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Aquelarre
Nº 3
Marzo 2003
erraleuqA
Revista de filosofía, política, arte y cultura del
Centro Cultural de la Universidad del Tolima
2
Aquelarre
Aquelarre
Hipatia ............................................................. 93
Carl Sagan
Revista Aquelarre
Los artículos son publicados bajo la exclusiva responsabilidad de sus autores
CARTA DEL EDITOR
ART 5
E
En esencia el concepto de humanidad es indivisi-
ble, hombres y mujeres sólo representan la unidad
en la diversidad. El reconocimiento de la diferencia,
nera absurda se ha querido separar la sensibilidad
de la inteligibilidad y esta ruptura golpea más a los
hombres que a las mujeres. Ya en el Tao te king (El
de la pluralidad y de la heterogeneidad, no debe sig- libro del sendero correcto) se establece que el agua,
nificar el fomento y la promoción de la desigualdad. que sabe tomar la forma del obstáculo sin
No se puede construir una auténtica democracia si enfrentarlo, sino superándolo, es similar a la mujer,
no hay justicia para la mujer.
Tampoco se trata de estable-
cer falsas explicaciones acer-
ca de lo femenino, ubicando
a las mujeres por fuera de la
realidad sociocultural que les
ha correspondido vivir.
El Editor
Aquelarre
A PROPÓSITO DEL 8 DE 7
MARZO
Mujeres, ciudadanía y paz
Marzo de 2003
Florence Thomas
Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad
D
Dentro del panorama de profunda crisis que vive el
país, sumido en la guerra, la muerte, la intolerancia
y las constantes violaciones de los derechos huma-
políticas, su voluntad de existir como ciudadanas
de tiempo completo, su profundo odio a las guerras
y su infatigable anhelo de justicia, de igualdad y de
nos, el 8 de marzo, día internacional de las muje- no discriminación.
res, me parece, de alguna manera, una fecha car-
gada de mucha esperanza. Nos recuerda que ahí Fue primero Dinamarca, Alemania, Austria y Suiza.
están las mujeres; no todas por supuesto, pero sí Después Holanda y Suecia. Así sucesivamente. En
las que han tenido o tienen una historia de lucha y Inglaterra se celebra por primera vez el 8 de marzo
de trabajo por la afirmación de su autonomía políti- en 1952. En Colombia en 1960. Y a raíz de la déca-
ca y la construcción paulatina de su estatus de su-
jetos de derecho dentro de parámetros de justicia
social, de equidad y de ética política. Están las
mujeres con sus miradas especificas sobre los gran-
des problemas del mundo tales como la pobreza, la
educación, la justicia, la democracia y aunque sus
voces, todavía frágiles después de siglos de
invisibilización y naturalización de sus prácticas
sociales, no hacen mucho ruido, parecen hoy día
como posibles portadoras de propuestas novedosas
de paz que bien vale la pena escuchar con
detenimiento.
erraleuqA
el patio de atrás, para la alcoba, amor sino también una nueva de fatalidad biológica. A partir de
para el amor, para el erotismo y ética social y política para este una maternidad por opción, aho-
para la palabra que son los pri- nuevo milenio que se inicia. Lo ra posible gracias a los progre-
meros escenarios de un apren- personal también es político, nos sos de la medicina y a la legali-
dizaje de lo político. Un queha- decía hace 50 años Simone de zación del aborto en la mayoría
cer político ético o sea novedo- Beauvoir. de los países occidentales, la fe-
so para este país se debería minidad se enriquece de una di-
ejercer ante todo en lo más ba- Todo esto y mucho más nos mensión ética sabiendo que solo
nal y trivial de nuestras vidas, es debe significar una fecha como quien es libre tiene acceso a la
decir en lo que, tal vez, no mar- el 8 de marzo. ética, y se enriquece de una nue-
ca la historia oficial pero sí va perspectiva que vuelve a dar
indeleblemente nuestros incons- Miraremos entonces lo que las su sentido de privilegio a la ma-
cientes, nuestras memorias y mujeres están trabajando en re- ternidad en un país en el cual 50
por consiguiente nuestro actuar lación con una nueva manera de % de los embarazos son
en el mundo. En este sentido la ser mujer en el mundo y a la vez indeseados y vividos como fata-
10 lidad. La ciudadana del nuevo
milenio será —si ella lo desea,
ticas entre hombres y mujeres,
de las relaciones de poder y de
Ojalá las mismas mujeres sean
las primeras en convencerse de
y sólo si ella lo desea— madre, la circulación de dinero, autono- esto: su autoridad en cuanto
pero madre liviana, gozosa y mía erótica desde la cual las mujer, su reconocimiento en
desculpabilizada porque sus hi- mujeres se vuelven dueñas de su cuanto mujer, su reconocimien-
jos e hijas tienen también un pa- propio cuerpo y sujetos de su pro- to y el de las otras. Reconocer a
dre, un padre presente y com- pio deseo, expresan y gozan su las otras y volverse solidarias y
prometido en la vida cotidiana, sexualidad; adquieren y conocen cómplices en lugar de seguir
este nuevo padre que aprendió a sus derechos sexuales y siendo eternas rivales tal cual las
gozar su paternidad desde el reproductivos y su cuerpo deja peores telenovelas venezolanas
deseo de ser padre y no solo de ser objeto de abusos y apro- o mejicanas o más exactamen-
como prueba de su virilidad; ma- piaciones de toda clase. Y final- te, tal cual el patriarcado nos
dres que no devoren a sus hijos mente, autonomía subjetiva la quería y nos necesitaba. Y des-
o hijas porque tienen ahora otros cual, de alguna manera, es la re- de la solidaridad construir nue-
proyectos de vida que el único sultante de la económica y eró- vos espacios para el nosotras,
proyecto materno; madres feli- tica y que significará, a la larga, para el ellas, espacios de resis-
ces porque son mujeres realiza- una nueva salud mental para las tencia, espacios terapéuticos
das y participativas construyen- mujeres. para aprender en reconocernos
do hijos e hijas los cuales, al mis- a nosotras mismas, escuchar-
mo tiempo que descubren a una Sin estas condiciones, únicas en nos y creer en nuestra palabra,
madre, reconocen o conocen a proporcionarnos auto-estima y esta palabra que poco a poco
una mujer. empoderamiento, palabra que tie- rompe el silencio milenario nues-
ne hoy varias acepciones, pero tro y desordena la hegemonía de
Así para tener la condición de que para mi significa, ante todo, la palabra masculina y de los dis-
ciudadana del nuevo milenio es el reconocimiento de la autoridad cursos patriarcales.
indispensable existir femenina por parte de
desde un ser de si, las propias mujeres, Estas son algunas característi-
abandonando para no habrá manera de cas de la ciudadana del nuevo
siempre esta condi- Un ser de si, construir ciudadanía milenio. Solo algunas. Ahora
ción de una existen- con capacidad por parte de las mu- bien, y ya lo mencioné anterior-
cia exclusivamente para actuar jeres. Si no nos re- mente, esta nueva ciudadana
mediada por los sobre si- conocemos a noso- tendrá lógicamente un nuevo
otros, al servicio de tras mismas y no compañero, un nuevo amante, un
los otros. misma, dejando creemos en nosotras nuevo ciudadano a su lado. No
de ser mujer- mismas en primer ter- podríamos seguir hablando de
Un ser de si, con ca- objeto, mujer mino, ¿cómo ejercer este tan esperanzador devenir
pacidad para actuar florero, nuestra ciudadanía?. femenino sin ubicar paralela-
sobre si-misma, de- hermana de, Escuchemos lo que mente un nuevo devenir mascu-
jando de ser mujer- dice Cioran, un gran lino. Pero ahí solo mencionaré
hija de, mujer
Aquelarre
erraleuqA
esta lista todavía para afrontar lo
Y afirmo esto porque sé que exis-
ten dudas y existen dudas por-
A modo de que significa. Si, este nuevo de-
venir de ciudadana moderna nos
que tan pronto las mujeres se
atreven a subvertir un orden que
conclusión señala un camino que no solo
es de rosas, un camino duro, a
las excluía pero tan confortable veces casi demasiado exigente,
para lo hombres, tan pronto las Todo esto suena lindo... Pero pero repito, no existe cambio sin
mujeres hablan desde ellas, des- tenemos que saber, las mujeres duelo. Es evidente que hay que
de su subjetividad y sus diferen- y los hombres de cambio, que saber abandonar algo o alguien
cias y lo hacen públicamente, el camino es difícil y lleno de en el camino si queremos cons-
(cuando hace 5000 años que los obstáculos. Ningún cambio se truirnos desde un proyecto de
hombres hablan solo de ellos, obtiene sin costo, sin duelo y vida que no erradique más la
desde sus vivencias de hombres tenemos que saberlo y preparar- subjetividad nuestra sino que la
varones) las tildan de feminis- nos para esto. Construirse des- inaugure en toda su dimensión
tas como si este calificativo fue- de la autonomía tiene su precio. y su potencialidad. Desordenar
12 imaginarios, desarticular prácticas milenarias, rom-
per viejos consensos y luchar contra ideas muy ar-
productividad: el trabajo domestico representa, se-
gún economistas, 25% del producto mundial bruto
caicas es sumamente subversivo y por consiguien- y dejemos de pensar, entre otras cosas, que la so-
te agotador pero hay que saber también que muy cialización de niños y niñas es improductivo, solo
pocas mujeres, por no decir ninguna, que iniciaron porque no entra en los circuitos de la plusvalía o de
este camino están dispuestas a dar un paso atrás. intercambios comerciales; imprescindible aprender
a negar nuestra invisibilidad, y ahí sería necesario
Todo o casi todo lo nuestro hoy es inaugural, como hablar del papel del lenguaje y de lo simbólico en
no va a ser duro! Por supuesto que es duro. Pero general porque mientras el lenguaje no nos nombra,
también el goce esta ahí, este goce que todavía nos es difícil ser visible; imprescindible aprender a ne-
da miedo y nos hace sentir culpa. Si los hombres gar la dependencia y la complementariedad de hom-
fueran algo más solidarios con nosotras, nos ense- bres y mujeres y reconocer la integralidad de cada
ñarían a vivir el goce sin culpa. Ellos saben desde cual; imprescindible también aprender a negar el
hace siglos. Pero calladitos... De todas maneras, carácter secundario de nuestras reivindicaciones,
con ellos o sin ellos, hemos descubierto el goce y olvidarnos de la culpa: culpables porque trabajamos
ahí tampoco daremos un paso atrás. Y ahí no me afuera de la casa, culpables porque no trabajamos....
refiero solamente al goce de una sexualidad nues- Imprescindible romper el silencio y el aislamiento y
tra, al goce erótico, me refiero también al goce de construir redes de solidaridad, abrir nuestra puerta
saber que nos asegura el goce de ser, este goce de y desenmascarar el poder patriarcal donde sea.
existir que nos había sido prohibido.
En fin, no temer nunca más ser lo que deseamos
Ahora y en cuanto a esta nueva manera de ser en el ser y convencerse que todo lo que es bueno para
mundo de las mujeres que traté de esbozar con las mujeres es bueno para la humanidad entera, es
ustedes, creo que puede ser de alguna utilidad para bueno para los hombres y saber que cuando las
esta ciudadana frente al nuevo milenio. Pero quiero mujeres de un país avanzan, el país avanza.
añadir algunas cosas. Quiero enfatizar que ser ciu-
dadana significa, ya lo habíamos mencionado, ser De verdad, así seremos estas nuevas voces, estas
sujeto político, histórico y de derecho. Pero sin olvi- otras maneras de hacer política, de participar, de
dar que lo político y lo histórico se están redefiniendo construir ciudadanía y ser portadoras de unas uto-
desde la afirmación tan bella de que lo personal, lo pías que el nuevo siglo necesita tanto.
privado, es también político. O sea que no se es
político solo desde el ámbito de lo público y de los Las mujeres han acumulado en muy poco tiempo
espacios tradicionales de la política. Existen hoy, en nuestro país mucho saber, muchas vivencias,
(y esto como es de importante para las mujeres), muchas experiencias y me pregunto ¿qué más re-
varios sitios desde donde hacer política. Nuevos es- quisitos se necesita para que las escuchen, las
pacios. Lo político se ejerce desde el patio de atrás, consulten y las tomen en serio?... al contrario de lo
desde la cocina, desde la cama conyugal, desde que muchos opinan de las mujeres que han liderado
las prácticas de vida cotidiana en su conjunto y desde luchas sobre su condición cuando consideran que
una nueva actitud frente a viejas costumbres y vie- representan un feminismo sectario y fuera de lugar,
Aquelarre
A
Amo a este hombre que cabalgo, que monto sin
arreos. Montura, brida, ni siquiera estribos para asal-
to. El duda y se defiende con su profesión de in-
dole de la manera más cursi, que no podía vivir sin
él.
constante. ¡Tan masculino! Teme que mi galope im- Ya dije que no es un hombre extraordinario. Le teme
pulse su estampida. Necesita garantías para el equi- a su mujer. A todos les ocurre. Es el recuerdo de
librio. Es un hombre común, que guarda lo extraor- los cocotazos propinados por la madre y el agra-
dinario, como sus olores, en los si-
tios más recónditos, donde habita el
grito. Lo he vuelto a parir entre mis
piernas aunque no me pertenece le-
galmente. Me he apoyado para ello
en nuestra Constitución que no re-
conoce diferencias entre hijos legíti-
mos e ilegítimos. Y he aceptado la
clandestinidad para amarnos a pesar
de que el partido, al cual pertenece-
mos los dos, está en el poder hace
muchísimos años. No voy a decir por
eso que nuestro amor sea ilegal.
Quienes redactan leyes y estatus se
han cuidado de contemplar el caso.
erraleuqA
que constituye mi penúltimo fracaso.
Eso indica que soy reincidente. Rei-
teración explicable porque nunca he
entendido por qué las esposas se
ofenden con la otra y no con quien
certificó, firma y cuño por medio, el
culto único de su persona. De todas
formas, porque alguna vez fui espo-
sa, busqué todos los caminos de ol-
vido; recorrí la galería de mis ex-amo-
res, tomé unas burguesas vacacio-
nes de huida, pero no tuve que con-
sumir los tres tomos de El capital
para sorprenderme un día, declarán-
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decimiento porque le debe mu- nada. Sin embargo, si no tiene vez alguno de mis elocuentes
cho. Le debe el secreto de sus la presión de una pequeñísima mensajes le hizo recordar el peli-
trastornos estomacales y la dis- exigencia tampoco esta confor- gro. Soy un caso peligroso, con
creción de sus miedos más ocul- me. El no está conforme ni con antecedentes; no penales, más
tos. Porque este hombre que él mismo. Es muy violento el bien penosos. Pero atraparlo no
amo, siente miedo como cual- debate entre su audacia y su era mi intención.
quier otro ser humano. Y miente cautela. A pesar de ello, ha teni-
como todos. No hace promesas do logros que le producen cierta No quiero ser ni su amante ni su
vulgares, pero estimula sutilmen- satisfacción. Despojarse del iz- esposa. Cualquiera de las dos
te la ilusión de cosas que no van quierdismo, por ejemplo. posiciones me resulta incómo-
suceder nunca. Es un consuelo da en nuestro momento históri-
que se da a si mismo. El cree No resulta ni original ni osado. co concreto. Le propuse ser su
firmemente que son posibles. Casi ninguno lo es ya para el cómplice. Pero él, machista al
Aquelarre
Otro consuelo más. No tiene amor. Busco cada mañana una fin, lo cambio por secuaz. No me
apuros. ¡El colmo del nota en las macetas de mi venta- importó. Hace tiempo eliminé la
autoconsuelo!. Está seguro de na. Una pucha de romerillo. O una angustia a causa de la infideli-
que vivirá cien años. Tal vez co- africana. El sabe que el chocola- dad masculina. Es una especie
quetea con la idea de morirse an- te me desquicia. Pero nada se le de vicio prehistórico sin remedio
tes. Pero eso debió ser en su ocurre. Mi puerta sigue virgen en inmediato. Creo en la fidelidad,
primera juventud. Hablo de un la madrugada sin que su mano la pero en otro sentido, cuando
hombre de cuatro décadas de sorprenda o la viole. El prefiere hayan desaparecido los absur-
andar, las cuales han confirma- anunciar telefónicamente sus vi- dos que hoy la justifican. No se
do su vocación por la bondad. sitas. Es toda una expresión de puede ser fiel a fetiches.
modernidad que permite confir-
El puede ser el hombre más bue- mar la ausencia de testigos. Pien- Aunque Dios tiene bastante
no y generoso del planeta. Pero so que le asusta mi vehemencia. responsabilidad en todo. Recor-
no le gusta que se lo exijan. En Creyó que quería atraparlo. Nin- dar aquello de la costilla, el pe-
general no le gusta que le exijan guno lo soporta abiertamente. Tal cado femenino.. .no es por obra
y gracia del Espíritu Santo que
los hombres no pueden resistir-
ción individual y lo mucho que
sufrirán los niños.
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se ante unas abundantes nalgas
de producción nacional. Observe Sucede que este hombre
que con las feas no funciona el que amo, tiene la puñetera
papel de hombre. Estoy segura virtud de parecerse mucho
de que a causa de no haber sido al que espero para el ensa-
favorita de la naturaleza a la hora yo. No digo que sea exacta-
de precisar mi dote femenina, me mente igual. Puede suceder
afilie en seguida a la idea de Marx que al final no se parezcan en
(Manuscritos económicos y filo- nada. Esa prostituta que
sóficos, 1844) de que toda rela- es la espe- ranza suele
ción del hombre con el mundo, vestir de caballero
incluyendo con la mujer debe ser andante a cualquier
humana. Como se aprecia, he espanta- pá-
estudiado profundamente el pro- jaros. Si
blema. La conclusión fue tratar eso ocurrie-
con mucha consideración a mis ra, no se lo con-
iguales diferentes de la especie, fesaría nunca para
a quienes la evolución socio his- no alterar su seguridad
tórica del matriarcado para acá, en si mismo. Creo, sin em-
potenció la animalidad. Ellos en bargo, en el riesgo de su gran-
realidad son tan desdichados deza y de su alma que, sospe-
como nosotras. Victimas- cho, no ha sido entregada to-
victimarios del proceso de aleja- davía. En nuestra época no hay
miento entre las dos mitades del tiempo para tales donaciones.
mismo ser. Claro que lo tomaron Estamos muy ocupados en
a la ligera y se han divertido más, realizarnos socialmente. Si yo
pero no han sido más felices. La lograra conquistarle el alma,
evidencia es su vicio de infieles. entonces a él no le apenaría
Como no saben satisfacer a una ser visto por mí en las horas
mujer, deciden dejar insatisfechas críticas del baño; ni tartamudea-
a dos. Abogo por contribuir a ría cuando me lee los poemas
humanizarlos. que escribió para otra y vendría
a verme aunque no estuviera dis-
Mi comprensión de tales fenó- puesto a la viril erección porque
menos condiciona a la búsque- está cansado.
da de un encuentro cercano con
este hombre que amo. Para col- Ignora que amo su noble cansan-
erraleuqA
mo, poeta. Pero antes quiero cio tras la vigilia por la felicidad
despojarme de los condiciona- de todos en mi país. Dije que
mientos biohistóricofemeninos este hombre guarda lo extraor-
que también contribuyen a em- dinario, como sus olores, en los
brollar la situación para llegar al sitios más recónditos. Lo cual no
amor sin consideraciones que no lo exime de ser vanidoso. Esta
sean de amor. Es algo que debo seguro de que es masculinamen-
conseguir para trascender a mi te encantador y hay tanta pueri-
abuela. Quiero amar sin firmar lidad en ello que me conmueve.
contrato, sin la amenaza de los Es tan tonto que se enoja si le
bienes gananciales, sin que me insinuó que se esta poniendo vie-
agradezcan los años de amor jo. Y tan sensible que se le aguan
que he brindado, sin los ruegos los ojos contando lo indefenso
amenazantes ¡tan femeninos! de que han vuelto los años a su
lo que he aportado a su realiza- padre. Nunca le hago preguntas.
16 Las abolí todas. ¿Quien tiene derecho a cuestionar
la mitad de una vida cuando una ha llegado a ella en
amor así, a puro amor, no es posible, que sentirlo me
parece una noticia digna de recorrer el planeta, igual
el último viaje y por lista de espera? en fin, no nece- que si de pronto anunciaran que Reagan murió de un
sito un hombre para que me represente ni me deje infarto. Al margen de que es un placer informar a los
una pensión cuando muera. Con todo eso puedo. mediocres y timoratos, sin consultar a las personas
Hasta con las broncas en defensa de la legalidad honestas, de tales acontecimientos finiseculares.
socialista o la insensibilidad de los funcionarios.
Cuando él llegó estaba afianzada mi vocación co- No soy responsable de que las formas provistas por
munista, pero es tan reconfortante que comprenda el adorable Engels en La familia, la propiedad priva-
y comparta mis angustias del período de tránsito... da y el Estado desde el siglo pasado, por cierto,
hayan penetrado en mi conciencia. Si estoy al bor-
Como sentencian mis amigas, es egoísta para el de del comunismo en el amor, el caso debe ser ana-
amor, como todos los de su sexo; pero a diferencia lizado, en última instancia, como un salto, como
de los más recalcitrantes del género, que no están una expresión del desarrollo del socialismo en Cuba.
en fase de extinción, es tierno, tímidamente tierno. Pero no todas las personas evolucionan al mismo
Tanto que a fuerza de esconderla, la ternura a inun- ritmo en la sociedad. Estoy dispuesta a evitar sufri-
dado los limites de su tristeza, para colorearlo de mientos a terceras, cuartas y hasta quintas partes
tristura. Descubrimiento que me mato una noche involucradas en el asunto. El es un ser muy amado
de diciembre. Desde entonces ocasiona orgasmos y yo unidamente su secuaz. También quiero a las
en mi alma. Y una encuentra con relativa felicidad personas que lo aman y a quienes ama él; son como
quien los produzca en otros parajes, pero allí ¡Dios!, parientes por parte del amor. No se engañe nadie
en ese abismo irrecorrible de una misma, solo quien pensando que confieso impúdicamente mi vocación
habite la mitad vacía del cielo. Posee, además, el de cornuda. Quien lo piense no ha entendido nada.
secreto de la lluvia. Basta su voz para que se des- Es que supe desde temprano que no se expenden
ate el aguacero. Y me ha devuelto el susto. Ese frío certificados de propiedad de los sueños.
que atraviesa el estómago como un cuchillo, cono-
cido en la montaña rusa de la infancia, y la primera Se que me van a acusar de provocadora. De no se-
vez que una mano de varón apretó la mía. guir la línea en relación con el cuidado de la familia.
Mis enemigos -y enemigas- comentarán gozosos:
Cierto que muchas veces he tratado de deshacer el “Ella siempre tuvo tendencias anarquistas”; los otros
lazo. No estoy dispuesta a participar voluntariamente dirán simplemente: iQue puta! y no faltará quien se
en la moderna poligamia. En una de sus visitas a la queje a mi núcleo; pero andan errados. Coincido en
guerra, lo declare formalmente sustituido. Pero re- que la familia es la célula básica de la sociedad. El
greso con un poema de amor. Si un hombre regresa amor tiene que ser la célula básica de la familia. Si la
de la guerra con un poema de amor es como para familia que no reúne ese requisito está en crisis, me
rendirle honores de mariscal victorioso en campa- parece otro índice de desarrollo pues empezamos a
ña. Volví a declararme vencida y saludé el modo dejar atrás la hipocresía del matrimonio burgués.
macho con que resiste la tentación de mis demo- Quiere decir que la revolución revoluciona en casa.
nios. ¿Qué Ochún me favorece y a estas horas es-
Aquelarre
toy contigo? Respondió casi con alegría. No estoy Es verdad que estos son tiempos de cambios difíci-
segura, sin embargo, de que puede corresponder- les. Tiempos duros. Mi amor lo sabe y lo sobrepasa
me con la misma intensidad. No es un problema sin pedir comprensión, como el héroe anónimo no
volitivo. Lo lamento por él y el mundo. reclama medalla en la victoria. Si este amor muriera
por desamor de su mitad correspondiente auguro
Si me amara como lo amo, tendríamos fuerzas sufi- grandes cataclismos, pero que nadie se atreva a
cientes para evitar la guerra atómica y garantizar la hablar de derrota. La victoria de este amor esta con-
paz universal. Por eso no justifico este amor clan- seguida. Es su existencia. Su desprendimiento. Su
destino, no imposible, pues existe con la despropor- valentía a prueba de designios guerreristas del ene-
ción poblacional de la Habana, donde resido, favora- migo, los prejuicios de los amigos de clase y las
ble a los hombres, ni son traumas de la niñez, la vacilaciones del amado, quien se escandalizará de
soledad, con quien me entiendo perfectamente. Ni esta declaración pública porque presume ser un
quiero que crean que estoy pidiendo permiso para hombre cuerdo, mesurado, pero energético, aunque
ser feliz. Derecho constitucional que tengo. Es que esta un poco gordo.
me han dicho tantas veces desde que nací, que un
ANTÍGONA Y SOCR
SOCRAA TES O 17
EL PRECIO DE LA
LA
SABIDURÍA
Lourdes Rensoli Laliga
Madrid, Española
A María Zambrano, la que pagó el precio bien a través de los males sobrevenidos, según se
observa en Edipo en Colono. El protagonista vive lo
Lo trágico puede asumir dos formas fundamenta- suficiente para llegar a saber y comunicar a los de-
les; la primera y más reconocida proviene del en- más el saber adquirido mediante su palabra o su
frentamiento de los esfuerzos humanos con fuerzas ejemplo, aunque haya de morir o de purgar indefini-
que frustran intentos y aspiraciones por incompati- damente sus errores o los de su estirpe. Puede ar-
bilidad, antagonismo o simple incongruencia. A este güirse lo problemático de la propia comunicación
género de conflicto pertenecen las situaciones de del saber, pero al menos se lleva a cabo el intento,
anagnórisis para el héroe, los “descubrimientos” de y el coro o algún testigo importante en la tragedia
ocultas claves que, de seguirse, hubieran “evitado” griega -otros personajes lo sustituyen en etapas
o al menos aliviado la tragicidad de las situaciones. posteriores-, que reciben una perdurable lección
En tal caso, es posible para el héroe la reconcilia- mediante el sufrimiento de los héroes, muestran que,
ción con el poder desafiado conscientemente o no, pese a todo, algún bien se desprende del intento.
pues en el fondo de los males sobrevenidos al hé-
roe, yace la ignorancia en alguna de sus formas, ya La tragedia absoluta sobrevendría si la muerte o el
sea como desconocimiento o como falso saber, no extremo sufrimiento de los héroes no dejaran hue-
encaminado a lo recóndito sino a lo evidente y/o llas por no llegar a ser conocidos ni apreciados por
aparencial. nadie. Tal hubiera podido ser, fuera de los marcos
de los misterios,
y se retiran desconcertados, o
cometen errores que agudizan el Antígona es un personaje socrá-
conflicto.
la que ilumina tico, su modalidad femenina. Por
eso se atendrá a la esfera del
La tragedia en este caso provie-
ne de lo incomunicable del sa-
la razón a la par deber familiar, la que le es pro-
pia según las normas de la so-
del alma y
Aquelarre
virtud fácil de
do o medio dominado por la “ce- sibilidad el camino de la indaga-
guera”(1). ción racional. Pero al igual que
externa.
nada sirve que advierta a los dis- no acompañado por un saber
cípulos que serán dispersados, esencial. Intentará cumplir con
a Pedro que lo negará tres ve- un deber que, a su modo, pro-
muchos no rebasan. Sócrates guida ni conquistada mediante el 19
La tragedia en habla del ascenso a la luz des-
de la caverna, del retorno a ella
esfuerzo de la razón, pero ésto
tampoco explica por completo su
este caso como deber del sabio, cuya con-
dición resulta inseparable de la
proceder. Como Sócrates, quien
logró acceder por sí mismo a las
proviene de lo función pedagógica. Y la muer- esencias, Antígona es una “ele-
te, quizás el único pago a su gida” y como tal, asume todas
incomunicable sacrificio, no debe detenerle: la las implicaciones de una fuerza
del saber y de la
vita activa se hace inseparable despierta en ella y dormida en
de la vita contemplativa. otras doncellas: el mejor ejem-
consiguiente Sócrates buscaba la faceta lumi-
plo es su propia hermana.
consecuencias
La incesante búsqueda socráti- saber es infuso, confirmado pero
ca persigue esclarecer, con ayu- no buscado, como tampoco el
de actuar en un da de la razón dirigida hacia lo
oculto, la naturaleza de los con-
de Tiresias ha sido “buscado” a
la manera socrática. Confirma-
mundo o medio ceptos. Por eso, en su condición
de ciudadano, Sócrates respeta-
do en la tragedia del padre,
padeciente por haber pretendido
dominado por la ba los cultos tradicionales, como tomar en sus manos las leyes
parte de las leyes y costumbres secretas del cosmos, por el fal-
“ceguera” a observar, aunque predicase que so saber y el falso poder que un
el alma había de dirigirse hacia día ostentara. Lo oculto y ances-
lo divino en sí mismo, oculto y tral se le ha presentado en la tra-
apenas nombrable (3). La sabi- gedia paterna, en su carácter
mueve la reflexión sobre la natu- duría no se alcanza sino en lo terrible e irrevocable. De este
raleza de la virtud, tras el asom- trascendente, a la vez recóndi- modo, el respeto a lo eterno
bro y el terror de quienes encuen- to, que exige recorrer las profun- constituye la base de la virtud,
tren a Polínices honrado y se- didades de lo sensible para apre- del orden y conservación del uni-
pultado o escuchen siquiera que hender lo inteligible. Se trata de verso. Antígona realiza en vida
ésto se ha hecho. renovar la tradición y no de rom- el descenso ad inferos para abrir
per con ella: el descenso ad los ojos de otros. Los suyos no
Antígona, como Sócrates, está inferos permite también remon- lo necesitan. Como ocurre con
privada de elección, porque la tarse hacia lo más elevado. Se Sócrates.
sabiduría inclina sólo a la verdad. trata de vivir el antiquísimo pen-
erraleuqA
Hay una sola opción para ella. Y samiento atribuído a Hermes El antecedente lejano de
queda a solas con su destino, el Trimegisto y asumido por Antígona en la mitología griega
destierro del mundo de los vivos, Heráclito y los órficos: “Camino es Eurídice, quien no actúa vo-
en la caverna que debe servirle hacia arriba y camino hacia aba- luntariamente, pero es la espo-
de sepultura. jo es uno y el mismo”. sa de Orfeo, dueño de los mis-
terios. No parece del todo casual
Como es casi inevitable, llama Pero Sócrates es un hombre y el nombre de Eurídice que lleva
la atención el descenso ad su función pedagógica se atiene la reina, futura suegra de
inferos (también resulta significa- a los derechos que la sociedad Antígona, la cual parece ceder a
tivo que Sócrates jurara “por el griega le concede, en el ejerci- la joven el papel protagónico en
perro”). Pero Antígona experi- cio de la búsqueda racional. esta nueva era. Su hijo, el joven
menta al cabo de sus decisio- Antígona es mujer y doncella. Su Hemón, descenderá ad inferos
nes y actos lo que Sócrates con- sabiduría es de otra índole. El po- por amor, aunque morirá en un
sideraba el punto de partida de der sagrado de la virginidad le co- acceso de hybris, comprensible
la existencia humana, el que munica una sabiduría no perse- y noble, pero hybris al fin. Sólo
20 le condenó por una acti-
tud ante estas leyes y no
por un proceder en contra
de ellas. Antígona se hizo
culpable de ambos delitos.
Pero todas estas leyes
fueron establecidas por
hombres no identificados
con las leyes del cosmos
sino con ideales humanos
en el sentido más empíri-
co, asentados en este
caso en la democracia,
ese “bien de la mayoría”
tan problemático para
Sócrates -según muestra
en su condena a los
sofistas-lo cual argumen-
ta hasta la saciedad su
discípulo Platón en La Re-
Antígona tiene plena conciencia corporal-, violar el orden de su pública. Según es sabido, el
del alcance y las dimensiones areté. Pero él, siendo hombre, ideal democrático le resulta in-
de sus actos, del golpe de la fa- predica públicamente un proce- aceptable porque contradice el
talidad, y aunque el temor y el der y una actitud. Antígona, mu- orden natural y por consiguiente
dolor ante lo irremisible la sacu- jer griega, ha de limitarse a ac- resulta muy fácil la transforma-
dan, sus actos no suponen hybris tuar, pues sus palabras no son ción en su opuesto.
pues no quebranta la medida atendidas, y basa su conducta
propia de su tipo de virtud, de la en el sagrado temor y en el amor, Edipo y más tarde Creonte son
areté femenina que exige otro el cual proclama como su fin. Su excelentes ejemplos de lo ante-
tipo de sofrosyne, areté que in- sabiduría se apoya en el amor, rior. Ambos olvidan en la ofusca-
cluye llorar la muerte virginal, sin un amor dirigido, en primera ins- ción del poder el respeto debido
sucesión para la estirpe. Al cabo, tancia, a los suyos, pero en últi- a las leyes cósmicas y deberán
sus actos abren los ojos de los ma instancia, al objeto que ins- pagar por ello. Los decretos de
necios, pero no de forma tran- pira ese sagrado temor: lo ocul- ambos se imponen a la ciudad
quila, iluminada por la alegría del to y trascendente. como leyes inviolables, parado-
descubrimiento, como en el caso ja que para el pensamiento grie-
de Sócrates, pues no le es dada Es así que el amor, que es unión go revela una esencial inconsis-
la función pedagógica: a una y reconciliación, la separa— tencia. La controvertida doxa
mujer, y más aún, doncella, no como a Sócrates la filo-sofía—de social de los sofistas contiene
se la escucha, según expresa el
Aquelarre
erraleuqA
pithya, mujeres que han renun- capaz de corromper, como en
ciado a la posición modélica de cuidado del toda Tebas, sólo Antígona. En
madre de familia. Sócrates es
condenado porque el peso de su cuerpo y de las ambos casos, a través de ejem-
plos civiles dados con toda con-
autoridad se reconoce y se
teme. Tiresias es amenazado
riquezas, antes ciencia. Sin embargo, se acusa
a Sócrates de no creer en los
por idéntica razón, pero a
Antígona se le niega el recono-
que cualquier dioses del Estado y se condena
a Antígona por respetarlos a toda
cimiento porque además de mu- otro cuidado, es costa. Pero los mismos dioses
jer, es joven y doncella prometi- se someten a un orden interno
da en matrimonio. Su feminidad el del alma y su del universo frente al cual se ha-
es viva y ha despertado el amor
de Hemón hasta el punto de de- perfeccionamiento cen contingentes salvo si se les
reconoce como sus custodios o
cidirlo a morir con ella. El com- símbolos. Sócrates ha compren-
promiso entre ambos no es de dido lo primero; Antígona lo se-
22 gundo, pero a ambos el saber los
guía hacia el orden oculto, en una
tos, sino que combatió la incon-
gruencia tras la cual se oculta-
pecto a los asuntos de la polis,
y con ayuda de su método de
sociedad donde el respeto a los ban conveniencias y caprichos. discusión, hacer valer su opinión,
dioses se acepta -y aun impo- A él corresponde reparar la o por lo menos que ésta golpee
ne- o se rechaza según los dic- transgresión de las leyes. A ella, a sus opositores, como ocurre
tados del poder político. Antígona la transgresión de lo sagrado. en la Apología.
podría repetir las palabras Por eso no pretende condenar a
socráticas: “Antes que el Creonte ni defenderse a toda Antígona reflexiona en silencio.
ciudado del cuerpo y de las ri- costa, sino restaurar diké allí No es Aspasia ni Diótima, libe-
quezas, antes que cualquier otro donde le resulta posible. Y am- radas del confinamiento por sus
cuidado, es el del alma y su per- bos pronuncian ante la inminen- respectivas condiciones sociales
feccionamiento (...) A mi juicio, cia de la muerte frases muy si- -hetairas ambas y tal vez sacer-
el más grande de todos los ma- milares, consecuencias de se- dotisa la segunda- pero razona
les es hacer lo que Anito hace guir su verdad única: Antígona con la misma claridad(11). No
en este momento que es traba- dice a Ismena: “Tú has elegido trata de defender el orden aristo-
jar para hacer morir a un inocen- vivir y yo morir”(9). Sócrates dice: crático, desplazado por la demo-
te”(7). Sócrates se sabe escogi- “Es tiempo para que nos retire- cracia, sino el orden cósmico,
do por un dios. Antígona tam- mos de aquí, yo para morir, us- ancestral y sagrado. Sócrates
bién. Ambos, con el eterno amor tedes para vivir. Entre ustedes y tampoco defendió la aristocracia,
fati del sabio, pagarán el precio. yo, ¿quién lleva la mejor parte? como una interpretación socio-
Sócrates cuenta en la Apología Esto es lo que nadie sabe ex- logista pudiera proponer, sino la
un hecho similar al que sucede cepto el dios”(10). eternidad de ciertos valores, su
a Antígona, acaecido tras la ba- contenido universal, frente al
talla de las Arginusas, en el cual Esta similitud en la letra, mayor voluntarismo y el utilitarismo.
Sócrates, siendo Senador, inter- aún en el espíritu, muestra la Antígona defiende el deber para
vino para imponer justicia. Aquí esencial soledad de ambos ante con los ancestros y sus descen-
parecen contradecirse los crite- lo ineluctable, que se precipita dientes, valores también peren-
rios de justicia sustentados por como consecuencia de la acti- nes pues los ancestros consti-
Sócrates y Antígona, pues tud de cada uno. No parece tuyen una imagen del cosmos
Sócrates salva del castigo a los hybris la desesperación de que nos genera, de las raíces
generales atenienses que, ven- Antígona al ser llevada al sepul- que nos atan al ser. Y sus her-
cedores en la batalla naval, no cro. La sabiduría le ha infundido manos representan todo ésto en
habían enterrado a los muer- un valor “inadecuado” para su el mismo grado y sentido que
tos(8). feminidad y le impide, al estar ella, hecho que los sitúa en un
unida al amor, guardar hasta el lugar diferente del que pudieran
Sucede sin embargo que el cas- final la imperturbabilidad socrá- algún día ocupar su marido e hi-
tigo a este acto -acto que en el tica e incluso pretenderlo. jos. Si utilizamos los términos
caso de Antígona constituye el de María Zambrano, diremos que
verdadero crimen- se hubiera Pero Antígona no ha obrado por Antígona defiende el terreno de
Aquelarre
basado en quebrantar las leyes mero impulso. Sin mediar una lo prenatal(12).
ciudadanas en favor de la ira po- búsqueda de tipo socrático, ha
pular. La injusticia consistiría en llevado a cabo una reflexión: Llama también la atención su
establecer leyes y quebrantarlas ¿para qué realizar a toda costa duda frente a la posible justicia
según los vaivenes de la dema- las honras fúnebres de Polinices, de los dioses. Toda actitud de
gogia, aunque los deberes para es decir, desobedecer las leyes sabiduría está ligada a la duda,
con los muertos sean sagrados. de la ciudad, aunque provengan sea cual sea el resultado.
de la cólera de un autócrata? Sócrates fue acusado de no
Pero Sócrates es hombre y le Pregunta crucial para cualquier creer en los dioses porque co-
concierne la vida pública. Como ciudadano griego, cuya relación nocía la pura aparencialidad de
personaje socrático femenino, con la polis confería sentido a su éstos y les rendía exclusivamen-
Antígona se aplica a reparar la vida. Es el mismo dilema socrá- te un homenaje ciudadano, pero,
injusticia en el nivel que le co- tico, sólo que Sócrates emplea yendo más lejos, el verdadero
rresponde. Sócrates no aprobó las leyes civiles para argumen- motivo de la acusación es la
el desacato para con los muer- tar su propia posición con res- duda, perenne y corrosiva de todo
principio “conveniente” y no absoluto. Antígona se
asoma al misterio de la justicia cósmica en sus úl-
común constituye la culpa, por la sabiduría esen-
cial expresada en el actuar, pase lo que pase, con-
23
timas palabras: “¿Qué derecho de los dioses he forme a la ley cósmica que contradice lo aparencial,
transgredido?”(13) la doxa unida a éste. Sócrates despierta un sagra-
do respeto. Antígona, también la compasión. Pero
Creonte se ha cuidado bien de cometer dicha trans- pese a las diferencias, ambos muestran que no pue-
gresión al emplear recursos que aprobaría un sofista, den violarse impunemente los límites dentro de los
al desterrarla del mundo de los vivos, eufemismo que cuales se mueve el hombre común. La verdadera
encubre la sentencia de muerte contra una joven vir- tragedia de ambos no es la muerte sino la soledad,
gen. Ella ha obedecido las leyes de lo eterno, en apa- la incomunicabilidad del saber que los distancia de
riencia aprobadas por los dioses, pero el último velo sus semejantes, sin importar que despierten sim-
parece descorrerse ante sus ojos: ellos no patía o rechazo. Y la misma suerte corre-
son los autores ni los dueños de las leyes, rá todo aquel a quien el cosmos haya pro-
las cuales provienen de algo más hondo y La sabiduría porcionado un saber análogo, por la vía
terrible, de aquello en lo cual Sócrates se que fuere. Esta tragedia puede ser asu-
adentró a través de lo único accesible al le ha mida de varias formas por el héroe, pero
hombre: los valores y su naturaleza. infundido un lo dejará siempre inerme frente a la pura
blema mediante el Deus Absconditus, cuya “inadecuado” La República platónica, entre otros signi-
voz llega a escuchar, el cual hace trizas la para su ficados, constituye una larga reflexión al
aparencialidad de las leyes y la recompen- respecto, cuando en el libro II se conclu-
sa o el castigo condicionados por ellas. feminidad y le ye que la justicia se sufre, no se elige; es
Sócrates no teme a los dioses, sino sólo a impide, al un don, no una conquista del hombre, y la
las esencias cósmicas que porta en sí mis-
mo como microcosmos. Al igual que
estar unida al posibilidad de entender ésto supone un
saber no común. En el libro VII se advier-
Demócrito, Jenófanes o Parménides, ha des- amor, guardar te también que el precio va más allá de la
cubierto que las leyes cósmicas no depen- hasta el final soledad. Ciencia y virtud son inseparables
den de los dioses, ligados a la pura contin- y quien las posee quedará tarde o tem-
gencia. Aunque sus respectivas concepcio- la prano privado de habitar en el reino de los
nes los diferencian, este hallazgo los vincu- imperturbabilidad vivos, quienes intuyen el peso terrible de
la en la filo-sofía, porque no fue un descubri-
miento individual, sino de la sabiduría grie-
socrática e un don que se niegan a compartir con
quien lo ha obtenido o tolerar siquiera,
ga, de la conciencia colectiva. Antígona lle- incluso quizás porque temen carecer de fuerza su-
ga hasta el umbral de este descubrimiento, pretenderlo. ficiente para ello.
impulsada por la ley que cumple. El resto lo
sabrá pronto, más allá de la muerte. Esta privación se manifiesta en vida en la
irremisible contradicción con la mayoría de
Pero no puede vislumbrarse, ni siquiera intuirse tal los hombres, conflicto que, en su forma más radical,
erraleuqA
cosa sin sentir de golpe lo trágico de la condición genera la condena a la cicuta o al sepulcro. La estir-
humana. Sócrates, hombre con derechos civiles, pe socrática no sigue un sólo modelo, sino que exis-
viejo y triunfante en una larga búsqueda, bebe la te siempre de forma concreta. Podrá variar su reac-
cicuta con perfecta indiferencia frente a lo aparencial. ción frente a lo trágico, pero lo padecerá siempre,
Antígona, mujer, joven, virgen e impulsada por una porque no asume la existencia como un fin en sí mis-
luz sagrada, teme a los poderes que se desencade- ma, sino en función de un principio, de una totalidad
nan por ella y frente a ella, pues su instinto es lo que se revela al cabo como paradójica(14).
suficientemente sabio para entender que la calma y
el equilibrio de la razón no hacen mermar la terrrible De un curioso modo, Sócrates y Antígona resultan,
fuerza de lo trágico, ante el que resultan idénticos en sus respectivos contextos, los dos únicos seres
el llanto y la serenidad. realmente libres porque conocen y asumen esa de-
pendencia, ese telos. Pero según anunciara
El sereno anciano Sócrates y la doliente doncella Anaximandro, pagarán con el retorno al apeiron su
Antígona están en definitiva hermanados por la mis- desprendimiento de éste, o mejor, su autonomía
ma suerte, por aquello que a los ojos del hombre moral, la única posible para el hombre.
24 Notas
(1) Sobre este problema: U. von Wilamowitz- Posfacio a: Antología de historia de la filosofía.
Moellendorf: Einleitung in die griechische Renacimiento II. La Habana, 1983.
Tragödie. Hildesheim, 1988; R. Gardner: From (4) Sófocles: Antígona. En: Tragedias. Madrid, 1981,
Homer to tragedy: the art of allusion in the Greek p. 281.
poetry. London, 1990; J. Peter Euben (ed.): (5) Sófocles: Antígona. Tragedias, ed. cit., p. 281.
Greek tragedy and political theory. Berkeley, (6) Cfr.: E. Zeller: Sócrates y los sofistas. Buenos
1986; J. P. Vernant, P. Vidal-Naquet: Myth and Aires, 1955, pp. 15-16; Cfr.: H. Fränkel: Dichtung
tragedy in ancient Greece. New York, 1988; K. und Philosophie des frühen Griechentums.
M. May: Nietzsche and the spirit of tragedy. München, 1976, p. 323; P. Boutang y G. Steiner:
Houndmills-London, 1990; M. S. Silk, J. P. Diálogos sobre el mito de Antígona y el sacrifi-
Stern: Nietzsche on tragedy. Cambridge, 1983; cio de Abraham. Barcelona, 1994, pp. 45-90.
Ch. Meier: Die politische Kunst der griechischen (7) Platón: Apología de Sócrates. Obras. Madrid,
Tragödie. München, 1988; N. Georgopoulos 1950, pp. 26-27; Fränkel (op. cit., p. 477) seña-
(ed.): Tragedy and Philosophy. Houndmills- la en la obra la idea de la justicia y el ejercicio
London, 1993; E. Rodhe y otros: Nietzsche y del bien como la mejor herencia y areté.
la polémica sobre “El nacimiento de la trage- (8) Cfr.: Platón: Ibíd., p. 29.
dia”. Málaga, 1994. (9) Sófocles: Antígona, ed. cit., p. 269.
(2) Cfr.: L. Polo: “La vida buena y la buena vida: una (10) Platón: op. cit., p. 42.
confusión posible”. Atlántida, nº 7, julio-sept. (11) Cfr.: R. Ricchi: Femminilitá e ribellione: la donna
1991; W. Jaeger: Paideia. Die Formung des greca nei poemi omerici e nella tragedia attica.
griechischen Menschen. Berlin, 1954, caps. II- Firenze, 1987.
III; V. Bróchard: La morale de Platon. Paris, (12) Cfr.: M. Zambrano: La tumba de Antígona. Méxi-
1926; K. Reinhardt: Sophokles’ ,Antigone’. co, 1967, pp. 3-27 (se insiste en la soledad esen-
Göttingen, 1961, pp. 9 ss; R. Mondolfo: La con- cial de Antígona y en la dimensión filosófica de
cepción del sujeto humano en la cultura anti- la obra, temas desarrollados en El hombre y lo
gua. Buenos Aires, 1955, pp. 365, 391-396, 401- divino); A. Lesky: op. cit., pp. 307-310.
408. (13) Sófocles: Antígona, ed. cit., p. 283.
(3) Cfr.: L. Robin: El pensamiento griego y los oríge- (14) Cfr.: S. Kierkegaard: Antígona. En: O ésto o
nes del espíritu científico. México, 1962, III-II; aquello. México, 1942, pp. 33-43, 70-82; W.
A. Lesky: Historia de la literatura griega. Ma- Kaufmann: Tragedia y filosofía. Barcelona, 1978,
drid, 1968, I, V, B-9; L. Gernet y A. Boulanger: pp. 40-49; G. Steiner: Antigones. Oxford, 1989,
El genio griego en la religión. México, 1960, II, pp. 38-42. En la p. 40 se hace notar la opinión
IV, 3, pp. 65, 256-270; W. K. C. Guthrie: Orpheus de Hegel sobre Antígona, superior a Sócrates.
and Greek Religion: a study of the Orphic Sobre este punto: O. Piulats: Antígona y Platón
Movement. London, 1952; K. Kerényi: Dyonisos: en el joven Hegel. Barcelona, 1989, pp. 35-36,
Archetypal Image of the Indestructible Life. 46, 166-173; H. Fränkel: Dichtung und
Princeton, 1976; L. Rensoli: “Tres filósofos de Philosophie des frühen Griechentums. ed. cit.,
la duda: Sócrates, Agustín, Descartes”. pp. 446 ss.
Aquelarre
LA CONDICIÓN 25
FEMENINA
Alberto L. Merani
E
Escritor Argentino
El devenir de la realidad humana es diferente del sándose como síntesis en la universalidad y singu-
devenir de la esencia, del de la naturaleza íntima de laridad del fenómeno femenino. Por consiguiente, la
las cosas. La mujer como estructura biológica pe- tarea del verdadero feminismo debe consistir en la
culiar deviene de manera diversa que la mujer como unificación de esos dos movimientos particulares.
expresión de feminidad. El contenido del primer tér-
mino es fijo, no cambia, no se mueve por sí mismo Hasta hoy la interpretación de la feminidad tergiver-
y resulta extraño a la dialéctica de las relaciones só la relación entre lo universal y lo particular. Mien-
sociales. La feminidad, por el contrario, es imagen tras los movimientos feministas se apoyan en teo-
de la vida que vive. Con ella la mujer llega natural- rías que acentúan la realidad universal y conceden
mente al pasaje de lo opuesto en lo opuesto, al mo- a lo particular únicamente existencia indefinida y
vimiento cualitativo e inmanente que es autocons- derivada, nosotros procuramos nuevo carácter al
trucción de su esencia, porque su primer paso es problema destacando que la feminidad, como la
sumergirse en el contenido de las relaciones para masculinidad, es una realidad que define al indivi-
absorber toda la riqueza de la experiencia que dia- duo, y que éste es un ser concreto, existente, que
riamente acumulan. De esta manera puede aban- se personaliza por su inserción en las relaciones
donarse de inmediato al movimiento propio de la sociales. Cuando ahondamos el examen de los pos-
conciencia para sí, que es a la vez el movimiento de tulados psicoanalistas y existencialistas, del
la naturaleza y el movimiento de la esencia expre- biologismo y del historicismo ingenuos que susten-
erraleuqA
26 pleta ilusión. De-
bemos, pues,
dad en la diferencia: la feminidad
es una realidad natural, y no pro-
preguntamos ducto de circunstancias, que de-
¿buena o mala fine a la mujer como algo exis-
para quién, para tente.
qué fin y en qué
momento? La Podemos deducir fácilmente que
respuesta sola- la función del sexo no consiste
mente podemos en aplastar con minusvalías a la
encontrarla si in- mujer, como afirmara Freud y to-
terrogamos al in- davía sostienen sus acólitos,
dividuo, ser an- sino en proveerle de los medios
tropológicamente adecuados para alcanzar su
concreto porque completo desarrollo tanto en el
se realiza en re- plano físico como en el psíqui-
laciones sociales co; igualmente, la función de la
concretas, pues- historia no es de perpetuar una
to que la abstrac- supuesta degradación originaria
ción de un ser de la mitad de los humanos,
deformado por in- como sostiene Simone de
completud bioló- Beauvoir y la psicosociología
gica o presión culturalista, sino crear relaciones
social, presunta- sociales por medio de las cua-
mente alienado les parte de los individuos que
en lo físico por la las configuran pueden alienarse
naturaleza o real- y degradar en virtud de su inser-
mente en lo ción en las mismas. La femini-
psíquico por la dad no es conformidad con una
sociedad, no pue- ley externa: biológica o social,
de establecer ja- sino expresión de la autocons-
más una regula- trucción de la persona libre en
ción universal vá- sus relaciones sociales. La fe-
lida tanto con minidad sólo existe si se in-
sentido temporal terioriza, esto es, si la mujer
corno espacial. comprende y acepta que su exis-
La definición de tencia concreta está
feminidad más mediatizada por su toma de con-
aceptada corrien- ciencia del papel femenino y
temente en las masculino en las relaciones so-
Aquelarre
erraleuqA
nadas en la carioplasmogonia. El maternidad.
huevo fecundado es origen de un Con otras pala-
individuo completamente nuevo bras, el orga-
cuyos caracteres hereditarios nismo hem-
serán los mismos de los padres bra respon-
pero asociados en un nuevo or- de por en-
den. Como el número posible de tero a los
esas asociaciones es infinito, la fines
repetición de los esquemas cro-
mosomáticos de un individuo
queda prácticamente reduci-
da a cero. Esto da lugar a
un fenómeno negantrópico
que anula la degradación
de la materia y asegura al
28 responsables por tas, representa fue el productor por antonoma-
igual de la fecun-
dación, pero des- La feminidad la primera y úni-
ca posibilidad de
sia y creó las relaciones socia-
les. Por producir naturaleza las
de el momento
mismo cuando el
sólo existe si se crear relaciones
sociales y es-
mujeres terminaron por ser
identificadas con la naturaleza y
núcleo del esper- interioriza, esto tructurar perso- se subjetivizaron cosificándose
matozoide se fun- nalidades. porque su actividad primordial no
de con el núcleo es, si la mujer está dirigida a la transformación
comprende y
del huevo, esto Pues bien, la pro- sino a la creación de naturale-
es, que comien- ducción del ma- za. El significado profundo de
za la división ce-
lular del óvulo fe- acepta que su cho está íntegra-
mente media-
este fenómeno, porque durante
el embarazo y la lactancia la
cundado, la hem-
bra se transforma
existencia tizada; no impor-
ta cuán primitiva
mujer está casi completamente
dependiente de su propio estado
en única respon- concreta está sea la manera de y del medio, explica que duran-
sable biológico lograrla: entre la te el largo proceso de la
de la prole y es, mediatizada por acción de produ- humanización, lapso muchísimo
su toma de
por antonomasia, cir y el producto más extenso que el pasado his-
productora de de la misma me- tórico, se elaborara y perpetua-
vida. Esto signifi-
ca que, junto con conciencia del dia siempre la in-
tención del pro-
ra un conjunto peculiar de rela-
ciones sociales y la superestruc-
la capacidad uni-
versal del género
papel femenino ductor. En lo uni-
versal, la pro-
tura concomitante de tradi-
ciones, tabúes y recuerdos que
humano de trans- y masculino en ducción de la dieron a la maternidad significa-
formar la natura- hembra como do histórico como minusvalía fe-
leza, o sea de las relaciones ser humano, menina, esto es, una estructura
sociales.
producir trabajo esto es, como social en sí cuya praxis más in-
—vivo o muerto, representante de mediata se ejercita en la lucha
no importa ahora la unidad del vi- por el dominio masculino de lo
porque la cuali- viente, es de que es naturaleza. Identificada
dad del mismo la idéntica factura. con la naturaleza por su produc-
determina la sociedad—, la mu- En la universalidad de su natu- ción, el hijo, la sociedad se apo-
jer está inexorablemente desti- raleza está la unidad abstracta deró de la mujer como parte de
nada a producir naturaleza: vi- básica del género humano, pero la naturaleza, y el dominio y ac-
vientes que la sociedad absor- en la segregación sexual, en la ción sobre personas, la mujer en
berá, educará y utilizará según diversificación de los individuos este caso, el esclavo con sen-
los medios y fines de su en machos y hembras, está la tido general, la convierte en ser
organización peculiar como pro- singularidad concreta de los mo- cuya producción corresponde
ductores de cosas. Es con la pro- dos de producir, o sea de esta- dentro de las relaciones socia-
Aquelarre
ducción de cosas que el ser hu- blecer relaciones sociales o de les a la razón abstracta de la
mano escapa al estado natural insertarse en ellas. Por su sin- producción masculina: dominio
que biológicamente comparte gularidad biológica la mujer es, sobre la naturaleza, que para la
con los animales y desarrolla la en primer término, productora de hembra se convierte en dominio
capacidad mental por la que des- naturaleza: productora de seres absoluto del macho sobre su
cuella. Si definimos la inteligen- que producirán cosas. existencia.
cia como capacidad de plantear
interrogantes, esto es, de media- La producción de cosas La mujer se vuelve así propiedad
tizar la relación entre los estímu- objetiviza al productor, porque a y, como la propiedad por anto-
los del medio y las respuestas través de ellas manifiesta su in- nomasia, la de los bienes raíces,
del individuo, descubrimos que tención de modificar la naturale- se logra por conquista o por com-
el trabajo, en conllevando el plan- za, y constituye, de ese modo, pra, al igual que la tierra la mujer
teamiento abstracto de situacio- el mundo del productor, o para debe ser adquirida por la violen-
nes concretas y la realización ser más específicos el mundo cia o por compensación a sus
concreta de situaciones abstrac- del hombre, que históricamente dueños. Desde la más remota
antigüedad la mujer aparece así
como parte de los bienes del
creta por una pseudofeminidad.
Esto quiere decir que en relación
general que es específica al gé-
nero humano, esto es, universal,
29
pater familias; la ley la encua- con el significado esencial de la asienta tanto en raíces biológi-
dra dentro del patrimonio; lo que feminidad, feminidad histórica, cas como antropológicas y de
la mujer produce, el hijo, como tal cual se nos presenta hoy, es producción social. De este modo
el ternero de la vaca es naturale- una “máscara”, una categoría cir- explicar qué es la feminidad está
za que el patrimonio limita. La cunstancial, transitoria, incapaz, más allá de las posibilidades de
mujer es mater, parte de la Mater por consiguiente, de asumir la la restrictiva antropología natura-
magna, esto es, de la naturale- verdadera historicidad de la esen- lista del freudismo, más allá de
za que engendra a todos los se- cia femenina y de su personali- los alcances del historicismo
res, y, como naturaleza, el pro- dad concreta, que es una de las existencialista, y completamente
ductor por excelencia, el hom- categorías fundamentales de la fuera del alcance de las
bre, debe dominarla y transfor- humanidad. consideraciones jurídico-socia-
marla. Esta idea, que fue activa les. De una u otra de estas ma-
en Grecia y Roma, que vive y Sin duda, la cuestión del carác- neras únicamente se logra una
actúa en el cristianismo desde ter concreto de la personalidad oposición entre la realidad y la
sus orígenes, nos indica por qué femenina no queda enteramente existencia, y el debate se
la mujer, incluso llegando como respondida por el fenómeno de circunscribe en tomo de una idea
en nuestros días a convertirse en inserción de la mujer como indi- que, por estar fuera del contexto
productor activo, fue y es toda- viduo dentro de las relaciones de las relaciones sociales, es
vía legalmente considerada ins- sociales, que configuran una par- tan abstracta como la concep-
trumento, engranaje de la socie- te de la estructura de la perso- ción de la incompletud biológica
dad: naturaleza que renueva nalidad, porque la hembra corres- femenina o la minusvalía históri-
automáticamente la naturaleza1. ponde a igual título que el ma- ca de su sexo.
cho a la realidad antropológica
Como el papel del individuo en que es el viviente humanizado. La mujer es biológicamente di-
las relaciones sociales está en Por consiguiente, hominidae hu- versa pero siempre dentro de la
la base de la personalización, es manizado, la mujer destaca con unidad esencial del viviente por-
fácil comprender que tanto la los aspectos específicos de la que representa una de las dos
estructura de la personalidad feminidad el perfil original de su opciones posibles para la evolu-
como del carácter femenino que- personalidad, cuya estructura ción heterogamética. Simple-
dan subsumidos en los
modos de acción mascu-
linos. Toda relación de
producción es al mismo
tiempo producción de lo
social; sus productos,
comprendida la organiza-
ción de la personalidad
erraleuqA
femenina, son productos
sociales. De aquí que la
creación de las caracte-
rísticas externas de las
conductas femeninas —
incluidas las intelectua-
les y morales—, que han
terminado por ahogar en
las mujeres lo universal
del viviente y destacan
desmesuradamente lo
propio de la diferencia-
ción sexual, representen
la suplantación de la na-
turaleza femenina con-
30 mente es más hembra que macho, como el hombre
es más macho que hembra. Una hembra o un ma-
feminismo frente a la sexualidad y la cosificación es-
piritual que deriva del fetichismo frente a la materni-
cho ciento por ciento, representantes de una sepa- dad que explota la sociedad de consumo. Liberada
ración anormal completa de la unidad material del jurídica, laboralmente de la arbitrariedad masculina
viviente, pertenecen a la teratología, son monstruos en los países progresistas, la mujer no ha roto, sin
que superan al enano acondroplástico y a la mujer embargo, con su alienación primera, porque en lo
más gorda del mundo que exhiben los circos. Den- básico de todas las apreciaciones, de los hombres y
tro de la diversidad en la uni- suyas propias, se conserva la
dad que significa bioló- condición de naturaleza pro-
gicamente ser macho o hem- ductora de naturaleza, esto
bra, la inserción dentro de las El análisis de la es, falta el reconocimiento de
relaciones sociales crea los pa-
peles antropomórficos del hom- condición femenina que la finalidad de la biología
de la hembra: perpetuar seres,
bre y de la mujer, que históri-
camente determinan los perfi-
debe comenzar, pues, en la escala humana ha deja-
do de ser fenómeno natural y
les psicosociales de sus per-
sonalidades. Pero el fenóme-
por el análisis de la constituye dentro de las rela-
ciones sociales una forma sui
no de la personalización para maternidad como generis de producción social.
ser completo debe superar El análisis de la condición
este tope y alcanzar los nive- trabajo vivo, o sea como femenina debe comenzar, pues,
les de la feminidad o la mas-
culinidad, que es la conciencia producción de un por el análisis de la materni-
dad como trabajo vivo, o sea
de ser humano con el papel
biosocial de hombre o de mu-
producto que no puede como producción de un produc-
to que no puede alienarse. En
jer. Cuando la personalidad
está alienada, como están la
alienarse. reconociéndose como produc-
tora de hombres, la mujer se
personalidad femenina y mas- reconoce como productora de
culina en nuestros días, se asi- lo social porque sin individuos
mila con la imagen que el or- no hay sociedad, y es por me-
den social prescribe. En este dio de la intención con que pro-
aspecto la alienación actual de duce como mediatiza el valor
la mujer no se separa, por de su producción y se descu-
ejemplo, de la alienación del bre sometida a fuerzas oscu-
proletario, provocada en ambos ras e ignoradas como las que
por ser productores de trabajo determinan la mayoría de los
“muerto”, esto es, de productos casos de maternidad, o libre-
cuya propiedad la sociedad no mente consciente de que para
les reconoce. Y ambas formas dar hijos a la sociedad ésta
de alienación se identifican por- debe poseer condiciones real-
Aquelarre
erraleuqA
Notas
1.- Todavía hoy los códigos civiles más liberales re- revela que no se considera la humanidad de la
conocen derechos sucesorios al hijo natural, pero persona sino el papel que desempeña en la ad-
su madre no concurre a la sucesión: es lisa y quisición y conservación del patrimonio, del que
llanamente cosa natural. La esposa legítima fuera antiguamente parte y con el cual aparece
hereda y está ampliamente protegida, pero la todavía historicamente ligada.
lectura atenta de los artículos que la amparan
32
Aquelarre
DECIR ““ALC
ALCA-NO”:
ALCA-NO”: 33
Una opción para la vida
“El sistema mundial, como nunca antes, ha Hoy, muchas activistas del movimiento de mujeres
conducido a un crecimiento desmesurado de la y muchas activistas feministas latinoamericanas, co-
pobreza. Es irónico: mientras se tiran a la basura inciden en que los procesos organizativos de las
toneladas de alimentos que sus productores no han mujeres - no solo en el continente sino a escala
podido vender, millones de personas mueren de mundial- han ganando una madurez y visión políti-
hambre” ca, que amplia el horizonte de las reivindicaciones
específicas mas allá de temas relacionados con la
Elizabeth Peredo1 participación social y política de las mujeres, la lu-
cha contra la violencia, los derechos sexuales y
reproductivos, entre otras ya tradicionales del movi-
Comentarios para empezar miento, para empezar a plantearse temas relacio-
L
nados con la economía y los problemas estructura-
les de la sociedad.
La feminización de la pobreza, es la denominación
que se le ha dado al creciente fenómeno de hoga- El movimiento internacional de mujeres en sus dis-
res pobres con madres cabeza de familia y a las tintas expresiones, ha ido comprendiendo que la
precarias condiciones económicas y sociales de las situación de las mujeres no depende tan solo de un
mujeres en los últimos años, especialmente en sistema ideológico y cultural patriarcal que les im-
América Latina, donde la falta de recursos, posibili- pide un desarrollo libre, autónomo y equitativo, sino
dades, condiciones y presencia estatal que garan- que también la precariedad de sus vidas está ligada
ticen el desarrollo de una vida digna, dominan la a un modelo de desarrollo global que hace de nues-
cotidianidad de nuestros pueblos. Este fenómeno, tras sociedades, escenarios de pobreza en los que
además de ser motivo de diversos estudios e inves-
tigaciones, es
también una de
las preocupacio-
nes centrales del
movimiento de
mujeres, lo que
erraleuqA
ocasiona cam-
bios trascenden-
tales en sus pla-
taformas de lu-
cha que hoy se
insertan en el
campo global de
la resistencia y
la construcción
de solidaridades
con otros movi-
mientos.
34 tan solo importa el desarrollo del
mercado por encima del bienes-
a costa del empeoramiento de
las condiciones de vida de los y
ducción, llamado posfordismo. A
cambio, recibió un incremento en
tar social y humano. las latinoamericanas, resulta una los niveles de pobreza, la agudi-
de las tareas principales en las zación de sus problemas am-
Es así como la pobreza, la agendas articuladas de los mo- bientales, la precarización de las
precarización laboral, el hambre, vimientos sociales del continen- condiciones laborales de los tra-
entre muchos otros problemas te. bajadores y trabajadoras
que aquejan a la población mun- mexicanas y en general, un
dial, se convierten en intereses desmejoramiento de la calidad
comunes de lucha para distintos
movimientos sociales, incluido el
¿ALCA? de vida de este pueblo, mientras
los Estados Unidos, terminaron
de las mujeres, que se juegan consolidándose a sus expensas,
sus alternativas de avance hacia Traduce Área del Libre Comer- como principal monopolizador de
un orden social mundial distin- cio para las Américas, y es un los mercados y economías cen-
to. acuerdo impulsado por los Es- troamericanas. No conformes
tados Unidos con el objetivo de con esto, en la actualidad pre-
En este contexto, la lucha con- integrar en un solo mercado to- tenden exportar la misma estra-
tra el Alca como un instrumento dos los mercados de los países tegia hacia sur América.
mas del imperio para seguir con- de Sur América, Centro Améri-
cen- ca, el Caribe y Norte América. Este tratado, que además fue
trando elaborado y firmado a espaldas
riqueza Fue propuesto en 1994 y entra- de los pueblos afectados, es la
rá en plena vigencia en el año continuidad del modelo neolibe-
2005. Es fundamentalmente una ral que han impuesto los orga-
extensión del NAF- nismos multilaterales como el
TA (North América FMI y el BM, y todos los demás
Free Tratade Agree- gendarmes del capitalismo nor-
ment)2 el cual aca- teamericano a los países depen-
rreó graves conse- dientes, y por ende, es también
cuencias para el la continuidad de la dominación
pueblo mexicano política y explotación económi-
convirtiéndose en el ca de los mismos.
receptor de desechos
industriales tóxicos,
en la despensa de
mano de obra barata, Desastre en cuatro
de recursos natura-
les, y en el lugar de
tiempos
experimentación
de la descentra- 1- Con el ALCA, los aspectos
Aquelarre
erraleuqA
superada o por las necesidades de hogares con mujeres – madres ca-
de la sobrevivencia, aceptan con beza de familia, estos costos sociales
mayor facilidad condiciones de se verán trasladados directamente a sus
sacrificio en el trabajo y renun- bolsillos, los cuales soportan la pesada
cian a derechos como la seguri- carga de la manutención de los hijos y en
dad social. A muchas de estas muchas ocasiones, de otros miembros del
mujeres se les niega el derecho núcleo familiar.
a procrear y cuando lo hacen, se
les margina y despide de su El incremento del uso de medicinas tradi-
empleo. cionales y de atención de los enfermos en
los propios espacios domésticos así lo
demuestran. Son las mujeres quienes
2- El ALCA como continuación ahora cuidan a los enfermos, dada su “vo-
del modelo neoliberal impuesto cación histórica” de servicio a los de-
por los organismos multilatera- más y a los conocimientos heredados de
36 las abuelas sobre los poderes cu-
rativos de las plantas y los reme- El ALCA entonces,
reconocer la tierra como fuente de
vida que debe ser conservada y
dios caseros. Así mismo, el cui- protegida, defendiendo la sobera-
dado de los ancianos seguirá sien- aunque no plantee nía de un territorio propio. Permi-
do su responsabilidad, labor que directamente políticas tir el saqueo y explotación de
tradicionalmente ha sido encarga- nuestros recursos, así como el
da socialmente a las mujeres en
sociales, repercute en envilecimiento atmosférico por una
el sistema patriarcal, pero con el ellas a la hora del industria indiscriminada, es un
agravante ahora, de no encontrar desarrollo de sus atentado no solo contra la vida,
ninguna clase de subsidio para sino también contra nuestros pa-
ello. dinámicas comerciales, trimonios culturales.
requiriendo un modelo
De la misma manera, cuando los “De hecho, las repercusiones del
recursos económicos no alcanzan
de Estado funcional a la manejo del medio ambiente que
para la educación formal de sus hi- acumulación del capital han priorizado un espacio para la
jos, deben convertirse en profeso- transnacional. intervención de grandes
ras que orienten su proceso de for- transnacionales ha afectado ya a
mación reafirmando algunos roles poblaciones indígenas pero tam-
y actividades que han sido impues- bién urbanas. El deterioro de los
tos y asumidos siempre por las recursos naturales tiene una di-
mujeres, y que en las actuales con- recta relación con la perdida de
diciones de sobrevivencia en la que los territorios de los pueblos indí-
se encuentra la gran cantidad de genas y procesos de exclusión y
hogares con jefatura femenina, se mayor discriminación. Además en
convierten en hechos que ahondan las sociedades andinas por ejem-
su subordinación y vida precaria. plo, la relación con la naturaleza
no es solo de carácter económi-
El ALCA entonces, aunque no co o para la subsistencia, sino
plantee directamente políticas so- que tiene un significado cultural
ciales, repercute en ellas a la hora en su relación con la vida, tiene
del desarrollo de sus dinámicas un carácter holístico y una asimi-
comerciales, requiriendo un mo- lación cultural de la naturaleza =
delo de Estado funcional a la acu- bien común”4
mulación de capital transnacional.
Como si fuera poco, el ALCA beneficiará aun más a
las transnacionales que están haciendo investiga-
3- En el Acuerdo del Libre Comercio para las Amé- ción genética sobre nuestra biodiversidad, porque
ricas, se garantiza la protección a la inversión y la promoverá el uso de patentes (al igual que la OMC)
industria (especialmente extranjera) que pasa por para poder privatizar los recursos naturales que les
Aquelarre
la eliminación de aranceles e impuestos, y por la pertenecen a la vida y ambiente de los pueblos. Esto
exoneración de su responsabilidad con la preserva- limita el acceso a los avances de la ciencia y la
ción del medio ambiente. América Latina manten- tecnología de grandes masas poblacionales que no
drá su vocación agroexportadora sirviendo como ali- cuentan con recursos económicos para pagar los
mentador de materias primas para la industria gringa, altos costos que esas patentes generan, y que han
la cual seguirá emitiendo residuos tóxicos y convir- sido logradas con la información que plagian a las
tiendo estos países en basureros radioactivos que comunidades indígenas sobre los poderes curati-
profundizaran los graves problemas ambientales que vos de las plantas y animales.
ya se han generado.
Este es uno de los puntos que las mujeres indíge-
La crisis del medio ambiente a escala planetaria, nas insertas en el movimiento internacional de mu-
debe representar para los latinoamericanos un atro- jeres, han recalcado con mayor énfasis. En sus
pello contra la dignidad humana. Las culturas indí- comunidades las mujeres, sobre todo las ancianas,
genas que sobreviven y reviven un pasado histórico son quienes conservan estos conocimientos porque
para nuestros pueblos, reclaman la necesidad de han tenido la responsabilidad de la salud a través
de la historia. Esto significa, que nuestras abuelas
e indígenas, están siendo expropiadas de sus cons-
capitalismo. La arrogancia del imperio rebosó él li-
mite que soportan nuestras sociedades, y aunque
37
trucciones culturales y de sus saberes milenarios siga gritando fuerte “guerra contra el terrorismo” mien-
transmitidos de generación en generación. tras la servidumbre que “administra” estos países
hace eco en la otra orilla, creciendo día a día las
4- Las comercializadoras estadounidenses, obten- voces que se oponen a un sistema tan salvaje y que
drán la reducción de aduanas para la exportación a invocan alternativas para la construcción de una
gran escala de sus productos, inundando los mer- sociedad diferente.
cados nacionales con sus mercancías, entre las que
se encuentran los alimentos transgénicos, colocan- Es necesario avanzar en la concertación de plata-
do en riesgo la seguridad alimentaria de nuestros formas andinas de lucha, en las que tengamos pre-
países y utilizando su población como “conejillo de sencia todas las expresiones que a lo largo de los
indias” para conocer las consecuencias que gene- últimos años hemos ido organizándonos en defen-
ran en sus organismos esos productos tratados sa de nuestros derechos sociales, económicos,
genéticamente (tras el objetivo de aumentar la pro- culturales, ambientales y sexuales; organizaciones
ducción reduciendo costos), mientras los latinoa- y movimientos que mundo globalizado, nos hemos
mericanos sufrirán las enfermedades y mutaciones comprometido con la construcción de un proyecto
en sus cuerpos, así como la alteración ecosistémica de sociedad en el que podamos vivir libre y digna-
de los sistemas naturales. mente.
Notas
1-. PEREDO, Elizabeth. “Bolivia: los impactos del
ALCA en las mujeres” – Fundación Solón de
Bolivia. Ponencia presentada en el marco del
ceso productivo de una transnacional la cual, para
evadir el pago de salarios y prestaciones socia-
les a sus trabajadores, atomiza la producción de
erraleuqA
Primer Encuentro Nacional: Los Impactos del una mercancía contratando la producción de par-
ALCA en Bolivia, realizado en Vinto, tes con estas empresas más pequeñas o indivi-
Cochabamba, Bolivia, los días 18 y 19 de Mayo duales que contratan mujeres, niños y hombres
del año 2002. con baja calificación para trabajar a destajo, es
decir que se les paga un porcentaje sobre la can-
2-. Se conoce también como TLCNA o Tratado de tidad de partes producidas en una hora o en un
Libre Comercio de Norte América, suscrito entre día.
Estados Unidos, Canadá y México en 1994.
4-. PEREDO, Elizabeth. Ibid.
3-. Son pequeñas empresas, microempresas o pro-
ductores individuales que realizan parte del pro-
38
Aquelarre
DÉB OR
DÉBOR A AR
ORA ANGO
ARANGO 39
- Genero Fabrica-to Antioquia - made in Colombia -
L
Pintor. Profesor Universidad del Tolima
La función social de la mujer durante miles de años, Como Picasso, Débora, registra uno a uno sus “psí-
después de su proceso histórico matriarcal, ha es- quicos hechos cotidianos” en telas o cartones que
tado bajo la férula del patriarcado, degradado en el va acumulando como su diario perceptual y estéti-
machismo, y, hoy día, reconsiderado en el co. A la postre su único amor jamás la abandonaría
Falocentrismo. al quedar “ausente” (así lo diría el politólogo Louis
Althousser) en una de sus acuarelas “Las colegia-
En una región colombiana marcada históricamente las” y que, el poeta Santiago Londoño Vélez nos
por estas características, nace a principios del si- relata a su vez de un comentarista: “En los ojos de
glo XX (1907) una mujer que se convertiría en el sím- esa niña con brotes de adulta, se encuentra una
bolo de la desobediencia civil, de la autonomía es- pasión, una historia, una aventura entre tilos discre-
tética y del arte expresionista colom-
biano con el máximo grado de compro-
miso social e ideológico: Débora
Arango Pérez.
infamatorio. Y es allí,
donde radica la actitud
desafiante e insubordi-
nada de la artista con-
tra los paradigmas
decimonónicos de la
academia y contra las
barreras axiomáticas
de la estética tradicio-
nal, parámetros éstos
que resumen, entre
otras cosas, los pre-
ceptos axiológicos de
una sociedad conser-
vadora y concordataria como la
colombiana.
41
Sin embargo, pertenecer a una
familia conservadora la hacía, en
cierta forma, inmune a la más
drástica persecución clerical, y
el hecho cierto de ser su padre
el dueño de un elegante Packard
negro de siete puestos, adquiri-
do al político conservador
Mariano Ospina Pérez que,
Débora acostumbraba conducir
por las estrechas calles de
Medellín por ser una de las cua-
tro mujeres con licencia para
manejar automóviles en aquella
época2 . No obstante estos pe-
queños privilegios sociales, sus
desnudos expuestos en el Club
Unión de Medellín causaron de- nido la osadía de torpedear di- la época la obra de la artista
sazón y refriega en el clero rectamente el casco oxidado de merece ser condenada y recha-
parroquial, hasta el grado de ha- este inmóvil pontón que muchos zada como expresión estética,
cerse merecedora de la “exco- llaman moralidad y que nosotros en cuanto expresión satírica que
munión”. Indudablemente la con- denominamos llana y simple- denuncia y flagela y produce
dición ideológica de esta mujer, mente gazmoñería” sentimientos de ira y dolor, no
catalogada así por el jurado de puede ser considerada bella
la exposición del Club Unión: “... Pero, nuevamente, lo pedagógi- pues no causa placer, pero nues-
tanto por el vuelo atrevido en to- co e ideacional aparece perso- tra pintora presintiendo la jauría
das sus concepciones que nos nificado, esta vez, en el arzobis- de la moralidad, plantea el arte
mostró un temperamento artísti- po Tiberio de J. Salazar y Herrera como manifestación de cultura
co de primer orden -increible en quien considerando la impecable que nada tiene que ver con la
una mujer en un medio de posi- calidad estética de los desnudos moral, ya que éste no es amoral
bilidades e ideas tan limitadas de la artista se expresa ni inmoral, sencillamente su ór-
como el nuestro-, que revela tam- androcéntricamente: “¿No será bita no intercepta ningún postu-
bién una vocación por el arte pic- una de esas mujeres medio lo- lado ético, y como el ideario pri-
tórico que se debe estimular;...”3 . cas [...] algo así como una Tere- mordial de la ilustración de
Igualmente en el periódico libe- sa de Jesús?” Esta dubitativa Voltaire, “Es necesario separar
ral “El Diario” se registró el acon- sentencia deniega el pedido de la ética de las ideas religiosas,
buscando una ley moral univer-
erraleuqA
tecimiento: “Es incuestionable excomulgación de Débora. Así
que doña Débora Arango ha te- como para los Aristotélicos de sal”.
42 Pasarían cerca de once meses
de este incidente para que se
acuarelas sobre el tema del des-
nudo femenino.
Theodoro Adorno, citado por
Delfín Avendaño5 , planteaba: “El
repitiera otro acto de repudio a arte puede sostener la imagen
su obra, esta vez, ocasionado en “El diario “El Siglo” expresando de la libertad sólo en la negación
la ciudad de Bogotá, en el mes la venenosa crítica de su colum- de la falta de la libertad. Que no
de octubre de 1940: “El Heraldo” nista preferido el líder conserva- se deja atrapar, que es ajena a
de Antioquia destacó el hecho dor Laureano Gómez señaló la cualquier poder”
con títulos a cinco columnas: “Un obra como atentatoria de la bue-
digno exponente del nuevo espí- na moral y de la estética, sínto- Expone es España, su obra, in-
ritu femenino antioqueño. La ar- ma de pereza mental e inhabili- vitada por el Instituto de Cultura
tista de la montaña se presentó dad técnica, propio de la dege- Hispana de Madrid en 1955, in-
ante la ciudad-cerebro con todo nerada escuela expresionista, augurada el 28 de febrero, y des-
su valor y su valer. Desde el alti- esencia degradada de la llama- colgada al día siguiente por or-
plano capitalino esta valiente da pintura modernista, verdade- den del régimen fascista del
mujer desafía a todos los tartufos ro atentado contra la cultura y General Franco, manifestándose
moralistas. El arte puro no pue- tradición artística de la ciudad de manera contundente en su
de ser inmoral”. capital, e irrespeto para el aris- obra esa lucha por la libertad, tan
tocrático lugar donde se exhibe. conculcada por los sectores más
Débora se había convertido ya en La culpa de esa degeneración ar- reaccionarios del planeta, y cuya
su símbolo de la mujer antioque- tística no puede recaer sobre la muestra de poder se hace mani-
ña como paradigma de la moder- señorita Arango, a quien admi- fiesta en este hecho.
nidad que atropellaba al país tar- ramos sin reservas por su valor
díamente. Era invitada de honor y audacia. Ella es tan sólo la Pero, será durante el gobierno
del Ministro de Educación Jorge víctima de las influencias perni- militar del General Pinilla y pos-
Eliecer Gaitán para exhibir su ciosas y antiestéticas que viene teriormente en el período del lla-
obra en el foyer del Teatro Co- ejerciendo el Ministerio de Edu- mado Frente Nacional que su
lón, constituido por trece de sus cación”4 obra adquiere la categoría
satírica escueta, de agudas me-
En España ob- táforas políticas, con mayores
tendría el más compromisos ideológicos que la
importante de exigen en su calidad estética y
sus éxitos artís- plástica. Si obras de su primera
ticos que la con- etapa como “Boceto a lápiz so-
sagraron como bre papel para la acuarela El Pla-
una de las más cer” (1930); “La mística” (1940);
destacadas pin- “Friné o trata de blancas” (1940);
toras de Latino- “Maternidad y violencia” (s.f.);
américa, cuya “Justicia” (1944); “Maternidad
obra transcendía negra” (1944); y “Clavel rojo”
Aquelarre
erraleuqA
de este suceso, a saber: fratricidios, tor-
turas despiadadas, asesinatos con alevo-
sía, impunidad estatal, desapariciones
masivas; retiros forzosos del manejo pú-
blico y celebración con huelgas estudian-
tiles; aparición del control estatal por par-
te de los militares constituidos en juntas
de gobierno e imponiendo la más férrea
dictadura, hasta la ingeniosa salida del con-
flicto social mediante un supuesto demo-
crático plebiscito que, nuestra artista in-
terpretara en la composición transversal en
diagonal ascendente del pabellón nacio-
nal, atrapado alegre y burlonamente por
cinco preciosos simios que se lo disputan
44 Las últimas obras de este período plástico de
nuestra artista, exaltan o enaltecen,
mordazmente, el rol del “género femenino” en
el manejo del estado, esta vez en la personali-
dad caricaturizada de la política conservadora
Berta Hernández, en forma de “gallina” ondean-
do la bandera azul como símbolo de su partido,
y cacareando la postura de cinco huevos, qui-
zá relacionados con los cinco miembros de la
Junta Militar que concluyó el período presiden-
cial del General Pinilla. La otra obra, inconclu-
sa, caricaturiza a Doña Berta, como un “Carga-
dor Calima” llevando en sus hombros al futuro
presidente de la república, el conservador
Belisario Betancurt Cuartas, mostrando de esta
manera el poder de “Montar” o “Desmontar” pre-
sidentes que tenía la “dama de acero” de Co-
lombia.
Notas
con su voto positivo.
El tratamiento artístico que le impone la pintora a 1.- LONDOÑO VELEZ, Santiago. Débora Arango.
estas dos obras, retrotrae el acto primordial Vida de pintora. Ministerio de Cultura. Colom-
mitopoético fundacional, mediante el cual se con- bia, 1997. Pág. 30
sagra el país al espacio sagrado del Frente Nacio- 2.- Op. Cit. Página 68
nal, como institución ideológica de poder, y mito de 3.- Op. Cit. Páginas 78-79
origen o de iniciación representado a través de la 4.- Op. Cit. Página 113
iconozoografía. 5.- El Expresionismo. En revista Argumentos No. 8/
9. Bogotá, Agosto de 1984. Pág. 76
erraleuqA
45
46 IBAGUEREÑA (bambuco)
IBAGUEREÑA
Leonor Buenaventura de Valencia
Desde mi casa paterna aprendí que la mejor herencia musical que le queda al alma de Ibagué, a partir del
primer festival folclórico colombiano, era la melodía de un hermoso bambuco titulado “Ibaguereña”. Hoy
despues de 43 años, siento que esa sola obra hubiese bastado para la inmortalidad de nuestra linda “novia de
Ibagué”: Leonor Buenaventura de Valencia.
Cesar Augusto Zambrano
Coordinador de actividades musicales Universidad del Tolima
Aquelarre
erraleuqA
47
48
Aquelarre
LA MUJER EN AMÉRIC
MUJER A
AMÉRICA 49
Victoria Sau
S
Escritora Española
“Sin la mujer, tanto española como india, la con- como las españolas, pero en una posición muy in-
quista española no hubiera podido ser sino una aven- ferior debido a su situación de pueblo conquistado.
tura bélica y comercial. que hubiera cristalizado en
meras factorías a la manera de las fenicias, pero “...AVÍA MUCHA FALTA DE TALES
nunca en aquella pléyade de naciones...”(1) MUGERES DE CASTILLA”(3)
Con ser las mujeres una mercancía preciosa para
La autora de la cita se asombra en su libro, una y los conquistadores, no trascienden a pesar de todo
otra vez, candorosamente, -¡mujer al final!- de que dicho concepto, y son a menudo mencionadas des-
no uno sino todos los cronistas de Indias, desde pués de la larga lista de objetos y herramientas con
Bernal Díaz del Castillo, Garcilaso de la Vega y que se equipan unos bergantines, o a continuación
Fuentes y Guzmán, hasta López de Gómara y del número de caballos con que se inicia una expe-
Fernández de Oviedo, se olvidan misteriosamente dición.
de mencionar a la mujer en su relato de la empresa
americana.
“LLEVO VEINTE
Aquelarre
sus virtudes son términos de de uno de ellos, En una de las fiestas en casa
ponderadas a ve- Juana de Mansi- de Alvarado que se dieron por
ces, esto es en ganado, y de lla, no se quisie- aquellos días, las doncellas, es-
hecho se las
la medida en que ra casar porque condidas tras unas puertas por
las mujeres pro- tenía confianza la honestidad, miraban a los que
porcionan benefi-
cios, solucionan, reseña a en Dios y creía
que su marido,
pronto serían sus maridos y una
de ellas dijo:
curan, salvan, ali-
vian, colaboran, y
menudo entre Cortés y los de-
más estaban vi- Doylos al diablo, ¡parece que
hasta sustituyen las propiedades vos, el factor “y escaparan del infierno según
al hombre con porque dijo estas están de estropeados: unos co-
plena eficacia. del hombre, palabras la man- jos y otros mancos, otros sin
después de
De alguna mane- dó azotar por las orejas, otros con un ojo, otros
ra, pues, en tan- calles públicas con media cara, y el mejor libra-
to que sirven a
sus fines. Y aquél. de México por
hechicera”. (7).
do la tiene cruzada una o dos
veces!
siempre dentro
de un plano indi- Cuando Cortés A lo que contestó otra:
vidual, porque regresó, efectiva- No hemos de casar con ellos por
genéricamente mente, Ia volvió su gentileza sino por heredar los
hablando las mu- en su honra de la indios que tienen, que según
jeres en América afrenta. Sobran están viejos y cansados se han
son robadas, se- comentarios. de morir pronto, y entonces po-
cuestradas, re- dremos escoger el mozo que
galadas, trasega- Veamos cómo quisiéramos en lugar del vie-
das, apareadas, se expresa don jo...(9)
casadas, desca- Pedro de AIvara-
sadas, intercam- do, Adelantado y Pero tampoco las viudas lo te-
biadas, fecunda- Gobernador de nían tan fácil como hemos visto
das, violadas, Guatemala, al re- por la afrenta a doña Juana de
distribuidas, adju- ferirse a un lote Mansilla, y podremos seguir
dicadas, repartidas, torturadas y de mujeres cuya llegada anun- viendo.
explotadas, como es obvio, sin cia y que vienen con su segun-
su consentimiento. Tendríamos da esposa. Segunda no por ...PORQUE LOS
erraleuqA
que visitar muchísimos pueblos viudez, sino porque la primera CASADOS EN INDIAS
primitivos para poder reunir la esposa de don Alvaro fue una
gran cantidad de formas de ex- india de sangre real, una de las
SON LOS QUE
torsión que hallamos de una sola que le tocaron en el reparto de PERPETUÁN LAS
vez por todas en las Indias, y ci- las que habían sido dadas a Cor- INDIAS (10)
ñéndonos sólo a la primera mi- tés por los mexicanos, no ha- El Comendador Ovando dispuso
tad del siglo XVI. biendo sido dicho matrimonio desde el principio que se casa-
legitimado. Escribe Alvarado al ran no sólo los indios entre sí,
En una ocasión en que corrió la cabildo de Guatemala: según lo manda la Santa Madre
voz de que Hernán Cortés y los Iglesia, sino algunos cristianos
hombres que lo acompañaban ...Doña Beatriz (su esposa) está con indias y algunas cristianas
habían muerto, “el factor mandó muy buena, trae veinte donce- con indios. Las españolas eran
que todas las mujeres que se ha- llas, muy gentiles mujeres, hijas inferiores en número, y aunque
bían muertos sus maridos en de caballeros y de muy buenos los indios las deseaban, los con-
compañía de Cortés, hiciesen linajes. Bien creo que es merca- quistadores tenían prioridad. Así
52 ...Además de la
ofensa que se hacía
a Dios nuestro Señor,
se seguía gran incon-
veniente a la pobla-
ción de aquellas tie-
rras, porque no vi-
viendo los tales de
asiento en ellas no se
perpetuaban, ni aten-
dían a edificar, plan-
tar, criar ni sembrar,
ni hacer otras cosas
que los buenos po-
bladores suelen ha-
cer, por lo cual los
pueblos no van en el
aumento que convie-
ne, como sería si
vivieren poblados con
mujeres e hijos como
verdaderos vecinos...
El matrimonio se
convirtió así en una
razón de Estado, y
no sólo el de las
soltéras sino también
el de las viudas. Por-
que en Indias, si el
marido moría, la mu-
jer heredaba su re-
partimiento de indios
y tierras, y a la Coro-
na le interesaba que
todos los casos que se encuen- se con quien quisieran. Dicha dicho lote no fuera a parar por
tran de blancas cristianas unidas Cédula fue confirmada por Feli- un segundo matrimonio a ma-
a indios, es por razón de robo o pe II en 1575. nos de hombres menos dignos
secuestro. Los conquistadores de confianza y poco serviciales
Aquelarre
en cambio casaban a veces con Los hombres de la península que a la Corona. La pureza de la
indias, pero las abandonaban embarcaban hacia las Indias con sangre, el demostrar que se era
cuando tenían la oportunidad de su mujer, o que una vez allí la castellano viejo, y la seguridad
hacerlo legalmente con una es- mandaban llamar, tenían muchos de que no se era hijo ni nieto de
pañola. gajes: mejores cargos, mayor persona sancionada por la San-
repartimiento de indios y distri- ta Inquisición, eran las máximas
Al principio de la conquista la bución de tierras, etc. La insis- garantías. Escribe el Inca
Corona española prohibió el tras- tencia de los Reyes era Garcilaso:
lado de las solteras a las Indias, machacona y manifiesta, y aun- ...Es de saber que como en las
pero la prohibición no debió de que también se alude a veces a guerras pasadas hubiesen muer-
ser cumplida como se despren- la moral y las buenas costum- to muchos vecinos que tenían
de de la Real Cédula de 1514 en bres, el motivo era económico y indios, y sus mujeres los here-
la que se daba entera libertad a político: dasen, porque ellos no casasen
españoles y españolas de casar- con personas que no hubieren
servido a Su Majestad, trataron
los gobernadores de casarlas de su mano, y así lo hicieron en
todo el Perú.
Alvarado. “una india moza”...( 13) 53
En Cartagena, en Venezuela, en Jamai-
Paridora oficial, vehículo de transmisión de la propiedad, ca, en todo el continente. Pero cuando
perpetuadora de los usos y costumbres del Viejo Mundo, ¡y siglos más tarde se habla de Hispani-
todo por cuenta de otros, de ellos! dad nadie las coloca en el lugar que les
corresponde. La traición viene de lejos,
¿Y las indias? Manipuladas también, pero de otra manera. En porque ya Hernán Cortés, al escribir al
1545 escribía al Rey el capellán González Paniagua: Rey de España, no le mencionaba a la
Acá tienen algunos a setentas (mujeres); sino es algún po- Malinche, su amante, a la que había es-
bre, no hay quien baje de cinco o seis; la mayor parte de cogido antes que por su belleza por ser
quince y veinte, de treinta y cuarenta. (11). Buena Lengua.
NOTAS
( 1) Nancy O'SuIlivan Beare: Las mujeres de los con- (9) Garcilaso de la Vega: Comentarios Reales, ti
quistadoras. Cía. Bibliográfica Española, pág 58. broll,cap.l,pp.113-114.
(2) Id. pp. 23-24. (10)Según Enrique de Gandía, citado por N O'SuIlivan
(3) Fernández de Oviedo citado por N. O'SuIlivan p.41. op. cit. p. 252.
(4) Catálogo de Pasajeros a Indias durante los si glos (11) Citado por Fco. Morales Padrón en Los con
XVI, XVII y XVIII, Vol. 1 (1509-1534) Sevilla. quistadores de América, Austral, p. 129.
(5) Según la Relación del Fidalgo de Elvas, citado (12) Cita de Giménez Caballero: Las mujeres de
por N. O'SuIlivan op. cit. 291. América, Ed. Nacional, pág. 69.
(6 y 7) Según Bernal Díaz del Castillo, citado por N (13) Idem. pág. 69.
O'SuIlivan, op. cit. 67-68. (14) Citado por N. O'SuIlivan, op. cit. pág. 216.
(8) Fuentes y Guzmán: Recordación Florida I Histo- (15) Del Testamento de Irala citado por N. O’Sullivan
ria de Guatemala, Madrid 1882, tomo I p.108. op.cit.256.
DISCRIMINACIÓN HACIA
DISCRIMINACIÓN HACIA 55
OPCIONES SEXUALES
SEXUA
DIFERENTES EN COLOMBIA*
Germán Humberto Rincón
Movimiento Lésbico, Gay, Bisexuales y
P
Para empezar, quiero hablarles de una invitación que
hizo Albert Einstein, la cual me pareció apropiada
para el tema; “Debemos dejar la costumbre de me-
Transgeneristas de Colombia, LGBT.
Precisamente esto sucede al conjunto de minorias
sexulaes entendidas como el conunto de personas
que por su orientación sexual, su identidad de gé-
dir a las personas de acuerdo con la imagen que nero o sus prácticas sexuales-comportamentales
nos formamos de ellas”. Para continuar, es necesa- requieren mecanismos de protección extras. En
rio aclarar que las reflexiones que
se presentan enseguida de ningún
modo pretenden agotar a las múl-
tiples formas de discriminación y
exclusión dirigidas hacia las mi-
norías sexuales; simplemente
buscan aportar elementos para un
debate amplio, el cual debe ser
desarrollado en el interior de este
grupo y en la sociedad. Estos ele-
mentos no son solamente de quien
los presenta, sino de un conjunto
de hombres y mujeres que forman
parte de un colectivo que se confi-
gura y reconfigura permanentemen-
te.
erraleuqA
se o salir de closet y decir que con algún real-
son gays o lesbianas, o cuando ce.
son descubiertas sorpresivamen-
te. Esto podría
entenderse
Conforme a lo anterior, encontra- como un
mos profundos niveles de mitifi- grado de
cación nociva alrededor de las recono-
minorías sexuales. La percep-
ción generalizada del erotismo
y la sexualidad como una
construcción natural, más
no cultural, hace que la
mayoría de las personas
identifiquen las prácticas
58 portancia. Además del grupo de gays y lesbianas
que hemos venido, muchas de las personas que
ción de las solucio-
nes. Mientras a los
Mientras a los
están acá también son gays o lesbianas, pero pa-
san inadvertidas. Esto indica que somos personas
hombres se nos
mide con los
hombres se nos
comunes y corrientes y que los imaginarios son los apelativos de macho, mide con los
que están haciéndonos daño. guerrero, penetrador
y dominante, a las apelativos de
Sumado a lo anterior, y sutilmente, existe una es-
trecha relación entre las formalidades de la acepta-
mujeres se les con-
diciona el delicado macho,
ción y el rechazo interno. Las encuestas al respec-
to evidencian una aceptación generalizada, espe-
esquema de vírge-
nes, casadas, pro-
guerrero,
cialmente hacia los homosexuales y las lesbianas
con una identidad de género masculina y femenina,
tectoras y madres;
indiscutiblemente
penetrador y
respectivamente. Sin embargo, es común escuchar temas muy espino- dominante, a las
a madres y padres de familia que aceptan estas sos en sociedades
condiciones en los extraños, pero no en los parien- como la nuestra. mujeres se les
tes. “Puta, pero no lesbiana” es una expresión co-
mún al referirse a las hijas. De igual modo es co- Los que se encuen- condiciona el
mún ver un sin fin de espectadores de las marchas
del orgullo gays, en su mayoría heterosexuales que
tran en peor situa-
ción son las perso-
delicado
nos acompañan solidariamente. Aunque podríamos
pensar que ciertamente los hay solidarios, no deja
nas bisexuales,
t r a v e s t i s ,
esquema de
de quedar la sensación de que, para algunos de transgeneristas y vírgenes,
ellos, nosotros somos el circo de los fenómenos transexuales. Las
anormales e indecisos, que transitamos cada junio personas bisexua- casadas,
por las principales calles de las ciudades. les, porque están en
el campo gris, entre protectoras y
Es un tratamiento agresivo porque el ignorar es una
de las peores formas de violencia, muy sutil en la
el día y la noche, no
encuadran en la so-
madres;
cuestión homosexual. Cada vez que el tema se
posiciona en los medios, la percepción social es
ciedad ni en el blan-
co ni en el negro. Los
indiscutiblemente
similar al mosquito que zumba en el oído cuando y las bisexuales son temas muy
tratamos de dormir: molesto, incomodo o, por el indecisas y, a juicio
contrario, se constituye en la nota curiosa del día, de la mayoría, como espinosos en
la que da variedad a las notas de guerra que se
presentan a diario. En cuanto a la agresión física,
son personas que no
se han definido, son sociedades como
ésta puede ir desde la violencia verbal, doméstica
generalmente producida por familiares ignorantes y
más invisibles aún
porque no encuadran
la nuestra.
temerosos, hasta la muerte y procesos de limpieza con facilidad en la
Aquelarre
El camino indiscutiblemente es largo y hemos ido Nosotros queremos construir a partir del disenso y
recogiendo los frutos lentamente; sin embargo, el de la diferencia; queremos que el tono blanco del
aporte a la realización plena y la felicidad de los que está mañana nos habló la mujer representan-
hombres y mujeres que tienen orientaciones sexua- te de jóvenes no sea solamente blanco sino de
les distintas a las de las mayorías es, sin duda múltiples colores para encontrar que siendo diferen-
alguna, un aporte a la construcción de paz de nues- tes, podemos construir a partir del disenso. Por úl-
tro país. En Colombia hemos ganado muchos ca- timo, queremos decirles que nosotros los gays y
sos: hemos logrado que estemos en las fuerzas ar- lesbianas no estamos pidiendo derechos especia-
les; únicamente estamos pidiendo que los derechos
humanos sean universales e imprescriptibles.
erraleuqA
60
Aquelarre
MUJERES QUE DEJ
MUJERES ARON
DEJARON 61
HUELLA EN EL SIGLO XX
HUELLA
César Augusto Fonseca Árquez
Director programa Ciencias Sociales Universidad
del Tolima
E
El presente escrito no tiene ninguna otra pretensión
que la de resaltar la vida y obra de algunas mujeres
que, si bien no fueron las únicas que se destacaron
Virginia Gutiérrez de Pineda (1921 - 1999)
Antropóloga colombiana, considerada una de las
pensadoras sociales más importantes del siglo XX
durante el siglo XX, no podrán ser ignoradas a la en América Latina. Durante sus estudios de Antro-
hora de realizarse estudios en los campos en que pología Social en la Universidad de California traba-
cada una de ellas se desempeñaron. jó al lado de connotadas figuras de reconocimiento
mundial como Robert Lowie, Alfred Kroeber y James
Igualmente, es necesario dejar en claro que en el Parsons, entre otros. Desde 1956 se desempeñó
proceso de escogencia de las autoras que se pre- como profesora universitaria. El tema central de su
sentan no solo se tuvo en cuenta el reconocimiento producción académica fue el d e la familia. Entre
que el mundo de las letras, las artes y la academia sus publicaciones se destacan: Familia en Colom-
en general les han hecho, sino que también están bia, transfondo
presente las preferencias personales de quien es- histórico (1963),
cribe este texto. Familia y Cultura
en Colombia
Pensadoras sociales, escritoras y artistas plásti- (1968), Estructu-
cas son los tres items que hemos escogidos para ra, función y cam-
presentar una breve reseña de 15 mujeres, inclui- bio de la familia
das 7 mujeres latinoamericanas, entre ellas 3 co- en Colombia
lombianas quienes, por su obra, gozan de un reco- (1975), Honor, familia y sociedad. El patriarcalismo
nocimiento no solo local sino internacional. en Santander (1985).
erraleuqA
escritos han No obstante esta influencia internacional, la autora
sido traduci- logró construir un estilo propio y original, el cual la
dos al francés consagró como una de las máximas exponentes de
y al italiano. la plástica latinoamericana.
En la mayoría de sus obras se reivindican temas
De joven hizo parte del denominando grupo “La Cueva” del trópico y especialmente la visión de los secto-
conformado por personajes de la talla de Gabriel García res populares. Entre sus pinturas se destacan: Ven-
Márquez y Álvaro Cepeda Samudio, entre otros. dedoras de frutas, Abaporu (vocablo guaraní que sig-
nifica caníbal) y los Trabajadores.
Los temas recurrentes en su obra son: la mujer, la
familia, el mar y el mundo caribeño en general, tra- Amelia Peláez (1896 - 1968)
tado con un estilo particular que le ha permitido a Pintora cubana de reconocimiento mundial. Los
algunos afirmar “que escribió desde la sensibilidad, estudiosos de su amplia producción artística la han
la cultura y la literatura latinoamericana con voca- clasificado en tres grandes etapas:
ción de universalidad”.
64 1) Cuba, la academia y su muer-
te, 1924 - 1927; 2) París la apro-
A partir de 1938
comienza una se-
piación del modernismo 1927 - gunda etapa de su
1934 y 3) Definición y desarrollo producción artísti-
de una estética, 1934 - 1968. ca la cual estará
caracterizada has-
Temáticamente su obra inicia con ta el presente por la
aspectos tradicionales, y culmi- denuncia social. En
na con una visión crítica de la 1946 realiza su pri-
modernidad, lo cual le permite mer viaje al exterior.
construir su propio estilo. En México recibe
su clases en técni-
En el mismo año de su muerte (1968) recibió la Or- ca al fresco, lo cual
den Nacional del gobierno cubano: “Treinta años le permite incursio-
dedicados al arte”. nar como muralista.
Entre sus pinturas se destacan: Interior (1945), Mujer Hacia 1954 estudia en la Escuela de San Fernando
con flor, peces y pájaros (1954) y los murales del en Madrid. De su paso por España queda impresio-
edificio Esso, en La Habana (1950) y el de la Casa nada por la obra de Goya.
Salesiana, en Santa Clara (1956).
Entre 1959 y 1962 realiza su segundo viaje a Euro-
Frida Kahlo (1907 - 1954) pa, Inglaterra, Escocia, Francia y Austria, serán sus
Artista mexicana de origen árabe, considerada como nuevos destinos.
una de las grandes de la plástica latinoamericana.
Esposa del reconocido muralista Diego Rivera, de A su regreso a Colombia, y teniendo en cuenta la
quien recibiría mucha influencia, pero que en ningún censura que constantemente recibe, decide no vol-
momento opacó la creación de un estilo propio y ver a mostrar públicamente sus obras.
original, el cual sin lugar a dudas estuvo marcado
por las graves secuelas del accidente que la dejó A partir de 1975 su obra empieza a tener gran acep-
en una silla de ruedas desde los 16 años. tación, múltiples serán sus exposiciones y recono-
cimientos. De ellos podemos destacar el doctorado
Además de sus diversos autorretratos, el conjunto Honoris Causa en Artes y Letras otorgado por la
de su obra esta integrada por pinturas en las que Universidad de Antioquia, en 1995, y la gran retros-
trabajó diversas expresiones de la cultura popular pectiva organizada por la Biblioteca Luis Ángel
mexicana, caracterizada por su colorido e imaginería. Arango del Banco de la República, en 1996.
Además de su actividad artística, Frida se destacó
como gestora y promotora de proyectos educati- Gran parte de su obra reposa hoy en el Museo de
vos, políticos y culturales. Arte Moderno de Medellín.
Aquelarre
Entre sus obras se destacan: El suicidio de Dorothy Por la calidad de su amplia producción es muy difí-
Hale (1938), Las dos Fridas (1939), Moisés, cil pretender destacar unas cuantas obras; sin em-
Autorretrato dedicado al doctor Eloesser (1940), La bargo, a manera de referencia mencionemos algu-
columna rota (1944) y Árbol de la esperanza man- nas de ellas: Trata de blancas (1940), Justicia (1944),
tente firme (1946). Tren de la muerte (1950), La Junta Militar (1957).
Círculo de Lectores
Gran Diccionario de biografías Volumes I y II, Edito-
rial Printer Latinoamérica Ltda.. Bogotá, 2002
El Espectador
Los Mil Protagonistas del siglo XX, Bogotá, 1998
SEGURA, Cristina
Diccionario de Mujeres en la Historia, Editorial
Espasa Calpe, Madrid, 1998
erraleuqA
66
Aquelarre
VIRGINIA WOOLF 67
La genial escritora que se mató al
sentirse fracasada Eugenia Rico
Premio Azorín de novela
Está considerada como una de las autoras más influ- En esto se parece a Nicole Kidman, la actriz que la
yentes del pasado siglo, pero se suicidó porque se encarna en la adaptación de Las horas, del Premio
sentía derrotada. Pocos escritores han dejado tanta Pulitzer Michael Cunningham. Sabemos tanto de
información sobre su manera de pensar y actuar. Sin ella que nos faltaría sólo saber quién es, como nues-
embargo, la figura de Virginia Woolf continúa rodeada tra propia imagen en el espejo, que se desdibuja de
de un halo de misterio provocado por sus compleja tanto contemplarla. Merece la pena decir sin em-
personalidad. Encantadora y con un fuerte atractivo, bargo que, aunque Nicole Kidman haya recibido tan-
mantuvo relaciones sexuales con hombres y mujeres, tos elogios por sacrificar su belleza a una nariz en
sedujo a su cuñado y puso de vuelta y media a mu- el papel de Virginia Woolf, la propia escritora fue
chos de los literatos de su círculo. Una película, “Las siempre considerada bella, aunque nunca bonita. Y
horas”, con Nicole Kidman, que en- ésta es una de las pocas cosas que
carna a la autora de “Orlando”, conocemos de ella y la primera de
Julianne Moore y Meryl Streep, recu- sus contradicciones, aunque no la
pera su trayectoria. El argumento más chocante.
muestra la preparación de una de sus
novelas, “La señora Dalloway”, y la Sabemos que las muertes prematu-
influencia del texto en la vida de dos ras de su madre, su padre, su herma-
mujeres en décadas posteriores. no Thoby y su hermana Stella marca-
ron su vida. Seguimos sin saber si fue
Engañó a su hermana con su es- o no violada por sus hermanastros,
poso; se acostó con sus mejores aunque parece claro que sus afectos
amigas; odiaba a los extranjeros; incestuosos la trastornaron para siem-
decía que su colega Katherine pre. Sabemos que en 1912 se casó
Mansfield olía mal y, sin embargo, con Leonard Woolf, que le dio su nom-
derrochaba encanto y personalidad, bre y le consagró su vida, pero no sa-
ponía la amistad por encima de todo bemos qué sentía realmente por él y,
y es una de las escritoras más in- a pesar de las apasionadas relacio-
fluyentes del pasado siglo. nes que mantuvo con Violet Dickinson
y Vita Sackeville-West, no sabemos
Pero ¿quién era realmente Virginia Woolf? Pocas
personas han dejado tantos testimonios de su vida:
un diario de 30 volúmenes, miles de cartas y nove-
las memorables como Orlando, Al Faro, Las olas,
si amaba a las mujeres o las consideraba apenas un
poco mejores que los hombres.
A mediados de los años veinte, Virginia Woolf fue Evidentemente, para Nelly Boxall la habitación de
invitada a dictar una conferencia sobre las mujeres. Virginia Woolf era una habitación ajena, como lo
El resultado fue A room of one’s own, traducido in- eran sus amigos y sus costumbres. Para ella, su
distintamente como Un cuarto propio o Una habita- patrona y sus amigos sólo eran buenos para hacer
ción propia. Como seguramente recordará el lector, libros, pero eran vanidosos, egoístas, algunos
en este brillante ensayo la escritora inglesa afirma desaliñados (como Robert Graves) y de costumbres
que la causa por la que las mujeres no habían logra- sexuales raras. Un ejemplo que ilustra su punto de
do sobresalir al mismo nivel de los hombres era la vista tuvo lugar el día del armisticio que dio fin a la
falta de una habitación propia, es decir, de un espa- primera Guerra Mundial. Nelly pidió permiso a Virgi-
cio físico y de una renta que les permitiera tener el nia para que ella y Lottie -la otra sirvienta- tomaran
tiempo y la disposición para dedicarse a labores la tarde libre a fin de celebrar el fin de la guerra.
creativas. Tiempo y dinero, también, para ver el Virginia le contestó que eso no era posible, porque
mundo, ya que de otro modo estarían condenadas iría a cenar un gran poeta que sería muy famoso, y
a narrar las incidencias de un mundo frívolo, como ellas podrían contar que esa noche le habían servi-
les pasó a George Eliot y a Jane Austen. do. El invitado fue T.S. Eliot, como sabemos el au-
Obras
- Virginia Woolf.- Un cuarto propio, Mexico, 1998, Calafán.
- Alicia Gimenez Bartlett.- Una habitación alena, Barcelona 1997, Lumen.
Aquelarre
LA PASIÓN POR
PA 71
COMPRENDER*
Fina Birulés
N
Escritora Española
“Nunca conocerá en nada la moderación”: con es- tampoco elaborar una teoría crítica ni tan siquiera
tas palabras se ha referido a Hannah Arendt François en forma de una teoría de la acción comunicativa,
Furet. Efectivamente “excesiva”, esta teórica de la como ha hecho Habermas, entre otros.
política es y ha sido difícil de clasificar con los “is-
mos” al uso -¿“existencialista”, “liberal”, “conserva- Por eso, aunque afirma haberse “incorporado clara-
dora”, “anarquista”, “antimarxista” ? En ninguno en- mente a las filas de aquellos que desde hace ya al-
caja bien y cualquier tentativa de reducirla a alguno gún tiempo se esfuerzan por desmontar la metafísica
de ellos parece destinada al fracaso. Quizá preci- y la filosofía, con todas sus categorías, tal y como
samente por esto ha reaparecido en la escena en las hemos conocido desde sus comienzos en Gre-
los Últimos años, en que con cierto
dramatismo nos hemos percatado de
la heterogeneidad que hay entre las
viejas herramientas conceptuales y la
experiencia política del siglo. Hannah
Arendt arranca de la consciencia de
la ruptura entre el pensar tradicional y
el mundo contemporáneo, pero ello no
la conduce a afirmar la imposibilidad
de pensar “después de Auschwitz”,
sino precisamente a una búsqueda
apasionada de categorías de compren-
sión que permitan decir la radical no-
vedad de las experiencias políticas de
nuestro siglo -el surgimiento de los
totalitarismos.
erraleuqA
74
Aquelarre
LA PRIMERA MU
PRIMERA JER
MUJER 75
“
Estudiante de Biología de la Universidad del Tolima
rios lilim Las primeras referencias direc- brujas y a los demonios femeni-
(demonios tas a Lilith aparecen el nos que robaban a niños y se-
bebé). El Mesopotamia en una tablilla ducían a los hombres para suc-
castigo de sumeria hallada en Ur –región de cionar su sangre hasta que su
Jehová por la cual procede Abraham- y cuya pasión hubiera pasado.
esta negativa antigüedad se remonta al 2000
de Lilith a re- AC donde suele ser representa- La iglesia siempre ha planteado
gresar al lado da sosteniendo en sus manos la posiciones confusas en sus in-
de Adán con- vara y el anillo de la autoridad terpretaciones, tratando de redu-
sistirá en hacer real sumeria, además de una cir su presencia y su influencia
perecer cada corona o turbante y acompaña- ancestrales a su tenue y
día un centenar da por el pájaro de la sabiduría anatematizada aparición en el
de esos hijos. (la lechuza del libro de Isaías) y libro de Isaías en las versiones
En otras fuentes el rey de las bestias. De acuer- Nacar-Colunga y Cantera-Igle-
se afirma que la do con Julián Serna, esta repre- sias y en la Biblia de Jerusalén
en el libro de Job. También el li-
bro de Tobías (Tob. 3:17) refiere
que acaba de perder su alimen-
to predilecto.
mos ignorantes totales, Adán. Y
en eso consistía “El Paraíso”.
77
a Asmodeo, un demonio que Adán volvió a llenar su boca de -¿Quién te enseñó esas cosas?
mataba a los esposos de las reclamos. -Ya sabes quién...
mujeres más bellas, el cual con- -Sí, yo sé que todas las tardes,
trae matrimonio con Lilith, dan- -¿Qué fue lo que te dijo la ser- al lado del manzano, te reunías
do como resultado una asocia- piente? con ella. Y yo te oía hablar y es-
ción demoníaca bastante prolija -No era una serpiente... cuchaba otra voz, aunque por lo
de lujuria, sexo y sangre. Otra tupido del follaje donde me ocul-
versión más compleja la equipa- Adán guardó silencio por un taba, apenas sí podía ver una
ra a la serpiente y, según pare- momento. Miró las pequeñas forma que se resbalaba entre el
ce, sedujo a Eva. Ecos de esta manos de Eva desenredándose vergel...
última versión aparecen publica- el cabello, un cabello larguísimo, -Era yo, que me movía alrededor
dos en un misterioso último ca- un cabello que le servía de vesti- suyo.
pítulo de libro “Oficio de Maes- do. Luego, volvió al ataque. -Sí, pero al final de tus diálogos
tro” del sacerdote jesuita Fernan- vespertinos, cuando ya te ha-
do Vásquez Orozco, publicado -Bueno, lo que fuera. ¿Qué fue bías marchado, yo llegaba has-
por la Pontificia Universidad lo que te prometió para que hu- ta el árbol para inspeccionarlo y
Javeriana, el cual se transcribe bieras comido la manzana? solo veía una serpiente
íntegramente: -Libertad- contestó enfáticamen- desenroscándose del manzano
te Eva-, Libertad. con lentitud...
Mi primera Eva se mantenía altiva. No ha-
-Adán, no era una serpiente...
erraleuqA
mos ser libres, que ese “Paraí- conocido”.
do del valle, ensimismada en so” no era sino otro nombre para
pensamientos posedénicos. designar la suma ignorancia... tú, Adán se alejó algunos pasos de
y tus palabras... Eva. Además de tener rabia, sen-
-Bonito lo que hiciste... tía nostalgia. Miró hacia atrás y
-Bonito ¿qué?- contestó Eva, sin Eva agarró la hoja y empezó a ya no vio por ningún lado “El
darle la cara a Adán. doblarla mitad por mitad, como Paraíso”. Tampoco vio el queru-
-Esto, lo de perder “El Paraíso”. haciendo el primer origami del bín de la espada remolineante.
Génesis. Despacio, muy despa- Contempló tan solo una gran ar-
Eva volteó la cabeza. Vio a Adán cio, levantó la cara y miró a Adán boleda y unas rocas gigantes-
desnudo, sin la hoja de parra, sin directo a los ojos. La mirada de cas. Observó algunas aves pla-
el aura protectora de la inocen- Eva traslucía más nubes que tie- neando en la distancia y sintió
cia; lo vio flaco, inerme, huma- rra, más cielo que barro. una especie de remordimiento
namente solo. Lo vio asustado, muy cercano a la melancolía. Sin
con esa mirada como de niño -Estábamos contentos y felices
porque no sabíamos nada. Éra-
78 voltearse, habló en voz alta, para que Eva lo escu-
chara.
sos, prefirió cambiar de estrategia. Se sentó al lado
de Eva y se mostró frágil, fingió ser más débil de lo
que era en ese momento.
-¿Y qué necesidad teníamos de salir de “El Paraí-
so”?, si allí estábamos tan bien, tan seguros... -Debe ser porque no comí sino un bocado de la
-La ignorancia duerme sobre nuestras seguridades- manzana, por lo que no te entiendo. A lo mejor es
balbuceó Eva. porque no asistí, como tú, a todas esas charlas ves-
pertinas...
Adán sintió que las palabras de Eva iban directo, -Conversatorios, interrumpió Eva.
como piedras, al -Por esas benditas charlas interminables, debe ser
cascarón de barro por eso. Yo no sé. Pero, ¿qué encontrabas tú o qué
de su orgullo. Se vio te daba ella...?
derrotado. Volviéndo-
se sobre Eva se compadeció. Por un instante sintió que Adán
sus pa- era como su hijo. Hasta lo vio bello en medio de su
raquítico desamparo, y pensó que podría lle-
gar a ser un buen padre del hijo que ya era
germen dentro de su vientre... Porque de eso
igualmente le había hablado su amiga, la de
las tardes del Edén, su amiga de voz seduc-
tora y ojos profundos...
palabras de ella.
Bibliografía de referencia
Biblia, La. Traducción de Nácar y Colunga. B.A.C. Madrid, 1974.
erraleuqA
Biblia de Jerusalén, La. Desclee de Broumer. Bilbao, 1984.
Graves, Robert. Los mitos griegos. Alianza ed. Madrid, 1985. 2 vol.
Poully, Jean. Los manuscritos del mar muerto y la comunidad de Qumram. Verbo divino ed. Estella, 1980.
Serna, Julián. Teoría del recorte del mundo en occidente. Gáficas Olímpica. Pereira, 1994.
Origenes
C
Con sobriedad incorregible, o una versión curtida por
la costumbre de contarla, me refirió que los muer-
tos eran arrojados al río y que formaban ondas se-
mejantes a las que él mismo muchas veces había
provocado en las piletas del Parque Centenario del
antiguo Alvargué cuando de niño les lanzaba pie-
dras - “Total siempre es redonda una onda... y acá
saber morir es una raíz... Ambas cosas, ágiles he-
ridas del agua sin secuelas”, concluyó.
erraleuqA
portó impasible reconociendo
versiones, ni siquiera advertía comunista, esta vez una mujer:
Y al intentar que abordara ese que ganaba simpatía conmigo y irrumpieron a la madrugada en
proceso violento del antiguo moralmente la respaldaba. la casa de la mujer, que era an-
Alvargué en donde supuesta- ciana , viuda - “y líder colabora-
mente todavía estaba atrapada, Casi al despedirse, cínicamente dora de la región”. La traslada-
no logré absolutamente nada - o con inocencia, me recreó con ron junto a uno de sus peque-
”cualquiera reconocería que us- ligeras y delgadas pinceladas el ños nietos hasta el patio, y an-
ted es hijo del profesor Everito, añejo Alvargué de mi infancia, y tes de asesinarlos a los dos,
es su vivo retrato”, fue lo único remató diciéndome- “No vaya a obligaron al pequeño a que le
que me dijo, pero sin la más mí- cometer el error de cambiar cortara con un afilado cuchillo el
nima señal de prevención o de- algo... Tenga en cuenta que las dedo índice de la mano derecha
seo de escamoteo al respecto, preguntas suelen cambiar el pa- a su abuela, con el perverso ar-
al contrario, evidenciaba la indi- sado”. gumento de que con ese dedo
ferencia que el olvido procura. la anciana le indicaba a la gue-
84 rrilla comunista quienes eran los informantes del
ejercito.
Al final no me atreví a lanzármele, porque ella me
neutralizó con su acostumbrada y dulce amabilidad.
La violencia generalizada y la variedad en sus prác- Sin terminar de acercarse, mientras caminaba, me
ticas ¿No han permanecido, casi como dimensio- pidió que me llevara algunos cadáveres que esta-
nes culturales, en el devenir histórico de Alvargué? ban dentro de la casa- “son familia y los mataron
dentro de la jurisdicción del municipio”, argumentó
“
La Historia para persuadirme, ya junto a la cabina del vehículo.
“Sí acaso no se han secado las venas en donde se En vertiginosa congestión pasaron por mi cabeza
columpian los recuerdos, creo que corría Febrero recuerdos de sus dos viejos y sus tres hermanos.
de 1953, un lunes ardiente en todo sentido.
Tras reaccionar, molesto conmigo mismo, porque
Para esa fecha, yo era el conductor de la volqueta claro quería complacerla, le expuse que físicamen-
del municipio, y el Alcalde apenas llegué me orde- te era imposible-”fíjese que la volqueta está reple-
nó realizar un recorrido para recoger los muertos ta”, le indiqué.
del fin de semana y arrojarlos al río-”De pronto el frío
de la Pelona encoge al pueblo, no olvide que los Entonces, fue cuando ella me hizo esa propuesta
lunes son peliagudos, pero podrían empeorar si no que de entrada me aterró, impulsándome de mane-
se les ayudara a los gallinazos, morirían de llenura ra inmediata a difundirla, logrando con ello que todo
“me dijo, medio en serio y medio en broma. el pueblo se escandalizara y la condenara al recha-
zo generalizado.
Tenga presente, señor, que ya le había explicado
que en esa época la muerte era una maña de todos Hoy me arrepiento de haber reaccionado así, reco-
los caminos ¿o no? nozco que era peor lo que yo hacía, al distraerme
arrojando cadáveres al río para verlos formar
Bueno, volviendo a lo que iba, yo obedecí con entu- ondas...por supuesto lo admití para aguantar el ofi-
siasmo, claro que nunca llegué a los extremos de cio y nunca lo hice con familiares.
ella... o eso era lo que creía
“Hagamos una cosa, seleccione usted cinco cadá-
Lo cierto fue que al recoger gran parte de los muer-
”
veres frescos y los cambiamos por los míos que ya
tos del sábado y el domingo, la volqueta se llenó al tienen sus días”, me propuso ella con descarada y
tope. desconcertante serenidad”.
M
Profesor Universidad INCCA de Colombia
Mientras mordisqueo este amarillo y jugoso duraz- desacomodamiento y poder gozar de su desnudez,
no, reafirmo mi fidelidad a Helena. ¿Cómo llegué a estado en el cual ella olvida el recato y el pudor y
esta resolución? Es simple y extraño: mi amada
me había obsequiado un llavero metálico liso y relu-
ciente, y con él un juego de llaves de nuestro nuevo
apartamento. Cada una de ellas marcada: la de la
entrada, la del salón, la de la alcoba: la de la des-
pensa, la del patio, la del armario, la del aparador
de los vinos, y algunas más que sería prolijo enu-
merar. Debo confesar que nunca he cargado llaves.
Las refundo permanentemente. Además, ¿llaves para
qué? Yo no tengo casa, tengo mujer. La casa es el
reino de mi mujer, Pedro de esa iglesia que barre,
limpia y decora para que nuestro amor sea perfec-
to. Ella hace las almohadas y las coloca bajo mi
espalda para mi comodidad, no importando que se
me entiese la nuca; hace las cortinas con las que
inevitablemente me enredo; prepara los pucheros
que me resienten el estómago. En fin, en la casa
todo está hecho para mi bien, así el café sea insípi-
do, las comidas sin sal, los asientos muy bajos, las
mesas muy altas y las cobijas muy pesadas. Con
sonrisa de felicidad me muestra sus inventos hoga-
reños, como ese cubiertero con el que me he corta-
do varias veces los dedos, puesto que para sacar
un cuchillo tengo que presionar a la izquierda los
tenedores, bajar el mango de las cucharas hacia la
derecha y finalmente, halar con firmeza el cuchillo
mientras detengo con los dedos pulgar e índice el
aparato, con la consecuencia de que al hacerlo, me
pincho inevitablemente.
Quería que yo disfrutara del po- porque la ceniza de mi cigarro rros de los muebles, las llaves y
der que se siente al abrir o cerrar había ensuciado el tapete. Hice Sofía, mi dulce amiga de hacia
una puerta, al disponer de las co- lo posible por obtener su perdón, siete años, insinuante y amoro-
sas. Yo no me interesé, pero ella y creo que lo logré después del sa, padeciendo, quizá, una
insistió. En los días siguientes, amor, su sueño reparador y pro- agobiadora carencia de varón.
tendría que permanecer en casa fundo y mi prolongado insomnio, Era riesgoso. Jamás me había
de su madre más tiempo del durante el cual ni por un momen- acercado a otra mujer en lo que
acostumbrado, pues entre ambas to dejé la sensación premonitoria. llevaba de casado. Temía a
estaban tejiendo los forros de los Al día siguiente, hacia las seis Helena, pero más que eso, me
muebles. Finalmente, accedí. de la tarde, mi ansiedad comen- producía horror su posible reac-
Claro que he de confesar, con zó a disiparse. Se trataba nada ción ¿Se suicidaría al saberse
algo de inquietud: eran dos situa- menos que del reencuentro con traicionada y yo por siempre lle-
ciones que sólo la mente podía una vieja amiga, -a quien nunca varía en mi alma la culpa de su
unir. Hacer forros para los mue- había podido tener a menos de muerte? Me veía la muchedum-
bles, lo que la demoraría, y dar- cincuenta centímetros de mi-, que bre señalándome acusadora.
¿Me echaría de la casa y se
encerraría a barrer, a tejer, a de-
pararía con su exmarido? ¿Me
demandaría que la acariciara
salón de belleza de doña
Cleotilde. Pude dormir en paz.
87
corar por toda una eternidad? como lo hacia él? ¿Me proscri- Ninguna sospecha.
¿Acudiría a maleficios para des- biría caricias iguales o semejan-
truirme? ¿Diría perdonarme, pero tes a las de él? Tal era mi esta- A partir de ese día todas las tar-
se dedicaría a quejarse de mi in- do de tribulación que no me di des antes de entrar a mi casa
gratitud el resto de la vida? ¿Con- cuenta cuando Helena llegó. pasaba por donde Sofía. .Entre
seguiría, sin romper conmigo, un Sentí que el cielo y la tierra se los dos se había creado un am-
amante? ¿Me pediría el divorcio unían. Se daría cuenta. Con su biente de atracción y complici-
y luego se casaría con un hom- tradicional suspicacia notaría mi dad. Aunque nunca me insinuó
bre delgado y amarillo para te- preocupación y no descansaría nada, insistía en repetir que a los
nerlo rozagante y gordo al cabo hasta saber la verdad. Estaba hombres había que dejarlos en
de unos meses? En mi imagina- perdido, irremediablemente per- paz. No molestarlos con oficios
ción los veía caminar enlazados, dido. Sorpresivamente, apenas domésticos, no preguntarles
mientras ella le ponía confituras nada por sus demoras, no aco-
en la boca, le cepillaba el saco, sarlos sexualmente. Ella, por
le arreglaba el nudo de la corba-
ta, le cosía los botones y le de- Llegué a casa ejemplo, si se volviera a enamo-
rar, se proponía, para conservar
cía ternezas, mientras él reía con
satisfacción. En mi delirio la
sudando y a su hombre, consentirle todos
los caprichos, incluso que tuvie-
odié. Claro que también llegué a
pensar, para mi regocijo, que a
visiblemente ra amante. Los hombres son
otro cuento, repetía. De ellos es
lo mejor no le daría importancia: alterado. Por el mundo, pero ellos son de no-
“Así son los hombres”, o quizá sotras, si les brindamos el repo-
pensaría que era su culpa y con poco no distingo so necesario. Y me miraba tier-
tesón se dedicaría
reconquistarme. Si ahora era
a
la llave de la na con sus ojos profundos.
erraleuqA
ser mi amante, por cuánto tiem- sucia, cierra las ventanas, ajus-
po aceptaría esta situación an- me saludó, me dio un beso en la ta la puerta, corre el cerrojo,
tes de reclamar ser mi esposa? mejilla y se dedicó a mostrarme echa llave. Ahora eres todo un
Si se convertía en mi esposa, los forros de los muebles, las esposo -me señaló- tienes llave
¿cuanto tiempo demoraría para costuras, la calidad del paño, el de la casa”.
empezar a imponerme las nor- juego que hacían con las corti-
mas de su reino? ¿Desearía hi- nas, la protección que brindarían Esa tarde salí de la oficina an-
jos? ¿Cómo sería desnuda? a los asientos. Luego, mientras tes de tiempo, tomé taxi y lle-
¿Cómo le gustaría el amor? ¿Tí- probaba el forro de uno de los gué a la floristería a las 5:45.
mida? ¿Rutinaria? ¿Imaginativa? muebles, con lujo de detalles me Sofía no se sorprendió. Todo su
¿Insaciable? ¿Se entregaba, contó la evolución de los acha- cuerpo respiraba sensualidad.
poseía, flagelaba, azotaba? ¿Ge- ques de su madre, los líos finan- Parecía que hubiese estado
miría, lloraría, gritaría, pujaría, cieros del tío Francisco, las im- aguardando con la certeza de
cantaría? ¿Y si tuviera otro aman- pertinencias de Evita, la criada que “ese” era el día. Cerró la
te y éste fuera celoso? ¿Me com- de su hermana, y la quiebra del registradora y luego de peinarse
88 se me acercó coqueta: “A dónde vamos?” “A mi
casa”, repliqué mecánicamente, pues, hacía tanto
maletín, repasé de nuevo todos los bolsillos y no
encontré las llaves del apartamento. La felicidad se
tiempo que no salía con una mujer, distinta a Helena, me escabullía. Sofía me miró con ironía, ira y con-
que no sabia a dónde llevarla. “¿Y tu mujer?”,me miseración. Me tendió la mano formalmente y se
dijo. “Hoy no irá”, le contesté. Se quedo en silencio marchó.
pensando. “¿Estas seguro?”, musitó. “Sí” le res-
pondí. Entonces se me acercó felina y rodeó mi
cuello con sus brazos. Nos besamos con pasión.
Su cuerpo, un poquito adiposo, al ceñirse contra mí
EPÍLOGO
me envolvió en efluvios que creía olvidados. Luego
cerró el local y como dos vecinos que se encuen- Durante una semana Helena me increpó mi dis-
tran en la calle y charlan con indiferencia nos dirigi- tracción sin parar. Hizo cambiar todas las guardas
mos a la casa. Tem- y se quejó de su suerte, pues Dios le había depara-
blando metí las ma- do un marido menor de edad, distraído, torpe, sin
nos en los bolsillos del sentido de la responsabilidad, sólo bueno para fir-
pantalón, del saco, de mar papeles y para dormir. Nunca mas me daría
la camisa, llaves así se viera obligada a no salir jamás de la
esculqué el casa. De Sofía no he vuelto a saber. Al día siguien-
te, cuando pasé frente a su negocio me miró como
a cualquier transeúnte, aunque no dejó de hacer
un gesto con la mano en dirección al bolsillo. Fue
un gesto afirmativo de poder, pues en el bolsillo
tenía las llaves de su almacén. Tiempo después
se trasteó. Hoy, que la recuerdo trato de interpre-
tar lo acontecido. ¿Qué hubiera pasado? ¿Qué
oculto designio me llevó a refundir las llaves de la
casa? La calle es de los hombres me ha repetido
siempre Helena y yo le creo, aunque no dejo de
pensar que la calle, sinónimo de vida y de fortuna,
tiene puertas y que las llaves de estas puertas las
tiene Dios. La casa, el reino de lo cotidiano, el lugar
donde dormimos y amamos es de la mujer. La dife-
rencia estriba en que la mujer desde siempre ha
tenido las llaves del reino. Por ello no volví a dejar-
me acariciar por la tentación del adulterio. Dios
dispuso las cosas de este modo para que yo
fuese feliz.
R
Resulta poco conocida, fuera de los ámbitos espe-
cializados, la importante producción teórica que
filósofas y pensadoras feministas están realizando
Benhabib o las españolas Celia Amorós y Amelia
Valcárcel.
en ámbitos tan relevantes como ética o teoría críti- Por su parte, el feminismo de la diferencia, articula-
ca, entre muchos otros. do en torno a autoras francesas como Luce Irigaray,
e italianas como el colectivo filosófico Diótima, lle-
De especial interés resulta la polémica que, en el ga a afirmaciones tan radicales como que existen
seno del pensamiento feminista, se está dando en no uno, sino dos sujetos de conocimiento diferen-
la actualidad entre los llamados feminismo de la ciados, e insiste en la necesidad de un conocer y
igualdad y feminismo de la
diferencia.
El feminismo de la igualdad,
de raigambre ilustrada, pese
a una implacable crítica a los
aspectos oscuros de la mo-
dernidad (podría hablarse de
un pensamiento feminista de
la sospecha), reclama para
las mujeres el pleno estatus
de sujeto humano,
radicalizando la idea de uni-
versalización de los derechos
humanos, haciéndolos real-
erraleuqA
mente (y no solo formalmen-
te) extensivos a toda la es-
pecie y terminando, por tan-
to, con cualquier atisbo de
“doble código”. En palabras
de C. Amorós: “...feminismo
de raíz ilustrada que se arti-
cula fundamentalmente en
torno a las ideas de libertad
e igualdad, entendida como
autonomía individual, como
horizonte regulador y norma-
tivo”. Autoras representativas
de esta tendencia son la
filósofa de Harvard Seyla
90
pensar el mundo específicamen- Mª Milagros Rivera “Nombrar el dado fuera. Porque, tradicional-
te femeninos. Según C. Amorós: mundo en femenino”. mente, el sujeto del pensamien-
“..se caracteriza... por su impug- to, el sujeto del discurso, el su-
nación a radice del proyecto ilus- Lo que sigue son algunos tex- jeto de la historia, el sujeto del
trado, que, o no es en modo al- tos que me han parecido deseo, es un ser masculino que
guno su referente, o lo es en el ilustrativos. se declara universal, que se pro-
sentido polémico de enmienda a clama representante de toda la
la totalidad por intrínsecamente humanidad. Según el pensa-
masculino. ..Esta tendencia se
configura... en torno a la proble-
María Milagros miento de la diferencia sexual,
el sujeto del conocimiento no
mática de la constitución de una
nueva identidad femenina en el
Rivera Garretas sería un ser neutro, sino
sexuado, y el conocimiento que
contexto de la crisis del sujeto y ese sujeto pretendidamente uni-
la polémica sobre la relación mo- ”Diferencia sexual se refiere di- versal ha producido a lo largo de
dernidad-postmodernidad, inter- rectamente al cuerpo, al hecho la historia sería solamente cono-
pretada aquí como ruptura, más de que, por azar, la gente naz- cimiento masculino...en el que
que como dialéctica.” El feminis- camos en un cuerpo sexuado. las mujeres no nos reconoce-
mo de la diferencia ha recibido ...A este nacer en un cuerpo mos. Porque, en las sociedades
fuertes críticas por su trasfondo sexuado, el pensamiento de la patriarcales, los hombres ha-
diferencia sexual le ha llamado
Aquelarre
erraleuqA
ba haciendo era razón
poética...Yo le llevé este sentimiento, identificando masculini-
ensayo...al propio don José Or- dad con razón y feminidad con senti-
tega, a la Revista de miento y deseo...la esfera moderna de
Occidente...El, tras leerlo, me la familia y de la vida personal es una
dijo: “Estamos todavía aquí y creación tan moderna como el ámbito
usted ha querido dar el salto al moderno del estado y la ley, y forma par-
más allá”....Yo salí llorando por te del mismo proceso. La imparcialidad y
la Gran Vía ...Y de ahí parten racionalidad del estado dependen de que
algunos de los malentendidos la necesidad y el deseo sean contenidos
con Ortega, que me estimaba, en el ámbito privado de la familia....
que me quería...Y yo a él. Pero
había...como una imposibili- La razón normativa moderna y su expre-
dad... Esa razón poética ...ale- sión política en la idea de lo cívico público
teaba en mí, germinaba en mí. tiene, pues unidad y coherencia mediante la
expulsión y el confinamiento de todo lo que ame-
92 nace con invadir al estado con su diferenciación: la
especificidad de los cuerpos y deseos de las muje-
moral juega para el sistema de la razón mismo, las
convierte en una “bella” irracionalidad, cuya única
res, la diferencia de raza y cultura, la variabilidad y vía de participación en los elevados fines de la hu-
heterogeneidad de las necesidades, los fines y de- manidad emancipada por la razón pasa por su so-
seos de cada individuo, la ambigüedad y variabili- metimiento al entendimiento y la virtud “sublimes”
dad de los sentimientos.” (Iris Marion Young, Impar- del sexo masculino.
cialidad y lo Cívico Público, en Benhabib y Cornella,
Teoría Feminista y Teoría Crítica, Edicions Alfons el Lo que Úrsula Nolte, en su reflexión sobre Kant,
Magnanim, Valencia, 1990, pag.103 y sigs.) considera un mero desajuste intelectual sin más,
era ya interpretado en 1953, con menos esfuerzo
teórico pero mayor contundencia, como simple y
Luisa Posada Kubissa pura misoginia por Buytendik. Otras posturas
hermenéuticas más matizadas encuentran la clave
del pensamiento kantiano sobre los sexos en una
”De modo que la reclamación universal de Kant de actitud ambivalente, que, por un lado, participa del
“¿Qué es la ilustración?” de 1784, en el sentido de modelo de pensamiento moderno-burgués -por cuan-
emancipar a la razón humana de todo sometimien- to entiende el matrimonio como pacto- mientras que,
to, yugo o sumisión a cualquier otro tutor heterónomo por otro lado, presenta rasgos pre-ilustrados y pre-
a la razón misma, hay que entenderlo restringido al burgueses cuando se refiere al contenido de ese
ámbito de los seres racionales de sexo masculino contrato. Así, para Kant, en el fondo del
pues, para las mujeres, seguirán siendo necesarios contractualismo conyugal subyace la lucha entre
los tutores que las guíen en su minoría de edad, de los sexos y no el vínculo amoroso que caracteriza
hecho, tales tutores, para el caso de su contacto la comprensión moderno-burguesa del matrimonio.
con el conocimiento, no habrán de ser otros que Se trate de una misoginia pre-ilustrada y ancestral
sus propios maridos. Con lo cual, no sólo se recor- en Kant, o del cruce entre dos concepciones histó-
ta sustancialmente la pretendida universalidad en la ricas en transición, el hecho es que, para este filó-
filosofía ilustrada de Kant.... sino que, como ya es sofo, ambos sexos se hallan tajantemente separa-
patente a estas alturas, excluye a las mujeres del dos.” (Luisa Posada Kubissa. Cuando la razón prác-
ámbito ético, niega su actuación por el deber y, a la tica no es tan pura, en Isegoría, nº 6, pag. 21 y sig.)
vista de la función esencial que el ámbito práctico-
Aquelarre
HIPATIA
HIPA 93
El último científico que trabajó en la biblioteca de Alejandría
Carl Sagan
de su libro “Cosmos”
“Comprender las cosas que nos rodean es la mejor
preparación para comprender las cosas que hay más
allá ...”
E
El último científico que trabajó en la biblioteca fue
una matemática, astrónoma, física y jefe de la es-
cuela neoplatónica de filosofía: un extraordinario con-
rinas, la desollaron arrancándole la carne de los hue-
sos. Sus restos fueron quemados, sus obras des-
truidas, su nombre olvidado. Cirilo fue proclamado
junto de logros para cualquier individuo de cual- santo.
quier época. Su nombre era Hipatia. Na-
ció en el año 370 en Alejandría. La gloria de la biblioteca de
Hipatia, en una época en el que Alejandría es un recuerdo leja-
las mujeres disponían de po- no. Sus últimos restos fue-
cas opciones y eran trata- ron destruidos poco des-
das como objetos en pro- pués de la muerte de
piedad, se movió libre- Hipatia. Era como si
mente y sin afectación toda la civilización hu-
por los dominios tradi- biese sufrido una
cionalmente masculi- operación cerebral
nos. Todas las his- infligida por propia
torias dicen que era mano, de modo que
una gran belleza. quedaron extingui-
Tuvo muchos preten- dos irrevocablemen-
dientes pero rechazó te la mayoría de sus
todas las proposicio- memorias, descubri-
nes matrimoniales. La mientos, ideas y pa-
Alejandría de la época siones. La pérdida fue
de Hipatia –bajo dominio incalculable. En algunos
romano desde hacía ya casos sólo conocemos los
tiempo- era ya una ciudad que atormentadores títulos de
sufría grandes tensiones. La es- las obras que quedaron destrui-
clavitud había agotado la vitalidad de
la civilización clásica. La creciente igle-
sia cristiana estaba consolidando su poder e inten-
tando extirpar la influencia y la cultura paganas.
das. En la mayoría de los casos
no conocemos ni los títulos ni los auto-
res. Sabemos que de las 123 obras teatrales de
Sófocles existentes en la Biblioteca sólo sobrevivie-
erraleuqA
Hipatia estaba sobre el epicentro de éstas podero- ron siete. Una de las siete es Edipo Rey. Cifras
sas fuerzas sociales. Cirilo, el arzobispo de Alejandría, similares son válidas para las obras de Esquilo y de
la despreciaba por la estrecha amistad que mantenía Eurípides. Es un poco como si las únicas obras
con el gobernador romano y porque era un símbolo supervivientes de un hombre llamado William
de cultura y de ciencia, que la primitiva iglesia identi- Shakespeare fueran Coriolano y Un Cuento de In-
ficaba en gran parte con el paganismo. A pesar del vierno, pero supiéramos que había escrito algunas
grave riesgo personal que ello suponía, continuó en- obras más, desconocidas por nosotros pero al pa-
señando y publicando, hasta que en el año 415, cuan- recer apreciadas en su época, obras tituladas
do iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanáti- Hamlet, Macbeth, Julio Cesar, El Rey Lear, Romeo
ca de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, y Julieta.
rompieron sus vestidos y, armados con conchas ma-
94
Aquelarre
AUGUSTO MONTERROSO 95
un escritor fabuloso
Carlos Castillo
C
Escritor. Coeditor de la revista “Palabra al viento”
Como por arte de fábula, ha desaparecido el escri- A Augusto Monterroso, lo conocimos en una Feria
tor del cuento más breve en todas las lenguas de la Internacional del Libro en Bogotá hace algunos años,
literatura: “y cuando despertó, el dinosaurio todavía mamador de gallo con sus animalejos siempre en
estaba alli”. la punta de la lengua.
Directo heredero de los maestros de la fábula (Esopo, Hoy desde otra jaula se debe haber encontrado los
La Fontaine...) Bestiarios de Apollinaire, Borges y los clásicos.
Esgrimió la palabra en boca de los animales para
burlarse de las estupideces de los humanos, en su
fabulario no faltan los astutos monos ni la arrogan-
cia del poder vestido de
león, las lujuriosas y nun-
ca satisfechas gallinas,
los ponderados y no es-
cuchados búhos sabios,
etc.
Monterroso, guatemalteco
y residenciado en México
por conflictos políticos,
dejó a su paso por este
zoológico, muchos textos
la mayoría breves en tor-
no a la vida cotidiana ele-
vada a otros ámbitos.
En la condensación de la
palabra, llevada al ahorro
extremo de los términos,
erraleuqA
remató una especie de dia-
rio, del siguiente modo y
parodiando a uno de los
escritores más extensos:
“Hoy me siento bien, un
Balzac; estoy terminando
esta línea”.
Ganador de importantes
premios, como el Prínci-
pe de Asturias en el 2000,
El Juan Rulfo 1996, el
Xavier Villaurrutia, y con-
decorado con el Águila
Azteca.
96
- De Augusto Monterroso:
El camaleón que finalmente no Entonces era cosa de verlos a todos en las calles
sacando y alternando cristales a medida que cam-
sabía de que color ponerse biaban de colores, según el clima político o las opi-
niones políticas prevalecientes ese día de la sema-
En un país muy remoto, en plena Selva, se presen- na o a esa hora del día o de la noche.
tó hace muchos años un tiempo malo en que el
Camaleón, a quien le había dado por la política, en- Como es fácil comprender, esto se convirtió en una
tró en un estado de total desconcierto, pues los otros especie de peligrosa confusión de las lenguas; pero
animales, asesorados por la Zorra, se habían ente- pronto los más listos se dieron cuenta de que aque-
rado de sus artimañas y empezaron a contrarres- llo sería la ruina general si no se reglamentaba de
tarlas llevando día y noche en los bolsillos juegos alguna manera, a menos que todos estuvieran dis-
de diversos vidrios de colores para combatir su am- puestos a ser cegados y perdidos definitivamente
bigüedad e hipocresía, de manera que cuando él por los dioses, y restablecieron el orden.
estaba morado y por cualquier circunstancia del
momento necesitaba volverse, digamos, azul, sa- Además de lo estatuido por el Reglamento que se
caban rápidamente un cristal rojo a través del cual redactó con ese fín, el derecho consuetudinario fijó
lo veían, y para ellos continuaba siendo el mismo por su parte reglas de refinada urbanidad, según las
Camaleón morado, aunque se condujera como Ca- cuales, si alguno carecía de un vidrio de determina-
maleón azul; y cuando estaba rojo y por motivacio-
Aquelarre
erraleuqA
Página 42.- Boceto a tinta sobre papel. Débora Arango
Página 43.- Contrastes. Débora Arango
Fontainebleau