El problema central del caso es si el acto de aislar el ADN, separando un
específico gen o secuencia de nucleótidos del resto del cromosoma: es un acto
inventivo que da derecho al individuo solicitar una patente o no, esto teniendo en cuenta que para patentar una cosa según la Ley de Patentes de estados unidos debe haber un descubrimiento nuevo y útil y que las leyes de la naturaleza, fenómenos naturales e ideas abstractas son herramientas básicas de trabajo científico y tecnológico que se encuentran más allá el dominio de la protección de patentes o sea que son de orden público y poder solicitar la patente, los enlaces en ambos extremos del segmento deben cortarse para aislar los segmentos de ADN. Este proceso técnicamente crea nuevas moléculas con composiciones químicas únicas, que presentan innovación, pero que esto no fue lo que el Laboratorio Myriad hizo al identicar donde estaban los genes BRACA.
Sin embargo, la mayoría de los jueces con el apoyo de peritos técnicos en
genética concluye que el ADN aislado no era elegible para protección de patente porque es un producto de la naturaleza y no fue creado en un laboratorio genético. Y se hizo énfasis en que la ruptura del uso de enlaces químicos no fue dispositivo y por lo tanto se generan secuencias de las moléculas que son las mismas que las secuencias de los nucleótidos que se encuentran en la naturaleza del ser humano. Es así como concluye la corte de los estados unidos que los genes BRCA1 y 2 en cuanto a la ubicación y el orden de los nucleótidos existían en la naturaleza antes de que Myriad los encontrara y que Myriad no crea o alterar la estructura genética del ADN.
Por lo tanto al final de la decisión sostienen que los genes BRACA 1 Y 2 y la
información que codifica el laboratorio Myriad no son patentes elegibles por el solo argumento de que los genes han sido aislados del material genético principal.