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EL ÁFRICA ANCESTRAL: MAGIA Y MEDICINA

ENTRE LOS AZANDES. Por Evans Pritchard

PRESENTACIÓN

África es quizá uno de los continentes donde el


corazón arcaico de las viejas culturas sigue
palpitando con fuerza. Junto al África de algunas
ciudades modernas y de nativos que pronuncian
lenguas de origen europeo, perdura el continente
africano de las más ancestrales creencias. Sin
duda que aquí también el conflicto entre la
colonización modernizadora de Occidente y la
continuidad de la llama antigua es poderosa. Pero
en el África campesina, selvática, muchos de los
antiguos ritos prosiguen. En una época en la que
la autenticidad cultural era mucho más intensa, el
antropólogo francés Evans Pritchard realizó una
hoy célebre investigación de campo entre los
azande, etnia del Zandeland en el centro del
continente africano. De su voluminosa obra
"Brujería, magia y oráculos" entre los azande,
hemos seleccionado algunos pasajes muy
ilustrativos respecto a la medicina mágica y sus
modos de aplicación. Para quien no esté
familiarizado con esta perspectiva cultural, la
exposición de Prichtard rápidamente los
trasladara a una cosmovisión que respira en las
antípodas de todo universo lógico y racional. Los
azande ligan su medicina mágica con la madera,
los árboles, un altar de los espíritus, silbatos
mágicos. En esta última exhalación de Revista
Kenos 2, proponemos este nuevo salto de la
percepción hacia el rico tejido donde cada cultura
fulge con su propia gema.

E.I

Arriba, un exorcista azande con sus silbatos mágicos


que le cruzan el pecho. En el centro posee una bolsa de
hierbas de propiedades medicinales. Esta imagen, y las
otras que ilustran este item, fueron obtenidas por las
expediciones que, entre 1926 a 1930, Pritchard realizó
en la tierra de los azande.
EL ÁFRICA ANCESTRAL: MAGIA Y MEDICINA ENTRE LOS
AZANDE

Por Evans Pritchard

(...) No me propongo hacer aquí un análisis global de todos los aspectos

técnicos de la magia zande; sólo pretendo esbozar sus características

fundamentales. Algunos de los problemas relativos a la magia son

lingüísticos y otros se refieren a las diferencias entre la magia y el

comportamiento empírico, y entre las creencias que lleva asociadas la

magia las creencias asociadas con los espíritus y el Ser Supremo. (...) La

palabra zande que he traducido por «medicina» o «magia», según el

contexto, es ngua. Ngua significa "árbol" o "madera" o "planta"; así que


cuando preguntamos a

un zande qué medicina se utiliza para una determinada actividad, le

estamos preguntando que árbol o planta se utiliza, aunque nuestra pregunta

también puede tener el carácter general de qué rito mágico se realiza. Para

hacer más clara mi descripción limitaré mis observaciones ahora a las

medicinas importantes, es decir, a aquellas medicinas a las que todos los

zande conceden importancia, que se utilizan asociadas a las principales

actividades sociales y económicas, y cuya propiedad está restringida a los

especialistas. Todos estos ritos se realizan con algún trozo de árbol o de

planta y su utilización es, además, típica de la magia zande como conjunto.

Esta sustancia material constituye el elemento oculto y esencial del rito,

pues en la sustancia se encuentra el poder misterioso que produce el fin

deseado.

Arriba, izquierda, Basukuase, el


primer informador de Pritchard
en Zandeland.

Es inútil simplemente desear que algo suceda. Debe realizarse un rito, es

decir, debe prepararse y manipularse de una determinada manera un trozo

de árbol o de planta. Igualmente es inútil recitar conjuros sin más, pues los
conjuros no tienen ninguna virtud específica. Son palabras orientadoras que

se dirigen a las medicinas para vincularlas con los fines deseados. La

eficacia de la magia se encuentra en las medicinas y en el rito y no en

ningún poder exterior a ellos. Muy rara vez están éstos asociados con los

espíritus. Sólo he recogido las siguientes asociaciones: 1) los espíritus

muestran a los exorcistas las medicinas en las fuentes de los arroyos; 2) los

espíritus y las medicinas están asociados con la magia llamada amatangi;

3) los espíritus pueden destruir un oráculo del veneno; 4) se dice que los

espíritus de los adivinos a veces enseñan medicinas en sueños, aunque no

se supone que estas medicinas sean medicinas nuevas, sino más bien

medicinas antiguas que se redescubren. No se pudo tomar nota de ninguna

medicina de esta clase, aunque la creencia es normal. Los espíritus de los

adivinos comen medicinas para que los pongan en contacto con los

espíritus; 5) las medicinas cultivadas que se siembran alrededor del altar de

los espíritus (ver abajo imagen), y cuando se erige un nuevo altar suelen

enterrarse medicinas en su base y los espíritus y las medicinas son

igualmente arengados para que aseguren el bienestar de los moradores del

caserío. De la misma manera, cuando se erige un altar en un ampo de

eleusina, se colocan medicinas alrededor, y se pide tanto a los espíritus

como a las medicinas que protejan la eleusina. En este caso la asociación es

muy estrecha, pero el poder de las medicinas no se atribuye a los espíritus.

Cuando se hace magia el individuo se dirige a las medicinas y no a los

espíritus, pues el poder está en las medicinas.

De la misma manera, la virtud de las medicinas no procede del Ser


Supremo, salvo en un vago sentido mitológico. Pues las medicinas y los

oráculos, como todas las demás cosas del mundo, se atribuyen en último

término a Mbori, que creó el mundo y las cosas que hay en él. Pero la

conexión entre Mbori y las medicinas es muy remota y si se pregunta a un

zande de dónde procede una medicina, contesta: "Siempre la hemos

tenido", o bien: "Se originó entre tal pueblo y nosotros la tomamos de

ellos." Sólo si se le presiona para que diga el origen último menciona a

Mbori.

Aparte de este mito general de Mbori, los azande tienen muy mitos que

expliquen los orígenes de las medicinas o que atestigüen su eficacia en el

pasado. De hecho, tienen muy pocos mitos de todas clases. Los mitos

relacionados con la magia son los siguientes: 1) historias sobre los primeros

exorcistas y los exorcistas de los pueblos extranjeros; 2) una historia sobre

el origen de la magia para curar las fracturas; 3) tradiciones fragmentarias

sobre los orígenes de las asociaciones cerradas y su entrada en el Sudán.

Aunque hay poca mitología socialmente heredada en forma de leyendas

tradicionales, existen rumores circulantes que afirman la eficacia de las

medicinas y el poder de los magos. Cada vez que muere una persona es una

prueba para algún grupo de personas de su magia de la venganza es eficaz.

Se oye hablar de cómo un individuo perdió algo de su propiedad e hizo

magia contra el ladrón que se lo robó y de cómo murió el ladrón o el objeto

fue devuelto a su propietario. Si el zande es desafiado y tiene que defender

la virtud de sus medicinas, lo hace citando casos en que su potencia ha

superado la prueba de la experiencia. Podría citar muchos ejemplos. Dije a


un zande que dudaba que el silbato para reunir elefantes tuviera alguna

utilidad y él contestó a mis dudas contándome cómo él y un amigo habían

tocado su silbato mágico. Poco después, oyeron el pisoteo y el trompeteo

de elefantes, y a la mañana siguiente vieron sus rastros en la tierra húmeda.

Todas estas historias tienen poco antigüedad, carecen de forma y están

restringidas a una localidad o a un grupo de parientes. Contrastan con la

verdadera mitología que pasa de generación en generación, es estereotipada

en la forma y la conocen todos los adultos de Zandeland.

(...) Los azande insisten en que la magia debe haber demostrado su

eficacia para emplearla. Dicen que algunos magos tienen mejor magia que

otros y cuando requieren los servicios de un mago escoge uno cuyos

servicios tienen fama de ser eficaces. Así, las medicinas de la venganza de

algunos magos tienen la reputación de ser rápidas y tajantes, mientras que

se dice que las medicinas de otros tardan más en conseguir la venganza.

Naturalmente, los azande prefieren emplear a los magos cuyas medicinas

operan con rapidez. De forma similar, cuando un individuo desea adquirir

medicinas para cazar elefantes, hace averiguaciones para descubrir qué

magos son los cazadores más afortunados.

De ahí que el gran exilo en las actividades sea una señal de que se poseen

buenas medicinas. ... Una vez Un zande me dijo que Ngbitimo, de la

provincia de Rikita, poseía una poderosa magia para matar leopardos.

Cuando le pregunté qué medicinas empleaba Ngbitimo, me dijo que no lo

sabía, pero que debía poseer medicinas o no tendría tanto éxito en matar
leopardos.

Los azande no piensan que el éxito en una actividad empírica se deba al

uso de medicinas, pues saben que muchas veces se consigue sin su ayuda.

Pero se sienten inclinados a atribuir el éxito fuera de lo habitual a la magia

Así, un zande me dijo que un individuo a su vecino:

"Señor, en esta estación de termitas, quien posee medicina de las termitas

las ha cogido en abundancia. Aun cuando yo no tengo, puesto que no poseo

ninguna medicina de las termitas, aun cuando he cogido algunas, no

obstante las he comido, porque no hay nada en el mundo, señor, de lo que

un hombre carezca por completo".

Mi informador me señaló que las termitas abundan como la hierba.

Incluso un hombre pobre en medicinas puede coger muchas, pero hombre

con buenas medicinas cogerá muchas más.

(...) Para celebrar un rito mágico el individuo debe saber concretamente

con cuáles medicinas logrará el fin que desea. Si no conoce las medicinas o

no las posee en ese momento, está desvalido. Varias historias del folklore

zande tienen como temática la pérdida de las medicinas en situaciones a

veces dramáticas, a veces cómicas.

El propio zande tiende a clasificarlas también por la forma y el modo de

utilización. Así a veces dice de una medicina que es ranga, un bulbo. Con

frecuencia se ven
Arriba, izquierda, un altar de los espíritus
realizado con las ramas que se emplean para el
oráculo de las termitas; arriba, derecha, el altar de
los espíritus con medicinas en su base.

que crecen en el centro de los caseríos azande, por regla general a los pies

del altar de los espíritus. Tienen muchos usos mágicos. O bien se comen las

hojas crudas o bien se hierven en agua con ajonjolí y sal y se come la

mezcla. Los bulbos se transplantan de la maleza. El individuo que conoce

un bulbo con usos mágicos especiales o bien se lo muestra en la maleza a

otro o se lo señala en su propio caserío. Una vez que el individuo conoce la

hoja de este concreto bulbo, puede buscarlo por sí mismo en la maleza. La

transmisión del conocimiento, por tanto, no consiste simplemente en

mostrar la planta a otro individuo, pues puede verla en cualquier momento

plantada en el caserío del mago. Consiste más bien en instruirle sobre sus

usos.

Otra categoría es la ngbmi. Se trata de parásitos arbóreos y son el


material de que se hacen los silbatos y amuletos más potentes. Los

parásitos de muchísimos árboles se utilizan de una u otra forma como

medicinas. Una tercera categoría son las enredaderas (gire), que aparecen

frecuentemente en los ritos mágicos, especialmente para cerrar huertos y

para enredarse alrededor de las muñecas de las personas como amuletos.

Muchas de estas plantas son raras y no se encuentran sin una diligente

búsqueda.

Los azande también dividen sus medicinas en clases según las formas de

preparación y uso. Muchas veces, la especie de planta se emplea en un rito

indica, por su forma, la manera de usarse tal como se ha explicado en

relación con la ranga, la ngbimi y la gire. Los principales modos de uso

son:

1) Silbato (kura). La madera de determinado árboles se talla en forma de

silbatos. Aunque la cavidad vaciada en uno de los extremos sea poco

profunda cuando se le sopla emite un sonido penetrante. Los silbatos

mágicos se utilizan para muchos propósitos. Antes de hacer el silbato, el

individuo debe guardar tabús. Por la mañana temprano sale de su caserío

sin lavarse la cara ni enjuagarse la boca y corta la madera y le da forma.

Recita un conjuro al cortar la madera y cuando perfora la cavidad por un

extremo. Los silbatos se llevan al cuello, sobre el hombro, a la cintura o en

las muñecas. Los silbatos muy potentes se esconden lejos de la choza del

propietario, muchas veces en el gallinero o en un agujero hecho en un

árbol.

2) Las medicinas corporales (ngua kpoto). Para medicar a los bebés, el

mago utiliza medicinas que mastica y escupe sobre sus cuerpos. Lo hace
para protegerlos del dolor y para hacer que crezcan fuertes. Al medicar a

los adultos hace una pasta de materiales vegetales quemados y aceite, y la

frota en incisiones hechas en el pecho, la espalda y la cara.

3) Las medicinas se frotan en incisiones de la mano y la muñeca. La

medicina se hace quemando materiales vegetales mezclados con aceite.

Tales medicinas procuran habilidad para tirar la lanza y para operar con cl

oráculo del tablero frotado.

4) Gotas de infusión (togo). Los materiales vegetales se queman y el hollín

se mezcla con agua en un embudo hecho de hojas que, al estrujarlo, hace de

filtro.

5) Hollín mezclado con aceite. Esta es una de las formas más populares de

preparar las medicinas para su consumo.

6) Una cuerda, con frecuencia una enredadera, que se retuerce mientras el

mago le dirige un conjuro (kpira). Esto se hace a veces contra los

enemigos.

Abajo derecha, en imagen para


ampliar, un ciego de la tribu de los
azande.

Las medicinas azande son objetos naturales únicamente en el sentido de

que su poder está presente en la naturaleza de manera potencial. Es el

concreto tratamiento y uso lo que transforma la simple madera en


medicinas. El poder mágico puede estar latente en un árbol o una planta,

pero el hombre es quien convierte ese material en la medicina que se utiliza

como instrumento en el ritual.

En consecuencia, sólo aquellas plantas que únicamente tienen uso ritual y

que se cultivan para fines mágicos se consideran en todo momento "materia

médica". Muchos árboles y plantas utilizadas en la magia se emplean en

actividades tecnológicas; por ejemplo, el árbol dakpa proporciona cuerda y

la hierba bingba se utiliza para hacer los tejados de paja.

Puesto que las medicinas no son objetos naturales, sino artefactos humanos,

cada instrumento mágico individualmente considerado es autónomo y su

condición de ninguna forma afecta a los objetos del mismo tipo. Un

individuo hace un silbato protegerse de la brujería. Los logros del silbato

son independientes de los logros de los demás silbatos del mismo tipo. Si

una medicina pierde su poder, sólo se trata de que este concreto artefacto se

ha vuelo inútil y los demás artefactos que puedan hacerse del mismo

material vegetal no se ven afectados. (*)

(*) Fuente: Evans-Pritchard, Brujería, magia y oráculos entre los


azande, Barcelona, Anagrama.

La magia de los azande confirma


esquemas mágicos que afloran entre
todos los pueblos antiguos. Para un
acercamiento a la noción de magia
como estructura de alcance universal
sigue siendo muy recomendable:

James George Frazer, La rama dorada,


editorial Fondo de Cultural
económica. En especial puede
consultarse los capítulos sobre "magia
simpatética" y "magia y religión".

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