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A:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

M:.L:.R:.L:.S:. J. JESÚS LARIOS GUZMÁN no. 270


S:.F:.U:.
LA BÓVEDA CELESTE

El Templo Masónico tiene en su techo representada la Bóveda Celeste, la cual es


azul y tachonada de estrellas, encontrándose entre estas una zona de la esfera
celeste que se extiende 8°,5 a uno y otro lado de la eclíptica, en la cual se mueve
el sol en su movimiento aparente, la Luna, los grandes planetas y la mayoría de los
pequeños. La disposición de esas estrellas no debe ser arbitraria, sino que debe
representar lo más acertadamente posible, las constelaciones visibles en el cielo
del hemisferio en que trabaja la Logia.
El cielo de la Logia debe ser uniforme y continuado desde el muro Oriental hasta el
Occidental, en razón de que a la Logia la cubre el mismo Cielo, sin interrupciones,
entre la porción correspondiente al Cielo que da sobre el estrado Oriente, hasta el
Pavimento del mosaico.
Entre la parte del Cielo correspondiente al Oriente, en la parte superior del muro
Oriental, a ambos lados del dosel que se encuentra por encima del sitial del
Venerable Maestro, deben dibujarse el Sol y la Luna. El Sol, a la derecha del
Venerable Maestro; y la Luna, a su izquierda.
El glifo de la Luna se representa en su cuarto creciente y colocado horizontalmente,
indicando el Alma y la aparición de una nueva Luna, tal como lo encontramos en el
Tarot o Kábala Egipcia, en la Clave Tercera: “La Emperatriz”. Su posición obedece
a que antes de las glaciaciones, la Tierra tenía otro eje de rotación.
Actualmente, el ángulo que forma el Plano de la órbita de la Tierra con el Plano de
la eclíptica, es de 23º 27´, más o menos.
Respecto a la ubicación de la Luna en el Oriente, es explicable si la consideramos
como una de las Lumbreras naturales que nos ilumina. No es lógico entonces
ubicarla en el Poniente.
Desde la Tierra, nos parece que los planetas y las estrellas se encuentran bajo una
cubierta imaginaria que circunda nuestro Planeta. Esta cubierta se denomina Esfera
Celeste. Los Planetas se desplazan a través de la eclíptica, contra el fondo formado
por doce conjuntos de Estrellas. Los antiguos viajeros al atravesar los mares y
desiertos, elaboraron mapas observando a las Estrellas en las noches; los
Astrólogos antiguos reunieron los mapas realizados en el hemisferio Norte como en
el hemisferio Sur, creando el Zodíaco.
Al advertir la sorprendente relación que existía entre la vida terrestre y los grandes
astros que recorren el cielo, los Astrólogos buscaron la Luz del conocimiento
contemplando la Bóveda Celeste, e identificaron la primera religión “natural” del ser
humano que es la Astrología, haciendo coincidir desde la antigüedad, los nombres
de las constelaciones con los nombres y signos del Zodíaco, relacionando cada glifo
con determinadas características humanas y partes del cuerpo.
Las primeras representaciones del Zodíaco aparecen en los Kudurrus Babilónicos;
en el Alto Egipto, en Dandará la más célebre de las ciudades, en la cual la diosa del
amor “Hathor”, esposa de Horus de Edfú y madre de Ihy, “El musico”, se encontró
en el Templo de Edfú, dos capillas: una, contenía una reliquia de Osiris; otra, un
Zodíaco (Actualmente, en Louvre.
La zona eclíptica del cielo, esta dividida en 12 constelaciones de unos treinta grados
de longitud cada una, a partir de la intersección de la eclíptica y el ecuador celeste,
o punto vernal, a las cuales se les dio los nombres de: Aries, Tauro, Géminis,
Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio y Piscis, que
corresponden a los signos del Zodíaco significando faja o figura de animales de
acuerdo con la forma que representan las estrellas en el firmamento.
Estos Signos agrupados de tres en tres, corresponden a las cuatro estaciones del
año: verano, otoño, invierno y primavera; donde el verano corresponde a la entrada
del Sol en el signo Cáncer y así sucesivamente.
El Sol recorre esta órbita en un año, es decir en doce meses. Pero el tiempo que el
Sol emplea en recorrer cada signo no es constante, debido a la no uniformidad de
su movimiento aparente.
En el hemisferio Norte, un observador, debido al movimiento de rotación de nuestro
planeta, colocándose debajo de la proyección de Piscis a las 0 HH, puede observar
de acuerdo a la Latitud en que se encuentre, a las dos horas aproximadamente, a
Aries; y así sucesivamente, hasta llegar a estar frente a la constelación de Virgo, al
Mediodía.
De igual manera, un observador colocado en el hemisferio Sur, a partir del Mediodía
estará frente a la constelación de Virgo; dos horas más tarde, se encontrará frente
a Libra, y así sucesivamente, hasta poder observar a Piscis a la Media Noche.
Durante la construcción del Templo de Salomón y hasta hace aproximadamente
2000 años, el paso del Sol por el punto vernal (primavera) coincidía con su entrada
con el signo correspondiente a la constelación de Aries. Como consecuencia del
fenómeno de la precesión de los equinoccios el punto vernal retrograda sobre la
eclíptica a razón de 50′,26″ cada año, es decir, unos 30° ( o un signo del Zodíaco )
cada 2150 años.
Actualmente, el principio de la Primavera coincide con el paso del Sol a través de la
constelación de Piscis, pero se continúa diciendo que entra en este momento en el
signo Aries.
Existe pues, un desplazamiento del Zodíaco y la constelación homónima. Tendrán
que transcurrir 25790 años, para restablecer la coincidencia de las constelaciones
y los signos.
En las proyecciones Esterográficas y de Mercator, la esfera celeste, señala a la
constelación de Piscis en el Horario de las 0.0 – 24.00 H. (Media Noche); y a la
Constelación de Virgo a las 12.00 H. (Mediodía), hora en que el Sol está en el Cenit
o punto más alto sobre el horizonte.
Trabajando dentro del Esoterismo, al iniciar y terminar los trabajos, tal como los
señala la Liturgia de los tres primeros Grados, y como la Luz aparece por Oriente y
va hacia Occidente a combatir la obscuridad, se debe colocar el signo Virgo en
Oriente, sobre el sitial del Ven:. Maest:., indicando “Al Mediodía”. En el Poniente se
debe colocar el signo Piscis, señalando “Media Noche”.
Considero adecuado complementar algunas ideas esbozadas en la representación
alegórica de la Bóveda Celeste. Estas obedecen a la necesidad de conocer la
información que nos brinda la simbología dentro del contexto esóterico; no como
una simple curiosidad por un respetable mito, sino como un medio de reflexión que
le ha permitido al hombre combinar los conocimientos geométricos con las ideas
filosóficas, lanzándolo a una gran aventura en la explicación del universo.
Desde siempre el hombre ha dividido el año en estaciones según la temperatura
media. La astronomía ha sido la ciencia que nos ha guiado a través del ciclo de las
estaciones.
Los indios, los griegos y posteriormente los árabes, conocieron tres estaciones :
Primavera, Verano e Invierno; mientras que los pueblos del norte solo conocieron
dos: Verano e Invierno . Después los griegos instauraron el Otoño, el cual fue
adoptado por los romanos.
Este fenómeno es causado por la rotación sobre el eje orbital de cualquier planeta
alrededor del Sol, donde las diferencias entre las diversas estaciones son debidas
a la variación de los rayos luminosos.
Es normal dividir el tiempo en estaciones a partir del instante de los dos equinoccios
y de los instantes intermediarios de los dos solsticios. En la Tierra, cuyo ángulo de
rotación es de 23° 27′, las estaciones varían para las regiones situadas más allá del
círculo polar, en las cuales el Sol permanece seis meses por encima y seis meses
por debajo del horizonte.
En los lugares tropicales, por estar situados entre los dos trópicos, están marcados
por un contraste entre una larga estación seca (Verano, y una estación de lluvias
(Invierno), que varían de acuerdo a la latitud en que se encuentren.
Los sacerdotes guardianes de estos calendarios se vieron implicados en un
problema semejante al que nos atañe, con relación al desplazamiento de las
indicaciones astronómicas, y es así, como en el año 776 de la E:. V:., los astrónomos
se reunieron en un congreso en la ciudad sagrada de Copán, en América Central,
para resolver por cómputos matemáticos referencias a las inquietudes sobre la no
coincidencia de los calendarios.
Su propósito fue encontrar la causa y tratar de detener la desviación entre ambos.
Existe un gran altar de piedra con el cual conmemoraron la reunión de dieciséis
matemáticos de ese congreso.
Desafortunadamente, las guerras de la conquista fueron sumamente sangrientas y
destructoras, y la ciencia no tuvo mejor suerte que la de los pueblos amerindios, ya
que los monumentos y documentos astronómicos fueron destruidos en gran parte
por los primeros misioneros cristianos, para obligarlos a abandonar sus viejas
creencias en nombre de la Fe Católica.
El calendario gregoriano está organizado de tal manera, que el 21 de marzo de
todos los años es el principio de la Primavera; actualmente obedece a la reforma
del calendario juliano ordenada por el Papa Gregorio XIII en 1582.
Se decidió restablecer las estaciones existentes según el ciclo del Sol en el año 325
E:. V:., haciendo coincidir las duraciones del año civil y del año trópico.
Como durante 1257 años transcurridos desde aquella fecha se había acumulado un
error de 10 días, se decretó:
1°. Que el día jueves 4 de octubre de 1582 fuese el viernes 15 de octubre de 1582.
2°. Que en lo sucesivo fuesen bisiestos todos los años múltiplos de cuatro, pero que
de los años seculares ( los terminados en dos ceros ), sólo fuesen bisiestos aquellos
cuyo número de centenas fuese múltiplo de cuatro.
La reforma gregoriana fue aceptada por los países católicos. Francia la adoptó el
mismo año, pero pasando del 9 al 20 de diciembre. En Gran Bretaña el cambio se
efectuó en 1752, pasando del dos de septiembre al catorce del mismo mes (se había
acumulado un día más de retraso).
En el Japón se adoptó el calendario gregoriano en 1863, en Rusia en 1918, en
Rumania y Grecia en 1924; y en Turquía en 1927.
El inicio de la Era de Acuario, presenta controversia por la circunstancia de
encontrar posiciones variables debidas a los nuevos métodos utilizados en la
técnica de las mediciones. Como también, a los diversos procesos psicológicos en
la interpretación de los símbolos.
Como lo manifiestan algunos iniciados en la Kábala para los cuales la Era de
Acuario empezó en 1962.
La Proyección de la esfera celeste en el Templo Masónico tiene un sentido
Universal, de tal manera que los glifos representados en el techo puedan ser
comunes en los Templos durante la Era de Acuario y consistentes tanto en el
Hemisferio Norte como en el Hemisferio Sur.
También, por reemplazar el Sol que es el centro de nuestra Galaxia, por la figura:
resultante al colocar dentro del circulo – que representa el infinito, la cruz – + – que
representa la materia; la cual une y combina a los átomos en sucesivas
agrupaciones, más y más complejas, según las leyes o principios geométricos, que
expresan la Sabiduría del G:. A:.
La información geométrica y el conocimiento intuido en los Arcanos Dos y Tres de
la Kábala, son comunes a los MM:., imponiéndo sus lazos, sin perjuicio de que cada
uno le pueda añadir sus combinaciones individuales, dándole una interpretación
alegórica, con el fin de intentar explicar el Universo y el sentido de la vida a partir de
ciertas vivencias filosóficas cuyas fuentes alegóricas y mitológicas se pierden en la
noche de los tiempos.
Sin embargo, dentro de esta complejidad, la geometría como disciplina matemática
es pilar intelectual en la cohesión para entender los conceptos filosóficos.
ES CUANTO.

ZACATECAS. ZAC. 14 AGOSTO 2019 E:.V: .


A:.M:.
DAVID OMAR BARRAZA DOMINGUEZ

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