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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION

U.E. LICEO “JOSE CALIXTO MORIN”

TUCUPIDO-GUARICO

ENSAYO:

EDIPO REY.

PROFESOR ALUMNO.

Ludivia Rodriguez Jose Hernandez

MAYO, 2020
Edipo Rey de Sófocles es considerada, una de las obras clásicas del teatro
griego, cuya importancia es capital para la civilización occidental. Además de
constituir una pieza maestra desde el punto de vista teatral, Edipo Rey representa
una serie de conflictos humanos y valores sociales que son considerados
arquetípicos desde el punto de vista psicológico y sociológico.

Un resumen de esta obra queda bien sintetizado de la manera siguiente.

La peste se ha desatado sobre Tebas y el pueblo está muriendo. En su


desesperación, todos acuden al ágora para pedir la intervención de Edipo Rey. A
fin de comprender la causa y remedio de tan terrible flagelo, Edipo solicita la
ayuda de Creonte, hermano de su esposa Yocasta.

Tras consultar el oráculo de Delfos, Creonte le informa que la peste es el castigo


de los dioses por el asesinato de Layo, el antiguo rey de Tebas a quien Edipo no
llegó a conocer. Por lo tanto, hasta que el responsable no expíe sus culpas, la
peste seguirá azotando a la ciudad.

Edipo ordena una investigación y exhorta al pueblo a entregar al culpable. Entre


tanto, el rey consulta al ciego Tiresias por consejo de Creonte. Tiresias le hace
saber que él es el asesino de Layo, y que además vive en incesto con su madre,
Yocasta. Edipo, que se tiene por hijo de Pólibo, rey de Corinto, y Mériba de Doria,
concluye que Creonte se ha confabulado con Tiresias para destronarlo.

Creonte y Edipo discuten acaloradamente, hasta que se hace presente Yocasta.


Con el propósito de disipar las preocupaciones de Edipo, Yocasta le hace saber
que Layo murió en manos de unos bandidos en el cruce de tres caminos.
Asimismo, le anima a no temer de las profecías del oráculo, ya que en tiempos
pasados el oráculo predijo que Layo y ella tendrían un hijo que mataría a su padre
y se desposaría con su madre. Para evitarlo, se deshicieron de la criatura.
Una profecía semejante había recibido Edipo en su juventud, razón por la cual se
exilió de Corinto para evitar su suerte. Edipo recuerda que en su exilio mató a
alguien en el cruce de tres caminos, pero lo hizo por sí mismo y no en grupo. Aun
así, comienza a temer que él sea el asesino de Layo.

Un mensajero aparece para anunciar que Pólibo ha muerto y que este debe ir a
tomar su cargo como sucesor. En la conversación, Edipo descubre que no es hijo
de sangre de Pólibo, ya que el mismo mensajero le explica que lo recibió de un
pastor cuando era niño y lo entregó al rey de Corinto.

Inmediatamente, hacen comparecer al pastor quien, finalmente, confiesa que ese


niño se trataba del hijo de Layo, y que este se lo había confiado para que lo
matara. Sin embargo, tuvo piedad de la criatura y lo entregó al mensajero confiado
de que se lo llevaría lejos de allí.

Ante la terrible verdad, Yocasta se suicida. Edipo, consternado, decide romper sus
ojos con los broches del vestido de Yocasta, de modo que cuando muera no
pueda mirar a sus padres a los ojos en el Hades. Ciego, le pide a Creonte que lo
exilie, de modo que Edipo se condena a vivir para siempre como un extranjero,
desprovisto de todo poder, afecto y consideración.

Los personajes de esta obra son los siguientes: Edipo, rey de Tebas. Un
sacerdote de Zeus. Creonte, cuñado de Edipo. Coro de ancianos tebanos. Corifeo.
Tiresias, adivino. Yocasta, reina de Tebas. Un mensajero. Un pastor, criado de
Layo. Otro mensajero.

Desde un análisis profundo de esta se tiene. Como género dramático Edipo


rey es, ante todo, una tragedia. Por principio, la trama gira en torno a un elemento
fundamental; el ser humano no puede escapar de su destino. Sea del tipo que
sea, el destino se representa en la cultura griega como un sino ineludible,
inevitable.
Es propio conocer ahora, la forma cómo Sófocles construye esta idea para
haberse convertido en una obra referencial no solo de la Antigua Grecia, sino de la
civilización.

La obra de Edipo Rey se estructura en un solo acto, respetando el principio de


unidad de tiempo y unidad de acción, del cual Aristóteles hablara en su poética.
Aunque la obra contiene ocho episodios, todos estos se suceden y concatenan
uno con el otro en una sola línea temporal.

Para lograrlo, Sófocles aplica un recurso utilizado ya por otros autores: lo que
Sófocles representa no es una secuencia de acciones o sucesos propiamente
dichos, sino la exposición verbal de una serie de noticias, es decir, hechos ya
ocurridos, ante los cuales solo queda develar y descubrir sus implicaciones y,
finalmente, esperar el desenlace que resulta de la revelación. Esto lo hace saber
el investigador Javier de la Hoz en un ensayo titulado "La composición de Edipo
Rey y sus aspectos tradicionales".

En efecto, el relato comienza con la aglomeración del pueblo de Tebas que exige
una solución al problema de la peste. Tras consultar al oráculo, se comprende que
el sufrimiento del pueblo es consecuencia de algo que ocurrió en el pasado y que
todos ignoran, unos deliberadamente, otros por desconocimiento absoluto.

Retóricamente, es lo que se conoce como una elipse o elipsis: la información ha


sido elidida deliberadamente para generar un efecto dramático en el espectador.
Este no ve tales acciones representadas en la escena en ningún momento. La
información develada es siempre parcial, lo cual va creando expectativa a lo largo
de la obra. Así, entre la exposición del argumento en la primera secuencia y el
desenlace, el espectador solo tiene ante sí un relato de palabras a partir del cual
va construyendo el hilo de la trama.

Cada personaje que se incorpora a la escena va revelando más información sobre


el curso de los hechos. Así, en esta obra se ve que Sófocles ya recurre a tres
actores en la escena, entre los cuales la información se triangula y genera mayor
tensión y conflicto.

Ya se ha dicho que la tragedia griega se fundamenta en la representación del


destino como un sino ineludible. Es eso lo que experimentan tanto Edipo como
Layo y Yocasta. Cada uno de ellos, al conocer el oráculo, ponen todo su esfuerzo
en torcer su fortuna y evitar el desenlace terrible. Al hacerlo, apenas se aseguran
que todo ocurra tal como ha sido profetizado. Habrá quienes, en el mundo de la
psicología, llamen a esto "profecía auto cumplida".

Sófocles, ha transformado la narración de un mensajero omnisciente, épico, en


una investigación de la verdad en que se enfrentan la voluntad de conocer, la
ignorancia que impide comprender el sentido real de las noticias, la interesada
ocultación de datos, y en la que se progresa en parte por inesperadas
iluminaciones que surgen al entrar en contacto dos verdades a medias que
mutuamente se completan, en parte por la mera voluntad e incluso violencia
ejercidas por Edipo sobre los posibles informantes.

En todo caso, se presenta también una paradoja: en la medida en que estos


personajes tienen información sobre su futuro, más se aseguran el cumplimiento
de la profecía. Ni siquiera eso los puede eximir. Tener acceso a los videntes y
oráculos no les da ningún margen de salvación. Tal como se puede observar, para
el pensamiento de la antigüedad clásica no era posible al ser humano sustraerse a
la voluntad de los dioses o al destino, por más esfuerzos que hiciera. Así, saber
sobre el futuro no sería una ventaja en ningún caso.

Ahora surge una interrogante. ¿La obra es un mito?, ¿cómo lo interpreta la


sociedad desde la justicia y el castigo?

En el sentido originario del término, en su sentido antropológico, el mito es un


relato fundacional que explica, a través de símbolos y alegorías, el orden del
mundo y el sentido de la existencia. En cada mito, hay una explicación para
justificar por qué el mundo funciona como funciona.

Esto quiere decir que los mitos son un reservorio de un sistema de valores y, a la
vez, cada expresión artística es un reservorio de los mitos de cada cultura, por lo
cual son responsables de mantenerlos actualizados y vigentes. Sófocles recrea a
través del teatro el mito de Edipo, que encarna los valores sociales de su
civilización, y expone un sentido de justicia, castigo y orden para que el grupo
social pueda tomar buen rumbo.

El principio fundamental es la creencia en el destino humano, tal como ya se ha


dicho. Nadie puede evitar su destino, por más que crea que tiene el "poder" de
hacerlo. De él no escapan ni siquiera los poderosos. Allí, en el texto dramático y
en la virtual representación, la obra representa la realidad tal como ella es: nadie
controla su destino y el poder es solo una ilusión. La condición humana es esta y
todos están igualmente sometidos a su ley.

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