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2 Matrices Eticas Saldarriaga PDF
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formación de la subjetividad en la
pedagogía colombiana, siglos XIX y XX*
Introducción
2. "Modelos pedagógicos",
tecnologías de formación y
populares) . La cuestión sería en ese
matrices éticas en la caso, averiguar cómo se establecen
historia de la pedagogía en las relaciones entre "campos de sa-
Colombia ber" y "campos culturales" en la
pr od uc ci ón de es os si st em as
valorativos, por ejemplo ver cómo
No voy a ponerme enseguida a las transformaciones en los saberes
"definir" la noción de "matriz ética", pueden pasar a las culturas y trans-
pues, entre otras cosas, creo que an- formar sus valores, o si las "matrices
tes que un concepto acabado, es
primero una metáfora para señalar la
existencia de sistemas valorativos con
capacidad para movilizar afectivamente a 13. Se trata de "sistemas de sentido", o "modos de percepción", organizaciones
los sujetos que los portan13, que pue- de contenidos culturales que "estructurando y orientando la percepción, tienden
también a est ructurar y a ori entar el actuar. Se captan entonces como
den provenir tanto de los saberes principios organizadores tanto de la percepción como del comportamiento".
(institucionalizados y/o marginales), HI ERN AU X, JE AN -PIERRE. "An álisis est ructural de contenidos y modelos
como de las culturas (ilustradas y/o culturales. Aplicación a materiales voluminosos". En: Albarello, L. et al.
Prediques et méthodes de recherche en Sciences sociales. Paris: Armand Colín,
1995. págs. 111-144 (Traducción al castellano por Oscar Saldarriaga).
culturales" pesan en el "inconscien- niño tiene de aprender a hacer algo y
te" de los saberes y los afectan a-priori. su instintiva curiosidad. Aprovechar
Como todo problema complicado, este interés en un trabajo educativo es
éste sólo puede ser abordado hacien- un medio más racional y armónico
do análisis específicos, y puesto que con la naturaleza humana que el
nos interesa ahora lo que ocurrió en temor, que forma pusilánimes y
la escuela colombiana como lugar de perezosos, y que la emulación, que
producción e intercambio de "ma- suele despertar la envidia y el
trices éticas", prefiero entrar a la rencor"14.
descripción histórica de los "mode-
los pedagógicos y éticos" utilizados
allí, y más bien ver al final qué po-
demos sacar en claro de todo este En estas pocas líneas tenemos una
galimatías. riqueza de información insospecha-
da, pero también serios problemas a
resolver: aparecen aquí las caracte-
Hacia 1930, el pedagogo más des- rísticas de tres modelos de
ta ca do de la ll am ad a Pe da go gí a tecnologías de formación que se ha-
Clásica, de la pedagogía oficial con- brían sucedido. Cada uno responde a
servadora, Don Martín Restrepo un tipo de explicación sobre "los
Mejía, explicaba así el proceso de móviles de las acciones humanas":
"
modernización" de los métodos de el "temor al castigo", el "deseo de
disciplina: honor" y el "interés natural de reali-
zar y aprender". A cada móvil
privilegiado, corresponde un méto-
"En cuanto a los estímulos para llevar
a los niños al estudio, las escuelas han do di sc ip li na ri o (e l ca st ig o, la
empleado tres sucesivamente: la emulac ión y el trabaj o educa tivo).
antigua se apoyaba en el rigor y Al mismo tiempo se evidencian los
obligaba al estudiante a estudiar por efectos negativos y los "umbrales de
miedo al castigo; después introdujeron educabilidad" de cada "modelo pe-
los jesuitas un motivo humano, la dagógico". De otro lado, se insinúa
emulación, que levantaba un grupo de que la sucesión de esos modelos (el
alumnos distinguidos pero dejaba en la "antiguo", el "j esuítico" y el "moder-
penumbra dos terceras partes como no") se dio más bien como una lucha
mediocres; la escuela moderna se entre ellos para reemplazar unos por
propone aprovechar el interés que todo otros, pero ese combate se justifica
por la búsqueda, el progreso hacia
una mayor racionalidad en la ade-
cuación de la escuela a la "naturaleza
14. RESTREPO MEJÍA, Martín.Pedagogía de párvulos. Exposición de la humana infantil".
Enseñanza Activa. Bogotá: Editorial de Cromos, s.f. [e. 1930?]
págs. 6-7
Grafo 3- Sistemas de Formación en Colombia
(según Restrepo Mejía)
MOD ELO S "An tig uo" "Je sui ta" "Mo der no"
2.1. El sistema de
El texto de Restrepo Mejía deja enseñanza mutua
ver la correlación entre la
"humanización de la penalidad es-
co la r" y la co mp le ji za ci ón de l
concepto de infancia, proceso por el El pr im er "m od el o" , al qu e
cual, de un lado, se eliminó poco a Restrepo denomina "antiguo", co-
poco el castigo físico, sustituyéndo- rresponde al sistema de enseñanza
lo por "sanciones morales", pasando mutua, inventado hacia 1790 en In-
luego a un sistema de recompensas glaterra e India por Bell y Lancaster,
y privaciones hasta llegar a lo que la y fue traído al país desde 1822 por
Escuela Activa llamó la "sanción los libertadores Simón Bolívar y
normalizadora". Ello fue posible Francisco de Paula Santander, con-
porque, de otro lado, se ve nc id os de la s ve nt aj as qu e
introdujeron nuevos saberes prometía y por los empréstitos con
médicos y psicológicos en la la corona inglesa: el sistema se pre-
formación de los niños sentaba como una "máquina escolar
colombianos. Y por supuesto, ello perfecta", que permitiría "a un solo
implicó la transformación de los ro- maestro enseñar a mil niños al tiem-
les y los instrumentos para ejercer el po, los rudimentos de la moral, la
oficio de maestro. En conjunto, los escritura y el cálculo", y cuyo objeti-
manu ale s de la époc a nomb raro n vo era "moralizar a las clases pobres...
este proceso como el paso del "arte pues los habitúa a la subordinación
de castigar al arte de gobernar". Si- y al freno". La innovación consistía
ga mo s un po co la di vi si ón qu e en utilizar un sistema de "monitores"
propone Restrepo, y veamos cómo y una mecánica que producía el mo-
ocurrió esto, siguiendo un poco cada v i mi e n t o p e rm a n e n t e d e l o s
uno de los "modelos" en cuestión. alumnos a través de una gran sala,
según un ritmo uniforme y escalo- algo así como una "promoción au-
nado de adquisición de tomática". No existían libros ni
conocimientos, a partir de la repeti- cuadernos individuales, todos los co-
ción y la corrección dirigida por los no ci mi en to s y la s ór de ne s se
monitores. Estos, seleccionados -en halla ban escri tas en grand es carte -
principio-, entre los alumnos que les dispuestos a lo largo de los muros,
sabía n un poco más, eran enseñ a- y su uso regular implicaba un proce-
dos y entrenados para ejercitar a dimiento llamado "táctica escolar",
quienes sabían menos, sobretodo en un sistema de órdenes y señales
lectura y escritura. Quienes ya do- transmitidas por el maestro hasta los
minaban una letra, una sílaba o una monitores, para dirigir con precisión
palabra, dirigían las prácticas de los casi militar los movimientos colecti-
menores y los corregían. Así, se pro- vos: "levantar las manos", "tomar la
longaba la labor del maestro también pizarra", "girar hacia el tablero",
"
en la vigilancia de su conducta con marchar", "manos atrás", "trazar la
este mecanismo de clasificación y ob- A" etc.15 . Esta fragmentación de la
servación jerarquizada. Esta gran escritura no sólo respondía a un ob-
máquina era posible a partir de la jetivo pedagógico sino que -he ahí
disposición del espacio de un gran la inven ción - tambi én busca ba un
salón ocupado por largos bancos fin disciplinario, como instrumento
donde el niño que aprendía por de ocupación permanente de los ni-
ejemplo una letra, subía un puesto, ños y como medio de capturar la
hasta llegar a ocupar el extremo de- atención y el deseo infantil a través
recho del banco, lo cual lo hacía de un mecanismo de emulación. Un
merecedor del cargo de monitor y juego de letreros distinguiendo a los
permitía, en teoría, la rotación de alumnos buenos o malos era parte
todos los cargos, a partir de la emu- integrante de este movimiento: el
lación individual, sin mediar la sistema de castigos y premios era in-
preferencia personal del maestro, herente a esta verdadera máquina
pedagógica. Pero además, para ga-
rantizar el orden y la obediencia,
Lancaster había previsto otra serie
15. "Para enseñar las letras el monitor fija prim ero la atención de de castigos: para faltas más serias que
los alumnos diciendo primero: ¡prepárense! Los alumnos entonces el equivocarse en la repetición de los
levantan sus manos derechas y colocan una varita o espetón de que
previamente se han provisto, sobre el bord e de la mesa [...] Apuntando movimientos, se recurría a castigos
entonces el monitor la letra, dic e: ¡marqu en A! Los alumnos de dolor físico, (palmetazos, cepos)
inm ediata mente colocan el bra zo izquierdo sobre el bord e de la mesa,
y con el espetón en la mano derecha, tr az an en la ar en a la le tr a qu e o penas "infamantes": "confina-
se ha no mb ra do .. . Hech o esto , di ce el monitor: ¡manos abaj o!; a lo miento" (encierro para hacer alguna
cual todos los alumnos dejan caer sus manos sobre las rodillas. El tarea bajo vigilancia), o a una "pena
monitor enseguida, va a un ext remo de la mesa, examina la letra
que cada alumno ha formado, corrige las que están mal hechas y borra infamante": separación del grupo en
al mismo tiempo, con su alisador, la señal hecha en la arena. Nombra un banco aparte, gorros o letreros
luego otra letra, que los alumnos escriben, y él corrige de igual
modo». Manual del sistema de enseñanza mutua... ibid. págs. 47-48
con los nombres de las faltas ("pere- apartarse un segundo del estudio y
zoso", "distraído", "burro", "puerco"). la obediencia"16. Fue la escuela
La autori dad multip licad a a través lancasteriana la que hizo famoso el
de monitores de lectura y escritura y lema "la letra con sangre entra, y la
de castigos, producía el efecto de en- labor con dolor", pero no hay que ol-
señ ar la obe die ncia a un jef e, y a vidar que siempre estaba
todos "el mando a través de la obe- acompañado de este otro, por igual
diencia", formando hábitos de orden famoso: "un lugar para cada cosa, y
y disciplina, dentro de un mecanis- cada cosa en su lugar".
mo colectivo impersonal: en caso
extremo, el maestro podía faltar, sin
detrimento del orden y la jerarquía.
El maestro es el último elemento del
En este sistema, de aspecto casi
sistema, en el sentido en que debe
"mítico" por su utopía mecanicista
ser un vigilante y animador impar-
en cuanto pedagogía y por su cinis-
cial y distante del mecanismo de
mo social en cuanto "método para
enseñanza, pero a la vez se le exige
pobres", se diría que hallamos el
que sea amable y justo, para que el
substrato más arcaico de la escuela
castigo no se haga odioso ni humi-
moderna, el "punto cero" donde los
llante, producto de su cólera, sino
fines y tecnologías disciplinarias no
impersonal y estrictamente retribu-
se ocultan. Estas, por el contrario,
tivo. Fuera de ello, no requiere saber
más bien hegemonizan sobre el sa-
mucho más sobre el niño, pues el sis-
ber pedagógico, reduciéndolo a lo
tema mismo excluye los "rebeldes"
necesario para el adiestramiento y la
o "los perezosos". Le bastaba apren-
instrucción de unos "cuerpos dóci-
der a usar el manual para poner en
le s" . Aq u í, el au to go bi er no se
marcha a organización, y el mínimo
concibe como "hábito de obedien-
de conocimientos que iba a enseñar.
cia, quietud y orden". Sin embargo,
Con ello se garantizaba el carácter
ésa es apenas la superficie. A nivel
masivo del sistema: se trataba de "so-
de los móviles éticos, el sistema des-
meter a los niños a una regularidad,
ataba una serie de pasiones mucho
a una serie de movimientos que ha-
más complejas que el mero "temor"
ce n de u na mu l ti tu d un so l o
denunc iado por Restre po Mejía, y
individuo, obediente a una misma
sus "contraefectos" tampoco eran
voluntad. E...1 Con la ayuda de este
sólo la aparición de "pusilánimes y
sistema el individuo y la masa se en-
perezosos". Si toda producción de
cuentran igualmente sometidos, la
subjetividad es también positiva, en
sumisión individual y general ad-
el sistema lancasteriano no se hace
qui ere el car áct er de dis cip lin a y
resulta físicamente imposible al 16. RENDU, Ambroise. "Essai sur l'instruction publique et particuliérement
alumno más inclinado a la pereza el sur l'instruction primaire" (Paris: 1818). cit. en, QUERRIEN, Anne. Traba-
jos elementales... op. cit. págs.55-56
era tan deseado como temido era el
sujetos sólo por la vía negativa: di-
verse sometido al escarnio feroz de
ríamos que, en términos de roles, en
los otros infantes, éste último tam-
la búsqueda de un "niño dócil", la
bién un efecto ético que canaliza a
subjetividad infantil es formada por
través de la masa infantil la violencia
una tecnología ética constituida por
y la agresividad, legitimándolas
un dispositivo donde la represión/vi-
como ejercicio colectivo del poder
gilancia era parte de un régimen de
de sanción social. Pero así mismo, el
retrib ución insert o en una mecán ica
castigo generaba la solidaridad o la
de repetición para formar hábitos. El
admiración: alianza silenciosa de la
deseo infantil es canalizado por dos
ma sa qu e po dí a co nv er ti r a la
mecanismos, la Emulación y el De-
"victima" en "héroe" o en símbolo.
seo de Autoridad.
De otro lado, el monitorazgo legiti-
maba la reproducción de las
desigualdades individuales y las je-
Los efectos éticos eran pues bas-
tante complejos: llegar a ser monitor