manuscritos
siguiente, soy tu igual”. Como el día ocho. Además, debería del mar muerto.
Adán permanece intransigente, comprometerse a no hacer daño
Lilith invoca el nombre mágico de alguno a los bebés que estuvie- Para otros, Lilith corresponde a
Dios, quien le da alas. Ella se ran bajo la protección de los tres la Lamia de los griegos, a la
aleja, volando, del lado de Adán. arcángeles que le han ido a bus- Brunilda de los nibelungos, o a
(Según Graves, “las hechiceras car. De ahí parece surgir el ori- un demonio asirio-babilonio lla-
griegas que adoraban a Hécate gen de los amuletos que colo- mado Lilit o Lila. También a al-
eran partidarias de colocarse en- carían los judíos desde enton- guien que escribe cuentos al sur.
cima… y así se ve en las primiti- ces en el cuello a los recién na- Tal como refiere Graves, Lamia
vas representaciones sumerias cidos. Objeto milagroso que re- era la reina de Lybia, una mujer
del acto sexual…”. Éste es, po- cibiría el nombre de camafeo. hermosa quien había engendra-
siblemente, el origen de esta do hijos con Zeus. Cuando Hera,
parte de la leyenda). Él se queja Etimológicamente, el nombre de la esposa de Zeus, lo descubrió,
al Creador que, condolido por el Lilith viene del hebreo Layil, que y como era su costumbre ven-
desamparo del varón, envía a tres significa noche. En algunos si- gativa, forzó a la reina Lamia a
arcángeles a buscar a Lilith. Ella tios aparece representada como devorar a sus propios niños. Una
se niega a volver. Sabe que, por un demonio nocturno peludo o vez Lamia tuvo conciencia de ello
orden de Dios, a su regreso le sublimada como una mujer de en vez de arrepentirse, huyó.
espera hacerse cargo de todos cabellos muy largos. Otra tra- Zeus al enterarse se enfureció,
los niños recién nacidos. Lilith ducción del hebreo para Lilith se y la consideró como el máximo
quiere permanecer en el Mar encuentra en el libro de Isaías, peligro para cualquier niño. A
Rojo, región donde es anatematizada como partir de ese momento en ade-
en la que lechuza: “Las fieras del desierto lante frecuentó las noches, ro-
abunda- se encontrarán con las hienas, bando a otras madres sus niños,
ban los y la cabra salvaje gritará a su los rastrillaría con sus garras
demo- compañero; la lechuza también como clavos antes de drenar la
n i o s tendrá allí morada, y hallará para sangre de sus cuerpos. Una vez
lasci- sí reposo”.(Is. 34:14). En la ver- que la hermosa reina Lamia se
vos, sión Nacar Colunga, este versí- transformó en una bestia horri-
culo dice: “Perros y gatos salva- ble con la capacidad de
jes se reunirán allí, y se juntarán desformarse a voluntad fue im-
con allí los sátiros. También allí Lilit posible que volviera a ser la be-
los que descansará y hallará su lugar de lla mujer que alguna vez había
había dado reposo”. sido. En un plazo corto, el nom-
a luz a va- bre de Lamia vino a referir a las
Aquelarre

rios lilim Las primeras referencias direc- brujas y a los demonios femeni-
(demonios tas a Lilith aparecen el nos que robaban a niños y se-
bebé). El Mesopotamia en una tablilla ducían a los hombres para suc-
castigo de sumeria hallada en Ur –región de cionar su sangre hasta que su
Jehová por la cual procede Abraham- y cuya pasión hubiera pasado.
esta negativa antigüedad se remonta al 2000
de Lilith a re- AC donde suele ser representa- La iglesia siempre ha planteado
gresar al lado da sosteniendo en sus manos la posiciones confusas en sus in-
de Adán con- vara y el anillo de la autoridad terpretaciones, tratando de redu-
sistirá en hacer real sumeria, además de una cir su presencia y su influencia
perecer cada corona o turbante y acompaña- ancestrales a su tenue y
día un centenar da por el pájaro de la sabiduría anatematizada aparición en el
de esos hijos. (la lechuza del libro de Isaías) y libro de Isaías en las versiones
En otras fuentes el rey de las bestias. De acuer- Nacar-Colunga y Cantera-Igle-
se afirma que la do con Julián Serna, esta repre- sias y en la Biblia de Jerusalén
en el libro de Job. También el li-
bro de Tobías (Tob. 3:17) refiere
que acaba de perder su alimen-
to predilecto.
mos ignorantes totales, Adán. Y
en eso consistía “El Paraíso”.
77
a Asmodeo, un demonio que Adán volvió a llenar su boca de -¿Quién te enseñó esas cosas?
mataba a los esposos de las reclamos. -Ya sabes quién...
mujeres más bellas, el cual con- -Sí, yo sé que todas las tardes,
trae matrimonio con Lilith, dan- -¿Qué fue lo que te dijo la ser- al lado del manzano, te reunías
do como resultado una asocia- piente? con ella. Y yo te oía hablar y es-
ción demoníaca bastante prolija -No era una serpiente... cuchaba otra voz, aunque por lo
de lujuria, sexo y sangre. Otra tupido del follaje donde me ocul-
versión más compleja la equipa- Adán guardó silencio por un taba, apenas sí podía ver una
ra a la serpiente y, según pare- momento. Miró las pequeñas forma que se resbalaba entre el
ce, sedujo a Eva. Ecos de esta manos de Eva desenredándose vergel...
última versión aparecen publica- el cabello, un cabello larguísimo, -Era yo, que me movía alrededor
dos en un misterioso último ca- un cabello que le servía de vesti- suyo.
pítulo de libro “Oficio de Maes- do. Luego, volvió al ataque. -Sí, pero al final de tus diálogos
tro” del sacerdote jesuita Fernan- vespertinos, cuando ya te ha-
do Vásquez Orozco, publicado -Bueno, lo que fuera. ¿Qué fue bías marchado, yo llegaba has-
por la Pontificia Universidad lo que te prometió para que hu- ta el árbol para inspeccionarlo y
Javeriana, el cual se transcribe bieras comido la manzana? solo veía una serpiente
íntegramente: -Libertad- contestó enfáticamen- desenroscándose del manzano
te Eva-, Libertad. con lentitud...
Mi primera Eva se mantenía altiva. No ha-
-Adán, no era una serpiente...

Maestra bía en ella ningún indicio de cul-


pabilidad. A lo mejor era por cau-
Adán volvió a padecer ese des-
concierto, típico de las pláticas
sa de la manzana. En fin, man- con Eva. Después de hablar con
Cuando Adán salió de “El Paraí- tuvo su porte digno, y empezó a ella se sentía “otro”, como que
so”, lo primero que pensó fue en jugar con una hoja, desprendida todo cambiaba de lugar y daba
buscar a Eva, su costilla de ca- de un arbusto cercano. La voz vueltas a su alrededor. Hablar
bellos largos. Y duró un largo rato de Adán se hizo más clara... con Eva era como emborrachar-
buscándola porque aunque los se con humo. Pero a la par que
dos fueron expulsados por el -Y luego, viniste tú a provocar- le producía tal rechazo, también
mismo querubín, por la misma me, a llenarme de ideas, a cam- le atraían las ideas, las cosas
espada encendida, cada uno al biarme las cosas. dichas por ella. Era como salir
salir tomó un rumbo diferente. Así -No te obligué-contestó Eva, casi de lo familiar para indagar en
que, luego de caminar y pegar susurrando. algo extraño. Recordó que Eva
algunos gritos, por fin divisó a -Sí, pero tú y tus cosas, que yo le había dicho eso, precisamen-
Eva sentada sobre una laja de no sé qué, que ya no seríamos te, “se trata de dejar lo conoci-
piedra enorme, desenredándose esclavos del temor, que podía- do, para adentrarnos en lo des-
el cabello y mirando hacia el fon-

erraleuqA
mos ser libres, que ese “Paraí- conocido”.
do del valle, ensimismada en so” no era sino otro nombre para
pensamientos posedénicos. designar la suma ignorancia... tú, Adán se alejó algunos pasos de
y tus palabras... Eva. Además de tener rabia, sen-
-Bonito lo que hiciste... tía nostalgia. Miró hacia atrás y
-Bonito ¿qué?- contestó Eva, sin Eva agarró la hoja y empezó a ya no vio por ningún lado “El
darle la cara a Adán. doblarla mitad por mitad, como Paraíso”. Tampoco vio el queru-
-Esto, lo de perder “El Paraíso”. haciendo el primer origami del bín de la espada remolineante.
Génesis. Despacio, muy despa- Contempló tan solo una gran ar-
Eva volteó la cabeza. Vio a Adán cio, levantó la cara y miró a Adán boleda y unas rocas gigantes-
desnudo, sin la hoja de parra, sin directo a los ojos. La mirada de cas. Observó algunas aves pla-
el aura protectora de la inocen- Eva traslucía más nubes que tie- neando en la distancia y sintió
cia; lo vio flaco, inerme, huma- rra, más cielo que barro. una especie de remordimiento
namente solo. Lo vio asustado, muy cercano a la melancolía. Sin
con esa mirada como de niño -Estábamos contentos y felices
porque no sabíamos nada. Éra-
78 voltearse, habló en voz alta, para que Eva lo escu-
chara.
sos, prefirió cambiar de estrategia. Se sentó al lado
de Eva y se mostró frágil, fingió ser más débil de lo
que era en ese momento.
-¿Y qué necesidad teníamos de salir de “El Paraí-
so”?, si allí estábamos tan bien, tan seguros... -Debe ser porque no comí sino un bocado de la
-La ignorancia duerme sobre nuestras seguridades- manzana, por lo que no te entiendo. A lo mejor es
balbuceó Eva. porque no asistí, como tú, a todas esas charlas ves-
pertinas...
Adán sintió que las palabras de Eva iban directo, -Conversatorios, interrumpió Eva.
como piedras, al -Por esas benditas charlas interminables, debe ser
cascarón de barro por eso. Yo no sé. Pero, ¿qué encontrabas tú o qué
de su orgullo. Se vio te daba ella...?
derrotado. Volviéndo-
se sobre Eva se compadeció. Por un instante sintió que Adán
sus pa- era como su hijo. Hasta lo vio bello en medio de su
raquítico desamparo, y pensó que podría lle-
gar a ser un buen padre del hijo que ya era
germen dentro de su vientre... Porque de eso
igualmente le había hablado su amiga, la de
las tardes del Edén, su amiga de voz seduc-
tora y ojos profundos...

-Yo también como tú, Adán, sentí un miedo


inicial. Tuve pánico a las palabras de mi ami-
ga, pero ella me ayudó a nacer otra vez. ¿Sa-
bes qué?, Adán, Mi verdadero nacimiento no fue
de una de tus costiillas, no fue de la arcilla roja,
sino cuando comí la manzana. .. Pero te decía
que ella fue dándome alientos, para dar ese
paso, para poder morder ese fruto. Adán, el árbol
que da ese fruto, según ella me contó, se lla-
ma el árbol del conocimiento... Bueno, y entre
charla y charla, ella me fue dando el valor ne-
cesario para comer, para atreverme a sabo-
rear el fruto de lo nuevo, de lo inédito... Y
comí...

Adán miraba a Eva sin pestañear. Es-


taba embelesado, seducido por las
Aquelarre

palabras de ella.

-Y cuando comí la manzana, lo que


en verdad pasó es que tuve, por
primera vez, conciencia de mí, de
lo que era, de dónde estaba.
Esa manzana fue como
un espejo. Yo
no me
comí
la manzana, yo verdaderamente me vi en ella. Y el
alimento, esa blanca masa porosa, fue como una
Sin mirar hacia atrás, comenzó a caminar con la
mujer hacia el horizonte. El sol esa tarde era en
79
revolución, y por primera vez tuve conciencia de mi verdad hermoso.
rostro, y reconocí mi cuello, mis brazos, mis se-
nos... Adán por primera vez supe que tenía un cuer- Sea cual fuere su origen y condición, está claro que
po... la racionalidad occidental aportada por los judíos
-¿Y todo eso por culpa de la serpiente?- interrumpió bajo el condicionamiento de una religión monoteísta,
involuntariamente Adán. regida por un solo Dios vengativo, celoso y machis-
-No, no era una serpiente Adán. Era Lilith, así me ta nos ha dejado huérfanos de mitologías que sim-
dijo que se llamaba Lilith, mi primera maestra. bolicen nuevas identidades, subvalorando lo feme-
nino desde la intuición considerada prerracional,
Adán guardó silencio. Se puso de pie, y como im- negando así ver el poder de la mujer como la única
pulsado por una fuerza extraña, tomó de la mano a idea renovadora para nuestra civilización, revelando
Eva. El mundo le pareció ahora menos inhóspito. además el fracaso de la hegemonía masculina.

Bibliografía de referencia
Biblia, La. Traducción de Nácar y Colunga. B.A.C. Madrid, 1974.

Biblia, La. Traducción de Cantera e Iglesias. Salvat. Estella, 1980.

erraleuqA
Biblia de Jerusalén, La. Desclee de Broumer. Bilbao, 1984.

Borges, Jorge Luis. Literaturas germánicas medievales. Emecé. Madrid, 1996.

Eliade, Mircea. Lo sagrado y lo profano. Guadarrama. Madrid, 1973.

Graves, Robert. Los mitos griegos. Alianza ed. Madrid, 1985. 2 vol.

Graves, Robert. Los mitos hebreos. Alianza ed. Madrid, 1988.

Poully, Jean. Los manuscritos del mar muerto y la comunidad de Qumram. Verbo divino ed. Estella, 1980.

Serna, Julián. Teoría del recorte del mundo en occidente. Gáficas Olímpica. Pereira, 1994.

Vásquez, Fernando. Oficio de maestro. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1998.


80
Aquelarre
LA OTRA INF
OTRA AMIA
INFAMIA 81

Alejandro Pinzón Ríos


La vida es probablemente redonda. Catedrático Universidad del Tolima
Vicent Van Gogh

Origenes
C
Con sobriedad incorregible, o una versión curtida por
la costumbre de contarla, me refirió que los muer-
tos eran arrojados al río y que formaban ondas se-
mejantes a las que él mismo muchas veces había
provocado en las piletas del Parque Centenario del
antiguo Alvargué cuando de niño les lanzaba pie-
dras - “Total siempre es redonda una onda... y acá
saber morir es una raíz... Ambas cosas, ágiles he-
ridas del agua sin secuelas”, concluyó.

Quizás es el origen de la redondez, pensé de ma-


nera harto mecánica; o el arquetipo del estremeci-
miento, agregué asimismo sin reflexionarlo mucho.
Lo que sí intenté colegir razonándolo, todavía para
mis adentros, es que sus palabras me habían con-
movido porque gracias a mi sensibilidad literaria
pude advertir que no tenían la misma lógica de aque-
llos textos que reducen una onda a una fórmula
matemática, aunque existía excesiva certidumbre
en su conclusión, tampoco la insensatez de la lo-
cura, y sí la impronta de los que asimilan un caracol
a una casa. En definitiva, me figuré que allí se reafir-
maría el pensador de la Isla Mauricio, Malcolm De
Chazal, “La vergüenza-escribe- nos da una mirada
redonda”.

Acto seguido, contrarió su imagen con aquella his-


toria que me sorprendió bastante: A lo mejor no deja
de sorprenderme que habiendo vivido casi toda mi
erraleuqA
infancia y parte de mi juventud en Alvargué, espacio
donde sucedieron los hechos, y de que su protago-
nista era una mujer muy popular en dicho pueblo,
nunca me hubiera interesado por averiguar a que se
debía la actitud de desdén, o más exactamente de
rechazo, de los habitantes adultos de Alvargué ha-
cia ella, a pesar de su encantadora cordialidad. Ahora
desde mis recuerdos caigo en la cuenta de que eran
ciertos estos últimos detalles, aunque fueron incor-
porados de manera ambigua en lo relatado por aquel
hombre que acababa de conocer plantado en la ori-
82 lla del río Alvarado -”Esa historia
se le convirtió en un molino que
zuda conducta, que llevaba “años
enteros”, mirando ensimismado Cuando intenté, de nuevo ante
atrapó el resto de su vida... La correr las aguas del río Alvarado- el hombre, que develara sus sen-
única ciertamente muerta fue “Así permanece, ante corrientes timientos, suspendió por breves
ella...claro...Todos en realidad briosas o mansas, Orilla huma- momentos la conversación y se
morimos, pero no todos vivimos na”, me confesaron sin asombro corrió con hosquedad a un lado.
realmente”, precisó. las lavanderas habituales del río. Luego manifestó con voz conte-
Luego, hicieron una pausa. Fija- nida: “El amor... sólo sé que es
ron sus miradas en él que conti- paradójico, sitúa en el instante,
El Narrador nuaba absorto ( en su rostro se
mezclaban, con alguna nitidez,
pero, termina eternizado un nom-
bre... Claro... Nada hay más eter-
Al hombre, reitero, lo conocí fren- varias sensaciones, el grito, el no que los castillos de arena:
te al río Alvarado, que corre pa- desconcierto, la derro-
ralelo al municipio de Alvargué, ta y el arrepentimien-
estando él sentado ( léase petri- to), y hablándome con
ficado) por largas horas en una mayor libertad y con-
inmensa piedra y con la mirada fianza prosiguieron:
en las aguas; y yo en un paseo
familiar de una de mis esporádi- “Las malas lenguas
cas visitas vacacionales a esa aseguran que le gus-
mi tierra natal. ta esperar el final de
nuestras jornadas,
Luego los mayores que me para vernos los senos
acompañaban me informaron, cuando nos bañamos,
ante la presión de mí interés por pero eso es mentira,
su actitud, que “siempre fue, a injusto sería si no lo
pesar de su militancia conserva- negáramos, nunca
dora, un burócrata mimado de la nos fisgonea... ade-
Alcaldía de Alvargué”. más, parece no ver lo
que mira”, agregaron.
Con todo, no tengo recuerdos
suyos ¿La memoria se desliza Horas después, con-
en el olvido? ¿Nada retiene el seguí dilucidar con
enigma que representa? Y pien- sus parientes cerca-
so que lo explican dos razones nos que empezó a re-
igualmente significativas: La pri- fugiarse en el río des-
mera, el temor de mi padre, que de que se enteró de
era maestro de escuela-y el úni- que la protagonista de
co que me indicaba cosas de los “la historia que lo ape-
adultos-, a las consecuencias
Aquelarre

naba” sufría una enfer-


que generaba toda “participación medad terminal. Lo
en política”-la opinión y el comen- cual significaba, para
tario eran considerados como eso mismos allega-
tales- en un medio bastante sec- dos, que él no podía
tario y violento. La segunda, mi llevar “un largo perío-
infancia en Alvargué, feliz y ve- do en ese plan”, pues
loz, la viví sin intereses y apren- para en esos días la
dizajes distintos a los de los jue- mujer continuaba viva.
gos en galladas, las películas
de Tarzán y las de vaqueros. “El aún se atormenta
porque nunca ha de-
A continuación, me atreví a abor- jado de quererla”, aña-
darlo porque me comentaron, al dieron algunos de sus
indagar sobre su desolada y to- amigos.
hasta una revolución comunista
es repetir a Moisés atravesando
Al punto, comenzó a indagarme
acerca de mis posibles conoci-
Contemplación 83
el mar Rojo” mientos de remedios para un Ganas no me faltaron de cues-
gallo de pelea viejo, escuálido y tionar la mentalidad todavía
No se por qué aquel hombre me ciego, que mantiene amarrado exageradora, por decir lo menos,
hizo recordar que Sócrates, se- con una corta cabuya frente a su de mis coterráneos, en torno a
gún Platón, para demostrar la casa, a la salida de Alvargué en un hecho que para mí no
inmortalidad del alma sigue la la vía al Nevado del Tolima, y que ameritaba tanto rechazo. No
prueba de Alcmeón, sobre los celosamente vigila desde una de podía explicarme cómo no se
contrarios que se mueven en cir- las ventanas-”por pura maldad le habían indignado en igual o ma-
culo. echaron limón con sal en los yor medida con hechos como los
ojos”, me explicó. siguientes, que también me na-
Debo reconocer, que sus confe- rró el desolado hombre del río:
siones no toleran la solidaridad Otros resultados de mi pesqui- En la misma época llegaron las
ni la condena, sólo la repetición: sa me empujaron al desconcier- fuerza oficiales del Estado a
acontecen no acabadas. to, al estrellarme contra elucida- Alvargué y sacaron de su casa
ciones de los mayores imagina- a un sastre que solía distribuir la
tivas, elusivas y descomunales prensa comunista, poca por cier-

La Protagonista (de los jóvenes de Alvargué pude


apreciar que hasta ignoran su
to, en el pueblo. Luego lo trasla-
daron a la plaza principal y cita-
Cuando la vi me impactó su as- existencia), como las siguientes ron a todos los habitantes. El
pecto actual: no quedaba nada entre otras muchas: comandante del operativo (que
en ella de la vitalidad y la belle- hoy vive en Alvargué tranquilo)
za física de otrora, ni siquiera Dicen que igual que María Félix tomó la vocería y planteó un es-
guardaba señales de las mis- en una famosa película mexica- carmiento público: empuñó un
mas. Sí la describiera débil, ten- na, cargaba una corona negra machete, se acercó al sastre
dría dificultades para dibujarla hecha de buitres. preso y le propuso que con sus
con exactitud...un probable dibu- propias manos se castigara por
jo de la debilidad podría ser algo Dicen que su frialdad ante la sus errores políticos-” ¿Nunca te
delgado que desaparece y retor- muerte encogió su destino. haz auto castigado por tus
na, y eso no sucedía con ella... embarradas?... ¿No será que te
los años la habían borrado casi Dicen que utilizó los ojos de los lo tienes merecido?”, le espetó.
por completo. muertos como espejos para pei- Al punto, el oficial con el mache-
narse. te le cercenó uno de los brazos
No obstante, apenas empecé a a la altura del hombro al sastre
abordarla, percibí que la amabi- Cuando días después nuevamen- y con el mismo brazo cercena-
lidad, el rasgo más acentuado de te fui a visitarla e intenté provo- do le propinó una garrotera.
la imagen que de ella guardo carla sugiriéndole la permanen-
desde mi niñez, no la había aban- cia de aquellos rumores, se com- O lo que le hicieron también las
donado. Fuerza Oficiales a otro activista

erraleuqA
portó impasible reconociendo
versiones, ni siquiera advertía comunista, esta vez una mujer:
Y al intentar que abordara ese que ganaba simpatía conmigo y irrumpieron a la madrugada en
proceso violento del antiguo moralmente la respaldaba. la casa de la mujer, que era an-
Alvargué en donde supuesta- ciana , viuda - “y líder colabora-
mente todavía estaba atrapada, Casi al despedirse, cínicamente dora de la región”. La traslada-
no logré absolutamente nada - o con inocencia, me recreó con ron junto a uno de sus peque-
”cualquiera reconocería que us- ligeras y delgadas pinceladas el ños nietos hasta el patio, y an-
ted es hijo del profesor Everito, añejo Alvargué de mi infancia, y tes de asesinarlos a los dos,
es su vivo retrato”, fue lo único remató diciéndome- “No vaya a obligaron al pequeño a que le
que me dijo, pero sin la más mí- cometer el error de cambiar cortara con un afilado cuchillo el
nima señal de prevención o de- algo... Tenga en cuenta que las dedo índice de la mano derecha
seo de escamoteo al respecto, preguntas suelen cambiar el pa- a su abuela, con el perverso ar-
al contrario, evidenciaba la indi- sado”. gumento de que con ese dedo
ferencia que el olvido procura. la anciana le indicaba a la gue-
84 rrilla comunista quienes eran los informantes del
ejercito.
Al final no me atreví a lanzármele, porque ella me
neutralizó con su acostumbrada y dulce amabilidad.

La violencia generalizada y la variedad en sus prác- Sin terminar de acercarse, mientras caminaba, me
ticas ¿No han permanecido, casi como dimensio- pidió que me llevara algunos cadáveres que esta-
nes culturales, en el devenir histórico de Alvargué? ban dentro de la casa- “son familia y los mataron
dentro de la jurisdicción del municipio”, argumentó


La Historia para persuadirme, ya junto a la cabina del vehículo.

“Sí acaso no se han secado las venas en donde se En vertiginosa congestión pasaron por mi cabeza
columpian los recuerdos, creo que corría Febrero recuerdos de sus dos viejos y sus tres hermanos.
de 1953, un lunes ardiente en todo sentido.
Tras reaccionar, molesto conmigo mismo, porque
Para esa fecha, yo era el conductor de la volqueta claro quería complacerla, le expuse que físicamen-
del municipio, y el Alcalde apenas llegué me orde- te era imposible-”fíjese que la volqueta está reple-
nó realizar un recorrido para recoger los muertos ta”, le indiqué.
del fin de semana y arrojarlos al río-”De pronto el frío
de la Pelona encoge al pueblo, no olvide que los Entonces, fue cuando ella me hizo esa propuesta
lunes son peliagudos, pero podrían empeorar si no que de entrada me aterró, impulsándome de mane-
se les ayudara a los gallinazos, morirían de llenura ra inmediata a difundirla, logrando con ello que todo
“me dijo, medio en serio y medio en broma. el pueblo se escandalizara y la condenara al recha-
zo generalizado.
Tenga presente, señor, que ya le había explicado
que en esa época la muerte era una maña de todos Hoy me arrepiento de haber reaccionado así, reco-
los caminos ¿o no? nozco que era peor lo que yo hacía, al distraerme
arrojando cadáveres al río para verlos formar
Bueno, volviendo a lo que iba, yo obedecí con entu- ondas...por supuesto lo admití para aguantar el ofi-
siasmo, claro que nunca llegué a los extremos de cio y nunca lo hice con familiares.
ella... o eso era lo que creía
“Hagamos una cosa, seleccione usted cinco cadá-
Lo cierto fue que al recoger gran parte de los muer-


veres frescos y los cambiamos por los míos que ya
tos del sábado y el domingo, la volqueta se llenó al tienen sus días”, me propuso ella con descarada y
tope. desconcertante serenidad”.

Y cuando ya adelantaba la casa de la mujer, rumbo


al río; ella se asomó apresurada a la puerta y me
gritó que la esperara para pedirme un encargo.

Pero prosiguió con tanta parsimonia y yo estaba


tan atafagado con la cantidad y el olor de mi carga
Aquelarre

que hasta me provocó no esperarla.

Sin embargo, al observar que tenía una pijama


semitransparente decidí aguardarla. Incluso, cuan-
do ella se agachó, dándome la espalda, para colo-
carle una piedra a la puerta y así impedir que se
cerrara, alcancé a relacionar sus nalgas con las
ondas-” Despiertan más sueños con carnes”, pen-

“ Ya me le he insinuado, pero la realidad es que el


puro calor no puede alborotar una flor, hace falta el
viento”, volví a pensar.
LAS LLAVES DE L
LLA A
LA 85
FELICIDAD
FELICIDAD
Gustavo Quesada

M
Profesor Universidad INCCA de Colombia
Mientras mordisqueo este amarillo y jugoso duraz- desacomodamiento y poder gozar de su desnudez,
no, reafirmo mi fidelidad a Helena. ¿Cómo llegué a estado en el cual ella olvida el recato y el pudor y
esta resolución? Es simple y extraño: mi amada
me había obsequiado un llavero metálico liso y relu-
ciente, y con él un juego de llaves de nuestro nuevo
apartamento. Cada una de ellas marcada: la de la
entrada, la del salón, la de la alcoba: la de la des-
pensa, la del patio, la del armario, la del aparador
de los vinos, y algunas más que sería prolijo enu-
merar. Debo confesar que nunca he cargado llaves.
Las refundo permanentemente. Además, ¿llaves para
qué? Yo no tengo casa, tengo mujer. La casa es el
reino de mi mujer, Pedro de esa iglesia que barre,
limpia y decora para que nuestro amor sea perfec-
to. Ella hace las almohadas y las coloca bajo mi
espalda para mi comodidad, no importando que se
me entiese la nuca; hace las cortinas con las que
inevitablemente me enredo; prepara los pucheros
que me resienten el estómago. En fin, en la casa
todo está hecho para mi bien, así el café sea insípi-
do, las comidas sin sal, los asientos muy bajos, las
mesas muy altas y las cobijas muy pesadas. Con
sonrisa de felicidad me muestra sus inventos hoga-
reños, como ese cubiertero con el que me he corta-
do varias veces los dedos, puesto que para sacar
un cuchillo tengo que presionar a la izquierda los
tenedores, bajar el mango de las cucharas hacia la
derecha y finalmente, halar con firmeza el cuchillo
mientras detengo con los dedos pulgar e índice el
aparato, con la consecuencia de que al hacerlo, me
pincho inevitablemente.

Ella sabe donde va todo y donde no debe ir. Yo llego


y me muevo por ese espacio organizado meticulosa-
erraleuqA
mente y del cual, como de la vida, me pregunto su
última finalidad, con la sensación de que,
ineludiblemente, cometeré un error: cerrar la puerta
duro, colocar el jabón donde no debe estar, sentarme
en forma incorrecta, coger el cubierto o el vaso inde-
bidos, orinar fuera de la taza, comer a deshoras y en
forma inapropiada, y así sucesivamente. Es tal el
cúmulo de reglas que debo cumplir, que he creído
necesitar ejercicios nemotécnicos para no olvidar nin-
guna, y de esta manera, evitar sus crisis de
86 había abierto una
floristería en la
esquina de mi
casa y que cerra-
ba las rejas de su
almacén cuando
yo cruzaba. Ha-
blamos brevemen-
te: treinta años,
separada legal-
mente, sola, sin
hijos y con una
chequera gruesa a
su disposición. Le
di ánimos por su
soledad, la felicité
por su negocio y
me despedí.
Cuando soltaba
su mano, me afe-
rró nuevamente,
me atrajo hacia
ella y me dijo casi
al oído: “contigo
no hubiera conoci-
do la soledad, es-
toy segura”. Me
procede como una geisha de tie- me las llaves, lo que para mi im- soltó luego con ternura: “ven a vi-
rra caliente y tropical. Esa es mi plicaba libertad y soledad. ¿Qué sitarme cuando quieras, te ofre-
compensación, aunque luego la extraño designio se ocultaba tras ceré un tinto”.
pague con fuertes dolores mus- de ello? El primer día luego de
culares, fatiga y depresión por usar todas las llaves, expectante Definitivamente era demasiado
agotamiento. Entonces, ¿para y premonitorio, me mantuve para mi. Llegué a casa sudando
qué llaves? La casa es su reino y tensionado hasta que ella llegó. y visiblemente alterado. Por poco
yo su cortesano, servidor, usua- Como era de esperarse recorrió no distingo la llave de la puerta y
rio y usufructuario, al igual que el nuestra vivienda con su aire de casi tuve que romper la chapa
hombre en este mundo de Dios. superioridad tolerante, me hizo de la licorera para servirme un
Pero ella quería que yo me sin- las recomendaciones usuales, y trago de ron. Tres casualidades
tiera el señor de ese universo. luego se irritó hasta las lágrimas -¿causalidades?- juntas: los fo-
Aquelarre

Quería que yo disfrutara del po- porque la ceniza de mi cigarro rros de los muebles, las llaves y
der que se siente al abrir o cerrar había ensuciado el tapete. Hice Sofía, mi dulce amiga de hacia
una puerta, al disponer de las co- lo posible por obtener su perdón, siete años, insinuante y amoro-
sas. Yo no me interesé, pero ella y creo que lo logré después del sa, padeciendo, quizá, una
insistió. En los días siguientes, amor, su sueño reparador y pro- agobiadora carencia de varón.
tendría que permanecer en casa fundo y mi prolongado insomnio, Era riesgoso. Jamás me había
de su madre más tiempo del durante el cual ni por un momen- acercado a otra mujer en lo que
acostumbrado, pues entre ambas to dejé la sensación premonitoria. llevaba de casado. Temía a
estaban tejiendo los forros de los Al día siguiente, hacia las seis Helena, pero más que eso, me
muebles. Finalmente, accedí. de la tarde, mi ansiedad comen- producía horror su posible reac-
Claro que he de confesar, con zó a disiparse. Se trataba nada ción ¿Se suicidaría al saberse
algo de inquietud: eran dos situa- menos que del reencuentro con traicionada y yo por siempre lle-
ciones que sólo la mente podía una vieja amiga, -a quien nunca varía en mi alma la culpa de su
unir. Hacer forros para los mue- había podido tener a menos de muerte? Me veía la muchedum-
bles, lo que la demoraría, y dar- cincuenta centímetros de mi-, que bre señalándome acusadora.
¿Me echaría de la casa y se
encerraría a barrer, a tejer, a de-
pararía con su exmarido? ¿Me
demandaría que la acariciara
salón de belleza de doña
Cleotilde. Pude dormir en paz.
87
corar por toda una eternidad? como lo hacia él? ¿Me proscri- Ninguna sospecha.
¿Acudiría a maleficios para des- biría caricias iguales o semejan-
truirme? ¿Diría perdonarme, pero tes a las de él? Tal era mi esta- A partir de ese día todas las tar-
se dedicaría a quejarse de mi in- do de tribulación que no me di des antes de entrar a mi casa
gratitud el resto de la vida? ¿Con- cuenta cuando Helena llegó. pasaba por donde Sofía. .Entre
seguiría, sin romper conmigo, un Sentí que el cielo y la tierra se los dos se había creado un am-
amante? ¿Me pediría el divorcio unían. Se daría cuenta. Con su biente de atracción y complici-
y luego se casaría con un hom- tradicional suspicacia notaría mi dad. Aunque nunca me insinuó
bre delgado y amarillo para te- preocupación y no descansaría nada, insistía en repetir que a los
nerlo rozagante y gordo al cabo hasta saber la verdad. Estaba hombres había que dejarlos en
de unos meses? En mi imagina- perdido, irremediablemente per- paz. No molestarlos con oficios
ción los veía caminar enlazados, dido. Sorpresivamente, apenas domésticos, no preguntarles
mientras ella le ponía confituras nada por sus demoras, no aco-
en la boca, le cepillaba el saco, sarlos sexualmente. Ella, por
le arreglaba el nudo de la corba-
ta, le cosía los botones y le de- Llegué a casa ejemplo, si se volviera a enamo-
rar, se proponía, para conservar
cía ternezas, mientras él reía con
satisfacción. En mi delirio la
sudando y a su hombre, consentirle todos
los caprichos, incluso que tuvie-
odié. Claro que también llegué a
pensar, para mi regocijo, que a
visiblemente ra amante. Los hombres son
otro cuento, repetía. De ellos es
lo mejor no le daría importancia: alterado. Por el mundo, pero ellos son de no-
“Así son los hombres”, o quizá sotras, si les brindamos el repo-
pensaría que era su culpa y con poco no distingo so necesario. Y me miraba tier-
tesón se dedicaría
reconquistarme. Si ahora era
a
la llave de la na con sus ojos profundos.

pesada con sus ternuras, cuida-


dos y correcciones, podía ima-
puerta y casi El viernes Helena me telefoneó
a la oficina. Su madre había en-
ginármela en su empeño por re-
cobrarme. Agobiante. Sus
tuve que romper fermado y se quedaría en casa
de ella. ‘”Hazte un emparedado”
empalagos serían miel para el la chapa de la me dijo. “Acuéstate temprano.
consumo de todo el día y con No me llames porque sabes que
todas las comidas. Otro aspec- licorera para el teléfono de mamá queda en
to que me angustiaba era Sofía:
¿Qué querría? ¿Un romance? servirme un su alcoba y a ella le molesta que
suene en las noches. Duerme
¿Hasta cuándo soportaría ser
aventura y me pediría ser mi
trago de ron. pensando en mí, pero, eso si, no
fumes en el cuarto, no dejes la
amante? ¿Si acaso anhelaba nevera abierta, recoge la ropa

erraleuqA
ser mi amante, por cuánto tiem- sucia, cierra las ventanas, ajus-
po aceptaría esta situación an- me saludó, me dio un beso en la ta la puerta, corre el cerrojo,
tes de reclamar ser mi esposa? mejilla y se dedicó a mostrarme echa llave. Ahora eres todo un
Si se convertía en mi esposa, los forros de los muebles, las esposo -me señaló- tienes llave
¿cuanto tiempo demoraría para costuras, la calidad del paño, el de la casa”.
empezar a imponerme las nor- juego que hacían con las corti-
mas de su reino? ¿Desearía hi- nas, la protección que brindarían Esa tarde salí de la oficina an-
jos? ¿Cómo sería desnuda? a los asientos. Luego, mientras tes de tiempo, tomé taxi y lle-
¿Cómo le gustaría el amor? ¿Tí- probaba el forro de uno de los gué a la floristería a las 5:45.
mida? ¿Rutinaria? ¿Imaginativa? muebles, con lujo de detalles me Sofía no se sorprendió. Todo su
¿Insaciable? ¿Se entregaba, contó la evolución de los acha- cuerpo respiraba sensualidad.
poseía, flagelaba, azotaba? ¿Ge- ques de su madre, los líos finan- Parecía que hubiese estado
miría, lloraría, gritaría, pujaría, cieros del tío Francisco, las im- aguardando con la certeza de
cantaría? ¿Y si tuviera otro aman- pertinencias de Evita, la criada que “ese” era el día. Cerró la
te y éste fuera celoso? ¿Me com- de su hermana, y la quiebra del registradora y luego de peinarse
88 se me acercó coqueta: “A dónde vamos?” “A mi
casa”, repliqué mecánicamente, pues, hacía tanto
maletín, repasé de nuevo todos los bolsillos y no
encontré las llaves del apartamento. La felicidad se
tiempo que no salía con una mujer, distinta a Helena, me escabullía. Sofía me miró con ironía, ira y con-
que no sabia a dónde llevarla. “¿Y tu mujer?”,me miseración. Me tendió la mano formalmente y se
dijo. “Hoy no irá”, le contesté. Se quedo en silencio marchó.
pensando. “¿Estas seguro?”, musitó. “Sí” le res-
pondí. Entonces se me acercó felina y rodeó mi
cuello con sus brazos. Nos besamos con pasión.
Su cuerpo, un poquito adiposo, al ceñirse contra mí
EPÍLOGO
me envolvió en efluvios que creía olvidados. Luego
cerró el local y como dos vecinos que se encuen- Durante una semana Helena me increpó mi dis-
tran en la calle y charlan con indiferencia nos dirigi- tracción sin parar. Hizo cambiar todas las guardas
mos a la casa. Tem- y se quejó de su suerte, pues Dios le había depara-
blando metí las ma- do un marido menor de edad, distraído, torpe, sin
nos en los bolsillos del sentido de la responsabilidad, sólo bueno para fir-
pantalón, del saco, de mar papeles y para dormir. Nunca mas me daría
la camisa, llaves así se viera obligada a no salir jamás de la
esculqué el casa. De Sofía no he vuelto a saber. Al día siguien-
te, cuando pasé frente a su negocio me miró como
a cualquier transeúnte, aunque no dejó de hacer
un gesto con la mano en dirección al bolsillo. Fue
un gesto afirmativo de poder, pues en el bolsillo
tenía las llaves de su almacén. Tiempo después
se trasteó. Hoy, que la recuerdo trato de interpre-
tar lo acontecido. ¿Qué hubiera pasado? ¿Qué
oculto designio me llevó a refundir las llaves de la
casa? La calle es de los hombres me ha repetido
siempre Helena y yo le creo, aunque no dejo de
pensar que la calle, sinónimo de vida y de fortuna,
tiene puertas y que las llaves de estas puertas las
tiene Dios. La casa, el reino de lo cotidiano, el lugar
donde dormimos y amamos es de la mujer. La dife-
rencia estriba en que la mujer desde siempre ha
tenido las llaves del reino. Por ello no volví a dejar-
me acariciar por la tentación del adulterio. Dios
dispuso las cosas de este modo para que yo
fuese feliz.

Mi dulce Helena me grita desde la cocina


que no deje la pepa del durazno sobre la
Aquelarre

mesa. Yo la obedezco Ella sabe. Ella ja-


más perdería las llaves de su casa, las
de su reino, las del reino de la felicidad.
FEMINISMO: SELECCIÓN DE 89
TEXTOS
Amelia de Sola
Escritora Española
“El feminismo es una apelacion al buen sentido
de la humanidad.”
Mary Wollstonecraft

R
Resulta poco conocida, fuera de los ámbitos espe-
cializados, la importante producción teórica que
filósofas y pensadoras feministas están realizando
Benhabib o las españolas Celia Amorós y Amelia
Valcárcel.

en ámbitos tan relevantes como ética o teoría críti- Por su parte, el feminismo de la diferencia, articula-
ca, entre muchos otros. do en torno a autoras francesas como Luce Irigaray,
e italianas como el colectivo filosófico Diótima, lle-
De especial interés resulta la polémica que, en el ga a afirmaciones tan radicales como que existen
seno del pensamiento feminista, se está dando en no uno, sino dos sujetos de conocimiento diferen-
la actualidad entre los llamados feminismo de la ciados, e insiste en la necesidad de un conocer y
igualdad y feminismo de la
diferencia.

El feminismo de la igualdad,
de raigambre ilustrada, pese
a una implacable crítica a los
aspectos oscuros de la mo-
dernidad (podría hablarse de
un pensamiento feminista de
la sospecha), reclama para
las mujeres el pleno estatus
de sujeto humano,
radicalizando la idea de uni-
versalización de los derechos
humanos, haciéndolos real-

erraleuqA
mente (y no solo formalmen-
te) extensivos a toda la es-
pecie y terminando, por tan-
to, con cualquier atisbo de
“doble código”. En palabras
de C. Amorós: “...feminismo
de raíz ilustrada que se arti-
cula fundamentalmente en
torno a las ideas de libertad
e igualdad, entendida como
autonomía individual, como
horizonte regulador y norma-
tivo”. Autoras representativas
de esta tendencia son la
filósofa de Harvard Seyla
90

pensar el mundo específicamen- Mª Milagros Rivera “Nombrar el dado fuera. Porque, tradicional-
te femeninos. Según C. Amorós: mundo en femenino”. mente, el sujeto del pensamien-
“..se caracteriza... por su impug- to, el sujeto del discurso, el su-
nación a radice del proyecto ilus- Lo que sigue son algunos tex- jeto de la historia, el sujeto del
trado, que, o no es en modo al- tos que me han parecido deseo, es un ser masculino que
guno su referente, o lo es en el ilustrativos. se declara universal, que se pro-
sentido polémico de enmienda a clama representante de toda la
la totalidad por intrínsecamente humanidad. Según el pensa-
masculino. ..Esta tendencia se
configura... en torno a la proble-
María Milagros miento de la diferencia sexual,
el sujeto del conocimiento no
mática de la constitución de una
nueva identidad femenina en el
Rivera Garretas sería un ser neutro, sino
sexuado, y el conocimiento que
contexto de la crisis del sujeto y ese sujeto pretendidamente uni-
la polémica sobre la relación mo- ”Diferencia sexual se refiere di- versal ha producido a lo largo de
dernidad-postmodernidad, inter- rectamente al cuerpo, al hecho la historia sería solamente cono-
pretada aquí como ruptura, más de que, por azar, la gente naz- cimiento masculino...en el que
que como dialéctica.” El feminis- camos en un cuerpo sexuado. las mujeres no nos reconoce-
mo de la diferencia ha recibido ...A este nacer en un cuerpo mos. Porque, en las sociedades
fuertes críticas por su trasfondo sexuado, el pensamiento de la patriarcales, los hombres ha-
diferencia sexual le ha llamado
Aquelarre

esencialista, y se ha puesto de brían construido su identidad


relieve que esa reivindicación de “un hecho desnudo y crudo”. Un masculina como única identidad
la diferencia podría terminar po- hecho sin cobertura simbólica... posible, y nos habrían negado a
niendo en peligro los espacios un hecho que no ha sido las mujeres una subjetividad pro-
de libertad conseguidos por el mínimamente humanizado... que pia. De ahí la condena ancestral
movimiento de las mujeres. se ha quedado fuera de la cultu- al silencio. Por tanto, lo que co-
ra, fuera del pensamiento, fuera nocemos como femenino en el
Para profundizar algo mas en el de la filosofía tal como la cono- patriarcado no sería lo que las
pensamiento de la igualdad es cemos, fuera, incluso del lengua- mujeres son o han sido en el
interesante leer el nª 6 de la re- je... pasado, sino lo que los hombres
vista de filosofía Isegoría, dedi- -o algunos hombres- han cons-
cado a ética y feminismo. Sobre Esto quiere decir que en la epis- truido para ellas, han dicho que
feminismo de la diferencia se temología corriente, en la orga- ellas son...
puede comenzar con el libro de nización dominante del conoci-
miento, las mujeres hemos que-
Que la formulación teórica más
completa de la práctica de la li-
No podía evitarla, aunque quisie-
ra. Era la razón que germina,
91
bertad femenina en términos de una razón que no era nueva,
diferencia sexual se haya produ- pues ya aparece antes que
cido en la Europa del siglo XX Heráclito...Puede decirse
tiene que ver con la filosofía post- que no faltaban las coinci-
moderna y, antes, tiene que ver dencias. Los dos seguía-
con la culminación formal del pro- mos el rastro de la aurora,
yecto de igualdad entre los pero cada uno de una aurora
sexos de raigambre humanista distinta. O de la misma, pero
e ilustrada. Cuando las primeras vista de otra manera.”
generaciones de alumnas acce- (María Mi- lagros Rivera
dieron a la universidad sin trabas Garretas, Nombrar el
legales, se pusieron a estudiar Mundo en Femeni-
sistemáticamente el conoci- no. Icaria, Bar-
miento corriente, percibieron sus celona
grandes vacíos, no se reconocie- 1994, p. 81
ron en él, no hallaron en la tradi- y sigs.)
ción filosófica dominante un lu-
gar en que significarse, un lugar
donde establecer con libertad su
sentido de sí. Y les pusieron
Iris Marion
nombre a las cosas que ellas
efectivamente percibían. El rela-
Young
to que hizo en 1986 María
Zambrano (1904-1991) de su gé- ”En el esquema social expre-
nesis de la razón poética ...ex- sado por Rousseau y Hegel,
pone dramáticamente la sensa- las mujeres deben ser exclui-
ción de ajenidad ...que probable- das del ámbito público de la
mente han compartido en algún ciudadanía debido a que son
momento de su vida bastantes las guardianas de la afectivi-
genias muy cultas y emancipa- dad, el deseo y el cuerpo. Per-
das del siglo XX: mitir que las llamadas al deseo
y a las necesidades corporales
...Mi razón vital de hoy es la que agitaran los debates públicos so-
ya aparece en mi ensayo “Hacia cavaría la deliberación pública frag-
un Saber Sobre el Alma”...Yo mentando su unidad...
creía, por entonces, estar ha-
ciendo razón vital y lo que esta- El mundo burgués instituyó una divi-
sión moral del trabajo entre razón y

erraleuqA
ba haciendo era razón
poética...Yo le llevé este sentimiento, identificando masculini-
ensayo...al propio don José Or- dad con razón y feminidad con senti-
tega, a la Revista de miento y deseo...la esfera moderna de
Occidente...El, tras leerlo, me la familia y de la vida personal es una
dijo: “Estamos todavía aquí y creación tan moderna como el ámbito
usted ha querido dar el salto al moderno del estado y la ley, y forma par-
más allá”....Yo salí llorando por te del mismo proceso. La imparcialidad y
la Gran Vía ...Y de ahí parten racionalidad del estado dependen de que
algunos de los malentendidos la necesidad y el deseo sean contenidos
con Ortega, que me estimaba, en el ámbito privado de la familia....
que me quería...Y yo a él. Pero
había...como una imposibili- La razón normativa moderna y su expre-
dad... Esa razón poética ...ale- sión política en la idea de lo cívico público
teaba en mí, germinaba en mí. tiene, pues unidad y coherencia mediante la
expulsión y el confinamiento de todo lo que ame-
92 nace con invadir al estado con su diferenciación: la
especificidad de los cuerpos y deseos de las muje-
moral juega para el sistema de la razón mismo, las
convierte en una “bella” irracionalidad, cuya única
res, la diferencia de raza y cultura, la variabilidad y vía de participación en los elevados fines de la hu-
heterogeneidad de las necesidades, los fines y de- manidad emancipada por la razón pasa por su so-
seos de cada individuo, la ambigüedad y variabili- metimiento al entendimiento y la virtud “sublimes”
dad de los sentimientos.” (Iris Marion Young, Impar- del sexo masculino.
cialidad y lo Cívico Público, en Benhabib y Cornella,
Teoría Feminista y Teoría Crítica, Edicions Alfons el Lo que Úrsula Nolte, en su reflexión sobre Kant,
Magnanim, Valencia, 1990, pag.103 y sigs.) considera un mero desajuste intelectual sin más,
era ya interpretado en 1953, con menos esfuerzo
teórico pero mayor contundencia, como simple y
Luisa Posada Kubissa pura misoginia por Buytendik. Otras posturas
hermenéuticas más matizadas encuentran la clave
del pensamiento kantiano sobre los sexos en una
”De modo que la reclamación universal de Kant de actitud ambivalente, que, por un lado, participa del
“¿Qué es la ilustración?” de 1784, en el sentido de modelo de pensamiento moderno-burgués -por cuan-
emancipar a la razón humana de todo sometimien- to entiende el matrimonio como pacto- mientras que,
to, yugo o sumisión a cualquier otro tutor heterónomo por otro lado, presenta rasgos pre-ilustrados y pre-
a la razón misma, hay que entenderlo restringido al burgueses cuando se refiere al contenido de ese
ámbito de los seres racionales de sexo masculino contrato. Así, para Kant, en el fondo del
pues, para las mujeres, seguirán siendo necesarios contractualismo conyugal subyace la lucha entre
los tutores que las guíen en su minoría de edad, de los sexos y no el vínculo amoroso que caracteriza
hecho, tales tutores, para el caso de su contacto la comprensión moderno-burguesa del matrimonio.
con el conocimiento, no habrán de ser otros que Se trate de una misoginia pre-ilustrada y ancestral
sus propios maridos. Con lo cual, no sólo se recor- en Kant, o del cruce entre dos concepciones histó-
ta sustancialmente la pretendida universalidad en la ricas en transición, el hecho es que, para este filó-
filosofía ilustrada de Kant.... sino que, como ya es sofo, ambos sexos se hallan tajantemente separa-
patente a estas alturas, excluye a las mujeres del dos.” (Luisa Posada Kubissa. Cuando la razón prác-
ámbito ético, niega su actuación por el deber y, a la tica no es tan pura, en Isegoría, nº 6, pag. 21 y sig.)
vista de la función esencial que el ámbito práctico-
Aquelarre
HIPATIA
HIPA 93
El último científico que trabajó en la biblioteca de Alejandría
Carl Sagan
de su libro “Cosmos”
“Comprender las cosas que nos rodean es la mejor
preparación para comprender las cosas que hay más
allá ...”

E
El último científico que trabajó en la biblioteca fue
una matemática, astrónoma, física y jefe de la es-
cuela neoplatónica de filosofía: un extraordinario con-
rinas, la desollaron arrancándole la carne de los hue-
sos. Sus restos fueron quemados, sus obras des-
truidas, su nombre olvidado. Cirilo fue proclamado
junto de logros para cualquier individuo de cual- santo.
quier época. Su nombre era Hipatia. Na-
ció en el año 370 en Alejandría. La gloria de la biblioteca de
Hipatia, en una época en el que Alejandría es un recuerdo leja-
las mujeres disponían de po- no. Sus últimos restos fue-
cas opciones y eran trata- ron destruidos poco des-
das como objetos en pro- pués de la muerte de
piedad, se movió libre- Hipatia. Era como si
mente y sin afectación toda la civilización hu-
por los dominios tradi- biese sufrido una
cionalmente masculi- operación cerebral
nos. Todas las his- infligida por propia
torias dicen que era mano, de modo que
una gran belleza. quedaron extingui-
Tuvo muchos preten- dos irrevocablemen-
dientes pero rechazó te la mayoría de sus
todas las proposicio- memorias, descubri-
nes matrimoniales. La mientos, ideas y pa-
Alejandría de la época siones. La pérdida fue
de Hipatia –bajo dominio incalculable. En algunos
romano desde hacía ya casos sólo conocemos los
tiempo- era ya una ciudad que atormentadores títulos de
sufría grandes tensiones. La es- las obras que quedaron destrui-
clavitud había agotado la vitalidad de
la civilización clásica. La creciente igle-
sia cristiana estaba consolidando su poder e inten-
tando extirpar la influencia y la cultura paganas.
das. En la mayoría de los casos
no conocemos ni los títulos ni los auto-
res. Sabemos que de las 123 obras teatrales de
Sófocles existentes en la Biblioteca sólo sobrevivie-
erraleuqA
Hipatia estaba sobre el epicentro de éstas podero- ron siete. Una de las siete es Edipo Rey. Cifras
sas fuerzas sociales. Cirilo, el arzobispo de Alejandría, similares son válidas para las obras de Esquilo y de
la despreciaba por la estrecha amistad que mantenía Eurípides. Es un poco como si las únicas obras
con el gobernador romano y porque era un símbolo supervivientes de un hombre llamado William
de cultura y de ciencia, que la primitiva iglesia identi- Shakespeare fueran Coriolano y Un Cuento de In-
ficaba en gran parte con el paganismo. A pesar del vierno, pero supiéramos que había escrito algunas
grave riesgo personal que ello suponía, continuó en- obras más, desconocidas por nosotros pero al pa-
señando y publicando, hasta que en el año 415, cuan- recer apreciadas en su época, obras tituladas
do iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanáti- Hamlet, Macbeth, Julio Cesar, El Rey Lear, Romeo
ca de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, y Julieta.
rompieron sus vestidos y, armados con conchas ma-
94
Aquelarre
AUGUSTO MONTERROSO 95
un escritor fabuloso
Carlos Castillo

C
Escritor. Coeditor de la revista “Palabra al viento”

Como por arte de fábula, ha desaparecido el escri- A Augusto Monterroso, lo conocimos en una Feria
tor del cuento más breve en todas las lenguas de la Internacional del Libro en Bogotá hace algunos años,
literatura: “y cuando despertó, el dinosaurio todavía mamador de gallo con sus animalejos siempre en
estaba alli”. la punta de la lengua.

Directo heredero de los maestros de la fábula (Esopo, Hoy desde otra jaula se debe haber encontrado los
La Fontaine...) Bestiarios de Apollinaire, Borges y los clásicos.
Esgrimió la palabra en boca de los animales para
burlarse de las estupideces de los humanos, en su
fabulario no faltan los astutos monos ni la arrogan-
cia del poder vestido de
león, las lujuriosas y nun-
ca satisfechas gallinas,
los ponderados y no es-
cuchados búhos sabios,
etc.

Monterroso, guatemalteco
y residenciado en México
por conflictos políticos,
dejó a su paso por este
zoológico, muchos textos
la mayoría breves en tor-
no a la vida cotidiana ele-
vada a otros ámbitos.

En la condensación de la
palabra, llevada al ahorro
extremo de los términos,

erraleuqA
remató una especie de dia-
rio, del siguiente modo y
parodiando a uno de los
escritores más extensos:
“Hoy me siento bien, un
Balzac; estoy terminando
esta línea”.

Ganador de importantes
premios, como el Prínci-
pe de Asturias en el 2000,
El Juan Rulfo 1996, el
Xavier Villaurrutia, y con-
decorado con el Águila
Azteca.
96

- De Augusto Monterroso:
El camaleón que finalmente no Entonces era cosa de verlos a todos en las calles
sacando y alternando cristales a medida que cam-
sabía de que color ponerse biaban de colores, según el clima político o las opi-
niones políticas prevalecientes ese día de la sema-
En un país muy remoto, en plena Selva, se presen- na o a esa hora del día o de la noche.
tó hace muchos años un tiempo malo en que el
Camaleón, a quien le había dado por la política, en- Como es fácil comprender, esto se convirtió en una
tró en un estado de total desconcierto, pues los otros especie de peligrosa confusión de las lenguas; pero
animales, asesorados por la Zorra, se habían ente- pronto los más listos se dieron cuenta de que aque-
rado de sus artimañas y empezaron a contrarres- llo sería la ruina general si no se reglamentaba de
tarlas llevando día y noche en los bolsillos juegos alguna manera, a menos que todos estuvieran dis-
de diversos vidrios de colores para combatir su am- puestos a ser cegados y perdidos definitivamente
bigüedad e hipocresía, de manera que cuando él por los dioses, y restablecieron el orden.
estaba morado y por cualquier circunstancia del
momento necesitaba volverse, digamos, azul, sa- Además de lo estatuido por el Reglamento que se
caban rápidamente un cristal rojo a través del cual redactó con ese fín, el derecho consuetudinario fijó
lo veían, y para ellos continuaba siendo el mismo por su parte reglas de refinada urbanidad, según las
Camaleón morado, aunque se condujera como Ca- cuales, si alguno carecía de un vidrio de determina-
maleón azul; y cuando estaba rojo y por motivacio-
Aquelarre

do color urgente para disfrazarse o para descubrir el


nes especiales se volvía anaranjado, usaban el cris- verdadero color de alguien, podía recurrir inclusive a
tal correspondiente y lo seguían viendo tal cual. sus propios enemigos para que se lo prestaran, de
acuerdo con su necesidad del momento, como su-
Ésto sólo en cuanto a los colores primarios, pues el cedía entre las naciones más civilizadas.
método se generalizó tanto que con el tiempo no
había ya quien no llevara consigo un equipo com- Sólo el León que por entonces era el Presidente de
pleto de cristales para aquellos casos en que el la Selva se reía de unos y otros, aunque a veces
mañoso se tornaba simplemente grisáceo, o socarronamente jugaba también un poco lo suyo,
verdeazul, o de cualquier color más o menos indefi- por divertirse.
nido, para dar el cual eran necesarias tres, cuatro o
cinco superposiciones de cristales. De esa época viene el dicho de que todo Camaleón
es según el color del cristal con que se mira.
Pero lo bueno fue que el Camaleón, considerando
que todos eran de su condición, adoptó también el
sistema.
Indice de imágenes 97

Caratula.- El nacimiento de Venus. Sandro Botticelli

Página 5.- Mujer y pájaros. Enrique Grau

Página 7.- Afrodita, Pan y Eros. Escultura


Página 11.- Leda y el cisne. Migue Angel

Página 13.- Palas Atenea domando al centauro. Sandro Botticelli

Página 14.- Desnudo acostado. Lovis Corinth

Página 17.- Antigona y Socrates


Página 20.- La muerte de Socrates

Página 25.- Desnudo acostado. Modigliani

Página 26.- Las edades de la mujer y la muerte. Hans Baldung G.

Página 29.- La Venus de Urbino. Tiziano


Página 30.- Mania de grandezas. Magritte

Página 32.- La Dama del Armiño. Leonardo Da Vinci

Página 33.- Ejecución de Juana de Arco

Página 38.- Las tres gracias. Sandro Botticelli

Página 39.- Friné o trata de blancas. Débora Arango


Página 40.- Boceto a lapiz para la acuarela El placer. Débora Arango

Página 41.- Dibujo a lapiz (arriba). Débora Arango

Bailarina en descanso (abajo). Débora Arango

erraleuqA
Página 42.- Boceto a tinta sobre papel. Débora Arango
Página 43.- Contrastes. Débora Arango

Página 44.- Dibujo a lapiz. Débora Arango

Página 45.- Doña Isabel Cobos de Porcel. Goya

Página 48.- Gabrielle d’Estrées con la duqueza de Villars en el baño. Jean


Cousin el joven

Página 49.- Indias disputandose una tortilla. Felipe Santiago Gutiérrez

Página 50.- Alegoría de America. Giambattista Tiepolo

Página 52.- La corrosca. Felipe Santiago Gutiérrez


98

Página 55.- Salmacis y Hermafrodito. Bartholomeus Spranger

Página 60.- Venus y cupido entre el Tiempo y la Locura. Bronzino

Página 66.- Venus y cupido. Lucas Cranach


Página 67.- Fotografía Virginia Woolf

Página 69.- Persona en la ventana. Salvador Dalí

Página 71.- La primavera, fragmento. Sandro Botticelli

Página 72.- La calumnia, fragmento. Sandro Botticelli


Página 74.- Diana cazadora. Autor desconocido, Escuela de

Fontainebleau

Página 75.- Adan y Eva. Durero

Página 80.- Minerva vencedora de la ignorancia. Bartholomeus


Spranger

Página 81.- Venus y Marte. Sandro Botticelli

Página 82.- La alegoría de la amistad. Hans Baldung Grien

Página 85.- Imagen tomada de la revista “El viejo topo”

Página 86.- Ibid.


Página 89.- Las tres gracias. Rafael

Página 90.- La maja desnuda. Goya

Página 93.- El baño turco. Jean-Auguste-Dominique Ingres


Aquelarre

Página 94.- Canto de pájaros. Enrrique Grau


Página 95.- Fotografía de Augusto Monterroso

Página 96.- La calumnia, fragmento. Sandro Botticelli

Página 97.- La calumnia, fragmento. Sandro Botticelli

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