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BASES SOCIALES DE LA CONDUCTA

PSICOLOGIA SOCIAL.
Es una rama importante de la psicologia que comienza a desarrollarse en los EU a
principios del siglo xx.
Tiene dos caracteres distintivos:
1. Focalizacion en el individuo como participante social.
2. La importancia que consede ala comprencion de los procesos de influencia social.
La psicologia social analiza y explica los fenomenos que son ala vez psicologicos sociales.

                          

3.1.1 EL PROCESO DE SOCIALIZACION.


Este proceso se inicia en la infancia se le conoce como Socialización.
El proceso de socialización es permanente y dura toda la vida,su estudio puede enprenderse
desde 4 niveles:
-psicosocial
-sociodinamico
-institucional
-comunitario o social.

Existen dos tipos de socializacion:


-socializacion primaria.
-socializacion secundaria.

            

3.1.2 CULTURA.
La cultura es como un sistema relativamente integrado de
ideas,valores,actitudes,aserciones,eticas y modelos de vida.
Elementos de la cultura.
1.Elementos cognitivos
2.creencias.
3.Los valores
4.Los signos culturales
5.El lenguaje.
6.La idiosincracia.
        

3.1.3 ROLES
Contiene un conjunto de actividades necesarias para desempeñar un especifico y concreto
cometido social.Consiste en una serie de acciones estandalizaras, diferentes en cada
rol.Cumplir un rol supone comportarse segun unos patrones, pautas o normas determinadas.

El conflicto de rol surge cuando hay desacuerdos entre las espectativas que sobre un
determinado rol, tienen los partucipantes en una interaccion.Algunas situaciones de
conflicto son:
1.conflicto inter-rol.
2.conflicto intra-rol.
3.conflicto persona-rol.
4.sobre carga de rol.
5.amigüedad de rol.
        

POSICION
La posicion o estatus social es el puesto que cada individuo ocupa en la estructura social,
tal como lo evalua la propia sociedad.Una misma persona puede ocupar diferentes
posicones o estatus en funcion del contexto en que se relaciona o del grupo desde el que se
defina.

Una forma común de clasificar las diversas posisciones o estatus consiste en distinguir
entre adscritos o adquirido.

-Una posición o estatus adscritas.


-Una posición o estatus adquiridos.

         

3.1.5 ESTRUCTURA DE GRUPO Y NORMAS.


Para entender como se constituye un grupo, es necesario que primero podamos nombrar las
caracteristicas que lo distingue, para ello y aunque existen importantes aportaciones
retomaremos las 11 propiedades comunes de Malcom y Knowles enuncian en relacion con
los grupos:
1.antecedentes
2.esquema o patrón de participación.
3.cominicación.
4.cohesión
5.atmósfera
6.normas
7.patrón
8.estructura y organización
9.procedimientos
10.metas
11.papeles o roles.

        
Comportamiento social

Comportamiento social
.
En Psicología y Biología,
el comportamiento social o conducta
social es la manera de proceder que
tienen las personas o los organismos
en relación con su entorno o con el
mundo de estímulos. Es el conjunto de Concepto El comportamiento o la conducta social
respuestas motoras frente a estímulos : es la manera de proceder que tienen las
tanto internos como externos. personas.
En primera instancia, la función del
comportamiento es la supervivencia Prensa
del individuo que conlleva a la Comportamiento social en Cubadebate
supervivencia de la especie.
El comportamiento puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario,
público o privado, según las circunstancias que lo afecten.
Sumario
 [ocultar] 
 1 Delimitación del término
 2 Características
 3 Comportamiento en psicología
o 3.1 Conducta
 4 Tipos de conductas
o 4.1 Aspectos psicosociales
 5 Comportamiento de los sistemas sociales
 6 Conducta formal
 7 Véase también
 8 Fuentes
Delimitación del término
Dentro del comportamiento, está la conducta observable de los animales. El
comportamiento de las especies es estudiado por la Etología que forma parte tanto de
la Biología como de la Psicología experimental. En psicología el término sólo se aplica
respecto de animales con un sistema cognitivo suficientemente complejo.
En Ciencias sociales el comportamiento incluye además de aspectos psicológicos,
aspectos genéticos, Culturales, sociológicos y económicos.
La ciencia que estudia la conducta y el comportamiento animal es la Etología y la
ciencia que estudia la conducta desde el punto de vista de la Evolución es la Ecología
del comportamiento.
En el habla común, no en el discurso científico, el término "comportamiento" tiene una
connotación definitoria. A una persona, incluso a un grupo social, como suma de
personas, se les define y clasifica por sus comportamientos, quizás más que por sus
ideas, y esto ya sirve para fijar las expectativas al respecto.
Características
El comportamiento puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario,
público o privado, según las circunstancias que se encuentren las personas que
conviven en dicha comunidad, los comportamientos sociales de todo individuo es parte
de una buena comunicación interpersonal.
La conducta se presenta en un determinado contexto ambiental, donde los integrantes
presentan características especificas y este actúa o responde a determinada situación. El
núcleo familiar es el principal motor impulsor de transmisión de normas y valores
sociales; patrones fundamentales de socialización.
Comportamiento en psicología
Técnicamente, en psicología, el comportamiento se define de dos maneras:
 Todo lo que un organismo hace frente al medio.
 Cualquier interacción entre un organismo y su ambiente.
El comportamiento en un ser humano individual (y otros organismos e
incluso Mecanismos) se engloba dentro de un rango, siendo algunos comportamientos
comunes, algunos inusuales.
Conducta
La conducta de un espécimen biológico está formada por patrones de comportamiento
estables, mediados por la evolución, resguardada y perpetuada por la genética. Esta
conducta se manifiesta a través de sus cualidades adaptativas, dentro de un contexto
biodiversificado integral, personal y social.
La conducta es un ejemplo biológico que está formada por modelos de comportamiento
estables, se manifiesta a través de sus cualidades adaptativas, dentro de la sociedad. En
el individuo se considera una conducta formal cuando en el comportamiento se
cumplen una serie de normas registradas como valioso en una comunidad o sociedad.
Todas las personas tienen una personalidad individual y propia. Todo individuo
presenta características propias diferentes al resto de los demás. A excepción con
nuestro comportamiento en sociedad podemos hablar de cuatro tipos de conducta con
particularidades similares en la que podemos encerrar a todas las personas
Tipos de conductas
 Conducta social: El individuo cumple con las normas de convivencia dentro de la
sociedad, la que no ataca en forma alguna a la colectividad, es la que cumple con
todas las reglas de convivencia.
 Conducta asocial: Es el individuo que carece de toda norma de convivencia y poca
comunicación con el resto de la comunidad.
 Conducta parasocial: Se establece en la comunidad, pero es diferencia de las demás
conductas no se relaciona con lo social, no tiene aceptación de los valores creados
por la colectividad, pero sin destruirlos: no realiza el bien común, pero no lo ataca.
 Conducta antisocial: Estas personas va en contra el bien común, atenta contra la
organización primordial de la sociedad, destruye sus valores fundamentales, ataca
las normas principales de convivencia. Se esclarecerse que el término conducta
desviada, es de gran utilidad por ser descriptivo y no valorativo. Conducta diferente
de la generalidad y puede ser parasocial, antisocial o asocial.
Aspectos psicosociales
La aceptación social de un comportamiento es evaluada por las normas sociales y
regulada por varios medios de Control social. El comportamiento de la gente es
estudiado por varias disciplinas, incluyendo la Psicología, la Sociología y
la Antropología en el caso del comportamiento humano, y la Etología ampliando su
estudio a todo el Reino Animal.
Comportamiento de los sistemas sociales
La estructura social es el patrón de relaciones, posiciones y número de personas que
conforman la organización social de una población, ya sea un grupo pequeño o toda
una sociedad. Las relaciones se dan siempre que las personas se implican en patrones
de interacción continuada relativamente estables. Las posiciones (Estatus social)
consisten en lugares reconocidos en la red de relaciones sociales que llevan aparejadas
expectativas de comportamiento, llamadas roles. Normas y reglas son impuestas para
garantizar que se viva a la altura de las expectativas del Rol social, y se imponen
sanciones positivas y negativas para asegurar que se cumplan. Las normas y reglas son
la expresión observable de los valores de un sistema social particular. Los roles, normas
y valores deben integrarse en un sistema para que éste sea completamente funcional.
Conducta formal
Una conducta humana se considera formal cuando en el comportamiento se cumplen
una serie de reglas reconocidas como valiosas en una comunidad o sociedad. En las
sociedades occidentales, por ejemplo, se considera formal ser explícito, determinado,
preciso, serio, puntual. Esta palabra tiene su base en la aplicación principalmente en la
conducta que tienen las personas con respecto a sus valores.
Véase también
 Ecología del comportamiento - Etología
 Comportamiento social
 Control social
 Costumbre
 Psicología
 Adaptación social
Fuentes
 «Comportamiento humano», artículo publicado en el sitio web Monografías.
 «La comprensión del comportamiento violento de niños y adolescentes», artículo
publicado en el sitio web católico AACAP.
 «Comportamiento animal», artículo publicado en el sitio web Comportamiento
Animal.
 «Comportamiento infantail», artículo publicado en el sitio web Guía Infantil]
 «Problemas de comportamiento», artículo publicado en el sitio web Family Doctor.
 «Suicidio y comportamiento», artículo publicado en el sitio web NLM.
 «Comportamiento social», artículo publicado en el sitio web Wikipedia.
 «Comportamiento», artículo publicado en el sitio web Wikipedia.
 «Tipos de conducta», artículo publicado en el sitio web Shvoong.

Conducta o comportamiento. Más allá de las disquisiciones terminológicas


Teoría - Fundamentos

Publicado: diciembre 22, 2006, 23votos , 8 Comentarios

 Jennifer Delgado Suárez


Universidad de Cienfuegos
La Habana, Cuba

Yiana M. Delgado Suárez


Universidad Central Marta Abreu de Las Villas
Santa Clara, Cuba
RESUMEN
 La conducta es un término extensivamente manejado en las ciencias psicológicas;
sin embargo, su conceptualización aún dista de proveer una teoría heurística para la
práctica psicológica, psiquiátrica y educativa. En este sentido sería vital un primer
acercamiento a la misma desde su historicidad y una teoría compleja del desarrollo
humano que la vislumbre como un fenómeno multideterminado.
Palabras clave: Definición, conducta, multideterminación, implicaciones metodológicas.
Acercamiento etimológico a la conducta
El interés por comprender por qué los seres humanos actúan de una manera determinada,
qué los impulsa y qué los puede detener, se remonta a épocas anteriores a la aparición de la
psicología como ciencia. Sin embargo, fundamentalmente a partir de 1879, comienza a
desarrollarse todo un sistema categorial que, aunque no privativo, sí es distintivo de la
misma. En este sentido, quizás sea la conducta uno de los términos más manejados por las
distintas escuelas psicológicas y con independencia del campo disciplinario al que se haga
referencia. No obstante, la comprensión de la conducta como categoría psicológica ha
estado marcada por los debates propios de una ciencia en ciernes, presentando un desarrollo
complejo y no exento de oscurantismos metodológicos. En este momento sería muy
aventurado posicionarse en axiomas que delimitasen la conducta, pero se hace
imprescindible una redefinición de la misma desde la perspectiva de una teoría integradora
y heurística, de manera que se amplíen los diferentes acercamientos en el orden
metodológico que hoy se realizan.
El vocablo conducta, al igual que la mayoría de los términos que hoy se utilizan en las
ciencias psicológicas, proviene de las ciencias naturales en una transpolación casi lineal de
su significado original. Vigotsky alertaba acerca de la génesis de los conceptos
psicológicos: «El lenguaje psicológico actual es, ante todo, insuficientemente
terminológico: eso significa que la psicología no posee aún su lenguaje. En su vocabulario
encontramos un conglomerado de tres clases de palabras: palabras del lenguaje cotidiano,
las palabras del lenguaje filosófico y los vocablos y formas tomados de las ciencias
naturales» (Vigotsky, 1997, 324). Por supuesto, la historia etimológica de los conceptos
marca, de alguna manera, su posterior definición y utilización, produciendo generalmente
restricciones semánticas muy difíciles de eliminar. Quizás la utilización primera de la
palabra conducta se encuentre en el área de la química, donde se refiere a la actividad de las
sustancias; posteriormente, pasó a usarse en la biología, para hacer alusión a las
manifestaciones de los seres vivos ha conducido a comprensiones limitadas de este
concepto en la psicología, hecho que se avala precisamente por el significado casi idéntico
con el que fue introducido en la psicología animal por Jennings.
En este punto, cabría preguntarse el por qué de la reputación que alcanzó este vocablo en
las ciencias psicológicas. En primer lugar, la conducta encierra el conjunto de fenómenos
que son observables o que son factibles de ser detectados, es decir, es un concepto que al
aplicarlo puede ser descrito y explicado en función de los fenómenos mismos y recurriendo
a leyes de carácter mecanicista; la utilización de este término brinda, por lo tanto, la ansiada
objetividad que se buscó en las ciencias psicológicas y satisface el deseo cuantificable de la
mayoría de sus profesionales, añadiéndosele, además, que devino sustantivo propio en la
denominación de una de las escuelas psicológicas que brindó una opción a la psicología
como ciencia cuando ésta amenazaba con encerrarse en el subjetivismo.
Etimológicamente la palabra conducta proviene del latín significando conducida o guiada;
es decir, que todas las manifestaciones que se comprenden dentro de sí suponen que son
conducidas por algo que bien pudiera ser interno o externo. Partiendo de esta idea y de las
diferentes soluciones que se dedican al problema psicofísico, la conducta puede ser guiada
tanto por los fenómenos psíquicos como por la influencia que ejerce el medio social sobre
el sujeto; desde una perspectiva idealista se sugiere que la conducta es el resultado de los
fenómenos psíquicos que se expresan mediante manifestaciones corporales en el medio
externo donde el sujeto se desarrolla. En contraposición con esta teoría, la concepción
materialista expone que la conducta es un resultado de la influencia social a la que el sujeto
está sometido y que se expresa a partir de las condiciones psíquicas del mismo. Sin
embargo, ampararse en uno u otro enfoque minimiza la riqueza y enclaustra la comprensión
que puede brindar un término que en la actualidad constituye un punto de análisis
primordial para comprender al ser humano, siendo necesario examinarlo en su propio
movimiento y desarrollo a través de las diferentes posiciones psicológicas.
La conducta y el comportamiento en el behaviorismo y el enfoque histórico cultural
Aún cuando la conducta es un término extensivamente manejado en la psicología, su
significado es comprendido generalmente, de manera simplista y unilateral, subsistiendo
interrogantes que ameritan un análisis: ¿Qué es la conducta humana? ¿Cuál es el
determinismo que ejerce sobre el ser humano y su entorno? ¿Qué factores determinan la
conducta humana? ¿Existe una equivalencia entre los conceptos de conducta y
comportamiento?
Al intentar redefinir la conducta o brindar presupuestos para su comprensión, se hace
ineludible analizar el enfoque behaviorista como aquel que brindó un verdadero impulso al
tratamiento de este término en la psicología a partir, fundamentalmente, de 1913 con los
trabajos de Watson, incorporándose nociones pioneras en cuanto a la comprensión y
utilización práctica del término conducta en la investigación psicológica.
El behaviorismo promulgaba que la psicología científica debía estudiar solo las expresiones
externas del sujeto, aquellas que podían ser sometidas a observación, registro y
verificación; debe acotarse que esta idea sentó sus bases en los estudios realizados
anteriormente por P. Janet y H. Pierón, quienes ya desde 1908 se referían a una psicología
del comportamiento. Particularmente, en los trabajos de P. Janet, se incorpora el término
conciencia como una forma de conducta en específico y se describe una jerarquía de
operaciones de conducta que incluye cuatro grupos fundamentales compuestos por:
la conducta animal, la conducta intelectual elemental, las conductas media y
superior. Posteriormente, en las investigaciones realizadas por Watson, éste definió la
conducta como lo que el organismo hace o dice, incluyendo en esta denominación tanto la
actividad externa como la interna, de acuerdo con su propia terminología. Watson redujo el
estudio de la conducta a la estructura observable del ser humano: «(…) ¿por qué no hacer
de lo que podemos observar el verdadero campo de la psicología? Limitémonos a lo
observable y formulemos leyes sólo relativas a estas cosas. Ahora bien: ¿qué es lo que
podemos observar? Podemos observar la conducta» (Tortosa, 1998, 301).
En lo que respecta a esta idea, se demuestra la restricción del pensamiento watsoniano,
cuyo único fin era la predicción y el control de la conducta con métodos estrictamente
experimentales, lo que marca simultáneamente una obvia conexión con la psicología
animal, comprobándose a la vez su incapacidad teórica para comprender las conductas
humanas complejas, pues su base teórica se reducía a la psicología comparada. Sin
embargo, esto no indica, como se ha popularizado incluso en los ámbitos psicológicos, que
el behaviorismo e inclusive Watson, no reconociesen otros aspectos de la vida emocional
del sujeto:  «En contra de lo que se ha afirmado en numerosas ocasiones Watson no
reducía el comportamiento únicamente a la actividad motora o movimientos, sino que
admitía también la existencia de otros tipos de actividad del organismo, como la
emocional» (Parra, 2006). Es decir, la principal crítica que puede realizarse al behaviorismo
clásico es su énfasis fundamental en lo observable, hecho que metodológicamente
restringió su comprensión de lo psicológico a formaciones resultantes de una serie de
respuestas organísmicas ante las incidencias ambientales.
Por supuesto, la elementalidad de esta explicación conductual del ser humano condujo al
desarrollo del neobehaviorismo. A principios de los años treinta del siglo pasado, Hull
abordó la conducta fundamentándose en la relación estímulo-respuesta, pero tomando en
consideración no solo los estímulos externos, sino también los estímulos internos, de ahí su
interpretación de la conducta en secuencias estímulo-respuesta observable y no observable.
En este momento todavía no se había resuelto totalmente la relación psicofísica en la
conducta, pero Hull reconocía la existencia de algo interno y, partiendo de ese
reconocimiento, trató de cuantificar las conductas por medio de observaciones empíricas,
dando lugar a lo que se conoce como el «sistema de conducta de Hull».
De manera análoga, Skinner varió el objeto de estudio de la psicología ubicándolo en la
vida mental, pero restringió los análisis metodológicos a las manifestaciones visibles:
la conducta. Skinner elaboró su propia concepción en la que insistió en la distinción
entre conductas controladas por contingencias, es decir, interacciones directas del
organismo con su medio y, conductas gobernadas por reglas, por las formulaciones
verbales, órdenes y/o instrucciones. Esta idea constituye un pálido intento de brindar un
papel activo al sujeto que ya no sería una estructura inmóvil y carente de movimiento sobre
la que actúan instancias externas, sino que conformaría una relación de interdependencia
con el medio.
Es importante destacar que aún en la actualidad el término conducta se vincula
directamente con la escuela behaviorista, aunque su estudio no se reduce solamente a esta
corriente, pues también es tema de debate dentro del resto de los enfoques psicológicos. Sin
embargo, la utilización de este vocablo entre los profesionales afiliados a otras escuelas del
pensamiento psicológico ha sido controvertida, prefiriéndose el término comportamiento.
Aunque en la actualidad estas disquisiciones terminológicas apenas se utilizan, usándose
indistintamente comportamiento y conducta, según Parra (2006): «en español el término
‘behavior’ puede ser traducido de las dos maneras». Es válido declarar que la principal
distinción que se realiza en la literatura española en cuanto a estos conceptos se refiere a
que el comportamiento es expresión de la personalidad, mientras que la conducta no
siempre manifiesta los contenidos personológicos, poseyendo un carácter más respondiente
y otorgándole, por lo tanto, un papel más pasivo al sujeto. Es curioso cómo el
comportamiento ha adquirido un significado que demuestra una mayor implicación del
sujeto, hecho relacionado con la etimología de la palabra, también proveniente del latín
comportare, pero que significa implicar, mientras la raíz etimológica de conducta indica
algo externo, guiado.
Desde esta óptica, la utilización de los términos conducta y comportamiento no presenta
diferencias substanciales, lo realmente importante en este análisis es la comprensión
profunda de los mismos como un factor de influencia diversa sobre el ser humano y a la vez
expresión del mismo. En este sentido, la escuela histórico-cultural puede brindar, desde la
diversidad teórica de sus autores, presupuestos fundamentales para la comprensión de un
fenómeno complejo.
Se hace vital destacar las ideas de Rubinstein al respecto. Basándose en la solución del
dilema psicofísico, en el que maneja la interdependencia de los fenómenos físicos y
psíquicos, plantea que la conducta, más allá de la relación reduccionista estímulo-reacción,
está determinada por el mundo exterior a través de los fenómenos psíquicos; es decir, que
aún cuando los factores sociales ejerzan una gran influencia sobre la conducta humana, ésta
surge y se desarrolla en la actividad psíquica del sujeto, convirtiéndose posteriormente en
un reflejo de la misma. Es necesario destacar la designación que Rubinstein utiliza para
describir la manera cómo el factor social actúa sobre la conducta: «de modo mediato«, y en
esta expresión desacredita la inmediatez de la relación causa-efecto.
En un análisis más profundo sobre la participación activa de otras significaciones en la
conducta, este autor destaca la importancia de la historia de vida del sujeto: «…la conducta
de las personas está determinada no solo por lo que se halla presente, sino, además, por lo
que se halla ausente en un momento dado; está determinada no solo por el medio próximo
que nos rodea, sino, además, por acontecimientos que acontecen en los rincones del
mundo más alejados de nosotros, en el momento presente, en el pasado y el
futuro» (Rubinstein, 1979, 330). Es decir, la conducta se desarrolla dentro de una sucesión
de actos en los que el sujeto se ve inserto, interviniendo conjuntamente las experiencias del
medio social donde el hombre se integra, aún cuando no haya sido partícipe de ellas, pues
mediante el proceso de aprendizaje incluye estos nuevos conocimientos y experiencias
histórico-culturales a su vida personal. En concordancia con esto plantea: «Todo acto de
cognición constituye, al mismo tiempo, un acto en virtud del cual hacemos entrar en acción
nuevas determinantes de nuestra conducta» (Rubinstein, 1979, 330); de aquí que considere
el proceso de aprendizaje como un proceso desarrollador para la conducta, pues a partir de
la adquisición de nuevos significados el sujeto ganará para cada objeto o fenómeno un
nuevo sentido que definirá la posterior relación con los mismos; así, los objetos del
conocimiento aparecerán no sólo como objetos del conocimiento, sino, además, como
impulsores de la conducta.
En sintonía con estas ideas, Petrovski enfatiza el carácter histórico de la conducta: «La
conducta del hombre se caracteriza por su capacidad de abstraerse de una situación
concreta dada y anticipar las consecuencias que pueden surgir en relación con esta
situación» (Petrovski, 1982, 68). Subyacentes a estos planteamientos que hoy pueden
observarse como verdades de Perogrullo, puede entreverse un aspecto esencial para la
comprensión de la conducta: la dualidad que en ella se manifiesta, en tanto no constituye
sólo una expresión fenoménica sino que también contiene lo psíquico; es un proceso
profundamente mediatizado que en su multideterminación también actúa como
autodeterminante.
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Para citar este artículo:

 Delgado, J. & Delgado, Y. M. (2006, 22 de diciembre). Conducta o


comportamiento. Más allá de las disquisiciones terminológicas.Revista
PsicologiaCientifica.com, 8(20). Disponible en:
http://www.psicologiacientifica.com/conducta-comportamiento

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Hipermnesia
 Un estudio de los cambios conceptuales en la psicología
 Ivan Petrovich Pavlov. Una aproximación a su vida y su obra

La Inteligencia Emocional en el Comportamiento Humano


 
1. Análisis del concepto de inteligencia emocional y su aplicación en el
comportamiento humano
La inteligencia emocional consiste en la capacidad de saber gestionar las emociones propias
e incluso las ajenas desarrollando lo que se conoce como empatía que es la capacidad de
saber ponerse en el lugar de la otra persona sin llegar a identificarse emocionalmente con
ella.
El concepto de Inteligencia Emocional fue popularizado por Daniel Goleman, escritor del
libro ‘Inteligencia Emocional’ publicado en 1995.
Para Goleman, la Inteligencia Emocional puede organizarse en cinco capacidades que son:
 Conocer las emociones y sentimientos.
 Aprender a manejar las emociones y los propios sentimientos.
 Aprender a reconocer las emociones y los propios sentimientos.
 Aprender a crear nuestras propias motivaciones.
 Aprender a gestionar nuestras relaciones.
La inteligencia emocional permite actividades como percibir, juzgar y expresar la emoción
con precisión; contactar con los sentimientos o generar los para facilitar la comprensión de
uno mismo o de otra persona; entenderlas emociones y el conocimiento que de ellas se
deriva y regular las mismas para promover el propio crecimiento emocional e intelectual.
2. Comprender la inteligencia emocional desde la perspectiva de trabajo social
Como se definió anteriormente la inteligencia emocional la capacidad de percatarse de los
propios sentimientos, así como de los demás, y gestionarlos de forma beneficiosa. Quien
posee I.E. reconoce sus sentimientos y esto le permite expresarlos de forma adecuada: Es
difícil perder los nervios cuando uno comprende sus propios sentimientos. Por otro lado, el
comprender los sentimientos de quienes nos rodean, nos permite tenerles en cuenta como
personas, y reconocerles. Esta capacidades clave para lograr que nuestros colaboradores,
compañeros y superiores se sientan satisfechos o pre – dispuestos a esforzarse.
3. Comprender los componentes básicos de nuestros sistema
Nuestra inteligencia emocional deriva de cuatro elementos esenciales que funcionan como
los componentes básicos del ADN.
Cada componente básico representa capacidades que, combinadas, dan lugar a la
inteligencia emocional. Se organizan de modo jerárquico y cada nivel superior incorpora y
desarrolla las capacidades de los niveles inferiores. Estos cuatro componentes básicos son:
 La capacidad de percibir, valorar y expresar emociones con precisión.
 La capacidad de poder experimentar, o de generarlos a voluntad, determinados
sentimientos, en la medida que faciliten el entendimiento de uno mismo o de otra
persona.
 La capacidad de comprender las emociones y el conocimiento que de ellas se
deriva.
 La capacidad de regular las emociones para fomentar un crecimiento emocional e
intelectual.

4. Conocer las formas de manejo de inteligencia emocional como ayudar personal


Es muy importante saber manejar nuestras emociones con inteligencia para la vida en
general. Para lograr construir una vida de calidades necesario aprenderá  comprenderse uno
mismo y comprender a  otros, brindando y recibiendo apoyo recíproco. Para que una
relación funcione, es necesario que exista  la comprensión mutua, a riesgo de que si no lo
hacemos, nuestras relaciones se vean deterioradas o terminen por romperse.
Un aspecto importante del autocontrol lo constituye la habilidad de moderar la propia
reacción emocional a una situación, ya sea esa reacción negativa o positiva (por ejemplo:
no sería conveniente expresar excesiva alegría ante otras personas, colegas o amigos, que
están pasando en ese momento por situaciones problemáticas o desagradables).
No podemos elegir nuestras emociones. No se pueden simplemente desconectar o evitar.
Pero está en nuestro poder conducir nuestras reacciones emocionales y completar o sustituir
el programa de conducta congénito primario, por ejemplo, el deseo o la lucha, por formas
de comportamiento aprendidas y civilizadas como el flirteo, la crítica, la discusión o la
ironía. Lo que hagamos con nuestras emociones, el hecho de manejarlas en forma
inteligente, depende de nuestro nivel de Inteligencia Emocional.
5. ¿Qué cree usted que es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional considero que es la forma mas adecuada de manejar nuestras
emociones, conociendo las formas de controlarlas y manejarlas para evitar que descontrolen
nuestra salud mental.
Evaluando tu comportamiento asertivo responde Si o No a cada pregunta mirando
nuestras acciones diarias y concluir que tan acertados somos como una de las
actividades importantes para sentirnos bien con nosotros mismos y facilitarnos las
relaciones con los demás. ¿Cuáles son tus limitantes?
1. ¿Cuándo hables con las personas los ves a los ojo, tu expresión es dura y firme?
Si No
2. Los adémanos o gestos que utilizas son consecuentes con lo que expresas
Si No
3. El tono de voz es adecuado, se enfatiza con lo que dices
Si No
4. Normalmente haces lo que dices
Si No
5. La velocidad con que hablas es adecuada ni demasiado rápida ni demasiado lenta.
Si No
6. Suele ver lo positivo de los demás y se lo dices con alegría
Si No
7. Suele ver lo positivo de las cosas y lo señala
Si No
8. Si te elogian respondes adecuadamente con alegría
Si No
9. Cuando conversa con los demás escuchas sin interrumpir
Si No
10. Te disgustan o te incomodan cuando te señala uno de tus defectos
Si No
Clasificación: 0.0/5 (0 votos)
Clasificación: 0 (de 0 votos)
Citar este texto en formato APA: _______. (2014). WEBSCOLAR. La Inteligencia
Emocional en el Comportamiento Humano. https://www.webscolar.com/la-inteligencia-
emocional-en-el-comportamiento-humano. Fecha de consulta: 23 de mayo de 2020.

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es la Inteligencia Emocional? El papel de las emociones en nuestras vidas


por Marta Guerri
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La Inteligencia Emocional (IE) es una parte de nuestra capacidad cognitiva que,
básicamente, facilita el comportamiento interpersonal.
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«Todo aprendizaje tiene una base emocional.» Platón


Contenido
Definición de Inteligencia Emocional
Definimos la IE como la capacidad de:
 Reconocer, entender y manejar nuestras propias emociones
 Reconocer, entender e influir en las emociones de los demás
En términos prácticos, esto significa ser consciente de las emociones que se hallan tras
nuestro comportamiento, así como en impacto que ejercen en las demás
personas (positiva y negativamente), además de aprender cómo manejar esas emociones,
tanto nuestras como los otros, especialmente cuando estamos bajo presión.
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La capacidad de expresar y controlar nuestras emociones es esencial, pero también lo es


nuestra capacidad para comprender, interpretar y responder a las emociones de los demás.
Imaginemos un mundo en el que no se pudiera entender cuando un amigo se siente triste o
cuando un compañero de trabajo está enojado. Los psicólogos se refieren a esta capacidad
como la Inteligencia Emocional, y algunos expertos sugieren incluso que puede ser más
importante que el coeficiente intelectual
Origen de la Inteligencia Emocional
Peter Salovey y John D. Mayer fueron los principales investigadores de la Inteligencia
Emocional en 1990. En su influyente artículo «Inteligencia Emocional», que definen la
Inteligencia Emocional como «el subconjunto de la inteligencia social que implica la
capacidad de monitorizar los sentimientos y emociones propios y de los demás, de
discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar el pensamiento de uno y
acciones» (1990).
Los cuatro factores de Inteligencia Emocional
Salovey y Mayer propusieron un modelo que identifica cuatro factores diferentes de la
Inteligencia Emocional y que son: la percepción emocional, la capacidad de razonar usando
las emociones, la capacidad de comprender las emociones y la capacidad de manejar las
emociones.
1. Percibir las emociones
El primer paso en la comprensión de las emociones es percibirlas con precisión. En muchos
casos, esto podría implicar la comprensión de las señales no verbales como el lenguaje
corporal y las expresiones faciales.
2. Razonar con las emociones
El siguiente paso consiste en utilizar las emociones para promover el pensamiento y la
actividad cognitiva. Las emociones ayudan a priorizar aquello a lo que es prioritario prestar
atención y por tanto reaccionar, respondiendo de este modo emocionalmente a las cosas que
captan nuestra atención.
3. Comprensión de las emociones
Las emociones que percibimos pueden tener a una gran variedad de significados. Si alguien
está expresando emociones de ira, el observador debe interpretar la causa de su ira y lo que
podría significar. Por ejemplo, si nuestro jefe está actuando de manera airada, podría
significar que está insatisfecho con nuestro trabajo, o tal vez que tiene un exceso de carga
laboral o que ha estado discutiendo con su esposa por la mañana.
4. Gestión de las emociones
La capacidad de gestionar con eficacia las emociones es una parte crucial de la Inteligencia
Emocional. La regulación de las emociones, responder de manera apropiada, y saber cómo
y cuando responder a las emociones de los demás, son todos aspectos importantes de la
gestión emocional.
Breve cronología de la Inteligencia Emocional
1930 – Edward Thorndike describe el concepto de «inteligencia social» como la capacidad
de llevarse bien con otras personas.
1940 – David Wechsler sugiere que los componentes afectivos de la inteligencia pueden ser
esenciales para el éxito en la vida.
1950 – Los psicólogos humanistas como Abraham Maslow describen cómo la gente puede
construir su fuerza emocional.
1975 – Howard Gardner publica “La mente rota”, donde introduce el concepto de las
Inteligencias Múltiples.
1985 – Wayne Payne introduce el término Inteligencia Emocional en su tesis doctoral
titulada «Un estudio de la emoción: el desarrollo de la inteligencia emocional».
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1990 – Los psicólogos Peter Salovey y John Mayer publican su artículo de referencia,
«Inteligencia Emocional», en la revista La imaginación, la cognición y la personalidad.
1995 – El concepto de Inteligencia Emocional se popularizó después de la publicación del
libro del psicólogo Daniel Goleman “La Inteligencia Emocional”. Este libro se mantuvo
durante un año y medio en la lista de los libros más vendidos según el The New York
Times. En 2006, ya se habían vendido alrededor de 5.000.000 de ejemplares en treinta
idiomas diferentes, y ha sido best seller en numerosos países.

Daniel Goleman describe así la Inteligencia Emocional como la capacidad de una persona


para manejar sus sentimientos de manera que esos sentimientos se expresan de manera
adecuada y efectiva. De acuerdo con Goleman, la Inteligencia Emocional es el mayor
predictor de éxito en el lugar de trabajo.
La importancia de la Inteligencia Emocional
Los expertos coinciden en que este tipo de inteligencia juega un papel vital en el éxito tanto
personal como profesional, siendo incluso más importante que el cociente intelectual. En
cualquier caso, la Inteligencia Emocional parece estar vinculada a todo, desde la toma de
decisiones para el rendimiento académico.
Entonces, ¿qué se necesita para ser emocionalmente inteligente? Daniel Goleman habla de
cinco componentes críticos de la Inteligencia Emocional.
Los Cinco Componentes de la Inteligencia Emocional
Hay cinco aspectos fundamentales de la IE, a continuación te explicamos cuáles son y en
qué consisten.
1. Conciencia de uno mismo o autoconciencia emocional
Esta es la forma en que nos damos cuenta de nuestras emociones y somos capaces de
evaluarlas. La mayoría de nosotros estamos tan ocupados con la rutina diaria, que rara vez
nos paramos a pensar en cómo estamos respondiendo a las situaciones y cómo nos
encontramos. La otra forma de conciencia de uno mismo es el reconocer las emociones de
los demás hacia nosotros. Esto a menudo es difícil debido a que tendemos a ver lo que
queremos ver y solemos evitar pedir a los demás opiniones si creemos que van a resultar
incómodas para nosotros.
Mejorando nuestra autoconciencia emocional podremos ser capaces de comprender muchas
más cosas de nuestro día a día. También es interesante saber recoger los comentarios de
personas que se muestran honestas con nosotros y cuyas ideas valoramos.
2. Autorregulación o autocontrol emocional
La autogestión es la capacidad de controlar nuestras emociones. Este componente
también incluye transparencia emocional, capacidad de adaptación, logro y optimismo.
Las personas con un buen nivel de autorregulación tienden a ser flexibles y adaptarse bien a
los cambios. También son buenas en la gestión de conflictos y la difusión de situaciones
tensas o difíciles. Goleman también sugiere que las personas con fuertes habilidades de
autorregulación siguen su camino sin desviarse de él. Son capaces de influir positivamente
en los demás y asumir la responsabilidad de sus propias acciones.
3. Habilidades sociales o relaciones interpersonales
Se trata de ser capaz de interactuar correctamente con quienes nos rodean,
independientemente del lugar y la situación. La verdadera comprensión emocional
implica algo más que la comprensión de nuestras propias emociones y los sentimientos de
los demás, también tiene que ver con ser capaz de poner en práctica esta información en
nuestras interacciones y comunicaciones diarias.
En los entornos profesionales, las personas con buenas habilidades sociales son capaces de
construir buenas relaciones y conexiones con los compañeros de trabajo, saben desarrollar
una fuerte relación con líderes, iguales y subordinados. Algunas habilidades sociales
importantes incluyen la escucha activa, habilidades de comunicación verbal,
habilidades de comunicación no verbal, liderazgo y capacidad de persuasión.
4. Empatía o reconocimiento de las emociones de los demás
La empatía es la capacidad de entender los sentimientos de otros, es absolutamente
fundamental para la Inteligencia Emocional. Pero esto implica algo más que ser capaz de
reconocer los estados emocionales de los demás, también implica dar respuesta a las
personas basándonos en esta información. Si percibimos empáticamente que alguien se
siente triste o desesperanzado, seremos más capaces de influir en la forma de responder a
sus emociones. Podremos mostrar nuestra preocupación y haremos un esfuerzo para
mantener ayudarle a sentirse mejor en estos momentos.
Ser empático también permite a la gente entender la dinámica de poder que a menudo
influyen en las relaciones sociales, especialmente en los lugares de trabajo. Los que tienen
una buena competencia en esta área, son capaces de ejercer una correcta influencia en las
relaciones, comprender cómo funcionan los sentimientos y comportamientos, e interpretar
eficazmente las diferentes situaciones que giran en torno a este tipo de dinámicas de poder.
5. Automotivación
La motivación intrínseca también juega un papel clave en la Inteligencia Emocional. Las
personas que son emocionalmente inteligentes suelen estar motivadas por cosas más allá
de las meras recompensas externas, como la fama, el dinero o el reconocimiento social.
Pueden sentir una genuina pasión que les lleva a cumplir con sus propias necesidades y
objetivos internos. Buscan cosas que les conducen a recompensas internas y se involucran
en experiencias que les lleven a sentirse bien consigo mismas.
Las personas que son competentes en esta área tienden a estar orientadas hacia la acción. Se
fijan metas, tienen una alta necesidad de logro y siempre están buscando maneras de
hacerlo mejor. También tienden a mostrarse muy comprometidas con los temas sociales y
son buenas tomando la iniciativa para llevar a cabo gran diversidad de tareas.

Resulta paradójico que el CI sea tan mal predictor del éxito entre el colectivo de personas
lo bastante inteligentes como para desenvolverse bien en los campos cognitivamente más
exigentes. Daniel Goleman
Referencias
 Bisquerra, R. (Coord.) (2012). ¿Cómo educar las emociones?. La inteligencia
emocional en la infancia y la adolescencia. Faros: Cuadernos.
 Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis
 Cabello González, Rosario, et al. Mejorar la inteligencia emocional de los
adolescentes. Madrid: Pirámide, 2016.
 Castellanos, Luis, Diana Yoldi, y José Luis Hidalgo. La ciencia del lenguaje
positivo: cómo nos cambian las palabras que elegimos. Barcelona: Paidós, 2016
 Damasio, Antonio R. En busca de Spinoza: neurobiología de la emoción y los
sentimientos. Barcelona: Booket, 2014
 García Fernández Abascal, Enrique. Disfrutar de las emociones positivas. Madrid:
Grupo 5, 2015
 Goleman, Daniel (1996). Inteligencia emocional (4a ed. edición). Barcelona: Kairos
 Morgado Bernal, Ignacio. Emociones e inteligencia social: las claves para una
alianza entre los sentimientos y la razón. Barcelona: Editorial Ariel, 2007
 Punset, Elsa. El llibre de les petites revolucions. Barcelona: Columna, 2016
 Salmurri, Ferrán. Razón y emoción: recursos para aprender y enseñar a pensar.
Barcelona: RBA, 2015
 http://emotional.intelligence.uma.es/documentos/pdf61modelo_de_mayer_salovey.p
df
 http://emotional.intelligence.uma.es/documentos/PDF35estudio_felicidad.pdf
 https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/45497/6-15.pdf
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%20Recursos%20y%20Problemas%20psicol%C3%B3gicos%20en%20la
%20infancia%20y%20adolescencia..pdf?sequence=1&isAllowed=y
 https://www.upv.es/contenidos/SIEORIEN/infoweb/sieorien/info/869054C

La importancia de la inteligencia emocional


Andrea Aguilar-Calderón· 01 octubre, 2019
Este artículo ha sido verificado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González al 05
octubre, 2018

 La ira que hay detrás de algunos silencios


 ¿Ser demasiado responsable puede ser perjudicial?
 El tiempo no se mide en horas, la vida se mide en emociones
La película Una mente maravillosa narra la lucha contra la esquizofrenia del
matemático John Nash, premio Nobel de Economía. En ella hay una escena que
ejemplifica la importancia de la inteligencia emocional. Un joven Josh Nash se encuentra
en un bar cuando se acerca a una chica que llama su atención. En vez de usar las típicas
frases de conquista, caracterizadas por un juego sutil, su propuesta es directa y sin escalas:
prefiere ahorrarse todo el ritual de cortejo y exigir un “intercambio de fluidos”. Romántico a
morir.
La chica, quien lo mira atónita, no puede más que pensar que se trata, efectivamente, de un
bruto. Sin embargo, John Nash es considerado una eminencia, y aun en esos precoces años
juveniles, ya destacaba incluso sobre sus mismos profesores en la universidad. En todo caso,
a nivel de inteligencia emocional, su coeficiente intelectual no debía de ser tan robusto.
Dónde nace la inteligencia emocional

La inteligencia emocional es aquella capacidad que nos permite controlar nuestras


emociones y expresarlas de forma asertiva. Aunque la palabra “inteligencia” suele estar
ligada a conceptos relacionados con memoria y capacidad cognitiva, la mente es mucho más
amplia y desde el siglo pasado los científicos estudian otras áreas del cerebro.
Ya desde los orígenes del ser humano las emociones llevaban la batuta: el tronco
encefálico, la parte más primitiva del cerebro que controla funciones básicas, dio origen a
los centros emocionales y no fue hasta millones de años después cuando se originó el
neocórtex, que nos brinda la capacidad de raciocinio.
En ese orden es en el que actuamos hasta el día de hoy: primero sentimos algo y luego
razonamos al respecto. Primero nos duele un dedo y luego nos damos cuenta de que nos lo
hemos pillado con la puerta.
Más allá, la amígdala es la parte del cerebro donde se controlan las emociones. Si se
separa, perdemos la capacidad de analizar el significado emocional de los acontecimientos y
se afecta a la memoria, ya que es ella la que guarda los recuerdos ligados a nuestras
emociones, tanto los felices como los traumas. Incluso, sin la amígdala, perdemos la
capacidad de secretar lágrimas. Una ceguera afectiva.
También aquí reside el motivo de por qué las experiencias de nuestra infancia juegan un
papel tan importante en nuestra vida adulta. De niños, los recuerdos se graban
directamente en la amígdala, sin un proceso verbal que los respalde. En aquel entonces,
los acontecimientos se limitaban a puras emociones, sin que contáramos con las palabras
suficientes para explicar lo que sucedía y por qué. Más adelante en nuestras vidas, estos
recuerdos emocionales surgen una y otra vez, sin que podamos muchas veces controlarlos,
aunque nuestro ser adulto sepa que son irracionales.
La importancia de la inteligencia emocional
Muchos niños y adolescentes problemáticos en la escuela son calificados erróneamente
como “tontos”, cuando en realidad su problema no es de corte cognitivo, sino emocional:
tienen dificultades para manejar sus emociones e impulsos. Y es que todo
nuestro pensamiento está orientado hacia mantenernos en un confort emocional. Si no
nos sentimos bien, por muy racionales que puedan parecer las circunstancias para
convencernos de lo contrario, no estaremos en condiciones de encontrar un equilibrio.
En una sociedad donde el raciocinio parece dominar cada vez más sobre las emociones, es
básico tener en cuenta la importancia de la inteligencia emocional, que juega un papel más
primordial incluso que el cerebro racional. Sin embargo, en los sistemas educativos rara
vez se le da prioridad a la educación emocional. No estamos educados para a observar lo
que sentimos y, por lo tanto, no sabemos cómo actuar ante nuestros sentimientos de forma
efectiva.
“Es muy importante entender que la Inteligencia Emocional no es lo opuesto a la
inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas”
-David Caruso-
Con todo lo expuesto, apreciamos la importancia de la inteligencia emocional. A través de
ella logramos motivarnos, controlamos nuestros impulsos, regulamos los estados de
ánimo y empatizamos con con los demás. Nos permite no solo convivir con quienes nos
rodean, sino sobrevivir. Es, en fin, la que controla gran parte de quiénes somos.
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« ¿Cómo favorecer la comprensión lectora?
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¿Qué son las Emociones?¿Influyen en nuestra conducta?
¿Qué son las Emociones?¿Influyen en nuestra conducta?¿Cuántas hay?

¿Qué son las Emociones?


  Las emociones definitivamente influyen en nuestra conducta, ciertamente parecen
gobernar nuestra vida y nuestras reacciones. Tomamos decisiones en nuestro día a día a
cada instante y estas están determinadas por si estamos contentos, enfadados, tristes,
desconcertados, o frustrados. Toda nuestra actividad está influida por nuestras emociones
y éstas nos movilizan a realizar una acción u otra.
¿Qué es una emoción?
“Una emoción es un estado psicológico complejo que implica tres componentes
distintos : una experiencia subjetiva , una respuesta fisiológica , y una respuesta
conductual o expresiva”. (Hockenbury y Hockenbury , 2007)
Veamos tres elementos que nos permitirán comprenderlo mejor:
La experiencia subjetiva: Si bien es cierto que existen unas emociones básicas
universales que experimentamos todos independientemente del origen, cultura, creencias,
etc, los investigadores también creen que cómo vivimos las emociones, la experiencia de
la emoción, puede ser muy subjetiva. No siempre  lo experimentamos  de forma “pura”,
ni las mismas emociones se manifiestan ante acontecimientos o situaciones de la vida
similares en todas las personas.
La respuesta fisiológica:  Las Emociones pueden causar respuestas fisiológicas, alguna
vez habrás sentido una especie de nudo en el estómago, o un calor que te hace sentir
incómodo, sudoración excesiva en las manos, o fuertes palpitaciones en el corazón, la
causa de esas expresiones físicas no es otra que la ansiedad o el miedo, que nos producen
las emociones que estamos experimentando ante una situación vital determinada.  Muchas
de esas reacciones físicas que se experimentan ante una emoción,  son controladas por el
sistema nervioso simpático, una parte del sistema nervioso autónomo que controla las
respuestas involuntarias de nuestro cuerpo. Las investigaciones actuales sobre estos temas
se centran en el papel que juega el cerebro en cómo vivimos las emociones y al respecto
los escáners cerebrales han permitido ver que la amígdala, parte del sistema límbico,
juega un papel importante en la respuesta fisiológica emocional, y en particular en el
miedo.
La respuesta conductual:  Este sin temor a equivocarme es el factor que más le puede
llamar la atención, o al menos con el que más relacionados estamos, ya que es la
expresión real de la emoción y la que percibimos como la que más nos afecta. Gastamos
una cantidad ingente de energía y tiempo en interpretar las expresiones emocionales de
las personas que nos rodean. La capacidad de comprender de forma adecuada estas
expresiones está íntimamente relacionada a lo que se conoce como inteligencia emocional
y estas expresiones juegan sin dudas un papel importante en nuestro lenguaje corporal en
general.
  A lo largo de años de investigación se ha podido concluir que efectivamente muchas
expresiones son universales,  la sonrisa indica felicidad o placer, o el ceño fruncido
tristeza o disgusto. Sin embargo la idiosincrasia y las normas culturales tienen un
importante papel en la manera en que expresamos e interpretamos las emociones. Por
ejemplo es conocido que en la cultura oriental, no es "aceptado" expresar miedo o
disgusto en presencia de una figura de autoridad.
¿Cuántas emociones hay?
  Existen muchas teorías sobre las emociones. Paul Ekman psicólogo estudioso del tema
en 1972 identificó que existen 6 emociones básicas que las clasificó como universales e
inherentes a todas las cultura: miedo, asco, enfado, sorpresa, felicidad y tristeza, sin
embargo en 1999 se incluyeron otras como: la vergüenza, la satisfacción,  la excitación, el
desprecio, el orgullo,  y la diversión.

La Rueda de las Emociones.


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  También es muy conocida  la  “rueda de las emociones”, otra teoría de las emociones
que Robert Plutchik desarrolló sobre los años 80 y se centra en la combinación y mezcla
entre sí de las distintas emociones. En este caso él hace referencia a 8 dimensiones
emocionales primarias y contrapuestas: alegría frente a tristeza, ira frente a miedo,
confianza frente a disgusto y sorpresa frente a anticipación. Defiende que estas
emociones, pueden combinarse en una gran variedad de formas dando lugar a actitudes o
comportamientos.
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